Quedate a mi lado || Privado

por **Charles A. Gilmerië** Jue Mayo 22, 2014 6:48 pm

Ya había pasado algún tiempo desde que Zelig habitaba la casa junto con Charles, era agradable tener la compañía de aquel ser tan especial como él, no sabía si podría tener una oportunidad como esa. Ahora se sentía como un ciego, que había pasado toda su vida con una venda en sus ojos, que el cambiante había quitado, le había mostrado que no estaban solos, que había personas diferentes a los humanos comunes y corrientes, seres sobrenaturales que se paseaban entre las sombras del mundo, eran incomprendidos, cazados como bestias. No comprendía cómo la gente podría temerle, en ellos había humanidad, tal vez mucho más que en mucha gente.

El día parecía perfecto, le había prometido a Zelig que irían a la playa, pero por culpa del clima siempre lo posponían, pero hoy parecía estar perfecto, mando a arreglar todo, enviar lo necesario a un carruaje, mientras aun parecía que el cambiante estaba por otro lado de la casa, pues no lo había visto desde que se había levantado, por unos momentos tuvo miedo, le invadió como si se tratara de una gran avalancha que lo sacudió.

— ¿Y Zelig? — le pregunto a la ama de llaves, quien le indico que estaba apenas desayunando, el ingles suspiro levemente, mientras una sonrisa se asomaba en su rostro salió en dirección al comedor en donde se encontró al cambiante terminando su desayuno — Te he estado buscando, buenos días — se sentó en la mesa — hoy es un día maravilloso, ya he preparado todo para ir a la playa, lo prometido es deuda — ya el carruaje debía estar listo, dentro de media hora podrían salir, llegarían a un hora muy buena, aun era temprano, allí disfrutarían de un almuerzo al aire libre y una merienda antes de volver, la cual Charles había preparado con mucho esmero.

A veces se preguntaba porque era tan atento con el cambiante, al cual había ofrecido estar en su casa todo lo que necesitara estar, de verdad no le molestaba su compañía, es mas, parecía que se acostumbraba a ella las largas charlas que podrían entablar de un tema en especifico o no. Le era divertido las partidas de ajedrez, Zelig era un buen oponente, lograba entusiasmarlo de forma fácil, sabía que el podría irse en cualquier momento, ese pensamiento lo atormentaba, no lo tenía atado a él, aquel joven era libre de hacer lo que quisiera, pero Charles era demasiado egoísta, no quería dejarlo ir, sentía que no podría… pero ¿por qué? Se preguntaba.

por **Zelig Erben** Mar Jun 10, 2014 1:26 pm

El que fuese que haya dicho “El tiempo pasa volando”; era un genio según su criterio y más cuando se entretenía tontamente con facilidad por la nostalgia que le daba estar en un ambiente con todos los lujos y comodidades, se había acostumbrado por lo que una parte de su ser se sentía algo temeroso ya que posiblemente, se ató él solo la soga al cuello. Esa desconfianza en sí y en los demás jamás lo dejaría en paz, no es como si odiara al idiota escocés, no es que despreciara a las sirvientas de las cuales ya había entablado varias conversaciones con propiedad; lo raro era como había empezado como un prisionero y ahora era como un mero residente amigo, ese cambio tan repentino le hacía darse demasiadas vueltas en la cabeza.

Partidas de ajedrez, platicas por un largo rato sin tantos silencios incómodos, incluso ciertos puntos en mejorar ese segundo idioma para ambos, un ritmo tan natural que creyó que su vida como híbrido en los bosques, sus trabajos a medio tiempo, la casa humilde que había conseguido en la ciudad; absolutamente todo era como una vida pasada o un mero sueño del que había despertado en esa mansión…Aunque tal vez fuese al contrario, ahora era un simple sueño del que no podía despertar para volver a la realidad, lo divertido del asunto, es que el pensamiento “la realidad puede ser más sorprendente que los sueños” estaba tatuado en su cabeza.

Despertó de su modo taciturno y miró ya su plato vacío al frente, viajando su vista hasta el hombre que entraba al comedor con su sonrisa característica, siendo tan galante como él solo. Parpadeó un par de veces recuperando su realidad y asintió con la cabeza, relajando su postura dejando los cubiertos encima del plato.- ¿Tan laberinto te parece esta casa?, no son muchos los rincones donde pueda estar aquí .- una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro recordando la promesa del otro, que él mismo fue el que se dio la tarea de hacerlo “promesa”, no es que a Zelig le fascinara la playa, le daba igual en efecto.- Cierto, lo prometiste…Está bien, me hace falta salir de mi encierro.- miró como una de las encargadas retiraba las cosas del desayuno y aprovechando agradeció por el buen trato de siempre, mirándole retirarse del comedor.

-Cuando quieras, ya estoy listo.- encogió los hombros llevando su mano izquierda hasta su nuca para arreglar un poco sus cabellos, la verdad es que esa mañana se sentía más somnoliento que de costumbre, desde que se había levantado bostezaba con algo de frecuencia por lo que ir a la playa venía bien para poder despertarse, el sedentarismo era cosa de gran impacto para sí, necesitaba estirarse.

por **Charles A. Gilmerië** Mar Jun 17, 2014 8:49 pm

Ya todo estaba listo, le alegraba que no hubiera dicho que no, asintió levemente, mientras terminaba de ordenar que subieran las ultimas cosas al carruaje tal vez sería un viaje largo, pero estaría seguro que valdría la pena el arduo viaje, los paisajes siempre eran bellos de ver por la ventaba del carruaje, esperaba que Zelig le agradara de la misma forma que a él le gustaba.

El carruaje ya estaba listo, terminaron de subir a él, para comenzar el viaje, los primeros paisajes eran de la ciudad, la gente comenzaba a invadir las calles mientras ellos seguían el ritmo del andar de los caballos que a un trote impuesto por el cochero se apresuraban a alejarse de la ciudad parisina y adentrarse a sus carreteras de tierra y polvo.

La cuidad comenzaba a quedarse atrás, cada vez más se veía tan lejana, el trote los corceles se hacía cada vez más gradual, con un leve movimiento el carruaje se mecía, por suerte no era un movimiento desagradable, aunque una que otra piedra hacía saltar el carruaje, provocando que los pasajeros la pasaran mal con los estrepitosos movimientos, pero para suerte de ellos el cochero era un hombre con experiencia sabia moverse entre un terreno complicado, haciendo que no la pasaran tan mal.

Uno de aquellos movimientos hizo que charles se deslizara hasta chocar contra Zelig acercándolos de una manera repentina, puso su mano en la pared, para no terminar chocando completamente — lo siento ¿Estas bien?— pregunto, tratando de volverse a reincorporar, el cochero se escucho también preguntando si todo estaba bien, había sido un obstáculo grande que no había podido evitarlo. — Si… no se preocupe — volvió a acomodarse a un lado de la otra ventana, notando que los arboles se volvían mas frondosos, pasaban por un bosque, parecía un bello túnel vegetal.

por **Zelig Erben** Mar Jul 08, 2014 10:33 pm

Terminó por alistarse dirigiéndose a su habitación, pues se había olvidado por completo de los planes que tenían pendientes para ese día, al poco tiempo ya se miró a si mismo montado en el carruaje, buscó relajarse mirando por la ventana el paisaje que iban dejando atrás poco a poco, entrecerró los ojos por algo de tiempo pensando en lo rápido que llegaría él al destino comparado con el carruaje y los caballos… ¿Desde hacía cuanto que no pasaba a su forma de ciervo para correr por ahí como le diera su gana?, ya unas cuantas semanas y ese pensamiento sólo le hizo extrañar todo eso, tal vez sólo le gustaría hacer carrera hasta la playa, pero llamaría demasiado la atención, además de que el calor seguro sería insoportable; tras unos segundos de planteárselo desistió.

El sonido del carruaje y las patas de los caballos retumbaban en sus oídos, si se concentraba demasiado se le hacía peor, por lo que buscaba no tomarle tanta importancia a tal rechine de las ruedas, cerró los ojos relajando su respiración aún estando somnoliento como lo esperaba, era esos días donde se podría creer que se soñaba y lo que pasaba no era verdad en absoluto, como el sueño era tan potente que te hacía creer eso aún estando despierto de alguna manera. Rogaba que por el rato se le fuera pasando cada vez más esa sensación, era algo incómodo… Qué para hablar de incomodidades repentinas, el carruaje dio un estrepitoso movimiento que los movió a ambos contra su lado de la ventana, encontrando prácticamente al escocés encima suyo; lo más incómodo fue el sonido que hizo todo, por sobretodo el instante.

-…Si, estoy bien no te preocupes.- bajó la cabeza esperando el se incorporara para sentarse derecho y arquear un poco la espalda en estiramiento, respiró hondo mirando al otro con curiosidad.- ¿La playa que has escogido está muy lejos?, no es que tenga prisa, quiero asegurarme no me llevas a un matadero.- volteó su mirada al frente dejando una leve sonrisa a su pequeña broma, capaz hablar con él le haría bien para terminar de despertarse, aunque ese golpe en su hombro por el salto del carruaje había conseguido espabilarle gran parte.

por **Charles A. Gilmerië** Dom Ago 17, 2014 5:51 pm

— ¿Por qué piensas que puedo hacerte algo malo? — Pregunto mientras terminaba de sentarse — Creí que ya habías comprendido que no podría hacerte daño — vio aquel brillo en sus ojos y una amplia sonrisa que hizo que el también se contaminara de tal, bajo la mirada negando suavemente, mientras visualizaba para tratar de deducir si le quedaba mucho tiempo en el tramo. Comenzaban a salir de aquel túnel vegetal notalmente natural, el olor al mar choco repentinamente su nariz, se podía ver a lo lejano el mar — Si, mira — le señalo el horizonte, no iban a pasar diez minutos cuando pudieran ver la arena del mar.

Era divertido sentir que había un buen ambiente entre ellos dos, siempre podían llegar a pasarla bien, le gustaba mucho su compañía y no podía dejar de repartirlo. Quince minutos después estaban deteniéndose, Charles pudo bajar del carruaje, sintió la arena en sus zapatos, invito con la mano que se acercara y se divirtiera sintiendo el ambiente del mar. El cochero se encargaría de arreglar todo, luego se iría dejándolo solos al par.

Sin pensarlo tomo la mano de Zelig para arrastrarlo hacia mas allá, cerca de las olas, se detuvo un momento para poder quitarse los zapatos y así poder sentir como su pies chocaban contra la arena de la playa. — Creo que ha valido la pena — suspiro deteniéndose muy cerca de donde las olas morían, viendo como la arena era arrastrada poco a poco. — Pronto nos quedaremos solos, he ordenado al cochero retirarse, podrás sentirte libre de ser lo que eres — Soltó su mano y se acerco un poco más para que el agua tocara sus pies, estaba fría, lo que le hizo saltar hacia atrás.

por **Zelig Erben** Mar Sep 02, 2014 6:37 pm

No importaba cuantas veces repasara lo peculiar que había sido su encuentro con el que ahora le llevaba de paseo a la playa, después de ser capturado terminó siendo casi que todo lo contrario, tal vez ¿ya eran amigos?, ¿o aún existía esa línea “cazador y presa”?, no eso no parecía ser ahora, Charles no había mostrado ningún tipo de comportamiento de ese estilo, por lo cual según deducía era lo que lo mantenía aún aprovechándose de las comodidades que le otorgaba alguien de la alta sociedad. Si lo pensaba fríamente parecía meramente eso, que se aprovechaba y no lo negaba lo estaba disfrutando, pero a la vez le agradaba el hecho de tener una amistad con él, sorprenderse por lo extraño de su comportamiento o simplemente conocerle más.

Entretenido sin más su mirada se perdió en el camino, embriagándose cada vez más con el aroma a sal, que al darse cuenta ya se estaban bajando mirando el mar frente a ellos, talló un poco sus ojos por la incandescente luz del sol, demonios sí que se sentía el cambio de clima, hacía años que no pisaba la arena ni escuchaba las olas. Sus ojos se abrieron a la sorpresa de ser arrastrado hasta la orilla junto al escocés, arqueando leve su ceja derecha e incorporándose a su lado, escuchó sus palabras esperando le soltara, ladeó la cabeza y rió un poco.- Ya soy libre de ser como soy, no me limito.- respondió confiado aprovechando ya que le había soltado para retirar el primer botón de su camisa, lo necesitaría a los pocos minutos.

-Creo que sí valió la pena, te felicito, te esmeraste.- se encogió de hombros con una sonrisa bromista, se quitó su calzado con calma dejándolos seguros y todo ordenado a la vez, suspiró levantándose para acercarse hasta donde el agua moría y regresaba.- Llevaba años sin ver el mar, demasiados diría yo.- frunció leve las cejas sintiéndose más viejo de lo que debía, se alborotó los cabellos de la nuca para relajarse mirando el carruaje retirarse.- ¿Vienes todo el tiempo a este lugar?.- terminó por sentarse cómodamente en la arena, llevando sus brazos hacia atrás como apoyo.

por **Charles A. Gilmerië** Miér Sep 03, 2014 8:32 pm

El sentir el agua un poco fría querer llegar a sus pies lo hacía retirarse, teniendo un poco de miedo de sentir de que pudiera tocar sus dedos, pero a la vez le encantaba ese juego, era el desear sentirlo, pero tener aun miedo de saltar al agua completamente. El carruaje se volvía cada vez más pequeño, se retiraba a un poblado pequeño que había cerca de allí, eran simples pescadores que vivían del turismo y de lo que el mar le pudiera dar, estaría allí en una posada o en cualquier otro lugar que le interesa mientras Charles y Zelig disfrutaba de su día en la playa.

— Normalmente las playas escocesas son hermosas, pero pocas veces puedes llegar a disfrutar un día dentro de ellas por sus temperaturas, exceptuando en verano, aunque siempre parece que quiere llover — Negó suavemente mientras una leve sonrisa no dejaba de existir en sus labios, acabaría con las mejillas entumecida si seguía de tal manera, pero no podía evitar sentirse extrañamente feliz y aun mas cuando Zelig había terminado de aprobar tal aventura que él se atrevió a cursar sin opinión alguna. — ¿En serio te ha gustado? — pregunto el también imitando al cambiante, quiso retirar un poco los botones de su camisa para dejar descubierto un poco de su pecho, dejando que el sol pegara en su pecho blanco. — Pensé que solamente complacías el capricho de este pobre rico — suspiro largamente, mientras intentaba poner un rostro de mendigo, pero no podía evitar tener una sonrisa socarrona entre sus labios.

El agua debía estar algo fría, no le gustaba tal temperatura, pero luego de estar dentro, de haberse atrevido a saltar en tal reto, comenzaba a sentirse bien y se acostumbraba poco a poco — ¿Debemos probar como está el agua? — le pregunto mirando las olas mover el mar — Solamente entrare si lo haces tú — realizo leves pucheros mientras aun seguía mirándolo, sus manos comenzaron a quitarle la camisa, dejándolo solamente con el pantalón que tenia —Vamos, desnúdate o te arrastrare con ropa y todo al agua — insistió mientras trataba de apresurarse a quitarse los pantalones para así presionar más al cambiante

por **Zelig Erben** Miér Sep 03, 2014 9:43 pm

Bostezó de buenas a primeras mientras el viento le hacía relajarse cada vez más moviendo sus cabellos, respiró hondo buscando quitar cualquier tensión en su cuerpo, era hora de disfrutar el día tanto como pudiera, el mar tenía ese gratificante sentimiento de querer olvidarse de todo lo demás. Cerró los ojos al instante de empezar a escuchar al otro hablar sobre las playas escocesas, que debía imaginárselas con el detalle que se las relataba, pues nunca había ido a ese lugar, tenía cierta curiosidad de poder conocer Escocia alguna vez, más no dijo nada al respecto, sólo una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. – ¿Quieres que me queje y desee irme acaso? – arqueó una ceja ante la incredulidad del otro que volvía a cerciorarse de su comodidad en el lugar.

Apretó los labios arqueando ambas cejas al escucharle nuevamente lo que le hizo negar con la cabeza – Pobre rico, si claro. Aunque quieras tratar de hacerte menos poner la palabra “rico” ya lo arruinas todo – le miró por el rabillo de su ojo sin mover su postura con su rostro hacia el frente, apretó un poco sus manos enterrando sus dedos en la arena que tibia acariciaba su piel, tan sumisa arropando cualquier cosa quisiera hundirse en ella, era una de las sensaciones claves que la playa podría ofrecer para relajarse. – ¿Uhmm?, ¿Quién soy yo para que debas esperar por mi? – ladeó la cabeza hacia su hombro derecho mirándolo con algo de curiosidad. – Ahora me obligan, nada cuesta decir “por favor ven conmigo porque me da miedo” – buscó provocarle tras un suspiro suave, empezando a quitar el resto de los botones de su camisa sin nada de prisa en el proceso. Dobló la prenda y se estiró para colocarla arriba del calzado, lo mismo que haría con sus pantalones, se estiró con algo de pereza terminando de levantarse.

- Vamos joven, el agua no te morderá – caminó al fin empezando a sentir lo frío del agua por sus talones, empezando a cubrir su cuerpo a medida que avanzaba, llegando hasta un poco más de sus caderas, encogió los hombros un segundo por un leve escalofrío de cambio de temperatura. – Está bastante agradable- cerró los ojos preparándose mentalmente para hundirse por completo saliendo a los pocos segundos llevando sus cabellos hacia atrás, aliviando ese calor que había estado sintiendo estando vestido.

por **Charles A. Gilmerië** Miér Sep 03, 2014 10:36 pm

Miro sorprendido a tal comentario del cambiante, pero todo aquello le dio mucha gracia – No le tengo miedo al agua– se apresuro a reprochar, mientras fruncía levemente su ceño, haciendo que se formaran pequeñas marcas en su rostro — Simplemente no te podría dejar solo aquí mientras yo me baño ¿Qué de lógico tendría eso? —bufo suavemente, mientras esperaba de brazos cruzados que el contrario terminaba de desvestirse, era ordenado, había puesto todo en un lugar, mientras él había dejado sus zapatos en cualquier lugar y su ropa toda desordenada, se podía ver que eran diferentes personas, diversas personalidades que se juntaban y podían convivir juntas sin ningún problema.

— Vamos! — camino a unos pasos detrás de el, sintiendo como el agua fría y salada comenzaba a abrazar su cuerpo, hasta dejarlo hasta la mitad del cuerpo cubierta, las olas hacia que se moviera de un lado a otro, pero no luchaba con ellas, iba a su antojo mientras veía como el cambiante bajaba completamente para terminar de mojar la parte superior de su cuerpo, Charles trato de imitarlo, hundiéndose completamente, mientras protegía su nariz y cerraba sus ojos, para evitar que el agua salada entrara por sus ojos. Agradecía que fuera un lugar poco conocido y pudieran disfrutar la soledad del lugar.

Logro salir luego de unos segundos, pronto todo su cuerpo se acostumbro a la temperatura del agua y se hizo más agradable a su cuerpo, este mismo se relajo y dejo salir un leve suspiro mientras sentía como su cuerpo comenzaba a flotar entre los oleajes — Debería probarte, apuesto que estas bien condimentado con esta agua salada — rio a carcajadas, mientras se movía un poco hacia un lugar más profundo, hasta que pudo sentir la arena con solamente la punta de sus dedos. — Es solamente una broma — aclaro mientras se movía en el agua ya más acostumbrado y tranquilo — Siempre has sido bueno —se alzo sus hombros con una amplia sonrisa picara en sus labios.

por **Zelig Erben** Jue Sep 04, 2014 4:12 am

Al ya acostumbrarse al agua elevó el resto de su cuerpo quedando prácticamente boca arriba acostado mientras flotaba suavemente dejándose llevar por el oleaje, mantuvo su mirada al cielo contemplando las pocas nubes que danzaban en un vals lento junto al viento. Lo único que reprochaba de disfrutar tal tranquilidad y la frescura de la playa era que cuando fueran a salir, tendría una gran urgencia de asearse, sentirse pegajoso era algo realmente impensable y desagradable… Ahí estaba el Zelig maniático de su aseo personal, procuraba no pensar en ello para no amargarse la existencia.

A lo que su atención fue básicamente llevada al hombre cerca de sí que pronunciaba unas palabras que tardó en asimilar, ¿qué demonios había dicho?, alzó un poco su cabeza empezando a buscar apoyo en la arena para ponerse de pié mientras arqueaba su ceja derecha con incredulidad y asombro al mismo tiempo.- ¿Disculpa?...creo que no sé como tomar tus palabras. – y no mentía, realmente no sabía cómo tomar ese tipo de comentarios, sabía era un cambiante y tal, la idea es que fuese la cena si realmente fuese un ciervo totalmente, más no, ¿entonces?, se hundió hasta el cuello en el agua sintiendo un leve escalofrío recorrer su espalda mientras nadaba un poco más cerca del escocés. - Claro ya te hiciste una idea de cómo sería un ciervo cambiante al horno – arqueó una ceja mientras pasaba por su lado y se animaba a ir un poco más allá.- Algún día por ser así te volverás vegetariano – le siguió de alguna manera el juego, pero no negaba se había sentido algo incómodo con eso, no tanto que el otro tuviera las intenciones de matarle como en un principio, más por lo que eso podría significar muy en el fondo.

Basta Zelig, se dijo inmediatamente cerrando los ojos para volver a hundirse como diez segundos en el agua, dejando que lo fino de su oído percatara los movimientos marinos, combinado con la muerte de las olas en la orilla más allá. Salió y suspiró tranquilamente tras dejarse de pensamientos ridículos que prácticamente arruinaban su paz mental, llevó sus cabellos atrás de sus orejas nuevamente, tallando su rostro para apartar el exceso de agua que escurría. – seltsam…-musitó rascándose la nuca mientras ladeaba la cabeza. – dime que trajiste algo para comer, cuando salgamos nos rugirá el estómago – se dejó llevar nuevamente poniéndose boca arriba, flotando en dirección a la orilla mientras hablaba.

por **Charles A. Gilmerië** Sáb Sep 06, 2014 8:44 pm

El sol brillaba intensamente, el agua era cristalina y comenzaba a ser agradable en el cuerpo de charles el cual dejaba que su cuerpo fuera guiado por los movimientos del mar, solamente hasta cierto punto, cuando llegaba a sentir que podría ser arrastrado mas allá de lo que deseaba, ponía firme sus piernas en la arena debajo del agua para encontrar cierta estabilidad — Siempre tan formal y rígido — bufo el escocés, mientras desviaba su mirada hacia el lejano horizonte que parecía estar tan cerca, pero a la vez tan lejos, en ocasiones le gustaba imaginar viajando en un barco, que buscaba el inicio de aquella línea que se formaba a lo lejos ¿encontrarían una tierra plana o nuevas tierras que explorar? Al final parecía que sabría la noticia solamente por periódicos, pues lo admitía, el no era un explorador, se trataba de solamente un pobre hombre con deseos de descubrir, pero con poca insistencia en lo que se proponía.

— Podría volverme vegetariano — respondió en un susurro suave mientras hundía cada vez su cuerpo, dejando apenas los ojo y la nariz para así poder respirar, mientras sus ojos parecían estar hipnotizados por los movimientos del contrario. No podía dejar de verlo y pensar en lo contento que lo hacía verlo tan relajado, lejos del agitada ciudad y más cerca de la naturaleza, de una soledad refrescante. Cierto miedo le llego a pegar en la boca del estomago ¿Qué pasaría si prefería este lugar? Podría negarse a volver, ¿Podría Zelig estar ya cansado de la vida que llevaba junto con charles? Nunca había estado nada definido, siempre el escocés le había tenido la libertad de ir y venir, eso quería decir que se podría ir cuando quisiera, pero la realidad era que Charles no deseaba ver partir a aquel joven.

— ¿Ah?— Todo eso estaba pensando mientras el cambiante parecía hablar, prácticamente no escucho mucho lo que quiso decir, apenas pudo rescatar algunas palabras y conjugar rápidamente una respuesta — Claro, ¿Cómo podrías dudarlo? — trato de hacer una mueca que sería tomada como una sonrisa, el agua para el comenzaba a tornarse muy fría, no le gustaba toda aquella sensación que recorría en su cuerpo. Quería aclarar, pero el miedo parecía ser cadenas que lo ataban de pies a cabeza. Siendo Zelig tan rígido y áspero, era difícil para el pensar que podría llegar a ver aceptación en el, podría hacerlo simplemente por complacerlo, sin verdaderamente quererlo.

— ¿Has tenido planeas de irte? — pregunto repentinamente, su cuerpo dejo de moverse con el movimiento del mar, el cambiante aun estaba distraído disfrutando el flotar en el ancho mar, estaba tan cerca, pero igual que el horizonte, lo llegaba a ver muy lejos, quería llegar a tocarlo, aferrarse a él, pero su cuerpo no se movía, su conciencia también comenzaba a reprochar, no era lo correcto, estaba Charles demente para querer hacer algo así. Pero cuando menos se lo espera lo tiene tan cerca, gracias al oleaje, era como si Poseidón buscara acercar a dos almas que podrían estar destinadas a estar juntos. Con el poco valor que tuvo lo sujeto del brazo atrayéndolo de tal madera que la distancia entre ellos se había reducido solamente a centímetros — ¿Podrías nunca dejarme solo? —

por **Zelig Erben** Dom Sep 07, 2014 12:29 am

Sus ojos de buenas a primeras en unos pocos segundos, empezaron a ceder a sus párpados que fueron pesándole un poco más de lo normal, se sentía bastante bien estar relajado con la agradable temperatura del agua, el viento soplaba tranquilamente que lo que provocaba era dormir todo el resto del día, cosa que su cuerpo empezó a tomárselo enserio, podría decirse que se había hecho uno con el agua, sintiéndose parte de ella más la marea que agradecía estuviese calma. Cerró los ojos por un par de minutos tal vez, no sabía cuánto había pasado, lo único que podía percibir era que estaba más cerca del escocés gracias a los movimientos del agua, a lo que lentamente fue abriendo un poco para mostrar sus ónices sorprendidos por la expresión que le mostraba ahora su acompañante.

A su primera pregunta, procuró quedarse en silencio puesto a que su voz a sí el otro no lo quisiera estaba algo apagada, o tal vez lo más acertado fuese preocupada; ¿Había planeado irse?, claro que sí, lo había hecho desde que había llegado, pero por cosas locas del destino, gracias al “cazador buena gente de Charles” fue tan particular que no podía negarse a las comodidades que le ofrecía en su casa, no lo negaba por eso más que todo se había quedado, aparte de que también le agradaba tener a alguien con quien hablar, a pesar de ya tener varios años viviendo en Francia, no había congeniado tanto con otra persona, más de que Charles demostró interés por su persona, que bueno gracias a ser cambiante pero lo demostraba de manera positiva.

No puso la guardia en alto, la seriedad del otro hizo que no quisiera echarle un manotazo al sentir el agarre en su brazo más la cercanía, que, inmediatamente llevó su mirada a la del contrario, buscando tal vez la respuesta a lo que le tenía tan afligido, más de que sus palabras lograron conmoverle por dentro, pero físicamente no lo demostró en absoluto, haciendo en parte que quisiera abrir la boca para responderle enseguida, pero tardó sus segundos mientras pensaba una buena manera. – ¿Te preocupa me vaya yo o solamente quieres compañía de cualquiera? – fue lo primero que pudo modular, que tras decirlo lo repasó unas cinco veces, por lo que hizo una ligera mueca de desconcierto. – Charles, quiero asegurarme de que no eres un interesado porque sea un cambiante, si lo eres no tengo motivos para quedarme – se fue acomodando para quedar de pié frente a él, relajando sus músculos y bajando el brazo que le había tomado.

por **Charles A. Gilmerië** Lun Sep 29, 2014 8:41 pm

— No seas estúpido — vocifero. Sentía un ardor intenso en su pecho. Retrocedió, soltando el agarre que mantenía al cambiante cerca de él. Se mantenía firme, para evitar que las olas del mar lo volvieran a llegar a la orilla. Estaba más cansado de lo que se podría imaginar, no sabía exactamente la razón de su agotamiento físico, tal vez era provocado por las olas que chocaban violentamente en su cuerpo o por el esfuerzo mental que provocaba esa escena. Tenía miedo, un gran y terrible miedo. ¿Si no era él, Quien lo seria? Tenía un gran temor de que lo tomara como un loco maniático y no comprendiera ni una palabra de lo que estuviera diciendo, estaba seguro que sería un gran golpe para el. Pero, estaba decidido, detendría el tiempo si era posible, para solamente quedarse junto a él.

— Lo que eres o dejes de ser es lo que menos me importa — estaba inquieto, parecía que su cuerpo se movía con el movimiento del mar — me has enseñado a ver mas allá de tu increíble condición — sonrió ampliamente. Era irónica la verdad, porque la primera vez que lo mantuvo en cautiverio era por simple capricho de un niño rico y aburrido. Ahora lo quería volver a retener, pero no por las mismas razones que pudo tener tiempo atrás. Lo había enseñado a ser más humilde, ver más allá de la apariencia de la persona, disfrutar increíblemente la compañía de alguien que a cada segundo llegaba a enseñarte algo nuevo; aunque pudiera no darse cuenta de aquello.

Ese fue el impulso que necesitaba, para poder romper una de las cadenas que lo ataban. —Aquella casa heredada de mis padres, solitaria, maltratada por los años, estaría muy vacía. No importa cuanta gente llegara a estar junto a mí…— todo volvería hacer como antes. Caería en un mundo del que siempre habría intentado huir y que de alguna forma Zelig ayudaba a no caer.

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