El principio de lo nuevo.

por **Gail Z. Huston** Dom Ago 22, 2010 9:42 pm

Recuerdo del primer mensaje :

- Aramís -

Necesitaba estar completamente sola, sin sus hermanos que estuvieran todo el tiempo detrás de ella, protegiéndola hasta de una mosca. No era que no le agradara aquello, sino que ya creía que era algo grande para esas cosas. La cuestión era que aún sus actitudes eran de una niña. Eso era algo que ella no veía y tampoco entendía. Aunque ella se sentía una mujer, muy en fondo, sabía que era una pequeña de cinco años. Pero eso era algo que no iba a admitir, por lo menos en un buen tiempo.
Se había escapado de la guarida, procurando que no la oyeran y desviando su rastro. Sus hermanos se preocuparían cuando no la olieran cerca, pero no le interesaba demasiado. Quería ver cómo era la noche por su propia cuenta, que se sentía estar fuera con muchas otras criaturas. Y qué mejor lugar que el bosque para hacerlo.

Llevaba uno de sus vestidos favoritos, que solamente lo vestía en ocaciones especiales. Aquella noche no sería la excepción para Gail. Sería la primera vez que dormiría en el bosque, si no la encontraban primero. Consigo llevaba una manta para que no se arruinaran sus ropas. Caminó lo que le pareció una eternidad, hasta llegar al corazón del bosque: había un enorme claro en el medio y se podía ver perfectamente el cielo con sus estrellas, teniendo de protagonista a la Luna, la señora a la que hacía honor una vez al mes. Suspiró y se recostó en el medio de aquel lugar enorme, dejando que sus cabellos pelirrojos se mezclaran con la grava húmeda del lugar. Comenzó a escuchar a los animales nocturnos que se despertaban aquella noche y sonrió, completamente tranquila.

por **Gail Z. Huston** Jue Sep 02, 2010 10:20 pm

¿Qué estaba haciendo que no expulsaba el agua de los pulmones de su hermano? ¿A qué esperaba? Ninguno de sus hermanos haría eso por ella, ellos no estaban allí. Era hora que dejara de ser una niña y por fín empezar a ser una mujer como la que ella quería ser: valiente y sin miedos. Aquella era una perfecta oportunidad para comenzar a serlo.

Se colocó encima de él. Había leído en unos libros cómo hacer aquello, y estaba segura de poder hacerlo. Abrió su boca y colocó sus labios sobre los suyos, soplando su aire a sus pulmones, y luego se retiró de su boca para poder darle cinco golpecitos con sus manos, debajo de su esternón. Repitió aquello tres veces, cada vez mordisqueándose más su labio inferior al ver que su hermano no despertaba.

por **Aramís Ioshua Huston** Jue Sep 02, 2010 10:29 pm

Aramís no movió un músculo al quedar en la tierra, todo se había ido y nada sentía, nada de lo que preocuparse, nada por lo que sentirse culpable. Su pecho se hundió cuando su hermana presionó allí y volvió a la normalidad nuevamente, pero solo largó el agua cuando los labios de su hermana presionaron los suyos, el lobo escupió hacia un costado, temblequeando de frío.

Al abrir los ojos solo pudo quedarse mirando a su Gail con calma, tan blanco como el papel parecería que quebraría con cualquier movimiento.

por **Gail Z. Huston** Dom Sep 05, 2010 2:45 pm

Comenzó a reír cuando lo vio abrir sus ojos, completamente feliz. Miró al cielo negro salpicado de estrellas y a su luna que aún no la llamaba para someterla a su servicio, para ser su servidora. Y volvió sus ojos curiosos y nuevamente brillosos a su hermano, aún riendo de felicidad. Acarició su rostro, sintiéndolo completamente frío y mojado. Acercó su propio rostro al de él, dejando pequeños besos por cada centrímetro cuadrado de su piel, completamente feliz. Se volvía a sentir llena y plena, ahora que había vuelto a respirar.

-Prometo estar cerca la próxima vez- le susurra, antes de que saliera de encima de él y se sentara en la grava, acunándolo contra ella para poder darle calor. Sentía los pequeños temblequeos de su hermano, y eso significaba que su temperatura coorporal había bajado. Aramís necesitaba de ella, de su calor.

por **Aramís Ioshua Huston** Lun Sep 06, 2010 7:03 pm

El lobito aullo despacio mientras su cuerpo temblequeaba despacio. Su hermana se reía de él como si fuera gracioso lo que acababa de ocurrir. Se acurrucó con frío en ella, buscando un refugio donde protegerse de todo. Lo ocurrido antes de tirarse a la laguna ya había pasado a un segundo plano, ningún beso había pasado entre ellos y solo necesitaba que ella lo arropase y cuidase, su promesa no pasó inadvertida.

- Yo.. prometo no hacer más eso.. - murmuró con la voz tomada y fragil, hecho un despojo humano, hablaba de tirarse al agua, pero tambien de lo anterior, prometía no volver a confundirse así.

por **Gail Z. Huston** Lun Sep 06, 2010 7:22 pm

Lo mejor que pudo hacer fue acurrucarlo en sus brazos pálidos y húmedos, acariciando sus cabellos con sus labios rosas y carnosos, escuchando su promesa sin el doble sentido que su hermano le había dado. Quería, con toda su alma, que aquello de sentir sus labios otra vez tan cerca de los suyos o sobre los suyos se repitiera.

-¿Por qué lo hiciste?- preguntó, puchereando suavemente y alzando su rostro para que la mirara. Sus ojos pedían que fuera sincera con ella, y que no le diera más vueltas en el asunto. Si Aramís se lo decía indirectamente, y si podía captarlo, ella le respondería siendo directa.

por **Aramís Ioshua Huston** Lun Sep 06, 2010 7:52 pm

Como perro el hacerse el muertito le salía mejor que a todos sus hermanos, con su calma al sentirse amenzado podí quedarse quieto y finjir estar herido o muerto y que los depredadores se confundieran, pero nunca podría hacerlo con Gail para esquivar aquella pregunta, mucho menos cuando un puchero apareció en el rostro de su pequeño todo.

- Yo.. - murmuró pensativo mientras el aroma de su hermana lo embriaga al tenerla pegada a su cuerpo frío. - Yo intentaba buscar una flor del lago para regalartela my beau.. - mintió sin mirar en sus ojos y ahogarse otra vez.

por **Gail Z. Huston** Lun Sep 06, 2010 9:30 pm

-No me miras los ojos....- susurró, buscando su mirada con ese puchero aún presente en sus labios, pestaneando a los ojos. Negó con su cabeza, haciendo sacudir sus rojos cabellos con ella. No se creía ese cuento de una flor. ¿Justo en el momento que le daba aquel beso que había sido el responsable de que su corazón galopara como si nunca hubiera vivido y comenzara a hacerlo en ese instante? No, una flor no justificaba aquel torrente de sentimientos.

-Dime la verdad, por favor- le ruega, en su oído para que solamente la escuchara él y nadie más. Gail cierra sus ojos y coloca sus labios en su cuello, haciendo que su hermano viera y sintiera, estado en su posición, lo que ella había sentido y visto en aquel momento.

por **Aramís Ioshua Huston** Lun Sep 06, 2010 10:15 pm

No podría no mirar esos ojos cristalinos y finjir más, era imposible con ella, necesitaba que no preguntase, que su mente curiosa e inocente no pierda esa pureza porque sino no se lo podría perdonar en vida.

Aramís cerró los ojos allí acurrucado y entrelazó lentament e la mano de ella. Podía ver como ella había reaccionado porque su hermana se lo mostraba, le sorprendían y abrumaban todos esos sentimientos encontrados, pero mucho más el saber que no era el único que estaba confundido. - No puedo.. no puedo besarte otra vez Gail, porque te amo, y esto no esta bien.. - murmuró el rubio aspirando el dulzón aroma de la loba, tan devastador para sus sentidos.

por **Gail Z. Huston** Lun Sep 06, 2010 10:34 pm

Apretó suavemente su mano cuando la sintió entre la de él, disfrutando de aquel tacto tranquilo y suave, apretando sus ojos al ver otra vez y volver a sentir todo nuevamente como lo había tenido tan cerca de ella. Quiso soltar un suspiro al volver a ese instante, pero lo que el rubio mayor Huston había dicho en ese momento, quizás valía mucho más que aquel viejo recuerdo.

Salió de aquel pequeño refugio, sin importarle que su maquillaje estuviera corrido y que sus piernas ya estuvieran dormidas por el peso de su hermano apoyado en ellas. No le interesaba que no se pudiera, que no estuviera bien o lo que sea. Ella lo amaba, como él a ella. Tampoco lo que pudieran pensar sus hermanos de aquello, eso era algo que no les incumbía.

-No pienses en lo que está bien, mon amour. Te amo, tal como lo viste y sentiste hace minutos- acaricia su rostro, y lo mira pestaneando un par de veces, dejando que una sonrisa sincera, dulce, cariñosa y amorosa se asomara tímidamente a sus labios.

por **Aramís Ioshua Huston** Lun Sep 06, 2010 10:48 pm

Le hubiera encantado no pensar en lo que estaba bien y en lo que no, pero nunca había sido asi, siempre se había destacado por tener todas sus cosas en ordeen , la perfección era su impronta y todo esto lo superaba, no iba con él, el amor por su hermana era algo que no podía ni habia elegino, ordenado ni arreglado. Algo tan simple y espontáneo que no tenía conciencia de cuando había ocurrido.

Su pálida mano se movió hasta la cabellera pelirroja de su hermana, corriendole un mechón de cabelllo que le tapaba el rostro. Si nada de eso hubiera ocuurrido.. Aramís no se lo podía imaginar ya de otra forma. - Si todo esto fuera diferente me gustaría fueras mi compañera amor mío, no hay deseo más fuerte en el mundo que quisiera ver realizado que ese.. - le susurró mirando sus ojos líquidos, dos cristales.

por **Gail Z. Huston** Mar Sep 07, 2010 2:46 pm

Algunas lágrimas cayeron silenciosamente de sus ojos color chocolate, casi negros, al escucharlo y al sentirlo así, completamente sumiso ante la situación. Pero Gail sabía que la perfección no existía, que era un estado que el hombre y los animales, en su caso, nunca alcanzarían. Le sonrió, completamente sincera y nostálgica. Él siempre queriendo hacer las cosas "correctas" y siempre fijando un camino del bien o como sea que crea.

-Las cosas correctas y perfectas no existen el amor, enano- le susurró en un sollozo. Hasta en aquellas situaciones sabía cómo fastidiarlo inocentemente. -Solo tenemos que sentir...- murmuró, acercando su rostro al de él. Por primera vez en su vida, intentaba ser esa mujer que siempre quiso ser. -... y ésto es algo que no voy a dejar pasar- con eso le decía que tarde o temprano, ella estaría a su lado como su mujer y no como su hermana.

por **Aramís Ioshua Huston** Mar Sep 07, 2010 7:28 pm

Lo último que quería era ser el culpable de las lágrimas que derramara su hermana, ¿Cómo podía hacerse cargo de tamaña responsabilidad y vivir para contarlo? Aramís se movió de su cómoda posición para abrazarla con cuidado, los temblequeos en su cuerpo habían cesado y solo lo sentía mojado y debil. Sus ojos se posaron en ella cuando acercó su rostro al de él, tentandolo a hacer "barbaridades" No era un barbaro, pero era un hombre, para peor los instintos del lobo parecían dominarlo como lo hacían en las noches de luna llena.

- No me llores mon amour, quiero lo mejor para ti.. haré lo que desees con tal de volver a ver tu sonrisa.. - susurruró prometiendole que nada ni nadie quería su felicidad. El rubio abrió sus labios para tomar los de ella en un beso tímido.

por **Gail Z. Huston** Mar Sep 07, 2010 9:40 pm

Pestaneó un par de veces, dejando que las últimas lágrimas salieran de sus ojos y corrieran por su pálida y suave piel de su rostro. Antes de que pudiera siquiera ordenarle a los músculos de su cara que la hicieran sonreír, ya tenía los labios tímidamente entreabiertos para recibir los de su hermano sin experiencia alguna y con muchísima timidez. Aquello le dio una sacudida a su corazón y estómago, sintiéndose muy bien. Sus labios eran suaves y delicados, como él lo era con ella.
Gail lo único que hizo fue llevar una de sus manos a su nuca con puro nerviosismo e inexperiencia.

por **Aramís Ioshua Huston** Mar Sep 07, 2010 11:29 pm

Si sus hermanos lo vieran asi con Gail deseguro lo castraría como lo hacían los veterinarios a los perros y gatos de la calle, o peor aun, le sacarían los miembros, uno a uno y se lo comerían crudos. Aramís no pensaba en nada de eso al besarla, solo lo hacía, porque asi le había salido hacerlo. Se separó lentamente de sus labios para mirarla con los ojos entornados.

por **Gail Z. Huston** Vie Sep 10, 2010 4:10 pm

Le devolvió la mirada, pero sin entonarnar sus ojos como él lo hacía con ella. En sus ojos color café había amor, un amor que nunca había tenido con nadie y nunca tendría con nadie que no fuera él. Porque el destino había querido que ella sea su mujer y que él sea su hombre, para toda la vida y así sería. No se opondría a aquello, al contrario, buscaría con fervor esas situaciones.

Una de sus sonrisas dulces y tiernas se dibujó en sus labios, completamente amorosa con él. -No pienses en nada, por favor- necesitaba que en aquellos momentos se dejara llevar con ella, que le enseñara a ser perfecta para él.

por **Aramís Ioshua Huston** Vie Sep 10, 2010 4:20 pm

Su lado animal le decía que solo debía actuar, hacer lo que sentía, demostrarle todo aquello que se había guardado dos largos años, su lado humano si empre había dominado y ahora era sumiso y limitado. Aramís ladeó el cuello como si no entendiera su pedido, mirandolo con esos ojos cielo acuoso.

Debía dominarse y no pensar en hacer lo que su otra mitad de mandaba, no estaba bien para la ley, pero solo deseaba la felicidad de ella, no más. - Enseñame a no pensar en lo que está bien y lo que no, enseñame a amarte como te mereces.. - Él se refugio en sus brazos como un niño confundido.

por **Gail Z. Huston** Vie Sep 10, 2010 4:41 pm

Lo acunó en ella, acariciendo sus cabellos ya casi secos, intentando que se calnmara. Sabía que se sentía perdido en aquello, que no quería que su instinto animal ocupara todos sus sentidos, pero quizás sería lo mejor para aquella ocación. El Iosh humano era demasiado estricto y muy apegado a las normas, siempre buscando la perfección. Quizás podían ser perfectos juntos, pero en dejándose llevar por sus instintos animales quizás pudieran sentirse mucho más libres.

-Sólo... relájate- susurró en su oído, escondiendo su rostro suavemente en su cuello y dejando pequeños besos allí, completamente dulce y tierna con él. Así, quizás, podría relajarlo o lograr todo lo contrario.

por **Aramís Ioshua Huston** Vie Sep 10, 2010 5:07 pm

Esos besos no hacían que se calmara, hacían que su instinto buscara más de aquello, era demasiado sensible aquella parte de su cuerpo. Aramís ladeó el cuello suspirando de alivio, dejandola mimarlo, había ansiado tanto tiempo esa caricias que ya no tenía conciencia de cuanto había esperado sin creer que pudiese ser real, ahora se lo preguntaba, aquello parecía un sueño.

- Gail.. - susurró mientras acariciaba los brazos que lo acunaban tan gentilmente.

por **Gail Z. Huston** Vie Sep 10, 2010 5:32 pm

Aquello le colocó la piel de gallina, sintiéndose completamente halagada escuchándolo suspirar y escuchando su nombre salir de sus labios tan apetitosos para ella. Recibió los mimos en sus brazos, pero quería mimarlo a él de una forma que nadie había podido lograr hacerlo. Necesitaba hacerlo feliz y que sea únicamente suyo. Ser de él y de nadie más.

Una de sus manos tomaron su mentón. Aquellos besos dulces eran ahora algo más pasionales. No sabía que se podía llegar a mostrar así con nadie, no sabía que podía actuar así. Levantó su cabeza, para deslizar sus labios desde la base de su cuello hasta su mentón, dejando que sus dientes recorrieran aquella suave piel.

por **Aramís Ioshua Huston** Vie Sep 10, 2010 6:15 pm

Desde su garganta una especie de jadeo intenso salió al sentir esos besos, si se sometía a aquello ambos estarían bien, si tomaba el control no se podía decir que tambien. El lobo alvino la observpo prendido de su belleza, dejandola hacer todo lo que ella quisera esa noche, al final del día no tenía idea de como terminarían, pero no le interesaba más que estar así, amandola.

Entreabrió los labios en franca invitación mientras rodaba con ella en la grava para que ambos estuviesen cómodos y de costado, mirandose a los ojos.

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