Bienvenida a tu nuevo...¿hogar?

El largo camino era de cierta forma cansador para mi pequeño cuerpo mas mi espíritu me ayudaba a seguirle el paso, las calles casi desiertas y el silencio entre ambos era nuestra compañía, el cielo estrellado y los escasos faroles del camino iluminaban aquel camino, mi mente estaba parcialmente en blanco, mis pensamientos eran tan vagos en ese momento que no hice reparo y solo estuve atenta a cualquier peligro que nos pudiera amenazar, siempre podía convertirme en guepardo, y ayudarle a el ante cualquier adversidad.

No se en que momento, pero nos detuvimos frente a un edificio de tres pisos, mire hacia arriba curiosa, logrando ver, la arquitectura gastada por el tiempo de aquel lugar, pero definitivamente era mucho mejor que estar en mi antiguo refugio, solo esperaba no ser de mucha molesta, en mi forma, ya sea humano o felino. El crujir de la puerta me puso los pelos de punta haciendo que mi cuerpo se estremeciera muy suavemente, entre rápidamente al lugar cuando el me hablo, subir las escaleras me pareció divertido, podía subirlas con gran agilidad ocupando mis cuatro patas, al llegar al ultimo nivel, me senté afuera de la única puerta que vi, abrió la puerta y entre al lugar en realidad se veía mejor de lo que me llegue a imaginar, mucho mejor. Al ver los cuadros supe que estaba en lo correcto era un pintor; sentía la curiosidad de quedarme ahí para en medio de todas esas obras de arte admirarlas y tratar de sentir lo que aquel sintió al crearlas, pero no me quede en ese lugar le seguí hasta otra habitación mas pequeña y que definitivamente era su dormitorio, con mi vista recorrí el lugar, era simplemente único, si, hacia muchos años que no estaba en un... ¿hogar?, dejo mis cosas sobre la cama y me señalo que me subiera sobre el, con toda la suavidad posible, di un pequeño salto y llegue hasta su regazo, en el me senté, y comencé a ronronear.

Estaba agradecida por lo que había hecho, nadie ni por muy solidario que fuera, haría lo que el acababa de hacer, darme la bienvenida a su espacio, sentía cierta envidia pero nada de que preocuparse, yo algún día tendría un hogar parecido a este. Alce mi vista y lo quede mirando fijamente a los ojos, hubiera deseado que en ese momento pudiera leerme la mente... - Miau - dije muy finamente, era casi un chillido pero al ser escuchado sonaba, ¿como decirlo? encantador.

Al parecer tanto él como a yo nos tendríamos que acostumbrar a esta nueva compañía, nunca había vivido con un hombre pero no me preocupaba, mi forma felina a nadie molestaba o al menos eso creía y era lo suficientemente humana para saber que hacer y que no, cualquier otro gato domestico común seria intruso, minucioso y dormilón, pero mi otra parte mi vida como humana no me permitía quedarme y ser una perezosa, tenia cosas por hacer, por investigar.

Ronroneaba tanto como aquel me hacia cariño, me acomode sobre su pecho dejando mi cola hacia sus pies, y mi cabeza cerca de su mentón, "una escena típica" paso por mi mente un joven con su mascota, cerré por un momento mis ojos mientras el ronroneo no quería parar, no tenía hambre así que moví mi cabeza en negativa, tampoco sueño, solo quería descansar quizás hablar, pero no quería incomodarlo, ya había hecho mucho por mí.

Sobre el orificio en la puerta me pareció una esplendida idea así me daba cierta libertad estando en mi forma felina, me senté sobre su pecho y dirigí mi vista a la caja, sin pensarlo me acerque a ella y la corrí hasta el con mi hocico, quería saber si estaban mis cosas, y a fin de cuentas el se había ganado mi confianza, esperaba que de algún modo el también confiara en mí, no quería que llegase y me botara... maullé y me acerque a su cara, en realidad quería hablarle pero esperaría que me entendiera de esta forma. Puse mi patita sobre la caja intentando abrirla, claro su ayuda sería grandiosa, volví a maullar...

Me aleje de él y tome entre mis dientes mi abrigo lo tire al suelo, y mire a Anuar, intentando advertirle que me convertiría en humana, me tire al suelo y me puse debajo del abrigo, cerré mis ojos y puse mi mente en blanco, tenía que liberarla y no pensar en nada, era la única forma de que me podría convertir sabiendo que alguien estaba a mi lado, di un suspiro, mi corazón lentamente comenzó a latir, podía sentir como los cambios volvían a mi cuerpo era una sensación que no podía describir era, sentir un vacio prácticamente, - haaa - dije suavemente sintiendo un alivio, mi cuerpo está cubierto por el abrigo así que levante mi cabeza para verlo y ahí escondida cubrí mi desnudes... - Anuar, De verdad te agradezco lo que has hecho - dije levantándome y quedando ahí parada moví mis dedos sintiendo como algunas articulaciones sonaban suavemente - quiero darte algo - dije extendiendo mi mano para que me diera la caja, en realidad no me preocupaba si estaba abierta o cerrada; en ese momento era lo de menos - no quiero que mi presencia humana te incomode, mas la mayorías de las veces me veras como Lit - dije recogiendo el collar de la gata y poniéndolo sobre la cama. Lo quede mirando esperando alguna palabras o más bien alguna pregunta que tuviera que hacerme, aun tenía que decirle que también podía convertirme en guepardo, pero todo a su tiempo.

No iba a aceptar un no como respuesta, ademas no era algo que siempre hubiera tenido tan solo lo había adquirido hace algunos días, en el comercio ambulante, era un amuleto que me había interesado pero claramente no para llevarlo puesto yo, a pesar de ser una persona muy supersticiosa, ese amuleto tenia un significado mas bien simple, pero lo había algo en aquel joven, y quería que lo tuviera. Tome la caja de madera y comencé a buscar entre algunas alhajas y una que otra moneda que había en el interior, hasta que di con una hilo parecido a un cuero negro, lo saque de las caja y puse el amuleto sobre mi mano, observe por largo rato.

- Por Favor, acepta este amuleto aunque no creas en el, se llama Trisquel Celta - dije estirando mi mano frente de el para que lo viera, y la tomara, lo quede mirando esperando alguna reacción, era una forma de agradecerle, yo no perdería nada, solo ganaba. Di un suspiro y deje aquel amuleto sobre la cama, y dije suavemente - El Trisquel Celta es un símbolo de la suerte, la sabiduría, el bienestar, la prosperidad, la salud y el amor. Para el quilibrio mental, físico y amoroso... yo no lo necesito y quiero que sea tuyo - dije suavemente mientras aun parada frente a la cama me di vueltas, cerré la caja y la deje encima de una mesa muy pequeña que había en el lugar.

Spoiler:

- Mañana iré por algunos vestidos - Si que lo haría, no quería que volviera a verme en esa extraña situación, mas me intrigaba saber que pensaba al respecto, sobre mi naturaleza - Hay algo mas que tengo que decirte- suspire fuertemente - a parte de convertirme en un gato, también puedo hacerlo en un guepardo - me di vueltas para quedar mirándolo - pero no te preocupes por eso, solo seré Lit - dije con un tono de preocupación, baje la mirada pensando, soy un fenómeno.

Aprecie el detalle de aceptar aquel amuleto, mas cuando lo guardo en una caja, que a simple vista podría ser una caja normal pero no lo era, quizás en ella guardase sus secretos o mejor dicho era su propio tesoro. Se muy bien que pocos creen en el destino, o en algún Dios, pero si en algo hay que creer en en esto el presente que nos había llevado hacer, lo que hacemos, cada palabra que pronunciaba hacia que de mi se desprendiera un peso. No quería pasar de ingenua, pero me parecía que podíamos ser amigos, extraños amigos.

Tenia claro que estar como Lit era algo primordial, mas si estaba en el hogar de el, dos eramos mucho pero el y Lit, extrañamente se llevaban bien, ¿Que pienso? yo soy ella, o ella es yo. Ese pensamiento se grabo en mi mente, tenia que averiguar tenia que de alguna manera encontrar aquel camino que perdí un día, no sabia si me estaba desviando cada vez mas o simplemente estaba vagabundeando por este lugar llamado París, ciudad misteriosa.

- Soy... - dije pensando en realidad de donde era - Mas bien... No se de donde soy, mis padres adoptivos eran de Italia, mas crecí en Londres hasta los 13 años, después... comencé a vagar, por los bosques... viví con una gitana... que marco mi vida y después a los 18 años... quede de nuevo sola y comencé a recorrer los bosques de Europa.- dije tranquilamente en realidad eso era a grandes rasgos mi vida, mi desolada vida, a todos lo que he llegado a querer simplemente desaparecen de mi vida, eso me puso melancólica, me senté en el borde de la cama, dándole la espalda a Anuar. Esa era la razón de estar aquí en París, buscar respuestas.

Era bastante claro, aunque el no lo dijera podía sentir que su vida en gran parte era, tan solitaria como la que llevaba yo; pero nunca me había quejado y no empezaría ahora con eso, llevaba muchos años ya en una extraña soledad, mas cada año pasaba mas lento o ¿seria que la soledad lo pintaba de esa manera?, de una u otra forma, la vida era así, mi vida era esta. Sea buena o mala, difícil u fácil, aquí estaba hablando con alguien que de manera poco inusual me había tendido la mano cuando mas lo necesitaba.

Mi edad, pensé mientras me tocaba el cabello - en realidad tengo 39 años, pero la vejez se a tardado en llegar - levante mis hombros era cierto, no creo que nadie se le hubiera pasado por la mente mi edad, mi verdadera edad -¿Y usted, cuantos años tiene?- no quería parecer grosera, pero le había permitido saber muchas cosas y yo tan solo no sabia mucho de el.

- como humana siempre me a sido difícil vivir en esta humanidad, pero no se por que como Lit es mas simple, todo es mas simple y fácil siendo ella - confesión tras confesión, no sabia por que pero con el era fácil hablar, quizás por que era muy callado y preguntaba lo justo y necesario. O seria simplemente que ¿ sentía un poco de confianza? lo mas probable era esto ultimo. Me di vueltas para mirarlo, mi curiosidad era casi igual a la de un felino y no podía simplemente callar -¿Y que hay de su vida?- pregunte suavemente.

- normalmente digo 24, pero usted sabe la verdad... ¿para que mentir?- levante los hombros y escuche atenta, veintiún año si parecía de esa edad, pero su educación era o mejor dicho iba mas allá de esa edad, aparentaba mas; pero en este caso no importaba mucho, o quizás si. Eso me había confundido ciertamente, pero luego tendría tiempo para pensar en como eran las cosas, o en como...

- si, somos la misma Lit y yo, pero es extraño sentirse mejor de una forma que de la otra, ¿Usted cuando pinta se siente mejor que si no lo estuviera haciendo?- pregunte quería llegar a un punto, no sabia bien como explicar. Realmente era o parecía otra persona, físicamente era claro que no era la misma, pero pensaba de la misma manera, sentía de forma similar. Aunque mas caricias recibía como Lit, reí ante el tonto pensamiento, últimamente me estaba desviando mucho de las conversaciones, volví a poner atención en Anuar.

Su vida según como la describía era muy desolada, en realidad no quería saber mucho de el, al parecer a el no le gustaba mucho hablar de ello y esto no era precisamente un cuestionario. Me senté en el borde de la cama, en mis manos tenia el collar de Lit - Creo que ambos somos unos solitarios...- dije lentamente, realmente no parecía ser tan malo, como se oía.

- ¿Desde cuando usted pinta? - ladee mi cabeza hacia la izquierda mirando a su galería donde tenia sus obras de arte... ciertamente llamaban mi atención, creía que todas escondían algún sentimiento...

Lo ultimo que había pronunciado era lo que mas llamo mi atención, de primera instancia pintar hacia su vida mas amena.- Cuando, me convierto en Lit el mundo se ve diferente, mas simple, creo que hasta mas hermoso. Siendo esa pequeña gatita, pienso o mejor dicho creo que puedo hacer cualquier cosa, y al igual que usted la vida se me hace mas amena - si, era muy cierto modo todo era mas simple, mas tranquilo, mas jovial, excepto cuando tenia que escapar... escapar pensé, soy una vagabunda, no tengo casa, no tengo dinero, tengo una vida mas bien salvaje... ¿En que me he convertido?, divague en mis pensamientos...

- Pienso que si nunca a estudiado arte lo suyo es vocación de verdad - afirme, al menos así lo creía; nadie podía decirle a un pintor que pintar, ni a un músico que tocar, esas eran cosas que si no las sentías de corazón era mejor no hacerlas. Cada artista, tiene sus motivos para serlo, ¿Cual serán los de Anuar?, no quería incomodarlo con mis preguntas, estaba en su territorio y debía bajar la cola, menudo dicho bajar la cola, sonreí ante mis pensamientos.

Aun desde un principio, había saltado en mi mente una interrogante, y al parecer que ahora había un poco mas de confianza podría obtener alguna respuesta - ¿Cual fue su primera impresión cuando me vio convertida en Lit? - Pregunte tranquilamente, no todos los días se conocía a una persona que tuviera esa capacidad, era difícil encontrar a un cambia-forma, y mas en esta ciudad; que era demasiado grande y había mucha gente. Las primeras impresiones, a mi parecer siempre quedaban grabadas en la memoria de las personas, y me interesaba saber cual era la de el.

Me levante de la cama y me pare frente a esta, mis pies descalzos, y mi cuerpo cubierto solo por aquel abrigo rosa, no me abrigaban por completo; comencé a refregar mis manos sobre el abrigo para abrigarme de alguna manera, no quería incomoda aun mas a él, con mis problemas. Tanto como felina o humana era demasiado friolenta, por eso acostumbraba a tener muchos abrigos y vestidos gruesos, cosa que mañana tendría que ir por algunos, y un par de zapatos no estaría nada de mal.

Bien al menos en algo estábamos de acuerdo, no sabia mucho de arte mas lo que podía apreciar viendo y deteniéndose en un cuadro. Siempre me habían llamado la atención las pinturas, cada vez que tenia tiempo, y espacio me infiltraba en lugares para observar por largo rato alguna pintura, intentando descifrar que era lo que su pintor quería expresar, por que el hecho de que llevara ciertos colores y no otros; eso era algo desconocido pero muy interesante, al menos para mi.

- Su talento es esplendido, por mi parte no se pintar, no se cantar, no se tocar algún instrumento...- dije pensativa, era cierto no sabia nada de esas cosas, y al parecer debía pronto aprender algo, en eso mi mente me hizo recordad lo que si sabia hacer - lo que si se hacer es cocinar - levante mis hombros, si aquella gitana que formo parte importante de mi madurez me había enseñado a cocinar. No era el gran arte cocinar pero al menos, me ayudaba a conseguir empleo y así obtener dinero. Suspire amplia mente mientras introducía mis manos en los bolsillos del abrigo.

Levante mi vista para poder verle el rostro, si sus palabras me tranquilizaban no quería que pensara que era un bicho raro, - En realidad, nadie es del todo normal. Aun no encuentro el parámetro de ser alguien normal - dije levantando los hombros, era cierto en ningún libro te decían como tenias que hacer, que hablar - creo que si todos fuéramos normales el mundo seria muy aburrido - termine diciendo, mientras me volvía a sentar sobre la cama, esta vez abrace mis piernas para abrigarlas por completo e intentar hacer calor.

- Gracias - tome aquella cobija y envolviéndome en ella, tapándome por completo y dejando tan solo mi cabeza al descubierto - suelo ser muy friolenta - dije con una media sonrisa en mi rostro, pero era algo natural, los felinos por tener ese pelaje tan suave, y ligero era difícil mantenerse abrigado era por eso que siempre buscábamos el calor, y en mi forma humana me pasaba exactamente lo mismo.- ¿Usted no tiene frió? - Exclame cuando oí un ruido extraño, que producía el viento al intentar entrar por algún pequeño espacio. Mis oídos siempre oían mas allá de lo que cualquiera se podía imaginar.

¿ Parámetros a caso existía eso en realidad?, quizás en alguna mente humana y normal, el tenia razón lo que algunos era interesantes a otros no les valía, pero eso hacia que la vida fuese diferente a los ojos de cualquiera. Definitivamente el mundo no era lo que uno deseaba y las personas eramos tan diferentes como el día a día. ¿A caso mi vida era igual?, no mi vida cada día era diferente al anterior. Hace algunos días vivía, en un refugio abandonado y ahora tenia algo parecido a un hogar. ¿como seria el diario vivir de Anuar?

Mi cuerpo poco a poco entraba en calor, podía sentir el abrigo acogedor de aquella cobija, observe en silencio aquel joven que al parecer no había aguantado el frió que hacia en ese lugar, por mi cabeza pasaron las imágenes de varias noches de invierno a la intemperie, buscando abrigo en donde no existía. Intentado acoger calor del hielo que cubría gran parte de los bosque... moví la cabeza sacando aquellos fríos recuerdos...

El día había sido bastante intenso desde la aurora hasta el crepúsculo, todo cambiaba en un abrir y cerrar de ojos, hacia mucho que no me pasaba tanta situaciones diferentes en un día, de la ira, al llanto, de la tristeza a la aceptación, de una sonrisa hasta la calidad de un hogar - Creo que descansar seria bueno a sido un día extraño y agotador - me encoji de hombros - ]b]me convertiré en Lit[/b] - dije suavemente mientras lo miraba con algo de seriedad - Mañana ya sera otro día y mucho mejor que este - suspire y me cubrí totalmente, y me saque aquel abrigo rosado, no quería que me volviera a ver mi desnudez, así que con la cobija me cubrí dejando a un lado el abrigo y volví a mirarlo, no sabia por que pero por primera vez me sentí incomoda haciendo eso, y no lo podía entender, ya no veía mi cuerpo desnudo...

No era tiempo de pensar en esas cosas, aun tenia mucho que hacer... bueno mas bien mañana - una ultima cosa,¿ podrías dejarme un plato o alguna taza con agua? - le dedique una sonrisa amistosa, cerré mis ojos, esta vez ya era mas fácil hacer la conversión, de cierta manera sentía mi interior en paz, y eso ayudaba bastante en este tipo de situaciones. La oscuridad en la que me vi sumergida fue la mas tranquila de todas, nunca me había sentido así, solo deje que mi cuerpo hiciera lo que estaba acostumbrado hacer... lentamente todo comenzó a cambiar... mi piel ya no era suave, ahora estaba cubierta de mi hermoso pelaje anaranjado, mis ojos podían ver aun mas de lo que ya veían, y mis oídos escuchaban mas allá de las calles de parís... lentamente abrí mis ojos al parecer estaba aun enrollada con la cobija, tan suave y cálida, maullé para que me ayudara a salir del enredo en el que me había metido, era muy pesada y aplastaba mi cuerpo. - Miiiiiiiiaaaauuuu - dije algo desesperada intentando moverme.