Una fachada familiar (PRIVADO) Bard Blase

por Invitado Sáb Abr 12, 2014 11:09 pm

El tiempo siempre es algo relativo, se marca en segundos, minutos y horas, las horas forman días y los días semanas, estas a su vez corren a prisa creando meses y cada 12 meses transcurridos conforman un año y así el tiempo se vuelve una medida, que marca no solo estadía en la tierra, también la clase de sucesos y cosas extrañas con las que te puedes topar. Los primeros años de mi vida llegaron a ser muy complicados, para después convertirse en algo brillante, tanto que no medía la intensidad de aquel resplandor hasta que sentí quemar mi interior… luego la tragedia, de la cual pude ser rescatada y después la travesía en busca de una vida nueva, de una vida donde debía comenzar de cero.

Tres años habían transcurrido ya desde ese día en que una persona me había privado de mi libertad, tres años de lucha constante y sacrificios enormes, ahora trabajaba entregando pedidos en una panadería cercana al centro de París, la paga era poca, pero al menos tenía un lugar donde dormir y comer. Mi aprendiz como panadera fue en evolución hasta que poco a poco comencé a hacerme de mis recetas y tener clientes que las pedían, la panadería Lovercraft, era parte de mi. La dueña del lugar se llamaba Adeline Lovercraft y ella me había adoptado como su hija en estos 3 años pero no contaba con que su tiempo en la tierra terminaría tan pronto.

Ese viernes su muerte fue inminente a pesar de que los doctores lucharan por salvarla, una enfermedad extraña se la había llevado y por esto yo heredaba su casa, la panadería y el resto de sus cosas. Azul Lovercraft, la hija de la panadera… Esa era yo aunque me costara a veces reconocerlo. Después de darle sagrada sepultura me dirigí a casa pero no era el mejor lugar para estar, por lo que salí y comencé a caminar por las calles sin rumbo alguno hasta que llegué a una calle que me resultaba familiar.

La calle estaba algo destrozada por el paso del tiempo y las casas en esa zona parecían embrujadas, pero había una en el fondo alejada de todas que llamaba más mi atención, camine hasta ella y al estar cerca vi la puerta de la entrada abierta, dicen que nunca debes tentar a tu suerte, pero hice caso omiso de eso y entré al lugar, algo ahí me decía que yo había estado ahí antes, pero no lograba recordar nada.- ¿hola?.- Pregunte mientras caminaba por el pasillo que llevaba a la sala, lo sabía bien, pero… mi mente no me dejaba recordar más. Pasé frente a un espejo algo sucio y mire mi reflejo, en ese momento una imagen mía, de más joven me hizo detenerme en seco.-No puede ser….- murmure al recordar que sitio era aquel