Encuentro [Marie Paulette]

Aquel dia no me habia apetecido salir de casa para nada. Ni para mi habitual paseo por las calles parisinas hasta mi adorada plaza. Me habia despertado con el ruido de los pajaros que estaban reposando en el balcon que habia en mi habitacion. En seguida vi como entraban tres doncellas para ayudarme a vestirme. Me habia levantado desganada asi que despues de desayunar me dirigi a la biblioteca que teniamos en la mansion y me puse a leer una de mis obras favoritas.
Asi transurrio toda la mañana en aquella habitacion llena de estanterias, libros escritorios, sillones y obras de arte.

Luego uno de los criados vino a avisarme de que la comida estaba lista y mientras comia algunos de esos infelices que servian a mi familia para poder sacar a sus familias a delante y llegar a fin de mes, me comento que aquella tarde habia quedado con Marie Paulette. ¡Santo cielo! Era verdad, ¿Como se me habia podido olvidar? Me arregle para salir me prepararon el carruaje y me dirigi a uno de los mejores cafes de la ciudad donde habiamos acordado vernos. Entre y uno de los camareros vino a recoger mi abrigo que colgo en uno de los percheros con mucho cuidado. Pregunto por Marie y aun no habia llegado asi que me condujeron hasta una de las mesas del fondo, una de las mejores. Vinieron a saber que queria pedir pero como buena dama bien educada dije que pediria cuando mi acompañante llegara. Asi que asi lo hice. Me quede distraida alisandome el vestido lila palido, uno de los muchos que habia encargado hacia no mucho y que ya tenia en mi armario. Luego empece a enroscar unmechon de pelo rizado castaño en un dedo y asi me que esperando.

La mañana despertaba con radiante y rápida. Sin embargo yo aún tenía sueño como para levantarme.
Espere casi hasta las 11 de la mañana para decidir bajar los pies de la cama, tenía los ojos pegados y el cuerpo adolorido. Ayer había pasado buena parte de la noche explicándole a la servidumbre como regar las vides y porque se debía hacer de noche... Era un trabajo costoso al necesitar llevar un farol y ademas muy cansador, por tener que regar planta por planta... pero bueno, el trabajo duro era de ellos y si yo me tomaba las molestias era porque realmente disfrutaba tomandomelas.

Llamé a una de las cuidadoras de mi madre para que me ayudara a vestirme. Elegí un gran vestido armado, la parte posterior era amarilla, algo escotado y con algunos moños en aplique. La pollera llevaba una enagua por abajo y era rosada. A decir verdad eran colores algo osados y chillones para la época, pero a mi me gustaban. Até mi pelo hacia arriba con flores y maquillé mi excesiva blanquecina piel.

Spoiler:

Mandé a buscar un carruaje y el chofer emprendió viaje hacia una cafetería Parisina.
Jessica me esperaba en el lugar. Ella era una de esas amigas de todos los días, mi compañera, mi confidente, mi hermana. La conocía desde hacía un tiempo, cuando ella vino de Inglaterra. No pasaba una semana desde entonces sin que nos viésemos, pese a que yo vivía mucho más a las afueras de París.

-¡Perdón por hacerte esperar!- Me disculpé mientras me sentaba frente a ella. La cafetería era lujosa, de las más famosas del Centro. Juntas en aquella mesa nos veíamos como un cuadro de época que reflejaba la alta sociedad Europea. Ambas bien vestidas y hermosas, similares exteriormente... y tan diferentes por dentro. Jessica me agradaba por su facilidad para hacer todo lo que ella quería y hacer que los demás lo hicieran también, siempre lograba lo que quería. A las dos nos gustaban los eventos sociales pero, discrepábamos en muchas otras cosas también, ella soñaba con casarse con alguien que la amara y yo ni siquiera pensaba en aquello... Pero bueno, aquellas pequeñas diferencias hacían nuestra amistad.
-No me vas a creer, tuve una noche bastante atareada...- Me tomé la cabeza que aún me dolía- Estuve tratando de explicar en la bodega como es el correcto modo de riego, a veces no me entienden pero creo que están comenzando a trabajar como se debe- Esa era otra cosa que no teníamos en común: Jessica había estudiado toda su vida y aún continuaba culturisandce. Yo, si bien no era inculta, le dí a mi vida un giro diferente encargándome del negocio de mi padre fallecido. En el último tiempo, los vinos Rothschild habían logrado llegar a diferentes países de Europa y hasta la propia realeza los consumía, eramos la vanguardia en lo que se trataba de vinificados y eso ocupaba la mayor parte de mi tiempo. A veces la pasión por lo que hacía me llevaba a convertirme en una obrera a los ojos de otros. Pero no me importaba, así era yo, pese a que media sociedad tal vez me juzgara.
La alta sociedad a la que yo también pertenecía, no estaba acostumbrada al trabajo.
-¿En que has estado vos este tiempo?- Le pregunté intrigada mientras veía como se acercaba un camarero - Un Earl Grey Tea por favor..- Pedí y miré a mi amiga para ver que ordenaba ella.

En cierto modo el tiempo que había compartido con Jessica desde que nos conocimos me había ayudado a leerle las facciones que ponía. Me era fácil darme cuenta que el leve movimiento de sus labios y sus ojos recorriendo mi cuerpo se debían por ejemplo a que mi ropa tal vez era demasiado osado para su gusto. Tuve ganas de reír de aquello que me parecía tan particular y simpático de ella que era el vivo ejemplo de la mujer de la alta sociedad.

-Sabes como soy, no creo que igual descanse mucho..- Admití, era una obsesiva con el viñedo. No podía dejarlo mucho tiempo en manos de otros sin sentirme perturbada - Ademas tengo que comenzar a prepararme para las heladas que vendrán... aún no estoy segura de como mantener a la cosecha a salvo..- Me encogí de hombros, realmente era un tema que me rondaba la cabeza con preocupación- ¡Pero dejemos de hablar de trabajo!

Acomodé mi pollera y esperé a que nos trajeran los tés. El camarero acomodó todo sobre la mesa: Dos pequeñas teteras de porcelana llenas de agua caliente, las tazas, las hebras de té y las cucharas especiales para colarlas. Las cucharitas, los terrones de azúcar y unas masitas como appeteizers.

-Muchas gracias- Pagué al camarero y mire a mi amiga mientras me explicaba que era de su vida -Está muy bien que estudies, a todos les interesa más las chicas cultas- Sonreí - Tenes que venir a ver la vinoteca que abrí en el centro... ya la inauguré, de seguro será de tu agrado - Tenía más cosas que contarle... hacía poco me había encontrado con Cherise, una vieja amiga de la infancia que ahora era cortesana... sabía que a Jessica no le agradaría que me juntase con ella y temía también que se pusiera celosa..
-También me reencontré con una vieja amiga esta semana.. ¿Recuerdas a Cherise, la niña de la que te hablé?- Le dí un sorbo a mi té nerviosa, tenía deseos de juntar a mis pocas amigas en un pequeño festejo pero temía que entre ellas se juzgaran y no se llevaran bien...
Principalmente temía por Jessica, que era de mis mejores y más importantes amigas... pero su nivel de tolerancia era bajisimo.