narcissist pride -Libre-

-Nunca había estado en la playa, si hubiese expuesto ese incidente delante de sus compañeros habría sido el hazme-reír pero también debía de reconocer que el jamás hablaba de su vida privada incluso si estaba marcado por el alcohol, unas bebidas de más sus crueles antagonistas ni siquiera eran capaces de hacerle hablar puesto que su vida privada como su nombre decía era privada; Alioth tenía dinero suficiente para una semana por eso tuvo que reconocer que sintió envidia cuando sus compañeros estaban hablando sobre sus aventuras en la playa (la mayoría de índole sexual) se sintió inferior lo cual era evidente, nunca lo permitiría asi que se tomó un día libre, lo necesitaba para conocer de ese asunto.

Su primera sensación no fue precisamente placentera, había decidido ir en invierno para que no estuviese rodeado de mucha gente, aún asi el sol parecía pegarse a su piel, tenía una camisa de seda que no parecía esconder con éxito su piel, especialmente sobre la zona de su torso que orgullosa se pavoneaba con aquel escote de "V" de aquella camisa de tono blanco, unos pantalones negros y los zapatos los tenia en la mano solo para poder notar la arena entre sus dedos "prefiero el campo" pensó mientras miraba hacia abajo y caminaba nuevamente a un sitio más solitario depositando una manta, alli mismo dejó los zapatos y resoplo mirando el reloj que llevaba escondido en el bolsillo.

"No creo que me quede mucho tiempo" Sinceramente no era como lo había imaginado, el fuerte aroma del mar parecía lo único que le traía calma, su flequillo acariciaba sus facciones, el viento mecía sus mechones y los desordenaba como un amante caprichoso que indagaba en los mechones capilares de su pareja para que éstos no volviesen a su estado ordenado. El aroma del mar era imponente más no tanto como cuando era necesario ir al puerto para encontrar el pescado más rebajado, del mismo modo, encontraba que ese movimiento de las olas era como una canción de cuna que le calmaba, si, prefería el campo pero ahora mismo estaba quedandose con aquel amante que al menos probaría una vez su presencia.

Empezó a caminar hacia delante, con las manos en los bolsillos aun cuando la diestra no entraba por completo dado que tenía su particular libro de bolsillo arrugado y sin dignidad como una cajetilla de tabaco cuyo interior estaba esperando a ser liberado aun cuando no tenia demasiado claro si sus cigarrillos estuviesen ilesos, la camisa se mecía, dejaba que sus pantalones se arrugasen o alisasen segun como la brisa posaba sus manos en su cuerpo y se detuvo una vez que el agua acarició su piel. "Joder" agradeció que sus labios se apretaron en señal de sorpresa pero que ningún bufido cobarde asomó por ellos, guardandose sus opiniones para su caótico interior, en donde ya se estaba quejando de la temperatura fría del agua, pero al mismo tiempo le calmaba sentir ese picor en los pies fruto del agua tan fría.

Se miro la pierna herida, tenia la venda asomando y la había envuelto en plastico disimuladamente, para que en caso de meterse al agua, no sufriese demasiado y pudiese cambiarse rapidamente a otra venda, se metio un poco mas y sus pies sufrieron aquella sensación de "quemazón" propia del frío, hasta que fueron como guerreros en batalla aclimatándose al ambiente, consiguiendo imponer su propia temperatura, su propia calma ante los constantes vaivenes caprichosos del mar-

- Es dificil pensar en los demás y querer ayudarlos sin preocuparte antes por tus preocupaciones, no era complicado pero para Alioth lo era después de todo lo que había sufrido era el tipo de personas que aunque no lo mostraba u exteriorizaba no significaba que lo había olvidado, las notas cuando escuchaba la música eran burlonas e incluso dictadoras, como novias furiosas te acariciaban insinuando tu atención pero después se reían mostrándote su vestimenta de aquella noche y se pavoneaban como gallinas delante de tu rostro sabiendo que no las puedes seguir y cuando lo intentas a sabiendas de que resulta imposible "se ríen en tu cara" pensó, con una sonrisa sardónica, esos pensamientos cruzaron su rostro cuando escuchó los llantos de una mujer, su rostro se había volteado lo necesario para mirar con cierto descaro a aquella persona que estaba no cerca de él, pero la distancia a pesar de poner un muro entre ambos, parecía un divisor imparcial, dejando que el silencio fuese opacado por aquellos canticos de tristeza.

"Otro habria corrido y le habria dicho no llores princesa, no llores. Pero ¿quien me lo diría a mi?" Como decía un célebre escritor, quien no juzgaba no era imparcial y eso hizo al momento de centrarse en aquella otra presencia que perturbaba su silencio, era como un erudito mirando una mosca que estaba grabando su presencia en la ventana pues incluso el silencio era un vándalo de intenciones sardónicas que o bien podía ser compasivo y silenciar tu alrededor o todo lo contrario, un bufón de máscara borrada que hacía que tus sentidos se centraran hasta en el más mínimo sonido, así estaba el pelinegro, mirando a aquella mujer, con cierto hastio pero con un toque de curiosidad, ¿la habrían dejado? ¿lloraría por amor? "Las mujeres solo lloran porque un hombre las ha dejado, suele ser el mayor de los problemas" Claro que bien sabía dentro de él mismo que no era cierto, no solo el amor causaba lágrimas en el sexo femenino, pero siempre se negaba a ver el sufrimiento de los demás, él, ni siquiera se planteaba ayudar, su sufrimiento tambien era grande, había llorado y por muchas lágrimas que tuviese o que expulsara no volvería a ser como era antes, por eso habia aceptado queno podía llorar de nuevo, pero si lamentarse por su amargo sufrimiento, con expresiones agrias propias de un gruñón volteó el rostro e intentó centrarse en el mar.

"Porque no puedo" Se preguntaba, a la vez que una nueva oleada del mar le hizo volver a la realidad borrando sus pensamientos proyectando en su mente tan solo aquel "joder el agua está demasiado fria" y se alejó, ahora la arena era mas que molesta metiendose entre los dedos como si fuesen a adherirse a su piel, era muy escrupuloso en cuanto a lo que le tocaba, si bien un cortesano debia de ser todo menos escrupuloso, ahora mismo no podía evitarlo, las cremas que se hechaba en el cuerpo eran minimas e incluso lo evitaba, por esa sensacion de pegajosidad e incomodidad que emanaba hasta que la crema hacía su efecto, ahora mismo la arena parecía lo mismo. "Deja de llorar mujer" quiso gritarle, pero entendía que eso solo centraria en el una figura demasiado egocéntrica.

"Los humanos deben de llorar, sino morirían" Y pensó, que ironicamente él debería de estar ya muerto porque no estaba llorando y no se le ocurría hacerlo de nuevo, se sentó en aquello que habia colocado en la arena, cerro los ojos mientras la brisa golpeaba sus mejillas, ahora la sensacion en sus pies era algo más dolorosa que antes, fría, a punto de congelarse, asi sentia sus pies, mientras que la arena que parecía un abrigo en su piel era tan inutil como molesta, no solo dejaba que el frio pasara sino que cuando intentaba quitarla o apartarla, sus dedos parecian consumirse con la misma suerte, siendo casi imposible quitarse la arena mojada de aquestos, resoplo mientras cruzaba los brazos y mecía su cabello. No tenía un cabello largo pero los mechones se mecían con caotica decisión, o indecisión según se viese, aún no hablo pero cuando abrio los ojos volvio a mirar fijamente a ese sitio de donde se encontraba la mujer. Si quería acercarse a llorar en su hombro no le diría expresamente que se negaba pero sería divertido ver como reaccionaria ante un hombre que a pesar de tratar con una mujer, no podía sino utilizar su sinceridad llamada cinismo-