AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
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Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Museo del Louvre
Esbozando placer con pinceladas de éxtasis
Esbozando placer con pinceladas de éxtasis
~ 12:00 pm
La familia Gilmerië sale de paseo.....
La familia Gilmerië sale de paseo.....
No mucho había pasado desde que se había enterado de que un joven de clase alta se iba a casar con ella y que con el paso de la estancia de aquel día, iba a gustarle su compañía. Aquel día había sido difícil. La llegada de su primo, el compromiso con Alaric y por primera vez, pensó que podría parar de evitar sus tareas como hija predilecta de esa familia. Sabía que no era la hija biológica de ellos, no había más que ver a sus padres, morenos y de ojos claros mientras que ella tenía los ojos marrones y era rubia natural, pero a pesar de esas pequeñas diferencias, su familia la amaba en demasía y ella a ellos.
Su madre esa tarde, exponía uno de sus cuadros –entre otros- y decidió llevarse a Alaric al museo ya que sabía por su debilidad por la pintura, aunque también era una de sus propias debilidades…aunque no se creía tan talentosa como su madre. Entonces sin más preámbulo, iría acompañada de su prometido al museo y como no, en compañía de su primo que su madre no quería que se quedara a solas con las doncellas de la mansión, pero Elisha se llevó entonces a Dorothea, ya que sabía que hacia rabiar mucho a su primo y aquello lo disfrutaba.
Parecían una numerosa familia que iban de paseo por los lares de aquel museo, en el exterior, se podía disfrutar de unos bellos jardines, las mesas de la terraza abiertas para dar la bienvenida a cualquier nuevo consumidor de café y pastas, el aroma de la temprana primavera filtrándose por sus fosas nasales es algo que no podía esperar a probar.
Cuando llegaron a ver las múltiples pinturas de la Sra. Gilmerië, su hija no podía sentirse más orgullosa de su madre. Fue señalando a Alaric cada cuadro mientras se aferraba a su brazo para que todos vieran que le gustaba estar a su lado. Había tenido que espantar antes a varias torponas que le obstaculizaban el camino con su prometido para poder ir a ver los cuadros de su madre, pero ahora, volviendo la vista hacia el presente, Elisha sonrió con dulzura al ver un retrato de una niña rubia, de ojos marrones y…
¿Qué es lo que vio? Sobre el cuello de esa niña, yacía un colgante bastante especial, único en realidad. Ese collar había estado con ella hasta que su madre se lo arranco sin razón alguna de su cuello a la edad de 9 años. Jamás volvió a preguntar sobre ese collar ya que se le había pasado por completo.
Entonces, sin más dilación, aquel día empezaba para los Gilmerië.
Su madre esa tarde, exponía uno de sus cuadros –entre otros- y decidió llevarse a Alaric al museo ya que sabía por su debilidad por la pintura, aunque también era una de sus propias debilidades…aunque no se creía tan talentosa como su madre. Entonces sin más preámbulo, iría acompañada de su prometido al museo y como no, en compañía de su primo que su madre no quería que se quedara a solas con las doncellas de la mansión, pero Elisha se llevó entonces a Dorothea, ya que sabía que hacia rabiar mucho a su primo y aquello lo disfrutaba.
Parecían una numerosa familia que iban de paseo por los lares de aquel museo, en el exterior, se podía disfrutar de unos bellos jardines, las mesas de la terraza abiertas para dar la bienvenida a cualquier nuevo consumidor de café y pastas, el aroma de la temprana primavera filtrándose por sus fosas nasales es algo que no podía esperar a probar.
Cuando llegaron a ver las múltiples pinturas de la Sra. Gilmerië, su hija no podía sentirse más orgullosa de su madre. Fue señalando a Alaric cada cuadro mientras se aferraba a su brazo para que todos vieran que le gustaba estar a su lado. Había tenido que espantar antes a varias torponas que le obstaculizaban el camino con su prometido para poder ir a ver los cuadros de su madre, pero ahora, volviendo la vista hacia el presente, Elisha sonrió con dulzura al ver un retrato de una niña rubia, de ojos marrones y…
¿Qué es lo que vio? Sobre el cuello de esa niña, yacía un colgante bastante especial, único en realidad. Ese collar había estado con ella hasta que su madre se lo arranco sin razón alguna de su cuello a la edad de 9 años. Jamás volvió a preguntar sobre ese collar ya que se le había pasado por completo.
Entonces, sin más dilación, aquel día empezaba para los Gilmerië.
Code by Sirenia Von Lunirae
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
- Mensajes : 64
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Todo había quedado en claro y orden cuando fue llevado a la mansión Gilmerië, para después de un inicio tormentoso terminar comprometido con la joven hija de aquella familia, el nombre de su prometida era Elisha y ella era algo realmente ejemplar, una mujer que pocas veces iba a encontrar. En un inicio bien la vio pensó que ella sería la ultima mujer con la cual podría casarse pero una vez que hablo de manera más sería y sin intentar juzgarla las cosas fueron mejorando; para Alaric además le agradaba esa manera firme de ser de ella, quizás a otros jóvenes no les agradaba peque habían sido criados como los ricachones que eran, lo bueno, es que Alaric solo había sido “entrenado” para ser de esa manera desde hacía relativamente poco tiempo. La mayor parte de su vida y después de que aquello terminara, regresaría a ser un pobretón sin un franco o lugar en el cual caer muerto.
Desde que había regresado al hogar de los Delay esa idea le había taladrado la mente durante mucho tiempo; cuando todo terminara, debería alejarse de Elisha y la verdad es que no quería alejarse de ella y de lo que comenzaba a significar para si mismo. Las cosas por desfortuna nunca eran tan sencillas cuando en el fondo no tenias una cuna privilegiada como aquella que los demás tenían. Otra cosa que le agobiaba era el hecho de no estar completamente seguro de lo que estaban planeando el señor Gimerië y Delay con todo aquello, aunque tampoco es que tuviera algo más para no confiar en ellos u otra cosa por hacer, debía hacer lo que le pidieran.
Pero todo aquello tendría más tarde lugar en su mente nuevamente, porque ese día debía asistir al lado de los Gilmerië zuna exposición en el museo, según sabía la madre de Elisha era también una pintora y quedaba de más decir que Alaric amaba la pintura así que se deshizo de todas las preocupaciones y se dispuso a fijar y disfrutar al lado de quien ante todos aquellos ricos era su prometida.
Apenas pusieron un pie en el museo Alaric olvido todo, maravillado ante la idea de ver todas aquellas obras de arte. Elisha iba aferrada a su brazo y en algunos momentos no evito reír al verla casi lanzar a todo aquel que les impedía el paso.
– Despacio, las pinturas no van a irse y solo terminaras por hacerte daño – después de haberle dicho eso, noto un ligero sonrojo en las mejillas de su prometida y eso le hizo sonreír incluso más, sumergiendo su atención no solo en el encanto de las obras de arte sino en el de ella también.
Avanzaron de manera lenta, admirando todo aquello y de vez en cuando Alaric comentaba algo sobre las pinturas a ella, no podía evitarlo, amaba las pinturas.
Una vez que llegaron frente a un cuadro de una pequeña rubia miro a Elisha y sonrio.
– Luces hermosa incluso aunque sea un cuadro y te veas pequeña – pero ella no respondió solo miraba con atención el cuadro – ¿Pasa algo? – pregunto, observando nuevamente aquel cuadro.
Desde que había regresado al hogar de los Delay esa idea le había taladrado la mente durante mucho tiempo; cuando todo terminara, debería alejarse de Elisha y la verdad es que no quería alejarse de ella y de lo que comenzaba a significar para si mismo. Las cosas por desfortuna nunca eran tan sencillas cuando en el fondo no tenias una cuna privilegiada como aquella que los demás tenían. Otra cosa que le agobiaba era el hecho de no estar completamente seguro de lo que estaban planeando el señor Gimerië y Delay con todo aquello, aunque tampoco es que tuviera algo más para no confiar en ellos u otra cosa por hacer, debía hacer lo que le pidieran.
Pero todo aquello tendría más tarde lugar en su mente nuevamente, porque ese día debía asistir al lado de los Gilmerië zuna exposición en el museo, según sabía la madre de Elisha era también una pintora y quedaba de más decir que Alaric amaba la pintura así que se deshizo de todas las preocupaciones y se dispuso a fijar y disfrutar al lado de quien ante todos aquellos ricos era su prometida.
Apenas pusieron un pie en el museo Alaric olvido todo, maravillado ante la idea de ver todas aquellas obras de arte. Elisha iba aferrada a su brazo y en algunos momentos no evito reír al verla casi lanzar a todo aquel que les impedía el paso.
– Despacio, las pinturas no van a irse y solo terminaras por hacerte daño – después de haberle dicho eso, noto un ligero sonrojo en las mejillas de su prometida y eso le hizo sonreír incluso más, sumergiendo su atención no solo en el encanto de las obras de arte sino en el de ella también.
Avanzaron de manera lenta, admirando todo aquello y de vez en cuando Alaric comentaba algo sobre las pinturas a ella, no podía evitarlo, amaba las pinturas.
Una vez que llegaron frente a un cuadro de una pequeña rubia miro a Elisha y sonrio.
– Luces hermosa incluso aunque sea un cuadro y te veas pequeña – pero ella no respondió solo miraba con atención el cuadro – ¿Pasa algo? – pregunto, observando nuevamente aquel cuadro.
Última edición por Alaric Bowlby el Vie Abr 18, 2014 8:42 pm, editado 1 vez
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Su sonrisa se desvaneció cuando la pregunta de su prometido llego a sus oídos. Ella finalmente le respondió con una negación, un movimiento de cabeza a ambos lados que no fue muy llamativo -….Es ese collar….mi madre me lo quito con tan solo nueve años….y…aún desconozco el motivo del porque lo hizo….-Volvió su mirada hacia el cuadro, traspaso las cuerdas con altivez, era ella, era su cuadro y era el cuadro pintado por su madre. Hizo una señal a Alaric de que no la acompañara, no quería ponerle en problemas. Se fijó más detenidamente en aquel collar que llevaba la niña en el cuadro. Si lo había visto de lejos, ahora entendía menos estando cerca del mismo. Busco alguna pista que le llevara a pensar en algún misterio sin resolver qué tampoco le hubieran dicho hace años.
La forma de aquel colgante era ovalada, de un tamaño exacto para que cupiera dentro de la palma de su mano y había unas manecillas de un reloj adornando aquel colgante. Las agujas de aquel reloj en teoría, marcaban las doce en punto, ya vaya a ser del día o de la noche….aunque…a esa hora más o menos la encontraron en la playa al norte de Irlanda. Esa era una pista. Quizás debería de encontrar más pistas a raíz de las manecillas de ese improvisado reloj. Su madre la llamo aclamando un poco de atención, había llegado un artista especializado en la captura de imágenes con un artefacto a la que llamaban la cámara oscura -…Ah…-Para Elisa era la primera vez que veía algo así.
Su madre quería una foto como recuerdo hasta que cuando la pusieron en grupo vio a Alaric fuera-….¿Porque demonios no estás en el grupo? –Cuando el fotógrafo hizo click en el pulsador, Elisha estaba fuera de la foto, fuera del rango de la composición. Su madre la miro de malas pero el fotógrafo igualmente tenía que repetirlas. Elisha arrastro a Alaric hasta que ambos se pusieron entre todos. Su padre, alto y con porte elegante estaba en el medio, detrás de Elisha y Alaric quienes se pusieron delante y en medio. A ambos lados estaban Julián y su madre, a quien no la miro hasta que el artista de imágenes dio por terminada su labor. Elisha entonces se separó del grupo para ir a una de las mesas adornadas con placeres exquisitos para el paladar -…Uhm! Alaric, prueba esto…-Dijo cogiendo un panecillo cubierto de pate de cangrejo con queso y otro igual para otorgárselo a Alaric -…Dime si esta rico…-Ella misma comió de su propio panecillo, sonriendo a Alaric mientras tragaba lentamente.
-Dime Alaric…. ¿Cuál de los cuadros de este museo te han llamado mas la atención? –Pensando en que respondería el de su madre -….Los de mi madre no cuentan…-suspiro cogiendo una copa de vino tinto, pero vio como su padre se lo quitaba de sus manos y con el ceño fruncido le miró fijamente mientras su padre disfrutaba de la frustración de su hija -…Ese maldito…-murmuro para suspirar -….No me dejan beber nunca…es agobiante…-dijo para fijarse en una pequeña napolitana salada que estaba rellena de atún y tomate -..aah…que rico….-Pero al parecer alguien se le había adelantado, cogiendo la única pieza que había en la bandeja de comida -……-Simplemente se reincorporo erguida, junto sus manos rápidamente sobre su vientre, esperando a que su ira por dentro se calmara -……-Seguía sin decir nada y finalmente termino por irse de la mesa de aperitivos, jactándose de su elegancia para controlar cualquier contratiempo.
-Iré a enseñarte más cuadros si gustas Alaric….-Dijo cogiendo del brazo a Alaric y arrastrándolo hacia otra sala en donde por un momento, pensó en estar a solas. Sin nadie que quisiera complicarle la vida cada dos por tres.
La forma de aquel colgante era ovalada, de un tamaño exacto para que cupiera dentro de la palma de su mano y había unas manecillas de un reloj adornando aquel colgante. Las agujas de aquel reloj en teoría, marcaban las doce en punto, ya vaya a ser del día o de la noche….aunque…a esa hora más o menos la encontraron en la playa al norte de Irlanda. Esa era una pista. Quizás debería de encontrar más pistas a raíz de las manecillas de ese improvisado reloj. Su madre la llamo aclamando un poco de atención, había llegado un artista especializado en la captura de imágenes con un artefacto a la que llamaban la cámara oscura -…Ah…-Para Elisa era la primera vez que veía algo así.
Su madre quería una foto como recuerdo hasta que cuando la pusieron en grupo vio a Alaric fuera-….¿Porque demonios no estás en el grupo? –Cuando el fotógrafo hizo click en el pulsador, Elisha estaba fuera de la foto, fuera del rango de la composición. Su madre la miro de malas pero el fotógrafo igualmente tenía que repetirlas. Elisha arrastro a Alaric hasta que ambos se pusieron entre todos. Su padre, alto y con porte elegante estaba en el medio, detrás de Elisha y Alaric quienes se pusieron delante y en medio. A ambos lados estaban Julián y su madre, a quien no la miro hasta que el artista de imágenes dio por terminada su labor. Elisha entonces se separó del grupo para ir a una de las mesas adornadas con placeres exquisitos para el paladar -…Uhm! Alaric, prueba esto…-Dijo cogiendo un panecillo cubierto de pate de cangrejo con queso y otro igual para otorgárselo a Alaric -…Dime si esta rico…-Ella misma comió de su propio panecillo, sonriendo a Alaric mientras tragaba lentamente.
-Dime Alaric…. ¿Cuál de los cuadros de este museo te han llamado mas la atención? –Pensando en que respondería el de su madre -….Los de mi madre no cuentan…-suspiro cogiendo una copa de vino tinto, pero vio como su padre se lo quitaba de sus manos y con el ceño fruncido le miró fijamente mientras su padre disfrutaba de la frustración de su hija -…Ese maldito…-murmuro para suspirar -….No me dejan beber nunca…es agobiante…-dijo para fijarse en una pequeña napolitana salada que estaba rellena de atún y tomate -..aah…que rico….-Pero al parecer alguien se le había adelantado, cogiendo la única pieza que había en la bandeja de comida -……-Simplemente se reincorporo erguida, junto sus manos rápidamente sobre su vientre, esperando a que su ira por dentro se calmara -……-Seguía sin decir nada y finalmente termino por irse de la mesa de aperitivos, jactándose de su elegancia para controlar cualquier contratiempo.
-Iré a enseñarte más cuadros si gustas Alaric….-Dijo cogiendo del brazo a Alaric y arrastrándolo hacia otra sala en donde por un momento, pensó en estar a solas. Sin nadie que quisiera complicarle la vida cada dos por tres.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
- Mensajes : 64
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
– ¿El collar? – entrecerró los ojos para ver un poco mejor aquel collar que había alejado de los labios de Elisha la sonrisa, desde la distancia podía decir que no era un collar feo, pero se lo parecía porque alejaba aquel brillo de aventura y felicidad que era capaz de notar en los ojos de aquella que sería su esposa en algún momento de la vida – quizás fuera porque se rompió o le sucedió algo Eli, no debe de ser la gran cosa así que tranquila que seguramente por ahí estada en tu casa, en algún rinconcito olvidado que no has buscado – con sus palabras trataba de calmarle y que aquel brillo volviera a sus ojos porque aunque no llevara ausente mucho rato, ya lo extrañaba. Cuando ella atravesó las cuerdas le miro y estaba por seguirle cuando con la mano le indico que esperara en ese lugar y suspiro. Esperar no era su fuerte, había esperado muchas cosas en el pasado y había terminado por perder todo lo que esperaba. Esperar una vida mejor en París, esperar regresar a Inglaterra algún día… nada de eso salió bien.
Sus ojos seguían a Elisha como si fuesen la misma sombra de ella, se sentía en parte obligado a cuidarle y no era porque fueran a casarse, sino porque el mismo se obligaba a cuidarla. Le gustaba estar cerca de ella más que estar cerca de cualquier otra persona. Estaba contemplando la figura de ella cuando noto como toda la familia hablaba con un hombre que llevaba un artefacto que le resulto bastante extraño. No se acerco porque no le parecía que aquello fuera de su interés y solo sonrío cuando Elisha fue llamada junto a la familia en lo que él caminaba un poco más, observando aquellos cuadros.
– ¿Qué? – sintio como ella tiraba de su brazo y de cierta manera que le parecía adorable, le reclama el que no estuviese en la foto – Es que es una foto solo de tu familia y yo podré sacarme algún día una con la mía y eso es todo – Los Delay eran buenos, no eran como su familia real claro, pero ellos le necesitaban y él los necesitaba. Todo se había dispuesto para que obtuviera una nueva familia en base a una que al igual que la suya había sido destruida.
Aún después de haber dicho aquello fue obligado a estar entre los Gilmerië, no moverse y sonreír para que aquel hombre hiciera algo que no comprendió. Segundos después todos se iban a diferentes sitios y él era arrastrado por Elisha a la mesa de comida.
Miro aquello que le era ofrecido y lo probo sin más, saboreando lo rico que era todo aquello.
– Esta rico, bastante – tomo otro y volvió a comerlo mientras escuchaba aquella pregunta. La respuesta era realmente sencilla solo que se volvió un tanto más complicada cuando la posibilidad de escoger el cuadro hecho por la madre de Elisha surgió – Eso es trampa, para mi el cuadro que mas me ha gustado y llamado mi atención es en el que sales de pequeña porque luces muy bonita – le sonrío sin despegar la mirada de ella. Estuvo embobado mirándole hasta que él señor Gilmerië se acercara para quitar de las manos de su hija el vino y él termino por reír bajito – Bueno, ya encotraremos la manera de que bebas sin que él lo note, te ayudare a eso si es que deseas –una pequeña maldad. Un secreto que los uniría aunque el futuro les deparaba muchos más secretos que compartir.
– Me encantaría ver más cuadros a tu lado, que yo he venido para estar contigo, no con todas estas personas – echo un vistazo a todo el grupo que andaba de un lado a otro saludando a los conocidos y presentandose con quienes no conocían.
Los pasos de ambos se dirigieron a otra sala más solitaria y después a otra, iban dejando tras ellos el murmullo de las charlas y el gran grupo de personas. A su alrededor solo les cubrían obras de arte, el silencio cada vez mayor y la presencia del otro – Es la segunda vez que vengo al museo… pero ahora le aprecio más que la primera vez que vine – sonrío al notar una de las pinturas que vio aquella primera vez. En aquella ocasión fue llevado para poder memorizar un gran numero de obras de arte porque no estaba bien visto que alguien de alta no tuviera la mínima formación en artes. Suspiro. No sabía si ella notaria que era extraño que solo hubiese estado ahí en dos ocasiones, pero de notarlo ya habría algo que decir – Me gusta estar contigo Eli y quiero verte feliz – aquellas palabras que salieron desde su corazón debían ser las adecuadas no solo para hacerla sonreír, sino para que no notara aquel detalle que revelaba al menos un poco quien era en realidad él.
Sus ojos seguían a Elisha como si fuesen la misma sombra de ella, se sentía en parte obligado a cuidarle y no era porque fueran a casarse, sino porque el mismo se obligaba a cuidarla. Le gustaba estar cerca de ella más que estar cerca de cualquier otra persona. Estaba contemplando la figura de ella cuando noto como toda la familia hablaba con un hombre que llevaba un artefacto que le resulto bastante extraño. No se acerco porque no le parecía que aquello fuera de su interés y solo sonrío cuando Elisha fue llamada junto a la familia en lo que él caminaba un poco más, observando aquellos cuadros.
– ¿Qué? – sintio como ella tiraba de su brazo y de cierta manera que le parecía adorable, le reclama el que no estuviese en la foto – Es que es una foto solo de tu familia y yo podré sacarme algún día una con la mía y eso es todo – Los Delay eran buenos, no eran como su familia real claro, pero ellos le necesitaban y él los necesitaba. Todo se había dispuesto para que obtuviera una nueva familia en base a una que al igual que la suya había sido destruida.
Aún después de haber dicho aquello fue obligado a estar entre los Gilmerië, no moverse y sonreír para que aquel hombre hiciera algo que no comprendió. Segundos después todos se iban a diferentes sitios y él era arrastrado por Elisha a la mesa de comida.
Miro aquello que le era ofrecido y lo probo sin más, saboreando lo rico que era todo aquello.
– Esta rico, bastante – tomo otro y volvió a comerlo mientras escuchaba aquella pregunta. La respuesta era realmente sencilla solo que se volvió un tanto más complicada cuando la posibilidad de escoger el cuadro hecho por la madre de Elisha surgió – Eso es trampa, para mi el cuadro que mas me ha gustado y llamado mi atención es en el que sales de pequeña porque luces muy bonita – le sonrío sin despegar la mirada de ella. Estuvo embobado mirándole hasta que él señor Gilmerië se acercara para quitar de las manos de su hija el vino y él termino por reír bajito – Bueno, ya encotraremos la manera de que bebas sin que él lo note, te ayudare a eso si es que deseas –una pequeña maldad. Un secreto que los uniría aunque el futuro les deparaba muchos más secretos que compartir.
– Me encantaría ver más cuadros a tu lado, que yo he venido para estar contigo, no con todas estas personas – echo un vistazo a todo el grupo que andaba de un lado a otro saludando a los conocidos y presentandose con quienes no conocían.
Los pasos de ambos se dirigieron a otra sala más solitaria y después a otra, iban dejando tras ellos el murmullo de las charlas y el gran grupo de personas. A su alrededor solo les cubrían obras de arte, el silencio cada vez mayor y la presencia del otro – Es la segunda vez que vengo al museo… pero ahora le aprecio más que la primera vez que vine – sonrío al notar una de las pinturas que vio aquella primera vez. En aquella ocasión fue llevado para poder memorizar un gran numero de obras de arte porque no estaba bien visto que alguien de alta no tuviera la mínima formación en artes. Suspiro. No sabía si ella notaria que era extraño que solo hubiese estado ahí en dos ocasiones, pero de notarlo ya habría algo que decir – Me gusta estar contigo Eli y quiero verte feliz – aquellas palabras que salieron desde su corazón debían ser las adecuadas no solo para hacerla sonreír, sino para que no notara aquel detalle que revelaba al menos un poco quien era en realidad él.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Estaban a solas y no pretendía de alejarse de Alaric esa tarde pero que al parecer, atraía las miradas de muchas personas y no solo de muchachas jóvenes y vivaces, sino también de algún que otro joven bien atractivo. Sabía que no la miraban a ella porque ella misma estaba mirando a la otra gente -....Pareces...estar triunfando...-mostró un poco de celos al ver que se fijaban más en su prometido que en ella misma, termino por separarse un poco para seguir mirando pinturas que estaban decorando aquel museo. Se puso a pensar cuando se paró en un caravaccio, que su actitud estaba siendo infantil de algún modo, pero ahora le resulto divertido, tanto que se rio por lo bajo, observando después a la gente que había paseándose en el exterior a través de los ventanales. Aumento la risa cuando escucho a su primo que comenzaba a pelearse con Dorothea, pero ya, al estar los dos en una sala alejada de todos, Elisha respiro un poco más tranquila. No había nadie cerca aparte de la mirada de su padre en la lejanía.
De algún modo tenía que mantener la rectitud de su educación como siempre lo ha hecho, pero camino con Alaric a su lado hacia otra sala que estaba en reforma, seguramente por el altercado de la noche anterior tras el intento de robo que al final no se pudo llevar a cabo. Había cuerdas alrededor del cuadro y un banco en el que se sentó lentamente. No hablo durante todo el trayecto. La luz entraba por detrás a través de uno de los grandes ventanales de la sala y Elisha aún le daba vueltas al momento en que todos se fijaban en Alaric y no en ella y supo que no era porque no la mirasen a ella, sino, por Alaric. Estaba comprometida con él, y admitía que comenzaba a gustarle, sin que pudiera evitarlo ella misma se ponía nerviosa a su lado y solo porque no quería quedar mal aunque sus palabras al principio tropezasen- Perdóname si no hablo demasiado…no sé qué me pasa….-Aunque por otro lado, estaban en completa soledad, ni un alma pasaba a la sala en donde estaban o miraba, nada, estaban completamente solos en compañía del uno y del otro y esta vez no estaba la mirada inquisitorial de su padre.
-Bueno….-Al decir aquello como en un murmuro, pudo haber mostrado un poco de su nerviosismo, pero tendría o quería calmarse de una vez -……¿Crees que soy hermosa o al menos un poco guapa? –Dijo al aire pero obviamente esa pregunta era para Alaric, su prometido que en poco, estarían casados. Se mantuvo quieta en el asiento, en aquel banco y en el que tenía las piernas juntas y las manos sobre la falda del vestido-….He…he visto toda esa gente observándote…hasta los jóvenes que giraban su rostro para mirarte…-Se mordió el labio inferior y alzo su mirada sin levantarse de aquel banco -….Si me voy a casar contigo, me gustaría que me dijeras la verdad y….-miro a un lado-…que fueras tú mismo….-Se fijó en la mirada castaña de Alaric -…No quiero que…me digas guapa solo porque serás mi esposo….o simplemente para satisfacer a mi padre…o a mi familia…eso me da lo mismo…pero quiero que tú mismo me digas…-sus brazos los había apoyado en la superficie del banco hacia su lado derecho para apoyarse en ellos y así acercar su cuerpo hacia Alaric, como intentando acercarse a escuchar sus respuestas, acercando solo su parte superior mientras la otra permanecía sentada sobre el banco de mármol.
Habiendo pasado como quince minutos desde que se fueron de la vista de su familia, Elisha y Alaric seguían estando a solas en aquella sala. De repente, como si no se dieran cuenta de que estaban allí, unos trabajadores de uniforme oscuro comenzaron a cerrar las puertas pues el minutero del reloj marcaba las dos de la tarde, prácticamente hora a la que cerraba el museo, al menos para que hicieran el primer turno y volvieran al museo para reabrirlo, pero Elisha intuía que aquello no iba a pasar -…. ¡Eh! ¡Esperen! –Elisha se levantó de repente para intentar abrir la puerta que no se abrió, después fue a otra puerta pero que tampoco se abría -… ¿Puedes abrirla Alaric? –Pidió a modo de súplica, temiendo que no pudieran encontrarles hasta el día siguiente.
De algún modo tenía que mantener la rectitud de su educación como siempre lo ha hecho, pero camino con Alaric a su lado hacia otra sala que estaba en reforma, seguramente por el altercado de la noche anterior tras el intento de robo que al final no se pudo llevar a cabo. Había cuerdas alrededor del cuadro y un banco en el que se sentó lentamente. No hablo durante todo el trayecto. La luz entraba por detrás a través de uno de los grandes ventanales de la sala y Elisha aún le daba vueltas al momento en que todos se fijaban en Alaric y no en ella y supo que no era porque no la mirasen a ella, sino, por Alaric. Estaba comprometida con él, y admitía que comenzaba a gustarle, sin que pudiera evitarlo ella misma se ponía nerviosa a su lado y solo porque no quería quedar mal aunque sus palabras al principio tropezasen- Perdóname si no hablo demasiado…no sé qué me pasa….-Aunque por otro lado, estaban en completa soledad, ni un alma pasaba a la sala en donde estaban o miraba, nada, estaban completamente solos en compañía del uno y del otro y esta vez no estaba la mirada inquisitorial de su padre.
-Bueno….-Al decir aquello como en un murmuro, pudo haber mostrado un poco de su nerviosismo, pero tendría o quería calmarse de una vez -……¿Crees que soy hermosa o al menos un poco guapa? –Dijo al aire pero obviamente esa pregunta era para Alaric, su prometido que en poco, estarían casados. Se mantuvo quieta en el asiento, en aquel banco y en el que tenía las piernas juntas y las manos sobre la falda del vestido-….He…he visto toda esa gente observándote…hasta los jóvenes que giraban su rostro para mirarte…-Se mordió el labio inferior y alzo su mirada sin levantarse de aquel banco -….Si me voy a casar contigo, me gustaría que me dijeras la verdad y….-miro a un lado-…que fueras tú mismo….-Se fijó en la mirada castaña de Alaric -…No quiero que…me digas guapa solo porque serás mi esposo….o simplemente para satisfacer a mi padre…o a mi familia…eso me da lo mismo…pero quiero que tú mismo me digas…-sus brazos los había apoyado en la superficie del banco hacia su lado derecho para apoyarse en ellos y así acercar su cuerpo hacia Alaric, como intentando acercarse a escuchar sus respuestas, acercando solo su parte superior mientras la otra permanecía sentada sobre el banco de mármol.
Habiendo pasado como quince minutos desde que se fueron de la vista de su familia, Elisha y Alaric seguían estando a solas en aquella sala. De repente, como si no se dieran cuenta de que estaban allí, unos trabajadores de uniforme oscuro comenzaron a cerrar las puertas pues el minutero del reloj marcaba las dos de la tarde, prácticamente hora a la que cerraba el museo, al menos para que hicieran el primer turno y volvieran al museo para reabrirlo, pero Elisha intuía que aquello no iba a pasar -…. ¡Eh! ¡Esperen! –Elisha se levantó de repente para intentar abrir la puerta que no se abrió, después fue a otra puerta pero que tampoco se abría -… ¿Puedes abrirla Alaric? –Pidió a modo de súplica, temiendo que no pudieran encontrarles hasta el día siguiente.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
No comprendió porque su prometida se alejaba de un momento a otro de su lado, creyó haber hecho algo malo aunque ella no le dijo que fuera de esa manera. Se había enfocado tanto en ella que no se percato, hasta esos momentos, en que volvía la mirada un poco atrás en las miradas que se encontraban clavadas en él. La mayoría eran de chicas, que al ver que se había dado cuenta de su mirada se volvieron entre risas; algunas se juntaron a comentar y mirarlo pero él solo pudo sonreír y caminar nuevamente en dirección a Elisha. No le molestaba la mirada de otras mujeres sobre él, ni si quiera de los hombres. Lo que le hubiese molestado es encontrar a alguien mirando a su hermosa prometida, si eso sucedía vaya que se sentiría comido por los celos.
– No me digas que parece que estoy triunfando que a mi la única que me interesa eres tu y creo que eso ya lo he dejado claro ¿no? – sonrió al estar cerca de ella – no mirare a nadie más que no seas tu, lo prometo así que no me dejes y te vayas caminando por tu cuenta.
Continuo caminando al lado de ella, alejandose lentamente de todo el tumulto de gente que les había impedido comportarse como usualmente solían hacerlo. Pese a que ambos fueran tan rectos y apropiados la mayor parte del tiempo en realidad a solas eran como un par de chiquillos, aunque si lo pensaba detenidamente, Elisha actuaba así incluso en momentos donde la gente podía juzgarla y por eso es que estaba cerca de ella, para defenderle siempre y protegerle. Le pareció eterno el tiempo que duraron sin hablar, pero fue Elisha la que rompió el silencio.
– No hablas demasiado, me encanta cuando puedo escuchar tu voz y lo que piensas, sea lo que sea – Una sonrisa apareció en respuesta a sus preguntas e inseguridades, eso de manera imposible calmaría los pensamientos de su prometida, aún así, era tan linda cuando decía aquellas cosas que no podía evitar mostrar esa sonrisa dirigida únicamente para ella – pero que cosas preguntas Elisha, eres la mujer más hermosa de este mundo. Al menos para mi lo eres y por eso no me gustaría que nadie te mirara como yo lo hago, si alguien llegara a hacerlo correría peligro de que desearan arrancarte de mi lado – la seriedad comenzó a inundar su rostro y su voz – no te diré nada porque sea lo que deseas escuchar o porque es lo correcto, te diré siempre que es lo que pienso en realidad pero en cambio tu deberás hacer lo mismo y decirme todo – desvió su mirada de ella, enfocandose en el suelo – la verdad es que quiero ser el único que vea tu belleza, prefiero que me miren a mi que te miren a ti; porque no haré caso a nadie más que no seas tu – hablaba con sinceridad y aquello era verdaderamente lo que sentía en aquellos momentos.
Guardaron silencio un poco más, Alaric miraba al suelo y solo volvió a levantar la mirada cuando Elisha se levanto de golpe de donde se encontraban. Cuando miro a su alrededor fue que noto que todas las puertas de aquel cuarto estaban completamente cerradas.
– Deja que trate – se levanto y fue hasta la puerta donde se encontraba su prometida, siendo sus intentos de abrir aquella puerta solo un desgaste de energía. De la misma manera como trato con esa puerta, se dirigió a una y otra – ¡Demonios! – pateo la ultima puerta, justo después de ver que al igual que las demás era imposible que se abriera. Giro entonces hasta donde se encontraba Elisha y recargando su espalda en la puerta se dejo caer en el suelo – Lo lamento, no hay forma de que salgamos de aquí. Esperemos que se den cuenta de que no estamos o nos tocara aguardar hasta que vuelvan a abrir el museo para salir – no veía problema alguno en aguardar ahí, pero quizás para su prometida, la experiencia fuera diferente.
– No me digas que parece que estoy triunfando que a mi la única que me interesa eres tu y creo que eso ya lo he dejado claro ¿no? – sonrió al estar cerca de ella – no mirare a nadie más que no seas tu, lo prometo así que no me dejes y te vayas caminando por tu cuenta.
Continuo caminando al lado de ella, alejandose lentamente de todo el tumulto de gente que les había impedido comportarse como usualmente solían hacerlo. Pese a que ambos fueran tan rectos y apropiados la mayor parte del tiempo en realidad a solas eran como un par de chiquillos, aunque si lo pensaba detenidamente, Elisha actuaba así incluso en momentos donde la gente podía juzgarla y por eso es que estaba cerca de ella, para defenderle siempre y protegerle. Le pareció eterno el tiempo que duraron sin hablar, pero fue Elisha la que rompió el silencio.
– No hablas demasiado, me encanta cuando puedo escuchar tu voz y lo que piensas, sea lo que sea – Una sonrisa apareció en respuesta a sus preguntas e inseguridades, eso de manera imposible calmaría los pensamientos de su prometida, aún así, era tan linda cuando decía aquellas cosas que no podía evitar mostrar esa sonrisa dirigida únicamente para ella – pero que cosas preguntas Elisha, eres la mujer más hermosa de este mundo. Al menos para mi lo eres y por eso no me gustaría que nadie te mirara como yo lo hago, si alguien llegara a hacerlo correría peligro de que desearan arrancarte de mi lado – la seriedad comenzó a inundar su rostro y su voz – no te diré nada porque sea lo que deseas escuchar o porque es lo correcto, te diré siempre que es lo que pienso en realidad pero en cambio tu deberás hacer lo mismo y decirme todo – desvió su mirada de ella, enfocandose en el suelo – la verdad es que quiero ser el único que vea tu belleza, prefiero que me miren a mi que te miren a ti; porque no haré caso a nadie más que no seas tu – hablaba con sinceridad y aquello era verdaderamente lo que sentía en aquellos momentos.
Guardaron silencio un poco más, Alaric miraba al suelo y solo volvió a levantar la mirada cuando Elisha se levanto de golpe de donde se encontraban. Cuando miro a su alrededor fue que noto que todas las puertas de aquel cuarto estaban completamente cerradas.
– Deja que trate – se levanto y fue hasta la puerta donde se encontraba su prometida, siendo sus intentos de abrir aquella puerta solo un desgaste de energía. De la misma manera como trato con esa puerta, se dirigió a una y otra – ¡Demonios! – pateo la ultima puerta, justo después de ver que al igual que las demás era imposible que se abriera. Giro entonces hasta donde se encontraba Elisha y recargando su espalda en la puerta se dejo caer en el suelo – Lo lamento, no hay forma de que salgamos de aquí. Esperemos que se den cuenta de que no estamos o nos tocara aguardar hasta que vuelvan a abrir el museo para salir – no veía problema alguno en aguardar ahí, pero quizás para su prometida, la experiencia fuera diferente.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Tenía razón.
Ya mucho no podían hacer en estos momentos. Ahora solo podrían hablar, esperar y seguir hablando…¿pero de que precisamente? Estaba pensando en que y fue cuando le vio caer en el suelo, sentado y abatido -…Lamento todo esto…creo que ha sido mi culpa el que nos quedemos aquí….-Se quedo mirándole desde el ventanal en donde aun estaba-…pero…tenemos un poco de rato para nosotros…-Aquello ultimo sonó dulce y enigmático a su vez. Se fue acercando hasta estar cerca de Alaric, ella misma se sentó a su lado -..Menos mal que estos suelos están limpios…-soltó una pequeña risa y saco algunos aperitivos de su bolso- ¿quieres? Los he cogido cuando nadie miraba…-Dijo ofreciéndole alguno, pero puso una servilleta sobre sus piernas flexionadas y encima lo que había cogido prestado.
–Mira el que te gusta…-Le extendió un aperitivo de pate que parecía haber entendido que le había gustado y se lo iba a meter en la boca pero lo siguiente que consiguió es mancharle el cuello de la camisa –Ay! Pero que torpe…!-se sonrojo a mas no poder, cogió el “picnic” de bocaditos y lo puso a un lado para poder acercarse a Alaric con un pañuelo que saco de su bolsito -…No veas cuanto lo siento Al…-Chasqueo la lengua mientras limpiaba lentamente el cuello de la camisa que por su torpeza ahora estaba manchado.
Se había arrodillado frente a Alaric, terminaba de limpiarle y enseguida vio que su escote estaba justo en la nariz de quien era su prometido -…ah…mmm…-Se alejó y volvió a sentarse a su lado como había estado antes, sonrojada aun mas por como se había colocado solo para limpiarle la camisa -…Bueno...eh…no sé…ahora ya estas limpio….-Intento calmarse pero es que se había dejado en evidencia evidentemente, colocando su súper escote delante de su rostro -…Por cierto ¿Has tenido buena vista? –Frunció el ceño al sentir que estaba hablando sola, giro su mirada hacia Alaric y le vio, esperaba la respuesta de inmediato - ¿Al? –Termino por suspirar, juro escuchar algo que provenía de la puerta, pero había sido su imaginación.
¿en serio que estarían ahí los dos solos?
Ya mucho no podían hacer en estos momentos. Ahora solo podrían hablar, esperar y seguir hablando…¿pero de que precisamente? Estaba pensando en que y fue cuando le vio caer en el suelo, sentado y abatido -…Lamento todo esto…creo que ha sido mi culpa el que nos quedemos aquí….-Se quedo mirándole desde el ventanal en donde aun estaba-…pero…tenemos un poco de rato para nosotros…-Aquello ultimo sonó dulce y enigmático a su vez. Se fue acercando hasta estar cerca de Alaric, ella misma se sentó a su lado -..Menos mal que estos suelos están limpios…-soltó una pequeña risa y saco algunos aperitivos de su bolso- ¿quieres? Los he cogido cuando nadie miraba…-Dijo ofreciéndole alguno, pero puso una servilleta sobre sus piernas flexionadas y encima lo que había cogido prestado.
–Mira el que te gusta…-Le extendió un aperitivo de pate que parecía haber entendido que le había gustado y se lo iba a meter en la boca pero lo siguiente que consiguió es mancharle el cuello de la camisa –Ay! Pero que torpe…!-se sonrojo a mas no poder, cogió el “picnic” de bocaditos y lo puso a un lado para poder acercarse a Alaric con un pañuelo que saco de su bolsito -…No veas cuanto lo siento Al…-Chasqueo la lengua mientras limpiaba lentamente el cuello de la camisa que por su torpeza ahora estaba manchado.
Se había arrodillado frente a Alaric, terminaba de limpiarle y enseguida vio que su escote estaba justo en la nariz de quien era su prometido -…ah…mmm…-Se alejó y volvió a sentarse a su lado como había estado antes, sonrojada aun mas por como se había colocado solo para limpiarle la camisa -…Bueno...eh…no sé…ahora ya estas limpio….-Intento calmarse pero es que se había dejado en evidencia evidentemente, colocando su súper escote delante de su rostro -…Por cierto ¿Has tenido buena vista? –Frunció el ceño al sentir que estaba hablando sola, giro su mirada hacia Alaric y le vio, esperaba la respuesta de inmediato - ¿Al? –Termino por suspirar, juro escuchar algo que provenía de la puerta, pero había sido su imaginación.
¿en serio que estarían ahí los dos solos?
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Estar encerrados no era tan malo como parecía. Solo deberían esperar la noche que seguramente cuando durmieran sería bastante corta y entonces, los encargados del museo irían a abrir como diariamente lo hacían y les encontrarían ahí. Seguramente después de eso, todos se disculparían mucho; los padres de ambos se alegrarían de verles y todo lo demás quedaría como una historia bastante divertida y digna de contarse en las reuniones familiares posteriores. Sí, en la mente de Alaric todo estaba bastante claro y mientras el sueño llegaba a ellos podían, justo como Elisha decía, tener un tiempo para ellos.
– Claro que no ha sido tu culpa. Los encargados son los que no han revisado debidamente esta sala, nosotros únicamente estábamos pasando tiempo como pareja – rió – aunque ahora tienes razón, podemos pasar mucho más tiempo juntos.
Se alegro de ver como su prometida tomaba asiento junto a él. Le gustaba cuando estaban así de cerca, ya fuera para platicar de algo en concreto o solamente para permanecer en silencio contemplando algo. Más pronto de lo que había esperado, Alaric se acostumbro a la presencia de Elisha en su vida, en sus atenciones y sus sonrisas.
– Por supuesto que quiero algo – al segundo en que giraba para tomar aquel aperitivo que antes degustaba tan alegremente; termino manchado un poco – No hay problema, ha sido un accidente. Yo tampoco he puesto atención así que es mi culpa – sonrió. No dejaba de mirar el rostro sonrojado de Elisha pero poco a poco, la visión frente a él iba cambiando y el sonrojo dejo de ser el de su prometida para pasar a ser el suyo – Elisha… – susurro, aunque al parecer ella no le escuchaba.
De un segundo a otro, cuando ella pareció percatarse de lo que sucedía, volvió a sentarse al lado de él y Alaric trago saliva con algo de dificultad. Buscaba en su mente las palabras adecuadas para decirle que no se preocupara, pero en sus pensamientos únicamente estaba la vista de los pechos de Elisha, esos que por una fracción de segundo deseo besar pero que debió contenerse.
– Gracias – fue lo único que atino a decir. Se mantuvo en silencio, con la imagen presente y las ganas de besar a Elisha como nunca antes. Escuchaba la voz de su prometida, lejana, suave; hasta que un movimiento de parte de ella le hizo girar a observarla, a centrarse en ella y en lo maravillosa que era – Una excelente vista – soltó aquello sin medir correctamente las palabras, terminando por agachar el rostro – Lo siento, he dicho eso sin pensar y… mejor me callo – Si toda la noche pensaría en lo sucedido, estaría perdido.
– Claro que no ha sido tu culpa. Los encargados son los que no han revisado debidamente esta sala, nosotros únicamente estábamos pasando tiempo como pareja – rió – aunque ahora tienes razón, podemos pasar mucho más tiempo juntos.
Se alegro de ver como su prometida tomaba asiento junto a él. Le gustaba cuando estaban así de cerca, ya fuera para platicar de algo en concreto o solamente para permanecer en silencio contemplando algo. Más pronto de lo que había esperado, Alaric se acostumbro a la presencia de Elisha en su vida, en sus atenciones y sus sonrisas.
– Por supuesto que quiero algo – al segundo en que giraba para tomar aquel aperitivo que antes degustaba tan alegremente; termino manchado un poco – No hay problema, ha sido un accidente. Yo tampoco he puesto atención así que es mi culpa – sonrió. No dejaba de mirar el rostro sonrojado de Elisha pero poco a poco, la visión frente a él iba cambiando y el sonrojo dejo de ser el de su prometida para pasar a ser el suyo – Elisha… – susurro, aunque al parecer ella no le escuchaba.
De un segundo a otro, cuando ella pareció percatarse de lo que sucedía, volvió a sentarse al lado de él y Alaric trago saliva con algo de dificultad. Buscaba en su mente las palabras adecuadas para decirle que no se preocupara, pero en sus pensamientos únicamente estaba la vista de los pechos de Elisha, esos que por una fracción de segundo deseo besar pero que debió contenerse.
– Gracias – fue lo único que atino a decir. Se mantuvo en silencio, con la imagen presente y las ganas de besar a Elisha como nunca antes. Escuchaba la voz de su prometida, lejana, suave; hasta que un movimiento de parte de ella le hizo girar a observarla, a centrarse en ella y en lo maravillosa que era – Una excelente vista – soltó aquello sin medir correctamente las palabras, terminando por agachar el rostro – Lo siento, he dicho eso sin pensar y… mejor me callo – Si toda la noche pensaría en lo sucedido, estaría perdido.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Se cuestionaba si reír o besarlo por algo que dijo tan bonito. Estaba a punto de besarle con la pasión que tenía contenida y que se resistía a salir, pero que sabía que una vez que empezara no podría parar. Era “pura” y tampoco sabía si en un museo iba a ser posible yacer sin pasar antes por el matrimonio aunque estaba teniendo suerte con quien le habían prometido. Alaric era el primero y seria el último con quien ella estuviera. Así que esperaba que la disfrutara por el resto de sus días - ¿Sabes una cosa Alaric? –Su mirada castaña fue dirigida hacia los castaños ajenos, complementada con una hermosa sonrisa carmesí por el tinte rojo de sus labios – Soy Virgen y lo que has dicho de mis pechos es lo más bonito que he oído nunca…ya que estoy encerrada en casa a diario….-Suspiró profundamente, recostándose en el hombro ajeno de Alaric pero ella misma volvió a girar su cuerpo hacia él.
– Que-querría besarte….Desde el otro día en mi casa apenas pudimos…hacerlo…-Aquello que le pedía llevaba un sonrojo en su cara, en sus mejillas mostrándola como una muñequita de porcelana. Estaba sintiéndose como una de las novicias de un convento que pedían pedir la carne humana por primera vez, sintiéndose deseosas de saber que se siente de nuevo al besar a un ser querido de manera intima. Ella aviso….para después terminar besando los labios ajenos de Alaric, siendo ella consciente de que había tomado la iniciativa, de que ahora ella estaba rozando sus labios contra los ajenos – Hum..-murmuró por cuanto le gustaba.
Su corazón estaba latiendo deprisa, igual que una maratón, pero no tenía prisa alguna, puso su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Alaric, tocando la tela de la chaqueta que se había puesto aquel día para ir con los Gilmerië al museo de visita. Continuo con el beso pero tuvo que separarse un poco, temía que estuviera siendo demasiado intensa al principio – Lo lamento, no sé si estoy yendo o siendo demasiado rápida en esto-Su voz temblaba al nombramiento de cada silaba, al estar diciéndole aquello a Alaric después de haber probado sus labios con ansias contenidas. Era raro pero sentía como si los cuadros que había por la sala estuvieran vigilándoles en su travesía, era algo incómodo pues era sabio de la usanza en el antiguo Egipto de los cuadros o jeroglíficos para espiar en las habitaciones, pero ¿En un museo? ¿Habría alguien tan pervertido de hacer tal cosa?
-¿Crees que habrá alguien espiando detrás de los cuadros? ¿No verdad? ¿No crees que haya alguien tan pervertido de hacer algo así…-Inmediatamente se levantó buscando separarse un poco de Alaric, metiéndosele en el cuerpo el miedo de ser vista por alguien, pero debería de estar loca, quizás sería el miedo que le hacía pensar aquello – Puede que este loca de verdad –murmuro para sí mismo dándose aire a sí misma, moviendo la mano y se levantó parte de sus bucles para que al menos no se sintiera tan acalorada. No parecía que hubiera gente que espiara por los cuadros de la sala en la que estaban. Parecía que se lo había imaginado solamente para parecer una ratita asustada. La verdad, leía demasiadas novelas de aventuras y en donde el peligro siempre era protagonista en las páginas por las que leía.
– Que-querría besarte….Desde el otro día en mi casa apenas pudimos…hacerlo…-Aquello que le pedía llevaba un sonrojo en su cara, en sus mejillas mostrándola como una muñequita de porcelana. Estaba sintiéndose como una de las novicias de un convento que pedían pedir la carne humana por primera vez, sintiéndose deseosas de saber que se siente de nuevo al besar a un ser querido de manera intima. Ella aviso….para después terminar besando los labios ajenos de Alaric, siendo ella consciente de que había tomado la iniciativa, de que ahora ella estaba rozando sus labios contra los ajenos – Hum..-murmuró por cuanto le gustaba.
Su corazón estaba latiendo deprisa, igual que una maratón, pero no tenía prisa alguna, puso su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Alaric, tocando la tela de la chaqueta que se había puesto aquel día para ir con los Gilmerië al museo de visita. Continuo con el beso pero tuvo que separarse un poco, temía que estuviera siendo demasiado intensa al principio – Lo lamento, no sé si estoy yendo o siendo demasiado rápida en esto-Su voz temblaba al nombramiento de cada silaba, al estar diciéndole aquello a Alaric después de haber probado sus labios con ansias contenidas. Era raro pero sentía como si los cuadros que había por la sala estuvieran vigilándoles en su travesía, era algo incómodo pues era sabio de la usanza en el antiguo Egipto de los cuadros o jeroglíficos para espiar en las habitaciones, pero ¿En un museo? ¿Habría alguien tan pervertido de hacer tal cosa?
-¿Crees que habrá alguien espiando detrás de los cuadros? ¿No verdad? ¿No crees que haya alguien tan pervertido de hacer algo así…-Inmediatamente se levantó buscando separarse un poco de Alaric, metiéndosele en el cuerpo el miedo de ser vista por alguien, pero debería de estar loca, quizás sería el miedo que le hacía pensar aquello – Puede que este loca de verdad –murmuro para sí mismo dándose aire a sí misma, moviendo la mano y se levantó parte de sus bucles para que al menos no se sintiera tan acalorada. No parecía que hubiera gente que espiara por los cuadros de la sala en la que estaban. Parecía que se lo había imaginado solamente para parecer una ratita asustada. La verdad, leía demasiadas novelas de aventuras y en donde el peligro siempre era protagonista en las páginas por las que leía.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Era un completo tonto. Se había quedado encerrado sin la posibilidad de salir de aquel lugar y ahora decía algo tan imprudente como eso a quien fuera su prometida. Si bien ella había hecho la pregunta de manera inicial se suponía que debía ser lo suficientemente caballero como para desviar el tema a otra cosa; era simplemente imposible no pensar en la magnifica vista que había obtenido. Elisha le volvía un completo idiota con su presencia y su manera de ser. Sus intentos de desviar la conversación y disculparse no surtieron gran efecto, quien hablaba nuevamente del tema de hecho era Elisha. La mirada de Alaric se poso sobre la de ella y sonrió ante su comentario.
– No hubiera necesitado ver esa clase de vista para decirte cosa bonitas ¿lo sabes, verdad?– su mano fue a retirar algunos cabellos del rostro de su prometida y le acaricio la mejilla, deleitandose con la textura de su piel contra sus dedos, evocando la idea de sentir los senos de su prometida y como sería la textura de ellos. Una oleada de calor le recorrió el cuerpo mientras que buscaba como concentrarse nuevamente en algo que no fuera la maravillosa mujer que tenia por prometida y con quien pronto compartiría su vida.
– Yo también quería besarte, pero con tu primo siguiendo nuestros pasos es muy complicado poder besarte, sin importar lo mucho que lo deseé – Sus palabras si es que iba aducir algo más se quedaron en sus pensamientos, pues los labios de Elisha se acercaron a los suyos para fundirse en un beso. Cuanto había necesitado tenerla de esa forma, saborear aquellos labios y poder sentirse seguro con ella a su lado. Las manos del falso Delay rodearon con firmeza la cintura de su prometida, acercándola tanto como le era posible para deleitarse no solo de su beso, sino también de la cercanía y la manera en la que su cuerpo se notaba agitarse. Hizo una mueca molesto cuando el cuerpo de Elisha se alejo abruptamente de él y no le impidió que se alejara. No podía y no quería hacer nada que no le permitiera ella por más ganas que tuviera de comérsela a besos y recorrerle la piel entera. En ese museo, la tenía únicamente para él.
Negó pese a que no le mirara y suspiro.
– No has hecho nada malo, fue mi culpa desde un principio – enarco la ceja – y no fuiste muy rápida así que deja de preocuparte por algo como eso – sonrió y al escuchar las preocupaciones de su prometida se levanto, caminando hasta llegar a ella – No creo que exista alguien en este lugar, sería ridículo que algo como eso sucediera en este sitio. Descuida Eli, todo estada bien y si nos observan, deja que lo hagan – sonrío, retirando parte de los cabellos de su prometida y descubriendo su cuello, el cual fue a besar sin duda alguna – No estas loca, es lo ultimo que estarías – susurro contra la delicada piel del cuello de la Gimerië, mientras que Alaric se deleitaba con su aroma y rodeando nuevamente su cintura para apegarla a él. Debía estar actuando como no era correcto, pero que el mundo se fuera al demonios, tenía tan cerca a su prometida y no le iba a soltar ni un solo segundo.
– No hubiera necesitado ver esa clase de vista para decirte cosa bonitas ¿lo sabes, verdad?– su mano fue a retirar algunos cabellos del rostro de su prometida y le acaricio la mejilla, deleitandose con la textura de su piel contra sus dedos, evocando la idea de sentir los senos de su prometida y como sería la textura de ellos. Una oleada de calor le recorrió el cuerpo mientras que buscaba como concentrarse nuevamente en algo que no fuera la maravillosa mujer que tenia por prometida y con quien pronto compartiría su vida.
– Yo también quería besarte, pero con tu primo siguiendo nuestros pasos es muy complicado poder besarte, sin importar lo mucho que lo deseé – Sus palabras si es que iba aducir algo más se quedaron en sus pensamientos, pues los labios de Elisha se acercaron a los suyos para fundirse en un beso. Cuanto había necesitado tenerla de esa forma, saborear aquellos labios y poder sentirse seguro con ella a su lado. Las manos del falso Delay rodearon con firmeza la cintura de su prometida, acercándola tanto como le era posible para deleitarse no solo de su beso, sino también de la cercanía y la manera en la que su cuerpo se notaba agitarse. Hizo una mueca molesto cuando el cuerpo de Elisha se alejo abruptamente de él y no le impidió que se alejara. No podía y no quería hacer nada que no le permitiera ella por más ganas que tuviera de comérsela a besos y recorrerle la piel entera. En ese museo, la tenía únicamente para él.
Negó pese a que no le mirara y suspiro.
– No has hecho nada malo, fue mi culpa desde un principio – enarco la ceja – y no fuiste muy rápida así que deja de preocuparte por algo como eso – sonrió y al escuchar las preocupaciones de su prometida se levanto, caminando hasta llegar a ella – No creo que exista alguien en este lugar, sería ridículo que algo como eso sucediera en este sitio. Descuida Eli, todo estada bien y si nos observan, deja que lo hagan – sonrío, retirando parte de los cabellos de su prometida y descubriendo su cuello, el cual fue a besar sin duda alguna – No estas loca, es lo ultimo que estarías – susurro contra la delicada piel del cuello de la Gimerië, mientras que Alaric se deleitaba con su aroma y rodeando nuevamente su cintura para apegarla a él. Debía estar actuando como no era correcto, pero que el mundo se fuera al demonios, tenía tan cerca a su prometida y no le iba a soltar ni un solo segundo.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Su cuerpo comenzaba a sentirse algo inquieto por el acercamiento de Alaric al suyo, estaba sintiéndose hipocondriaca y con falta de aire pero no evito rodearle el cuello con los brazos y echar la cabeza hacia atrás para poder darle más espacio a Alaric. La mesa alargada que estaba detrás de ella hizo de apoyo para que no se cayera al suelo, con una mano se agarró al borde de la madera mientras que la otra estaba alrededor del cuello de su prometido – Alaric….Mmmmaaagg….crees que deberíamos? –Dijo con voz temblorosa, imposible de mantenerla firme de la manera en que estaba con Alaric.
Si hubiera hecho lo que estaba haciendo ahora con Alaric, hubiera sido extraño y ella misma se habría sentido extraña, pero ahora era diferente, se conocían un poco más y sentía –aparte de estar prometida con el- que era la persona la cual estaba destinada a estar. Era una extraña sensación que en tan poco tiempo, quisiera ahora hasta que él fuera el portador de su virtud más preciada y que jamás le había sido arrebatada por nadie gracias a Dios. Ahora estaría con Alaric en aquella sala en la que…podrían pasar hasta toda la noche juntos.
– Alaric… ¿estás seguro de esto? –Lo alejo un poco para que ella pudiera preguntarle a la vez que recuperaba la respiración – Porque yo…si quiero seguir….-Dijo para que ella tuviera que abalanzarse a él y comenzar un movimiento acelerado entre ambas bocas, acariciando sus cabellos, acariciándole la espalda por encima de la camisa que llevaba puesta, estando dispuesta a tocar más de él, pero con los nervios a flor de piel.
Separo un milímetro sus bocas, sintiéndose ambas arder, sintiendo su pulso acelerado en lo que ella misma había hecho por si sola. Parecía que ahora ella podría tener el control, que podría sentirse bien consigo misma al no tener ojos vigilándola continuamente por lo que estaba haciendo. No era como lo que experimento aquella fría mañana cuando fue a Escocia a visitar al demonio de su primo Julián. Con el si que tenía que tener cuidado debido a que estaba dispuesto a romper el matrimonio si ella misma llegara a ver el matrimonio como algo deseado. Temió por unos segundos pero recordó una cosa y era que ahora podría ser feliz y no ser esa chiquilla tonta que era cuando estaba sola.
Reconoció que cuando estaba sola era una déspota y una mandamás, pero ahora que estaba Alaric cerca, todo parecía haber cambiado. Su padre estaba más feliz con ella, su madre más dócil con ella y Dorothea más pesada que nunca con no quitarla los ojos de encima. Tomo la mano de Alaric para ponerla en uno de sus senos y así hizo con la otra sobre el otro seno –Alaric….antes de que sigamos tienes que contarme cosas sobre ti….-Trago con lentitud saliva, sintiéndose que se estaba metiendo en algo oscuro y que podría perjudicarla de sobremanera, pero no temía a nada en este momento.
– Si tengo que casarme contigo, ya no por los negocios de nuestros padres…te estas volviendo una parte de mí y eso lo puedo sentir….-Dijo con sinceridad desde sus senos –Y…-sujetaba las manos de Alaric sobre sus senos para ver que no mentía y que iba muy en serio, apretó un poco en ellos y ella gimió- IOOhh…que bien se siente….-Dijo experimentando por ella misma que aquello era extremadamente reconfortante y esperanzador hasta que simplemente volvió a lanzarse sobre Alaric pero esta vez salto para colgarse sobre sus caderas – Alaric…Si esperamos no creo que podamos encontrar un momento mejor para….hacerlo….-Los brazos volvieron a rodear el cuello de su prometido para ya sin interrumpir ni un beso mas.
Si hubiera hecho lo que estaba haciendo ahora con Alaric, hubiera sido extraño y ella misma se habría sentido extraña, pero ahora era diferente, se conocían un poco más y sentía –aparte de estar prometida con el- que era la persona la cual estaba destinada a estar. Era una extraña sensación que en tan poco tiempo, quisiera ahora hasta que él fuera el portador de su virtud más preciada y que jamás le había sido arrebatada por nadie gracias a Dios. Ahora estaría con Alaric en aquella sala en la que…podrían pasar hasta toda la noche juntos.
– Alaric… ¿estás seguro de esto? –Lo alejo un poco para que ella pudiera preguntarle a la vez que recuperaba la respiración – Porque yo…si quiero seguir….-Dijo para que ella tuviera que abalanzarse a él y comenzar un movimiento acelerado entre ambas bocas, acariciando sus cabellos, acariciándole la espalda por encima de la camisa que llevaba puesta, estando dispuesta a tocar más de él, pero con los nervios a flor de piel.
Separo un milímetro sus bocas, sintiéndose ambas arder, sintiendo su pulso acelerado en lo que ella misma había hecho por si sola. Parecía que ahora ella podría tener el control, que podría sentirse bien consigo misma al no tener ojos vigilándola continuamente por lo que estaba haciendo. No era como lo que experimento aquella fría mañana cuando fue a Escocia a visitar al demonio de su primo Julián. Con el si que tenía que tener cuidado debido a que estaba dispuesto a romper el matrimonio si ella misma llegara a ver el matrimonio como algo deseado. Temió por unos segundos pero recordó una cosa y era que ahora podría ser feliz y no ser esa chiquilla tonta que era cuando estaba sola.
Reconoció que cuando estaba sola era una déspota y una mandamás, pero ahora que estaba Alaric cerca, todo parecía haber cambiado. Su padre estaba más feliz con ella, su madre más dócil con ella y Dorothea más pesada que nunca con no quitarla los ojos de encima. Tomo la mano de Alaric para ponerla en uno de sus senos y así hizo con la otra sobre el otro seno –Alaric….antes de que sigamos tienes que contarme cosas sobre ti….-Trago con lentitud saliva, sintiéndose que se estaba metiendo en algo oscuro y que podría perjudicarla de sobremanera, pero no temía a nada en este momento.
– Si tengo que casarme contigo, ya no por los negocios de nuestros padres…te estas volviendo una parte de mí y eso lo puedo sentir….-Dijo con sinceridad desde sus senos –Y…-sujetaba las manos de Alaric sobre sus senos para ver que no mentía y que iba muy en serio, apretó un poco en ellos y ella gimió- IOOhh…que bien se siente….-Dijo experimentando por ella misma que aquello era extremadamente reconfortante y esperanzador hasta que simplemente volvió a lanzarse sobre Alaric pero esta vez salto para colgarse sobre sus caderas – Alaric…Si esperamos no creo que podamos encontrar un momento mejor para….hacerlo….-Los brazos volvieron a rodear el cuello de su prometido para ya sin interrumpir ni un beso mas.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
- Mensajes : 64
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Existen momentos en el tiempo que son simplemente perfectos para hacer algo concreto. Ese momento era uno de los que Alaric y su prometida estaban atravesando esa noche, encerrados ambos en el museo y sin posibilidad alguna de salir por esa noche. Por eso era que él trataba de mantenerse frío, no pensar tanto en lo que les había sucedido y dejar solo que la noche pasara sin nada más, pero era imposible, pues Elisha era tan hermosa y tentadora que como el hombre que era despertaba ante su presencia y cercanía. No estaba del todo consciente de lo que hacía a su prometida, ni de lo que la voz femenina decía. Desde luego que aquello no era lo que se debería hacer, todo desde el punto de vista de una persona perteneciente a la clase alta, cosa que en realidad Alaric no era y en el fondo de su ser, nunca sería.
Sus pensamientos se mantenían en una neblina, hasta que Elisha le alejo ligeramente de la cercanía en que se mantenían y las palabras de ella le dejaron sorprendido de sus propios actos.
– Yo… la verdad es que no lo sé – respondió sin poder evitar mirar los bellos ojos de su prometida que se mantenían fijos sobre los suyos, alterando sus ideas. Un nuevo beso fue iniciado por parte de ella y Alaric no opuso resistencia pese a que quizás era el momento de ejercerla . Se dejo envolver por la cercanía femenina, ese aroma que le enloquecía y el calor de los labios y manos de su prometida. Nada podía ser mejor ni brindarle esa oportunidad de estar con ella, la tendría después de una boda llena de mentiras, donde fingiría por siempre ser otro y jamás podría decirle lo mucho que realmente le amaba siendo simplemente Alaric Bowlby. La necesitaba cerca para mantenerse en pie, para soportar cada nueva mentira que salía de su boca y que le obligaba a sumirse más en aquel teatro.
Hizo una mueca cuando Elisha se separo de sus labios, manteniendo aún esa cercanía que le dejaba la calidez de la respiración femenina pero las palabras de su prometida le dejaron helado por dentro. ¿Notaba ella esa falta de sinceridad? ¿Sabía ya algo? Tomo aire con tranquilidad, ordenando las ideas en su mente y se mantuvo silente un buen rato, contemplando únicamente el rostro de aquella mujer que amaba y que era lo único seguro en su vida.
– Sabemos lo mismo el uno del otro. Si quisieras saber más cosas también deberías decirme tu a mi ¿No lo crees justo? – sus manos subían y bajaban por la cintura femenina; en sus labios estaba tatuada una sonrisa que no dejaba ver el nerviosismo interior, no solo por sus palabras sino también por la manera en que estaban actuando para esos momentos – además, las cosas las sabremos poco a poco, ahora debes estar consciente de que te amo y que te necesito – le miro, buscando que sus palabras le convencieran mucho más de lo que hacían con él pero igual en donde se encontraban sus manos no ayudaban para nada a sus planes.
– Tu también eres una necesidad para mi, quisiera que pudieras saber que tanto – en eso era definitivo que no mentía para nada. Ya no podía estar en paz sin verla un día, la quería solo para él y para nadie más por eso cuando respondió ante sus propias maneras de actuar y manipular las manos de Alaric; él sonrió – Yo tampoco creo que exista una mejor oportunidad que esta, así que desde esta noche y para toda la vida, serás mía – sus manos presionaron de manera deliberada los senos de su prometida, quien termino besándole de nuevo, mientras que él notaba como sus manos se amoldaban a aquel par de senos que comenzaba a masajear por encima de las ropas. Quería deleitarse de cada parte de ella y de que cada acción, hasta llegar al inminente final del mundo como lo conocían.
Sus pensamientos se mantenían en una neblina, hasta que Elisha le alejo ligeramente de la cercanía en que se mantenían y las palabras de ella le dejaron sorprendido de sus propios actos.
– Yo… la verdad es que no lo sé – respondió sin poder evitar mirar los bellos ojos de su prometida que se mantenían fijos sobre los suyos, alterando sus ideas. Un nuevo beso fue iniciado por parte de ella y Alaric no opuso resistencia pese a que quizás era el momento de ejercerla . Se dejo envolver por la cercanía femenina, ese aroma que le enloquecía y el calor de los labios y manos de su prometida. Nada podía ser mejor ni brindarle esa oportunidad de estar con ella, la tendría después de una boda llena de mentiras, donde fingiría por siempre ser otro y jamás podría decirle lo mucho que realmente le amaba siendo simplemente Alaric Bowlby. La necesitaba cerca para mantenerse en pie, para soportar cada nueva mentira que salía de su boca y que le obligaba a sumirse más en aquel teatro.
Hizo una mueca cuando Elisha se separo de sus labios, manteniendo aún esa cercanía que le dejaba la calidez de la respiración femenina pero las palabras de su prometida le dejaron helado por dentro. ¿Notaba ella esa falta de sinceridad? ¿Sabía ya algo? Tomo aire con tranquilidad, ordenando las ideas en su mente y se mantuvo silente un buen rato, contemplando únicamente el rostro de aquella mujer que amaba y que era lo único seguro en su vida.
– Sabemos lo mismo el uno del otro. Si quisieras saber más cosas también deberías decirme tu a mi ¿No lo crees justo? – sus manos subían y bajaban por la cintura femenina; en sus labios estaba tatuada una sonrisa que no dejaba ver el nerviosismo interior, no solo por sus palabras sino también por la manera en que estaban actuando para esos momentos – además, las cosas las sabremos poco a poco, ahora debes estar consciente de que te amo y que te necesito – le miro, buscando que sus palabras le convencieran mucho más de lo que hacían con él pero igual en donde se encontraban sus manos no ayudaban para nada a sus planes.
– Tu también eres una necesidad para mi, quisiera que pudieras saber que tanto – en eso era definitivo que no mentía para nada. Ya no podía estar en paz sin verla un día, la quería solo para él y para nadie más por eso cuando respondió ante sus propias maneras de actuar y manipular las manos de Alaric; él sonrió – Yo tampoco creo que exista una mejor oportunidad que esta, así que desde esta noche y para toda la vida, serás mía – sus manos presionaron de manera deliberada los senos de su prometida, quien termino besándole de nuevo, mientras que él notaba como sus manos se amoldaban a aquel par de senos que comenzaba a masajear por encima de las ropas. Quería deleitarse de cada parte de ella y de que cada acción, hasta llegar al inminente final del mundo como lo conocían.
Alaric Bowlby- Humano Clase Baja
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: Esbozando placer con pinceladas de éxtasis [privado +18]
Cualquier lugar le seguiría, le habría seguido y ella se tragaría su orgullo, dejándose llevar, él era el que ella amaba y nunca diría adiós – Di algo ya que me rindo a tus pies…y a cualquier lado te seguiría Alaric…Siempre, contigo, iría hasta el final del mundo…-el corazón hablaba y la orgullosa Elisha abandono la sala por lo que restaba de noche. Ella no evito mover sus manos hacia el pecho de Alaric y alejarlo lo suficiente para poder retirarle la camisa de su cuerpo, sacársela de sus pantalones y retirarle primero la chaqueta de sus hombros, después, fue a por su camisa, pero se quedó helada, hasta se echó hacia atrás chocando contra la mesa de madera por la sorpresa, revelando sus inexperiencias, destapando que nunca había visto un pecho masculino tan elaborado como el que veía en Alaric.
– No es porque t-te-tenga miedo e-es so-solo…que yo…mmmm…-se la mío los labios bastante nerviosa ¡No podía echarse atrás ahora que ya habían empezado - ¿…y, eres bello ¿Qué pasa si no te gusta mi cuerpo? –Pregunto sintiéndose avergonzada por si le veía algo extraño en su cuerpo como las cicatrices que sufrió dentro de aquella cueva hace años cuando fue atrapada por su primo, o simplemente por si no daba la talla por ser virgen y probablemente el habría estado con muchas jovencitas – Lo siento...son los nervios…no quiero decepcionarte….-Dijo mientras se acercaba hasta el nuevamente, acariciándole su torso medio desnudo, examinando con vista y tacto sus abdominales, subió para quitarle la camisa con lentitud, agarro la camisa pues no salía por si sola.
– Yo…Bu-bueno tu…se bueno Al…-Dijo para después rodearle el cuello con ambos brazos y volver a besarle nuevamente, acercándole a ella pero quería que él fuera quien domase la situación, quería sentirse que podía tener placer en ambos sentidos, como dentro y fuera del placer carnal – Y…-volvió a lamerse los labios, era un “tic” típico de ella cuando se trataban de sus nervios – yo también te amo Alaric…mí…Al…Alaric…-Suspiro para poder calmarse – Quítame el vestido ya…-susurro de repente cuando estuvo ya completamente la merced del libido, la lujuria que ambos pudieran desatar con tan solo pocas caricias que se convertirían en inmensos esfuerzos por que sus familias juntasen los apellidos, que pudieran sentirse unidos desde un punto y a partir de entonces ambos estar unidos siempre el uno con el otro. Que nadie pudiera detenerles, que nadie pudiera tener en ellos el ojo avizor por si habría baches, bueno, los habría, pero si se amaban podrían superarlo con creces, ambos seguirían juntos y nadie se lo podría impedir.
Todo había que disponerlo.
Todo había que ponerlo a prueba y si la pasaban entonces podrían pasar juntos el resto de sus vidas. Siempre juntos, siempre de lado a lado juntos ¿era pensar demasiado deprisa? ¿Era ilusionarse demasiado deprisa? Ahora que recordaba, ella creía tener secretos que no los sabía del todo. Simplemente no sabía si era verdad o no, pero sabía que era adoptada pero no sabía de quien o quien eran sus padres.
– No es porque t-te-tenga miedo e-es so-solo…que yo…mmmm…-se la mío los labios bastante nerviosa ¡No podía echarse atrás ahora que ya habían empezado - ¿…y, eres bello ¿Qué pasa si no te gusta mi cuerpo? –Pregunto sintiéndose avergonzada por si le veía algo extraño en su cuerpo como las cicatrices que sufrió dentro de aquella cueva hace años cuando fue atrapada por su primo, o simplemente por si no daba la talla por ser virgen y probablemente el habría estado con muchas jovencitas – Lo siento...son los nervios…no quiero decepcionarte….-Dijo mientras se acercaba hasta el nuevamente, acariciándole su torso medio desnudo, examinando con vista y tacto sus abdominales, subió para quitarle la camisa con lentitud, agarro la camisa pues no salía por si sola.
– Yo…Bu-bueno tu…se bueno Al…-Dijo para después rodearle el cuello con ambos brazos y volver a besarle nuevamente, acercándole a ella pero quería que él fuera quien domase la situación, quería sentirse que podía tener placer en ambos sentidos, como dentro y fuera del placer carnal – Y…-volvió a lamerse los labios, era un “tic” típico de ella cuando se trataban de sus nervios – yo también te amo Alaric…mí…Al…Alaric…-Suspiro para poder calmarse – Quítame el vestido ya…-susurro de repente cuando estuvo ya completamente la merced del libido, la lujuria que ambos pudieran desatar con tan solo pocas caricias que se convertirían en inmensos esfuerzos por que sus familias juntasen los apellidos, que pudieran sentirse unidos desde un punto y a partir de entonces ambos estar unidos siempre el uno con el otro. Que nadie pudiera detenerles, que nadie pudiera tener en ellos el ojo avizor por si habría baches, bueno, los habría, pero si se amaban podrían superarlo con creces, ambos seguirían juntos y nadie se lo podría impedir.
Todo había que disponerlo.
Todo había que ponerlo a prueba y si la pasaban entonces podrían pasar juntos el resto de sus vidas. Siempre juntos, siempre de lado a lado juntos ¿era pensar demasiado deprisa? ¿Era ilusionarse demasiado deprisa? Ahora que recordaba, ella creía tener secretos que no los sabía del todo. Simplemente no sabía si era verdad o no, pero sabía que era adoptada pero no sabía de quien o quien eran sus padres.
Elisha Gilmerië- Humano Clase Alta
- Mensajes : 64
Fecha de inscripción : 23/07/2013
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