AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
2 participantes
Página 1 de 1.
Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
El perfume anuncia la llegada de una mujer y alegra su marcha.
Coco Chanel
Coco Chanel
Me había tardado más de lo esperado en tomar la decisión, tanto que tras unas semanas sin noticias mías, habían acudido personalmente unos sirvientes de Deiran Chassier a darme en mano personalmente sus misivas. En ellas me decía que deseaba contar conmigo en su empresa y hasta en una ocasión, tras que yo le enviara mi respuesta y intuyendo en mis palabras el dolor que me daba el separarme y dejar a mis padres solos, envío una carta a mis padres contándole de un acuerdo provechoso para ambos, en el que él como dueño de Camelia Vinns compraba una parte de los vinos di Bella, saldando así la deuda de mi familia que al paso de los años había ido en aumento, y a la misma vez, se comprometía a ayudarlos sin contar con los beneficios que obtendrían de estar aliados con ellos, tanto en publicidad como en renombre. A cambio solo y exclusivamente de su ayuda, del acuerdo entre ambas casas de vinos era mi inmediata integración en su equipo, como su mano derecha, como su nueva importante colaboradora y aprendiz. Para mi familia la decisión estaba clara. Si me iba con ellos, aprendería de los mejores, estaría bajo la tutela y el cuidado de los Chassiers. De Deiran y al paso del tiempo podría llegar a ser como él o hasta más, en el caso de que de verdad me ayudara a potenciar mis habilidades y en mis averiguaciones. Y sin embargo para mí, no todo estaba tan claro. Debía dejar mi tierra, mis viñas donde de pequeña corría y me escondía. Me iría de la tierra en la que me sentía segura, trasladándome a Paris, donde la población era más elevada y donde uno de clase baja o media, se sentía inseguro. No tenía buenas noticias o habladurías de ese lugar, excepto de los bellos y verdes paisajes que se extendían por colinas y bellos bosques con un encanto rozando lo mágico.
Tras unos días de presión de mis padres por que le diera una respuesta al señor Chassier satisfactoria, y unas visitas de su mayordomo, como de una invitación a su mansión allí en Italia, la misma que había pisado por primera vez el día de la reunión del sector de los vinos para conocer mejor los orígenes de él y en la que seria en todo momento guiada por su mas antiguo empleado y amigo de la familia, acepté y la carta con mi beneplácito y el acuerdo de ambas familias pronto dio cabida en mi agenda, hasta acercarse vertiginosamente el día de mi partida.
Demasiado pronto mi partida llegó, desde entonces me esperaban unos días de recorrido, en el que me hospedaría en las noches en los mejores hostales. Solo serían tres días con sus noches a fin de cuentas, no sería tanto tiempo. Con una triste sonrisa me pasee en la mañana temprano por mis viñas. Corrí como de pequeña entre ellas, ensuciándome mí vestido por última vez con el color púrpura de los racimos y de las huellas de mis perros que contentos siguiéndome, se alzaban sobre mí. Riendo caí al suelo junto a ellos aprovechando aquellos últimos minutos. Tras que mi madre se escandalizara por verme tan sucia, rápidamente me mandó a arreglarme y tan solo terminar de prepararme fue que el gran carruaje apareció tirado por cuatro bellos oscuros corceles. Con el corazón triste me despedí de todos y mandé a cuidar y a sacar a pasear cada tarde mi blanca yegua por los jardines en mi ausencia, sin saber si podría algún día llevarla allí o si en París tendría alguna oportunidad de cabalgar por los pastos verdes. A fin de cuentas iba a trabajar, a aprender. Acaricié las crines majestuosas de los oscuros corceles y tras una breve mirada a Brianna, mi yegua que había salido a mi cercado y me miraba como despidiéndose de mí, entré en el carruaje, me cerraron las puertas y al instante empezamos a alejarnos de mi hogar, mientras yo miraba por la ventanilla hasta que los árboles impidieron su vista.
El camino se hizo largo, por suerte había llevado de libros con los que distraer mi mente y en las noches en los hostales me acompañaban los sirvientes de Deiran que en el viaje me acompañaban. Reí junto a ellos, y también bailé. Hasta en la última mañana del viaje me dejaron cabalgar en uno de aquellos ejemplares que tiraban del carruaje. Al sentir el aire acariciar mi rostro de nuevo volví a sonreír. Y así volviendo el caballo a su enganche, pasé el ultima día de viaje medio adormecida en los asientos, hasta que las luces de las calles de París, recién entrada la noche me despertaron. Abrí las cortinas de una de las ventanillas y observé lo que ahora seria mi hogar, por no sabia cuanto tiempo. Todo dependería de Deiran y lo que él dijera.– Deiran… - Suspiré su nombre y recosté mi cabeza en la ventana en lo que pensaba en él y enrojeciéndome me acudió aquel, mi primer beso a la memoria. Sonreí tontamente y al instante negué con la cabeza y fruncí el ceño con cierta molestia. Debía pensar en él como jefe, maestro… mi protector en lo que durara mi estancia en París. Aquel beso no se iba a repetir, por más que mi entristeciera, había ocurrido una vez y ya solo me quedaba recordarlo. Perdida en mis pensamientos, ni cuenta me di que habíamos llegado, hasta que el carruaje se detuvo y tras unos segundos un rostro conocido abrió la puerta para mí y me miró.
– Deiran. – Le llamé feliz con una voz parecida a un dulce suspiro acompañándolo con una sonrisa. Era hora de enfrentar mi nueva vida, para bien o para mal, ya me encontraba allí.
Elisse di Bella- Humano Clase Media
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
El éxito trata de superarse a sí mismo, el reto trataba de elevarse sobre el logro del que se gozaba, mejorar con cada paso, no era algo dentro de las posibilidades dejar de sorprenderse a sí mismo, la competencia crecía a mi alrededor pero estaba claro que mis vinos eran de los mejores, calidad, encantar el paladar del cliente , presentación y una exquisita experiencia hacia los viñedos donde se cultivaban las uvas para darle el toque que tanto gustaba a mis consumidores, pero necesitaba llevar todo lo que representaba Camelia Vinn a otro nivel, el saber que los vinos Di Bella contaban con ciertas técnicas que los hacía irresistibles para el degustar de los amantes del vino me inquietaba, deseaba saber que era lo que tanto atraía del proceso de elaboración de la bebida, desde el momento que se cosecha la uva hasta que esta sufre todo el proceso para su posterior fermentación y finalmente llegar al embotellado y pulido para exhibición en una vitrina alentando con la presentación el comprar de los ojos que la aprecian, recordando aquella noche en la que mis sorpresa fue grande, esperaba encontrarme con un viejo que estuviera a cargo de aquellos vinos que causaban furor en Italia y viéndome ante la presencia de una hermosa joven llena de entusiasmo por la viticultura, algo inesperado y que me dejo con la cabeza llena de dudas y ansias por contar con ella entre mi equipo, una joven aprendiz y mi mano derecha, tenía que contar con su cercanía para que me confiara el secreto del éxito que lograba sus vinos, había mandado varios de mis sirvientes de mi entera confianza para que Elisse al fin aceptara emigrar a Paris a mi lado y ayudarme con mi cometido, pero no recibía respuesta y eso me causa bastante inquietud, no estaba abierto a las negativas, no cuando me interesaba muy abiertamente todos sus conocimientos, su presencia era necesaria, como si se tratara de una deidad para mi objetivo, finalmente tomé las riendas del asunto por el lado del dinero, me decidí comprar una parte de su empresa sabía muy bien que su familia desde ya hace tiempo pagaba una deuda y yo contaba con el dinero suficiente para librarlos del maleficio siempre estando mis intenciones escondidas en mi acto, mi único interés en esa familia, Elisse di Bella y su técnica, sabía que sus padres no iban a rechazar mi oferta y ahora la presión por parte de ellos empezaría a brindar frutos, este juego ya lo había jugado anteriormente, no era un inexperto y cuando me proponía algo no descansaba hasta lograrlo. Los días pasaron la falta de respuesta me exasperaba pero mantenía mi cabeza ocupada en otras cosas en aquel oso que su recuerdo no dejaba de rondar mi cabeza y después la presencia de las vampiresas en la mansión, algo que también ocupaba gran parte de mi tiempo y tranquilidad, además de los demás negocios en Camelia Vinn y los proyectos para abrir nuevas vinerías en partes estratégicas en las afueras de Francia, con indicaciones precisas mandé al mismo Etinné de vuelta a Italia para que le mostrara a la joven di Elisse la casa donde había llevado a cabo la fiesta en donde nos conocimos semanas atrás, con instrucciones de que le mostrara todo el terreno para que se diera cuenta cuales era mis gustos y de esta manera pudiera tomar la decisión que a mi lado aprendería lo que necesitaba para poderse abrir campo en el mundo de la viticultura así como yo aprendería de sus técnicas y frescura en la elaboración de vinos, algo reciproco.
]Después de tanta ida y venida, cartas y visitas de mis empleados a sus fincas allá en Italia aceptó, todo estaba siguiendo el rumbo que me había propuesto, mandé uno de mis propios carruajes con los mejores de mis corceles, sería mi invitada y mano derecha, debía atenderle con tal delicadeza, el viaje le llevaría unos cuantos días suficientes para prepararle el pequeño lugar que le tenía apartado, un apartamento en la zona alta de París, elegante y bastante amplio, de techos altos, amueblado en colores pasteles y paredes de mármol, mandé a varios de mis empleados para que acomodaran los muebles y cambiaran las sabanas de la cama dejando todo impecable para su llegada, como un extra les indiqué que llenaran los floreros con Camelias, la noche en que nos conocimos Elisse mostró un gran entusiasmo por aquellas flores que fueron el centro de atención durante nuestra platica. El viaje le llevaría unos tres días como máximo, los corceles necesitaban descansar así como Elisse y mis demás sirvientes tenían órdenes precisas de quedarse hospedados en los mejores lugares de la zona, el viaje debía ser todo una travesía impecable, terminé de revisar las nóminas de Camelia Vinn de ese mes, esta noche preferí hacer todo aquello en la hospitalidad de mi mansión, sabía que todo estaba bien en la vinería estando Charles a cargo de todo, apoyé los codos sobre el escritorio de caoba maciza y junte mis manos colocando mis dedos índices en mis labios mientras miraba con el ceño fruncido a la nada, meditando en la tranquilidad de la mansión, ni Yuna ni Leer estaban en la mansión esta noche lo que era indicado necesitaba que Elisse se sintiera segura ya después tendría tiempo de presentárselas, cerré los ojos y me recosté contra el respaldar de la amplia silla de cuerpo, solo necesitaba descansar los ojos, como todos los demás un tiempo para mí de inmediato un olor familiar entró en mi nariz, el olor de ella, todavía seguía grabado en mi memoria después de la noche en que la conocí, después de todo Elisse se convertiría en mi mano derecha era importante recordarle, me apoyé en los manubrios de la silla levantándome y tomando del perchero mi saco negro acomodándome la corbata y pasándome los dedos por el cabello para estar presentable, salí del despacho con un paso tranquilo y ya afuera de la mansión el sonido de los casquetes de los caballos me llegó a los oídos, sonreí de lado y erguí mi cuerpo cruzando mis manos por detrás de mi espalda, el carruaje se grabó en mis ojos y detuvo, su aroma era más evidente estando a tan solo unos metros de mi presencia incluso su calor parecía impactar a mi frío cuerpo, antes de que uno de los cocheros abriera la puerta del carruaje me adelante, era mi obligación recibirla personalmente, finalmente miré aquella mujer por la que había estado moviendo varias de mis cartas solo por una respuesta positiva, sonreí amablemente y le extendí la mano para que saliera del interior –Elisse bienvenida- besé su dorso –Bienvenida a París y bienvenida a mi mansión- le solté la mano y miré sus ojos verdes deslizando mis ojos con sutileza a sus rojos labios y siendo Paris el testigo de una nueva ocupante en la ciudad, una ocupante cuya llegada era dulce y cálida.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 261
Fecha de inscripción : 24/02/2013
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
Es más alegre que una bienvenida y más triste que un suspiro.
Don Blanding
Don Blanding
La paciencia era una de mis virtudes, sin embargo esperar todos aquellos días para verle había terminado por impacientarme por verle de nuevo. Quizás solo fuera un gratificante deseo que cambiar por la tristeza de saberme alejada de toda mi familia y de mi hogar. Fuera lo que fuera, iba a recibirle encantada y feliz, y por más dormida que pudiera estarlo, en el fondo sabía que ante él, sería de aquella forma. Y así fue. El detenerse del carruaje ante su mansión, hizo detener unos instantes mi corazón, en lo que me desperté y volvía mi mirada hacia la puerta del carruaje. Juré por unos instantes poder ver su silueta, su sombra dibujándose en la ventanita que se encontraba tapiada por una ligera cortina. Respiré hondo y suspiré a la vez, sin saber que emoción contener, hasta que al abrirme la puerta, enseguida una dulce sonrisa se dibujó en mis labios y le llamé, sabiendo al instante que quien se encontraba tras la puerta era él.
—Deiran… —Le llamé con una sonrisa. Él me la devolvió y aprovechando que yacía en la oscuridad y él no debía de verme tan bien como si fuera con la luz del sol en los cielos, me apresuré a acomodar mi vestido, a no dejar ninguna arruga en él que indicara que me había dormido en el carruaje, desaprovechando las horas de sueño en aquellos caros hostales en los que me había parado a descansar en las noches del viaje, junto a los cocheros. Solo una vez mi vestido lucía lo mejor posible fue que levantándome me encaminé hacia él y le tomé de la mano que me ofrecía, saliendo lentamente del carruaje, hasta quedar frente a él. Me sonroje en cuanto sus labios besaron el dorso de mi mano y le sonreí, devolviéndole una ligera reverencia. — Es un honor encontrarme en París y en tu compañía. —Le contesté mordiendo mis labios en lo que pensaba que el honor era en volver a verle y en poder estar junto a él. Asintiendo a sus palabras, dejé de verle a los ojos, sintiéndome estudiada por las orbes en la que tanto había pensado desde el encuentro de la fiesta en su mansión de Italia y me fijé en la hermosa mansión que alumbrada, incluyendo sus grandes jardines permanecía ante mi llegada. Rápidamente asombrada, mis ojos brillaron. Con las luces y todo aquel esplendor, la magnificencia de la mansión resultaba ser mayor, hasta que llegue a preguntarme cuanto poder tenía Deiran… los Chassiers verdaderamente. —Es esplendida… supongo debéis de encontraros distraídos en vuestros días en la mansión. No imagino cuanta gente debe de vivir a vuestro lado. Es simplemente, el doble de grande que la mansión de Italia, o eso parece. —Dije tuteándole tan solo llegar, como si entre ambos tras la fiesta y las cartas hubiera suficiente confianza para empezar de buen pie. Enseguida caí en mi error y desvié la mirada avergonzada por mi falta de formalidad, pero con él en parecía que pudiera prescindir de ella, aún bien sin saber porque. Detrás de mí, los sirvientes empezaban a mover las bolsas, lo que me hizo fruncir el ceño, haciéndome preguntar dónde me quedaría hospedada, ya que aún desconocía parte de lo que iba a suceder a continuación.
Me volví de nuevo a él, encontrándome con su mirada fija y tomando una de sus manos, la más cercana a mí, me acerqué un poco más a él, volviendo a oler su perfume. — Donde me hospedaré? No lo habíamos hablado en las correspondencias, así que supongo es hora de preocuparme de ello, o si no siempre podría hospedarme en el hostal del centro. Siempre que no tengas impedimento alguno y me tome cerca de mi nuevo destino. —Dije refiriéndome a mi nuevo trabajo con él, en sus comercios de vinos. Le miré y antes de que me respondiera, negué con la cabeza. Aquel no parecía el momento de hablar sobre ello, así que haciendo caso a lo que desde un buen inicio solo verlo, había querido hacerlo, debiendo de contenerme por mucho, fue que me acerqué un poco más y le abracé, sintiendo su frio cuerpo contra el mío. Después viviría con la vergüenza de mis actos y de aquel poco decoro, confianza que demostraba en alza, con quienes no debía. Aun así tampoco era de contenerme las emociones, y simplemente tras tantos días alejada de los míos, verle a él, quien en algún tiempo seria como mi única familia en aquel París cálido pero desconocido, me hacía verle más cercano a mí que nadie de París. Y necesitando de un abrazo, finalmente había cedido, dándoselo, dejando que todas mis inseguridades por aquellos segundos huyeran de mí.
—Me alegro tanto de verte finalmente. —Susurré contra su traje. Aspiré su perfume, suspiré y lentamente me alejé un poco de él, con una dulce sonrisa y mis ojos radiantes de verle. —El viaje se me hizo eterno, todo y que vuestros sirvientes todo el rato me atendieron a la perfección. Solo que supongo que al no tener a nadie con quien poder hablar, me hizo sentir melancólica, hasta que llegué y os vi. —Mi sonrisa se engrandeció, y no dejé de mirarle a los ojos, deseando grabarme en ellos lo que quedaba de noche por delante. —Deseo agradeceros por todo estas molestias, por esta oportunidad. Que todo y que pareciera resistirme a la idea, deseaba venir con todo mi corazón.
Elisse di Bella- Humano Clase Media
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
Mirándole llegar estaba deslumbrante igual que la primera vez que mis ojos habían hecho contacto con su figura, toda la inocencia que parecía salir de aquel pequeño cuerpo le daba algo especial a esa mujer que estaba por convertirse en alguien importante en mi negocio, pieza clave en Camelia Vinn y eso no era un acto que se diera a menudo, sonriéndole con cordialidad finalmente salió del carruaje sin dejar de hundir mis orbes verdes con las de ella escuché cada una de sus palabras atento, expectante a la situación y al hecho que le tenía una sorpresa preparada, como toda invitada de honor era preciso el buen trato y la educación hacia aquellos que me interesaban era de mi cuidado, hice una reverencia con mi cabeza por sus palabras –El placer es mío Elisse, realmente estoy agradecido porque hayas aceptado mi propuesta, me da mucho gusto- sonreí a medias –Y creo que es París el que está encantado de tenerte finalmente aquí, de eso estoy seguro- me fijé en sus labios por un momento recordando el beso que le había dado en la fiesta en Italia, cerré los ojos un poco y lo alejé de mi memoria, notando su emoción que se colaba en sus orbes al igual que la energía radiante de una buena copa de vino tinto no le aparté la vista de encima, no necesitaba ver mi mansión la conocía a la perfección cosa que para ella era una novedad –Bueno Elisse a veces el hecho de estar rodeada de personas no significa que te sientas acompañada- fruncí el ceño un poco por la epifanía de soledad interior que sentía cargada de siglos de sangre –Y sí, la propiedad tiene unas cuantas hectáreas de terreno más que la mansión donde nos conocimos- le miré a los ojos apartándole unos cabellos que le caían en el rostro y metiéndolos detrás de la oreja para poder ver su rostro de mejor forma, notando su expresión avergonzada y su mirada que evitaba la mía le tomé de la barbilla suave para que me viera –Me gusta que me tuteen Elisse, la confianza es vital cuando se trata de personas importantes- le di un besé su mejilla cerrando la bienvenida en el acto y desvié mi mirada hacia los sirvientes que sabían debían meter el equipaje en otro carruaje uno más pequeño para salidas casuales, pero antes de partir a lo que sería su hogar aquí en París decidí darle un breve recorrido por los alrededores de la mansión, alzando la ceja le ofrecí mi brazo para empezar a caminar como dos buenos amigos, iba a responderle sobre el apartamento que tenía preparado y reservado para ella pero ella parecía no querer hablar tal vez estaba exhausta por el viaje, no había querido leerle la mente no me parecía propicio y educado en cuanto a su persona, siguiendo el camino rocoso mostrándole los alrededores que ocultaban mi propiedad nos detuvimos cerca de un rosal de rosas blancas y soltándome de ella arranqué una con tallo incluido acariciándole los pétalos y tomando su mano entregándosela con el cuidado que no se pinchara, su sangre ya había sido probada por mis labios anteriormente y extrañamente tenía un gusto particular sin contar el sabor virginal que era un placer exquisito.
–Con cuidado no quiero que te vuelvas a pinchar como pasó en la fiesta- alcé la ceja y le miré fijo a los ojos y luego su acto inesperado con las manos levantadas e inmóviles sentí el calor de su pequeño y delgado cuerpo envolverme podía comprenderlo en parte había dejado a su familia atrás por venir a ayudarme, la envolví en mis brazos posando mi barbilla en su cabeza y cerrando los ojos acariciándole el cabello, parecía una pequeña niña necesitada de un poco de afecto lo que me hizo sentirme raro pues no solía tener muestras de afecto –Me alegra mucho tenerte junto a mí Elisse y créeme que estas palabras son más que eso- me separé y la tomé del mentón levantando su cabeza para que me viera –Eres especial y no dudes de estas palabras, no solamente eres talentosa y hermosa, tu sola inocencia Elisse es algo que no se ve muy a menudo- le volví a extender el brazo caminando con ella -¿Cómo estuvo el viaje? ¿No hubo algún problema- pregunté tranquilo dando la vuelta a la mansión y esperando que así fuera no soportaba las insolencias, asintiendo a sus palabras llegamos de nuevo a la entrada del terreno deteniéndonos –No es ninguna molestia Elisse, ninguna de mis acciones por traerte hasta aquí ha sido una molestia- escuchando el latido de su corazón y viendo el pulso en su cuello cerré los ojos brevemente –Y quiero que confíes plenamente en mí, sé que apenas me conoces y tal vez para ti sea una persona que te ayudara en tu vida laboral pero puede contar conmigo para lo que sea y si necesitas hablar con alguien también estoy ahí para ti además de que me alegra no haber parecido un déspota que quería tenerte aquí a como diera lugar- en aquellas palabras iba incluída la mentira pues aunque ella se hubiese negado a mí hubiese encontrado la manera de que aceptara. Siempre consigo lo que quiero.
Un sirviente se acercó indicando que todo estaba dentro del carruaje y asentí –Bien, es hora de que partamos, hay algo que quiero mostrarte- le tomé de la mano sintiendo su calidez y su tersa piel y abriendo la puerta del carruaje por mí mismo le extendí la mano –Adelante Madeimoselle Di Bella- entrando junto a ella partimos de la mansión con un camino en silencio y viéndole a través de la penumbras en todo el recorrido, en otras circunstancias y sus características que eran las perfectas para las presas que más apetecibles eran para mi sed hubiera sido alguien más en mi lista de asesinatos pero extrañamente me rehusaba a verle de aquella forma, llegando hasta el apartamento que le tenía preparado en las zonas altas de Paris, el cochero abrió la puerta y salí extendiéndole la mano para ayudarle a bajar a ella y colocándome detrás de ella puse mis manos en sus hombros –Bienvenida a tu nuevo hogar Elisse, no iba a permitir que te quedaras en un hostal barato, eres mi invitada y como consiguiente mereces todas las atenciones posibles- sentí el olor de su cabello, de su piel, la fragancia de su inocencia y la calidez que la caracterizaba como una bella y delicada mortal, no cualquiera, mi mortal.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 261
Fecha de inscripción : 24/02/2013
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
La fuerza más fuerte de todas es un corazón inocente.
Victor Hugo
Victor Hugo
—París no se encuentra ni la mitad de feliz por mi presencia como yo misma, creedme. —Musite con una sonrisa suave sobre mis labios sin dejar de ver aquellos ojos que llevaban noches y sus horas atormentándome con sus recuerdos. Por unos instantes sentí su mirada sobre mis labios y mordiéndomelos ligeramente nerviosa, desvié unos segundos la mirada en lo que sin pensar volvía a mí el recuerdo de aquel beso y el dulce rubor en mis mejillas. Tomé aire, respiré profundo y asentí a sus palabras, hasta que sintiéndome más relajada fue que me volví de nuevo a él, encontrándomelo con sus orbes en los propios, logrando que mi piel volviera a ruborizarse y me viera con la necesidad de apartar la mirada, de bajarla. —Siento que cuando estoy a vuestro lado, podría pecar de confianza. —le dije dejando que su mano me tomara de la barbilla y nuevamente hacia él. —Y la confianza debe ser en su justa medida, no creéis? Seréis mi superior — mis palabras quedaron silenciadas por su beso en la mejilla y como si aquel gesto hubiera significado el inicio de mi vida en aquel extranjero y nuevo lugar, emprendí de su mano el paseo por uno de los caminos de su mansión y su extenso jardín.
Estaba acostumbrada a los jardines llenos de rosales, de flores, cascadas y luces de ensueño en medio de aquellos sueños florales, y sin embargo, lo que allí me encontré era mucho mejor. El camino rocoso te llevaba a un recorrido por una parte de aquellos jardines, siendo cada parte diferente entre ellas. Los olores eran diferentes, no había una parte igual a la otra. En medio el jardín, se encontraban adornos de piedra que más que otorgarle al lugar un aspecto antiguo, le daba un punto místico. En una de las ocasiones me quedé parada frente a una estatua de una mujer ángel que con sus alas observaba al cielo, invocando a su dios. Aquella imagen me sobrecogió tanto que detuve los pasos de mi acompañante y aún de su brazo me acerqué hasta rozar las alas de aquella imagen con los dedos, resiguiéndolas. Un suspiro salió de mis entreabiertos labios al alejarme de aquella figura, quedándose en mi alma la sensación y pureza de aquella imagen. Como si aquel ser de piedra representara mi alma y el jardín a su alrededor los cambios, el destino y entre ellos el mal acechante. Un demonio a la espalda de sus alas, listo para encadenarla para siempre a aquella existencia terrenal, en la que un ser celestial no debería encontrarse recluido jamás. Y allí se encontraba, tras unos pasos una estatua oscura escondida entre unos abetos. El mismo demonio con la mirada fija en el inocente ángel.
Apreté más mi mano contra el brazo frío de él, sin preocuparme ya de aquella gélida temperatura que presentaba siempre –o aquello parecía- el joven que caminaba a mi lado; Deiran. Le sonreí y sin mediar palabra de aquellas estatuas proseguimos el camino en silencio, hasta llegar a unos rosales blancos, que sonsacaron una sonrisa, y aún más al recordarme el mismísimo Deiran aquel recuerdo que tenia de él y de mí, en Italia junto el rosal en el que me pinche la piel. Deiran fue hacia las rosas y dándome una, con cuidado la tome bajo una de mis dulces sonrisas que solo parecían ser únicamente para deleite de él y negué. —Si volviera a pincharme, siempre con un beso podríais solucionarlo —susurré mientras en las pupilas la imagen de él besando la herida de mi dedo, hacia arder mis mejillas y en aquel arrebato, fue que le abrace contra mí. Cerré los ojos al sentir sus manos envolver mi figura hacia él y suspiré plácidamente oliendo el perfume de su fría piel. Al separarme de sus brazos, le miré y asentí a sus palabras, agradecida en el alma de aquella cálida bienvenida. — Gracias a ti, por aceptarme tal como soy, incluyendo si solo soy un ángel que solo espera algún día encontrar su lugar por más lejos que este esté. — Aún no se bien porque me vino en aquel instante la imagen del ángel y tampoco la comparación. Pero así lo sentía, aquella mujer de la piedra; aquel ángel, representaba parte de mi ser también.
—El viaje estuvo cómodo y apacible, entretenido también. —Añadí en una sonrisa tomando de nuevo su brazo mientras en mi otra mano mantenía la inmaculada rosa. — Se hizo llevador, y las posadas en las que paramos nos atendieron lo mejor que pudieron. La compañía, el alegre cochero y su ayudante… la venida a París se me hizo agradable y dulce, por ellos que me hicieron reír bastante en el carruaje y en las comidas. — Sonreí al acordarme de las inocentes tonterías del ayudante del cochero que solo había hecho que intentar atraer mi atención hacia él, y de como el propio cochero se había reído de todo aquello, dejando aquellos instantes que se perdieran en mi memoria como divertidos y buenos ratos que recordar. —No hubo ningún problema en el camino ni en el viaje. —afirmé viéndole a los ojos con sonrisas que solo eran dedicadas a su persona. —Jamás alguien que pudiera tener en su jardín rosales de un blanco inmaculado podría resultar ser un déspota. Todo déspota siente recelo de la luz y lo más puro, normalmente suele combatirlo, deshacerse de aquello que le perturba. Y para nada os vería así Deiran. Amáis la belleza y como habéis indicado, también la pureza. —Reí a eso ultimo sonrojándome y siguiendo el camino, fue que llegamos al carruaje y para sorpresa mía, su mansión no parecía que fuera a ser mi primera instancia de la noche, si no que nos dirigíamos a donde fuera que tuviera que alojarme.
En todo el camino sentí sus ojos en aquella penumbra. Segura y perturbada a partes iguales, sintiendo mi corazón ligeramente acelerado observé por la ventana en silencio, ya que había veces que no hacían falta palabras y en esa ocasión así me lo parecía. Seguí con mis pensamientos puestos en la sensación de misterio del jardín de su mansión y en definitiva, del misterio que creía cada vez más que ocultaba el propio Deiran, lo que me hacía desear acercarme más a él y descubrir lo que fuera que escondiera y que me llamaba. Suspire, entelando el cristal. Sonreí y justo unas luces aparecieron, fui a abrir los labios para preguntar si habíamos llegado que él ya se encontraba levantado, preparado para bajar y luego bajarme a mí. Nos abrieron la puerta, él bajó y tras él, ayudada por su mano, bajé del carruaje encontrándome ante mi vista un gran apartamento, con un jardín que nos rodeaba y quizás una extensión dentro de esas paredes que serían mi nuevo hogar para albergar una familia entera. Mis ojos brillaron de emoción y sintiéndolo detrás de mí, a mi espalda, llevé mis manos a mis hombros donde se encontraban las manos masculinas, y las tomé entre las mías. —Eres demasiado atento y bueno conmigo, no sabré jamás como devolverte este gran favor. —susurré por completo eclipsada sin moverme del lugar, contemplando la casa que se erguía sobre mí y que parecía a contar por las luces del interior, lista para entrar a vivir.
—Es demasiado grande para una persona sola… me podré perder muchas veces en ella. —Comenté mordiendo mi sonrisa, sintiendo que el momento parecía detenerse en aquella imagen, en la que me sentía arropada por él y a nuestro alrededor los sirvientes empezaban a bajar las maletas. Supongo que ahora sí, me encontraba frente a mi nuevo hogar.
Elisse di Bella- Humano Clase Media
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Bajo la llegada de tu mirada [Deiran]
Ahí estaba el lugar, el que sería su aposento, preparado para acobijarla todo el tiempo que estuviese bajo mi tutela, ubicado en un lugar estratégico para que la calma y la seguridad la rodeasen, ella no sería una empleada más en la vinería, no, ella sería una de las piezas claves en todo el proyecto que quería llevar a cabo, por eso mi naciente interés en cuidar cada detalle para que se sintiese cómoda, di un paso a su par mirando la estructura pero de reojo notaba su presencia , veía su aura, con colores puros que la caracterizaban como una virgen que destellaba inocencia y dulzura, fruncí ligeramente el ceño y extendí mi mano en ofrecimiento para que al fin sus ojos conociesen cual sería su nuevo hogar –Acompáñame- susurré sin dejar de verle a los ojos y jalé de su mano con delicadeza mientras nos encaminábamos hacia dentro del apartamento, subiendo una ligera cuesta llegamos a la entrada que fue abierta por uno de los sirvientes que estarían a su servicio y luego antes de que el siguiente criado abriera la puerta de caoba maciza lo detuve atrapando con mi mano el pomo y abriéndola para ella, solté su mano la extendía en dirección hacia dentro, invitándola a que pasase a su recinto –Adelante- susurré inexpresivo, ya adentro las luces estaban iluminando el lugar, guardándose la oscuridad para horas más altas de la noche, todo relucía, flores ubicadas en las mesas que ocupaban cada rincón del lugar y sin ninguna pizca de polvo, la indicaciones habían sido cumplidas al pie de la letra –Bienvenida Elisse- susurré y tomé de su codo para encaminarla hacia la pequeña sala del lugar –Vamos, tienes que conocer tu nuevo hogar-añadí una sonrisa ladina a aquella frase y jalé de ella pegando su delgado cuerpo un poco al mía, el ambiente tenía un olor mágico, a limpio, pero todo aquellos desaparecía por el olor que desprendía ella, era cautivante, tal cual ella, abrumador y más exquisito que cualquier otro aroma que los sirvientes hayan aplicado para perfumar el ambiente, cerré los ojos brevemente y solté su codo dejando que ella misma descubriese cada parte de lo que la rodeaba, con las manos metidas en los bolsillos la seguí atento, notando cada una de sus reacciones al pasar entre los muebles, la luna se alzaba en el cielo, dando una vista espectacular de toda su circunferencia a través de la ventana de cristal que estaba frente a la sala –¿Qué te parece?- pregunté tranquilamente cuando la voz y presencia de uno de los criados me alertó, traía una pequeña caja en las manos, junto con una botella de vino y dos copas, esa era la última sorpresa que le tenía preparada a la recién llegada a París, dentro de ella la sorpresa se movía y respiraba, tomé la pequeña caja con ambas manos y el criado colocó la botella de vino con las copas en la mesa, le indiqué al criado que se retirara, girando en mis talones le miré a ella –Antes de que sigamos conversando acerca de tu esperada llegada a París te tengo una última sorpresa- susurré y coloqué la pequeña caja en la mesita que ocupaba el centro de la sala, quitando la tapa el animal estaba acurrucado en el fondo reaccionando a su descubrimiento, coloqué la tapa a un lado y tomé al pequeño felino con una mano, develándolo ante sus ojos con una sonrisa ladina, se trataba de un gato de ojos verdes con pelaje marrón, de contextura mediana, el animal soltó un ligero maullido al estar en mi mano –Creo que te será de muy buena compañía- murmuré viéndole a los ojos y extendiéndole al gato, sacudí un poco mis manos la una con la otra al entregárselo y de cierta forma una satisfacción me llenó completamente, el lugar estaba ubicado algo lejos del centro de París, así que en cierta forma el pequeño animal sería de bastante compañía para ella.
Tomando la botella de vino la descorché con habilidad –¿Gustas?- pregunté, aunque estaba claro que ella aceptaría aquel liquido exquisito y tomé una de las copas sirviendo delicadamente el liquido bermellón dentro del cristal, el olor se adentró por mis fosas nasales, le entregué la copa y proseguí a servir otra cantidad en la copa que reposaba sobre la mesa –Bien, ahora vamos a hablar sobre las directrices a seguir Elisse, siéntate por favor- extendí mi mano en dirección al sofá y la acompañé sentando mi cuerpo a su par cruzando la pierna –Mañana conocerás la empresa, como se hacen los pedidos y con cuanto tiempo de anticipación tienen que ser preparados, las bodegas donde se guardan las botellas de vino y las condiciones de reposo de las mismas, deberás entenderte con Charles que es el gerente del lugar la mayoría del tiempo, mañana mismo lo conocerás, cualquier inconveniente o duda no titubees en consultarme, sabes que no solamente eres una empleada más en Camelia- le recorrí el rostro con la mirada –Espero que sea de tu agrado el lugar, decidí que fuera algo alejado del centro de París por tu seguridad, sé que te sientes a la intemperie en una ciudad que no conoces pero si necesitas charlas con alguien puedes contar conmigo- susurré y tomé un sorbo de vino –Pero dime ¿Crees que estarás bien aquí? ¿Te sientes cómoda?- musité suavemente sin dejar de verle a sus ventanas al alma.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 261
Fecha de inscripción : 24/02/2013
Localización : París, Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» 1er Juego [Deiran]
» Desesperé por ti [Deiran]
» El juego del conejo [Deiran]
» Deiran Chassier
» Huracán en casa +18 [Deiran]
» Desesperé por ti [Deiran]
» El juego del conejo [Deiran]
» Deiran Chassier
» Huracán en casa +18 [Deiran]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour