Noches intensas || Libre

por **Gene M. Garbo** Mar Mayo 06, 2014 8:09 pm

La noche había sido como todas las otras cansada…con mucho trabajo limpiando por aquí, por allá dejando las camas listas y dispuesta a lo que muchos hombres llegan a hacer…a disfrutar de los placeres más extraños en brazos de mujeres y hombres que se entregan a su más bajos instintos incluso unos llegan al extremo del peligro por la excitación del momento por llegar a los más altos requerimientos del placer corporal y experimentar el orgasmo más subliminal y celestial de todos…pero acaso alguien sabría decir cuál era ese orgasmo…cómo se siente y quien puede lograrlo…la verdad no se cree en eso pero los hombres y mujeres buscan experimentarlo…encontrar el auge del placer en los brazos de otros…

Las chicas del burdel se alistaban colocándose sus vestidos más cortos de tela para poder “vender lo que tienen” es decir mostrarse mejor a los hombres y mujeres para ver si lograr poner su libido a mil y llevárselos a la cama o a los callejones o donde sus fantasías ocultas puedan cobrar vida propia…ya que siempre los clientes tienen la última palabra…bueno realmente se diría el dinero de los clientes tienen la última palabra…cada una de las cortesanas se prepara como cree conveniente o con lo que según ella le dé más ingresos (más hombres en su cuarto) unas alisan sus cabellos pintan sus rostros con colores muy muy llamativos para hacerse notar de las otras…aunque realmente demasiado es muy vulgar…al menos a mí vista lo es…pero otras se ven tan natural…acaso no ven que mucho es peor y que poco es antiestético…quizás si usaran lo normal para resaltar poco el color natural de la piel…pero bueno eso es de cada una…

Aun así cada una consigue clientes…ricos, pobres, borrachos, cultos, incultos…mentirosos, ladrones…todos pagan por tener un momento de dicha entre la piernas de una mujer o solo por escapar de sus agobiantes matrimonios en los lugares donde nadie pregunta ni le importa su estado civil o sus preferencias…solo importa satisfacer y hacer que el cliente desfogue todo lo que en su casa no puede aquellos pensamientos reprimidos…

Pero que más puede buscar un hombre de las cortesanas más que el fuego de un ardiente sexo…de un ardiente encuentro o el sentirse aún vivo por poder terminar en el cuerpo de alguien más…aunque muchos solo se excitan con lo que ven y los que venden su cuerpo se sienten relegados a dejarse hacer todo cuanto el “amo” desee…pero acaso puede haber alguien que pueda hacer que un cortesano o cortesana se excite de sobremanera…que desee ser tomada por aquel de una forma única y le haga acabar llegando al máximo clímax del momento…que le haga sentir el roce de las nubes en su completa desnudez…

Que pensamientos...me invadían que calores se sentía…mejor dicho se escuchaba…ya tarde era de esperarse…las habitaciones ya tenían a uno que otro cliente dejándose escuchar sus gemidos o jadeos además de uno que otro golpe contra las paredes, no podía dejar de sonreír una que busca el trabajo en los que hacer y otras buscan el que hacer de la lujuria…en eso que una se divierte en escuchar las cosas que ocurren en otras habitaciones con los jadeos más extraños del mundo, una de las chicas me gritó...

-GEN TRAE AGUA QUE NOS QUEREMOS BAÑAR- ahí por Dios si estaba a centímetros de su habitación porque gritaban...salí de mi cuarto con el cabellos recogiéndolo dejando una cola para soltar un poco de estos sobre mis hombros...bajé rápido y salí al patio al pozo a tomar el cubo con agua...y así mismo subir rápido...pero hey que cuando uno se encuentra laborando nunca falta un borracho morboso que te toca el trasero y te empuja haciendo que el agua se te caiga encima tuyo y encima de uno de los clientes de la barra...y no solo me ganaría el regaño de aquel hombre que estaba bebiendo sino de la madame que me miró enojada...y el otro hombre que me agarraba la cintura y no me dejaba escapar porque según él me quería a mi sobre la mesa...

-Vamos muñeca súbete y verás cómo te hacemos gritar mis amigos y yo- el muy idiota creía que yo era un simple prostituta... -suéltame o llamo a la madame y los muchachos del lugar...- le golpee con una botella de ron y me soltó insultándome y empujándome tan fuerte que caí cerca de la barra al suelo mojada y ahora con olor a licor mientras que el resto de hombre aplaudían lo que aquel bruto quería hacerme...

Gritar sería buena idea...pero en un Burdel los gritos no es una idea tan genial como se piensa o sí (?) solo tocaba cerrar los ojos, dejar que las lágrimas corran y desear que todo pase lo más rápido posible con la unica esperanza de que otra noche vendría y quizás no lo vuelva a ver...

por **Frederick Aldrich** Miér Mayo 07, 2014 12:34 pm

Miraba desde la oscuridad como aquel hombre intentaba escapar de algo que lo perseguía, trataba de huir de algo que no podía ver pero que sabía que ahí estaba detrás suyo, asechando y apunto de atacar, el silencio de los callejones se vio quebrado por los golpes de sus finos zapatos contra el suelo y su respiración agitada, giraba la cabeza con rapidez esperando encontrar aquello que lo amenazaba. Sonreí con malicia y solo negué aun sin dejarme ver. Me había contratado para darle un mensaje a aquel hombre, un último aviso. Las deudas por apuestas lo había llevado a deberle a las personas menos indicadas, personas poderosas y con grandes fortunas que terminan por contratar a seres como yo para hacer el trabajo sucio, ahora era momento de pagar-¡AYUDA!-Grito como si de eso dependiera su vida, sonreí más aun sin dejarme ver, pero entendí que era el momento de abordarlo, antes de que llamara la atención.

En un solo movimiento en menos de lo que dura un suspiro me abalancé sobre él tomándolo de la solapa del cuello y con la otra mano cubriendo su boca para que no emitiera ningún otro sonido, con fuerza lo hice chocar contra la pared. Sus ojos reflejaban un inmenso temor como si estuviera de frente a la muerte-Tengo un mensaje para ti, te esperan dentro de dos días en el muelle y es mejor que lleves lo suficiente para pagar o mejor despídete de tu esposa-Libere sus labios pero él permaneció petrificado, lleve mi dedo indice hasta mis labios para indicarle que ya no hiciera más ruido, le guiñe el ojo y lentamente lo solté, di un par de pasos hacia atrás hasta que por los callejones se escucho el sonido de los silbatos de la policía, era momento de alejarme del lugar.

Como una sombra que vaga en la oscuridad recorrí las callejuelas como un fantasma, en mi camino me encontré con el rostro que esta ciudad lucha por mantener oculto, mendigos, borrachos, prostitutas, suciedad, la pobreza en su máximo esplendor. Los miraba con indiferencia y desagrado, con asco. No pensaba detenerme, lo mejor era salir de ahí sin llamar mucho la atención. En el bolsillo de mi abrigo guardaba una pequeña bolsa con el pago del trabajo de hoy, lo suficiente para vivir un mes pero no se comparaba en nada a la deuda de aquel estúpido. Pronto y casi sin darme cuenta me encontré perdido en aquellos caminos que parecían no conducir a ningún lugar solo a un paisaje más desgarrador. Me detuve en un cruce y mire al cielo solo para encontrarme con una luna que menguaba, faltaba poco para la noche del ciclo así que mientras ese momento llegara debía ocuparme de mis asuntos y por que no, disfrutar un poco de esta ciudad que nunca podré olvidar.

Ya más tranquilo seguí con mi andar hasta encontrarme con un lugar que se diferenciaba, resaltaba en aquella sombría calle, a el entraban y salían personas de todo tipo, unos con pinta de millonarios y otros no muy diferentes a los que deje atrás tirados en la banqueta con botellas de licor en sus manos, solo hay un tipo de lugar que puede congregar a los dos lados de la moneda, un burdel. El calor en el interior era acogedor, invitaba a permanecer ahí. Permanecí en la puerta lanzando un largo vistazo a todo lo que se mostraba por delante de mi, hombres y mujeres de gran belleza que vendían placer a aquellos que podían pagarlo, amantes furtivos que comercian con el placer y muy pocas veces son capaces de obtener, los miraba y me parecían a esas muñecas de porcelana, de piel muy blanca y mejillas rosadas, dispuesta a jugar pero incapaces de sonreír de verdad, que triste. Sonreí de nuevo caminado despacio hacia la barra, como un depredador en su habitad natural, completamente dueño de la situación, erguido y sintiéndose superior a todo aquello que lo rodea.

-Whisky-Le indique al tipo de la barra que velozmente atendió mi orden dejando un vaso de cristal frente a mi. El olor a tabaco y a perfume inundaba todo el ambiente, risas y gemidos llegaban hasta mis agudos oídos como si fueran la única tonada aprendida en este sitio, deleite el primer trago de la misma forma que el segundo, mi atención estaba sumergida en el fondo de aquel recipiente hasta que se escucho un estruendo del otro lado de la barra, una chica caía al suelo gracias al empujón de un tipo que sangraba de la frente, junto a ellos un grupo de hombres reía a carcajadas e invitaban a otro sujeto a que hiciera suya a la mujer. No me interesaba la vida de ninguno, me daba lo mismo pero no sé por que esa mujer me recordó a Helena, mi hermana fallecida ya hace mucho tiempo. Ese pensamiento me hizo salir del asiento y caminar despacio hacia ellos, con pasos firmes y desgarrando la madera de la con mis uñas que parecían más las garras de un animal. Lo siguiente fue un suave golpe en el pecho del hombre que lo hizo caer de espaldas al suelo-Ella esta conmigo-Dije sin gritar, lo suficiente para que todos escucharan, gire y tome el vestido de la mujer y de un tirón la ayude a que se pusiera de pie casi por la fuerza, sin decir más la mire y comencé a caminar de nuevo a mi lugar, tal vez seguirme sería la mejor opción para ella en ese momento.

por **Gene M. Garbo** Jue Mayo 15, 2014 11:50 pm

El golpe hizo que cerrara los ojos fuertemente todo el cuerpo comenzó a dolerme, había sonado fuerte contra la barra y ahora no sabía qué hacer, sabía que si me levantaba aquel tipo me embestiría como un toro y me haría caer nuevamente y si quedaba en el suelo pues bueno era de esperarse que llegaran a repartir patadas, en ambas situaciones iba a salir toda mallugada y moreteada lo único que tocaba era esperar y ver con qué podía asestarles en el cuerpo y alejarlos hasta llegar donde la madama del burdel la cual estaría segura los mandaría con el látigo a sacar.

Pero antes de dar un paso para levantar y disponer todo mi plan en marcha, una mano que parecía más de un gigante con suma fuerza me levanta del suelo…iba a protestar pero antes de siquiera abrir la boca tuve que cerrarla, aquellos sujetos retrocedieron rápidamente dejándome ahí atontada ¿por qué? Porque quien me levantó había dicho que venía con él… ¿venía con él? No lo recordaba pero en ese momento los pies comenzaron a caminar hacia él, era mejor un desconocido que ese montón de idiotas, al menos con el otro chico podría seguir intacta más que como los otros orangutanes.

Tomé asiento a su lado un momento respirando tranquilamente un poco más de lo que estaba antes pero ahora buscaba las palabras para agradecerle…no sabía que decir o mejor dicho no sabía si hablar sería una buena idea…tomé todo el valor que tenía –Este…Gracias…bueno tu sabes…por ayudarme ahí atrás con esos sujetos…yo…- que le diría al joven que muy amable me ayudó…, espera ¿me ayudo de amabilidad? En esta vida siempre se dice que nadie ayuda a una de la vida “alegre” si no espera algo a cambio, además este mundo siempre pide algo a cambio…

-Bueno podría…podría invitarle una copa por cuenta mía como una agradecimiento o quizás indicarle cuales son las mejores mujeres para pasar la noche…según sus gustos- el nerviosismos me atacaba porque nadie en aquella ciudad se había portado tan bien conmigo, y menos en mi lugar de trabajo así que no estaba segura de lo que podría hacer para pagar al joven. El cantinero chasqueó los dedos para llamarme…me asusté porque luego de chasquearlos llamó gritando.

-Gene los tragos no se van a servir solos, mueve los pies-
Su grito me hizo sobresaltar más era por los nervios que traía…comencé a reír negando y luego miré al joven con una sonrisa… -Ya regreso…- caminé hasta el cantinero –Ya voy ya voy no grites no estaba tan lejos- tomé los vasos y botellas para salir a dejarlas en cada mesa no sin antes volver a mi salvador al cual el cantinero echaba miradas de furia y para calmarlo le hago seña de que lo que consuma iba por mi cuenta…que yo iba a pagar la cuenta del joven, al fin y al cabo él había dicho que venía con él así que era lo menos que podía hacer.

Me pareció lo más correcto, pero ¿Quién sabe lo que es o no correcto?

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