Meet me in the sunset [Privado]

por **Adneris Da Nobrega** Dom Mayo 18, 2014 11:25 pm

Esta era una cita a la que asistía cada tarde antes de empezar con su trabajo en el burdel. La única manera de armarse de valor antes de enfrentarse con aquello cada noche. Claro, las cosas en el burdel seguían igual. Los mismos clientes a quienes daba el brebaje preparado por la bruja, la misma escenificación para hacerles creer que eran los mejores amantes de París y que la dejaban rendida con cada encuentro. A estas alturas había llegado a hacer algunas variaciones en su rutina para evitar sospechas y aprendido a lidiar con aquellos que insistían en continuar con ella, a lo que solo le quedaba argumentar que no podía debido a la agenda que llevaba cada día o simple cansancio no podía continuar. Más de una vez tuvo que soportar con el cuerpo tenso y la piel erizada, los manoseos de esos tipos, aparentando disfrutarlos. Hasta ahora tal actuación no despertó sospecha alguna, por lo mismo ella tomaba más confianza y no tenía ataques de ansiedad cada vez que debía tener un nuevo encuentro con alguno de ellos. Las palmas de sus manos seguían humedeciéndose al momento de decir tantas mentiras y halagos para ellos, pero esperaba que con el tiempo eso también desapareciera.

Por lo pronto esa aversión a los hombres era cada vez menor, y ello se debía en gran medida a la influencia de aquel hombre con quien iba a verse ahora. Era de esas personas que le transmitían confianza, y con quien no tenía problemas en hablar de todos los temas posibles. Claro, le consideraba una especie de confidente, aunque sus grandes temores tampoco los sabía él. Quizás algún día se lo diría, por ahora no quería enturbiar esa suerte de amistad con un pasado que le era tan odioso. No. Por ahora intentaría convivir de la mejor manera posible con su pasado y su presente. Tal vez en algún momento lograría cambiar mi modo de vida, y pudiera hacer las paces con la existencia que dejé en mi ciudad natal.

Vestida con un atuendo que distaba mucho de la ropa de mujerzuela que llevaba en el bolso, este era sencillo y mucho menos escotado que lo que llevaba para trabajar. Una prenda sencilla de colores claros, sin brillos y ni colores estridentes. Le gustaba verse así, sin adornos recargados. Sonrió a su imagen reflejada en el agua, en aquellos momentos se sentía en calma. Respiró profundo abrazando sus rodillas, sentada en ese lugar podía dejar todo lo malo fuera y solo disfrutar de la tarde que se cernía sobre ella mientras esperaba a ese gitano. Era curioso que congeniara incluso con él, ya que las ideas preconcebidas sobre ellos gracias a su crianza eran nada favorable. Según su madre, los gitanos eran deshonestos, traidores, mentirosos y muchos adjetivos que con el tiempo ella misma había comprobado que no eran ciertos. Podía imaginarse la expresión del rostro de su madre si se enteraba que en esta ciudad, tenía una gran amistad con esas personas. Seguramente la mantendría encerrada un tiempo asegurando que estaba poseída o algo similar. La hipocresía de la gente que la rodeaba en esa época nunca dejaría de desencantarla y dejarle cierto sabor amargo en la boca. Sacudió la cabeza como si ese movimiento alejara esos pensamientos de ella, este no era el lugar ni el momento para dejarse llevar por los recuerdos. No, era hora de disfrutar del presente, o al menos de los pocos instantes que no le hacían desear estar muerta.

por **Josiah D'Olincourt** Sáb Mayo 24, 2014 11:15 pm

¡Reconoce a aquella a quien has hecho tantos juramentos
y los ha guardado religiosamente en su corazón!
¡Cuántas veces los has profanado con falsedades!

Su imagen le devolvía la mirada, era hora de dar el primer paso al encuentro de su compañera, aquella fémina con la cual lograba consumar momentos de gozo como al igual de completa confidencialidad; Buscó razones en las cual divagar su mente mientras el camino se abría frente a sus pies; Llevaba el manojo de cartas entre sus manos, alzaba estas de un lado a otro, de izquierda a derecha siguiendo un compás en su caminar; Y claro estaba, no perdía movimiento en observar a sus alrededores, nobles inocentes que guiaban su mirar al castaño ¿Querían algo de él? Por supuesto, siempre quieren algo del gitano.
Tendió uno de esos pañuelos que siempre llevaba con él al suelo, lo acomodo con la punta de su bota y comenzó a chasquear sus dedos con las cartas entre medio; Llamaba la atención, el anzuelo estaba lanzado y los peces poco a poco comenzaban a acercarse a él; Sería un trabajo rápido, sabía que tenía que reunirse con la rubia por lo que tomo dos o tres personas y leyó su suerte, aura y percepciones, falsas todas; No perdería tiempo en concentrarse frente a ellos, demostrar interés y luego recibir una paga misera por todo el trabajo mental que agobiaba su mente al cultivar la concentración necesaria en aplicación.

Con los bolsillos llenos siguió su andar, esquivaba las miradas curiosas que le seguían los pasos desde cuadras atrás; No continuaría con el trabajo, por las que lo deseara, las monedas nunca están de más.
La vio, estaba tan cerca que casi podía decir algo a sabiendas que ella le oiría, se vestía diferente lo que originó en él un gesto curioso ¿En realidad era ella? Sin dudas lo era, su cabello, aquel que siempre llamó su atención se lo confirmaba, cortó completamente la distancia y se sentó junto a ella; No dijo nada, sólo tomo posición palpando los bolsillos delanteros de su pantalón, encontró lo que buscaba, sacó un cigarrillo llevando éste a sus labios, con los cerillos encendió el mismo a la par que tomaba una calada disfrutando de como la nicotina embriagaba sus sentidos para segundos luego, el humo aflorara por un costado de sus labios, contrario a donde ella se encontraba; Golpeo la copa del cigarro con dos de sus dedos y se digno a verla, enarco una de sus cejas entreabriendo sus labios sólo un poco - Es una sorpresa verte así, más aún cuando ya me tienes tan acostumbrando a tus provocativas prendas, a ese maquillaje extravagante y la provocación latente... - era la voz tranquila que musitaba entre el ruido de la ciudad, volvió a llevar esa adicción a sus labios para repetir el acto anterior, golpeando y dejando a un lado continuando con su comentario - ¿Por qué el cambio? No diré que es desfavorable, creo que así luces más tus atributos que de costumbre, tampoco diré que me sorprende, pues te he visto antes en semejantes situaciones, pero... ¿A que se debe, Adneris? - Sentenció a su pregunta, quizás la cordialidad no le acompañaba en el duro tono de voz, pero rara vez controlaba ciertas situaciones que como avalanchas se colmaban en sus actos.

Luego de eso, solo se limito a quedarse sentado junto a ella; Aún intentaba recordar porque se había acordado aquella cita tan imprevista, tenía en mente trabajar todo el día, ganar dinero y luego quizás, por la noche pasar un rato junto a ella; No sólo era el placer carnal que su tibio cuerpo le brindaba en las noches taciturnas que caía entre sus brazos, si no también esa compañía incondicional que ella solía entregarle sin reconocimiento de su parte, no lo valoraba del todo, pero sí agradecía el hecho de tenerle cuando la necesitaba; Pero de su mente la palabra "Amante" no se cambiaba por algo más, era así, era ese el único motivo de su comportamiento frente a ella; A lo que la fémina también mantenía bastante claro, así se supone le había conocido y la extraña amistad que se tejía, era lo más lejano que podrían llegar a tener.

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