AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
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¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Del diario de mi padre:
El tiempo ha cambiado Viola ya no tiene doce años ya no es la pequeña que hacia travesuras, la niña que se escondía en el laboratorio. Hoy por la mañana cuando entre al laboratorio oculto de la casa estaba ella durmiendo sobre una de las mesas en su mano tenía un frasco vacío y su cuaderno de anotaciones. Me causo gracia y nostalgia verla ahí… su vida es perfecta pero no puedo obligarla a seguir con mis pasos. Ella aspira a mucho más, hoy cumple dieciocho años y le preparamos un pequeño coctel con su nana, los invitados son numerosos. Pero siento que algo le falta. (…)
Me tome el atrevimiento y antes de despertarla revise sus apuntes, me sorprendió el nombre que le había dado a ese perfume antes de tenerlo listo “Un péché” o el pecado… Según lo que ella anoto tiene aceite de frambuesas, de lima y de anís; concentrado de arándano y aroma a jazmín… quedo inconcluso pero huele bien… (…)
Los días pasaron y no volvió a intentar hacer alguna conjugación más con ese perfume… algo la aqueja lose… pero los consejos nunca llegan tarde si no en el momento más preciso…
Hija sé que leerás esto también sé que recordaras ese día… asi que aquí te dejo algunas anotaciones para que termines el Un peché…
Me tome el atrevimiento y antes de despertarla revise sus apuntes, me sorprendió el nombre que le había dado a ese perfume antes de tenerlo listo “Un péché” o el pecado… Según lo que ella anoto tiene aceite de frambuesas, de lima y de anís; concentrado de arándano y aroma a jazmín… quedo inconcluso pero huele bien… (…)
Los días pasaron y no volvió a intentar hacer alguna conjugación más con ese perfume… algo la aqueja lose… pero los consejos nunca llegan tarde si no en el momento más preciso…
Hija sé que leerás esto también sé que recordaras ese día… asi que aquí te dejo algunas anotaciones para que termines el Un peché…
Cerré el libro con una sonrisa en mis labios, busque en el baúl de los aceites aquel cuaderno donde había anotado las onzas que necesitaba para cada mezcla; razón tenía mi padre cuando decía que los consejos no importaban el tiempo en el que llegaran si no que llegaban. Mire el reloj que colgada de la pared del laboratorio de la perfumería, aún era temprano para que el comercio estuviera abierto así que puse mi entera dedicación para crear ese perfume que me había olvidado. El diario de mi padre tenía más sorpresas que la misma caja de pandora, había dedicado su vida para escribirme… para cuando el ya no estuviera… mi padre.
Nostalgia, alegría, angustia, felicidad ¿podían estar todos esos sentimientos juntos? Al parecer si, en ese momento sentía una inmensidad de emociones que no podía expresar, abrí el diario de mi padre y el cuadernillo mío y puse manos a la obra. Un poco de Acidez, algo de alcohol los aceites… también las aguas… El color… ¿cuál es el color del pecado? Cheque los dos anotaciones y no había ningún indicio de que color podría ser.
El reloj marco las nueve de la mañana con un sonido que golpeo las paredes de aquel pequeño laboratorio, en el cual había de todo lo que un Alquimista se podría imaginar, mas todo era bien reducido ya que el laboratorio principal estaba en mi mansión. Cerré mis ojos y tome entre mis manos los diarios y el frasco que tenía aquella poción, aquel aroma tan dulce pero a la vez tentador, me dirigí en silencio a la sala principal, dejando aquellas cosas en el gran mesón. Rodee la mesa y me fui a la puerta donde di vueltas el cartel dando aviso que la perfumería ya estaba abierta. Di la espalda a la puerta y camine hasta las estanterías donde habían millares de perfumes me dedique a verles a cada uno observando sus colores, necesitaba un color… ¿pero cuál?
Nostalgia, alegría, angustia, felicidad ¿podían estar todos esos sentimientos juntos? Al parecer si, en ese momento sentía una inmensidad de emociones que no podía expresar, abrí el diario de mi padre y el cuadernillo mío y puse manos a la obra. Un poco de Acidez, algo de alcohol los aceites… también las aguas… El color… ¿cuál es el color del pecado? Cheque los dos anotaciones y no había ningún indicio de que color podría ser.
El reloj marco las nueve de la mañana con un sonido que golpeo las paredes de aquel pequeño laboratorio, en el cual había de todo lo que un Alquimista se podría imaginar, mas todo era bien reducido ya que el laboratorio principal estaba en mi mansión. Cerré mis ojos y tome entre mis manos los diarios y el frasco que tenía aquella poción, aquel aroma tan dulce pero a la vez tentador, me dirigí en silencio a la sala principal, dejando aquellas cosas en el gran mesón. Rodee la mesa y me fui a la puerta donde di vueltas el cartel dando aviso que la perfumería ya estaba abierta. Di la espalda a la puerta y camine hasta las estanterías donde habían millares de perfumes me dedique a verles a cada uno observando sus colores, necesitaba un color… ¿pero cuál?
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Había salido porque necesitaba conseguir algunas cosas, pero se había entretenido entre las calles de la ciudad, porque le estaba costando conseguir aquel ingrediente que le faltaba... probablemente porque ni él sabía lo que buscaba...
El hacer aquellos experimentos en su niñez había sido el equivalente de coleccionar insectos o estampillas... o lo que sea que hiciesen los niños a la edad que él empezó a aprender las propiedades y lo que podían ocasionar ciertas sustancias... y lo más importante: de dónde podía conseguirlas...
Hasta ahora no se había encontrado con nadie con habilidades similares... En estos días, quería engañar a sus propios sentidos... Estaba consciente de que después de tanto tiempo era su olfato el que le guiaba la mayoría del tiempo... Podía reconocer el olr de casi cualquier veneno, de cada planta... por eso mismo, quería crear algo que ni siquiera él pudiese reconocer...
Sin embargo, aún no tenía las ideas claras, todavía no se le ocurría como lograrlo... Así que caminaba de regreso al lugar en el que habitaba para poder pensar con calma. Ese era el plan, pero de un momento a otro se detuvo... ¡ah! ¡Cómo no lo había pensado antes!
Tardó un segundo en decidirse a entrar a aquel local. La verdad su duda se debía a que realmente aún no estaba seguro de lo que buscaba, pero se sintió atraído por los olores que de aquel sitio provenían.
Abrió la puerta con lentitud, como si fuese un lugar en el que no debería entrar, pero no pudiese evitar hacerlo... lo cual, dado que era un establecimiento justamente para recibir clientes, era una sensación de lo más extraña...
El hacer aquellos experimentos en su niñez había sido el equivalente de coleccionar insectos o estampillas... o lo que sea que hiciesen los niños a la edad que él empezó a aprender las propiedades y lo que podían ocasionar ciertas sustancias... y lo más importante: de dónde podía conseguirlas...
Hasta ahora no se había encontrado con nadie con habilidades similares... En estos días, quería engañar a sus propios sentidos... Estaba consciente de que después de tanto tiempo era su olfato el que le guiaba la mayoría del tiempo... Podía reconocer el olr de casi cualquier veneno, de cada planta... por eso mismo, quería crear algo que ni siquiera él pudiese reconocer...
Sin embargo, aún no tenía las ideas claras, todavía no se le ocurría como lograrlo... Así que caminaba de regreso al lugar en el que habitaba para poder pensar con calma. Ese era el plan, pero de un momento a otro se detuvo... ¡ah! ¡Cómo no lo había pensado antes!
Tardó un segundo en decidirse a entrar a aquel local. La verdad su duda se debía a que realmente aún no estaba seguro de lo que buscaba, pero se sintió atraído por los olores que de aquel sitio provenían.
Abrió la puerta con lentitud, como si fuese un lugar en el que no debería entrar, pero no pudiese evitar hacerlo... lo cual, dado que era un establecimiento justamente para recibir clientes, era una sensación de lo más extraña...
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Seguía ensimismada en mis pensamientos y observaciones mientras ponía atención en todos los detalles de los frascos, sus tamaños, sus formas, los bordes brillantes las tapas que le daban el toque final y el color, era un gran problema no podía dejar que fuera del color transparente que tenia ya que sería muy pasado de moda. Tome un frasco y lo quede mirando mientras las campanillas que habían en la puerta comenzaron a sonar di un suspiro y me di vuelta para ver de quien se trataba, claro en ningún momento dejaría de pensar en el famoso color que necesitaba.
Pinte una sonrisa en mis labios y como buena dueña de local me acerque al joven – Buenos Días Monsieur – hice una leve reverencia ante el y luego le quede mirando, me sorprendió ver sus rasgos, conocía a muy pocos asiáticos y el era uno de ellos, sus facciones me causaban algo de gracia por no decir que los hacían más interesantes que el típico Europeo con aires de grandeza. En fin yo y mis pensamientos ya me estaba yendo a un mundo que ni siquiera podía conocer del todo, no deje pasar mucho tiempo desde mi saludo hasta volver hablar, había aprendido a tratar a los clientes para que siempre se sintieran cómodos y esta vez trataría aquel como tal.
¿Que anda buscando? ¿Algún aroma en especial? ¿Quizás para usted o para regalo? – bien aquellas eran las típicas preguntas para hacerlas a cualquier cliente menos a los que ya conocía ya que siempre venían por los mismos perfumes, uno para la esposa y otro para la amante que vida la de aquellos que no amaban de verdad y decían amar infle mi pecho con un suspiro profundo que di y volví a mirar al joven asiático, no quería intimidarlo con mis preguntas y ni mucho menos espantarlo asi fue que me quede en silencio y me puse detrás del mesón que me separaban del espacio donde mis clientes solían pasearse, conversarme, testear los aromas y una infinidad de cosas que ciertamente siempre me sorprendían.
Aproveche de cerrar el diario de mi padre que estaba abierto de par en par y luego saque unos pañuelos de seda por si al joven le gustaría probar algo en especial. Su silencio y tranquilidad me estaba poniendo neurótica y en realidad no sabía el porqué.
Pinte una sonrisa en mis labios y como buena dueña de local me acerque al joven – Buenos Días Monsieur – hice una leve reverencia ante el y luego le quede mirando, me sorprendió ver sus rasgos, conocía a muy pocos asiáticos y el era uno de ellos, sus facciones me causaban algo de gracia por no decir que los hacían más interesantes que el típico Europeo con aires de grandeza. En fin yo y mis pensamientos ya me estaba yendo a un mundo que ni siquiera podía conocer del todo, no deje pasar mucho tiempo desde mi saludo hasta volver hablar, había aprendido a tratar a los clientes para que siempre se sintieran cómodos y esta vez trataría aquel como tal.
¿Que anda buscando? ¿Algún aroma en especial? ¿Quizás para usted o para regalo? – bien aquellas eran las típicas preguntas para hacerlas a cualquier cliente menos a los que ya conocía ya que siempre venían por los mismos perfumes, uno para la esposa y otro para la amante que vida la de aquellos que no amaban de verdad y decían amar infle mi pecho con un suspiro profundo que di y volví a mirar al joven asiático, no quería intimidarlo con mis preguntas y ni mucho menos espantarlo asi fue que me quede en silencio y me puse detrás del mesón que me separaban del espacio donde mis clientes solían pasearse, conversarme, testear los aromas y una infinidad de cosas que ciertamente siempre me sorprendían.
Aproveche de cerrar el diario de mi padre que estaba abierto de par en par y luego saque unos pañuelos de seda por si al joven le gustaría probar algo en especial. Su silencio y tranquilidad me estaba poniendo neurótica y en realidad no sabía el porqué.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
-A decir verdad, madame... aún no tengo en mente la clase de aroma que estoy buscando...
Una radiante sonrisa se dibujo en su rostro al momento que se dirigía a ella. Era algo que le caracterizaba, sin importar las circunstancias. No estaba seguro de cómo responder esas preguntas, porque aunque eran preguntas generales y comunes para un lugar como este... sus razones no eran exactamente las habituales. Lo que buscaba... era para uso propio de algún modo... no era un regalo a decir verdad...
-Quería algo especial... un aroma que sea discreto, pero que no se desvanezca rápidamente... -dijo aquello en voz un poco más baja, estaba intentando organizar sus ideas.
Tenía que ser algo que no agobiara a su propio sentido del olfato, el hecho de que tuviese más sensibilidad en ese sentido le hacía querer una fragancia que no le inhibiera de algún modo. Que no se disipara fácilmente porque si lo hacía no serviría a sus propósitos... quería convertirlo en una especie de sello, además.
-Debo decir... que me gustaría que no fuese cualquier perfume... quiero algo que sea único... Tal vez estoy siendo muy exigente al decirlo de ese modo...
Si, eso había sonado un poco extraño. Al momento de entrar, había observado disimuladamente el local. Era alguna especie de hábito que había creado al tener que estar siempre alerta. Observaba ciertos detalles en todos los lugares a los que iba. Pero esta vez no sintió nada extraño y su cuerpo se relajó cuando había escuchado que se dirigían a él con amabilidad.
Todos aquellos aromas... nunca lo había pensado, pero debía ser un trabajo realmente interesante. Por alguna razón sintió cierta afinidad con ello...
Una radiante sonrisa se dibujo en su rostro al momento que se dirigía a ella. Era algo que le caracterizaba, sin importar las circunstancias. No estaba seguro de cómo responder esas preguntas, porque aunque eran preguntas generales y comunes para un lugar como este... sus razones no eran exactamente las habituales. Lo que buscaba... era para uso propio de algún modo... no era un regalo a decir verdad...
-Quería algo especial... un aroma que sea discreto, pero que no se desvanezca rápidamente... -dijo aquello en voz un poco más baja, estaba intentando organizar sus ideas.
Tenía que ser algo que no agobiara a su propio sentido del olfato, el hecho de que tuviese más sensibilidad en ese sentido le hacía querer una fragancia que no le inhibiera de algún modo. Que no se disipara fácilmente porque si lo hacía no serviría a sus propósitos... quería convertirlo en una especie de sello, además.
-Debo decir... que me gustaría que no fuese cualquier perfume... quiero algo que sea único... Tal vez estoy siendo muy exigente al decirlo de ese modo...
Si, eso había sonado un poco extraño. Al momento de entrar, había observado disimuladamente el local. Era alguna especie de hábito que había creado al tener que estar siempre alerta. Observaba ciertos detalles en todos los lugares a los que iba. Pero esta vez no sintió nada extraño y su cuerpo se relajó cuando había escuchado que se dirigían a él con amabilidad.
Todos aquellos aromas... nunca lo había pensado, pero debía ser un trabajo realmente interesante. Por alguna razón sintió cierta afinidad con ello...
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Levante una ceja entretenida mientras el joven asiático hablaba, acaso las personas nunca entenderían ¿que uno estaba para servirles? Di un suspiro y pensé en sus palabras, todos mis clientes querían algo especial, pero la mayoría nunca sabía lo que en realidad querían, era ese mi punto de partida, rodeo mi galería de perfumes con los ojos y mientras él seguía hablando le sonreí con una amplia y perfecta sonrisa. Deslice una de mis manos hasta tocar un pañuelo de seda, lo tome con cuidado y luego rodee el gran mesón con adornos antiguos, cristales con forma de botellas y una inmensidad de artículos que servían para traer la atención de los curiosos.
Monsieur, todo perfume es único para cada persona – dije suavemente mientras pensaba en la pequeña descripción que aquel me daba – Algo duradero... – al decir aquello podía separar mis perfumes ya los de mayor precio eran los que duraban por más tiempo días y tal vez semanas tenían menos alcohol y más concentrado de las esencias de aceite. Pense y me acerque a una esquina mientras tenía en mente aquello último que había pronunciado. Yo vivía bajo las exigencias de un mercado que crecía a gritos en esta ciudad, tenía que cuidar mi reputación y claro mis perfumes me gire como si estuviera bailando en el lugar y le mire con una pisca de curiosidad en mis propios actos – ¿Desea usted un perfume para varón o dama?- era aquello un punto clave en lo que el deseara.
Los de varones eran totalmente una de mis especialidades ya que mi padre me había ayudado en aquello, y según mis gustos un hombre que tenía un buen aroma atraía más que miradas en el lugar que se encontrara, los de dama eran a mi parecer más fáciles de crear, ya que primeramente pasaban por mi prueba todo los perfumes que habían en mi local tenían un toque personal, el toque Lesseps, mi interior sonrió cuando aquel pensamiento vino a mi cabeza. Y recordé lo que había estado experimentando ahora último los perfumes de la nueva generación que estaban hechos para cierto tipos de pieles, o como los científicos decían para diferentes PH, aun los tenía bajo observación y aunque el progreso iba viento en popa no me arriesgaría con el, era un cliente nuevo así que las expectativas estaban bien altas. – Monsieur, yo vivo de las exigencias, tan solo dígame como le gustaría que fuera el perfume ¿tiene usted alguna idea? Puedo modificar y crear uno especial para usted si no encuentra en mis estanterías uno que a su olfato sea lo que busque – siempre ofrecía el servicio de crear perfumes personalizados porque era mi trabajo y amaba hacer aquello.
Monsieur, todo perfume es único para cada persona – dije suavemente mientras pensaba en la pequeña descripción que aquel me daba – Algo duradero... – al decir aquello podía separar mis perfumes ya los de mayor precio eran los que duraban por más tiempo días y tal vez semanas tenían menos alcohol y más concentrado de las esencias de aceite. Pense y me acerque a una esquina mientras tenía en mente aquello último que había pronunciado. Yo vivía bajo las exigencias de un mercado que crecía a gritos en esta ciudad, tenía que cuidar mi reputación y claro mis perfumes me gire como si estuviera bailando en el lugar y le mire con una pisca de curiosidad en mis propios actos – ¿Desea usted un perfume para varón o dama?- era aquello un punto clave en lo que el deseara.
Los de varones eran totalmente una de mis especialidades ya que mi padre me había ayudado en aquello, y según mis gustos un hombre que tenía un buen aroma atraía más que miradas en el lugar que se encontrara, los de dama eran a mi parecer más fáciles de crear, ya que primeramente pasaban por mi prueba todo los perfumes que habían en mi local tenían un toque personal, el toque Lesseps, mi interior sonrió cuando aquel pensamiento vino a mi cabeza. Y recordé lo que había estado experimentando ahora último los perfumes de la nueva generación que estaban hechos para cierto tipos de pieles, o como los científicos decían para diferentes PH, aun los tenía bajo observación y aunque el progreso iba viento en popa no me arriesgaría con el, era un cliente nuevo así que las expectativas estaban bien altas. – Monsieur, yo vivo de las exigencias, tan solo dígame como le gustaría que fuera el perfume ¿tiene usted alguna idea? Puedo modificar y crear uno especial para usted si no encuentra en mis estanterías uno que a su olfato sea lo que busque – siempre ofrecía el servicio de crear perfumes personalizados porque era mi trabajo y amaba hacer aquello.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Observó con detenimiento cada uno de sus movimientos hasta que le escuchó hablar de nuevo. Por un momento quiso reírse de sí mismo. Ella tenía razón...
-Claro, lo que dice es cierto... En realidad es para mí... No tenía en mente venir aquí hoy, por ello es que me encuentro un poco desubicado con mis ideas...
Se había recargado en la especie de mostrador que tenía aquel sitio. Su expresión cambió cuando recordó algo de pronto. ¡Cómo podía ser tan despistado!
Se incorporó rápidamente, sus onrisa se había esfumado, pero no tardaría mucho en volver a adornar su rostro pues cuando sacó algo del bolsillo interior de su abrigo, el cual aún cargaba por comodidad, el clima no le afectaba y no era tan común traer puesto algo así, pero a decir verdad, lo hacía porque así podía llevar ciertas cosas con él. Y con ello se refería al par de dagas y a unos cuantos frasquitos que se escondían sin dificultad gracias a ello.
No estaba muy seguro de aquello, pero no tenía nada que perder. Aquella idea le había estado rondando la cabeza y había hecho un par de cosas sin terminar de convencerse del todo. Sin embargo, esa fragancia que buscaba, probablemente si tenía una idea fija en su mente, aún cuando no se había percatado de ello. Todas las combinaciones que había hecho lo dejaban claro, que tenía idea d elo que quería.
No era tanto para ser utilizado en sus trabajos, se había vuelto alguna necesidad hacer algo como aquello. Ideas como esa aparecían en su mente de vez en cuando. Y a decir verdad las mejores de sus creaciones en el área de venenos había salido de aquel modo. Pero este caso era distinto y no le molestaba tener que acudir a alguien más... Lo que quería era un 'sello' para él mismo... Pero parecía que no podía lograrlo el solo.
Le observó como para ver si había algo en ella que se le hubiese pasado, pero estaba siendo demasiado precavido antes de hacer lo siguiente. Una expresión gentil se dibujo en su rostro cuando se dio cuenta de que no era necesario ser tan desconfiado.
-Disculpe mi torpeza, pero ahora creo que probablemente usted pueda lograr lo que yo no he podido en estos días...
Extendió su mano y dejó ver un pequeño frasquito de cristal que contenía un líquido violáceo. Aquella era una mezcla que había hecho la noche anterior. Era lo más cercano que tenía a la idea que parecía cobrar fuerza en su mente, aunque distaba de lo que deseaba. Esperaba que ella fuese capaz de notar lo que él mismo no había podido, aunque eso sí era pedir demasiado. Era su mente, después de todo... no podía esperar que ella adivinase sus pensamientos...
-Claro, lo que dice es cierto... En realidad es para mí... No tenía en mente venir aquí hoy, por ello es que me encuentro un poco desubicado con mis ideas...
Se había recargado en la especie de mostrador que tenía aquel sitio. Su expresión cambió cuando recordó algo de pronto. ¡Cómo podía ser tan despistado!
Se incorporó rápidamente, sus onrisa se había esfumado, pero no tardaría mucho en volver a adornar su rostro pues cuando sacó algo del bolsillo interior de su abrigo, el cual aún cargaba por comodidad, el clima no le afectaba y no era tan común traer puesto algo así, pero a decir verdad, lo hacía porque así podía llevar ciertas cosas con él. Y con ello se refería al par de dagas y a unos cuantos frasquitos que se escondían sin dificultad gracias a ello.
No estaba muy seguro de aquello, pero no tenía nada que perder. Aquella idea le había estado rondando la cabeza y había hecho un par de cosas sin terminar de convencerse del todo. Sin embargo, esa fragancia que buscaba, probablemente si tenía una idea fija en su mente, aún cuando no se había percatado de ello. Todas las combinaciones que había hecho lo dejaban claro, que tenía idea d elo que quería.
No era tanto para ser utilizado en sus trabajos, se había vuelto alguna necesidad hacer algo como aquello. Ideas como esa aparecían en su mente de vez en cuando. Y a decir verdad las mejores de sus creaciones en el área de venenos había salido de aquel modo. Pero este caso era distinto y no le molestaba tener que acudir a alguien más... Lo que quería era un 'sello' para él mismo... Pero parecía que no podía lograrlo el solo.
Le observó como para ver si había algo en ella que se le hubiese pasado, pero estaba siendo demasiado precavido antes de hacer lo siguiente. Una expresión gentil se dibujo en su rostro cuando se dio cuenta de que no era necesario ser tan desconfiado.
-Disculpe mi torpeza, pero ahora creo que probablemente usted pueda lograr lo que yo no he podido en estos días...
Extendió su mano y dejó ver un pequeño frasquito de cristal que contenía un líquido violáceo. Aquella era una mezcla que había hecho la noche anterior. Era lo más cercano que tenía a la idea que parecía cobrar fuerza en su mente, aunque distaba de lo que deseaba. Esperaba que ella fuese capaz de notar lo que él mismo no había podido, aunque eso sí era pedir demasiado. Era su mente, después de todo... no podía esperar que ella adivinase sus pensamientos...
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Yo precisamente no me consideraba una experta, pero si sabía ciertos trucos heredados por mi padre para seguir con aquel linaje de exquisiteces, ahora era mi turno de dejar un legado cosa que veía difícil ya que, no tenía esposo ni mucho menos un hijo, pero siempre se podía encontrar alguien que quisiera aprender de aquel arte, el gitano había aprendido lo suficiente pero aun no tenía a nadie estable para aquello que tanto quería hacer, mis pensamientos iban y venían en mi cabeza. Siempre tenía el porte para mostrarme ante un nuevo cliente y esta vez no bajaría la cabeza.
No se preocupe, espero que este en el lugar correcto- le dije mirándolo con cierta curiosidad, en realidad era muy extraño que entrase gente con aquellas facciones a mi tienda y más que quisieran llevar algo de la misma, suspire reiteradas veces mientras en mis manos estaba el líquido incoloro que necesitaba darle un color urgente. Mientras un silencio no extraño inundaba mi perfumería me dedique escasos segundos a pensar en que color, ¿rojo? ¿Azul? ¿Verde? ¿Negro? Dios como podría ser tan difícil darle color a un perfume, quizás estaba perdiendo mi toque, aquello me angustio de una manera extraña.
Sus últimas palabras me dejaron un poco impactada ¿yo hacer algo que él no podía? ¿Acaso él era un perfumista? Mis ojos se abrieron de par en par estaba realmente sorprendida vi el frasco de cristal con un líquido en su interior, sentí como mi corazón latía a gran fuerza una seria de interrogantes se pasaron por mi cabeza en ese mismo momento, un deje de inseguridad me invadió, podría ser un veneno o tal vez… un perfume y si aquel era un sicópata y aquello era un arma hecha por algún alquimista o… vi que la extendía y poco a poco comencé a calmar mis instintos. – Primero, que hay en aquel frasco – trate de no sonar descortés pero extrañamente me sentía algo insegura – Segundo, que es lo que intentabas hacer – dibuje una sonrisa nerviosa en mis labios – y tercero, ¿haces perfumes? – tal vez quería mi libro de recetas… las ideas siguieron llegando a mi cabeza y no se detenían por ningún motivo. Me acerque lentamente a él y extendí mi mano, no iba a negarme a ayudarle pero tenía ciertas dudas con respecto al origen del líquido violáceo, - Dime… dime en que puedo ayudarte – y ahí estaba yo dudando de que hacer y qué no.
No se preocupe, espero que este en el lugar correcto- le dije mirándolo con cierta curiosidad, en realidad era muy extraño que entrase gente con aquellas facciones a mi tienda y más que quisieran llevar algo de la misma, suspire reiteradas veces mientras en mis manos estaba el líquido incoloro que necesitaba darle un color urgente. Mientras un silencio no extraño inundaba mi perfumería me dedique escasos segundos a pensar en que color, ¿rojo? ¿Azul? ¿Verde? ¿Negro? Dios como podría ser tan difícil darle color a un perfume, quizás estaba perdiendo mi toque, aquello me angustio de una manera extraña.
Sus últimas palabras me dejaron un poco impactada ¿yo hacer algo que él no podía? ¿Acaso él era un perfumista? Mis ojos se abrieron de par en par estaba realmente sorprendida vi el frasco de cristal con un líquido en su interior, sentí como mi corazón latía a gran fuerza una seria de interrogantes se pasaron por mi cabeza en ese mismo momento, un deje de inseguridad me invadió, podría ser un veneno o tal vez… un perfume y si aquel era un sicópata y aquello era un arma hecha por algún alquimista o… vi que la extendía y poco a poco comencé a calmar mis instintos. – Primero, que hay en aquel frasco – trate de no sonar descortés pero extrañamente me sentía algo insegura – Segundo, que es lo que intentabas hacer – dibuje una sonrisa nerviosa en mis labios – y tercero, ¿haces perfumes? – tal vez quería mi libro de recetas… las ideas siguieron llegando a mi cabeza y no se detenían por ningún motivo. Me acerque lentamente a él y extendí mi mano, no iba a negarme a ayudarle pero tenía ciertas dudas con respecto al origen del líquido violáceo, - Dime… dime en que puedo ayudarte – y ahí estaba yo dudando de que hacer y qué no.
Off: lamento la tardanza en mi post, y también la poca inspiración con la que ando ._. el próximo sera mejor.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Sus palabras le hicieron pensar que tal vez el no había usado las adecuadas para dirigirse a ella en ese momento, pero la verdad es que él había desistido con lo que traía en las manos la noche anterior. Quería seguir intentado, pero las ideas se hab{ian detenido en su mente. No pudo más que reír al escuchar lo que preguntaba después.
Si bien aquel frasco no podría diferenciarse de los venenos que producía, ese líquido no era para ello. Siendo totalmente franco, el había intentado hacer una fragancia por una simple y llama razón. Quería una firma personal para él. El experimento de mezclarlo con un veneno era algo adicional, por si algún día necesitaba de algo así para poder sobrevivir... era más por curiosidad de ver si era posible, más que realmente tener a alguien en mente para ver qué tanto podía funcionar. Engañar los sentidos d ela mayoría de las personas era algo no tan complicado, pero no le gustaba ser consciente de eso. Si, quería un perfume que se hiciera su marca personal, algo que le hiciera diferenciarse del resto y por ello hab{ia decidido hacerlo el mismo, pero aunque tenía ciertas ideas, tenía que admitir que no era su campo. Suspiró viendo el pequeño envase de cristal
Lo pensó un momento, viéndole con atención como averiguando qué tanto podría decir.
-Debo contestar sinceramente dado que requiero la ayuda de esta hermosa dama que ahora está frente a mí... -había vislumbrado en sus gestos aquel nerviosismo, sabía que decir algunas cosas no era necesario, aún así hubo algoi que le hizo revelar más de lo que le habría dicho a cualquier persona -Puedo notar su nerviosismo, señorita... y no es mi intención meterla en ninguna clase de conflicto... Así que le diré las cosas tal cual son, será usted quien decida si prestarme sus servicios o no...
Puso el frasco en el mostrador con un movimiento ligero.
-No hago perfumes y nunca antes lo había intentado... lo mío es más bien otro tipo de campo... Si debe verlo de esa manera puedo ser muchas cosas, tengo conocimientos sobre todo tipo de plantas, su fragancias y sus efectos... como usarlos a mi beneficio en un momento dado... -Hizo una ligera mueca con los labios antes de mirarla con una nueva sonrisa. Si ella se había puesto así las causas le parecían contadas -Mi trabajo tiene sus lados buenos y malos... yo buscaba a través de lo que sé crear algo característico que pudiese ser mi sello de alguna manera, pero no he podido lograrlo del todo... -Se quedó viendo el líquido que había hecho. Hasta ahora había tanto terminado con muchas vidas como había salvado otras tantas, pero esto estaba fuera de lo que había intentado hasta entonces -... No tengo el conocimiento suficiente, probablemente... - Su vista regresó a ella -Yo puedo responder cualquier pregunta acerca de mi persona si he logrado crear en usted desconfianza...
Aquel no era un veneno... era la sustancia que quería utilizar para que el olor que éstos producían no pudiese ser reconocido. Aunque tenía el color que él había empezado a usar como la primera característica de los venenos más potentes que tenía...Ni siquiera recordaba la razón por la que había elegido ese tono violeta para algo como eso. Tampoco estaba seguro de como explicarle a la mujer cualquier cosa. Sobre quién era o lo que hacía... nadie sabía lo que hacía. El tener que eliminar a ciertas personas, la mayoría de los casos que había tenido habían sido una orden directa de sus superiores, y confiaba ciegamente en los altos rangos de aquel clan. Estaba seguro de que sabían lo que hacían y que no eran acciones sin razón alguna. Si ellos lo decían, probablemente la muerte de esas personas era necesaria para lograr un bien mayor, era por eso que lo hacía sin dudar y no se arrepentía de ello. Él era parte de aquello... Habían sobrevivido más de un siglo de ese modo y había comprobado que nada de lo que se hacía era a la ligera.
Él había sido el mejor de su generación, por eso estaba allí acompañando al vampiro que era la causa de la existencia y unión de su familia. Pero seguía siendo un simple humano y su arma más poderosa contra cualquier ser eran aquellas sustancias que podía manejar a placer.
Si bien aquel frasco no podría diferenciarse de los venenos que producía, ese líquido no era para ello. Siendo totalmente franco, el había intentado hacer una fragancia por una simple y llama razón. Quería una firma personal para él. El experimento de mezclarlo con un veneno era algo adicional, por si algún día necesitaba de algo así para poder sobrevivir... era más por curiosidad de ver si era posible, más que realmente tener a alguien en mente para ver qué tanto podía funcionar. Engañar los sentidos d ela mayoría de las personas era algo no tan complicado, pero no le gustaba ser consciente de eso. Si, quería un perfume que se hiciera su marca personal, algo que le hiciera diferenciarse del resto y por ello hab{ia decidido hacerlo el mismo, pero aunque tenía ciertas ideas, tenía que admitir que no era su campo. Suspiró viendo el pequeño envase de cristal
Lo pensó un momento, viéndole con atención como averiguando qué tanto podría decir.
-Debo contestar sinceramente dado que requiero la ayuda de esta hermosa dama que ahora está frente a mí... -había vislumbrado en sus gestos aquel nerviosismo, sabía que decir algunas cosas no era necesario, aún así hubo algoi que le hizo revelar más de lo que le habría dicho a cualquier persona -Puedo notar su nerviosismo, señorita... y no es mi intención meterla en ninguna clase de conflicto... Así que le diré las cosas tal cual son, será usted quien decida si prestarme sus servicios o no...
Puso el frasco en el mostrador con un movimiento ligero.
-No hago perfumes y nunca antes lo había intentado... lo mío es más bien otro tipo de campo... Si debe verlo de esa manera puedo ser muchas cosas, tengo conocimientos sobre todo tipo de plantas, su fragancias y sus efectos... como usarlos a mi beneficio en un momento dado... -Hizo una ligera mueca con los labios antes de mirarla con una nueva sonrisa. Si ella se había puesto así las causas le parecían contadas -Mi trabajo tiene sus lados buenos y malos... yo buscaba a través de lo que sé crear algo característico que pudiese ser mi sello de alguna manera, pero no he podido lograrlo del todo... -Se quedó viendo el líquido que había hecho. Hasta ahora había tanto terminado con muchas vidas como había salvado otras tantas, pero esto estaba fuera de lo que había intentado hasta entonces -... No tengo el conocimiento suficiente, probablemente... - Su vista regresó a ella -Yo puedo responder cualquier pregunta acerca de mi persona si he logrado crear en usted desconfianza...
Aquel no era un veneno... era la sustancia que quería utilizar para que el olor que éstos producían no pudiese ser reconocido. Aunque tenía el color que él había empezado a usar como la primera característica de los venenos más potentes que tenía...Ni siquiera recordaba la razón por la que había elegido ese tono violeta para algo como eso. Tampoco estaba seguro de como explicarle a la mujer cualquier cosa. Sobre quién era o lo que hacía... nadie sabía lo que hacía. El tener que eliminar a ciertas personas, la mayoría de los casos que había tenido habían sido una orden directa de sus superiores, y confiaba ciegamente en los altos rangos de aquel clan. Estaba seguro de que sabían lo que hacían y que no eran acciones sin razón alguna. Si ellos lo decían, probablemente la muerte de esas personas era necesaria para lograr un bien mayor, era por eso que lo hacía sin dudar y no se arrepentía de ello. Él era parte de aquello... Habían sobrevivido más de un siglo de ese modo y había comprobado que nada de lo que se hacía era a la ligera.
Él había sido el mejor de su generación, por eso estaba allí acompañando al vampiro que era la causa de la existencia y unión de su familia. Pero seguía siendo un simple humano y su arma más poderosa contra cualquier ser eran aquellas sustancias que podía manejar a placer.
- Spoiler:
- Off: yo... ando ausente... y estoy desvariando o algo... los iento e.e
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
No podía negarme a una petición, aquel era mi problema no sabía decir que no, ya que si algo había aprendido era que nada era imposible de hacer, de recrear todo se podía hacer si usabas los materiales adecuado. Mi pregunta ahora era ¿Dónde nacía mi desconfianza hacia aquel? En realidad no podía dar respuesta alguna, era una joven misterioso como muchos que habían entrado a la perfumería, también era muy educado y eso era lo que más rescataba, en realidad mi nerviosismo era una burda estupidez, relaje mi cuerpo no quería mostrarme tensa porque no había caso de estarlo. Sonreí cuando el comenzó hablar, dándome cuenta de lo equivocada que estaba, el necesitaba mi ayuda y se acudía a mí era porque realmente yo era la mejor en mi campo, quizás se había desilusionado en que fuera mujer ya que me pasaba el campo de la perfumería era más para los varones y ahí estaba yo yendo en contra la corriente como siempre lo hacía.
Mire el frasco con atención y no dude dos veces en tomarlo entre mis manos e inspeccionarlo, el color que había logrado con la combinación que tuviera realmente parecía de ensueño, alce mi vista y terminando de escucharle me propuse a hablar – Lamento, que sienta mi nerviosismo, hace poco pase por un atraco en la perfumería y aquello me tiene muy desconfiada – mis palabras eran de lamento pero eran la verdad – Para no hacer perfumes ha ocupado un color magnifico – le halague mientras seguía observando el frasco ansiosa por sentir el aroma que tendría este en su interior – Bueno, si conoce de plantas y fragancias yo le puedo ayudar en lo que sea, mi campo es bien variado y se varios secretos sobre la alquimia y perfumería – ahora estaba yo confesándome quizás peque en dar aquella información pero como él era mi tiempo de hablar. – ¿Pudo olfatear? – era el trabajo y creación de aquel hombre y no podía llegar y abrir el frasco sin su consentimiento, pero era necesario saber que había ocupado.
En cuanto a las preguntas, no tengo muchas – añadí mientras con cuidado le quitaba la tapa al frasco - ¿Qué ha ocupado en esta creación? – la primera pregunta siempre era la más importante pero antes tenía que decir – Joven, no se preocupe que yo lo ayudare para que consiga lo que necesita, esto forma parte de mi experiencia y no puedo negarme ante una petición tan particular como la suya – levemente baje mi cabeza en señal de respeto y educación, las cosas había que hacerlas de buena forma o sino nunca salían bien. Tome un pañuelo de algodón y lanzando unas gotas al aire ventile el pañuelo para que la fragancia se impregnara en aquella tela, de aquella forma seria más fácil saber que le hacía falta o que había que sacarle, un punto a favor era el color así que eso seguiría siendo el mismo. Tomado una pluma comencé a escribir las fragancias que podía diferenciar en aquella mezcla de aroma, cuando termine mire a Joven de rasgos asiáticos y espere a que me dijera que materiales había ocupado.
Mire el frasco con atención y no dude dos veces en tomarlo entre mis manos e inspeccionarlo, el color que había logrado con la combinación que tuviera realmente parecía de ensueño, alce mi vista y terminando de escucharle me propuse a hablar – Lamento, que sienta mi nerviosismo, hace poco pase por un atraco en la perfumería y aquello me tiene muy desconfiada – mis palabras eran de lamento pero eran la verdad – Para no hacer perfumes ha ocupado un color magnifico – le halague mientras seguía observando el frasco ansiosa por sentir el aroma que tendría este en su interior – Bueno, si conoce de plantas y fragancias yo le puedo ayudar en lo que sea, mi campo es bien variado y se varios secretos sobre la alquimia y perfumería – ahora estaba yo confesándome quizás peque en dar aquella información pero como él era mi tiempo de hablar. – ¿Pudo olfatear? – era el trabajo y creación de aquel hombre y no podía llegar y abrir el frasco sin su consentimiento, pero era necesario saber que había ocupado.
En cuanto a las preguntas, no tengo muchas – añadí mientras con cuidado le quitaba la tapa al frasco - ¿Qué ha ocupado en esta creación? – la primera pregunta siempre era la más importante pero antes tenía que decir – Joven, no se preocupe que yo lo ayudare para que consiga lo que necesita, esto forma parte de mi experiencia y no puedo negarme ante una petición tan particular como la suya – levemente baje mi cabeza en señal de respeto y educación, las cosas había que hacerlas de buena forma o sino nunca salían bien. Tome un pañuelo de algodón y lanzando unas gotas al aire ventile el pañuelo para que la fragancia se impregnara en aquella tela, de aquella forma seria más fácil saber que le hacía falta o que había que sacarle, un punto a favor era el color así que eso seguiría siendo el mismo. Tomado una pluma comencé a escribir las fragancias que podía diferenciar en aquella mezcla de aroma, cuando termine mire a Joven de rasgos asiáticos y espere a que me dijera que materiales había ocupado.
Off: de seguro vas a querer matarme por el retraso, pero nunca me llego notificación - user lloriquea - así que ya te traigo respuesta.... y prometo ser mas constante!! LO SIENTO!!! Junno! de mi corazón!!
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
-Ah, entiendo eso, no se preocupe. Después de una situación así es lógico que esté a la defensiva o eso creo. Además siempre hay que tener cuidado -Se había recargado ligeramente en el mostrador mientras hablabla. Su deslumbrante sonrisa parecía no querer desaparecer -Le agradezco eso, en realidad ese color era lo único que sabía podía lograr sin lugar a dudas -Si, sus más letales obras también lo tenían. Sin embargo, esta vez tenía algo ligeramente diferente en mente.
Aún no sabía si usaría el perfume para una cosa u otra, se había enfrascado en intentar obtener algo que le gustase, pero se le había complicado el proceso -Por supuesto que puede - dijo amablemente haciendo un ademán con la mano en señal de sus palabras.
Le observó con atención, olvidándose por un momento de contestar aquella pregunta. Sus elegantes movimientos al tomar el pañuelo y olfatear la sustancia. Vio como anotaba y no pudo más que sentirse fascinado. Siempre le había causado cierta admiración ese tipo de personas, aún cuando el poseía habilidad y cierto conocimiento, no era lo mismo estar con un experto. Se sorprendió al ver la presición que tenía al distinguir los ingredientes.
-Ah, lo siento... - dijo recordando de pronto la interrogante que debía contestar. Metió una mano en el bolsillo, sacando una nota que llevaba consigo, en la que había anotado cada cosa que había usado en esta ocasión. Estaban las cantidades, junno era un tanto maniático en cuanto a muchas cosas y la forma en la que había escrito aquello, desde la misma caligrafía dejaba ver un poco de esa parte de su carácter.
Se la extendió -Aunque creo que lo tiene prácticamente todo -dijo señalando lo que ella acababa de escribir -Debo decir que me parece algo realmente impresionante... Usted tiene un olfato increíble, creo que he hecho bien en entrar aqui, señorita - SU instinto tal vez le había guiado ahí.
Ella ya habría notado que había usado violetas en la mezcla, recordaba que a su abuelo le gustaban esas flores, esa era en parte la razón que le había llevado desde años atrás elegir aquel tono distintivo aún cuando no usara esa planta en particular. Esa vez se había decidido, pero siendo algo fuera de lo que él conocía se había topado con pared, así que ahora estaba algo emocionado de saber que probablemente aquello traería un buen resultado.
Aún no sabía si usaría el perfume para una cosa u otra, se había enfrascado en intentar obtener algo que le gustase, pero se le había complicado el proceso -Por supuesto que puede - dijo amablemente haciendo un ademán con la mano en señal de sus palabras.
Le observó con atención, olvidándose por un momento de contestar aquella pregunta. Sus elegantes movimientos al tomar el pañuelo y olfatear la sustancia. Vio como anotaba y no pudo más que sentirse fascinado. Siempre le había causado cierta admiración ese tipo de personas, aún cuando el poseía habilidad y cierto conocimiento, no era lo mismo estar con un experto. Se sorprendió al ver la presición que tenía al distinguir los ingredientes.
-Ah, lo siento... - dijo recordando de pronto la interrogante que debía contestar. Metió una mano en el bolsillo, sacando una nota que llevaba consigo, en la que había anotado cada cosa que había usado en esta ocasión. Estaban las cantidades, junno era un tanto maniático en cuanto a muchas cosas y la forma en la que había escrito aquello, desde la misma caligrafía dejaba ver un poco de esa parte de su carácter.
Se la extendió -Aunque creo que lo tiene prácticamente todo -dijo señalando lo que ella acababa de escribir -Debo decir que me parece algo realmente impresionante... Usted tiene un olfato increíble, creo que he hecho bien en entrar aqui, señorita - SU instinto tal vez le había guiado ahí.
Ella ya habría notado que había usado violetas en la mezcla, recordaba que a su abuelo le gustaban esas flores, esa era en parte la razón que le había llevado desde años atrás elegir aquel tono distintivo aún cuando no usara esa planta en particular. Esa vez se había decidido, pero siendo algo fuera de lo que él conocía se había topado con pared, así que ahora estaba algo emocionado de saber que probablemente aquello traería un buen resultado.
Última edición por Junno Kimura el Lun Dic 05, 2011 11:06 am, editado 1 vez
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Mientras terminaba de escribir los componentes de aquel particular perfume había escuchado lo que el joven de rasgos asiáticos hablaba, no pude controlar mi sonrojar y mis mejillas se tiñeron de un rojo bastante notorio. Sonreí a sus halagos, aun no entendía del todo mí preciado Don pero crear estas fragancias llenaba mi mundo en todos los ámbitos habidos y por haber. Suspire nuevamente llenando mis pulmones y mi sentido del olfato con aquel perfume. Revise lo que él había escrito en aquel pedazo de papel y me sorprendió la caligrafía era simplemente perfecta no pude evitar sorprenderme con aquello abriendo mis ojos lo más grande posible. Sin pensar en nada mas, me corrí de mi puesto hasta la puerta principal en la cual puse el letrero de cerrado, aquel joven ya había acaparado toda mi atención y le daría el privilegio de conocer mi laboratorio un lugar que muy pocos por no decir nadie conocía. Con una sonrisa amplia en mi semblante tome dos perfumes que habían creados mis ancestros uno Antoine y Viola de Lesseps, quinta generación hacia atrás siendo yo la primera. Me dirigí hacia Junno – Monsieur, acompáñeme al laboratorio ahí podremos hacer que este perfume sea lo que realmente necesita - le hice un ademan para que siguiera mis pasos, y empujando tan solo un poco se abrió aquella puerta.
Me adentre del lugar era un poco más grande que la perfumería un espacio donde no gozaba de gran decoración con una inmensidad de concentrados perfectamente sellados para que no perdieran su olor, también había un pequeño horno al vacío que me había regalado mi padre para la extracción de aromas, este estaba empotrado a la pared del fondo. Además por otro lado había una estantería con varias plantas aromáticas a las cuales les llegaba luz solar para mantenerlas vivas, a las cuales día a día me dedicaba de regarlas para tener así mi propio cultivo de hierbas y flores. Y en el centro un gran mesón donde habían notas esparcidas y algunos frascos limpios para la creación de nuevos productos. – Este lugar, es mi espacio más íntimo – una sonrisa sincera salió de mis labios al tiempo que me giraba en mi propio eje – Adelante, que tenemos trabajo que hacer – una cierta emoción empezó a recorrer mi cuerpo. Con cuidado arrume las notas dejándolas en un cajón de madera bastante amplio que servía de asiento de vez en cuando, deje la nota de Junno junto a la mía y puse varios frascos vacíos además del perfume que él había traído y los dos perfumes que había sacado de las estanterías de la perfumería.
Arremangue mis mangas y mirando a Junno – Ven enséñame como lo hiciste, muéstrame… - le dije invitándolo a integrarse junto a mí – Aquí encontraras todo los ingredientes que ocupaste pero mientras tú lo haces yo te iré enseñando o dictando una manera para mejorar y lograr lo que usted realmente desea – termine de añadir, ya había hablado lo suficiente y sabía que de alguna forma siempre lograba intimidar con mis palabras ya que nunca me quedaba callada. Me gustaba ayudar a las personas y más enseñarles un poco de mi magia una muchos ocupaban pero pocos sabían cómo empezaba todo esto.
Me adentre del lugar era un poco más grande que la perfumería un espacio donde no gozaba de gran decoración con una inmensidad de concentrados perfectamente sellados para que no perdieran su olor, también había un pequeño horno al vacío que me había regalado mi padre para la extracción de aromas, este estaba empotrado a la pared del fondo. Además por otro lado había una estantería con varias plantas aromáticas a las cuales les llegaba luz solar para mantenerlas vivas, a las cuales día a día me dedicaba de regarlas para tener así mi propio cultivo de hierbas y flores. Y en el centro un gran mesón donde habían notas esparcidas y algunos frascos limpios para la creación de nuevos productos. – Este lugar, es mi espacio más íntimo – una sonrisa sincera salió de mis labios al tiempo que me giraba en mi propio eje – Adelante, que tenemos trabajo que hacer – una cierta emoción empezó a recorrer mi cuerpo. Con cuidado arrume las notas dejándolas en un cajón de madera bastante amplio que servía de asiento de vez en cuando, deje la nota de Junno junto a la mía y puse varios frascos vacíos además del perfume que él había traído y los dos perfumes que había sacado de las estanterías de la perfumería.
Arremangue mis mangas y mirando a Junno – Ven enséñame como lo hiciste, muéstrame… - le dije invitándolo a integrarse junto a mí – Aquí encontraras todo los ingredientes que ocupaste pero mientras tú lo haces yo te iré enseñando o dictando una manera para mejorar y lograr lo que usted realmente desea – termine de añadir, ya había hablado lo suficiente y sabía que de alguna forma siempre lograba intimidar con mis palabras ya que nunca me quedaba callada. Me gustaba ayudar a las personas y más enseñarles un poco de mi magia una muchos ocupaban pero pocos sabían cómo empezaba todo esto.
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
No pudo evitar sorprenderse al recibir aquella invitación. Aquello no era algo que se hiciese regularmente ¿cierto? Dejar aque alguien viese el lugar en donde llevaba a cabo su trabajo le hizo sentir nervioso, pero avanzó siendo guiado por ella y una vez en aquella estancia no pudo más que admirar lo que sus ojos observaban. Claro que no estaba allí para desvariar en cuanto a eso, así que regresó su atención a ella cuando le dijo que le mostrara como había hecho lo que contenía su pequeño envase. Cielos, una cosa era hacerlo y otra que le estuviesen observando.
Ella sería la primera en ver el proceso que le había sido enseñado por su familia muchos años antes y que había pasado por generaciones para llegar hasta él. No era el único que podía hacerlo, pero en todo aquel clan, que ahora no era tan grande, él era el único que poseía los conocimientos en aquel grado. Se sentía nervioso mientras repetía lo que ya había hecho infinidad de veces, solo por saber que aquellos ojos le seguían en cada paso. Aún así, estaba acostumbrado a muchas otras cosas y su concentración fue aumentando conforme se movía cumpliendo con el cometido que le había sido encomendado.
Por un breve momento su mente le hizo pensar en todas la veces que sus manos habían preparado venenos o medicamentos anteriormente. Aquello sin embargo no era lo mismo, porque el resultado tampoco lo era. En realidad creía que distaba demasiado de lo que su especialidad era. Conforme avanzaba cualquier otra cosa se desvaneció, toda su atención estaba fija en medir y combinar aquello, aunque iba haciéndolo con calma y de manera que ella pudiese detenerle en cualquier instante. Después de todo era ella en quién había decidido depositar su confianza. En algún punto su mirada se desvió y se quedó en expectativa. Había repetido cada paso tal cual lo había hecho para obtener aquella violácea sustancia.
-Ese es el proceso que he seguido… - fue lo único que pudo decir y esperó por sus palabras, fuesen las que tuviesen que ser. Su objetivo era obtener probablemente un aroma que se convirtiera en su sello más que en un arma para lo que ya venía haciendo. Diferente a su propósito de obtener un veneno que pudiese a afectar a un vampiro de manera irreversible, el obtener aquel perfume era más bien distinto
Ella sería la primera en ver el proceso que le había sido enseñado por su familia muchos años antes y que había pasado por generaciones para llegar hasta él. No era el único que podía hacerlo, pero en todo aquel clan, que ahora no era tan grande, él era el único que poseía los conocimientos en aquel grado. Se sentía nervioso mientras repetía lo que ya había hecho infinidad de veces, solo por saber que aquellos ojos le seguían en cada paso. Aún así, estaba acostumbrado a muchas otras cosas y su concentración fue aumentando conforme se movía cumpliendo con el cometido que le había sido encomendado.
Por un breve momento su mente le hizo pensar en todas la veces que sus manos habían preparado venenos o medicamentos anteriormente. Aquello sin embargo no era lo mismo, porque el resultado tampoco lo era. En realidad creía que distaba demasiado de lo que su especialidad era. Conforme avanzaba cualquier otra cosa se desvaneció, toda su atención estaba fija en medir y combinar aquello, aunque iba haciéndolo con calma y de manera que ella pudiese detenerle en cualquier instante. Después de todo era ella en quién había decidido depositar su confianza. En algún punto su mirada se desvió y se quedó en expectativa. Había repetido cada paso tal cual lo había hecho para obtener aquella violácea sustancia.
-Ese es el proceso que he seguido… - fue lo único que pudo decir y esperó por sus palabras, fuesen las que tuviesen que ser. Su objetivo era obtener probablemente un aroma que se convirtiera en su sello más que en un arma para lo que ya venía haciendo. Diferente a su propósito de obtener un veneno que pudiese a afectar a un vampiro de manera irreversible, el obtener aquel perfume era más bien distinto
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Realmente ahora que observaba aquel joven con manos finas manejar aquellos pocillos se me vino a la cabeza que solo había visto a un hombre más hacer algo similar, mi padre, sonreí con un carisma diferente al que normalmente me era visto, hacia mucho que no me sentía tan amena como en ese momento en el cual toda mi atención se la llevaba aquel hombre de rasgos finos. Me acerque a él con lentitud y en completo silencio rodee el lugar para que pudiera tener una mejor vista de las cantidades y de la manera en como llegaba al color violáceo que parecía sacado de un sueño. Respire hondo, aquella parecía ser un examen para entrar a alguna hermandad, el aroma lentamente se desvaneció a la hora que tocaba el oxigeno en el ambiente. Lleve la izquierda a mi barbilla y deposite un dedo en esta para meditar escasos segundos. El método era en si fuera de lo común, mas diciendo que se había saltado uno o dos pasos de importancia para la fabricación de un perfume, el había obtenido solo una loción de aquellos ingredientes mas no el extracto en sí. Hice una mueca cuando concluyo y con una amplia sonrisa procedí - El proceso está incompleto, es por eso que no obtienes el resultado que deseas – Dije moviendo las manos haciendo una especia de mímica de lo que el había hecho – Pero debo admitir que por lo demás ha sido un trabajo limpio, perfecto – de eso no existía duda, no había derramado ni una gota de mas, todo era simplemente impecable.
Del lugar donde estaba tome un gran frasco donde en su interior una especie de crema incolora y sin aroma la deposite en el mesón y prendí una pequeña cocinilla que había cerca, en uno de los fuegos puse una olla con un poco de aquella crema que se asemejaba a la manteca – Bien, esto – apunte al frasco – es un bálsamo, en su estado natural solo sirve para la fabricación de jabón pero cuando lo disuelves a una temperatura correcta se obtiene una mezcla más densa que el agua – dije con calma mientras en la olla se disolvía el contenido – Ahora tenemos que agregarle un poco de alcohol para que no se solidifique cuando alcance una temperatura menor, además le agregare un poco de otro alcohol, alcohol etílico para que rompa algunos enlaces – dije esperando que me entendiera, esperaba si él tuviera alguna duda me a hiciera, no quería que se perdiera ningún detalle, los segundos pasaron y logre lo que deseaba una mezcla liquida sin aroma y sin color, tome la olla con un guante de cuero forrado para no quemarme y la puse en una tinaja para que se enfriara un poco, en el mismo pocillo deposite un termómetro para ver la temperatura del contenido deseado.
Volví donde él estaba y tome su creación pidiendo permiso – Ahora viene lo que le dará durabilidad y consistencia a tu perfume – sonreí y le hice una seña para que me siguiera a la tinaja donde la temperatura había bajado considerablemente, tome un pocillo de vidrio y se lo pase para que me ayudara, con un cucharon grande saque un poco de la mezcla que yo había preparado y la introduje en el pocillo que tenia Juno, luego y en completo silencio vertí su mezcla – Listo, ahora - dije tapando el pocillo – lo dejaremos reposar y veremos si agarro la consistencia que le hacía falta. Como vez solo te faltaba un poco de ayuda – levante mis hombros y sonreí ampliamente, tenía fe que aquel perfume seria una verdadera delicia a la hora que estuviera listo - ¿Tiene alguna duda, Monsieur? – termine por preguntarle.
Del lugar donde estaba tome un gran frasco donde en su interior una especie de crema incolora y sin aroma la deposite en el mesón y prendí una pequeña cocinilla que había cerca, en uno de los fuegos puse una olla con un poco de aquella crema que se asemejaba a la manteca – Bien, esto – apunte al frasco – es un bálsamo, en su estado natural solo sirve para la fabricación de jabón pero cuando lo disuelves a una temperatura correcta se obtiene una mezcla más densa que el agua – dije con calma mientras en la olla se disolvía el contenido – Ahora tenemos que agregarle un poco de alcohol para que no se solidifique cuando alcance una temperatura menor, además le agregare un poco de otro alcohol, alcohol etílico para que rompa algunos enlaces – dije esperando que me entendiera, esperaba si él tuviera alguna duda me a hiciera, no quería que se perdiera ningún detalle, los segundos pasaron y logre lo que deseaba una mezcla liquida sin aroma y sin color, tome la olla con un guante de cuero forrado para no quemarme y la puse en una tinaja para que se enfriara un poco, en el mismo pocillo deposite un termómetro para ver la temperatura del contenido deseado.
Volví donde él estaba y tome su creación pidiendo permiso – Ahora viene lo que le dará durabilidad y consistencia a tu perfume – sonreí y le hice una seña para que me siguiera a la tinaja donde la temperatura había bajado considerablemente, tome un pocillo de vidrio y se lo pase para que me ayudara, con un cucharon grande saque un poco de la mezcla que yo había preparado y la introduje en el pocillo que tenia Juno, luego y en completo silencio vertí su mezcla – Listo, ahora - dije tapando el pocillo – lo dejaremos reposar y veremos si agarro la consistencia que le hacía falta. Como vez solo te faltaba un poco de ayuda – levante mis hombros y sonreí ampliamente, tenía fe que aquel perfume seria una verdadera delicia a la hora que estuviera listo - ¿Tiene alguna duda, Monsieur? – termine por preguntarle.
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
A partir de ese momento le observó en completo silencio asintiendo cada vez que le hablaba. Siguió hasta el mínimo movimiento, casi como cuando estaba alerta vigilando a alguien esperando por órdenes. En su rostro pudo notarse que él no tenía ni idea del proceso -Debo decir que realmente esto es muy diferente a lo que hago, ¿en verdad no estoy tan perdido como creo? - Es decir, no había corregido aquella muestra, había dicho que estaba incompleto y el había estado pensando que eso era un completo desastre antes de salir de casa ese día.
Su mirada era justo como la de algún chiquillo al que le enseñan algo nuevo y que no se había imaginado por completo. Estaba de algún modo fascinado mientras veía sus ojos y sus labios moverse, el compás d los movimientos de su cuerpo le hizo abstraerse. Tomó el pocillo viendo con tranquilidad –Es curioso que me estés enseñando… - Eso lo dijo justo después de que le dejase saber que aquello que tenía entre manos debía reposar para obtener lo deseado -¿No es esto como los secretos de un mago?- Buenom técnicamente lo suyo también lo era, y aún así le había enseñado a otros lo que a él se le había enseñado en secreto. Pero se le había dicho que no podía dárle a cualquiera esos conocimiento, aunque la creación de venenos era, más bien, un campo peligroso. Hacer un perfume no podía causar tanto daño, pero como en todo, cada persona tenía secretos para lograr personalizar lo que hacían ¿no era así?
Le sonreía de esa forma abierta y sincera. Siempre le habían dicho que sonreía demasiado, pero esa era su forma de ser, su abuelo le había dicho que debía sonreír y él se lo había tomado en serio. Era esa misma persona la que le había ayudado a pulir y perfeccionar aquellas técnicas en casa. Con una paciencia que pocos hubiesen tenido con un niño que quería aprender todo antes de tiempo. Pero había sido su deseo, el conocer a quien servían de esa forma. Sabía que solo si lograba resaltar entre toda su familia se le permitiría conocerlo. Su especialidad era elaborar todo tipo de mezclas, y fuese cualquiera la función, crer una medicina o un veneno mortal, se lo tomaba con la misma seriedad y empeño. No importaba para que se usarían, cuando hacía aquello, simplemente lo disfrutaba y en algún momento, aquel tono violáceo se había convertido en algo recurrente en su trabajo. Debía ser que le gustaba aquel color o porque le traía recuerdos.
-No tengo ninguna duda por ahora, al menos eso creo… - Tendría que darle las gracias de alguna manera. Se sentía de algún modo reconfortado en ese momento al estar en aquella estancia en la que se sentía como ajeno. No era a lo que estaba acostumbrado, era por eso que le gustaba aún más, como quien se alegra de ver un paisaje soleado después de ver siempre nieve.
Su expresión se había suavizado, esta era la primera vez que alguien diferente le decía palabras como aquellas, había practicado tanto para no cometer ni un error siempre, pero a estas alturas todos estaban acostumbrados a ello, así que el que alguien más lo reconociese le hacía sentir cierto alivio.
Su mirada era justo como la de algún chiquillo al que le enseñan algo nuevo y que no se había imaginado por completo. Estaba de algún modo fascinado mientras veía sus ojos y sus labios moverse, el compás d los movimientos de su cuerpo le hizo abstraerse. Tomó el pocillo viendo con tranquilidad –Es curioso que me estés enseñando… - Eso lo dijo justo después de que le dejase saber que aquello que tenía entre manos debía reposar para obtener lo deseado -¿No es esto como los secretos de un mago?- Buenom técnicamente lo suyo también lo era, y aún así le había enseñado a otros lo que a él se le había enseñado en secreto. Pero se le había dicho que no podía dárle a cualquiera esos conocimiento, aunque la creación de venenos era, más bien, un campo peligroso. Hacer un perfume no podía causar tanto daño, pero como en todo, cada persona tenía secretos para lograr personalizar lo que hacían ¿no era así?
Le sonreía de esa forma abierta y sincera. Siempre le habían dicho que sonreía demasiado, pero esa era su forma de ser, su abuelo le había dicho que debía sonreír y él se lo había tomado en serio. Era esa misma persona la que le había ayudado a pulir y perfeccionar aquellas técnicas en casa. Con una paciencia que pocos hubiesen tenido con un niño que quería aprender todo antes de tiempo. Pero había sido su deseo, el conocer a quien servían de esa forma. Sabía que solo si lograba resaltar entre toda su familia se le permitiría conocerlo. Su especialidad era elaborar todo tipo de mezclas, y fuese cualquiera la función, crer una medicina o un veneno mortal, se lo tomaba con la misma seriedad y empeño. No importaba para que se usarían, cuando hacía aquello, simplemente lo disfrutaba y en algún momento, aquel tono violáceo se había convertido en algo recurrente en su trabajo. Debía ser que le gustaba aquel color o porque le traía recuerdos.
-No tengo ninguna duda por ahora, al menos eso creo… - Tendría que darle las gracias de alguna manera. Se sentía de algún modo reconfortado en ese momento al estar en aquella estancia en la que se sentía como ajeno. No era a lo que estaba acostumbrado, era por eso que le gustaba aún más, como quien se alegra de ver un paisaje soleado después de ver siempre nieve.
Su expresión se había suavizado, esta era la primera vez que alguien diferente le decía palabras como aquellas, había practicado tanto para no cometer ni un error siempre, pero a estas alturas todos estaban acostumbrados a ello, así que el que alguien más lo reconociese le hacía sentir cierto alivio.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Si algo conocía a la perfección era el arte de la alquimia para hacer perfumes, de corta edad había mostrado mis dotes de una gran artista, de una jovencita madura que quería aprender para ser alguien en la vida, alguien más que solo la esposa de, aquello nunca fue mi idea, sabía que todo en esta vida termina y tal como se lo había dicho mi padre una mujer tenía que aprender a valerse por sí sola y ese era mi lema y siempre lo seria. Observe al joven con gran atención, era extraño lo que él había hecho en cuanto a su perfume, podría decir que nunca una persona equis había entrado con esa propuesta, diferente, extrema con algo que muy pocos conocían, tenía una idea vana de lo que él era pero solo eran suposiciones. Sonreí cuando tomo el frasco – En realidad… no te he enseñado nada – mi voz sale como una suave caricia. – Hay muchas formas de lograr un perfume consistente y bueno yo ocupo otras formas de hacerlo pero eso no quiere decir que la tuya no sea la correcta, te faltaba un paso importante yo solo te guie para que pudieras logara lo que deseabas.
Hable como si fuera un cura predicando la palabra del señor, vaya ideas salían de mi cabeza pensé, mientras imágenes de mi pasado pasaban frente mi cabeza, mi primer perfume un error que había salido bien, un castigo que se volvió mi propia condena mi pasión, una pasión que hace hervir mis venas hasta sentir que cada creación es parte de mi sangre de mi cuerpo y de mi vida. Suspire sonriendo ensimismada en pensamientos de mi alma en imágenes que me demostraban la gloria de mi propio poder en este mundo – Cada uno busca su propio toque para hacerlo mágico… secretos hay muchos yo solo revele uno que te será de ayuda. – le dije acercándome a él invadiendo su espacio tome el frasco con el perfume y con un gotero saque algunas gotas para luego tomar su muñeca y verter una gota, frote su muñeca con la mía y luego inspire con fuerzas – Un magnifico aroma – pronuncie volando en mi cabeza…
Volví al lugar como si me hubieran tirado un balde con agua fría – Si alguna vez tienes una duda… ya sabes dónde encontrarme, yo estaré feliz en ayudarte- cuando decía las cosas siempre las decía de corazón y hablar con aquel joven me daba una confianza extraña, como si fuera más que nada un favor, un simple favor. – Y un último consejo… todo hacerlo con un sentimiento en específico… de esa forma el perfume tendrá otro significado. – Un concejo que a mí me había servido por muchos años, aquellas palabras me las había dicho mi padre un día cuando mis aromas perdían consistencia cuando se desvanecían al contacto del aire… fue ahí que aprendí a poner pasión en cada uno de mis perfumes… y jamás se me olvidaría tan sabio consejo.
Hable como si fuera un cura predicando la palabra del señor, vaya ideas salían de mi cabeza pensé, mientras imágenes de mi pasado pasaban frente mi cabeza, mi primer perfume un error que había salido bien, un castigo que se volvió mi propia condena mi pasión, una pasión que hace hervir mis venas hasta sentir que cada creación es parte de mi sangre de mi cuerpo y de mi vida. Suspire sonriendo ensimismada en pensamientos de mi alma en imágenes que me demostraban la gloria de mi propio poder en este mundo – Cada uno busca su propio toque para hacerlo mágico… secretos hay muchos yo solo revele uno que te será de ayuda. – le dije acercándome a él invadiendo su espacio tome el frasco con el perfume y con un gotero saque algunas gotas para luego tomar su muñeca y verter una gota, frote su muñeca con la mía y luego inspire con fuerzas – Un magnifico aroma – pronuncie volando en mi cabeza…
Volví al lugar como si me hubieran tirado un balde con agua fría – Si alguna vez tienes una duda… ya sabes dónde encontrarme, yo estaré feliz en ayudarte- cuando decía las cosas siempre las decía de corazón y hablar con aquel joven me daba una confianza extraña, como si fuera más que nada un favor, un simple favor. – Y un último consejo… todo hacerlo con un sentimiento en específico… de esa forma el perfume tendrá otro significado. – Un concejo que a mí me había servido por muchos años, aquellas palabras me las había dicho mi padre un día cuando mis aromas perdían consistencia cuando se desvanecían al contacto del aire… fue ahí que aprendí a poner pasión en cada uno de mis perfumes… y jamás se me olvidaría tan sabio consejo.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
-No sé cuánto le debo por sus servicios, debo decir que le estaré eternamente agradecido- Era en serio, por muy exagerado que pareciera, así era como sería para él. En ese momento una alegría diferente a la que había invadido su ser en cualquier momento de su vida, ella le había brindado su ayuda y eso lo agradecería -Se equivoca, porque me ha mostrado el camino a seguir, así que me ha enseñado lo que me hacía falta para llegar a mi objetivo, eso es suficiente razón para mí- La sinceridad y la convicción en sus palabras era algo que era difícil que cambiara. Estaba convencido de lo que decía, no había lugar a dudas.
Fue entonces que notó, que desde que entró, no se había presentado, había llegado como un cliente y se había saltado cualquier tipo de presentación. Hizo una ligera reverencia, tal como su estatus de mayordomo le permitía hacerlo con una naturalidad de la que nadie dudaría -Junno Kimura, señorita... Agradezco su ayuda, y si hay algo más que pueda hacer por usted estaré encantado... - Aquella sonrisa innata en su rostro mientras le veía y esperaba ver en sus facciones la respuesta incluso antes de recibirla.
Servir a otros, parte de su vida se había ido en ello, le gustaba ayudar, pero esta vez ella había hecho más por él, y le acababa de proporcionar la fragancia que se convertiría en la marca que él llevaría a partir de ese momento, ese aroma le representaría de manera silenciosa. Un sello personal que no era tangible, pero que podría reconocerse sin necesidad de que poseyera una forma específica.
Enderezó su postura -No olvidaré su consejo y si necesito su ayuda vendré sin duda alguna a verle - No tenía problemas enacudir a alguien más, su campo era diferente al de ella y el saberlo hacía que su confianza se depositara en ella, no pretendía compararse a la experiencia que ela poseía, la admiraba y como tal le reconocía como alguien que le superaba en algo y a la cual podría acudir con sus dudas si ella se lo permitía.
Fue entonces que notó, que desde que entró, no se había presentado, había llegado como un cliente y se había saltado cualquier tipo de presentación. Hizo una ligera reverencia, tal como su estatus de mayordomo le permitía hacerlo con una naturalidad de la que nadie dudaría -Junno Kimura, señorita... Agradezco su ayuda, y si hay algo más que pueda hacer por usted estaré encantado... - Aquella sonrisa innata en su rostro mientras le veía y esperaba ver en sus facciones la respuesta incluso antes de recibirla.
Servir a otros, parte de su vida se había ido en ello, le gustaba ayudar, pero esta vez ella había hecho más por él, y le acababa de proporcionar la fragancia que se convertiría en la marca que él llevaría a partir de ese momento, ese aroma le representaría de manera silenciosa. Un sello personal que no era tangible, pero que podría reconocerse sin necesidad de que poseyera una forma específica.
Enderezó su postura -No olvidaré su consejo y si necesito su ayuda vendré sin duda alguna a verle - No tenía problemas enacudir a alguien más, su campo era diferente al de ella y el saberlo hacía que su confianza se depositara en ella, no pretendía compararse a la experiencia que ela poseía, la admiraba y como tal le reconocía como alguien que le superaba en algo y a la cual podría acudir con sus dudas si ella se lo permitía.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
Pocas, si muy pocas veces conocía personas interesadas en realidad por el arte de enfrascar una combinación de aromas, los perfumeros eramos muy meticulosos en quienes enseñábamos si, digamos que nacíamos con un ojo critico a la hora de dar a conocer nuestros secretos y aun cuando al joven de razgos asiáticos solo le había enseñado una de las mas simples técnicas ya con eso se había ganado un espacio en mi espacio de personas a quienes respetar. El querer aprender para muchos significaba un gasto de tiempo, al contrario para mi era querer ser mejor. Sonrei con gracia, esa gracia que me distinguía, que según mi padre me hacia única entre la multitud. No sabia quien estaba mas agradecida del otro si el de mi o yo de el. – Todos necesitamos un pequeño empuje para conseguir lo que deseamos, Monsieur, usted vino hasta aca con ideas claras yo solo le di una pequeña pauta a seguir y que espero para usted sea lo necesario.
Cuando se presento me percate en ese segundo que en todo segundo eramos la dama y el caballero, no existían nombres de pila, ni apellidos que nos connotaran a ninguno, a la vez pensé que aquellas circunstancias nos ayudaban como personas a no encasillarnos en ideales impuesto por una sociedad burócrata que creía que un apellido valia mas que la persona misma. Al mismo tiempo que el se inclinaba hice el mismo gesto casi cómplice por mis pensamientos – Monsieur Kimura – sonreí – Viola de Lesseps para ayudarle cuando lo necesite. – Era claro podría llegar a pensar que el seria mi primer aprendiz, en realidad era el segundo, el primero había sido Lionel un gitano curioso y con ganas de conocer de la vida y de por sí del famoso arte que yo practicaba diariamente.
Mire mi pequeño laboratorio, todo puesto en un orden casi armónico, siempre había pensado que cada cosa tenía su espacio y nadie podría decir o mover las los frascos porque si, por que al final lo que habíamos hecho era una melodía oculta una de esas que solo con el olfato se podían saber las notas exactas que habíamos tocado, sonreí, no podía dejar de hacerlo mi corazón estaba lleno de júbilo esa alegría por saber que había hecho algo bueno en ese día. Pero aun me faltaba algo por hacer y no quería pensar más en darme rodeos, el había sido claro que si necesitaba ayuda volvería y yo clara siempre esperaría por algún nuevo reto para ayudarle a crear, por que donde la imaginación habita siempre hay un lugar para la creación – Monsieur, Las puertas de mi laboratorio estarán abiertas para enseñarle, para mí es un lugar mágico casi sagrado muy pocos lo conocen pero sé que usted con sus ganas de saber sabrá seguir un buen camino en cuanto a lo que necesite. Siempre podrá venir y acudir a mí, yo – puse mi mano en el pecho como gesto solemne – Estaré encantada en ayudarle – Si, había repetido la misma idea, pero había que ser así, de alguna forma reafirmaba lo que mis deseos querían.
Suspire mirando su perfume observando el color que poseía este y acercándome un poco con un gotero saque solo una gota de aquel – Me pregunto, usted me dejaría ocupar este color para uno de mis perfumes, justamente andaba buscando una tonalidad en especifico y este sería perfecto para el aroma del Pecado – musite, esperaba no molestarlo, a final de cuentas él había hecho el trabajo bruto yo solo lo había afinado un poco.
Cuando se presento me percate en ese segundo que en todo segundo eramos la dama y el caballero, no existían nombres de pila, ni apellidos que nos connotaran a ninguno, a la vez pensé que aquellas circunstancias nos ayudaban como personas a no encasillarnos en ideales impuesto por una sociedad burócrata que creía que un apellido valia mas que la persona misma. Al mismo tiempo que el se inclinaba hice el mismo gesto casi cómplice por mis pensamientos – Monsieur Kimura – sonreí – Viola de Lesseps para ayudarle cuando lo necesite. – Era claro podría llegar a pensar que el seria mi primer aprendiz, en realidad era el segundo, el primero había sido Lionel un gitano curioso y con ganas de conocer de la vida y de por sí del famoso arte que yo practicaba diariamente.
Mire mi pequeño laboratorio, todo puesto en un orden casi armónico, siempre había pensado que cada cosa tenía su espacio y nadie podría decir o mover las los frascos porque si, por que al final lo que habíamos hecho era una melodía oculta una de esas que solo con el olfato se podían saber las notas exactas que habíamos tocado, sonreí, no podía dejar de hacerlo mi corazón estaba lleno de júbilo esa alegría por saber que había hecho algo bueno en ese día. Pero aun me faltaba algo por hacer y no quería pensar más en darme rodeos, el había sido claro que si necesitaba ayuda volvería y yo clara siempre esperaría por algún nuevo reto para ayudarle a crear, por que donde la imaginación habita siempre hay un lugar para la creación – Monsieur, Las puertas de mi laboratorio estarán abiertas para enseñarle, para mí es un lugar mágico casi sagrado muy pocos lo conocen pero sé que usted con sus ganas de saber sabrá seguir un buen camino en cuanto a lo que necesite. Siempre podrá venir y acudir a mí, yo – puse mi mano en el pecho como gesto solemne – Estaré encantada en ayudarle – Si, había repetido la misma idea, pero había que ser así, de alguna forma reafirmaba lo que mis deseos querían.
Suspire mirando su perfume observando el color que poseía este y acercándome un poco con un gotero saque solo una gota de aquel – Me pregunto, usted me dejaría ocupar este color para uno de mis perfumes, justamente andaba buscando una tonalidad en especifico y este sería perfecto para el aroma del Pecado – musite, esperaba no molestarlo, a final de cuentas él había hecho el trabajo bruto yo solo lo había afinado un poco.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: ¿Cuál es el color del pecado? [Privado]
-Señorita de Lesseps, lo cierto es que a veces es mejor tener un nombre con el cual llamarle - El era una persona realmente extraña para muchos con esa sonrisa que solo una persona había podido transformar en un gesto de hastío o molestia.
Sin duda, aquello le serviría, pero conforme fuese experimentando, saber que podía acudir a ella ya era un gran alivio. Muchas veces podías quedarte mucho tiempo tratando de figurar algo que otros conocían como la palma de su mano. Así como para él lo eran los venenos, ella tenía esa maestría con los perfumes. Sus laboratorios podían ser un tanto diferentes y a la vez tenían un cierto parecido. Al igual que aquellas esencias acomodadas de manera meticulosa, en el lugar en el que solía trabajar se expandían de la misma forma los frasquitos que contenían desde los más simples a las más letales combinaciones que había logrado.
-Tenga por seguro que me verá nuevamente por estos lugares... Siendo así, creo que si puede tomar algo de mi trabajo como lo he hecho yo del suyo, tiene permitido hacerlo, no me molesta en absoluto - Ese color, por alguna razón siempre le había llamado la atención, a veces, entre más brillante más misterioso le parecía, por eso era que el más mortífero de sus venenos también lo poseía.
Era la primera vez que una persona aparte de su abuelo y su familia le enseñaba algo que le sería tan provechoso para él y además, ahora sentía más curiosidad aún sobre aquellas artes. En él todo se mezclaba, de la misma forma en que podía sonreír como si la maldad en el mundo no existiera y también poseer en los momentos cruciales aquella mirada que dejaba claro que no le costaría tomar una vida de ser necesario. Muy diferente a la lealtad que le dedicaba a su clan o a la persona por quien se encontraba en aquel país, lo que sentía hacia ella era un tanto diferente. Siempre estaría en deuda con ella, incluso aunque no lo dijese en voz alta, porque quien está dispuesto a compartir sus conocimientos... personas así son difíciles de encontrar. Como cualquier arte, siempre tienes el derecho de elegir a quien revelar los secretos o los conocimientos que posees.
Como él, que no podía hacerlo a la ligera cuando se trataba de venenos. Pero había enseñado a más de una persona a preparar antídotos -De hecho, sería un honor que lo hiciera - se quedó pensando un momento en sus palabras -Pecado... ¿Ese es el nombre de una de sus creaciones? Creo que el color va bien con ese nombre… - Si, tenía esa impresión. Un color que siempre se había asociado con lo místico, muchas veces asociado al lujo y la ambición. Poco frecuente de manera natural… por eso le gustaba… -No es una amenaza pero no será la última vez que me vea –la tranquilidad en su rostro era algo que se observaba con naturalidad, su enfado o enojo solo lograba sacarlo a flote aquel licano escandaloso que siempre ponía cualquier situación de cabeza.
Sin duda, aquello le serviría, pero conforme fuese experimentando, saber que podía acudir a ella ya era un gran alivio. Muchas veces podías quedarte mucho tiempo tratando de figurar algo que otros conocían como la palma de su mano. Así como para él lo eran los venenos, ella tenía esa maestría con los perfumes. Sus laboratorios podían ser un tanto diferentes y a la vez tenían un cierto parecido. Al igual que aquellas esencias acomodadas de manera meticulosa, en el lugar en el que solía trabajar se expandían de la misma forma los frasquitos que contenían desde los más simples a las más letales combinaciones que había logrado.
-Tenga por seguro que me verá nuevamente por estos lugares... Siendo así, creo que si puede tomar algo de mi trabajo como lo he hecho yo del suyo, tiene permitido hacerlo, no me molesta en absoluto - Ese color, por alguna razón siempre le había llamado la atención, a veces, entre más brillante más misterioso le parecía, por eso era que el más mortífero de sus venenos también lo poseía.
Era la primera vez que una persona aparte de su abuelo y su familia le enseñaba algo que le sería tan provechoso para él y además, ahora sentía más curiosidad aún sobre aquellas artes. En él todo se mezclaba, de la misma forma en que podía sonreír como si la maldad en el mundo no existiera y también poseer en los momentos cruciales aquella mirada que dejaba claro que no le costaría tomar una vida de ser necesario. Muy diferente a la lealtad que le dedicaba a su clan o a la persona por quien se encontraba en aquel país, lo que sentía hacia ella era un tanto diferente. Siempre estaría en deuda con ella, incluso aunque no lo dijese en voz alta, porque quien está dispuesto a compartir sus conocimientos... personas así son difíciles de encontrar. Como cualquier arte, siempre tienes el derecho de elegir a quien revelar los secretos o los conocimientos que posees.
Como él, que no podía hacerlo a la ligera cuando se trataba de venenos. Pero había enseñado a más de una persona a preparar antídotos -De hecho, sería un honor que lo hiciera - se quedó pensando un momento en sus palabras -Pecado... ¿Ese es el nombre de una de sus creaciones? Creo que el color va bien con ese nombre… - Si, tenía esa impresión. Un color que siempre se había asociado con lo místico, muchas veces asociado al lujo y la ambición. Poco frecuente de manera natural… por eso le gustaba… -No es una amenaza pero no será la última vez que me vea –la tranquilidad en su rostro era algo que se observaba con naturalidad, su enfado o enojo solo lograba sacarlo a flote aquel licano escandaloso que siempre ponía cualquier situación de cabeza.
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