Una tradición perdida [ Priv ]

por **Quinn Bentley** Lun Ene 13, 2014 11:47 am

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
19:30pm
Paris, Francia

Había atardecido demasiado rápido, aunque era algo común en esta época del año. Estaban en invierno y el tiempo era en si el de los peores de las cuatro estaciones, pero cada año, como costumbre de la valía de los dos hermanos, siempre iban a principios de Enero en busca de alguna prueba de valor. Este año tocaba meterse en las aguas heladas, a ver quién tenía más huevos de los dos hermanos en meterse dentro de una sola vez, sin retractarse, sin percatarse de la helada temperatura del mar.

Xavier observaba si Simone podía caminar después del traspiés que se dio al bajar las escaleras, pero acabo por cogerla a mitad de cuando bajaba del carruaje en brazos. No le importo demasiado si se ruborizaba, sentía que hacia algo bien. Quinn, con la fuerza que tenía, bajo la manta de picnic, la cesta y alguna que otra manta para tener abrigo, ah! Y los accesorios de entretenimiento de Simone.

Era como una celebración que hacían cada uno, no tenían padres así que no les dirían “¡Que hacéis!” Ellos ahora eran libres pero tenían el cargo del clan a sus espaldas. La gente quería a Xavier como nuevo líder ya que Alfonso de Montalvo, no había podido sobrevivir a la pelea que tuvo con Herkimer, fue abatido y sinceramente no sobrevivió durante el proceso de curación. Cayó en combate prácticamente. Para entonces, Xavier era ignorante de su deber, jugaba con su hermano Quinn por los bosques, las lagunas, todo en su estado licántropo y después regresaban a su mansión para poder descansar como si nada hubiera pasado. Eran buenos tiempos pero ahora todo se quedó atrás, se quedó en el olvido y tiempos oscuros vinieron a ensombrecer la luz por la que se guiaban hasta ahora.

-Xavier, aquí creo que estamos bien situados para hacerlo…-Quinn sonó convencido de donde había visto el lugar, entonces, Xavier que tenía aun en brazos a Simone, fue directamente hacia el lugar en donde Quinn dejo todo, puso la manta y por fin pudo poner en el suelo, sentada a Simone con cuidado. Xavier no la miro de inmediato, pero cuando cruzo su mirada con la ajena, solo sonaban el sonar de las olas bailar contra más olas, Xavier, el más serio de los hermanos Bentley, sonrió apenas, se le difumino enseguida la sonrisa de su rostro para comenzar a desvestirse, comenzando por la cabeza.
-Quinn…antes de nada, tapa a Simone con las mantas..
-No soy…tu criado bobo…-Mostro cierta burla, antipatía hacia su hermano para que supiera que no era su criado-…Aquí tienes Simone…-Con una manta, cubrió los hombros de Simone con una manta, después la abrazo con dulzura y le propinó un beso en la frente-….Aguarda aquí, este inútil quiere su tradición…-Termino por separarse de ella riendo, sintiéndose cálido a su lado. Por un momento quería dejar plantado a su hermano mayor.
-Vaaa…mos….-Con cierta parsimonia, Xavier aun aguardaba, solamente llevaba los pantalones interiores, se le marcaba todo su cuerpo inferior y sus abdominales estaban al descubierto. Xavier vio que su hermano se desvestía lento, le ayudo rápidamente y enseguida se quedó igual que él - ¿Ya? –Xavier tosio al ver que su hermano respondia afirmativamente.
-S-si…

Ambos miraron en el horizonte, se pusieron cara a cara a las holas, cara a cara frente a aquella agua gélida que se mostraba amenazadoramente peligrosa. Un halito les acaricio el pecho.

Era el momento.

por **Simone Beauvoir** Mar Ene 21, 2014 11:43 pm

Tres semanas atrás se había hecho la valiente, diciendo a su padre que aquel trato que le ofrecían era una oportunidad que no podían rechazar. Claro, no tenia ni la menor idea de quien en su sano juicio la había pedido a ella de doncella para así pagar las deudas de su familia. Los malos negocios les habían dejado empobrecidos y con deudas; Simone estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por su familia y fue por eso que en el momento en que su padre le comento aquello le obligo a aceptar prometiendo que estaría bien y que era algo que estaba dispuesta a hacer.

Desde ese momento había cerrado sus sentimientos, no quería sentir nada, no arrepentirse porque su familia contaba con ella. Con una sonrisa que ocultaba el dolor que tenia en el interior, organizo todo lo que debía e incluso regreso su anillo de compromiso. Imposible era que no le dañara eso pero en todo momento se repitió que nada podía ser mejor, que una vez que las deudas fueran perdonadas y la fortuna regresara a su familia, ellos encontrarían la forma de llevarle de nuevo a casa y todo aquello entonces habría valido la pena. Desde su llegada a aquel lugar había hecho todo lo que para quienes trabajaría pidieron. Los hermanos Bentley eran realmente amables con ella y no tenía gran cosa de la cual quejarse. Quizás un poco de la forma tan arrebatada y mandona de ser de Xavier que solía molestarle demasiado, contrario a la manera en la que Quinn se mostraba más amable y accesible para con ella, igual es que no podía juzgarles tan rudamente después de tan poco tiempo junto a ellos pero era algo que no podía evitar, después de todo no se sentía del todo en su hogar. Eso le provocaba soltar una que otra lagrima cuando ninguno de los hermanos estaban presentes.

Ese día sin embargo no podía derramar ni una sola lagrima, estuvo atareada de un lado a otro durante la mañana, arreglaba el cuarto de Xavier que siempre estaba desordenado por más que lo acomodara y entro a hurtadillas al cuarto de Quinn sin intentar mirarle mientras dormía, todo para dejar los cuartos de aquel par impecables. Una vez que todo estuvo listo la cocinera le llamo y le hizo acomodar una cesta de comida, lo cual realizo sin mayores preguntas y dejo en una mesilla en la cocina para seguir con sus labores.

6:45 pm

Había terminado de hacer todo cuando los hermanos aparecieron y le pidieron sin más que les acompañara y la verdad es que solo pudo realizar una reverencia y hacer justo lo que le pedían. Simone llevo la cesta tal y como se lo pedían, pero bajando las escaleras de la mansión termino por torcerse el tobillo. Aquello le dolía y aún así, se mordió la lengua y llego al carruaje, agradeciendo que de esa manera descansaría al menos hasta que llegaran a donde sea que fueran. No tenía el derecho a preguntar a pesar de que la curiosidad la mataba. Era tarde como para salir pero ambos lucían muy animados y eso era algo que le volvía de una misteriosa manera feliz.

7:30 pm - Llegada a la playa

El olor a mar llegó hasta ella antes de que la playa apareciera cuando la puerta del carruaje se abrió y una ligera sonrisa se dibujo en su rostro. Tenía tanto tiempo sin ir a la playa que se levanto sin recordar que su pie estaba lastimado y antes de que hubiese terminado cayendo de cara Xavier la tomo entre sus brazos, provocando que un sonrojo bastante notorio apareciera en sus mejillas lo cual le llevo a agradecer que estuviese oscuro y que él no pudiese notarlo - Puedo andar sola, mi señor - llamarles de aquella manera fue lo que más trabajo le costo, pero había aprendido rápido cual era su lugar en aquella casa - Puede bajarme que andaré por mi cuenta - Pero su petición fue completamente ignorada al punto que decidió observar a Quinn que bajaba todo lo demás y después de que terminaran más cerca de la playa Quinn dejo todo y Simone logro que Xavier le bajara finalmente, aunque al apoyar el pie en el suelo una mueca de dolor apareció por instantes en su rostro.

- ¿Qué es lo que mis señores harán en la playa? - pregunto curiosa, dando hacía atrás que solo provoco que terminara sujetando firme a Xavier. Avergonzada le soltó solo para terminar cayendo en la arena - Lo siento, soy una torpe - estar al lado de cualquiera de ellos algunas ocasiones le ponía nerviosa. Simone, que a pesar de haber estado comprometida jamás había besado a nadie, vivía ahora a merced de aquellos dos hombres.

por **Quinn Bentley** Jue Ene 30, 2014 11:53 am

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
19:45pm
Paris, Francia

Obviamente lo harían y así sucedió.

Llegaron a la orilla, los dos a la vez y se pusieron a cantar en un cantico antiguo, como de alguna era lejana. Aquella melodía era el “Salve Regina”, una de las más populares y conocidas oraciones católicas a María la madre de Jesús, originariamente escrita en latín. Inicialmente era una antífona mayor e himno. Es una de las cuatro antífonas del Breviario dedicadas a Virgen, el canto de los templarios que les ayudaban en sus aventuras, pero ¿Cuál era la relación con Xavier y Quinn?

La única relación que tenía era lo que Quinn iba a hacer a continuación.

Con sus pantalones de la tarde, se acercó a la bolsa de picnic en donde dentro había una bolsa mediana de piel de león, muy poco común para guardar lo que iba a hacer ahora, pero antes de irse hacia Xavier, se dirigió hacia Simone a la que beso en los labios con toda la inocencia del mundo, como si nada pudiera pasarle -…Enseguida venimos…-susurra-….Prepara la comida, estaremos hambrientos…-murmura lentamente mientras se separaba con aquella bolsita. Llego hasta Xavier, le sonrió.

-Bien...Quinn, ya sabes cómo es…-Dijo mientras Xavier se arrodillaba sobre la tierra húmeda de aquella playa que cubría a su paso las olas del mar, Xavier, como muchos antes que él tomo un poco de tierra, la esparció por sus manos y se las sacudió para quedarse limpio. Su cuello sacudió de lado a lado, sintiendo como el cosquilleo de su cuerpo le recorría la espalda. Su pecho comenzaba a perlarse de sudor sin ni siquiera haber hecho nada de ejercicio, pero lo que pasó, fue que el cuerpo de Xavier estaba volviendo al pasado, estaba enfureciéndose lentamente lo que le hacía que su cuerpo se sobrecalentase. Su hermano Quinn, entonces ya empezó a coger lo que necesitaba de aquella bolsita: una esponja seca, agua del mar más un frasco de un tinte rojo que solo él sabía para que servía. No era colorante, no era alguna especia en líquido para tomar, sino sangre que sería para lo siguiente.

Uno de los canticos habían finalizado, ahora uno más antiguo sonaba por la boca de Quinn que parecía calmar a Xavier. Quinn deslizaba la esponja seca por aquella espalda descubierta de su hermano, con fuerza, sin decir nada más que el cantico que aun cantaba por su boca, con una entonada celestial. ¿Seguiría sirviendo de algo? Si, serviría hasta que Quinn finalmente descubrió una cruz familiar que desde que Xavier nació, habían ocultado - …¿La Crux sancti Jacobi, Xavier? –su hermano Quinn le miro asombrado de que su hermano fuera quien portara ese recuerdo donde antaño había caballeros que luchaban por la bondad y por el nombre de Dios. Aquellos caballeros que se llamaban “Templarios”, aquellos que regían el cristianismo y luchaban contra los herejes en más de una forma -…Por eso no quieres ser el líder…-murmuro Quinn cerca de su hermano, mientras veía que le sangraba la espalda, mezclándose con la arena que se había impregnado en el pantalón de tela oscura.

-Quinn…rápido…-murmuro con ciertos jadeos en su respiración-…termina...o la perderás…-Dijo Xavier, resistiendo de no caer sobre las olas del mar. Entonces Quinn termino echándole ese frasco, vertia el liquido de ese frasco para mantener aquella cruz por varios dias. El agua salada en donde mojo la esponja que utilizo antes, la fue pasando ahora por la espalda de su hermano, haciendo lo que le decía y para terminar, fue colocándole gasas por toda la cruz que parecía estar al rojo vivo. Una vez habiéndole cubierto su espalda y haberle vendado, Quinn dio un respingo al ver a Simone a su lado -¡...ah! me asustaste! –Quinn recogió todo y se fue hacia donde estaba la manta de picnic, guardo las cosas y volvió con la camisa de su hermano, para vestirlo ya que él estaba herido por lo que le hizo –Si-Simone…creo que aún no debes de saber…mucho…-Sujeto a su hermano y le fue llevando por un hombro y rodeado por la cintura hacia la manta de picnic-….Eres increíble hermano…-murmuro para después dejarle sentado con cuidado.

-…-Xavier no decía nada, pero aun veía imágenes de Madison en su cabeza. Por ella hubiera tomado el liderazgo…pero si se suicidó…no había nada que hacer.

video:

por **Simone Beauvoir** Mar Feb 04, 2014 11:03 pm

Sus ojos estaban en aquel par de hombres, no podía dejar de mirarles por más vergonzoso que fuera para ella sobre todo porque ambos hermanos eran muy bien parecido y el cuerpo de ambos era algo que a cualquier mujer le gustaría tener la oportunidad de apreciar. Con todo y esos detalles, ella hubiese preferido no estar ahí. Se cubrió mucho más con las mantas que antes Quinn le había puesto sobre el cuerpo, todo para que no pasara ella frío pero con todo y eso, la curiosidad le mataba por dentro; no tenía la menor idea de que hacían los hermanos la fría playa y semi desnudos.

Estaba atenta a todo lo que hacían, se preocupaba por ellos aunque le hubiesen llevado lejos de su familia y de su futuro. Aún así, agradecía que al estar con ellos su familia fuera perdonada de las enormes deudas que poseían. Sonrió a Quinn mientras le veía acercarse hasta ella pero no espero para nada el beso que le dio. Los ojos de Simone se abrieron como platos y contuvo la respiración; Quinn le había besado de manera tan natural que no debió de notar la sorpresa de ella después de todo aunque superficial era el primer hombre en besar sus labios. - Eso haré… - se limito a responder mientras la figura del menor de los Bentley se alejaba y de manera automática llevo una de sus manos hasta sus labios, dejándole ahí unos instantes incrédula de que aquello hubiese pasado realmente. Bajo la mano apresurada, dejando que los hermanos hicieran lo que debían mientras que se encargaba de hacer lo que Quinn pedía, que arreglara todo para que ellos comieran. Poco a poco, fue sacando todo lo que preparo por la tarde, esperando que a ellos les gustara.

Más allá de donde ella se hallaba los escuchaba a ambos y de vez en cuando su mirada se desviaba a ellos, aguardando porque estuviesen bien porque a simple vista, hicieran lo que hicieran parecía algo verdaderamente serio que ella en un principio no quiso interrumpir, más aún con todo eso la curiosidad algunas veces era mucho más fuerte que el recordar que ahora era una simple doncella y esa misma curiosidad le llevo a acercarse a los hermanos para cuestionar que era lo que hacían. Ignoro el respingo de Quinn, enfocada en la espalda vendada del mayor de los Bentley; Xavi era una verdadera molestia la mayor parte del tiempo, a su modo de ver era que le odiaba o simplemente no le agradaba la presencia de ella, pero aún así cuando sus ojos se encontraban con los del mayor, no podía evitar que el corazón se le oprimiera en el pecho, llevándole a desear poder desaparecer de su mirada aquella especie de dolor que transmitía. - Yo solo quiero saber si el señor Xavier estará bien - les siguió de nuevo hasta las donde estaban las mantas y se hinco frente a Xavi, observando nuevamente aquellos ojos que no mostraban nada más que dolor - ¿Va a estarlo, señor Quinn? - estiro con cuidado su mano para tocar la mejilla de Xavi, quedando de esa manera - Mi señor… ¿Se siente bien? ¿Necesita que le de algo o que haga algo? - en momentos como ese, estaba dispuesta a terminar haciendo cualquier cosa, justo como antes había aceptado ser su doncella.

por **Quinn Bentley** Lun Feb 17, 2014 11:12 am

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
20:10pm
Paris, Francia

Quinn no dijo nada respecto a la pregunta de que si se iba a poner bien pues él sabía que parte de la memoria borrada de su hermano era por su culpa, pero era por su bien. Supo que Madison se le ofreció a sí mismo, dejando desolado a su hermano y entonces pensó que era lo mejor borrarle la memoria a los dos. Obviamente no fue el quien hizo aquello. Simplemente tuvo la idea y ayuda de un amigo.

-Claro que se pondrá bien….-Quinn sonrió a Simone que parecía estar bien preocupada, pero espero que esas palabras le fueran al menos de consuelo. Quinn se arrodillo frente a la cesta y solamente pudo relamerse los labios mientras pensaba que habría dentro de aquella cesta. Seguramente algo rico para llevarse al estómago, pero enseguida Quinn visiono la parte delantera de Simone, aquellos senos que se veían a través de aquel escote, que… ¿¡Es que Xavier no hacía nada?! ¿¡No se inmutaba por tener esa visión delante de él?! Oh...Quizás, Xavier tendría la imagen de la delantera de Madison –Olvídala…-Quinn soltó aquella palabra con cierta impaciencia, como si su hermano no consiguiera superarlo y solamente estuviera en un círculo vicioso del cual no podía salir nunca –Te dejó…¡supéralo! –Finalmente Quinn fue controlado por el enfado, levantándose de aquella manta de picnic y caminando hacia otro lugar para poder calmar su ira.

-…-Xavier no dijo nada, miro hacia donde se fue su hermano pero igualmente no dijo nada para detenerlo. Era demasiado cobarde para que estuviera lejos de su hermano mayor Xavier, no podían vivir el uno sin el otro. Eran hermanos, unos hermanos muy unidos-….Si…estaré bien Simone…y…-suspira-….y…Si-Simone, quita tus senos de mi vista o me la pondrás dura…-Dijo desviando su rostro, estaba cansado, destrozado aun porque su hermano tenía razón, Madison no iba a volver jamás en la vida y él se hacía ilusiones-….Discúlpame…-finalmente chasqueo la lengua, dándose por vencido, sus lágrimas se descubrieron ante Simone y todo aquel que lo vieran allá, volvió a coger aquella bolsa que habían traído con vendas y se lo dio a Simone-….¿Cómo tengo la espalda? –Estaba esperando, odiaba esperar, así que dejo solamente aquella bolsita a su lado para que la cogiera Simone y pudiera cuidarle la espalda. Su hermano había hecho demasiado, sí, pero que finalmente hubieran podido “atrapar” una prueba para que él no fuera el líder de los Colmillos Blancos, era en parte un alivio, pero hay quien dice que Herkimer aun lo quiere como su líder, tonterías.

Xavier estaba convencido de que si les mostraba la cruz de Santiago no lo haría, pero siempre había cada cual que rompía un trato o un pacto solamente por llevar la razón.

por **Simone Beauvoir** Dom Feb 23, 2014 6:40 pm

Los Bentley eran algo bastante particular. Sinceros, sencillos pero aún así le ocultaban tanto que Simone no estaba segura de si lo que hacía era lo correcto o simplemente se equivocaba al intentar comprenderles un poco más. Al final lo mejor debía ser que se metiera en sus propios asuntos y dejase de ver a los Bentley como iguales, ella era ahora nada más que una doncella personal y ellos sus señores, por mejor que le trataran esas cosas no cambiarían. No importaba si es que Quinn le besaba más veces o no, ella estaba para complacer los caprichos de ambos hermanos y cuidarles con su propia vida si es que la situación lo requería.

Sonrió a Quinn que apenas espero a que ella se volviera a ver nuevamente a Xavier para sentarse a comer lo que llevaba, eso le mostraba que efectivamente el mayor se recuperaría, Quinn no era tan desinteresado como para comer sabiendo que su hermano corroa peligro y eso fue lo que tranquilizo un poco más el alma de Simone. - ¿Señor Quinn? - había momentos en los que pasaban esa clase de cosas, el menor estaba enfocado en recordar algo que aparentemente dañaba a Xavier, pero Simone nunca había estado en posición de cuestionar sobre eso, algunas de las doncellas le dijeron que al parecer Xavier había tenido a alguien a quien amo mucho, alguien que estuvo antes y que después no habían sabido nada, todo era un misterio que al parecer no seria revelado jamás. Un suspiro salió de los labios de la ahora doncella, parte de ella quería ir con Quinn y otra quedarse con Xavier aunque finalmente opto por quedarse donde estaba, quien estaba herido le necesitaba más.

Su mano volvió a la mejilla del mayor de los Bentley y su sonrisa se ensancho al escucharle nuevamente hablar solo que tan pronto como las palabras sobre sus senos fueron mencionadas un sonrojo apareció en sus mejillas. Uno la besaba y el otro hablaba de que verle los senos se la pondría dura; aquel par de hermanos eran demasiado sinceros. A pesar de aquello que dijo e hizo, Simone se mantuvo inmóvil. En más de una ocasión se contemplo a si misma, su cuerpo no era precisamente que pareciera el de una mujer adulta a menos que se le viera desnuda, sus senos no eran realmente prominentes y lo único que le daba figura de mujer eran sus curvas cubiertas por la tela de la falta. - Señor no diga esas cosas, mi cuerpo es como el de una niña, así que es un mal chiste que me diga esas cosas - las lagrimas de aquel hombre le conmovieron y Simone beso una de las lagrimas que corría por la mejilla de aquel que ahora era uno de sus señores - Esta bien, ya vera que se recuperara pronto mi señor - con delicadeza tomo la bolsita y fue sacando aquello que estaba dentro, sobre todo vendas para cubrir la espalda con aquella extraña marca que nunca en su vida vio pero que tal vez vería muy continuamente desde ese momento. Con paciencia fue envolviendo el cuerpo en vendas, sin tener aun señales de la cercanía de Quinn y una vez que termino su labor le acerco la canasta a Xavier . - Coma algo mi señor que de esa manera se recuperara más pronto - dicho eso se levanto y su mirada fue al agua de la playa.

No se percataba de nada a su alrededor, aquellas aguas parecían estar llamándole sin importar lo fría que estuviera o si es que pudiera llegar a morir de exponerse a esas altas temperaturas, algo dentro de ella le dijo que quizás lo mejor sería terminar muriendo y aun así la deuda de su familia estaría saldada. Dirigió una fugaz mirada a Xavier y después a sus propias ropas, dio un largo suspiro y lentamente fue sacando su vestido hasta quedar únicamente en bragas repitiendo continuamente que sus pechos eran como los de una niña y que no causaba ningún problema estar así en la playa, ya no era rica, ahora esa solo una doncella. - Quiero ver que tan fría esta el agua… - susurró solo para entonces comenzar a caminar en dirección a las aguas.

por **Quinn Bentley** Sáb Abr 05, 2014 3:55 pm

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
20:18pm
Paris, Francia

No le había gustado como había sonado aquellas palabras provenientes de su doncella, Simone. Más que alegres o llenas de preocupación habían sido transmitidas con un deje de pesadez, vio como avanzaba hacia l mar, frio y gélido, violento para después tener en cuenta que por el mismo la temperatura de las aguas era casi cruel-….Basta…Simone…-Dijo con una voz ronca, dolida por la sequedad del ambiente y por las pocas fuerzas que tenía, cogió algo de comida que le dijeron de comer, pero aún seguía a Simone entrando en las aguas.

-….Maldita mocosa… -Sentía que no podía levantarse, que iba a perder a una buena doncella y tenía que admitir que le gustaba un poco tenerla a su lado…por no decir que quería tenerla para sí, pero no podía tenerla cerca porque a veces, soñaba con Madison, podría confundirlas a ambas, estaba aún enamorado de Madison, el clan aun quería a Madison por las múltiples hazañas médicas que hizo para el clan, gracias a Madison, los del clan se atreven a tocar a personas que no son de su misma propiedad con lo que mejoro la relación entre alianzas y menos enemistades había en el clan.

Sabía de las múltiples funciones del clan, la principal era la posesividad del objeto propio, como una persona que le pertenecieran o se hubieran unido en un acto sexual o ya sea afectivo, el recelo era muy común dentro del clan pero durante la desaparición de su antiguo líder, fue desapareciendo poco a poco hasta que el padre de los hermanastros acabara por implantar una buena convivencia hasta la llegada de Madison que incremento la buena fortuna del clan. Pero entones llego una boda y una guerra en la que fue el punto y final de ambos. Madison…no supo que paso con ella, no supo porque se fue del clan hasta que le dijeron que había muerto de pena. Aquello le hizo sentir el ser más miserable del mundo, queriendo quitarse la vida, pero el hecho de que tenía que seguir con el clan y protegiendo a su hermano, le ayudo a seguir adelante.

Volviendo al presente vio como Simone estaba aún metiéndose en las aguas de aquella playa, pero enseguida vio a Quinn andar hacia ella, para cogerla en brazos y ver como su hermano la sacaba del agua y el sin inmutarse por las aguas de la playa. Para cuando sonrió aliviado de que su hermano la saco del agua, Quinn enseguida beso en los labios nuevamente a Simone, Xavier se sintió meramente herido o molesto cuando observo aquello. Si había sonreído de alivio ahora estaba deseando matar a su hermano, pero no entendía por qué se sentía así. Simone no había formado con el ningún lazo afectivo, solamente cuidaba de su personal y se sentía cómodo hablando con ella, le era fácil entablar comunicación, pero estaba viendo a Quinn besar a Simone con lentitud, veía como rodeaba con sus brazos la escueta cintura de Simone y la acercaba contra su cuerpo. Xavier seguía observando hasta que desvió la mirada y paró de ver como Quinn manoseaba a Simone.

-Simone….sois hermosa….-Dijo Quinn acariciándole el rostro-…Vete detrás de esos arbustos ahora….-Quinn se acercó detrás de su cuello para besárselo y se acercó a su oído-….voy a hacerte mía…ahora mismo…y no me repliques…-Dijo para terminar con un deje de autoridad, aunque la verdad, el mismo cogió a Simone en brazos colocándola sobre su hombro como un saco de patatas, sonriendo mientras se acercaba a unos arbustos que había cerca de donde estaban. Solamente Quinn quería saber si Xavier iba a mirar hacia delante o no.

por **Simone Beauvoir** Dom Abr 06, 2014 2:44 pm

No atendió a las palabras de su señor, el movimiento acompasado y el sonido de las aguas realmente estaban llamándole. En aquella playa, en aquella vida no había nada que estuviera esperándole, ahora era nada más que una doncella que bien podía ser usada en cualquier momento por alguno de los hermanos. La siguiente vez era probable que no solo recibiera un beso de parte de Quinn o aquellas palabras por parte de Xavier, ahora podía pasarle cualquier cosa.

Los pies de Simone sintieron el agua helada, lo que hizo que le dolieran los dedos; que sintiera como que un montón de pequeñas agujas se incrustaban en su piel. Se pregunto si el dolor que parecía sufrir Xavier seria parecido a ese dolor o más intenso. Ese fue el único pensamiento que cruzo por su mente, aunado al rostro de su señor que permanecía sentado en la manta, observando en dirección a ella.

Las aguas le habían llegado ya hasta los muslos, había comenzado a tiritar del frío pero continuaba avanzando porque sabía que en algún punto todo aquello quedaría en el pasado y entonces sería libre. Un par de fuertes brazos rodearon su cuerpo, sacándole de aquellas ensoñaciones de muerte - Se… señor Quinn… estoy bien, solo deseaba ver que tan fría estaba el agua - mintió de manera deliberada antes de que sus palabras o alguna otra excusa fuera acallada por un nuevo beso que recibía de él, uno que le resulto más profundo que el anterior, lento. Se notaba que Quinn estaba disfrutando de los labios de ella y de su cercanía pues se aferro a su cuerpo, pegando la desnudez de ella a él lo que le hizo sonrojar - Señor… no haga eso por favor… - su mirada viajo hasta la manta, a Xavier que no les miraba y una punzada fue lo que sintió Simone en el pecho, una enorme tristeza comenzaba a embargarle.

Un nuevo sonrojo se apodero de ella cuando escucho a Quinn - Mi señor, gracias… me hace sentir halagada que le parezca hermosa - cruzo los brazos en parte por frío y otro tanto porque ahora si se avergonzaba nuevamente de exhibir su cuerpo ante aquel par de hermanos. Había desviado la mirada, pero pronto volvió a mirar al menor de los Bentley - ¿los arbustos? - miro en dirección a donde le indicaba Quinn que fuera y se estremeció no solo por aquel beso en su cuello, sino por las palabras que pronuncio - Pe…pero yo… - iba justamente a replicar cuando termino estando en los brazos del menor de sus señores que comenzaba a caminar hacia los arbustos. Simone pataleo un poco, pero era imposible escapar de los brazos que le sujetaban con fuerza y decisión - No… por favor mi señor… - los ojos de la ahora doncella buscaron al mayor de los hermanos, que parecía estarles ignorando completamente.

No sabía que le dolía más, si ser tomada en aquel lugar por Quinn que finalmente quizás no seria tan malo o saberse ignorada y que no le interesaba al mayor de los hermanos. Tenía unas irremediables ganas de llorar mientras miraba en dirección a quien les ignoraba y no estando segura de si fue por la desesperación de ser ayudada o porque realmente deseaba algo más, le llamo, omitiendo aquella palabra que le separaba como su doncella y a él claro, como su señor - Xavi… - primero fue un susurro, aunque era incapaz de verle de manera adecuada porque las lagrimas inundaban sus ojos - ¡XAVIER! - grito entonces entre sollozos con todas las fuerzas de las que era capaz y termino entonces llorando aún siendo cargada por Quinn. Quería que él fuera a ella, quería que le prestara atención.

por **Quinn Bentley** Vie Mayo 02, 2014 5:20 pm

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
20:28pm
Paris, Francia

Xavier sabía que tenía que levantarse, pero por algún motivo no lo hacía. En su mente aun tenía a Madison que ejercía una fuerte barrera y no dejaba imaginarse con otras mujeres. En años pasaderos, él mismo había gozado de los rumores sobre su mujer que decían que andaban planeando un atentado hacia él, pero todo aquello acabo cuando todas vieron a Madison de blanco y con las palabras “Si quiero” saliendo de sus labios. No entendía de todas maneras por qué no se movía de donde estaba e iba en busca de Simone. Seguramente su hermano lo hacía para que se levantara y fuera hacia Simone, sentara cabeza y tendría que aceptar que Madison ya no pertenecía a su vida, pero jamás podía hacer como que no había pasado varios años con ella.

En verdad Xavier jamás era el que estaba en una profunda depresión. La mayoría del tiempo era su hermano quien estaba así y tenía que vigilarle continuamente para que no usara la ventana como vía de escape a pesar de su gran tamaño. Xavier era el que no paraba de moverse de aquí para allá, de estar siempre dando órdenes sin parar. Ahora reaccionaba de la peor manera posible y Quinn terminaría beneficiándose a Simone si no actuaba enseguida.

-¡Qu…Quinn no! –Enseguida más veloz que un rayo, Xavier se levantó de su sitio, con la toalla alrededor de su cuerpo y los pantalones de interior un poco mojadas aun tras haberse metido en el mar -….Suéltala…-Mostro su mirada cansada a Quinn que al haberse dado la vuelta, le miraba con una sonrisa ladina -….Sue…suéltala hermano….-Una rodilla se caía a la arena que ablandaba el dolor de la rodilla, Xavier se tapaba con la toalla que aun colgaba de su cuerpo-…..No quieras tener una pelea ahora…..

-Hermano, estás débil para poder luchar….-Quinn dijo antes de mirar a una llorosa Simone. Suspiraba y termino por dejarla con cuidado en el suelo, al lado de su hermano -….Me iré a dar una vuelta…-Suspira-Pensé que iba a estar con Simone cuando aún no le quedara ropa y vinieras a pegarme….pero, no ha faltado mucho para envalentonarte….-Una última mirada lanzo a su hermano que se estaba sujetando en sus rodillas, en realidad la arena no le hacía bien cuando estaba herido-….Simone…Perdóname…iré a dar una vuelta….-En lo que hablaba Quinn, Xavier tomo a Simone de la mano para llevársela de allá en completo mutis, sintiéndose aunque fuera un poco aliviado y mejor de animos.

por **Simone Beauvoir** Vie Mayo 02, 2014 8:49 pm

Su destino no era ser tomada por el menor de sus señores, algo dentro de ella se lo gritaba a todo pulmón, algo le provocaba aún mirar en dirección a Xavier y aguardar porque fuera él hasta ella. Le dolía la aparente indiferencia del mayor de los Bentley, y no estaba segura del motivo de que ese dolor le resultara tan intenso como para terminar llamándole en un intento desesperado porque fuera a su lado y terminara con toda aquella jugarreta que Quinn ya estaba llegando demasiado lejos. La realidad era que Simone sabía a la perfección que aquella no era una simple jugarreta y que de ser posible Quinn la tomaría como suya.

Estaban demasiado cerca de los arbustos cuando finalmente se rindió, su cuerpo se torno mucho más pesado y su mente ya asimilaba el destino que le aguardaba en manos de aquel hombre. Toda aquella pureza que había mantenido para quien amara se esfumaría solo por el capricho de uno de sus señores, pero así era la vida de alguien que ya no tenía nada. Entre las lágrimas que derramaban sus ojos y el sonido de las olas, fue que la voz de Xavier llego hasta ella. Al levantar su rostro, las lágrimas cayeron de sus ojos y le permitieron ver finalmente como aquel hombre se había puesto en pie y le decía a Quinn que le dejara. Un alivio le recorrió el cuerpo entero y un rayo de esperanza que no debía darse el lujo de permitir ilumino su corazón al escuchar de la pelea pero al tiempo, la preocupación por el estado de Xavier se acrecentó. Prefería entregar su cuerpo a Quinn que ver a aquel hombre más débil y herido de lo que ahora le parecía.

Apenas fue dejada en la arena casi al lado de Xavier, se acerco hasta él. Lucía peor que hacia algunos segundos, agotado y como si en cualquier instante fuese a desfallecer - Señor, resista… - la mano de Simone fue algo temblorosa hasta el hombro del mayor de los hermanos, las lagrimas aún permanecían en su rostro y eso debía darle un aspecto deplorable. Trato de ignorar las palabras de Quinn que hicieron que su mano temblara levemente en el hombro ajeno y cuando se disculpo ella termino por mirarle - Perdóneme a mi Señor Quinn - aunque aquello no fuera su culpa, era su deber como doncella de aquel par disculparse ante cualquier acto.

Quinn inicio sus pasos y de la misma manera la mano de ella fue sujetada por la de Xavier, que le brindo una calidez y una seguridad inmensas, solo que él silencio era algo que le mataba. Simone soltó la mano masculina y camino algo más hasta ponerse frente a él y tomarle el rostro entre sus manos - Lamento mucho haberle llamado mi señor, ahora solo ha terminado mucho peor de lo que ya estaba y todo es mi culpa - sus ojos estaban fijos en los ajenos - también lamento haberle llamado de una forma tan inapropiada porque… - conforme hablaba se iba perdiendo el la mirada de Xavier, que aunque lucía cansada no paraba de fascinarle. Antes de cuestionarse si lo que hacía era prudente sus labios buscaron los de su señor y le beso - eso fue por… gracias por salvarme - susurro avergonzada de si misma por aquello que había hecho pero de tener nuevamente el valor, volvería a hacerlo una y otra vez.

por **Quinn Bentley** Dom Jun 01, 2014 3:44 pm

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
20:30pm
Paris, Francia

Las palabras de su doncella simplemente le tranquilizaban cuando estaba con Madison, una mujer de poco alcance para todo aquel que quisiera estar con ella. Madison le fue infiel solo porque su hermano la sedujo en una semana en la que fue a la guerra. Ahora debía mirar al presente y recibir el regalo del porque gasto su dinero. Ahora, estando disperso en la oscuridad de la noche, deja a Quinn irse para que piense sobre lo que ha hecho -¿Estas bien? –Pregunto con su voz ronca por la sequedad del ambiente que no le permitía tener bien la voz -…Estuvo cerca, pero ya todo paso...-Dijo aun temeroso mientras acariciaba la suave superficie de las manos de Simone. Sus ojos azules estaban fijos en ella, mirándola sin perderse un detalle y con una de sus manos le lleno de tierra las mejillas tras limpiarle las lágrimas que habían caído traicioneras por su culpa.

-…Perdóname…todo esto es por mi culpa parece ser…-Se culpó pues él era el tonto que aún seguía en el pasado y claro, no se le había pensado que estaban un paso más por delante de sus antepasados cualquiera que hubiera amado -…Estamos en el mundo de los vivos y tenemos que seguir en él…-Intento levantarse, pero le fue inútil el intento. No se soltó de Simone, tan solo se quedó ahí -…. ¿Puedes traer la cesta aquí? –Pregunto aun sabiendo que sería un fastidio para ella – Mmm bueno, me refiero a la manta, a todo lo que hemos sacado para comer un poco…Sé que es un tostón, pero como ves, aun me cuesta un poco mover alguna extremidad….-Podría parecer excusa, pero ahora no gustaba de mover alguna parte de su cuerpo.

Bien se había recubierto la espalda de arena pese a lo que salió en su espalda. La cruz de Santiago, primer y único símbolo que representaba a los guerreros de Dios, conocidos como templarios que lucharon en tierra santa. Bien se dijo que el padre de los Bentley no se sabía su procedencia verdadera más que de una humilde y rica familia que fundo el clan junto con una familia, Los Montalvo quien también compartían linaje con otro “tipo” de criaturas. Xavier sabía que los Montalvo estaban divididos por dos razas que siempre estaban enfrentadas entre sí.

Aquellas dos razas, llamaban demasiado la atención. Se dice, una leyenda que apenas ya se escucha entre el clan, hace tiempo atrás durante el siglo XV, los amantes separados por sus familias y las reglas de sus propias razas, huyeron hasta los confines de la tierra allá donde no pudieran encontrarles, pero subestimaron el poder de ambas razas. Olvidaron que cada raza tenía poderes sobrenaturales y cuando les encontraron, ya era demasiado tarde. Con el alzamiento del alba, el joven se ahorcó y la muchacha de increíble belleza, acabó siendo el polvo mezclado con la primera brisa de la mañana.

Aun se pregunta de dónde procede el Sr Bentley, pero la marca en la espalda que aun parecía ardiente en la espalda de Xavier, parecía decirle otra cosa. Podría pensar, que él podría ser el verdadero heredero de dicho clan y que hubo un boicot para que los Montalvo fuesen creídos como los verdaderos dueños de la idea del Clan “Colmillos Blancos”, pero como le creerían. Todos pensaban que Alfonso de Montalvo aún era ese líder, pero estaba desaparecido. Nadie supo donde fue o que pasó con él.

De momento, el liderazgo del clan estaba regido por el consejo lycan que se formaba por varias familias de gran poder. Era como dejar el abrigo a los mayores mientras el niño iba jugar al parque para que aumentara el caos o la tranquilidad, pero parecía que el consejo quería cubrir a Xavier con el abrigo de la responsabilidad, de “seguramente” lo que le pertenecía por derecho aunque ¿Quién era él para tal cargo? Su mente bien se había encargado de divagar en pensamientos sin darse cuenta de que estaba a su lado su hermano Quinn que parecía estar recolocando las cosas con Simone.

El como siempre, pensando en sí mismo.

por **Simone Beauvoir** Sáb Ago 23, 2014 11:40 pm

-Yo estoy muy bien, todo gracias a usted mi Señor. Pero ahora por mi culpa se nota usted mucho más débil de lo que antes parecía- cuando Xavier se comportaba de esa manera no le temía; verlo de esa manera hacía que ella misma se preguntara sobre la mujer de la que las demás doncellas hablaban, una mujer que hirió a su Señor y le abandono. Escucho incluso que esa mujer le había sido infiel con Quinn y después nadie supo más de ella, solo podían ver lo herido que estaba Xavier. Simone no conocía que tan ciertas eran todas esas historias, pero estaba bastante segura de que eran muy reales. Cuando su Señor le acariciaba y le miraba con pesar, quería que fuera a ella a quien observara realmente porque siempre sentía que aunque la mirada del mayor de los Bentley estaba clavada en ella, sus pensamientos se encontraban lejos, probablemente donde quiera que estuviese la mujer que amaba.

La voz masculina la saco de sus ensoñaciones, de los pensamientos que le hacían sufrir y le dejaban ganas de seguir llorando. Su vida era complicada, miserable y carente de algún amor o interés, o al menos así se sentía en varios momentos -Es mi trabajo Señor, después de todo…-suspiro- estoy para servirles en lo que deseen, no soy más que una doncella más y no merezco ninguna clase de trato especial- hablaba de esa manera, buscando recordarse que no tenía nada de especial, nada de atractivo y que sus ensoñaciones sobre que les preocupaba realmente a ellos, eran solo ideas suyas.

Presurosa e incapaz de mirar nuevamente a su Señor, se dirigió a donde antes estaban las cosas cargadoras de poco a poco hasta llevarlas a donde se encontraba el mayor de los Bentley. En un momento observo como Quinn aparecía para ayudarle a cargar las cosas hasta donde se encontraba su hermano herido y ella no hablo para nada, no dirigió palabra alguna al menor de sus señores, únicamente le miraba a momentos y en otros observaba a Xavier que parecía estar nuevamente sumido en sus pensamientos. Una vez que terminaron junto con Quinn de dejar todo en su sitio realizo una leve reverencia -Ya esta todo mis Señores, ahora si me disculpan- sin mirarles realmente les dio la espalda, avanzo algunos pasos y se sentó en la arena, observando en dirección a las aguas.

Se encontraba ahí a solas, suspirando y tratando de no dirigir la mirada a donde se encontraban sus señores. Nuevamente se decía a si misma que no tenía valor, que pese a que su corazón se agitara cada vez que Xavier le daba una muestra de interés, eso no debía ser. De hecho tan poco parecía importarle a ese hombre que no le había dicho nada por el beso que antes se atreviera a darle y eso, aunque imprudente era algo importante para una mujer y más si se trataba del primer beso que dieran por su propia voluntad a un hombre.

por **Quinn Bentley** Mar Ago 26, 2014 6:31 pm

XAVIER-QUINN-SIMONE | PLAYA
20:30pm
Paris, Francia

Xavier observo junto con Quinn el comportamiento de Simone. La observo como se alejó de ambos dejándoles la curiosidad en el punto más alto del porque se comportaba de esta manera. En cierto modo sabían que eran sus amos y ella una simple doncella que habían vendido los padres de dicha mujer, pero ellos no querían que se sintiera despechada de ninguna manera. A pesar de la posición que ocupaba ella en la vida de Xavier o Quinn, ella era una más en la pequeña familia de sirvientes y de señores en la casa. Pero ella se lo tomaba demasiado a pecho. Se lo tomaba todo en serio…bueno, al decir verdad, ella había perdido su libertad en realidad y él estaba aprovechándose de ello.

Xavier salió a caminar con unos sándwiches, una jarra de agua y unos vasos. Se sentó al lado de Simone y tuvo que sonreír – Simone, olvida que eres una doncella que trabaja en mi mansión…-suspira – Recuerda que eres una persona antes que un objeto o un oficio que intentes desempeñar en tu vida…tu solo nos haces el trabajo sucio…aunque suene mal de mis labios –Termina por contarle como sería una vida propia, como es ser alguien que dar órdenes y como le gustaría él hacer todo por ella aunque en realidad ella no le creyera y no viera más allá de lo que tenía delante de sus ojos.

Quinn en cambio estaba observando a la pareja hablar de varios temas. En parte se sentía celoso de estar así. Él también quería alguien con quien hablar tan libremente o tal vez tan de seguido. Sabía que su hermano Xavier tenía afecto o cierta simpatía por Simone que llegaba al punto de querer cuidarla aun siendo parte de la servidumbre. En el pasado Quinn había hecho de lo que se arrepiente aun, pero otro factor se dejó sin reproche alguno. No fue hace mucho. Tan solo unos años atrás en el pasado…

FLASHBACK

Quinn leía en la biblioteca un libro de ocultismo, buscando solución al problema de aquella bruja que embrujo sus sentidos e hizo que tuviera bipolaridad extrema. Una mujer que no correspondía su amor, su coeficiente mental decaía a la mitad de su edad actual, pero al estar correspondido, su personalidad se fortalecía. Ahora estaba estable. No sentía ningún desequilibrio alguno. Él estaba leyendo atentamente cuando el aroma de una mujer roza sutilmente sus fosas nasales, distrayéndole de su cometido para finalizar levantando la mirada hacia el frente, buscando de donde provenía ese olor. Descubrió a Madison Gilmerië, muchacha joven y hermosa, dulce pero exagerada a veces con los consejos de advertencia que otorgaba a quien era su prometido. Su hermano Xavier.

Quinn estaba enamorado de ella, pero nunca dijo nada debido a que ella pertenecería a su hermano y solo a él. Quinn respeta lo que es de la familia, tanto si es un objeto o una persona. Solo una sorpresa se llevó y era que Madison también portaba algún que otro sentimiento oculto hacia Quinn. Ambos acabaron fornicando sobre las páginas doradas de los libros de la biblioteca, aquella fue la primera de muchas veces que la tomo como suya antes que su hermano, pero todo se descubrió tan solo una vez y desde ahí pararon de verse el uno al otro. De un día para otro, Al parecer Madison había olvidado a Quinn y ahora amaba profundamente a su hermano. Eso le tranquilizo y comenzó a sentir de nuevo cambios en su coeficiente mental. Le costaba leer y escribir al igual que hacer largas sumas o divisiones.

FIN FLASBACK

Cuando Madison desapareció de la vida de los Bentley, ambos la habían olvidado. Xavier ahora parecía tener sus ojos puestos en Simone. Quinn tenía que buscarse alguien con quien estar. Seguro que su hermano querría vengarse con el debido a lo que le hizo una vez, pero que no supo de muchas otras más. Quinn pensaba en los gemidos que Madison vociferaba aquella noche y sin poder evitarlo, se endureció bajo sus pantalones, tanto que corrió al agua como si su trasero estuviera ardiendo al rojo vivo, pero se echó para atrás al tocar el agua fría del mar. Se había olvidado, que tenía miedo a hundirse…debido a su masa corporal. Xavier se le quedo observándo como si hubiera visto a un loco correr detras de un vehículo o un carruaje. ¿que le había pasado? ¿Qué habría pensado antes?

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