Una amistad curiosa y un secreto importante [Priv. Camila]

por **Yuna Rutledge** Lun Mar 03, 2014 2:46 am

Nunca es largo el camino
que conduce a la casa de un amigo.
Juvenal

Se sentía incomoda, era evidente. Incluso cuando la modista que Hero contrató procuraba evitar los diseños clásicos y optar por algo sencillo, fresco y alegre, cualquier vestido "decente" resultaba extraño para su cuerpo. Se veía más esbelta y ya no lucía como un duendecillo atrapado entre capas y capas de ropa, y colores como el dorado y el verde resaltaban su piel y sus ojos. Pero, debía añadir siempre detrás de estos elogios, el corsé la ponía de mal humor. Esa tarde vería a una mujer a la que apenas había visto con anterioridad, pero que de verdad tenía ganas de conocer; se trataba de una dama de sociedad, ni más ni menos, una amiga de Hero que parecía tener no sólo su afecto, sino una gran lealtad y confianza. Por ello, aunque la falda le estorbara para moverse y el corsé dificultara su respiración, se vistió de la manera más normal en cuestión a la tradición francesa de esa época. Un vestido blanco, inocente y alegre.

Incluso su cabello, que poco a poco iba creciendo hasta tocar sus hombros, estaba recogido en un precioso tocado y con algunas perlas (imitaciones, esperaba) incrustadas en él con horquillas. No estaba segura si Hero sabía sobre aquel encuentro. A decir verdad, hacía cierto tiempo que no lo veía en la mansión. Debía una buena y larga conversación con el vampiro, pero esa la tendría después. Ahora debía encontrar a la hermosa rubia de mirada audaz entre la multitud. La gitana se sentía nerviosa aguardando ahí, junto a un edificio de aspecto intimidante. Nunca le resultó tan aterradora una calle de París, pues jamás había vestido como gadji sin estar cometiendo un "asalto" (como la vez que se coló en una fiesta en el Palacio Royal o cuando robó aquel abrigo de piel en el teatro).

Esto era diferente. Estaba ahí de manera "legal", por decirlo de alguna forma. Esperaba a una dama de buena reputación con el único fin de pasear y charlar juntas. Entonces, ¿por qué se sentía como una intrusa en ese vestido? ¿Por qué creía que Camila la trataría como un bicho raro? Sin Hero ahí para jalarle las mejillas y decirle lo tonta que era por pensar algo así, estaba al borde de la locura.

— Camila, llega pronto. —rogó entre murmullos, con ese viejo hábito suyo de hablar sola. Miró a la distancia en busca de aquella cabellera por poco platinada, y en cuanto la divisó (nunca se explicó qué la impulsó a hacer algo así) se lanzó a sus brazos como una hermana menor aterrorizada.— ¡Que bueno que has llegado! —exclamó, con una mezcla de alivio y júbilo. Sin duda, Maia Roham era una exagerada profesional, y por eso su vida era tan complicada.

por **Thalie De Rose** Dom Mayo 18, 2014 9:38 pm

La amistad profunda implica el riesgo de dejarse conocer y abrirse.
Enrique Rojas

La emoción rondaba mi cuerpo, como cuando se es un infante que ira a algún sitio por primera vez. Aquella era efectivamente una primera vez para algo que suponía sería bastante especial y por eso es que además de la emoción me sentía nerviosa. El tiempo desde que Hero y yo fuésemos al circo gitano era parte de un pasado lejano; resultaba ahora algo extraño que él no temiera más a los gitanos y que de hecho se hubiera convertido en amigo de una mujer que formaba parte de ellos. Mi querido vampiro había hablado maravillas de ella así que no pude negarme a la curiosidad y las ganas de conocer por mi propia cuenta a esa mujer que se ganó los afectos de Hero.
A simple vista y con lo poco que fui capaz de ver a Maia notaba sus buenas intenciones y su energía alegre, así que razones de más para desear salir una vez a solas con ella y poder conocer un poco más de ella.

Entre el que quería lucir decente y la salida del trabajo, sabía que llegaría tarde para la reunión. No demasiado, pero si lo suficiente como para que cualquiera creyera que no asistiría a aquella reunión. Por segundos me había visto tentada en cambiar a mi formas animales y apurarme de esa manera, todo porque gracias a las recientes compañías y salidas con Keath se me hacía relativamente más veloz, cómodo y divertido llegar en una forma animal y salir con él a pasear como fuera, el detalle en esta ocasión radicaba en que no me vería con Keath, sino con Maia.
Apure el paso tanto como pude para llegar al punto de reunión, pareciendo un tanto grosera al avanzar entre las personas, pero era una mujer con una misión importante y esa era, no abandonar a Maia mucho tiempo.

Cerca del lugar de la reunión y más allá de las personas que caminaban pude divisar a la gitana en un bello vestido, era complicado pensarla como una gitana pero Hero tenía ese particular gusto por llevar personas para arreglarnos cual muñecas. Mi vestido estaba lejos de compararse al suyo, era de un color verde oscuro y mis cabellos iban en un sencillo recogido que dejaba algunos cabellos sueltos.
Una sonrisa surco mi rostro cuando nuestras miradas se encontraron y como si fuera la gran salvadora del mundo, Maia se lanzo sobre mi.
– Lo lamento, me retrase al salir del trabajo – no pude evitar abrazarle ya que estuvo cerca de mi – Te vez preciosa, espero ningún hombre se acercara a querer molestarte. No pueden ver una mujer tan bonita como tu y no ir tras ella – solté una risita divertida antes de mirarle – Me da gusto poder verte Maia y que finalmente vayamos a ser capaces de ir a algún sitio nosotras juntas. Y bien, ¿Cuál será nuestra primer parada? – una sonrisa juguetona apareció en mi rostro, tenía ya bastante tiempo sin querer formar una amistad con alguien como con esa gitana.

por **Yuna Rutledge** Miér Jun 18, 2014 5:57 pm

Algo le quedó muy claro cuando Camila de Rose llegó a ella y aceptó su abrazo: Era una buena persona. Ya sabía que no todo se limitaba al bien y al mal; su amistad con Hero era la prueba misma de ello. Sin embargo, tenía sus dudas sobre el cómo podía ir aquella reunión si tomaba en cuenta la clase social a la que pertenecía Camila. Sí, no era millonaria, pero tenía un aire tan refinado que de no ir vestida como muñequita de porcelana, se habría puesto roja de la vergüenza. Ella iba muy guapa, y por primera vez admiró una cabellera dorada. (Ahora entendía ese gusto de Hero por las rubias).

— No te preocupes. —Le pidió con una sonrisa tímida, y se echó a reír en cuanto escuchó sus ocurrencias. Sin duda, tenía sentido del humor, y era muy, muy amable. Se apartó un poco para verla mejor; no a sus ropajes, aunque sabía que estaba elegante, sino a su rostro. Su expresión era la de una mujer contenta, si bien, aún le quedaba muy por descubrir.— Te apuesto que cualquier hombre que se me acercara con esa intención se daría una decepción tremenda. En todo caso, estando contigo tendré que cuidar nuestras espaldas. —Le apuntó en broma, aunque no dudaba que tuviera muchos pretendientes. A decir verdad, no estaba muy segura de a dónde quería ir a partir de ahí, pues en ese momento lo que más se le antojaba era platicar con la rubia. Le dedicó una lenta y cálida sonrisa, de esas que sólo obsequiaba a gente paciente y generosa.— No sé si te parezca caminar un poco. —Ladeó la cabeza y le señaló las interminables calles de París, que a esa hora estaban perfectas para un paseo (Con sol y sin tráfico).

Más pronto que tarde la gitana se dio cuenta que le había cogido confianza a Camila. Se dispuso a caminar a su lado, manteniendo una distancia apropiada para la época, pero con una sonrisa que distaba mucho de ser forzada. Estaba demasiado alegre, y le era imposible ocultarlo. Apretaba las manos con la esperanza de reprimir palabras exaltadas, pero al final a los pocos metros, soltó:

— Estoy muy contenta de conocerte, Camila. —La miró un poco hacia arriba, por su baja estatura.— Quiero decir, Hero me ha contado tanto de ti... cosas buenas, claro. Es que... creo que no había podido hablar con nadie acerca de él, ¿sabes? —Le confesó, bajando la mirada al suelo. Hasta ese momento no había pensado todo lo que había callado con respecto al vampiro; su existencia, su naturaleza, así como su bondad y humor.

por **Thalie De Rose** Dom Jul 27, 2014 1:15 pm

La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud.
Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.
Aristóteles

Maia era tan natural que era imposible no sentir comodidad a su lado. Me alegraba de que Hero hubiera superado entonces su temor por los gitanos, aunque aún no estaba segura de si era por todos los gitana o solo por la joven que ahora me hacía compañía. Por la razón que fuera, el vampiro no había podido elegir una mejor persona que Maia, de eso estaba completamente segura. Respondí a su abrazo sin dudar un instante, me gustaba esa clase de contacto con gente tan agradable como ella lo era y de esa forma, me sentía un poco más cerca y unida a la gitana.

– Claro que no se llevarían una decepción, eres mucho más linda que cualquier otra de por aquí – dije en voz alta, notando las miradas de reproche de algunas mujeres que se encontraban cercanas y que no coincidían con mi punto de vista, igual, no era que me preocupara mucho por lo que desconocidas pensaran, para mi, Maia era la más bonita y no aceptaría un no como respuesta. Solté una risita ante su comentario – Conmigo definitivo se llevarían una decepción los hombres, no estoy disponible para nadie – De eso si no tenía la menor duda, y ¿Cómo tenerla? Al pensar en hombres en único que se me venía a la mente últimamente era Keath y Hero claro estaba. Aquel vampiro era demasiado especial para mi como para dejarle de lado – Pero si alguien se nos acerca nos defenderemos mutuamente, después de todo esta es una salida de mujeres – Sonreí. De verdad que era agradable saber que saldría con alguien diferente, una nueva amiga en potencia a la que deseaba mucho conocer como era debido.

Asentí a su propuesta. Caminar era uno de mis pasatiempos favoritos, mucho más cuando se tenia una compañía tan agradable como lo era ella.
– Por supuesto, me encanta esa idea – y sin aguardar mucho más tiempo emprendimos el camino por aquellas calles. Llevábamos poco camino recorrido cuando la voz de Maia rompió el silencio que apenas se formaba entre nosotras. Era imposible no sonreír cuando se notaba tan llena de energía y mucho más imposible cuando de sus labios salía el nombre de Hero – A mi también me ha dicho muchas cosas buenas de ti Maia y estoy segura de que todas son verdad. Te has ganado el cariño de Hero y por ese motivo el mío también – le era sincera, cualquiera que hiciera feliz al vampiro, me haría feliz a mi.

Podía comprender a la perfección lo que a gitana sentía. Yo tampoco había tenido muchas personas con las cuales hablar de Hero, quizás la ultima a la que le contara algo de él hubiera sido Maryeva y de eso, ya pasaba algo de tiempo.
– Ahora podemos hablar de él entre nosotras, seguramente de estar aquí preferiría hablar sobre nosotras – reí – ya sabes como es él. Pero Maia, ya se la historia de como se conocieron según Hero ¿Me contaras tu la historia? – le mire y junte las manos cerca de mi pecho, como implorando porque me contara lo que deseaba saber – es que me gusta escuchar esa clase de historias – Era divertido saber el punto de vista de dos personas que se quieren y a las cuales tu también quieres. Estaba tan concentrada en la charla que comenzaba a surgir que olvidaba por completo a donde nos dirigíamos, o si teníamos un rumbo fijo. Mis pies únicamente seguían el rumbo que Maia indicaba.

por **Yuna Rutledge** Jue Jul 31, 2014 7:25 pm

Aunque se consideraba a sí misma una mujer especialmente distraída y torpe, cuando consideraba estar teniendo una charla amena era muy observadora. Leía entre líneas y no pasaba por alto las facciones de su acompañante, y se sintió feliz de que ésta aceptara pasear a su lado en por un rumbo indefinido. La castaña apenas ponía atención a sus propios pasos, pues le fascinaba la belleza de Camila. No le sorprendió, entonces, descubrir que había alguien que pudiera estarla extrañando en esos momentos. Timidamente escondió un sonrojo al pensar que, probablemente, se tomaran de las manos, se abrazaran e incluso se besaran. Era extraño tener formas tan inocentes cuando su vida estaba infestada de libertinaje.

— Según los Rom, que es como suelen llamarnos a los romaníes en esta parte de Europa, pasear anima cualquier conversación y es mucho más fácil conocerse entre sí. —Comentó despreocupada, levantándose la falda en el momento que pasaba por encima de un charco. Omitió, por supuesto, que el refrán incluía paseos por el bosque a altas horas de la noche, con el fin de disfrutar las estrellas. No parecía muy apropiado.— Supongo que para este tipo de paseo, no necesitamos la intervención masculina. —Le miró de reojo con una sonrisa elocuente. Suspiró con resignación cuando la rubia hizo mención del carácter del vampiro.— A veces creo que Hero fue una madre en su vida pasada. Y aunque lo adoro, creo que me distraería demasiado para hablar tranquilamente contigo. —Sus ojos mostraban una calidez especial.

Cuando siguió escuchando a Camila con suma atención, pero le echó un vistazo a la calle por la que iban y se dio cuenta que era mejor evitarla a toda costa. Conocía muy bien esa zona de París, pues sólo ahí había podido sobrevivir a base del robo y el trueque. Como si fuera lo más natural del mundo, tomó el brazo de la rubia y con mucha delicadeza la guió hacia una avenida mucho más tranquila.

— Yo... —Vaciló, no muy segura de querer mostrar un semblante melancólico. Con una sonrisa tristona, ladeó la cabeza y se detuvo bajo la sombra de un precioso edificio de balcones repletos de flores y una fachada cálida; posó la mano sobre una placa dorada.— Podría decirse que soy el resultado de una madre de clase alta y un gitano muy carismático. —Su sonrisa se volvió ligeramente ladina al recordar la animosidad de su padre.— Como era de esperar, las cosas fueron turbias los primeros años. Vivía con mi madre y no conocí a mi padre sino hasta los cuatro años, cuando... —Volvió a suspirar, levantando la vista hacia unos niños que a lo lejos se notaban solitarios y hambrientos.— Apenas la recuerdo, pero... —Miró a Camila y volvió a sonreír un poco.— A decir verdad, me recuerdas un poco a ella. Era muy rubia y un poco pálida, pero tu tienes unas facciones de más carácter.

por **Thalie De Rose** Miér Ago 06, 2014 4:20 pm

– No me cabe la menor duda al respecto de esas palabras, caminando es como me he conocido con muchas personas antes y seguramente seguiré conociendo a más personas de esa manera – suspire al pensar en todos cuantos conocí de esa forma – De esa misma manera es como me tope con Hero en un inicio – hacía ya tanto de eso, pero mis recuerdos eran tan claros como la primera vez que andaba por los bosques, cerca de su casa y que fui tan amablemente invitada por él para comer. Desde ese momento en adelante, él se convirtió en un pilar en mi vida – y fue lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo junto a alguien más – le mire con la sonrisa en el rostro y la felicidad recorriendo todo mi cuerpo.

Reí ante la manera en que se expresaba de nuestro apreciado vampiro, no podía negar de ninguna manera las palabras de Maia porque ciertamente Hero parecía una madre, preocupado de más por algunas cosas que otros no verian.
– Definitivo, a mi hasta me ha dado para que lleve su propia sangre. Dice que de esa manera puede saber donde estoy y que de ser necesario me ayudara a curarme – suspire – es demasiado bueno para su propio bien, aunque también es cierto que si estuviera aquí no podríamos hablar tan tranquilamente – no estaría entre nosotros y sin embargo, podía sentir que parte de sus pensamientos y presencia se encontraba cerca; cuidando de ambas.

No preste atención de a donde nos dirigíamos y me deje guiar por la mano de Maia, confiando plenamente en ella y en que solo prefería ir por otro sitio en lugar de la calle a la que nos llevaban nuestros pasos en un principio.

Las historias siempre eran agradables, daban a conocer un poco más de lo que guardábamos en el interior y la sinceridad de Maia para hablar de lo que era su pasado ante mi hacía que quisiera abrazarle durante un buen rato. Una de mis manos le pellizco la mejilla de manera suave, sin hacerle daño y en un gesto de cariño.
– Tus padres debieron ser asombrosos para tener a una mujer como tu, no importa cuanto tiempo estuvieras o no con ellos, gracias a ellos eres Maia y gracias a ellos es que pude conocerte – sonreí al saber que le recordaba algo a su madre – deberías ver a mi madre entonces, ella es muy parecida a mi solo que mucho más protectora y le gusta tener gente a su alrededor – suspire – ojalá pudiera ella conocer a todos quienes son importantes para mi – Tenía ya un tiempo sin saber de mi madre, las cartas se habían vuelto mucho menos frecuentes porque ambas sabíamos que estamos bien, nuestros sentidos lo decían y por eso es que no temíamos.

Un poco más delante de donde estábamos, había una fuente. Una de esas a las que las personas lanzaban francos con la intención de obtener un deseo y de la manera más natural posible tome la mano de Maia y la guié hasta donde la fuente se encontraba. Algunas personas estaban alrededor, observando fijamente sus monedas antes de lanzarlas a la fuente.
– Lancemos una moneda cada una ¿Quieres? – mi entusiasmo en algunos casos rayaba en lo infantil y ese era uno de esos instantes. Saque un par de monedas y le ofrecí una a mi acompañante, en lo que mi mente ya rondaba entre que era lo que pediría, a pesar de que no se cumpliera.

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