El sabor del agua... (Claude)

por Invitado Sáb Ago 28, 2010 12:07 am

Recuerdo del primer mensaje :

¡Ah!, ¿cuantas noches había perseguido un aroma humano para alimentarme de él?, ya había perdido la cuenta... Mis silenciosos pasos me llevaron hasta ese lugar. Un hombre elegante, con el porte de un distinguido caballero, vestido con las mejores telas, dejando su cabellera alborota al viento, con la mano enguantada y posándose en un bastón de roble y oro; sí, ese era yo.

Me dispuse a entrar en esa cafetería, el aroma de aquel humano se entremezclaban con el del café y los dulces pastelillos del lugar, un aroma realmente agradable para seros sincero, pero la verdad prefería encontrar aquel singular olor que había seguido con fervor desde las oscuras calles parisinas.
Me dirigí a la mesa más alejada del lugar y pedí un simple "café solo", como lo estaba yo, aquel pensamiento se me antojó gracioso y una ligera sonrisa apareció en mis labios, pero prontamente se esfumó, como se esfuma el humo del café al soplarlo...

Los aromas se confundían en el aire y sin embargo yo intentaba distinguirlos. "Esto es una tontería", pensé, di un ligero golpe con el bastón en el suelo y me levanté de un brinco para dirigirme a la barra y pagar el café, pero un chico interrumpió mi paso derramándome la bebida caliente por todo el pecho, manchando mi chaleco y mi camisa de seda, el enfado se hizo presente en mi pasando por un instante de ira...

-Serás imbécil- resoplé para el chico cogiendo una servilleta y limpiándome la mancha, el hecho de haberme manchado no me molestaba, si no el hecho de que nuestros cuerpos chocasen y sentirlo tan cerca, eso me irritaba ligeramente, odiaba que las personas me tocasen sin dar mi aprobación. Clavé mi mirada en la del chico, podía sentir el susto y la vergüenza en él, mi mirada severa se tornó despreocupada al instante. Pude sentirlo, olerlo y saborearlo, era él, el aroma que me había cautivado emanaba de él y ahí estaba, ligeramente tembloroso ante mi y ahí estaba yo, embriagándome con su olor.

por Invitado Miér Sep 01, 2010 11:59 am

-La perseverancia es una gran virtud a tener en cuenta, Claude- tuteé al chico tras observar su mirada llena de esperanza, el único sentimiento al que yo me aferraba febrilmente. -Y no dudo de vuestras dotes para la actuación, de hecho quiero ofreceros mi ayuda para lo que necesitéis, sea cual sea, pues si se trata de dinero con gusto os ayudaré... no tengo nada más que hacer con él- bromeé de nuevo intentando animarlo.

Y era verdad todo lo que decía, si él tenía ganas de crecer en el arte dramático y darse a conocer yo lo ayudaría con gusto, pues de humano también anhelaba poder salir de aquellas frías estepas, conocer el mundo y que se remida ante mi, ser un renombrado pianista y envidiado por otros músicos... pero todo acabó allí, en un simple sueño y ahora mi única esperanza yacía en encontrar a Vithori.

No dejé que aquel sentimiento demacrara mi rostro, pues deseaba desconectar aquella noche, hacerme pasar por un simple humano, un hombre que alguna vez se ganó la vida como jardinero y posteriormente disfrutó su corta estancia en la música como pianista. Y cuanto más le daba vuelta, más me daba cuenta que nuestras diferentes historias adquirían similitudes por momento, y eso era algo con que no me había topado antes, y puede que sea una de las razones por la cual empezaba a sentir pena por el muchacho, su suave aroma hacía que deseara su sangre, pero el deseo se apagaba al pensar que podía estar matando a la persona con quien más me había identificado hasta ahora.

por **Claude Lessex** Vie Sep 03, 2010 5:42 am

Me sorprendió su proposición, su oferta de ayudarme. Realmente ese hombre me estaba dejando asombrado esa noche. Él estaba siendo demasiado amable, y eso en lugar de calmarlo y confortarlo... lo intrigaba. No conocía a nadie que ofreciese tanto sin tener ningún interés oculto tras sus acciones, y menos que se interesase por un actor de poca monta como él. Además, su excusa de que no sabía qué hacer con el dinero no le servía... ¿Es que ese hombre no era como los típicos ricachones que fuman tabaco de líar envuelto en billetes? Tragué saliva y lo miré, realmente curioso.

-Monsieur, aunque usted no sepa qué hacer con su dinero, estoy seguro de que puede invertirlo en la bolsa o cualquier cosa de ese índole que suelen hacer los hombres de su nivel social...-se sonroja-. Dudo que sea lo más acertado ofrecerme dinero a mí... que ni siquiera tengo prestigio... Además, podría manchar su nombre al relacionarse con una persona de baja ralea.

Seguí caminando a su lado, retorciéndome las manos con nerviosismo. Ya no sabía lo que me diría a continuación, todos sus actos me habían pillado de improvisto.

por Invitado Dom Sep 05, 2010 4:31 pm

-Habladurías y más habladurías, ¿cuando se darían cuenta las personas que si siembran mentiras cosechan hostilidad?, pensé que a una persona dedicada al arte como vos no os importaría esas cosas, pero me decepciona saber que no es así.- Miré al chico con el rostro ligeramente entristecido, pues mis palabras eran ciertas, aun que no pretendía que lo viera de esa manera, pero por alguna razón pensé que era la mejor forma de "darle a entender" mi interés por él, un interés puramente amable y con una pizca de necesidad por mi parte, necesidad de su sangre, pues ésta desprendía un aroma exquisito y excitante para mi. Pero claro, él no tenía ni la más mínima idea de mi naturaleza.

-¿Qué espera que la gente piense?, ¿que todo es perfecto y maquillar una realidad con mentiras bonitas?, siento discrepar con eso, monsieur, pero si me dejara llevar por el qué dirán ahora mismo no estaría aquí disfrutando de vuestra compañía y créame caballero, eso es algo que me entristecería completamente.- Mis palabras salieron con un tono casi encantador, quería convencer al joven que su compañía era grata para mi, pues si deseaba probar el dulce carmesí que recorre sus venas, preferiría que sea de la mejor forma posible y preferiblemente ser él quien me la ofrezca; pues él me agrada y por alguna tonta razón me recordaba a la ingenua persona que una vez fui.

Posé una mano sobre su hombro, presionándolo ligeramente y sonriendo de medio lado, dándole a entender así que su compañía era un regalo para mi aquella noche, y deseaba que lo sea más noches seguidas.

por **Claude Lessex** Lun Sep 06, 2010 3:35 am

Sus palabras en un principio me dolieron. Me hicieron sentir ofendido porque realmente yo lo había dicho preocupándome por él... algo que no hacía con demasiadas personas. Yo era un chico amable, atento y de actitud sociable... pero rara vez me centraba en una persona durante tanto tiempo y pensaba en su bienestar. Mi rostro reflejó claramente el dolor que me había provocado lo que me había dicho, y por unos momentos aparté la mirada. Precisamente yo, un joven homosexual en una sociedad tan anticuada como esta, nunca me había parado a pensar en lo que podría decir la gente sobre mí, mi oficio o mi aspecto. No me agradaba que Threishan me viese como a uno de esos jóvenes con alma de ancianos conservadores. Yo deseaba que me contemplase como a alguien nuevo, innovador, que quería hacer grandes cosas en su vida y convertirse en alguien.

-No espero nada de los demás, monsieur. Le aseguro que yo he hablado con la mejor de las intenciones, teniendo en cuenta que es usted un hombre con una clase social alta y una reputación que proteger, pensaba que le importarían este tipo de cosas. Es evidente que lo juzgué mal, lo cual a mi modo de ver es una buena noticia. No pretendía ofenderlo, ni decepcionarlo... Simplemente no me esperaba algo así. Tampoco quiero que me vea como a un muchacho que se deja llevar por los prototipos que ofrece la sociedad, pero ha de comprender que soy actor, aunque no muy famoso, y he tratado con muchos tipos de gente... muchos de ellos no han tenido demasiada consideración conmigo, y prefiero ser precavido a desilusionarme después con respecto a alguien...-le dije. Traté de explicarme lo mejor que pude... aunque con su mano sobre mi hombro, tenía el nerviosismo a flor de piel, y no estaba seguro de haber podido expresarle lo que yo realmente sentía o pensaba. No sabía por qué, pero ese hombre tenía un extraño efecto en mí... Ese roce de su mano, había hecho que mi cuerpo se estremeciese de pies a cabeza.

por Invitado Mar Sep 07, 2010 11:57 am

Sonreí ante sus palabras y asentí levemente, pues me daba a conocer algo que yo ya tenía asegurado en él. Me alejé unos pasos y contemplé la lejanía, sumiéndome en mis pensamientos, sin atender a nada, ni a nadie, recordando el sabor amargo de la soledad.

-Creo que va siendo un poco tarde para que sigamos por aquí, ¿desea que os acompañe de camino a casa?- dije por fin, pues en mi condición aquello no importaba, pero Claude era un joven humano, y quiera o no debía descansar, no sé cual sería su ritmo, pero se me antojaba un muchacho débil y delicado por su complexión.

Mis pensamientos y mi amabilidad me estaban sorprendiendo a mi mismo, pues me era raro comportarme así con un extraño. Puse una mano en el bolsillo y la otra la apoyé en mi bastón, pasando el peso sobre él, aquel artilugio me recordaba los años que llevaba encima, por muy joven que siga pareciendo en realidad. Comencé a caminar a paso lento, esperando que el joven me siguiera o respondiera si quiera.

por **Claude Lessex** Miér Sep 08, 2010 5:06 am

Quería acompañarme a casa. Aún no podía creerme lo que ese hombre me había sugerido. Esas palabras me recordaban a las ocasiones en las que un chico, interesado en una chica, le sugería acompañarla hasta su hogar, para darle un tierno beso de despedida en la puerta y quizás una romántica declaración a la luz de la luna... Me reprendí mentalmente a mí mismo por pensar semejantes barbaridades. No podía negar que Threishan era un hombre atractivo, cuya personalidad me atraía bastante. Pero al mismo tiempo debería haber estado seguro de que entre él y yo no podía surgir nada. Él era de clase alta, vida acomodada, y yo en cambio era de baja ralea y un actor de poca monta. Él era recatado, seguramente heterosexual... y yo sólo era un pobre chico, con una educación justa y homosexual... lo cual, en los tiempos que corrían, era como firmar una sentencia de muerte con mi propia letra. Por último... yo no merecía tanto la pena como para olvidar las dos opciones anteriores.
A pesar de que todo iba en mi contra, decidí aceptar su propuesta una vez más. Al menos pasaría el máximo tiempo posible con él, antes de verme obligado a olvidarle. Comencé a caminar tras sus pasos, aunque mi vista iba clavada en los adoquines del suelo, pensando en mis propias cosas... y en mi mala suerte.

-Gracias por acompañarme... aunque no tendria que haberse ofrecido. Mi casa queda lejos de aquí... y no me gustaría robarle demasiado de su valioso tiempo.

por Invitado Miér Sep 08, 2010 3:56 pm

-Gracias por acompañarme... aunque no tendria que haberse ofrecido. Mi casa queda lejos de aquí... y no me gustaría robarle demasiado de su valioso tiempo.- Negué con la cabeza, sus palabras llegaban a mis oídos sordamente. Preferí no mirar al chico, cuando éste ya se había puesto a mi altura en el camino, pues mis pensamientos carraspeaban en cosas banales de mi vida, mientras los suyos recordaban novelas de amantes y se avergonzaba ante ello. Guardé mi sonrisa para mi mismo y continué el camino en silencio.

-Mi tiempo es eterno...- callé repentinamente al darme cuenta de lo que acababa de decir, había olvidado que se trataba de un simple humano. -... quiero decir que no tengo nada mejor que hacer, ¿acaso prefiere la soledad?, si es así os dejaré seguir solo- me encogí de hombros, pues sabía que se negaría a seguir el camino en solitario, pues la noche se tornaba lúgubre y desafiante para una criatura tan débil como lo era aquel muchacho. Por mucho que me pese empezaba a preocuparme el estado de Claude, pues su delicadeza y ganas de salir a delante frente a la posición que se encontraba, hacía de él un hombre luchador,a su manera, al fin y al cabo ese es el propósito humano, la búsqueda de la felicidad.

por **Claude Lessex** Jue Sep 09, 2010 7:46 am

Seguía caminando a su lado, sintiéndome un poco incómodo por la situación en la que me encontraba en esos momentos. Parecía que Threishan no quería mirarme, que evitase mi persona con sus ojos como si yo le resultase... desagradable de ver. Eso me preocupaba, y al mismo tiempo también me resultaba inquietantemente seductor. Era un hombre serio, que a pesar de su posición social se relacionaba conmigo como si yo fuese uno de los amigos con los cuales tomaba el té cada tarde, o compartía charlas sobre economía e industria. Pertenecía a un mundo completamente distinto del mío, en el que la elegancia y las buenas formas estaban a la orden del día, y la mejor manera de entretenerse era apostar en las carreras de caballos. Muy a mi pesar, todas esas diferencias que existían entre él y yo, sólo contribuían a complementar la atracción que sentía por ese hombre tan misterioso. Cuando escuché lo que me decía, reaccioné por impulso, sin pensar.

-No... desde luego que no-luego me sonrojé, y mirando al suelo de nuevo seguí hablando, intentando reparar mi repentino bajón de guardia momentaneo-. Quiero decir... ahora mismo no es aconsejable que yo vaya solo... No es que tenga miedo de que me asalten, o sí... Pero... No sé, no son buenas horas... para caminar en solitario... NO me gustaría que me pasase algo... aunque repito, no temo nada... Soy un valiente...-decía de forma nerviosa, mirando ahora a todos los lados, mientras el sonrojo de mis mejillas iba en aumento.

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