Una noche peligrosa

por **Lucinda Price** Lun Feb 10, 2014 4:41 pm

Ronda la medianoche, las calles de París se presentan menos frías, pues ya es primavera y poco a poco el frío ha ido disminuyendo. Las pocas luces que hay alumbran lo justo para transitar los caminos principales. Aún así, la oscuridad se cierne sobre las calles dejando libertad a las criaturas de la noche para vagar por las mismas.

Plena noche, llevo desde que el sol se puso en el centro de la ciudad intentando conseguir información cautelosamente. Mi llegada a mi nuevo hogar se presentó bastante ajetreada y no tuve ocasión de enterarme de cómo funcionan las cosas por aquí.

-Debo buscar un criado pronto- pienso. Además de mantener la casa limpia podría alimentarme de él, aunque quizás me vendría mejor una mujer. -Si las señoras viesen que un hombre vive en mi casa, merodearían por ahí en busca de cotilleos, mejor una mujer- rectifico.

Me encuentro entre algunos callejones de la ciudad buscando alguien que me sirva para esas tareas mientras repaso todo lo que he averiguado hoy. Me he enterado del nombre de algunos peces gordos, banqueros generalmente, que gozan de prestigio y dinero. Debo buscar un periódico para asociar caras. Probablemente todos estén casados, como manda su religión, pero seguro que pasan alguna que otra noche en un burdel. Solo es cuestión de pillarlos en el momento oportuno, el resto es fácil...

Continúo por el estrecho callejón hasta que una sombra me alerta. Me escondo en una calle que da esquina sin hacer ruido. Un pequeño roedor sale del lado de un contenedor. -Solo es una rata- pienso. Pero no es exactamente así, en un abrir y cerrar de ojos, el bicho toma forma humana dejándome sorprendida. -Esto sí que no me lo esperaba, parece que París es residencia de criaturas... debería andar con más cuidado.

por **Ion Magalanez** Miér Feb 12, 2014 4:43 pm

El día ha pasado, De nuevo en mi mansión me hallo. De mi ataúd salgo, abriendo la tapa previamente e ir hacia el vestuario, en busca de una ropa sencilla, dejando de lado las vestimentas "vagabundistas" usadas en el día interior: Es hora de beber la sangre de una señorita.

Una vez preparado, aseado, limpio duchado perfumado, salgo de mi mansión particular hacia la taberna. No es que fuera vestido con suma elegancia o con lo que digamos, una aura nobleril. Simplemente soy una persona más por las calles oscuras, las farolas empiezan a encenderse tras la caída del sol, la oscuridad reina en París. La más sucia calaña saldría a resurgir como yo acabo de hacer, muchas razas extrañas y mágicas, o simplemente lo trapos sucios o actos de delincuencia debido a la escasa visibilidad y cúmulo de gente por las calles.

Finalmente llego a mi destino, donde de momento no hay nadie; demasiado pronto y eso es bueno.-Es hora de alimentarse.-Pienso, a la par que sonrió vagamente en busca de la chica quien, en el momento que la encuentro mi sonrisa simplemente se expande sobre mi cara lentamente como si fuera a cámara lenta, permitiendo a la dama que se acercara hacia mi persona y así, regalarla un abrazo cariñoso, posando mi barbilla sobre su hombro, uniéndonos en un abrazo en medio de la nada como si fuéramos una pareja o amigos.-¿Damos una vuelta?-Invitaría, con sutileza.

Aceptando la invitación saldríamos del lugar, caminando por las calles de París, en un día oscuro, pero tranquilo, la luna sobre nuestros cuerpos y las estrellas adornando el firmamento. Las luces nos iluminan, ayudan a nuestros pasos. Una conversación salió al aire con suavidad, todo parecía tan sencillo. Alguna que otra sonrisa, tímida, las miradas perdidas en el reflejo de los ojos de cada uno, cual solo el rápido pestañeo podría interrumpir. Los recuerdos de la vida pasada cuando era joven afloraron, preguntándome como habría sido mi vida más allá si no hubiera sido vampiro, sino hubiera seguido esta senda, y sin que esta muchacha que está a mi lado y que tomo su mano actualmente y esporádicamente acaricio cariñoso no estuviera aquí.

Un largo viaje sin amparo, mi destino solitario, alimentándome de las personas, tomando un poco de ellas siendo yo mismo una abeja quien vuela inocentemente y toma su néctar y así, recolectar un poco más para sobrevivir. Ignoro si existe un Dios, pero yo no arrebataré la vida de nadie quien no se lo merezca.

Lamentablemente al final a mis labios encaramelizados por el amor de la señorita, fueron estrechados por los suyos en un beso, con mucho sentimiento mas mi frío corazón no podría ser capaz de interpretarlo. Solo pude devolverlo, con el único deseo de que fuera lo más real posible. La pasión emergió de su corazón, acariciándome, besándome, sintiendo su cuerpo mínimamente a través del tacto, siendo arrastrado hacia un callejón y así tomar una soledad máxima, entre ella y yo, solos, sobran las palabras.

por **Lucinda Price** Jue Feb 13, 2014 12:09 pm

Sin saber por qué sigo a ese extraño cambiaformas, quizás curiosidad o tal vez aburrimiento. Si descubre que le sigo querrá o una explicación o simplemente se sentirá amenazado e intentará matarme. En cualquier caso, si así fuera utilizaría alguna habilidad para salir del paso.

Las sombras de la noche me ayudan a ocultarme entre ellas y de esta forma seguir sus pasos. No parece tener prisa, pero sí algo inquieto. El hombre saca una cajetilla de tabaco de uno de sus bolsillos, también una caja de cerillas y con un leve movimiento de muñeca prende una para dar fuego al cigarrillo que lleva entre los labios. La luz que produce ese insignificante palito de madera por tan solo un instante, me obliga a ocultarme tras unas cajas. Tampoco es recomendable que vea mi sombra.

Continúa por uno de los callejones, ahora aprieta un poco el paso. -¿Intuirá que le sigo? ¿o simplemente se ha dado cuenta de que llega tarde a algún sitio?- pienso en el momento. Soy más rápida que él, por lo que su aumento de velocidad no me produce problema.

Finalmente se para ante una puerta, me detengo en la esquina de la calle y asomo un poco la cabeza para ver qué hace. Tras unos minutos la puerta se abre con un leve pero molesto chirrío.

-Llegas tarde -alcanzo a escuchar.

-Más vale tarde que nunca, ¿no? -responde el cambiaformas.

-¿Has conseguido eso? -interviene de nuevo la otra voz.

-Te lo contaré si me dejas entrar.

De nuevo el chirrío y la puerta se cierra. Mi curiosidad por enterarme de algo me hace avanzar hasta el lugar. Parece ser una casa humilde. No obstante, las cortinas que cubren la ventana que hay a su lado no son de una tela cualquiera, lo que despierta aún más mi interés. Entre las cortinas hay un pequeño hueco que logro encontrar. Miro por él, consigo ver una mesa con cartas de póker, pero no quién está sentado a su alrededor.

-¿Qué hace una bella dama tan sola en un callejón como este? -dice una voz detrás de mi.

por **Ion Magalanez** Dom Feb 16, 2014 3:30 pm

Estamos los dos, solos juntos, nuestros labios se acarician entre sí, embelesándola hasta el punto de querer más y más que no parece, que siguiese, el mismo deseo desde el principio, el mismo deseo con la que conseguí engatusarla. Mis brazos rodean de su cuerpo, acariciándola, notando como su cuerpo es bombeado la sangre por su corazón joven, jugoso, realmente una delicia que hacía mucho que no tomaba.

Mis labios se deslizan por su piel, bajando insinuantes, con una respiración entrecortada por su parte, casi llegando a su pecho mas no llegaría a ese extremo; sería demasiado pervertido para ello. Por el camino alojaría un par de besos, quizás unos cuantos más, alguna leve mordida, haciendo probablemente la situación algo más sexy quizás.

Su sangre cada vez es bombeada con más fuerza, mi nariz huele su perfume barato, mis dientes crecen mientras ella se deja, es mía, y podría hacer lo que quisiera. Finalmente la hinco el diente, absorbiendo su sangre lentamente, notando ahora directamente el bombeo, poco a poco, ahogando esta un gemido lleno de satisfacción quizás, algo que jamás nadie le había hecho; la he “desvirgado” en ese aspecto.

Poco a poco empieza a fallarle las fuerzas, desfalleciendo en mis brazos cuales la sujeta, apenas había tomado medio litro, lo suficiente para alimentarme y dejarla perfectamente para reincidir, seguir chupándola cada vez que desee, dejándose siendo una mujer dominada por la lujuria, insatisfecha, con ganas de más; mi particular “granja”.

Ahora, dejo que se siente, me limpio la sangre y con un pañuelo deslizo este mismo por su cuello, limpiando la sangre que le gotea y en unos escasos segundos dejara de sangrar. Su familia podría ver la mordida, preguntarse qué ha pasado; saco de mi abrigo otro pañuelo mas este decorativo y así tapar su cuello.

Levantándome, decido dar una vuelta. Tardaría un poco recobrar el conocimiento, estaría atento a que nadie le acechara usando la clarividencia. Según despertase, la llevaría a su casa, o a la taberna mismo, simulando una falta de azúcar y nada más.

por **Lucinda Price** Dom Feb 16, 2014 4:22 pm

Esa voz hace que me de un pequeño susto. Estaba tan centrada en averiguar lo que pasa dentro de la casa, que me olvidé por completo de mi alrededor. Mal hecho por mi parte, podría estar muerta ahora mismo, o quizá puede que lo esté en unos cuantos minutos, tengo un mal presentimiento.

Al girarme puedo ver que se trata de un vampiro, no directamente por su aura, que también, sino por su delicado rostro mirándome con curiosidad y recelo a la vez. Su piel pálida, los ojos azules como el mar y el cabello rubio como el oro. Sin duda una belleza digna de nuestra raza. Sus ropas son finas y elegantes, esculpen su cuerpo y lo hacen más elegante aún.

-¿No sabes hablar? -interviene de nuevo dando una vuelta alrededor de mí. -Eres nueva por aquí, no te había visto antes, ¿me equivoco?- Se acerca más.

-No, soy nueva en la ciudad -le respondo al fin- he salido a conocer un poco las calles y de paso alimentarme. -Contesto sin pensar, pues no sé cuáles pueden ser sus habilidades.

-¿Y por qué debería creerte? -pasa su brazo alrededor de mi espalda y me atrae hacia su cuerpo quedando mi rostro a escasos centímetros del suyo.

-¿Y por qué no? -le respondo con picardía, sin moverme y aprovecho para hurgar en su mente. Por desgracia no logro nada, debe poseer algún tipo de bloqueo mental y eso me complica las cosas.

Sus ojos miran de forma penetrante a los míos. Por si intenta utilizar alguna de sus habilidades, me zafo de sus brazos de forma sutil y me aparto un poco de él.

-No deberías de tomar así a una señorita sin previo consentimiento- le espeto desviando el tema y reprochando su actitud.

-Oh vamos, no me digas que serías capaz de resistirte a mí -vuelve a acercarse a lo cual freno la distancia posando mi mano en su pecho.

-¿Acaso no debería? -su arrogancia me abruma y su aura muestra que sus intenciones hacia mí no son buenas.

-Eres muy bella -acaricia mi cara- sería un desperdicio dejarte ir sin más.

-Creo que es tarde -le corto. Me giro y utilizando mi levitación me elevo un poco hasta el tejado de una casa.

De esta forma, saltando de uno a otro, me alejaría de allí y con suerte daría esquinazo a ese tipo. Es atractivo y parece rico, una pena que lo haya fastidiado en el primer momento.

por **Ion Magalanez** Mar Feb 18, 2014 3:41 pm

Acoso, mucho vicio hay por estas calles, muchas cosas como el sexo, alcohol, drogas, podría ser lo más normal del mundo. Muchos hombres pecan, otros cuantos simplemente son malas personas, los fanáticos en busca de sus presas no son mejores. Los otros seres naturales pero mágicos seguramente fueran en su mayoría mejores que el ser humano normal y corriente.

Tras llevar a la señorita al bar, de nuevo, y decir que se ha desmayado por falta de azúcar quizás, el padre daría de comer a la joven según recobrara la consciencia, volviendo yo ahora sobre mis pasos hacia ningún lugar, matando el tiempo como bien puedo ya que digamos, dispongo de mucho, he vivido siglos, varias décadas y experimentado muchas cosas, como los cambios de época y a los negocios en sí.-Me pregunto cual será el siguiente paso.-Pienso, acariciando mi barbilla, sin prestar atención si me siguen, si me observan con la mirada, si me analizan o si alguien me acompaña.

Cierro los ojos, me paro, me concentro. Espero, escucho voces, palabras, una situación incomoda. Utilizando clarividencia solo observo la situación, es la chica de ayer, la del bar, la misma chica con quien había tenido una conversación poco amena, escueta, y parece ser acosada por alguien, alguien con mis años quizás, un vampiro. Interrogándola, nada amable, tocón, invadiendo el espacio vital de la señorita, teniendo esta que huir, salvarse de su depredador siendo esta la presa.

Camino, despacio pero sin prisas, controlando mis impulso, en dirección a ese hombre quien finalmente con mis propios ojos le visualizo. Ahí está, sí, no espero que me dijese nada, ignoro sus palabras, pero un gancho hacia su mejilla cual le haría caer sería lo único que recibiría de mi persona. Le miro, frío, quizás siendo ahora observando por un par de ojos: los suyos y los de ella. Mi boca se mantiene cerrada, impasible, esperando que hiciera algo para defenderse, que fuera un hombre que defendiese su honor pero abusar del más débil no es que fuera demasiado hombre, a pesar de que eso se lo creyera.

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