AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Merodeando -[Privado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Merodeando -[Privado]
Todas las tardes, desde que había llegado a París, la joven gitana Sarah gustaba de dar ligeros paseos por cualquier sitio, era uno de sus pasatiempos favoritos ya que así conocía más sobre el territorio y de las personas.
Ese día era una tarde prometedora, no había en el cielo más que nubes blancas y el cielo pintado de azul que señalaban un buen clima, solo unas ráfagas de viento refrescante se sentían en el ambiente, moviendo los aromas del lugar, Sarah disfrutaba de ese viento que movía los cabellos que sobresalían de las pañoletas que usaba en la cabeza como adorno.
Aquella mujer, vestía con colores algo vivos y frescos, como de un clima perfecto para el verano, una combinación de amaríllos con violetas y otros colores eran su vestimenta, la cual llamaba mucho a atención, mientras que sus largos cabellos negros estaban sueltos.
Por un momento la chica se detuvo al pie de un árbol de cedro, para poder descansar sus pies de la pequeña caminata realizada, se sentó en el pasto a un lado de las raíces sobresalientes de aquel gigante y cerró los ojos un momento mientras respiraba profundamente, le agradaba esa sensación de tranquilidad y paz que podía sentir.
Ese día era una tarde prometedora, no había en el cielo más que nubes blancas y el cielo pintado de azul que señalaban un buen clima, solo unas ráfagas de viento refrescante se sentían en el ambiente, moviendo los aromas del lugar, Sarah disfrutaba de ese viento que movía los cabellos que sobresalían de las pañoletas que usaba en la cabeza como adorno.
Aquella mujer, vestía con colores algo vivos y frescos, como de un clima perfecto para el verano, una combinación de amaríllos con violetas y otros colores eran su vestimenta, la cual llamaba mucho a atención, mientras que sus largos cabellos negros estaban sueltos.
Por un momento la chica se detuvo al pie de un árbol de cedro, para poder descansar sus pies de la pequeña caminata realizada, se sentó en el pasto a un lado de las raíces sobresalientes de aquel gigante y cerró los ojos un momento mientras respiraba profundamente, le agradaba esa sensación de tranquilidad y paz que podía sentir.
Última edición por Sarah Ravencroft el Sáb Mayo 31, 2014 12:36 am, editado 1 vez
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Re: Merodeando -[Privado]
La belleza del crepúsculo no se parece a nada más, es ese momento en el que el sol agoniza y no logra quemar la piel de los que somos más viejos que el milenio… “los conocidos hijos del milenio, entre los de mi clase”, fui convertido tarde, así que las arrugas que surcan mi rostro quedan perennes en la piel que se porcelaniza con cada noche que envejezco más…
El campo es un lugar ideal para alimentarse… lejos del bullicio de la ciudad, y con lagunas y bosques, donde las parejas que deseaban transgredir las normas sociales buscaban escondite… esa era una de mis colaciones favoritas…
Obviamente después de las doncellas de la alta sociedad, siempre perfumadas y sintiendo que el mundo les pertenece, dando órdenes y siendo condescendientes con quien las corteja… esas brujas amargas, a las que les robo la vida son el mejor alimento que puede haber… aparte, suelen ser muy cariñosas con los hombres de experiencia, como yo…
Pero esta noche que comenzaba no me apetecía todo el drama y teatro que eso representa… y que después de años de hacerlo, comienza a resultar superfluo y sin sentido… porque hasta los vampiros debemos tener un sentido de la vida para no caer en la locura…
Así que salí a caminar sin rumbo fijo… buscando quizás un nuevo motivo para existir… Estoy seguro que caminé por más de una hora entre la penumbra de los árboles… hasta que el embriagante aroma de los gitanos me advirtió que me acercaba a su campamento… “No es que no me alimente de ellos, es que siento un profundo respeto por su cultura… por eso me mantengo al margen de sus vidas”…
Tarde fue que mi distracción no me dejó notar a una mujer, obviamente romaní, que descansaba su cuerpo en las raíces de un árbol… quizás fue su olor a flores lo que me privó de identificarla, o su tranquila respiración lo que pasó desapercibida… pero, cuando la vi, estaba frente a ella y si, ella notaba o descubría mi naturaleza, no tendría más remedio que matarla…
Mis ojos se clavaron en la fina silueta de la gitana, delineada por trazos de artistas, con unos labios turgentes y discretos, como las ironías de la vida… una muñeca a la que le latía el corazón… mis ojos se cruzaron con los de ella en el silencio del bosque…
El campo es un lugar ideal para alimentarse… lejos del bullicio de la ciudad, y con lagunas y bosques, donde las parejas que deseaban transgredir las normas sociales buscaban escondite… esa era una de mis colaciones favoritas…
Obviamente después de las doncellas de la alta sociedad, siempre perfumadas y sintiendo que el mundo les pertenece, dando órdenes y siendo condescendientes con quien las corteja… esas brujas amargas, a las que les robo la vida son el mejor alimento que puede haber… aparte, suelen ser muy cariñosas con los hombres de experiencia, como yo…
Pero esta noche que comenzaba no me apetecía todo el drama y teatro que eso representa… y que después de años de hacerlo, comienza a resultar superfluo y sin sentido… porque hasta los vampiros debemos tener un sentido de la vida para no caer en la locura…
Así que salí a caminar sin rumbo fijo… buscando quizás un nuevo motivo para existir… Estoy seguro que caminé por más de una hora entre la penumbra de los árboles… hasta que el embriagante aroma de los gitanos me advirtió que me acercaba a su campamento… “No es que no me alimente de ellos, es que siento un profundo respeto por su cultura… por eso me mantengo al margen de sus vidas”…
Tarde fue que mi distracción no me dejó notar a una mujer, obviamente romaní, que descansaba su cuerpo en las raíces de un árbol… quizás fue su olor a flores lo que me privó de identificarla, o su tranquila respiración lo que pasó desapercibida… pero, cuando la vi, estaba frente a ella y si, ella notaba o descubría mi naturaleza, no tendría más remedio que matarla…
Mis ojos se clavaron en la fina silueta de la gitana, delineada por trazos de artistas, con unos labios turgentes y discretos, como las ironías de la vida… una muñeca a la que le latía el corazón… mis ojos se cruzaron con los de ella en el silencio del bosque…
David Carabott- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 03/04/2014
Re: Merodeando -[Privado]
El tiempo transcurría sin contratiempo alguno, y la dama continuaba con los ojos cerrados hasta que empezó a sentir una presencia que se iba aproximando, esto hizo que abriera sus orbes y quedaran fijos a los de un hombre de porte elegante que le miraba fijamente. La chica se sintió un poco apenada, ya que le había encontrado con los ojos cerrados además, que le parecía un hombre realmente atractivo, nunca había visto a alguien así en su vida, la dama al poco tiempo se levantó con cuidado y después empezó a sacudir la falda de su vestido.
Pero había algo que no estaba bien, Sarah sintió como un escalofrío recorrer su cuerpo, y al poco tiempo observó el aura de aquel hombre, era un aura de muerte la que se presenciaba, una pálida sin ningún rastro de vida, muy característico de aquellos que están condenados a vivir en la oscuridad y de alimentarse de sangre.
La chica no hizo ningún ademán ni tampoco algún gesto al haber visto el aura de aquel, pero sabía que tenía que ser cuidadosa. Aunque ella sentía una tristeza por aquel.- Pobre hombre, quien sabe en que circunstancias cambió – pensó por un instante.
Pasando unos segundos la chica le habló con amabilidad – Buenas noches, ¿le puedo ayudar en algo? – preguntó con sinceridad ya que muy independiente de la condición de aquel extraño tal vez no estaba en plan de buscar una víctima y requería cierta ayuda.
-Disculpe mi falta de educación, mi nombre es Sarah- continuó diciendo con algo de pena, después se arregló uno de los mechones de cabello y se quedó en silencio para esperar alguna respuesta de aquel desconocido aunque también no podía dejar de contemplar la belleza de aquel.
Pero había algo que no estaba bien, Sarah sintió como un escalofrío recorrer su cuerpo, y al poco tiempo observó el aura de aquel hombre, era un aura de muerte la que se presenciaba, una pálida sin ningún rastro de vida, muy característico de aquellos que están condenados a vivir en la oscuridad y de alimentarse de sangre.
La chica no hizo ningún ademán ni tampoco algún gesto al haber visto el aura de aquel, pero sabía que tenía que ser cuidadosa. Aunque ella sentía una tristeza por aquel.- Pobre hombre, quien sabe en que circunstancias cambió – pensó por un instante.
Pasando unos segundos la chica le habló con amabilidad – Buenas noches, ¿le puedo ayudar en algo? – preguntó con sinceridad ya que muy independiente de la condición de aquel extraño tal vez no estaba en plan de buscar una víctima y requería cierta ayuda.
-Disculpe mi falta de educación, mi nombre es Sarah- continuó diciendo con algo de pena, después se arregló uno de los mechones de cabello y se quedó en silencio para esperar alguna respuesta de aquel desconocido aunque también no podía dejar de contemplar la belleza de aquel.
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Re: Merodeando -[Privado]
“Pobre hombre, quien sabe en qué circunstancias cambió” fue el primer pensamiento de ella que llegó hasta mi… “¿Por qué tenía que ver mi aura?” me pregunté molesto, no podía dejar que viviera una humana que conocía mi naturaleza casi diabólica… “No puedo permitirme un sentimiento de debilidad… no puedo perdonar su vida…” me lamentaba en silencio mientras mis ojos se perdían en el abismo de los suyos, oscuros como el ópalo casi iridiscente… cuando su voz, melodiosa como la de una ninfa me sacó de mis pensamientos…
–Buenas noches, ¿le puedo ayudar en algo?– me dijo con sinceridad, pues ningún pensamiento turbaba su paz, más sin embargo notaba miedo… “quizás miedo no… nerviosismo en su corazón”, tratando de fingir que desconocía mi condición, mi condena… Me acerqué con pasos cautos que no dejaban sombra detrás de mí… pues “Era la hora de las brujas” (cosa que tendré que explicar más adelante), mi semblante cambiaba intermitentemente entre la compasión y la obligación…
-Buona notte signorina…- articulé como el humano más común que podría aparentar ser, aunque ambos sabíamos lo que yo era… traté de sonreír cuando sentí su intención de ayudar a un monstruo que estaba por devorarle… matarle de la manera más cruenta que existe después de las torturas de la inquisición…
-Disculpe mi falta de educación, mi nombre es Sarah- me dijo con una mezcla de ternura, miedo y pena… y entonces me di cuenta de algo “Nunca había matado a una persona de la cual conocía su nombre…” no sé si ella lo sabía, supongo que no, pero eso empeoró mi debatir moral… puesto que, por muy vampiro, monstruo que pueda ser… mi familia me crió como un caballero que respeta a quien admira y que valora ante todo la honestidad y lealtad… "¿Por qué me decía su nombre?" alguna forma de tortura gitana tal vez… o quizás… ideas volaron en mi mente que de inmediato dispersé…
-Carabott… David Carabott a vuestros pies…- y con ese dialogo comenzaba la caza de una nueva presa fémina, de esas de sangre dulce y entrega sin manipulación mental… de las que se refugian en mi alcoba por voluntad propia…
Caminé, sin tratar si quiera de ocultar mi aura ante ella, sin ocultar mis intenciones tampoco, pues podría correr o gritar por ayuda, esta llegaría para encontrar un cadáver… me detuve justo frente a sus pies ofreciendo mi mano derecha, a modo de saludo, pensando en besar su dorso, para embriagar al cazador del aroma de su presa…
-Gracias signorina Sarah… pero creo que usted no me puede ayudar…- dije tajante, tratando de no caer en la grosería –Usted ha hurgado en lugares en los que no debería…- dice refiriéndose a su aura -pero… os prometo que si os vais en este instante y no habla de mí una palabra le daré el indulto de su vida…- suspiré sintiendo que me traicionaba a mí mismo, perdido aún en la mirada de la muñeca romaní de oscuro cabello y piel tostada por el sol….
–Buenas noches, ¿le puedo ayudar en algo?– me dijo con sinceridad, pues ningún pensamiento turbaba su paz, más sin embargo notaba miedo… “quizás miedo no… nerviosismo en su corazón”, tratando de fingir que desconocía mi condición, mi condena… Me acerqué con pasos cautos que no dejaban sombra detrás de mí… pues “Era la hora de las brujas” (cosa que tendré que explicar más adelante), mi semblante cambiaba intermitentemente entre la compasión y la obligación…
-Buona notte signorina…- articulé como el humano más común que podría aparentar ser, aunque ambos sabíamos lo que yo era… traté de sonreír cuando sentí su intención de ayudar a un monstruo que estaba por devorarle… matarle de la manera más cruenta que existe después de las torturas de la inquisición…
-Disculpe mi falta de educación, mi nombre es Sarah- me dijo con una mezcla de ternura, miedo y pena… y entonces me di cuenta de algo “Nunca había matado a una persona de la cual conocía su nombre…” no sé si ella lo sabía, supongo que no, pero eso empeoró mi debatir moral… puesto que, por muy vampiro, monstruo que pueda ser… mi familia me crió como un caballero que respeta a quien admira y que valora ante todo la honestidad y lealtad… "¿Por qué me decía su nombre?" alguna forma de tortura gitana tal vez… o quizás… ideas volaron en mi mente que de inmediato dispersé…
-Carabott… David Carabott a vuestros pies…- y con ese dialogo comenzaba la caza de una nueva presa fémina, de esas de sangre dulce y entrega sin manipulación mental… de las que se refugian en mi alcoba por voluntad propia…
Caminé, sin tratar si quiera de ocultar mi aura ante ella, sin ocultar mis intenciones tampoco, pues podría correr o gritar por ayuda, esta llegaría para encontrar un cadáver… me detuve justo frente a sus pies ofreciendo mi mano derecha, a modo de saludo, pensando en besar su dorso, para embriagar al cazador del aroma de su presa…
-Gracias signorina Sarah… pero creo que usted no me puede ayudar…- dije tajante, tratando de no caer en la grosería –Usted ha hurgado en lugares en los que no debería…- dice refiriéndose a su aura -pero… os prometo que si os vais en este instante y no habla de mí una palabra le daré el indulto de su vida…- suspiré sintiendo que me traicionaba a mí mismo, perdido aún en la mirada de la muñeca romaní de oscuro cabello y piel tostada por el sol….
David Carabott- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 03/04/2014
Re: Merodeando -[Privado]
No pudo evitar sentir escalofríos al escuchar las palabras de aquel hombre quien si bien se había presentado ante ella, las palabras amables pero amenazadoras era claras, Sarah sabía que aquel había notado su habilidad para percibir el aura y eso le metía en serios problemas. A pesar de eso, la dama había tomado la mano de aquel hombre con amabilidad para responder a aquel saludo que hacía.
Pero aquella no quería moverse, no sabía exactamente qué hacer y se limitó en segundos a tomar una bolsita que tenía, pero aquella se abrió tirando todo su contenido al piso, entre aquellos objetos estaba su baraja del tarot, cuyas cartas quedaron esparcidas boca arriba, todas menos una.
Sarah tomó aquella carta y para su mala fortuna era la carta de la muerte, esto hizo entristecer un poco a la chica y tomó sus cosas metiéndolas en la bolsa menos sus cartas, revolvió aquellas y sacó una sin ver su contenido, cuando vio de que carta se trataba era la misma de hace unos segundos. Este procedimiento lo repitió una vez más con el mismo resultado.
Fue que aquella guardó la baraja mientras suspiraba profundamente – Mi destino está marcado – pensó por un instante, así que mirando con amabilidad y haciendo una reverencia de respeto ante David, la chica añadió – Le agradezco su advertencia y la oportunidad, pero no deseo escapar, si está marcado en mi destino perecer bajo su mano .... que así sea – dijo con algo de resignación y decisión. – Puede hacer lo que guste, matarme y tomar mi sangre, no opondré resistencia alguna. – De todos modos sabía que no tendría caso tratar de escapar, y si la muerte estaba marcada en su destino incluyendo a aquel hombre en su suerte, no habría forma de escapar a esa predicción además, en caso de que estuviese hambriento, por lo menos no atacaría a otros del gueto y así los hermanos gitanos podrían detectar su presencia y tomar las precauciones debidas.
Pero aquella no quería moverse, no sabía exactamente qué hacer y se limitó en segundos a tomar una bolsita que tenía, pero aquella se abrió tirando todo su contenido al piso, entre aquellos objetos estaba su baraja del tarot, cuyas cartas quedaron esparcidas boca arriba, todas menos una.
Sarah tomó aquella carta y para su mala fortuna era la carta de la muerte, esto hizo entristecer un poco a la chica y tomó sus cosas metiéndolas en la bolsa menos sus cartas, revolvió aquellas y sacó una sin ver su contenido, cuando vio de que carta se trataba era la misma de hace unos segundos. Este procedimiento lo repitió una vez más con el mismo resultado.
Fue que aquella guardó la baraja mientras suspiraba profundamente – Mi destino está marcado – pensó por un instante, así que mirando con amabilidad y haciendo una reverencia de respeto ante David, la chica añadió – Le agradezco su advertencia y la oportunidad, pero no deseo escapar, si está marcado en mi destino perecer bajo su mano .... que así sea – dijo con algo de resignación y decisión. – Puede hacer lo que guste, matarme y tomar mi sangre, no opondré resistencia alguna. – De todos modos sabía que no tendría caso tratar de escapar, y si la muerte estaba marcada en su destino incluyendo a aquel hombre en su suerte, no habría forma de escapar a esa predicción además, en caso de que estuviese hambriento, por lo menos no atacaría a otros del gueto y así los hermanos gitanos podrían detectar su presencia y tomar las precauciones debidas.
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Re: Merodeando -[Privado]
Miré a la humana con un gesto adusto, mientras hablaba, con parsimonia, como si no le importara morir en ese instante… –Le agradezco su advertencia y la oportunidad, pero no deseo escapar, si está marcado en mi destino perecer bajo su mano.... que así sea… Puede hacer lo que guste, matarme y tomar mi sangre, no opondré resistencia alguna- dijo terminando de guardar su baraja…
Sentí un infierno hirviendo en mi interior, “¿Cómo es posible que se entregue así a la muerte? Como si un cervato le ofreciera su costado a un tigre, o un saltamontes brincara dentro de la boca del camaleón…” cada vez que lo pensaba, un enojo me poseía, me hacía regresar a mis primeros años como lo que soy ahora…
“Aquellos tiempos en los que mataba por placer, que la sangre inundada de adrenalina era la única con sabor para mi… que me presentaba en los campamentos romanos para matar a los guerreros frente a sus compañeros, sin que ellos pudiesen hacer nada… Esos primeros años en los que la sed nunca se saciaba, pero más allá de la sed, era el deseo de venganza lo que crecía dentro de mí con cada latido que robaba a mis victimas…”
No valía la pena la indulgencia a una niña tonta que quería jugar a ser valiente, porque el destino así lo quería… “¿El destino? Por favor… eso no es más que una tonta proyección de lo que puede llegar a pasar… no es ni mucho menos un edicto…”, me encaminé hacia ella, rodeando los árboles que nos separaban, con calma, como el lobo que controla los movimientos de una presa, ya petrificada por el miedo…
Giré mi rostro y aspiré con fuerza –Que delicioso hueles mujer… ¿lo sabes?- pregunté con una risa cínica en el rostro, mientras penetraba en su mirada, buscando sus más profundos temores… -Ambos estamos de acuerdo en que vas a morir…- reí burlonamente –Por eso te contaré un secreto…- dije pasando mi mano por el frágil cuello de la dama, colocándome a espaldas de ella –Nunca he matado a uno como tu…- con un dedo arañe el cuello de ella, dejando caer un hilo grueso de sangre… -Es más, nunca he atacado a un gitano en mis más de mil años de vida…- lamí la sangre que salía de su herida “Era la sangre más embriagante que hubiera probado jamás… tanto que por un instante me asustó”, la tome por la cintura acercándola a mi cuerpo –Tenía esa regla querida… y por ti… se irá a la basura…- besé la herida que aún brotaba sangre, succionando de ella…
Sin soltarla, continué hablando, bajo, solo para sus oídos… -Si te mato esta noche, ocurrirán dos cosas querida Sarah…- la pegué completa a mi cuerpo, dejando que sintiera como el frío de la muerte recorría mis entrañas –me vengaré de ti por haberme hecho devorarte… te llevaré al umbral de la muerte…- dije tomando una de sus manos, levantándola sobre su cabeza y mordiéndola, comenzando a beber de aquella arteria… -Y con mis propias manos te regresaré de la muerte… y vagaras, como yo… no estarás viva, pero no podrás morir…- mi otra mano recorrió el cuerpo de ella, como si escrutara su delicada silueta, bajando hasta su cadera y acariciando su turgente pecho –Y la primer noche de tu nueva vida… te llevaré a tu clan… tu propia darás muerte a tus hermanos…-
Comencé a besar el brazo de ella, desde donde comenzaba el sangrado, bajando por su antebrazo, su codo, cuya cara interna latía con fuerza, su brazo, su hombro… hasta depositar mis labios en su cuello, abriendo de nuevo la herida, que apenas sangraba…
Sentí un infierno hirviendo en mi interior, “¿Cómo es posible que se entregue así a la muerte? Como si un cervato le ofreciera su costado a un tigre, o un saltamontes brincara dentro de la boca del camaleón…” cada vez que lo pensaba, un enojo me poseía, me hacía regresar a mis primeros años como lo que soy ahora…
“Aquellos tiempos en los que mataba por placer, que la sangre inundada de adrenalina era la única con sabor para mi… que me presentaba en los campamentos romanos para matar a los guerreros frente a sus compañeros, sin que ellos pudiesen hacer nada… Esos primeros años en los que la sed nunca se saciaba, pero más allá de la sed, era el deseo de venganza lo que crecía dentro de mí con cada latido que robaba a mis victimas…”
No valía la pena la indulgencia a una niña tonta que quería jugar a ser valiente, porque el destino así lo quería… “¿El destino? Por favor… eso no es más que una tonta proyección de lo que puede llegar a pasar… no es ni mucho menos un edicto…”, me encaminé hacia ella, rodeando los árboles que nos separaban, con calma, como el lobo que controla los movimientos de una presa, ya petrificada por el miedo…
Giré mi rostro y aspiré con fuerza –Que delicioso hueles mujer… ¿lo sabes?- pregunté con una risa cínica en el rostro, mientras penetraba en su mirada, buscando sus más profundos temores… -Ambos estamos de acuerdo en que vas a morir…- reí burlonamente –Por eso te contaré un secreto…- dije pasando mi mano por el frágil cuello de la dama, colocándome a espaldas de ella –Nunca he matado a uno como tu…- con un dedo arañe el cuello de ella, dejando caer un hilo grueso de sangre… -Es más, nunca he atacado a un gitano en mis más de mil años de vida…- lamí la sangre que salía de su herida “Era la sangre más embriagante que hubiera probado jamás… tanto que por un instante me asustó”, la tome por la cintura acercándola a mi cuerpo –Tenía esa regla querida… y por ti… se irá a la basura…- besé la herida que aún brotaba sangre, succionando de ella…
Sin soltarla, continué hablando, bajo, solo para sus oídos… -Si te mato esta noche, ocurrirán dos cosas querida Sarah…- la pegué completa a mi cuerpo, dejando que sintiera como el frío de la muerte recorría mis entrañas –me vengaré de ti por haberme hecho devorarte… te llevaré al umbral de la muerte…- dije tomando una de sus manos, levantándola sobre su cabeza y mordiéndola, comenzando a beber de aquella arteria… -Y con mis propias manos te regresaré de la muerte… y vagaras, como yo… no estarás viva, pero no podrás morir…- mi otra mano recorrió el cuerpo de ella, como si escrutara su delicada silueta, bajando hasta su cadera y acariciando su turgente pecho –Y la primer noche de tu nueva vida… te llevaré a tu clan… tu propia darás muerte a tus hermanos…-
Comencé a besar el brazo de ella, desde donde comenzaba el sangrado, bajando por su antebrazo, su codo, cuya cara interna latía con fuerza, su brazo, su hombro… hasta depositar mis labios en su cuello, abriendo de nuevo la herida, que apenas sangraba…
David Carabott- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 03/04/2014
Re: Merodeando -[Privado]
La dama no había articulado más palabra, más su mirada era determinante, ¿Qué podía perder más que su vida? Además, se encontraba sola en los terrenos parisienses y no sabía siquiera como estaban sus miembros del clan o si al menos se encontraban con vida.
Estaba intacta hasta que vio como aquel se le acercaba demasiado y arañaba su cuello, el dolor era leve y pasajero pero no pudo evitar cerrar los ojos por un instante cuando David, lamió la sangre que brotaba, lo mismo pasó con la herida de su mano.
Por unos instantes en el que estaba muy junto al cuerpo de aquel, sintió la frialdad de la muerte perteneciente al hombre, pero eso no evito que aquella tornara un color rojizo en sus mejillas que trató de ocultar mirando con la cabeza baja hacia otra dirección que no fuese el rostro del vampiro. Ya que, nunca había estado tan cercana a un hombre en toda su vida.
Escuchó atenta las últimas palabras pronunciadas por aquellos labios blancos del hombre, y de nuevo sintió como recorría su brazo hasta llegar a su cuello, sintiendo el ardor de la herida abierta de nueva cuenta. Fue que se atrevió a decir.
-No es necesario que me haga matar a mi clan, posiblemente todos estén muertos y sus cadáveres no están en esta ciudad... – dijo con algo de tristeza al recordar vagamente a su familia. – Y no conozco a los demás gitanos pertenecientes al gueto Francés, por lo que si su objetivo sería el que yo les diera muerte, no sentiría nada al respecto... – su voz no cambiaba, tenía tristeza en ella pero parte de aquel sentimiento era hacia el mismo vampiro, quien sabe en qué circunstancias había cambiado para tornarse una criatura de la noche, pero si él se detenía respetando a la sangre gitana (cosa complicada al menos en opinión de la chica) tal vez significaba que este ser, poseía sentimientos muy separados a los de odio y rencor o de bestialidad como muchos asumen a los vampiros.
-Dígame... – Volvió a hablar la dama. - ¿Cuáles fueron sus sentimientos en el momento en el que lo transformaron? ¿Acaso en ese instante lo obligaron a matar a alguien? – la voz de la dama era más calmada, pasando escasos segundos, Sarah tuvo un impulso extraño que no pudo evitar realizar, y no entendía por qué lo hacía. Aquella tomando su otra mano, acarició lentamente y con suma ternura el rostro del vampiro, desde sus cabellos hasta su barbilla, la gitana no sabía bien el porqué del impulso era algo así como un reflejo ordenado desde el interior de su alma, ella no esperaba un gesto misericordioso de David, tampoco el arrepentimiento ni su perdón.
Miró escasamente a aquel, pues todavía el hombre estaba disfrutando de la herida de su cuello, y en ese instante quedó estática, y solo sus latidos se podían escuchar pues su corazón se agitaba con fuerza.
Estaba intacta hasta que vio como aquel se le acercaba demasiado y arañaba su cuello, el dolor era leve y pasajero pero no pudo evitar cerrar los ojos por un instante cuando David, lamió la sangre que brotaba, lo mismo pasó con la herida de su mano.
Por unos instantes en el que estaba muy junto al cuerpo de aquel, sintió la frialdad de la muerte perteneciente al hombre, pero eso no evito que aquella tornara un color rojizo en sus mejillas que trató de ocultar mirando con la cabeza baja hacia otra dirección que no fuese el rostro del vampiro. Ya que, nunca había estado tan cercana a un hombre en toda su vida.
Escuchó atenta las últimas palabras pronunciadas por aquellos labios blancos del hombre, y de nuevo sintió como recorría su brazo hasta llegar a su cuello, sintiendo el ardor de la herida abierta de nueva cuenta. Fue que se atrevió a decir.
-No es necesario que me haga matar a mi clan, posiblemente todos estén muertos y sus cadáveres no están en esta ciudad... – dijo con algo de tristeza al recordar vagamente a su familia. – Y no conozco a los demás gitanos pertenecientes al gueto Francés, por lo que si su objetivo sería el que yo les diera muerte, no sentiría nada al respecto... – su voz no cambiaba, tenía tristeza en ella pero parte de aquel sentimiento era hacia el mismo vampiro, quien sabe en qué circunstancias había cambiado para tornarse una criatura de la noche, pero si él se detenía respetando a la sangre gitana (cosa complicada al menos en opinión de la chica) tal vez significaba que este ser, poseía sentimientos muy separados a los de odio y rencor o de bestialidad como muchos asumen a los vampiros.
-Dígame... – Volvió a hablar la dama. - ¿Cuáles fueron sus sentimientos en el momento en el que lo transformaron? ¿Acaso en ese instante lo obligaron a matar a alguien? – la voz de la dama era más calmada, pasando escasos segundos, Sarah tuvo un impulso extraño que no pudo evitar realizar, y no entendía por qué lo hacía. Aquella tomando su otra mano, acarició lentamente y con suma ternura el rostro del vampiro, desde sus cabellos hasta su barbilla, la gitana no sabía bien el porqué del impulso era algo así como un reflejo ordenado desde el interior de su alma, ella no esperaba un gesto misericordioso de David, tampoco el arrepentimiento ni su perdón.
Miró escasamente a aquel, pues todavía el hombre estaba disfrutando de la herida de su cuello, y en ese instante quedó estática, y solo sus latidos se podían escuchar pues su corazón se agitaba con fuerza.
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Re: Merodeando -[Privado]
-No es necesario que me haga matar a mi clan, posiblemente todos estén muertos y sus cadáveres no están en esta ciudad... Y no conozco a los demás gitanos pertenecientes al gueto Francés, por lo que si su objetivo sería el que yo les diera muerte, no sentiría nada al respecto...– dijo con una tristeza en la voz, que… por un momento dudé en matarla… “O quizás en matarla más rápido, sin dolor… para que toda esa melancolía se fugara a la eternidad, dejando su alma pura elevarse al Nirvana…”
Me introduje en su mente, no demasiado… lo suficiente, para saber que aquellas palabras que salían de su boca eran verdaderas, que aquél duelo era tan verídico como el suelo que pisaba… Pero en el laberinto de su mente se vio reflejado él, como en un espejo de oro macizo… “¿Cómo podía ser parte de la mente de la gitana?” pregunta que ella misma contestó de propia voz, aún antes de dejarme entrar más en su mente…
-Dígame... ¿Cuáles fueron sus sentimientos en el momento en el que lo transformaron? ¿Acaso en ese instante lo obligaron a matar a alguien?– dijo ella con parquedad en la voz, quizás con melancolía, pero definitivamente con misericordia y pesar…
Sentí una daga clavarse en mi estómago como primera reacción, quien se creía ella para tratar de entrar en mi mente, de jugar con mis recuerdos… con mi pasado, con un pasado que había tenido que matar para poder cambiar a lo que había sido, que a su vez, como crisálida… terminó por romperse para dejarme renovado en la tierra de los vivos, a los cuales ya no pertenezco… Mis ojos se cerraron con furia, y lo que era una breve succión en la muñeca se convirtió en una voraz mordida que hizo brotar un chorro intermitente de ella…
Con los colmillos aun lacerando la piel delicada de ella, sentí algo que… “Aún ahora después de pensarlo no puedo lograr describir… algo que en toda mi existencia, no había sentido… y vaya que habían pasado doncellas por mi lecho… centenares de ellas…” Ella posó su otra mano sobre mi rostro, y lo acarició lentamente desde mi cabello hasta mi barbilla… dejando allí su cálida mano…
Mi reacción inmediata fue soltar su muñeca de mis colmillos y alejarme de ella, como un tigre que se siente incompetente de matar a su presa, herido del orgullo, y aún más confundido por la reacción de ella… Me limpié los labios y la observé, la hemorragia de su muñeca no paraba, había roto su arteria…
Sin pensarlo y sin dejarla reaccionar mordí mi propia muñeca mientras daba trancos hacia ella, hasta tomar su mano herida y dejar que mi sangre se mezclara con la de ella, “Como el Amazonas que se une con el mar, pero nunca llega a mezclarse…”, pude ver como sus tejidos se reconformaban y la herida comenzaba a sanar…
Di un par de pasos para atrás, quedando ya en la oscuridad de un árbol, el sol había terminado de perderse y lo que era una noche de luna nueva me daba escondites a la vista de ella… -¿Qué te puede importar lo que me hicieron a mí?- escupí la pregunta llena de desconfianza… pero luego sentí mi piel aún tibia por la caricia de ella –Tienes que creer que soy un monstruo, porque en verdad lo soy…- tomé aire –No esperes encontrar más humanidad en mi…- dije con una tristeza natural, que el saber que no podía ver mis rasgos ayudó a aflorar…
Me introduje en su mente, no demasiado… lo suficiente, para saber que aquellas palabras que salían de su boca eran verdaderas, que aquél duelo era tan verídico como el suelo que pisaba… Pero en el laberinto de su mente se vio reflejado él, como en un espejo de oro macizo… “¿Cómo podía ser parte de la mente de la gitana?” pregunta que ella misma contestó de propia voz, aún antes de dejarme entrar más en su mente…
-Dígame... ¿Cuáles fueron sus sentimientos en el momento en el que lo transformaron? ¿Acaso en ese instante lo obligaron a matar a alguien?– dijo ella con parquedad en la voz, quizás con melancolía, pero definitivamente con misericordia y pesar…
Sentí una daga clavarse en mi estómago como primera reacción, quien se creía ella para tratar de entrar en mi mente, de jugar con mis recuerdos… con mi pasado, con un pasado que había tenido que matar para poder cambiar a lo que había sido, que a su vez, como crisálida… terminó por romperse para dejarme renovado en la tierra de los vivos, a los cuales ya no pertenezco… Mis ojos se cerraron con furia, y lo que era una breve succión en la muñeca se convirtió en una voraz mordida que hizo brotar un chorro intermitente de ella…
Con los colmillos aun lacerando la piel delicada de ella, sentí algo que… “Aún ahora después de pensarlo no puedo lograr describir… algo que en toda mi existencia, no había sentido… y vaya que habían pasado doncellas por mi lecho… centenares de ellas…” Ella posó su otra mano sobre mi rostro, y lo acarició lentamente desde mi cabello hasta mi barbilla… dejando allí su cálida mano…
Mi reacción inmediata fue soltar su muñeca de mis colmillos y alejarme de ella, como un tigre que se siente incompetente de matar a su presa, herido del orgullo, y aún más confundido por la reacción de ella… Me limpié los labios y la observé, la hemorragia de su muñeca no paraba, había roto su arteria…
Sin pensarlo y sin dejarla reaccionar mordí mi propia muñeca mientras daba trancos hacia ella, hasta tomar su mano herida y dejar que mi sangre se mezclara con la de ella, “Como el Amazonas que se une con el mar, pero nunca llega a mezclarse…”, pude ver como sus tejidos se reconformaban y la herida comenzaba a sanar…
Di un par de pasos para atrás, quedando ya en la oscuridad de un árbol, el sol había terminado de perderse y lo que era una noche de luna nueva me daba escondites a la vista de ella… -¿Qué te puede importar lo que me hicieron a mí?- escupí la pregunta llena de desconfianza… pero luego sentí mi piel aún tibia por la caricia de ella –Tienes que creer que soy un monstruo, porque en verdad lo soy…- tomé aire –No esperes encontrar más humanidad en mi…- dije con una tristeza natural, que el saber que no podía ver mis rasgos ayudó a aflorar…
David Carabott- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 03/04/2014
Re: Merodeando -[Privado]
La mujer se quedó estática, al sentir el dolor de su muñeca pues aquel le había roto una arteria, vio su sangre caer como una cascada sin término y sin poder hacer o mover algo para evitar ese derramamiento de sangre, y para su sorpresa aquel hombre le sanó la herida.
Cuando este la soltó y se alejó de ella, la dama colocó su muñeca hacia su pecho como si quisiera aproximarlo a su corazón, mirando hacia donde se había ido aquel más no podía observarle pues la oscuridad era demasiada bajo aquel árbol.
-Le ruego me disculpe, pero no puedo creer que sea usted un monstruo, a pesar de su condición... – dijo con tono tranquilo pero amable y con cierta ternura – Si eso fuera así, usted ya habría acabado con mi vida desde el inicio en que me vio y al contrario de eso me otorgó una oportunidad de salvación... Su corazón aunque ya no late continúa emanando piedad para con los otros o en este caso para conmigo, un monstruo no haría tal cosa.
La muchacha tenía un presentimiento dentro de sí, tal vez aquel no era tan malo como decía ser, pudiera que su condena lo obliga a matar para poder subsistir como todos (aunque de manera diferente ya que el buscaría a mortales para su alimento) pero eso no le impedía sentir misericordia por otros y eso lo hacía diferente de como aquel se consideraba. Eso había sentido Sarah al ver la oportunidad de salvación y la cura en su muñeca.
Caminó un poco hacia donde se había ido David, pero solo avanzó unos 3 pasos, mientras que en su interior ya se iba apagando aquel miedo que sintió en su interior al inicio de conocer a aquel vampiro.
Cuando este la soltó y se alejó de ella, la dama colocó su muñeca hacia su pecho como si quisiera aproximarlo a su corazón, mirando hacia donde se había ido aquel más no podía observarle pues la oscuridad era demasiada bajo aquel árbol.
-Le ruego me disculpe, pero no puedo creer que sea usted un monstruo, a pesar de su condición... – dijo con tono tranquilo pero amable y con cierta ternura – Si eso fuera así, usted ya habría acabado con mi vida desde el inicio en que me vio y al contrario de eso me otorgó una oportunidad de salvación... Su corazón aunque ya no late continúa emanando piedad para con los otros o en este caso para conmigo, un monstruo no haría tal cosa.
La muchacha tenía un presentimiento dentro de sí, tal vez aquel no era tan malo como decía ser, pudiera que su condena lo obliga a matar para poder subsistir como todos (aunque de manera diferente ya que el buscaría a mortales para su alimento) pero eso no le impedía sentir misericordia por otros y eso lo hacía diferente de como aquel se consideraba. Eso había sentido Sarah al ver la oportunidad de salvación y la cura en su muñeca.
Caminó un poco hacia donde se había ido David, pero solo avanzó unos 3 pasos, mientras que en su interior ya se iba apagando aquel miedo que sintió en su interior al inicio de conocer a aquel vampiro.
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Re: Merodeando -[Privado]
-No me mires gitana…- dije tajante desde la penumbra que el árbol me regalaba, había entrado en su mente lo suficiente como para no poder alejarme de ella aún, como si una llama se hubiera encendido en mi interior, respuesta de lo que había visto a través de sus ojos, y eso mismo que me había hecho sentir fue lo que me llevó a continuar… -Que no te haya matado aún, no significa que no lo vaya a hacer… hay quienes disfrutamos de la caza de nuestra presa…- sonreí con burla…
-Mejor acércate querida…- dijo sin entrar en sus pensamientos, pero obligándola a caminar hacia su propia oscuridad… -¿Qué se siente estar tan cerca de un monstruo?- pregunté tan socarronamente como me lo fue posible, mientras acariciaba su mejilla con el dorso de mi mano –Perdón, es que no soy un monstruo,¿ no decís?- el sarcasmo inundaba mi voz…
Me acerqué aún más a ella, oliendo la dulce sangre que ya había deleitado mi paladar, me sentía excitado, como un tigre que está a punto de atacar a su presa; mis pasos a penas y se separaban de sus pies, rodeándola, revisándola… troné las vértebras de mi cuello mientras paseaba por su espalda, deleitándome con sus encantos naturales… siguiendo esa línea con mi dedo…
-Vaya que soy ciego Sarah…- le sonreí complacido –No había notado lo bien que te ha dotado la naturaleza- para ese punto mis ojos se perdían en la oscuridad de su escote -¿Quién diría que me encontraría con una pequeña ninfa de los bosques esta noche…- chasquee la lengua ladino y la atraje hacía mi... su cuerpo se encontraba pegado a mi gélido ser, mis manos aferraban a Sarah con fuerza, mientras mi mirada se dirigía a sus ojos…
-Mejor acércate querida…- dijo sin entrar en sus pensamientos, pero obligándola a caminar hacia su propia oscuridad… -¿Qué se siente estar tan cerca de un monstruo?- pregunté tan socarronamente como me lo fue posible, mientras acariciaba su mejilla con el dorso de mi mano –Perdón, es que no soy un monstruo,¿ no decís?- el sarcasmo inundaba mi voz…
Me acerqué aún más a ella, oliendo la dulce sangre que ya había deleitado mi paladar, me sentía excitado, como un tigre que está a punto de atacar a su presa; mis pasos a penas y se separaban de sus pies, rodeándola, revisándola… troné las vértebras de mi cuello mientras paseaba por su espalda, deleitándome con sus encantos naturales… siguiendo esa línea con mi dedo…
-Vaya que soy ciego Sarah…- le sonreí complacido –No había notado lo bien que te ha dotado la naturaleza- para ese punto mis ojos se perdían en la oscuridad de su escote -¿Quién diría que me encontraría con una pequeña ninfa de los bosques esta noche…- chasquee la lengua ladino y la atraje hacía mi... su cuerpo se encontraba pegado a mi gélido ser, mis manos aferraban a Sarah con fuerza, mientras mi mirada se dirigía a sus ojos…
David Carabott- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 03/04/2014
Re: Merodeando -[Privado]
Aquella mujer no pudo evitar que su cuerpo se moviera involuntariamente ¿acaso es el poder de un vampiro? Tal vez aquellas fuerzas sobrenatuales estaban muy por encima del pensamiento mortal, la respiración de Sarah era algo agitada, tal vez por la presión que sentía en aquel instante, o al verse trasformada en una marioneta.
Pero algo extraño sucedía en su corazón, aquel estaba acelerándose como aquel que estuviese ante aquel ser amado, Sarah estaba algo confundida, ya que no podía evitar aquel sentimiento, le era imposible ver a David como el monstruo que aquel decía ser a pesar de su naturaleza sangrienta.
Al sentir la mano fría de aquel en su rostro, la dama cerró sus ojos y suspiró profundamente, aquel suspiro salido desde el fondo de su alma sin algún motivo como un fantasma.
De nueva cuenta sus mejillas tomaron un color rojizo al sentir aquel hombre muy cerca de ella, era algo que aunque trataba de evitar le era imposible – G-gracias por el cumplido – dijo algo nerviosa. –Nadia me había dicho algo tan lindo – pensó a pesar de haber entendido que aquel podría escuchar sus pensamientos.
Se sintió enseguida atrapada entre los brazos fuertes de aquel hombre misterioso, y su mirada se fijó directamente a la de ese vampiro, Sarah no quiso decir otra palabra, pero su mirada se perdió en aquellos ojos de mirada profunda, la gitana le miraba con un rostro sereno y a la vez tierno,
Pero algo extraño sucedía en su corazón, aquel estaba acelerándose como aquel que estuviese ante aquel ser amado, Sarah estaba algo confundida, ya que no podía evitar aquel sentimiento, le era imposible ver a David como el monstruo que aquel decía ser a pesar de su naturaleza sangrienta.
Al sentir la mano fría de aquel en su rostro, la dama cerró sus ojos y suspiró profundamente, aquel suspiro salido desde el fondo de su alma sin algún motivo como un fantasma.
De nueva cuenta sus mejillas tomaron un color rojizo al sentir aquel hombre muy cerca de ella, era algo que aunque trataba de evitar le era imposible – G-gracias por el cumplido – dijo algo nerviosa. –Nadia me había dicho algo tan lindo – pensó a pesar de haber entendido que aquel podría escuchar sus pensamientos.
Se sintió enseguida atrapada entre los brazos fuertes de aquel hombre misterioso, y su mirada se fijó directamente a la de ese vampiro, Sarah no quiso decir otra palabra, pero su mirada se perdió en aquellos ojos de mirada profunda, la gitana le miraba con un rostro sereno y a la vez tierno,
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Re: Merodeando -[Privado]
Su mirada no reflejaba el menor temor “¿Es que realmente no me consideraba un monstruo?” me pregunté un tanto desconcertado… molesto por no conseguir lo que deseaba… sus palabras habían sido un agradecimiento “Pero un agradecimiento a decirle que su escote me resultaba seductoramente provocativo”
Sonreí mientras la sujetaba entre mis brazos, su mirada y la mía parecían ser una sola, un abismo infinito que ella provocaba… “¿Es que la gitana me estaba gastando un hechizo?”, una mueca se dibujó en mi rostro haciéndolo más adusto que antes…
La retuve en mi prisión con una mano, mientras que la otra se alzó hasta la mejilla de ella, posando mi índice en aquel suave y cálido lugar… -Tienes una mirada bruja… Pero supongo que ya lo sabías gitana…- dije mientras comenzaba a bajar mi dedo por la piel de ella, recorriendo la línea de su mentón, pasando por su cuello, tocando la sangre coagulada que hacía un mapa de costras a su paso –Y tu sangre… ¿Qué puedo decirte?- me acerqué y lamí su cuello –Podría enloquecer al más viejo de mi especie…- sonreí mientras volvía a lamer el cuello de ella, continué con el descenso de mi dedo, hasta su clavícula, donde mis ojos se fijaron en esa marca que el hueso hace bajo el cuello, recorriéndolo como si de arte se tratara…
Mi dedo llegó a su hombro y una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro –Que bella piel tienes gitana…- dije mientras bajaba la manga de su ropa por su brazo, desnudando su hombro, que comencé a morder, despacio, sintiendo como la sangre de los capilares inundaban mi boca, tan dulce como la de su cuello… -Eres simplemente deliciosa…- me relamí los labios y mi índice reanudó su expedición, bajando por el escote de su ropa, obligando a este a ceder ante sus intenciones…
De un tirón bajé el blusón romaní, dejando parte de su cuerpo expuesto, no demasiado, pero lo suficiente para poder observar el perfecto cuerpo de Sarah, que esculpía un pecho, cuya corona se escondía aún entre las telas… -Mira nada más…- dije, asegurándome de que no pudiera soltarse de mi –Pero si tienes todo un tesoro bajo esa ropa gitana…- mientras la observaba con lascivia, sentía como una mezcla entre el deseo por su sangre y la lujuria comenzaba a apoderarse de mi…
Sonreí mientras la sujetaba entre mis brazos, su mirada y la mía parecían ser una sola, un abismo infinito que ella provocaba… “¿Es que la gitana me estaba gastando un hechizo?”, una mueca se dibujó en mi rostro haciéndolo más adusto que antes…
La retuve en mi prisión con una mano, mientras que la otra se alzó hasta la mejilla de ella, posando mi índice en aquel suave y cálido lugar… -Tienes una mirada bruja… Pero supongo que ya lo sabías gitana…- dije mientras comenzaba a bajar mi dedo por la piel de ella, recorriendo la línea de su mentón, pasando por su cuello, tocando la sangre coagulada que hacía un mapa de costras a su paso –Y tu sangre… ¿Qué puedo decirte?- me acerqué y lamí su cuello –Podría enloquecer al más viejo de mi especie…- sonreí mientras volvía a lamer el cuello de ella, continué con el descenso de mi dedo, hasta su clavícula, donde mis ojos se fijaron en esa marca que el hueso hace bajo el cuello, recorriéndolo como si de arte se tratara…
Mi dedo llegó a su hombro y una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro –Que bella piel tienes gitana…- dije mientras bajaba la manga de su ropa por su brazo, desnudando su hombro, que comencé a morder, despacio, sintiendo como la sangre de los capilares inundaban mi boca, tan dulce como la de su cuello… -Eres simplemente deliciosa…- me relamí los labios y mi índice reanudó su expedición, bajando por el escote de su ropa, obligando a este a ceder ante sus intenciones…
De un tirón bajé el blusón romaní, dejando parte de su cuerpo expuesto, no demasiado, pero lo suficiente para poder observar el perfecto cuerpo de Sarah, que esculpía un pecho, cuya corona se escondía aún entre las telas… -Mira nada más…- dije, asegurándome de que no pudiera soltarse de mi –Pero si tienes todo un tesoro bajo esa ropa gitana…- mientras la observaba con lascivia, sentía como una mezcla entre el deseo por su sangre y la lujuria comenzaba a apoderarse de mi…
David Carabott- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 03/04/2014
Re: Merodeando -[Privado]
Sarah mantenía la mirada fija en aquel hombre, su respiración era algo acelerada y sentía algunos escalofríos en su cuerpo pero nada le parecía asustarla, al contrario sentía dentro de su corazón una calidez que no podía explicar, cuando escuchó que David le llamaba bruja.
“¿bruja yo?, no puede ser además, pareciera que fue el, quien me ha embrujado con su mirada, con esos ojos profundos y a la vez celestiales, al sentir sus colmillos entrando en mi piel....yo...”
Quedó sus pensamientos en silencio y por un momento cerro sus ojos, los volvió a abrir cuando sintió despojada de algunas de sus ropas, mirando y perdiéndose otra vez en aquellos ojos profundos.
De pronto sintió que dentro de si había como una llama que iba cubriendo todo con su calor, ya era difícil sentir el frío de la piel de aquel vampiro, Sarah no entendía el porqué de aquella sensación pero le resultaba muy agradable.
-¿Qué deseas de mí? -
preguntó amablemente y con una voz suave y tranquila como si le hablara a un ser muy amado.
“¿bruja yo?, no puede ser además, pareciera que fue el, quien me ha embrujado con su mirada, con esos ojos profundos y a la vez celestiales, al sentir sus colmillos entrando en mi piel....yo...”
Quedó sus pensamientos en silencio y por un momento cerro sus ojos, los volvió a abrir cuando sintió despojada de algunas de sus ropas, mirando y perdiéndose otra vez en aquellos ojos profundos.
De pronto sintió que dentro de si había como una llama que iba cubriendo todo con su calor, ya era difícil sentir el frío de la piel de aquel vampiro, Sarah no entendía el porqué de aquella sensación pero le resultaba muy agradable.
-¿Qué deseas de mí? -
preguntó amablemente y con una voz suave y tranquila como si le hablara a un ser muy amado.
Shlainn Ravencroft- Gitano
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 06/05/2014
Temas similares
» Merodeando {Privado}
» Una niña merodeando ¿estas segura de querer hablarle? [Privado]
» Run away [Privado]
» Ya no más...*Privado*
» Once again || Privado
» Una niña merodeando ¿estas segura de querer hablarle? [Privado]
» Run away [Privado]
» Ya no más...*Privado*
» Once again || Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour