En un jardín secreto [priv]

por **Ásbjörn y Sylmeria Dogli** Miér Nov 26, 2014 8:29 pm

Solo quedaba él.

Desde que habían huido de Austria, las cosas habían ido a mejor cuando se encontraron con los hermanos. Sylmeria estaba a salvo y su embarazo iba a mejor, las cicatrices causadas por una anciana loca se estaban curando y habían contratado a gente habiéndose asegurado de que eran de fiar. Parecía que todo iba como la seda excepto para Asbjörn quien parecía tener pesadillas cada noche, quien desde que se fueron de Austria todo para él lo veía negro y sin salida. Comenzó a tener insomnio, había suerte y por las noches dormía unas horas, apenas comía. Estaba siempre cansado en la cama. Entonces una tarde decidió salir sin que su hermana le acompañara, se fue sin decir adonde fue.

Conforme sus pies le llevaron tras un largo paseo, llego hasta la entrada sur de Paris tras reconocer un camino que llevaba al jardín botánico y para adelante el centro de Paris, pero continuo caminando por donde estaba, cruzándose con hombres uniformados de negro y escopetas al hombro, hombres vestidos de oscuro pero con un casco policial, ah, la comisaria para después encontrarse con gente que se dirigía al albergue para poder tomar cobijo de las noches que refrescaba ahora en verano. Seguía caminando y escucho a la gente gritarle para que se apartara de en medio, él lo hizo sin rechistar pues a vista de otros era un vagabundo con ropas raídas.

Acabó frente a las puertas del jardín botánico, un sitio en donde solamente una persona puede elogiar las plantas como se debe. En eso su hermana era una experta y él mismo no tenía experiencia alguna en plantar ni si quiera una maceta y esperar a que crecería. Todo había pasado tan rápido, que no se había parado a pensar en como volver a ser quien pueda heredar el trono. ¿Qué estaría haciendo su tío? ¿Qué le habrá pasado al Imperio? Seguramente habrá contratado a alguna marioneta para que gobierne en su lugar. Típico de él.

El mediodía no era como los días normales. Estaba cubierto por espesas nubes como la confusión que había en su cabeza. Se sentó en un banco de madera que había a mitad de un camino a la vuelta que iba hacia las afueras de Paris. Solamente tenía en el bolsillo unos cuantos francos y su boina de pobretón que le sentaba bien con su atuendo de pobretón. Engañaba fácilmente y él estaba perdido. No había vuelto a ver a aquella joven que llevo en brazos de vuelta a su hogar. ¿Quién querría verle? O ¿Cómo seguía hacia delante?

por **Autumn Di Moncalieri** Dom Nov 30, 2014 5:40 pm

La aventura del día no llego a su vida esa mañana y por eso era que de manera aburrida Roxanne se internaba en el jardín botánico.
– Día aburrido, lugar aburrido – dijo para si misma mientras que recorría aquel lugar lleno de verde y vida. Vida era lo que necesitaba ella, aventuras y nuevos sitios que recorrer, así como nuevas cosas que hacer. De seguir en ese estado en que se encontraba actualmente terminaría por hacer alguna tontería solo para conseguir algo de emoción en su vida. Así era Roxanne, pues las influencias de sus primas eran profundas en ella y desde un inicio y cuando era más pequeña, se esforzó por ser igual a ellas. Ahora, para desventura o fortuna era mucho más arriesgada que ellas y conocía cosas que quizás sus primas solo en sueños serian capaces de ver. La misión de la vida de la joven estaba ya cumplida y eso en lugar de ser algo bueno, resultaba malo. La falta de motivación le estaba llevando a ser mucho más imprudente, al punto de haberse quedado fuera de casa.

Suspiro con evidente aburrimiento. De haber querido encontrar nada que hacer se hubiese quedado en el hotel, que ahora era su hogar. La francesa se había dejado llevar por la idea de que estar a solas unos días sería prudente para ella y sin pedir opiniones se fue a permanecer algunas semanas en el hotel des arenes. Ahí tenía completa libertad para hacer lo que se viniese en gana y nada, ni nadie podía detenerle.

Comenzó a tararear las notas de una pieza que se suponía debía aprender al piano y sin fijarse mucho y enfadada de andar vagando sin encontrar nada, tomo asiento en una banca, al lado de quien pareciera ser algo así como una persona que no corría la misma suerte que ella con respecto a las clases sociales. No le importo tomar asiento a su lado, solo quería contemplar un rato el paisaje en lo que se decidía a darse por vencida y regresar de una vez por todas al hotel. Allá seguro que encontraba algo más interesante que hacer.
– Aburridoooo… – menciono en voz alta, pese a que el comentario era solo para ella misma.

por **Ásbjörn y Sylmeria Dogli** Lun Ene 26, 2015 6:39 pm

-¿Qué pasa chica? ¿No hay nada que te guste? –Pregunto sin mirar hacia atrás y fijándose en aquella que alardeo de su estado anímico en alto. No pudo más que recostarse sobre el respaldo de la banca. Se quedó observado a la pobre muchacha que caminaba hacia la salida y se preguntó si debería acercarse. Seguro que le miraría con asco como el resto de la gente estaba haciendo. Si, seguro pero nadie sabía que él era un príncipe derrocado.

La historia era que nunca conseguiría nada por el mismo, ya no ya que estaba prácticamente solo en el mundo. O bueno, estaba con su hermana quien finalmente abortó pero sin su consentimiento. Todo se estaba descontrolando. Ella estaba débil y él aun encontrando la manera de seguir hacia delante en busca de una forma de venganza. Debería de estar ayudando a su hermana y que ambos empezaran una nueva vida.

-Perdona –se acercó a la chica y termino por ponerse delante de ella, acorralándola contra una columna y dejando pasar a una familia con sus hijos, entonces él se quedó observando por encima de la muchacha y cogió a una araña inofensiva y se la mostro – Mira, parece que le gustas en realidad – Termino por mostrársela un poquito más cerca de donde estaba ella observándole, sonriendo y sin movimientos bruscos dejo al pobre insecto sobre una de las macetas que adornaban el invernadero.

-Me llamo Ashtor, solo eso puedo decir – No dijo su nombre verdadero porque ¿para qué? Seguramente si lo usaba podría tener una vida mejor, empezar de cero. Era peligroso si le decía la verdad, al menos por el momento. No sabía ahora mucho que puede hacer con su verdadero nombre. Posiblemente yendo con un nuevo nombre podría evitar todo enfrentamiento que le pudiera llevar a una vida peor. Dios, todo era demasiado complicado ¿Dónde estaban situadas las plegarias desde que llegaron ambos a Paris? ¿Seguramente había un Dios en todo esto?

por **Autumn Di Moncalieri** Miér Ene 28, 2015 10:29 pm

Lo que buscaba no era precisamente una conversación con algún desconocido, pero tampoco podía quejarse. La vida le regalaba una oportunidad de encontrar algo divertido que hacer, quizás como una simple muestra de pena por ella y de su carente suerte en ese día. Así que de algo a nada, mejor conformarse con lo que veía a ella. Los ojos de la joven analizaron a quien fuera ese hombre. No lucía del todo horrible pero era definitivo que las ropas que llevaba no ayudaban para nada; cualquiera se alejaría de él en su sano juicio, pero Roxanne no tenía un buen juicio, ni nada mejor que hacer.
– No, nada me gusta y desde hace un buen rato que vengo buscando algo que de verdad me agrade. Parece ser que el mundo conspira hoy en mi contra para que no encuentre nada – dijo sin más, con total sinceridad ante aquel hombre que era un perfecto extraño.

No existió entonces nada más que decir o hacer y pensaba irse cuando fue acorralada por aquel sujeto.
– ¿Qué? – le miro con los ojos bien abiertos, sin comprender que era lo que pasaba ni que era lo que aquel desconocido iba a hacerle, pero entonces la mano masculina fue más allá de ella y tomo una araña. La joven se sintió una chiquilla asustadiza y termino por reír cuando fue capaz de ver claramente aquel animalejo que era alejado de ella – Bueno pues, le agradezco que sienta atracción por mi pero a mi no es que me gusten mucho los arácnidos – se tomo la libertad de poner su mano en el pecho ajeno y empujarle suavemente para que le dejara más espacio entre ellos. Generalmente no le molestaba la cercanía pero en un caso donde eran dos desconocidos y estaban en un lugar público lo mejor era mantener algo de distancia por el bien de ambos, sobre todo considerando que las apariencias de ambos eran diferentes y cualquiera pensaría que aquel hombre le atacaba a ella de cierta manera.

Sonrió de manera sincera. Escucho el nombre de aquel sujeto que dejaba ya de ser un completo extraño.
– Un placer Ashtor, mi nombre es Roxanne – los ojos de la castaña fueron de un lado a otro – Gracias por alejar la pequeña araña de mi – rió – me has salvado la vida y te lo agradezco – dijo usando un tono más bien cómico, para después cambiar a un estado más serio y agregar – ¿Gustas pasear un rato conmigo? La verdad es que no tengo nadie con quien ir a ningún lado.

por **Ásbjörn y Sylmeria Dogli** Miér Feb 25, 2015 2:45 pm

Observo detenidamente a la mujer de arriba abajo. Se quedó pensando en sí debería de hacer algo “más” que personal con ella. Se guardaría eso para más tarde –Claro, no tengo nada mejor que hacer – Podría haber resultado algo cómico o posiblemente algo sarcástico, si, venga, ahora la cosa se podría poner sarcástica – Debe de ser una planta demasiado venenosa para que se queden a su lado por mucho tiempo –Dijo Ásbjörn con una gran sonrisa en la cara – Yo soy…del tipo más único, soy un tipo en extinción – Se reajusto la chaqueta de “plebeyo” que portaba esa tarde y soltó una risa, un niño se chocó contra sus piernas, este huyo y siguió su camino hacia su madre, Ásbjörn siguió al lado de Roxanne – Roxanne, ¿Puedo llamarte Rox? O ¿Xane? O ¿Oxa? –Se estaba haciendo el gracioso con ella esa mañana ¿pretendía agradar a su acompañante? A lo mejor estaba yendo por un camino incorrecto en el que podría estar poniendo en evidencia a Rox o Xane – Será otra ridícula pregunta pero seguramente es obvia y a decir de su mentón estilizado y su mirada separada podría decirse que es de por aquí o ¿me equivoco? –Junto las manos hacia atrás, observando el aburrido paisaje de las flores y solo llegaba a suspirar a cada esquina por la que pasaba junto a Roxanne.

-¡CUIDADO! –Agarró de la cintura a Roxanne, elevándola unos centímetros del suelo cuando de repente a un encargado del jardín botánico se le caía un par de plantas. Ásbjörn observó al pobre becario que al parecer había entrado a trabajar recientemente, pero Ásbjörn tenía un problema no tan aburrido entre sus brazos, elevándola centímetros del suelo. Probablemente porque estaba acostumbrado a su hermana que odiaba mancharse de tierra cuando daban paseos en el jardín botánico, precisamente por las que estaban en el exterior y no en el interior.

Bajó lentamente a Roxanne al suelo pero no la soltó. Sonrió socarronamente y con una amplia mirada le quito un poco de tierra de su mejilla – Vaya, aquí deberían de…-siguió con la sonrisa puesta en su rostro – hacer un repaso ¿No crees? ¿Rox? –La risa se detuvo pues ese momento en el que estaban pegados el uno con el otro era delicioso. Ásbjörn se acercó a ella un poco más acercando la mano, pero la mano fue directa hacia una de las rosas que habían cortado pero abandonado, la acercó para Roxanne y enseguida le ofreció el brazo tras separar ambos cuerpos del uno del otro.

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