AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
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Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Habían transcurrido algunas semanas desde que el consejo decidiera que Lauriel, sería la doncella de los hermanos Uroz. Desde el momento en el que vio la clase de mujer que era Rainer supo que traería problemas o que sería complicado tenerla bajo el control que cualquier señor debería ejercer sobre las doncellas. Lauriel para él significaba problemas, para Iker en cambio era bastante divertido; al mayor eso no le extrañaba en lo más mínimo pues solo bastaba verles desde la distancia unos segundos para percatarse de que ambos eran unas personalidades bastante afines, los dos siempre haciendo cosas que no debían; afortunadamente la doncella no termino o aún no terminaba como ellos.
Ese día sin embargo era uno que había estado esperando con ansias, una visita a la playa para relajarse y dejar lo problemas de lado. Un lugar en el cual se podía lanzar al viento los problemas y no volver a verles hasta que sus pies dejaran de tocar la arena. En el segundo que los pies del menor de los Uroz tocaron la arena, les dedico una amplia sonrisa tanto a Lauriel como a Rainer. -Me adelanto, tengo cosas que quiero hacer así que les dejo a solas - y sin esperar que alguno dijese algo más, se echo a correr a toda velocidad, dejando a un par completamente atónito. -Parece ser que nos tocara organizar las cosas para la comida- sentenció Rainer, que comenzaba a tomar una de las canastas que habían llevado con todo lo necesario para pasar una tarde entretenida en la playa. Antes de caminar para buscar un lugar apropiado, observo a Lauriel y le dedico una sonrisa. -Nunca te pregunte si te agradaba la idea de venir a la playa con nosotros pero no pensé que fuese conveniente que te quedaras sola- observo como ella tomaba la otra canasta y entonces ambos se pusieron a andar.
Conforme se alejaban del carruaje que les llevó hasta aquel lugar, se sentía cada vez más y más relajado. Hasta que dejo la canasta que llevaba en la arena y le dirigió una mirada amable a la doncella. -Este es el lugar indicado, ¿no lo crees así?- En otras ocasiones que estuvo a solas con ella, se había ahorrado muchas palabras puesto que no deseaba terminar apreciando a aquella joven que en algunos momentos del día se descubría observando completamente perdido en sus movimientos. Ahí en la playa sin embargo, se podía dar la oportunidad de ser un poco más tranquilo y de conocer más a aquella que trabajaría un largo tiempo con ellos. Rainer saco una manta de la canasta y la extendió en el suelo, terminando por sentarse en ella, solo para segundos después palmear a un lado de donde estaba él sentado y mirar a Lauriel.
Ese día sin embargo era uno que había estado esperando con ansias, una visita a la playa para relajarse y dejar lo problemas de lado. Un lugar en el cual se podía lanzar al viento los problemas y no volver a verles hasta que sus pies dejaran de tocar la arena. En el segundo que los pies del menor de los Uroz tocaron la arena, les dedico una amplia sonrisa tanto a Lauriel como a Rainer. -Me adelanto, tengo cosas que quiero hacer así que les dejo a solas - y sin esperar que alguno dijese algo más, se echo a correr a toda velocidad, dejando a un par completamente atónito. -Parece ser que nos tocara organizar las cosas para la comida- sentenció Rainer, que comenzaba a tomar una de las canastas que habían llevado con todo lo necesario para pasar una tarde entretenida en la playa. Antes de caminar para buscar un lugar apropiado, observo a Lauriel y le dedico una sonrisa. -Nunca te pregunte si te agradaba la idea de venir a la playa con nosotros pero no pensé que fuese conveniente que te quedaras sola- observo como ella tomaba la otra canasta y entonces ambos se pusieron a andar.
Conforme se alejaban del carruaje que les llevó hasta aquel lugar, se sentía cada vez más y más relajado. Hasta que dejo la canasta que llevaba en la arena y le dirigió una mirada amable a la doncella. -Este es el lugar indicado, ¿no lo crees así?- En otras ocasiones que estuvo a solas con ella, se había ahorrado muchas palabras puesto que no deseaba terminar apreciando a aquella joven que en algunos momentos del día se descubría observando completamente perdido en sus movimientos. Ahí en la playa sin embargo, se podía dar la oportunidad de ser un poco más tranquilo y de conocer más a aquella que trabajaría un largo tiempo con ellos. Rainer saco una manta de la canasta y la extendió en el suelo, terminando por sentarse en ella, solo para segundos después palmear a un lado de donde estaba él sentado y mirar a Lauriel.
Rainer/Iker Uroz- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/01/2014
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Estando de pie, sentía la tierra bajo sus pies y solamente suspiro profundamente.
-No importa…-Habían pasado unas semanas y estaba igual de desanimada que cuando la separaron de su hermana. Se mordió el labio inferior para no llorar, no quería hacerlo pero ahora todo había cambiado mucho. Desde aquella reunión con el consejo, ahora se habían hecho varias reformas en las reglas. Mensualmente vendría un evaluador para ver si estaban haciendo bien su labor como doncellas y que respetan las reglas nuevas. Su familia había formado esa institución para aquellos que quisieran aprender labores de servicio y ahora venía un puñado de gente que sabían más que ellos. Lentamente se soltó el cabello para dejarlo libre, para que respirase y entonces se mezclase con el aire que lo peinaba a placer.
¿Qué estaría haciendo su hermana? Cuando las estrellas estaban en lo alto del cielo, ella y su hermana se escapaban al observatorio que tenían en su ático, observaban constelaciones y después hacían juegos o collares u otros artículos que pudieran siempre recordarles esas bellas noches -…Si, este lugar es bastante bello como para no haber elegido mejor…-Miro como quería que se sentara cerca de él, pero como acostumbraba aun a no hacerle caso, se quitó el vestido de una quedándose como dios la trajo al mundo y sin pudor alguno, fue dirigiéndose hacia el agua, para su gusto estaba con buenas olas, pero antes llevo el vestido hacia la manta donde Rainer descansaba-…No me robes la ropa interior…-le guiño un ojo, para después meter un pie dentro del agua, descubrió una concha que la cogió, pero estaba cerrada-…¡Hey! Una concha cerrada…-dijo mirándola detenidamente, hasta que la abrió y descubrió una perla dentro de ella-….Una perla…-Sonrió llevándola hacia donde estaba su vestido. Era un tesoro que había descubierto-…Seguro que a mi hermana le encanta…-y rápidamente fue a meterse dentro de aquellas aguas extrañas que parecían llamarla a gritos.
Después de que se divirtiera, fue saliendo del agua, y se sentó en unas rocas que había cerca de la orilla. Desde allí miro hacia Rainer-…¿Todo bien? –Sus senos fueron tapados por los largos cabellos de esta que apenas dejaban ver nada, cruzo las piernas para no dejar ver nada tampoco aunque por su trasero poco podría hacer –Necesitaba…-bajo la mirada pero aun así no quito su sonrisa de puro orgullo que sentía en ese momento-…entiéndeme…lo necesitaba…si ya no estoy con mi hermana…-le mira-…T….Usted tiene aún a su hermano consigo y es un buen joven..
-No importa…-Habían pasado unas semanas y estaba igual de desanimada que cuando la separaron de su hermana. Se mordió el labio inferior para no llorar, no quería hacerlo pero ahora todo había cambiado mucho. Desde aquella reunión con el consejo, ahora se habían hecho varias reformas en las reglas. Mensualmente vendría un evaluador para ver si estaban haciendo bien su labor como doncellas y que respetan las reglas nuevas. Su familia había formado esa institución para aquellos que quisieran aprender labores de servicio y ahora venía un puñado de gente que sabían más que ellos. Lentamente se soltó el cabello para dejarlo libre, para que respirase y entonces se mezclase con el aire que lo peinaba a placer.
¿Qué estaría haciendo su hermana? Cuando las estrellas estaban en lo alto del cielo, ella y su hermana se escapaban al observatorio que tenían en su ático, observaban constelaciones y después hacían juegos o collares u otros artículos que pudieran siempre recordarles esas bellas noches -…Si, este lugar es bastante bello como para no haber elegido mejor…-Miro como quería que se sentara cerca de él, pero como acostumbraba aun a no hacerle caso, se quitó el vestido de una quedándose como dios la trajo al mundo y sin pudor alguno, fue dirigiéndose hacia el agua, para su gusto estaba con buenas olas, pero antes llevo el vestido hacia la manta donde Rainer descansaba-…No me robes la ropa interior…-le guiño un ojo, para después meter un pie dentro del agua, descubrió una concha que la cogió, pero estaba cerrada-…¡Hey! Una concha cerrada…-dijo mirándola detenidamente, hasta que la abrió y descubrió una perla dentro de ella-….Una perla…-Sonrió llevándola hacia donde estaba su vestido. Era un tesoro que había descubierto-…Seguro que a mi hermana le encanta…-y rápidamente fue a meterse dentro de aquellas aguas extrañas que parecían llamarla a gritos.
Después de que se divirtiera, fue saliendo del agua, y se sentó en unas rocas que había cerca de la orilla. Desde allí miro hacia Rainer-…¿Todo bien? –Sus senos fueron tapados por los largos cabellos de esta que apenas dejaban ver nada, cruzo las piernas para no dejar ver nada tampoco aunque por su trasero poco podría hacer –Necesitaba…-bajo la mirada pero aun así no quito su sonrisa de puro orgullo que sentía en ese momento-…entiéndeme…lo necesitaba…si ya no estoy con mi hermana…-le mira-…T….Usted tiene aún a su hermano consigo y es un buen joven..
Aaryn Wellishmane- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/11/2013
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Las enormes ganas de que Iker estuviese ahí para golpearle le invadieron todo el cuerpo y claro, sus instintos de hombre hicieron de las suyas provocando que una oleada de calor le cruzara el cuerpo entero y para evitar mirar mucho más el cuerpo de Lauriel, fue que el mismo se saco la camisa, necesitaba sentirme un poco más libre y menos ahogado pero con aquella vista le era terriblemente imposible. Esa parte de su licántropo interno deseaba lanzarse a ella y comérsela a besos pero eso estaba tan mal en tantos sentidos que solo termino desviando la mirada, buscando mirarle lo menos posible porque cada movimiento de aquellas caderas, senos, cabello y nalgas le provocaban que una oleada de deseo le recorriera el cuerpo.
- Eres una… - se ahorro las palabras siguientes, las ahogo en sus labios no porque no deseara decirlas. Lauriel se las merecía con creces después de pasearse desnuda ante él y tener el descaro de decirle que no le robara la ropa interior pero aún así se quedo mirándole cuando jugaba en las aguas. Así se le antojaba como una niña frágil y perdida a la cual debía proteger pero no, ella era como un caballo salvaje que primero debía ser domado antes de que alguien debiera preocuparse en mimarle. Se recostó en la arena en lo que ella se divertía de aquella manera no le miraba tanto y no se sentía tan afectado por lo que hiciera o dejara de hacer. Solo cuando escucho los pasos de ella se reincorporo y le miro, su gesto se torno entre molesto y decepcionado al ver que la manera en la que estaba le impedía ver algo, pero al mismo tiempo daba gracias de que fuera de esa manera. - ¿Todo bien? ¿Qué piensas? - tomo la ropa interior de ella y se la lanzo - mejor ponte la ropa, alguien puede venir y entonces que pensaran que eres una doncella cualquiera si tanto quieres ver a tu hermana mejor que te vean como una mujer decente - no era su intención sonar tan duro o hacerle sentir mal con sus palabras, era solo que ella le sacaba de su espacio de comodidad demasiado fácil, solo necesitaba morderse el labio y mirarlo para que ya se sintiese hechizado por ella.
- Yo se que mi hermano es bueno no necesito que alguien me lo recuerde, pero él es tan como tu. Imprudente, tonto, siempre metido en peligro y problemas. Debe aprender a madurar a ver las cosas no como un juego y aceptar la consecuencia de sus actos - le miro fijamente - pero parece que hay gente que jamás aprenderá por más golpes que reciban de la vida - suspiro - y lamento si mis palabras suenan duras pero es la verdad - Rainer termino por pararse de aquella manta - Lauriel, prepara algo de comida y ponte la ropa interior por lo menos - dicho eso camino en dirección a las aguas, y sacando su pantalón fue que entro en esa ocasión él a nadar un poco y dejar que las aguas se llevaran todo lo que le agobiaba, aunque en aquella playa estuvieran las dos personas que más le afectaban en el mundo.
Solo después de un rato salió nuevamente y llego a la manta, tirandose sobre ella con el cuerpo mojado y las gotas de agua delineando cada uno de sus músculos. - ¿Qué hay de comer? - hablaba más suave y sus ojos fueron a Lauriel que enfoco sus ojos en los suyos al escuchar la pregunta - Perdona que haya sido tan duro, la verdad es que no me imagine que saldrías a exhibirte desnuda y eso me ha alterado - admitió cerrando los ojos, permitiendo que sus palabras fueran lo más sinceras posibles - eres demasiado hermosa como para no afectar a cualquier hombre con esas vistas.
- Eres una… - se ahorro las palabras siguientes, las ahogo en sus labios no porque no deseara decirlas. Lauriel se las merecía con creces después de pasearse desnuda ante él y tener el descaro de decirle que no le robara la ropa interior pero aún así se quedo mirándole cuando jugaba en las aguas. Así se le antojaba como una niña frágil y perdida a la cual debía proteger pero no, ella era como un caballo salvaje que primero debía ser domado antes de que alguien debiera preocuparse en mimarle. Se recostó en la arena en lo que ella se divertía de aquella manera no le miraba tanto y no se sentía tan afectado por lo que hiciera o dejara de hacer. Solo cuando escucho los pasos de ella se reincorporo y le miro, su gesto se torno entre molesto y decepcionado al ver que la manera en la que estaba le impedía ver algo, pero al mismo tiempo daba gracias de que fuera de esa manera. - ¿Todo bien? ¿Qué piensas? - tomo la ropa interior de ella y se la lanzo - mejor ponte la ropa, alguien puede venir y entonces que pensaran que eres una doncella cualquiera si tanto quieres ver a tu hermana mejor que te vean como una mujer decente - no era su intención sonar tan duro o hacerle sentir mal con sus palabras, era solo que ella le sacaba de su espacio de comodidad demasiado fácil, solo necesitaba morderse el labio y mirarlo para que ya se sintiese hechizado por ella.
- Yo se que mi hermano es bueno no necesito que alguien me lo recuerde, pero él es tan como tu. Imprudente, tonto, siempre metido en peligro y problemas. Debe aprender a madurar a ver las cosas no como un juego y aceptar la consecuencia de sus actos - le miro fijamente - pero parece que hay gente que jamás aprenderá por más golpes que reciban de la vida - suspiro - y lamento si mis palabras suenan duras pero es la verdad - Rainer termino por pararse de aquella manta - Lauriel, prepara algo de comida y ponte la ropa interior por lo menos - dicho eso camino en dirección a las aguas, y sacando su pantalón fue que entro en esa ocasión él a nadar un poco y dejar que las aguas se llevaran todo lo que le agobiaba, aunque en aquella playa estuvieran las dos personas que más le afectaban en el mundo.
Solo después de un rato salió nuevamente y llego a la manta, tirandose sobre ella con el cuerpo mojado y las gotas de agua delineando cada uno de sus músculos. - ¿Qué hay de comer? - hablaba más suave y sus ojos fueron a Lauriel que enfoco sus ojos en los suyos al escuchar la pregunta - Perdona que haya sido tan duro, la verdad es que no me imagine que saldrías a exhibirte desnuda y eso me ha alterado - admitió cerrando los ojos, permitiendo que sus palabras fueran lo más sinceras posibles - eres demasiado hermosa como para no afectar a cualquier hombre con esas vistas.
Rainer/Iker Uroz- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/01/2014
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Esperaba que no le regañara más.
Se colocó la ropa interior, el vestido y un moño desordenado sin mucho esmero sobre su cabeza. Preparo lentamente unos sándwiches de jamón y queso con lechuga, algo demasiado rico y sencillo de preparar. Sabía preparar más cosas, pero como quería fastidiarle, hizo aquello.
Cuando se sentó a su lado, le miro como caían todas esas gotas de su cuerpo, se lamio los labios para después esconderse de la vergüenza-…Pues hay sándwiches…-le mira-…el agua está demasiado fría para que usted se ponga en peligro…-burlo a quien era su señor. Echaba de menos a Aaryn, no podía parar de pensar si la estaban tratando bien. Lauriel entonces se colocó a horcajadas con el plato de Rainer en su mano- …¿quiere que le de comer? –Pregunto lentamente, observándole con descaro, acercando sus labios a la frente ajena y se separó enseguida de él, tanto de sus caderas como de su rostro. Suspiro por varias veces y no estaba planteándose el estar demasiado cerca con él o ella sobre él.
-Las olas están furiosas hoy….-murmuro comiendo un poco de sándwich-…Iré a buscar al señorito Uroz…-se levantó rápidamente, como si estuviera en algún tipo de aprieto y era que sentía su entrepierna extraña, su cuerpo estaba nervioso y tembló varias veces antes de ponerse de pie, se incorporó y hundiendo sus pies en la arena, comenzaba ir en busca del señorito -…Sr. Iker?-Pregunto por los alrededores, buscando alguna señal de dicha persona. Comenzó a preocuparse, se había alejado de la manta y de Rainer que estaba segura de que se perdió -…Ah…será todo recto ¿no? –pregunto a si misma habiendo nadie para responderla. Vio cuando dio unos pasos hacia delante, unos pantalones que pertenecían al señorito, unos…Dos pares de zapatos -… ¿Pero qué? –Prefirió dejar al señorito, pero volvió corriendo, se paró jadeando cerca de la manta en donde estaba Rainer-…Sr….El Srto Iker esta…solo veo su ropa por la arena, señor…-cuando termino de jadear por haber corrido una larga distancia, se sentó en la arena, cayendo sin fuerzas.
¿Qué la pasaba? ¿Por qué estaba así? Seguramente tenía en cuenta que no le importaba lo que pensaba los demás, pero estaba cansada cuando corría y cuando descansaba solo había un pecho jadeando por cinco minutos mientras que va progresivamente aminorando. Que cosas más extrañas pues se considera una chica bastante saludable. Hasta quería plantearle a su jefe (Rainer) que quería tener un horario en donde todos comerían sano – Rainer…me quedo aquí…-Dijo con toda su voz autoritaria, sin moverse de su sitio ni de su pentagrama -….No aguanto más….-Ya se fue calmando, si, había pasado un mal momento.
Se colocó la ropa interior, el vestido y un moño desordenado sin mucho esmero sobre su cabeza. Preparo lentamente unos sándwiches de jamón y queso con lechuga, algo demasiado rico y sencillo de preparar. Sabía preparar más cosas, pero como quería fastidiarle, hizo aquello.
Cuando se sentó a su lado, le miro como caían todas esas gotas de su cuerpo, se lamio los labios para después esconderse de la vergüenza-…Pues hay sándwiches…-le mira-…el agua está demasiado fría para que usted se ponga en peligro…-burlo a quien era su señor. Echaba de menos a Aaryn, no podía parar de pensar si la estaban tratando bien. Lauriel entonces se colocó a horcajadas con el plato de Rainer en su mano- …¿quiere que le de comer? –Pregunto lentamente, observándole con descaro, acercando sus labios a la frente ajena y se separó enseguida de él, tanto de sus caderas como de su rostro. Suspiro por varias veces y no estaba planteándose el estar demasiado cerca con él o ella sobre él.
-Las olas están furiosas hoy….-murmuro comiendo un poco de sándwich-…Iré a buscar al señorito Uroz…-se levantó rápidamente, como si estuviera en algún tipo de aprieto y era que sentía su entrepierna extraña, su cuerpo estaba nervioso y tembló varias veces antes de ponerse de pie, se incorporó y hundiendo sus pies en la arena, comenzaba ir en busca del señorito -…Sr. Iker?-Pregunto por los alrededores, buscando alguna señal de dicha persona. Comenzó a preocuparse, se había alejado de la manta y de Rainer que estaba segura de que se perdió -…Ah…será todo recto ¿no? –pregunto a si misma habiendo nadie para responderla. Vio cuando dio unos pasos hacia delante, unos pantalones que pertenecían al señorito, unos…Dos pares de zapatos -… ¿Pero qué? –Prefirió dejar al señorito, pero volvió corriendo, se paró jadeando cerca de la manta en donde estaba Rainer-…Sr….El Srto Iker esta…solo veo su ropa por la arena, señor…-cuando termino de jadear por haber corrido una larga distancia, se sentó en la arena, cayendo sin fuerzas.
¿Qué la pasaba? ¿Por qué estaba así? Seguramente tenía en cuenta que no le importaba lo que pensaba los demás, pero estaba cansada cuando corría y cuando descansaba solo había un pecho jadeando por cinco minutos mientras que va progresivamente aminorando. Que cosas más extrañas pues se considera una chica bastante saludable. Hasta quería plantearle a su jefe (Rainer) que quería tener un horario en donde todos comerían sano – Rainer…me quedo aquí…-Dijo con toda su voz autoritaria, sin moverse de su sitio ni de su pentagrama -….No aguanto más….-Ya se fue calmando, si, había pasado un mal momento.
Aaryn Wellishmane- Humano Clase Media
- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 10/11/2013
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Se encontraba mucho más relajado al verle vestida, eso al menos le impedía terminar por lanzarse sobre ella en esa playa o de llevarle de nuevo al agua y tocar todo aquel glorioso cuerpo que poseía. Aún así, noto la sensual manera en que se relamía los labios y sonrío de saber que eso era en parte por él, no quería ser después de todo el único afectado de la presencia y cercanía del otro - El agua no esta fría, esta a la temperatura adecuada y no me digas que hacer o que no. Soy resistente Lauriel nada va a pasarme por más que añores que termine ahogado - rió mientras las gotas seguían cayendo por su cuerpo. Iba a pedir uno de aquellos sandwiches cuando noto como Lauriel se ponía a horcajadas y le ofrecía de comer. Cuanto debió contenerse para no decirle que lo que quería comer era a ella, probar de cada parte de su cuerpo y tenerla a su lado por siempre.
- Eres una descuidada, eso es en definitiva la verdad - susurro cuando ella bajaba de sus caderas finalmente y con algo de pesar por aquello tomo uno de los sandwiches y comenzó a comer por lo que no pudo detenerle cuando se alejo de él para ir a buscar a Iker. Le siguió con la mirada hasta que ella desapareció de su vista y suspiro frustrado. Nunca antes alguna mujer le puso tan nervioso, le sacaba de sus casillas o le llevo a pensar hacerle suya en un lugar al aire libre como ella le hacía pensar pero era mala idea sentirse especial para ella. Lauriel era así, no podía cambiarla y así como efectuaba esos tentadores actos para con él, bien podría ser así con otros; esa idea le hizo hervir de celos por dentro pero al tiempo recordar que ella no era nada suyo, más que su doncella.
Se recostó en la arena al saberse solo por aquellos momentos y estaba cayendo en la inconsciencia cuando la voz de Lauriel le trajo abruptamente de regreso y se incorporo a mirarle. Se veía agotada y un poco desesperada. Se preocupaba quizás demasiado por Iker pero para que se quedara más tranquila se levanto de la arena - Iré a ver que este bien, tranquila, bebe un poco de agua que yo regresare pronto - antes de alejarse le acaricio la mejilla y le sonrío con dulzura, comenzando a correr en dirección a donde antes había desaparecido el bobo de su hermano - Iker ¿dónde estas? - se preguntaba cuando termino por ver la ropa de su hermano pero también más ropa lo que le hizo detenerse de golpe, ya sospechaba por donde iba la situación y la verdad es que no deseaba encontrarse a Iker con quien fuera que pareciera estarse divirtiendo así que dio media vuelta y regreso corriendo nuevamente al lado de la doncella.
- Todo esta bien… - termino por decirle antes de dejarse caer a un lado de ella - esta… divirtiéndose… - sonrío - así que lo mejor es que no le interrumpamos por ahora y menos mal que encontró un lugar donde no se ande exhibiendo como ciertas mujeres que se bañan desnudas - le miro de reojo, notando que la expresión de ella no era tan jovial como cuando llegaron - Lauriel, ¿estas bien? - una de sus manos fue a sujetar la mejilla de la doncella y se acerco más a ella - Luces muy cansada… ¿has estado follando? porque de no ser así no me explico el porque luces tan agotada si tratamos de no cansarte - pregunto aquello con todo el pesar de su corazón, no deseaba saber de que otros la poseyeran, pero eso en algún punto seria inevitable.
- Eres una descuidada, eso es en definitiva la verdad - susurro cuando ella bajaba de sus caderas finalmente y con algo de pesar por aquello tomo uno de los sandwiches y comenzó a comer por lo que no pudo detenerle cuando se alejo de él para ir a buscar a Iker. Le siguió con la mirada hasta que ella desapareció de su vista y suspiro frustrado. Nunca antes alguna mujer le puso tan nervioso, le sacaba de sus casillas o le llevo a pensar hacerle suya en un lugar al aire libre como ella le hacía pensar pero era mala idea sentirse especial para ella. Lauriel era así, no podía cambiarla y así como efectuaba esos tentadores actos para con él, bien podría ser así con otros; esa idea le hizo hervir de celos por dentro pero al tiempo recordar que ella no era nada suyo, más que su doncella.
Se recostó en la arena al saberse solo por aquellos momentos y estaba cayendo en la inconsciencia cuando la voz de Lauriel le trajo abruptamente de regreso y se incorporo a mirarle. Se veía agotada y un poco desesperada. Se preocupaba quizás demasiado por Iker pero para que se quedara más tranquila se levanto de la arena - Iré a ver que este bien, tranquila, bebe un poco de agua que yo regresare pronto - antes de alejarse le acaricio la mejilla y le sonrío con dulzura, comenzando a correr en dirección a donde antes había desaparecido el bobo de su hermano - Iker ¿dónde estas? - se preguntaba cuando termino por ver la ropa de su hermano pero también más ropa lo que le hizo detenerse de golpe, ya sospechaba por donde iba la situación y la verdad es que no deseaba encontrarse a Iker con quien fuera que pareciera estarse divirtiendo así que dio media vuelta y regreso corriendo nuevamente al lado de la doncella.
- Todo esta bien… - termino por decirle antes de dejarse caer a un lado de ella - esta… divirtiéndose… - sonrío - así que lo mejor es que no le interrumpamos por ahora y menos mal que encontró un lugar donde no se ande exhibiendo como ciertas mujeres que se bañan desnudas - le miro de reojo, notando que la expresión de ella no era tan jovial como cuando llegaron - Lauriel, ¿estas bien? - una de sus manos fue a sujetar la mejilla de la doncella y se acerco más a ella - Luces muy cansada… ¿has estado follando? porque de no ser así no me explico el porque luces tan agotada si tratamos de no cansarte - pregunto aquello con todo el pesar de su corazón, no deseaba saber de que otros la poseyeran, pero eso en algún punto seria inevitable.
Rainer/Iker Uroz- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 10/01/2014
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Sin esperarse aquellas preguntas, sobre todo la última que pareció mas una suposición de parte de Rainer, pero ella misma estuvo CASI a punto de poner la palma de su mano contra la mejilla de Rainer, hasta que después de que quitara la mano, sus mejillas estaban ruborizadas. Se fue levantando mediante zigzags y como pudo cogió las ropas secas que estaban cerca de ella -..Eres simplemente un imbécil Rainer...-Le hablo de tú a tú, sin importarle el cargo que tuviera sobre ella o cualquier cosa que pudiera llevarla a la horca. Solo sabía que no lo haría ya que su hermana ahora la cuidaba un vampiro y si su hermana sabía que moría por culpa ajena, ella se enteraría y se vengaría. Pero ahora no estaban en esas circunstancias ni ella misma querría que llegaran hasta tal punto, pero Lauriel odiaba que le tomaran el pelo de sobre manera y especialmente de esa manera.
A decir verdad, mientras se sumía en sus pensamientos, caminaba un poco más allá de la manta de picnic en donde habían "acampado" para comer, Iker no aparecía aun y con tal de no hablar con Rainer unas horas, le vendría bien. Intentaría buscar a Iker, intentar dialogar con él ya que con Rainer, se le hacía imposible aun la estancia. Siguió andando y no vio al señorito Iker, pero un poco más adelante habían un...do...cuatro piernas enredándose por la arena -Bien...-Dijo para sí misma, dándose la vuelta, sonrojada y volviendo hasta donde estaba la manta de picnic, se sirvió un sándwich y otro a Rainer. El último lo dejo sobre la cesta para cuando viniera Iker aunque estaba demasiado ocupado.
¿Cómo sería el hacer el amor con una persona?
¿Lo habría hecho Rainer con otras mujeres? Seguro que sí. Ella era la inexperta quizás en ese campo y estaba llena de expertos que sabían demasiaaado del tema. Podría parecer incoherente a los oídos de otros, pero aparentaba un carácter de una persona que tenía a una persona en su vida y que se la beneficiaba de vez en cuando…pero no. No era así. Estaba más sola que la una y se lo había ganado ya que se dedicó a cuidar a Aaryn cuando nadie lo hizo más que ella. Nadie le prestaba atención a su hermana, o al menos no demasiado, pero ahí estaba Lauriel para atenderla en todo lo que necesitara. Incluso nadie sabía lo de la violación de Aaryn excepto ella misma. Bueno. Otra persona que también había experimentado el sexo pero no de una manera demasiado agradable, sino brusca.
-Suspira sin más-
-La noche estaba apaciguadora cuando o bueno antes de que nos mojáramos los dos…-desviando la mirada siempre estuvo para no ver el rostro de Rainer. Ahora no se sentía con el placer de mirar a la cara aquel a quien casi abofetea. En el lio que se habría metido si su temperamento hubiera empezado algo que no podría deshacer – Seguro que has estado con varias mujeres a las que has dado placer….como tu hermano más adelante en las rocas…-Dijo cogiendo el sándwich que había hecho para Iker y mordiéndolo un poco para parar y ver la reacción ajena de Rainer. Quería picarle a ver que conseguía, pero como le dio antes lo mismo al saber que su hermano estaba divirtiéndose, pues pensó insistir-…Oye…escúchame. Quizás tu hermano pueda contagiarse de algo si esta con desconocidos…no sé ¿no deberías de preocuparte ya que eres su hermano mayor? –Las palabras le salían con fluidez mientras que hacia otro sándwich al acabarse el que hizo para Iker.
Hablar siempre parecía darle hambre y esta no era una excepción.
A decir verdad, mientras se sumía en sus pensamientos, caminaba un poco más allá de la manta de picnic en donde habían "acampado" para comer, Iker no aparecía aun y con tal de no hablar con Rainer unas horas, le vendría bien. Intentaría buscar a Iker, intentar dialogar con él ya que con Rainer, se le hacía imposible aun la estancia. Siguió andando y no vio al señorito Iker, pero un poco más adelante habían un...do...cuatro piernas enredándose por la arena -Bien...-Dijo para sí misma, dándose la vuelta, sonrojada y volviendo hasta donde estaba la manta de picnic, se sirvió un sándwich y otro a Rainer. El último lo dejo sobre la cesta para cuando viniera Iker aunque estaba demasiado ocupado.
¿Cómo sería el hacer el amor con una persona?
¿Lo habría hecho Rainer con otras mujeres? Seguro que sí. Ella era la inexperta quizás en ese campo y estaba llena de expertos que sabían demasiaaado del tema. Podría parecer incoherente a los oídos de otros, pero aparentaba un carácter de una persona que tenía a una persona en su vida y que se la beneficiaba de vez en cuando…pero no. No era así. Estaba más sola que la una y se lo había ganado ya que se dedicó a cuidar a Aaryn cuando nadie lo hizo más que ella. Nadie le prestaba atención a su hermana, o al menos no demasiado, pero ahí estaba Lauriel para atenderla en todo lo que necesitara. Incluso nadie sabía lo de la violación de Aaryn excepto ella misma. Bueno. Otra persona que también había experimentado el sexo pero no de una manera demasiado agradable, sino brusca.
-Suspira sin más-
-La noche estaba apaciguadora cuando o bueno antes de que nos mojáramos los dos…-desviando la mirada siempre estuvo para no ver el rostro de Rainer. Ahora no se sentía con el placer de mirar a la cara aquel a quien casi abofetea. En el lio que se habría metido si su temperamento hubiera empezado algo que no podría deshacer – Seguro que has estado con varias mujeres a las que has dado placer….como tu hermano más adelante en las rocas…-Dijo cogiendo el sándwich que había hecho para Iker y mordiéndolo un poco para parar y ver la reacción ajena de Rainer. Quería picarle a ver que conseguía, pero como le dio antes lo mismo al saber que su hermano estaba divirtiéndose, pues pensó insistir-…Oye…escúchame. Quizás tu hermano pueda contagiarse de algo si esta con desconocidos…no sé ¿no deberías de preocuparte ya que eres su hermano mayor? –Las palabras le salían con fluidez mientras que hacia otro sándwich al acabarse el que hizo para Iker.
Hablar siempre parecía darle hambre y esta no era una excepción.
Aaryn Wellishmane- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/11/2013
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
Suspiro pesadamente permitiendo de esa manera que Lauriel se alejara una vez más de él. Con ella todo estaba mal, si trataba de ser amable o si no lo era, si decía lo que pensaba o no. Era imposible que se equivocara en todo cuanto hacia o le decía a ella pero así eran las cosas y en momentos como ese recordaba a Iker y sus sabias palabras “el amor te vuelve idiota” agito la cabeza de manera vigorosa, alejando ese pensamiento de su mente. Lauriel llevaba no mucho tiempo cerca de ellos y no creía que algo como eso pudiera suceder tan pronto y mucho menos con una mujer que le odiaba; tampoco creía actuar como un idiota, ni hacer nada que dijera que estaba al menos un poco enamorado de ella; no negaba que le parecía atractiva y que sus deseos por ella eran inmensos pero de ahí a algo más era una completa locura.
Permaneció pensando esas cosas, comiendo algunos sandwiches más y aguardando porque alguno de ambos regresara. Estaba seguro de que la primera en volver sería la doncella, mucho más si es que se encontraba a su hermano en sus asuntos.
Tal y como lo había esperado, la primera en aparecer nuevamente fue Lauriel y ante su llegada no hico comentario alguno, al igual que ella permaneció silente por unos instantes, solo cuando pareció encontrarse cómoda fue que nuevamente le dirigió la palabra -Bueno, no es que se arruinara la noche porque nos hayamos mojado un poco- continuo comiendo otro sandwich que se preparo, sin observar en dirección a la doncella, al menos no hasta que fue su comentario sobre las mujeres la que le saco de la paz en que se encontraba o que creía encontrarse. Tragó el bocado que tenía en la boca y le miro enarcando la ceja -Así que ya lo encontraste, bueno… eso suele hacer Iker, es un enamoradizo de primera pero eso no es algo que deba contarte yo sobre él… ya podrás preguntarle a él cuando aparezca -dio un mordisco más a su alimento y solo cuando hubo tragado fue que se dispuso a hablar de si mismo -Respecto a mi, creo que eso es algo de lo que no debería hablar con las doncellas pero descuida a mi no me encontraras en situaciones incomodas como las de Iker, prefiero utilizar mi energía y mi tiempo en otras cosas, no en brindar placer a cuanta se me ponga enfrente- eso era cierto, en pocas ocasiones había tenido la necesidad de estar con una mujer, algo que le sucedía últimamente muy continuamente debido a la presencia de Lauriel.
Dejo el sandwich que comía para mirarla con molestia -Me preocupo por él, claro que lo hago. Es mi hermano menor y por eso es que siempre estoy cerca de él, pero tampoco es un niño que requiera que lo este siguiendo a todos lados, él sabe lo que hace y más vale que te calles de una vez antes de que termine por besarte para que por al menos unos segundos mantengas el silencio- termino por decir y se llevo las manos a las cienes. Estar cerca de ella era agotador -¿Por qué me haces esto?- cerro los ojos mientras masajeaba sus cienes -Debería dejarte estar con algún otro hombre para así poder dejar de pensar en ti - suspiro, cansado de todo aquello. Estaba cansado de contenerse, de imaginarle con otros, de todo lo que incluyera a esa mujer en quien no podía dejar de pensar, incluso en sus noches de insomnio se hallaba seguro de que el lado de ella podría conciliar el sueño y de no hacerlo, sería feliz únicamente mirándole.
Permaneció pensando esas cosas, comiendo algunos sandwiches más y aguardando porque alguno de ambos regresara. Estaba seguro de que la primera en volver sería la doncella, mucho más si es que se encontraba a su hermano en sus asuntos.
Tal y como lo había esperado, la primera en aparecer nuevamente fue Lauriel y ante su llegada no hico comentario alguno, al igual que ella permaneció silente por unos instantes, solo cuando pareció encontrarse cómoda fue que nuevamente le dirigió la palabra -Bueno, no es que se arruinara la noche porque nos hayamos mojado un poco- continuo comiendo otro sandwich que se preparo, sin observar en dirección a la doncella, al menos no hasta que fue su comentario sobre las mujeres la que le saco de la paz en que se encontraba o que creía encontrarse. Tragó el bocado que tenía en la boca y le miro enarcando la ceja -Así que ya lo encontraste, bueno… eso suele hacer Iker, es un enamoradizo de primera pero eso no es algo que deba contarte yo sobre él… ya podrás preguntarle a él cuando aparezca -dio un mordisco más a su alimento y solo cuando hubo tragado fue que se dispuso a hablar de si mismo -Respecto a mi, creo que eso es algo de lo que no debería hablar con las doncellas pero descuida a mi no me encontraras en situaciones incomodas como las de Iker, prefiero utilizar mi energía y mi tiempo en otras cosas, no en brindar placer a cuanta se me ponga enfrente- eso era cierto, en pocas ocasiones había tenido la necesidad de estar con una mujer, algo que le sucedía últimamente muy continuamente debido a la presencia de Lauriel.
Dejo el sandwich que comía para mirarla con molestia -Me preocupo por él, claro que lo hago. Es mi hermano menor y por eso es que siempre estoy cerca de él, pero tampoco es un niño que requiera que lo este siguiendo a todos lados, él sabe lo que hace y más vale que te calles de una vez antes de que termine por besarte para que por al menos unos segundos mantengas el silencio- termino por decir y se llevo las manos a las cienes. Estar cerca de ella era agotador -¿Por qué me haces esto?- cerro los ojos mientras masajeaba sus cienes -Debería dejarte estar con algún otro hombre para así poder dejar de pensar en ti - suspiro, cansado de todo aquello. Estaba cansado de contenerse, de imaginarle con otros, de todo lo que incluyera a esa mujer en quien no podía dejar de pensar, incluso en sus noches de insomnio se hallaba seguro de que el lado de ella podría conciliar el sueño y de no hacerlo, sería feliz únicamente mirándole.
Rainer/Iker Uroz- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/01/2014
Re: Deja que las olas se lleven los problemas | Lauriel
LAURIEL W.
Y
RAINER UROZ
Y
RAINER UROZ
En realidad se preguntaba si estaba teniendo un buen momento aquel a quien tenía que llamar “Amo”. Se quedó algo pensativa al estar observándole tan de cerca. ¿Le estarían llevando las cabras locas? ¿Estaría acalorado? –mmm…Estas… ¿Esta bien? –Suspiro tras decir eso, intentando comportándose pero no estaba en su naturaleza por mucho que lo intentara –Rainer mira, a veces me pareces que eres un poco paranoico, yo solo soy una miserable doncella, si quieres follarme allá tú, pero te digo una cosa, yo no me rindo a la primera, si quieres algo de este maravilloso cuerpo tendrás que trabajarte una confianza conmigo y no me grites, hombre, ya lo que me faltaba, que quisieras gritarme….-Y de la nada, un impulso salió de ella, arrastrándose a cuatro patas para acercarse hasta besar los labios de Rainer con cierta pausa en el movimiento, separándose poco a poco, sintiendo como quería seguir aquel beso pero fue bajando por su cuello, insinuándose moviendo su cuerpo para que se colocara sobre el de Rainer, estaban solos y se estaba dejando llevar por la atracción de ambos cuerpos – Rainer…me atraes ¿si? Creo que desde hace tiempo pero no te lo dije…po-porque estamos en rangos diferentes y lo nuestro nunca puede ser…aunque no funcionaría tampoco…-desvió la mirada, aunque estaba sentándose a su lado – Yo…bueno, creo que las demás me la tendrían jugada si ven que me cortejas y yo de vuelta o no sé… -Dirigió su mirada a él.
- ¿Qué opinas al respecto? ¿Si hubiera alguna oportunidad ¿te quedarías conmigo?? –Pregunto con doble curiosidad, acercándose un poco más, haciéndole pucheros con los ojos, sujetándose de su brazo, haciendo que la longitud de su brazo se rozara contra su voluminosa pechonalidad, haciéndolo a posta tan solo para fastidiarle aunque la verdad, ella también se estaba recalentando en su interior, sintiéndose fuera de si, observo de reojo que aún estaban solos ¿Llegaría la oportunidad?– Soy Virgen Rainer…-susurro sobre su oído arrastrando las palabras a la vez que ponía la mano en la entrepierna de Rainer “por accidente” –Seguro que te gustaría tomarme….-se alejó abruptamente, encogiéndose con las manos en su pecho y bajo su mentón, sobreactuando como la diva que le niegan la gloria y la fama – Aagh! No me deseas! ¿Cómo eres así? –Se puso mano en frente interpretando un papel melodramático, desmayándose después tras seguir con la actuación. Entonces, cuando la obra de comedia de Lauriel había terminado, Las olas enseguida se habían endurecido como si la muerte se las llevara a su paso. Su destino para la noche era estar con una sensación extraña de esperanza, recordó que poco antes de llegar a la playa había estado soñando despierta sobre las múltiples vistas del paisaje nocturno. El silencio embriagador te relajaba de sobremanera, haciendo que solo se escuchara el sonido de una campanilla al fondo del mar -¿EH? – Se sorprendió de repente ¿Una campanilla? ¿Es que había un barco al fondo del océano? – Rainer…debemos buscar a Iker…..esto me huele mal, tengo un mal presentimiento…-Dijo Lauriel con el vello como escarpias, afilado por el sistema nervioso que le alertaba del peligro.
- ¿Qué opinas al respecto? ¿Si hubiera alguna oportunidad ¿te quedarías conmigo?? –Pregunto con doble curiosidad, acercándose un poco más, haciéndole pucheros con los ojos, sujetándose de su brazo, haciendo que la longitud de su brazo se rozara contra su voluminosa pechonalidad, haciéndolo a posta tan solo para fastidiarle aunque la verdad, ella también se estaba recalentando en su interior, sintiéndose fuera de si, observo de reojo que aún estaban solos ¿Llegaría la oportunidad?– Soy Virgen Rainer…-susurro sobre su oído arrastrando las palabras a la vez que ponía la mano en la entrepierna de Rainer “por accidente” –Seguro que te gustaría tomarme….-se alejó abruptamente, encogiéndose con las manos en su pecho y bajo su mentón, sobreactuando como la diva que le niegan la gloria y la fama – Aagh! No me deseas! ¿Cómo eres así? –Se puso mano en frente interpretando un papel melodramático, desmayándose después tras seguir con la actuación. Entonces, cuando la obra de comedia de Lauriel había terminado, Las olas enseguida se habían endurecido como si la muerte se las llevara a su paso. Su destino para la noche era estar con una sensación extraña de esperanza, recordó que poco antes de llegar a la playa había estado soñando despierta sobre las múltiples vistas del paisaje nocturno. El silencio embriagador te relajaba de sobremanera, haciendo que solo se escuchara el sonido de una campanilla al fondo del mar -¿EH? – Se sorprendió de repente ¿Una campanilla? ¿Es que había un barco al fondo del océano? – Rainer…debemos buscar a Iker…..esto me huele mal, tengo un mal presentimiento…-Dijo Lauriel con el vello como escarpias, afilado por el sistema nervioso que le alertaba del peligro.
Aaryn Wellishmane- Humano Clase Media
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