"Nunca me había detenido a pensar en cómo iba morir, aunque me habían sobrado los motivos en los últimos meses [...]".

Desde que leí esta frase me quedó en la mente, quizá la vi escrita en algún libro antes de morir a la vida como la conocía y luego al releerla esta vino a mi como un recuerdo del pasado que no iba a volver.

Lejos de la soledad y la tristeza nací en una familia terrateniente, nada me faltaba. Mi lugar fue en Prusia, parte del Sacro Imperio Romano Germánico, en el seno de una familia católica. Siendo el primogénito mis funciones eran cumplir con los deberes de la familia y ser el día del mañana digno de suceder a mi padre. Tenía amigos, educación y tutores que me ayudaban con lo que no se aprendía en los institutos de formación. Pero a pesar de esto no siempre tenía la compañía de mis padres que quería, ellos siempre estaban en viajes de "negocios" como llamaban a las transacciones que hacían. Asi que lejos de ponerme mal por ello decidí hacer una vida de libertino ya de joven.

Con un grupo de amigos solíamos salir a dar vueltas por las calles del centro, haciéndonos pasar por niños normales, cambiando nuestras ropas de terciopelo por ropas de los hijos de nuestros criados. Aprendía mas en esas salidas que en el instituto. A medida que entraba a la adolescencia sentía crecer en mi algo que no tenia visto en ninguno de mis amigos, ellos se pasaban horas intentando conquistar a las hijas de sus criados pero en mi caso prefería mas pasarme horas en el hospital, donde acompañaba a los médicos en la morgue, veía como estos practicaban cirugías, y como manipulaban a los muertos del lugar. Sino directamente en la casa solía pasar horas haciendo experimentos, primero con ratas, luego con palomas y después con casi cualquier animal que encontraba en mi camino. Cuando alguno de los criados descubría mis secretos se armaba un gran revuelo donde mi padre me castigaba para luego olvidarlo todo al regreso de su viaje. Y asi pasaron los años… con esta pasión por lo macabro,  que lentamente también se volvió sádico cuando comenzaron mis primeras salidas con damas.

Incluso la primera mujer que lleve a la cama, una prostituta de un burdel del centro, se quejó por mis tratos, hay que entender que no sabía tratar con una mujer que se ocupo de manosear mi cuerpo ¡como si eso fuera sensual!… Mas adelante volví a intentarlo con otras pero empleando alguna técnica de sadomasoquismo para poder disimular mis gustos. Y ahí encontré mi respuesta...

Pero si hablamos de mujeres, podría decir que nunca sentí tanto acercamiento a una de ellas como lo sentí con una joven noruega que conocí en uno de mis viajes a ese país. Mi padre para ese entonces buscaba hacerme conocido como el sucesor de la familia Von Scharnhorst , quería incluirme en sus paseos. Con la dama teníamos una conexión difícil de explicar, generábamos un fuego intenso entre nosotros dos,  era algo que compartíamos a pesar que ella tenia ya una relación con otro hombre. Motivo por el cual tuve que abandonar Noruega muy a mi pesar sin ella. En un fugar encuentro con el hombre me dejó en claro que conocía quien era y que no dudaría en dejar a mi padre sin sucesor  y sin apellido en caso que siguiera frecuentando a su mujer.  Hoy hubiera soltado a la bestia que llevo en mis venas pero en ese entonces opté por apartarme sabiendo que mi padre no perdonaría que abandonara todo por una mujer. Decidí marcharme de allí al quinto mes y dejar la historia en el pasado. Siempre pensé que el destino me iba a dar una segunda oportunidad de volver y posiblemente asesinar al hombre con  mis propias manos frente a la cara de su mujer. Quizá ella lo considerara una locura por un tiempo, pero entendería eso como una muestra de amor. Pensamientos que se me cruzaron… el tiempo pasó sin penas ni glorias.

Hace un año, bueno, las circunstancias de la vida o el destino como le gusta filosoficamente llamar, me convirtieron en vampiro. Como a mis padres, no culpo a mi creador tampoco , es mas … a este último a veces creo incluso que le debo una. Me alejé de la familia y terminé en París por miedo a lastimarlos. El tiempo dirá que me depara el destino y en cuanto tiempo conseguiré dominar mi sed. Mi fachada aquí es la de un escritor sin compromisos y en vez de usar mi nombre me mantengo en el anonimato bajo el nombre de Julien.

DATENS