AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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|| Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
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|| Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Recuerdo del primer mensaje :
La noche por fin se pronuncia imponente en París, Francia donde los cielos se ven matizados con la manta estelar cuyo astro lunar prevalece en el pináculo, proyectando sus platinados rayos que iluminan el sendero de una sombra que se traslada con rapidez entre los tejados de los recintos parisinos.
Los vientos traen una baja temperatura y las cortinillas de polvo se expanden por los callejones donde se escucha una abrupta caída, sin embargo, pronto todo cambia cuando el sonoro eco de pisadas en carrera va acercándose a donde está el gran Palacio Royal.
Imponente edificación que se plasma con todo poder ante la sombra que ahora yace en la entrada principal, siendo separado de la puerta solo por los muros y rejas que pareciesen ser solo juguetes para el hidalgo que simplemente flexiona sus piernas para dar un fuerte salto, apoyándose en uno de los muros para impulsarse por segunda vez hasta superar la altura de las defensas del Palacio, con maestría gira en el aire un par de veces para después caer sin problema en los jardines, de pie, completo.
Halos de luz vienen y van, rayos lunares por igual… Parece que los elementos quieren descubrir a este intruso quien se desliza cual sombra que cobra vida por los rincones del lugar, logrando escalar con maestría hasta el último piso del recinto, adentrándose por una ventana.
Extenso es el aposento donde ahora yace el ser que viste de ropajes negros, con una capa que pende desde sus hombros y abraza la anatomía alta así como musculosa de quien porta un traje fino azabache –A ver.. A ver.. ¿Por dónde empezar?- susurra, dando un paso al frente para observar algunos elementos básicos tales como una gran cama, algunos sillones, muebles, cuadros y espejos donde su reflejo pareciese indicar el de simplemente una efigie.
Su mano abre la puerta, dejando entrar la luz por unos segundos que delatan su rostro cubierto por un antifaz negro que porta una mirada marrón así como unos cabellos largos tomados por una cola y un sombrero de copa que acentúa la imagen que no tiene cavidad de duda.. Es el Ladrón Rosa Negra.
Lentamente empieza a caminar por el pasillo cuando las luces se van apagando una a una, todo indica que es hora de dormir, sin embargo la noche aun es joven y él vino por algo… O mejor dicho por alguien… Por un nombre… Por ella.
La noche por fin se pronuncia imponente en París, Francia donde los cielos se ven matizados con la manta estelar cuyo astro lunar prevalece en el pináculo, proyectando sus platinados rayos que iluminan el sendero de una sombra que se traslada con rapidez entre los tejados de los recintos parisinos.
Los vientos traen una baja temperatura y las cortinillas de polvo se expanden por los callejones donde se escucha una abrupta caída, sin embargo, pronto todo cambia cuando el sonoro eco de pisadas en carrera va acercándose a donde está el gran Palacio Royal.
Imponente edificación que se plasma con todo poder ante la sombra que ahora yace en la entrada principal, siendo separado de la puerta solo por los muros y rejas que pareciesen ser solo juguetes para el hidalgo que simplemente flexiona sus piernas para dar un fuerte salto, apoyándose en uno de los muros para impulsarse por segunda vez hasta superar la altura de las defensas del Palacio, con maestría gira en el aire un par de veces para después caer sin problema en los jardines, de pie, completo.
Halos de luz vienen y van, rayos lunares por igual… Parece que los elementos quieren descubrir a este intruso quien se desliza cual sombra que cobra vida por los rincones del lugar, logrando escalar con maestría hasta el último piso del recinto, adentrándose por una ventana.
Extenso es el aposento donde ahora yace el ser que viste de ropajes negros, con una capa que pende desde sus hombros y abraza la anatomía alta así como musculosa de quien porta un traje fino azabache –A ver.. A ver.. ¿Por dónde empezar?- susurra, dando un paso al frente para observar algunos elementos básicos tales como una gran cama, algunos sillones, muebles, cuadros y espejos donde su reflejo pareciese indicar el de simplemente una efigie.
Su mano abre la puerta, dejando entrar la luz por unos segundos que delatan su rostro cubierto por un antifaz negro que porta una mirada marrón así como unos cabellos largos tomados por una cola y un sombrero de copa que acentúa la imagen que no tiene cavidad de duda.. Es el Ladrón Rosa Negra.
Lentamente empieza a caminar por el pasillo cuando las luces se van apagando una a una, todo indica que es hora de dormir, sin embargo la noche aun es joven y él vino por algo… O mejor dicho por alguien… Por un nombre… Por ella.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Eran sus manos las que perfectamente saben cómo tocarlo, como acariciarle y hacerle anhelar tanto su cuerpo, su piel, su pasión. Los segundos se volvieron eternidades en el momento que ella también responde de igual forma a aquel beso que funge como el detonador de aquella bomba apasionada.
Las manos del moreno se dedican ahora a dejar caer los tirantes de aquel vestido y con sumo cuidado lo despojan de aquel enigmático cuerpo al dejarla solo en ropa interior, una que por cierto delata la escultural figura de Lorelleine.
Entre jadeos y respiraciones brindadas por el placer, el enmascarado cuestiona –¿Estás… segura?- continuando con aquellos besos que pareciesen ser las respiraciones para un cuerpo que se está consumiendo en su propia llama de excitación.
Rápidamente la piel de Rosa Negra se vuelve a erizar pues la delineación con esos dedos maestros hacen enloquecer al Toro Español, quien con un profundo suspirar trata de estimular a la bella rubia pues desciende sus propias manos a acariciar las piernas y muslos de esta, dejando delicadeza y sobre todo deseo como huella por cada rincón que trata de acariciar.
Las manos del moreno se dedican ahora a dejar caer los tirantes de aquel vestido y con sumo cuidado lo despojan de aquel enigmático cuerpo al dejarla solo en ropa interior, una que por cierto delata la escultural figura de Lorelleine.
Entre jadeos y respiraciones brindadas por el placer, el enmascarado cuestiona –¿Estás… segura?- continuando con aquellos besos que pareciesen ser las respiraciones para un cuerpo que se está consumiendo en su propia llama de excitación.
Rápidamente la piel de Rosa Negra se vuelve a erizar pues la delineación con esos dedos maestros hacen enloquecer al Toro Español, quien con un profundo suspirar trata de estimular a la bella rubia pues desciende sus propias manos a acariciar las piernas y muslos de esta, dejando delicadeza y sobre todo deseo como huella por cada rincón que trata de acariciar.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Me despojó tan rápido de mi vestido que tan solo pude calmar el pánico que crecía en mi interior. No sabía si quería pasar a más pero aquel beso estaba volviéndose una necesidad en mi ser.
Mis manos volvieron a ascender provocando que atrajera más su cuerpo al mío y me quedé callada separando sus labios de los míos. Miré sus ojos. ¿Y si él no deseaba realmente besarme? ¿Estaba haciendo algo para provocarle sin tan siquiera saberlo? Bajé mi mirada a su piel de caramelo. Aspiré su aroma y después recobrando confianza apoyé mis labios en su oído.
- Tan solo ayúdame a disfrutar de un beso, de unas caricias... -supliqué dado que estaba al borde de ponerme a llorar por sentirme una cualquiera que parecía quererse entregar a un ladrón.
¿Qué debía hacer? Estaba hecha un lío. Mi respiración se entrecortaba por los hipidos de un sollozo que escapaba del interior de mi alma. ¿Acaso nadie podía desearme o amarme? ¿Por qué todo en mi interior eran dudas? Solo había algo que tenía seguro, que el ladrón apretándome contra su cuerpo, me hacía sentir mucho mejor.
- Tan solo no te vayas -musité entre suspiros de pánico por miedo a que él pensase su forma de pensar por mi manera de comportarme.
¡Oh, maldita inseguridad! Una mujer en mi situación no habría dudado en perderse entre los brazos de aquel español tan increíblemente apuesto que parecía desear una noche de pasión inexplicable para mi mente.
- Solo no te vayas -repetí antes de enterrar mi rostro en el hueco de su cuello dejando que fuese él quien decidiese lo que hacer, como comportarse o que me confesara que no le gustaba como mujer.
Mis manos volvieron a ascender provocando que atrajera más su cuerpo al mío y me quedé callada separando sus labios de los míos. Miré sus ojos. ¿Y si él no deseaba realmente besarme? ¿Estaba haciendo algo para provocarle sin tan siquiera saberlo? Bajé mi mirada a su piel de caramelo. Aspiré su aroma y después recobrando confianza apoyé mis labios en su oído.
- Tan solo ayúdame a disfrutar de un beso, de unas caricias... -supliqué dado que estaba al borde de ponerme a llorar por sentirme una cualquiera que parecía quererse entregar a un ladrón.
¿Qué debía hacer? Estaba hecha un lío. Mi respiración se entrecortaba por los hipidos de un sollozo que escapaba del interior de mi alma. ¿Acaso nadie podía desearme o amarme? ¿Por qué todo en mi interior eran dudas? Solo había algo que tenía seguro, que el ladrón apretándome contra su cuerpo, me hacía sentir mucho mejor.
- Tan solo no te vayas -musité entre suspiros de pánico por miedo a que él pensase su forma de pensar por mi manera de comportarme.
¡Oh, maldita inseguridad! Una mujer en mi situación no habría dudado en perderse entre los brazos de aquel español tan increíblemente apuesto que parecía desear una noche de pasión inexplicable para mi mente.
- Solo no te vayas -repetí antes de enterrar mi rostro en el hueco de su cuello dejando que fuese él quien decidiese lo que hacer, como comportarse o que me confesara que no le gustaba como mujer.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Niega con calma, una sonrisa se dibuja en su rostro totalmente enternecido por las suplicas de la hermosa dama, a quien le susurra con prontitud –Te haré sentir… Lo que en este mismo momento… Tú me haces sentir- tomando la mano ajena para depositarla sobre su pecho, mostrando lo rápido que su corazón late.
Poco tiempo pasa para que el ladrón se coloque de pie y así, tomando a la dama rápidamente le deposita recostada en su cama, cubriéndola con caricias hechas por su mano izquierda así como un repentino camino de besos que se teje desde sus piernas hasta sus muslos, pasando por su abdomen y siguiendo por su escote, donde decide adelantarse hasta su cuello y así finalizar en sus labios.
Esta vez aquel beso es más calmado pero con mayor profundidad. Su mano diestra acaricia la mejilla de Lorelleine a la par que su otra extremidad ahora dibuja figuras amorfas cerca de los senos de ella.
-Quiero… Que seas mía esta noche… Más no de una forma errónea… Quiero que te entregues a mí, si así lo deseas… Porque yo ardo por ser tuyo esta noche-
Recita con toda calma, mordiendo el lóbulo de su oreja para despegarse un poco y así lograr quedar frente a frente de la preciosa rubia, ambos recostados en la cama y casi desnudos… En espera de que esa pasión, ese placer sea el combustible para una explosión que seguramente ambos desean que pase.
Poco tiempo pasa para que el ladrón se coloque de pie y así, tomando a la dama rápidamente le deposita recostada en su cama, cubriéndola con caricias hechas por su mano izquierda así como un repentino camino de besos que se teje desde sus piernas hasta sus muslos, pasando por su abdomen y siguiendo por su escote, donde decide adelantarse hasta su cuello y así finalizar en sus labios.
Esta vez aquel beso es más calmado pero con mayor profundidad. Su mano diestra acaricia la mejilla de Lorelleine a la par que su otra extremidad ahora dibuja figuras amorfas cerca de los senos de ella.
-Quiero… Que seas mía esta noche… Más no de una forma errónea… Quiero que te entregues a mí, si así lo deseas… Porque yo ardo por ser tuyo esta noche-
Recita con toda calma, mordiendo el lóbulo de su oreja para despegarse un poco y así lograr quedar frente a frente de la preciosa rubia, ambos recostados en la cama y casi desnudos… En espera de que esa pasión, ese placer sea el combustible para una explosión que seguramente ambos desean que pase.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Me dejé recostar deseando saber lo que le hacía sentir. Lo que ese corazón acelerado simbolizaba pues por miles de sentimientos distintos se podía prender el ritmo de las pulsaciones. ¿Era miedo? ¿Pasión? ¿Amor quizá?
Su cuerpo sobre el mío rápidamente comenzó a llenar mi piel con sus labios carnosos, esa boca ardiente, por mi cuerpo blanquecino, esa piel suave que gozaba vibrando por sentirse recorrida de aquella forma tan asombrosa. Mordí mi labio inferior mientras que mis manos agarraban las sábanas conteniendo los deseos de moverme, moverme para hacer cosas que no sabía pero deseaba corresponder aquel baño de besos con uno propio.
Su boca de nuevo besándome con profundidad imprimiendo en mi ser una nueva chispa diferente. Abrí mis labios sobre los suyos recordando la forma en que me habían besado otras veces por lo que mi lengua tímida, rozó aquellas mullidas almohadas que estaban robándome el sentido.
¡Bendito ladrón! Estaba robándome hasta la cordura. No podía pensar en nada que no fuese él. Apoyé mis manos en sus hombros y cuando por un minuto su boca abandonó la mía para volver a hablar, arqueé ligeramente mi espalda para luego descender un poco bajo su cuerpo.
- ¿Quieres ser mío?
Esa frase me hizo sentir especial. No, sabía que había estado con más mujeres pero ahora me deseaba a mí.
Poco a poco mis labios besaron cada milímetro de su hombro, pasando después a su otro hombro comenzando a descender por aquellos pectorales del pecado que parecían hechos para ser venerados por los labios y no tan solo por caricias.
Su cuerpo sobre el mío rápidamente comenzó a llenar mi piel con sus labios carnosos, esa boca ardiente, por mi cuerpo blanquecino, esa piel suave que gozaba vibrando por sentirse recorrida de aquella forma tan asombrosa. Mordí mi labio inferior mientras que mis manos agarraban las sábanas conteniendo los deseos de moverme, moverme para hacer cosas que no sabía pero deseaba corresponder aquel baño de besos con uno propio.
Su boca de nuevo besándome con profundidad imprimiendo en mi ser una nueva chispa diferente. Abrí mis labios sobre los suyos recordando la forma en que me habían besado otras veces por lo que mi lengua tímida, rozó aquellas mullidas almohadas que estaban robándome el sentido.
¡Bendito ladrón! Estaba robándome hasta la cordura. No podía pensar en nada que no fuese él. Apoyé mis manos en sus hombros y cuando por un minuto su boca abandonó la mía para volver a hablar, arqueé ligeramente mi espalda para luego descender un poco bajo su cuerpo.
- ¿Quieres ser mío?
Esa frase me hizo sentir especial. No, sabía que había estado con más mujeres pero ahora me deseaba a mí.
Poco a poco mis labios besaron cada milímetro de su hombro, pasando después a su otro hombro comenzando a descender por aquellos pectorales del pecado que parecían hechos para ser venerados por los labios y no tan solo por caricias.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
La respiración del enmascarado pareciese ser tan agitada como la de la hermosa mujer. Sus manos que delinean cada centímetro de ese escultural cuerpo van soltando uno a uno los listones del corsé que realza los senos de la preciosa dama… ¡Pero qué cuerpo! Una cintura bien marcada, unas caderas que son perfectamente simétricas a la complexión de ella; una piel suave y blanca que llevan como emblema un rostro angelical que posee largos cabellos.
Marrones son los ojos que se pasan una y otra vez por toda la fisionomía de Lorelleine, como si la estuviera tatuando en esos recuerdos que se construyen al paso de los segundos y que abandonan a este par de amantes a sus más íntimos deseos –Esto responderá tu pregunta, preciosa mía- se limita a contestar el español quien con su mano diestra toma delicadamente el rostro ajeno y deposita un enternecido beso sobre sus carnosos labios.
Con su otra mano va bajando por el cuello de la musa, llegando a sus hombros para despojarle de su prenda superior ya desatada. Cuidadosamente la tira al suelo, dejando a los aires el torso desnudo de la rubia para así admirar como sus senos caen agraciadamente por la gravedad y por ello, no tarda en empezar a acariciarlos y estimularlos con toda delicadeza, como si estuviese cuidando a un tesoro… Al más valioso del mundo.
De su garganta sale un suspiro que se convierte en un efímero gemido, la intensidad del momento sube gradualmente, a un ritmo lento y necesario. Algo que hace ambos disfrutarlo, gozarlo y guardarlo en sus mentes así como en sus pieles.
-Lorelleine… Mi bella Lorelleine- susurra contra sus labios, mordiendo el inferior de estos y así con toda suavidad continua explorando ese cuerpo perfecto, deslizando la yema de sus dedos hacia las bragas para soltarlas con cuidado, deslizándolas por esa piel hasta llegar a desnudarle en plenitud… Una obra de arte, un majestuoso monumento a la belleza es lo que piensa el de piel morena, paciente y cariñoso con la mujer que ha decidido entregarse a él.
Lentamente regresa al oído de la fémina, dejando un cálido susurro –Todo estará bien, yo cuidaré de ti… Y haré que esta noche sea especial- dejando un beso en el lóbulo de su oreja para después mirarle fijamente a los ojos, sonriendo en busca de brindarle confianza y mostrando un rostro algo nervioso también pues tenerla entre sus brazos con ese majestuoso cuerpo desnudo están haciendo de Rosa Negra toda una noche memorable… Tatuada en su alma.
Marrones son los ojos que se pasan una y otra vez por toda la fisionomía de Lorelleine, como si la estuviera tatuando en esos recuerdos que se construyen al paso de los segundos y que abandonan a este par de amantes a sus más íntimos deseos –Esto responderá tu pregunta, preciosa mía- se limita a contestar el español quien con su mano diestra toma delicadamente el rostro ajeno y deposita un enternecido beso sobre sus carnosos labios.
Con su otra mano va bajando por el cuello de la musa, llegando a sus hombros para despojarle de su prenda superior ya desatada. Cuidadosamente la tira al suelo, dejando a los aires el torso desnudo de la rubia para así admirar como sus senos caen agraciadamente por la gravedad y por ello, no tarda en empezar a acariciarlos y estimularlos con toda delicadeza, como si estuviese cuidando a un tesoro… Al más valioso del mundo.
De su garganta sale un suspiro que se convierte en un efímero gemido, la intensidad del momento sube gradualmente, a un ritmo lento y necesario. Algo que hace ambos disfrutarlo, gozarlo y guardarlo en sus mentes así como en sus pieles.
-Lorelleine… Mi bella Lorelleine- susurra contra sus labios, mordiendo el inferior de estos y así con toda suavidad continua explorando ese cuerpo perfecto, deslizando la yema de sus dedos hacia las bragas para soltarlas con cuidado, deslizándolas por esa piel hasta llegar a desnudarle en plenitud… Una obra de arte, un majestuoso monumento a la belleza es lo que piensa el de piel morena, paciente y cariñoso con la mujer que ha decidido entregarse a él.
Lentamente regresa al oído de la fémina, dejando un cálido susurro –Todo estará bien, yo cuidaré de ti… Y haré que esta noche sea especial- dejando un beso en el lóbulo de su oreja para después mirarle fijamente a los ojos, sonriendo en busca de brindarle confianza y mostrando un rostro algo nervioso también pues tenerla entre sus brazos con ese majestuoso cuerpo desnudo están haciendo de Rosa Negra toda una noche memorable… Tatuada en su alma.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Las diestras manos del ladrón me desprendieron de la ropa más rápido de lo que hubiese deseado. Mi piel blanquecina estaba a su disposición, mis senos perfectamente redondos más suaves aún que toda mi piel, coronados por pequeños pezones sonrosados dispuestos a ser recorridos por aquellas candentes manos españolas.
Intenté tapar mi cuerpo con mis manos pero las suyas ya estaban en mis senos tras haber recorrido mi cuerpo con su mirada provocando que un estallido de nerviosismo y rubor se deslizara por mis mejillas hasta perderse en mi cuero cabelludo entre mis mechones que rebeldes descendían por mi anatomía sobre mis hombros hasta aquellos montículos tomados por manos ajenas.
De mi boca se escapó un gemido tímido que se perdió en los labios de mi ladrón. Sí, era mi ladrón aunque hubiese estado con miles de mujeres antes pues ahora era mi cuerpo el que deseaba robar, mi alma y quién sabe si mi corazón también.
La pasión se iba deslizando lentamente por mis venas hasta sentirme desnuda bajo su fornida anatomía. Tomé su rostro entre mis manos en el instante que mordía mis labios y me quedé mirando sus ojos marrones que parecían estar nerviosos también. Mi dedo pulgar se paseó por su labio inferior en cuanto soltó el mío.
- Mi apuesto Rosa Negra -salió de entre mis labios antes de besar los suyos una vez más con la pasión y lentitud que el momento me provocaba. No quería intentar hacer nada demasiado deprisa, quería ser enseñada a disfrutar, a gozar de como un hombre toma a una mujer por placer, por amor, por pura necesidad como fuera que él intentase enseñarme.
Mis labios se entreabrieron permitiéndole el acceso a mi boca mientras mis manos subían por su cuerpo hasta su cabello deshaciendo su coleta y dejando que sus cabellos morenos taparan en ocasiones sus mejillas cuando la pasión de los besos solo iba en continuo aumento.
Aquel era otro mundo en el que nadie que no fuésemos nosotros existía, no al menos para mí. Su piel contra la mía, mi vientre plano contra el suyo cincelado por el mismísimo Adonis para ser él una perdición para cada mujer. Mis piernas de forma tímida fueron ascendiendo por las suyas en una pequeña caricia más íntima de lo que hubiese imaginado sabría hacer. Su pantalón estorbaba a mi piel, pues necesitaba sentir el calor que su ser desprendía por toda mi anatomía.
Mis pequeñas manos con un ligero temblor bajaron por la musculatura de Rosa Negra, descendiendo por sus costados hasta llegar a la cinturilla de su pantalón y meterse entre nuestros cuerpos. Desabroché con torpeza el botón de sus pantalones ayudándome con mis piernas a una vez desprendido este, dejar que la tela de su prenda se enrollara en sus tobillos quitándosela poco a poco con mis pies. El contacto con sus propios pies me gustó demasiado, más incluso de lo que creía posible que pudiese gustar a alguien el contacto de piel con piel. Mis muslos en contraste con los suyos provocaron en mí un gemido que fue callado por la boca del español.
¿Qué era todo aquello que estaba sintiendo con aquel hombre? No lo sabía, no sabía como se podía disfrutar tanto solamente con el tacto, solo con un roce y una caricia. Sin duda si aquello era hacer el amor sin ser forzada entendía porqué a todo el mundo le gustaba y sabía que lo peor estaba por llegar, la dolorosa penetración, la toma en sí misma de mi cuerpo como suyo para el resto de su disfrute.
No, no me dejé pensar en eso, no por el momento. Quería seguir sumergida en ese mar de caricias tan candentes como únicas, tan provocativas como cuidadosas, en aquella fusión del cuerpo del bandido con el mío.
Mi piel parecía despertar, como si tuviese pequeños dedos e intentara expandirse para acceder a todo el exterior de aquel sangre caliente.
Arqueé ligeramente mi espalda de forma que nuestros cuerpos estuviesen aún más pegados el uno contra el otro.
No daba descanso alguno a su boca y con valentía deslicé mi lengua por entre sus labios para disfrutar del sabor de aquel hombre, de aquella alma con sus propios demonios que se estaba volviendo en el ángel de la mía. Toqué su propia lengua y la mía como si se tratase de una tortuga, regresó a mi boca en un acto reflejo mas ya tenía su sabor, su inconfundible sabor español en mi boca, algo que sabía se volvería mi perdición y puede que mi propia droga.
No podía pensar en otra cosa que no fuese él sobre mi cuerpo y las ganas que tenía de que aquella noche no se acabara nunca si de caricias se trataba pero la temperatura estaba aumentando mucho más de lo que se podía contener con solo roces. Estaba siendo atrapada por el hechizo español, estaba siendo robada por los brazos de mi ladrón, mi Rosa Negra.
Intenté tapar mi cuerpo con mis manos pero las suyas ya estaban en mis senos tras haber recorrido mi cuerpo con su mirada provocando que un estallido de nerviosismo y rubor se deslizara por mis mejillas hasta perderse en mi cuero cabelludo entre mis mechones que rebeldes descendían por mi anatomía sobre mis hombros hasta aquellos montículos tomados por manos ajenas.
De mi boca se escapó un gemido tímido que se perdió en los labios de mi ladrón. Sí, era mi ladrón aunque hubiese estado con miles de mujeres antes pues ahora era mi cuerpo el que deseaba robar, mi alma y quién sabe si mi corazón también.
La pasión se iba deslizando lentamente por mis venas hasta sentirme desnuda bajo su fornida anatomía. Tomé su rostro entre mis manos en el instante que mordía mis labios y me quedé mirando sus ojos marrones que parecían estar nerviosos también. Mi dedo pulgar se paseó por su labio inferior en cuanto soltó el mío.
- Mi apuesto Rosa Negra -salió de entre mis labios antes de besar los suyos una vez más con la pasión y lentitud que el momento me provocaba. No quería intentar hacer nada demasiado deprisa, quería ser enseñada a disfrutar, a gozar de como un hombre toma a una mujer por placer, por amor, por pura necesidad como fuera que él intentase enseñarme.
Mis labios se entreabrieron permitiéndole el acceso a mi boca mientras mis manos subían por su cuerpo hasta su cabello deshaciendo su coleta y dejando que sus cabellos morenos taparan en ocasiones sus mejillas cuando la pasión de los besos solo iba en continuo aumento.
Aquel era otro mundo en el que nadie que no fuésemos nosotros existía, no al menos para mí. Su piel contra la mía, mi vientre plano contra el suyo cincelado por el mismísimo Adonis para ser él una perdición para cada mujer. Mis piernas de forma tímida fueron ascendiendo por las suyas en una pequeña caricia más íntima de lo que hubiese imaginado sabría hacer. Su pantalón estorbaba a mi piel, pues necesitaba sentir el calor que su ser desprendía por toda mi anatomía.
Mis pequeñas manos con un ligero temblor bajaron por la musculatura de Rosa Negra, descendiendo por sus costados hasta llegar a la cinturilla de su pantalón y meterse entre nuestros cuerpos. Desabroché con torpeza el botón de sus pantalones ayudándome con mis piernas a una vez desprendido este, dejar que la tela de su prenda se enrollara en sus tobillos quitándosela poco a poco con mis pies. El contacto con sus propios pies me gustó demasiado, más incluso de lo que creía posible que pudiese gustar a alguien el contacto de piel con piel. Mis muslos en contraste con los suyos provocaron en mí un gemido que fue callado por la boca del español.
¿Qué era todo aquello que estaba sintiendo con aquel hombre? No lo sabía, no sabía como se podía disfrutar tanto solamente con el tacto, solo con un roce y una caricia. Sin duda si aquello era hacer el amor sin ser forzada entendía porqué a todo el mundo le gustaba y sabía que lo peor estaba por llegar, la dolorosa penetración, la toma en sí misma de mi cuerpo como suyo para el resto de su disfrute.
No, no me dejé pensar en eso, no por el momento. Quería seguir sumergida en ese mar de caricias tan candentes como únicas, tan provocativas como cuidadosas, en aquella fusión del cuerpo del bandido con el mío.
Mi piel parecía despertar, como si tuviese pequeños dedos e intentara expandirse para acceder a todo el exterior de aquel sangre caliente.
Arqueé ligeramente mi espalda de forma que nuestros cuerpos estuviesen aún más pegados el uno contra el otro.
No daba descanso alguno a su boca y con valentía deslicé mi lengua por entre sus labios para disfrutar del sabor de aquel hombre, de aquella alma con sus propios demonios que se estaba volviendo en el ángel de la mía. Toqué su propia lengua y la mía como si se tratase de una tortuga, regresó a mi boca en un acto reflejo mas ya tenía su sabor, su inconfundible sabor español en mi boca, algo que sabía se volvería mi perdición y puede que mi propia droga.
No podía pensar en otra cosa que no fuese él sobre mi cuerpo y las ganas que tenía de que aquella noche no se acabara nunca si de caricias se trataba pero la temperatura estaba aumentando mucho más de lo que se podía contener con solo roces. Estaba siendo atrapada por el hechizo español, estaba siendo robada por los brazos de mi ladrón, mi Rosa Negra.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Las manos acariciantes del español continúan explorando el desnudo cuerpo de la bella mujer quien ahora responde de forma apasionada a aquellos besos, buscando que ambas lenguas se entrelacen para saborearse una con la otra atrayendo así un brote de suspiros y gemidos por parte de ambos jóvenes amantes.
Con el cuerpo desnudo, el enmascarado dibuja una sonrisa ladina, empezando a besar la barbilla de la musa, bajando por su cuello, su hombro y llegando hasta sus senos, donde con suave deslices hechos con la punta de su lengua trata de relamer su rosados pezones, tratando de estimularla lo suficiente para que abandone su ser a los brazos de Rosa Negra.
Lentamente las manos que dibujan círculos por los muslos de Lorelleine ahora se posicionan tomándola de la cintura y con la otra mano acariciante a su rostro. El camino de besos por parte del bandido continúan circulando la zona erógena ubicada en el escote de su tímida amante, llevando arrancados varios suspiros y rugidos de toro por parte del varón, quien empieza a incrementar en temperatura así como en la pasión desbordada.
De pronto él vuelve a buscar el rostro de la doncella, sintiendo una temperatura interna que pareciese llevar fuego por sus venas, esto, se refleja en su miembro viril el cual toma un fuerte grosor y alargamiento hasta empezar a rozar el sexo de su preciosa compañera. Poco a poco la humedad de ella empieza a ser sentida por la punta de su falo totalmente erecto, haciendo que un fuerte escalofrío recorra el cuerpo del hijo de España.
-¿Lista?... Solo cierra tus ojos y abandónate al placer, a la pasión… a mí- dice el de ojos marrones para tomar la mano ajena y entrelazar sus dedos con los de ella, sintiendo como muy cuidadosamente la punta de su sexo empieza a explorar la humedad de Lorelleine, abriéndose paso suavemente, de manera lenta y con cuidado de no lastimarla, soltando un profundo suspiro que delata en un rostro todo el disfrute de aquel exquisito momento.
Con el cuerpo desnudo, el enmascarado dibuja una sonrisa ladina, empezando a besar la barbilla de la musa, bajando por su cuello, su hombro y llegando hasta sus senos, donde con suave deslices hechos con la punta de su lengua trata de relamer su rosados pezones, tratando de estimularla lo suficiente para que abandone su ser a los brazos de Rosa Negra.
Lentamente las manos que dibujan círculos por los muslos de Lorelleine ahora se posicionan tomándola de la cintura y con la otra mano acariciante a su rostro. El camino de besos por parte del bandido continúan circulando la zona erógena ubicada en el escote de su tímida amante, llevando arrancados varios suspiros y rugidos de toro por parte del varón, quien empieza a incrementar en temperatura así como en la pasión desbordada.
De pronto él vuelve a buscar el rostro de la doncella, sintiendo una temperatura interna que pareciese llevar fuego por sus venas, esto, se refleja en su miembro viril el cual toma un fuerte grosor y alargamiento hasta empezar a rozar el sexo de su preciosa compañera. Poco a poco la humedad de ella empieza a ser sentida por la punta de su falo totalmente erecto, haciendo que un fuerte escalofrío recorra el cuerpo del hijo de España.
-¿Lista?... Solo cierra tus ojos y abandónate al placer, a la pasión… a mí- dice el de ojos marrones para tomar la mano ajena y entrelazar sus dedos con los de ella, sintiendo como muy cuidadosamente la punta de su sexo empieza a explorar la humedad de Lorelleine, abriéndose paso suavemente, de manera lenta y con cuidado de no lastimarla, soltando un profundo suspiro que delata en un rostro todo el disfrute de aquel exquisito momento.
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
El calor de mi cuerpo se deslizaba hasta zonas de mi anatomía donde parecía concentrarse. Aquellas donde sus manos estaban situadas, donde nuestras pieles se comenzaban a fundir para formar una sola antes incluso de comprender que en el arte del amor se termina siendo uno por placer de ambos.
Mis manos agarraron el cabello del español cuando su lengua empezó a jugar con mis senos situándose sobre todo en aquel pequeño botón de placer que tenían cada uno de mis pechos. Arqueé la espalda soltando un gran gemido a medida que su lengua provocaba que mis pezones se volvieran tan duros como pequeñas piedras coronando aquellas montañas de carne hechas para su disfrute.
Tiré de su cabello cerrando mis ojos comprendiendo que había más formas placenteras que solo caricias en aquel acto prohibido. Abrí mis labios respirando con agitación permitiéndole al ladrón hacer lo que deseara conmigo y sintiendo como entre mis piernas la humedad era demasiado patente.
Mis piernas fueron subiendo por las del sangre caliente acariciándolas y en el proceso su cintura con mis muslos suaves pero ardientes por las caricias que él había provocado en ellos.
Bajé la mirada un segundo tras abrir los ojos encontrándome con los ojos marrones latinos. Su mano sobre mi rostro fue agradecida pues mi boca buscaba besar aquellos dedos mas otro bocado más preciado para mis labios se acercó, aquella boca delirante y asombrosa.
No sabía si había perdido la timidez pero un ser dormido comenzó a despertarse. Mis labios se estamparon contra los suyos dando entre besos pequeños mordiscos a las mullidas almohadas que tanto me hacían sentir.
Dejé que hablara y di un pequeño respingo sintiendo la punta de su gran falo rozando mis labios vaginales. Necesitaba ver sus ojos y quedarme sumergida en esa mirada pues ahora llegaba lo que más temía. Intentaba que mi cuerpo estuviese todo lo relajado que podía. Tomé su rostro con mi mano libre para observar bien su placer al perderse dentro de mí y con gran sorpresa pude notar como no resultaba tan doloroso como antes.
Solté su nombre en un gemido, el mayor que hubiese soltado hasta el momento. Mi rostro tan solo demostraba una gran mueca de placer provocada por él. Mi ceño se frunció un poco mientras mis paredes vaginales se acostumbraban a aquel falo dentro de mis entrañas. Podía notar cada centímetro de mí y como mi ser ardía suplicando que liberasen un placer aún mayor que por ahora no sabía podía sentir.
Mi mano apretó la suya estando aún nuestros dedos entrelazados mientras que la otra se abrió soltando su rostro y descendiendo por su musculada espalda aunque estuviese llena de cicatrices las cuales toqué como en un intento por curarlas con mi simple roce.
- Ro... Rosa Negra -musité mirando los grandes orbes marrones del español intentando comprender si él lo disfrutaba, si realmente era un plato más, un nombre más en su lista de amantes o había algo diferente en mí.
Alcé ligeramente mi cabeza para rozar sus labios con los míos sin atreverme a moverme, a comenzar el vaivén de las caderas que tanto pánico aún me daba a pesar de aquel maravilloso placer que me había sorprendido.
- Soy vuestra -musité suavemente aceptándolo. Estaba poniendo en palabras que me estaba rindiendo a él, a su cuerpo, a su ser, que me estaba dejando robar por el ardiente ladrón de sangre flamenca.
Mis manos agarraron el cabello del español cuando su lengua empezó a jugar con mis senos situándose sobre todo en aquel pequeño botón de placer que tenían cada uno de mis pechos. Arqueé la espalda soltando un gran gemido a medida que su lengua provocaba que mis pezones se volvieran tan duros como pequeñas piedras coronando aquellas montañas de carne hechas para su disfrute.
Tiré de su cabello cerrando mis ojos comprendiendo que había más formas placenteras que solo caricias en aquel acto prohibido. Abrí mis labios respirando con agitación permitiéndole al ladrón hacer lo que deseara conmigo y sintiendo como entre mis piernas la humedad era demasiado patente.
Mis piernas fueron subiendo por las del sangre caliente acariciándolas y en el proceso su cintura con mis muslos suaves pero ardientes por las caricias que él había provocado en ellos.
Bajé la mirada un segundo tras abrir los ojos encontrándome con los ojos marrones latinos. Su mano sobre mi rostro fue agradecida pues mi boca buscaba besar aquellos dedos mas otro bocado más preciado para mis labios se acercó, aquella boca delirante y asombrosa.
No sabía si había perdido la timidez pero un ser dormido comenzó a despertarse. Mis labios se estamparon contra los suyos dando entre besos pequeños mordiscos a las mullidas almohadas que tanto me hacían sentir.
Dejé que hablara y di un pequeño respingo sintiendo la punta de su gran falo rozando mis labios vaginales. Necesitaba ver sus ojos y quedarme sumergida en esa mirada pues ahora llegaba lo que más temía. Intentaba que mi cuerpo estuviese todo lo relajado que podía. Tomé su rostro con mi mano libre para observar bien su placer al perderse dentro de mí y con gran sorpresa pude notar como no resultaba tan doloroso como antes.
Solté su nombre en un gemido, el mayor que hubiese soltado hasta el momento. Mi rostro tan solo demostraba una gran mueca de placer provocada por él. Mi ceño se frunció un poco mientras mis paredes vaginales se acostumbraban a aquel falo dentro de mis entrañas. Podía notar cada centímetro de mí y como mi ser ardía suplicando que liberasen un placer aún mayor que por ahora no sabía podía sentir.
Mi mano apretó la suya estando aún nuestros dedos entrelazados mientras que la otra se abrió soltando su rostro y descendiendo por su musculada espalda aunque estuviese llena de cicatrices las cuales toqué como en un intento por curarlas con mi simple roce.
- Ro... Rosa Negra -musité mirando los grandes orbes marrones del español intentando comprender si él lo disfrutaba, si realmente era un plato más, un nombre más en su lista de amantes o había algo diferente en mí.
Alcé ligeramente mi cabeza para rozar sus labios con los míos sin atreverme a moverme, a comenzar el vaivén de las caderas que tanto pánico aún me daba a pesar de aquel maravilloso placer que me había sorprendido.
- Soy vuestra -musité suavemente aceptándolo. Estaba poniendo en palabras que me estaba rindiendo a él, a su cuerpo, a su ser, que me estaba dejando robar por el ardiente ladrón de sangre flamenca.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Las caricias que se dibujan por todo el cuerpo del joven español hacen que cada poro de su piel se erice con tan solo el pasar de las manos de Lorelleine. Sus ojos se cierran al cabo de soltar un profundo suspirar pues el tiempo pareciese pasar a segundo plano una vez que ambos se entregan en totalidad… Uno al otro.
Sus dedos aprietan fuerte los de su preciosa mujer; su piel morena empieza a tornarse más cálida al cabo de irse combinando con la de ella entre el roce de un sube y baja que se pronuncia debido a movimientos suaves por parte del de cabellos largos.
Con sumo cuidado se dispone a embestir súbitamente a la doncella, sintiéndose dentro de ella y perteneciente a su cuerpo, entregado a una mujer tan delicada y hermosa tanto por dentro como por fuera que le acaricia, que se entrega a sus brazos como nunca nadie lo hizo antes y es algo que se va tatuando en el alma del bandido por cada segundo al lado de la fémina.
-Lore… Lorelleine- es lo único que logra articular tras soltar algunas respiraciones cual toro conteniéndose; son sensaciones únicas que envuelven de un placer que consume todo a su paso y se aglomera en el abdomen del heredero español.
Lentamente se ayuda de sus piernas para seguir embistiendo, poco a poco, con toda la paciencia del mundo esperando que ese disfrute que le envuelve sea compartido con la doncella de sonrisa tímida.
Sus ojos marrones se abren y buscan los de ella para dejar salir esa sinceridad de compartir un momento tan íntimo, tan único y que se conjuga ante una sola palabra: entrega… Seguida de pasión, de deseo, de disfrute y de placer… Sentimientos que se desbordan por ambas pieles, por ambos cuerpos que ahora son uno solo y que sus únicas cómplices son esas blancas sabanas.
Sus dedos aprietan fuerte los de su preciosa mujer; su piel morena empieza a tornarse más cálida al cabo de irse combinando con la de ella entre el roce de un sube y baja que se pronuncia debido a movimientos suaves por parte del de cabellos largos.
Con sumo cuidado se dispone a embestir súbitamente a la doncella, sintiéndose dentro de ella y perteneciente a su cuerpo, entregado a una mujer tan delicada y hermosa tanto por dentro como por fuera que le acaricia, que se entrega a sus brazos como nunca nadie lo hizo antes y es algo que se va tatuando en el alma del bandido por cada segundo al lado de la fémina.
-Lore… Lorelleine- es lo único que logra articular tras soltar algunas respiraciones cual toro conteniéndose; son sensaciones únicas que envuelven de un placer que consume todo a su paso y se aglomera en el abdomen del heredero español.
Lentamente se ayuda de sus piernas para seguir embistiendo, poco a poco, con toda la paciencia del mundo esperando que ese disfrute que le envuelve sea compartido con la doncella de sonrisa tímida.
Sus ojos marrones se abren y buscan los de ella para dejar salir esa sinceridad de compartir un momento tan íntimo, tan único y que se conjuga ante una sola palabra: entrega… Seguida de pasión, de deseo, de disfrute y de placer… Sentimientos que se desbordan por ambas pieles, por ambos cuerpos que ahora son uno solo y que sus únicas cómplices son esas blancas sabanas.
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Empecé a sentir aún más placer en las continuas embestidas del ladrón mas no pude evitar que la idea de ser tan solo una más siguiera nublando mi mente. Lo era, sabía que lo era, era un simple cuerpo al que poseer para el español y este se olvidaría de mí tras ello.
Negué rápidamente y le quité de encima de mi cuerpo. No, no podía dejarle hacer eso, aunque fuese placentero no era justo para mí ser nada más que un juguete en sus manos.
Busqué mi ropa interior y me tapé con ella mientras que miraba al hombre desconcertado en la cama. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras que volvía a ponerme mis ropas.
- No.. solo seré una más y será un juego exactamente igual que el de mis demonios ¿de qué valdría? Jugarás conmigo como ese ser -llevé mi mano a mi corazón dolida intentando calmar las lágrimas y alejándome de él, de ese cuerpo que yacía desnudo en mi cama aquella que estaba segura que no volvería a tocar porque me recordaría demasiado a él.
Era obvio, era un solo juguete para los hombres. Desvié mi mirada y esperé la respuesta de él aunque sabía que se iría, puede que eso fuese lo mejor para ambos.
Negué rápidamente y le quité de encima de mi cuerpo. No, no podía dejarle hacer eso, aunque fuese placentero no era justo para mí ser nada más que un juguete en sus manos.
Busqué mi ropa interior y me tapé con ella mientras que miraba al hombre desconcertado en la cama. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras que volvía a ponerme mis ropas.
- No.. solo seré una más y será un juego exactamente igual que el de mis demonios ¿de qué valdría? Jugarás conmigo como ese ser -llevé mi mano a mi corazón dolida intentando calmar las lágrimas y alejándome de él, de ese cuerpo que yacía desnudo en mi cama aquella que estaba segura que no volvería a tocar porque me recordaría demasiado a él.
Era obvio, era un solo juguete para los hombres. Desvié mi mirada y esperé la respuesta de él aunque sabía que se iría, puede que eso fuese lo mejor para ambos.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
El momento de pronto se ve roto, se rompe cual cristal que cae ante una cama llena de lanzas y filos que hacen que cada pedazo vuele por los aires para no volver a ser el mismo y solo quede de él un recuerdo vago del sonido al desquebrajarse cada uno de sus elementos.
Los ojos incrédulos del español se fijan en la dama, ¿enfado? Jamás… simplemente se da cuenta de que efectivamente tiene toda la razón, él no es más que un demonio que juega a ser el héroe por las noches… Nunca ha sido el héroe y nunca lo será, esa noche, le queda más claro que nunca.
Con vergüenza decide reincorporarse y negar con su rostro. Sus ropas rápidamente lo envuelven y su capa termina por sellar aquellos movimientos fugaces.. Con lentitud se acerca a ella y sin animarse a tocarla, pese a que muere por hacerlo, simplemente responde…
-Te equivocas… No eres “una más” y mucho menos algún objeto para mí, pero en algo tienes razón… No soy tan diferente a tus demonios-
Dándose la media vuelta decide caminar hacia el ventanal, deteniéndose para mirar tras de él y por encima de su hombro, anexando a sus palabras –Lamento todo lo que te he hecho, no fue mi intención… Nunca he sido el chico bueno- terminando por dibujar una sonrisa ladina en su rostro que delata una cierta tristeza, quedándose ahí por solo un par de segundos más.
Los ojos incrédulos del español se fijan en la dama, ¿enfado? Jamás… simplemente se da cuenta de que efectivamente tiene toda la razón, él no es más que un demonio que juega a ser el héroe por las noches… Nunca ha sido el héroe y nunca lo será, esa noche, le queda más claro que nunca.
Con vergüenza decide reincorporarse y negar con su rostro. Sus ropas rápidamente lo envuelven y su capa termina por sellar aquellos movimientos fugaces.. Con lentitud se acerca a ella y sin animarse a tocarla, pese a que muere por hacerlo, simplemente responde…
-Te equivocas… No eres “una más” y mucho menos algún objeto para mí, pero en algo tienes razón… No soy tan diferente a tus demonios-
Dándose la media vuelta decide caminar hacia el ventanal, deteniéndose para mirar tras de él y por encima de su hombro, anexando a sus palabras –Lamento todo lo que te he hecho, no fue mi intención… Nunca he sido el chico bueno- terminando por dibujar una sonrisa ladina en su rostro que delata una cierta tristeza, quedándose ahí por solo un par de segundos más.
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Miré al español quien parece avergonzado. Una punzada de dolor se abre paso en mi pecho desgarrándolo. No tenía derecho a tratarle mal cuando él no había sido malo conmigo, es más, había conseguido que disfrutara durante poco tiempo, sí, pero que lo hiciera.
Respiré profundamente intentando serenarme mientras que él se terminaba de vestir. ¿Realmente quería que se fuera? No, no era cierto, no lo quería. Muy lento caminé hacia él observando la tristeza en la mirada del ladrón sumergiéndose en esa sonrisa que no irradiaba verdaderamente la personalidad que tenía.
Aún pertenecía tan solo en ropa interior pero mi mano se agarró a la suya para que él no se fuera, no por el momento, quería retenerle un poco más.
- Quédate -musité y me acurruqué entre sus brazos girándole sobre sus propios pies para que esa acción me fuese posible.- No te vayas. Lamento haber reaccionado así es solo.. lo siento, mis demonios son más fuertes -apoyé mi pequeña cabeza contra su pectoral ahora cubierto por la tela de la camisa.- Gracias por haberme hecho disfrutar un poco al menos.. -musité con vergüenza porque en el fondo quería haber continuado y descubrir el verdadero placer absoluto que nunca había tenido posibilidad de degustar.
Sabía que algo entre ambos se había roto para siempre, algo que no sería capaz de recomponerse aunque puede que fuese lo mejor mientras aún en mi mente necesitase borrar con paciencia el recuerdo y la forma de ser que tenía. Todo era demasiado reciente para poder modificarlo con una simple caricia.
Respiré profundamente intentando serenarme mientras que él se terminaba de vestir. ¿Realmente quería que se fuera? No, no era cierto, no lo quería. Muy lento caminé hacia él observando la tristeza en la mirada del ladrón sumergiéndose en esa sonrisa que no irradiaba verdaderamente la personalidad que tenía.
Aún pertenecía tan solo en ropa interior pero mi mano se agarró a la suya para que él no se fuera, no por el momento, quería retenerle un poco más.
- Quédate -musité y me acurruqué entre sus brazos girándole sobre sus propios pies para que esa acción me fuese posible.- No te vayas. Lamento haber reaccionado así es solo.. lo siento, mis demonios son más fuertes -apoyé mi pequeña cabeza contra su pectoral ahora cubierto por la tela de la camisa.- Gracias por haberme hecho disfrutar un poco al menos.. -musité con vergüenza porque en el fondo quería haber continuado y descubrir el verdadero placer absoluto que nunca había tenido posibilidad de degustar.
Sabía que algo entre ambos se había roto para siempre, algo que no sería capaz de recomponerse aunque puede que fuese lo mejor mientras aún en mi mente necesitase borrar con paciencia el recuerdo y la forma de ser que tenía. Todo era demasiado reciente para poder modificarlo con una simple caricia.
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Lentamente el ladrón siente como la bella dama le gira sobre su propio eje para quedar frente a frente; sus ojos que lo llenan de ternura pronto hacen que esboce una sincera sonrisa para después acariciar la mejilla ajena al cabo de escucharla hablar… ¿Cómo es posible poderse resistir a esa ternura? Quizás es solo porque físicamente no es posible derretirse en los brazos que ahora lo envuelven con cariño.
Un beso de parte de Rosa Negra se deposita en la frente de Lorelleine, con sus manos no tarda en envolverla totalmente para así aprisionarla con fuerza al cabo de insistirle en que se quede.
Sin embargo, su rostro niega con lentitud y su semblante cambia drásticamente debido a que le responde: -No es buena idea… Tú no mereces esto… Un momento así debe ser tu elección, debe ser porque lo desees, porque es especial para ti… No por una simple seducción, no soy una buena persona-
Insiste el de acento español quien intenta con todo cuidado separarla de él, algo que pareciese ser más difícil de lo que parece para el bandido de Francia.
Un beso de parte de Rosa Negra se deposita en la frente de Lorelleine, con sus manos no tarda en envolverla totalmente para así aprisionarla con fuerza al cabo de insistirle en que se quede.
Sin embargo, su rostro niega con lentitud y su semblante cambia drásticamente debido a que le responde: -No es buena idea… Tú no mereces esto… Un momento así debe ser tu elección, debe ser porque lo desees, porque es especial para ti… No por una simple seducción, no soy una buena persona-
Insiste el de acento español quien intenta con todo cuidado separarla de él, algo que pareciese ser más difícil de lo que parece para el bandido de Francia.
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Sus brazos a mi alrededor consiguieron que mi pecho roto porque el ladrón estuviese a punto de escapar de mis aposentos, comenzara a sanar. Su aroma volvía a llenar mis pulmones, aquel aroma con tintes españoles que tanto me gustaba. Esa fragancia siempre iba a ser sinónimo de refugio para mi mente cuando la notara mi pituitaria.
Mis pequeñas manos se apoyaron abiertas en los omóplatos ajenos escuchando como su voz varonil provocaba una desazón por tener que pasar el tiempo lejos de su compañía. Había sido dulce, él no era el problema, era yo misma. La forma en que no era capaz de entregarme a nadie, no sabía ni tan siquiera amar.
- Rosa Negra -susurré mirando sus ojos marrones con los míos entristecidos por la que parecía una inminente marcha.- no os vayáis. Deseo entregarme a vos pero no sé... no sé pensar que no soy un objeto para el hombre. Lamento haberos hecho perder el tiempo -bajé mi mirada y escondí mi rostro en su pecho que parecía acogerme aunque su dueño quisiera alejarme de su lado.- No digáis eso -rápidamente mi rostro se alzó.- No digáis que no sois buena persona. ¿Habéis visto todo lo que habéis hecho por mí en tan poco tiempo? No os dejo que continuéis argumentando semejante falacia. Me habéis regalado una caja de música, habéis rozado y abrazado mi cuerpo antes de la tentación tan solo para mantenerme a salvo de mis demonios. Sois bueno -puse una de mis manos en su mejilla rozándola con la yema de mi dedo pulgar.
Podía sentir como él también estaba roto por dentro. Algo en él era presa de una tortura propia y aquello provocó la ternura más absoluta de mi alma. Quería cuidarle. Quería rodear a aquel ladrón entre mis brazos y regalarle la luna solo para intentar calmar su propio sufrimiento. ¿Éramos tan distintos al fin y al cabo? En absoluto.
Algo en mi alma se liberaba, algo que me hacía no pensar en mí sino solo en el ladrón enmascarado para así calmar su dolor y poniéndome de puntillas, cerrando mis ojos, besé aquellos labios suavemente aún sabiendo que podrían ser los míos rechazados.
Mis pequeñas manos se apoyaron abiertas en los omóplatos ajenos escuchando como su voz varonil provocaba una desazón por tener que pasar el tiempo lejos de su compañía. Había sido dulce, él no era el problema, era yo misma. La forma en que no era capaz de entregarme a nadie, no sabía ni tan siquiera amar.
- Rosa Negra -susurré mirando sus ojos marrones con los míos entristecidos por la que parecía una inminente marcha.- no os vayáis. Deseo entregarme a vos pero no sé... no sé pensar que no soy un objeto para el hombre. Lamento haberos hecho perder el tiempo -bajé mi mirada y escondí mi rostro en su pecho que parecía acogerme aunque su dueño quisiera alejarme de su lado.- No digáis eso -rápidamente mi rostro se alzó.- No digáis que no sois buena persona. ¿Habéis visto todo lo que habéis hecho por mí en tan poco tiempo? No os dejo que continuéis argumentando semejante falacia. Me habéis regalado una caja de música, habéis rozado y abrazado mi cuerpo antes de la tentación tan solo para mantenerme a salvo de mis demonios. Sois bueno -puse una de mis manos en su mejilla rozándola con la yema de mi dedo pulgar.
Podía sentir como él también estaba roto por dentro. Algo en él era presa de una tortura propia y aquello provocó la ternura más absoluta de mi alma. Quería cuidarle. Quería rodear a aquel ladrón entre mis brazos y regalarle la luna solo para intentar calmar su propio sufrimiento. ¿Éramos tan distintos al fin y al cabo? En absoluto.
Algo en mi alma se liberaba, algo que me hacía no pensar en mí sino solo en el ladrón enmascarado para así calmar su dolor y poniéndome de puntillas, cerrando mis ojos, besé aquellos labios suavemente aún sabiendo que podrían ser los míos rechazados.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Una sonrisa se mantiene en los labios del español al escuchar cada palabra de la preciosa chica. Mucha razón hay en ella y es que quizás los fantasmas de su pasado son demasiado fuertes, pero ese bandido de rostro cubierto no es el indicado para hacerlos esfumarse, al menos no esa noche.
No dice nada, simplemente se queda quieto y al momento de fijar fuertemente sus ojos en los ajenos susurra –Esta ha sido una noche maravillosa, una de esas que… Se llevará mi alma tatuada hasta el día que de mi último respiro- con lentitud acerca sus labios a los ajenos, depositando un quieto y lento beso en los mismos.
Paulatinamente sus parpados se cierran y un fuerte suspiro sale desde su nariz, con su mano diestra sujeta la barbilla de Lorelleine y al cabo de unos segundos se separa para adjuntar –Pero yo no quiero ser uno de esos fantasmas… Gracias por un día que conservaré por el resto de mi vida-
Y sin más, la zurda del ladrón despoja de su cinturón un especie de capsula. Entre sus dedos la aplasta cerca de las fosas nasales de la fémina, desprendiendo un vapor de olor extraño… A hierbas. Con esto, se apresura a tomar a la chica entre sus brazos para depositarla con todo cuidado sobre su cama, dejando un beso en la frente para después alejarse poco a poco.
-Con esto sentirás que todo ha sido un sueño, que no fue más que un simple relato que podrás conservar con cariño en vez de terror… Cuídate mucho, pero sobre todo sé feliz… Siempre tendrás una sombra detrás de ti, cuidándote, vigilándote-
Paso seguido, el de antifaz decide dar algunos pasos hacia atrás, dejando un beso al aire con dedicación a la musa de caricias mágicas para así dejarse caer por el balcón, perdiéndose entre las tinieblas bajo el matiz de una noche que apunta a que el recuerdo de esa madrugada se quede en un único lugar… Y ese es el alma del ladrón Rosa Negra.
No dice nada, simplemente se queda quieto y al momento de fijar fuertemente sus ojos en los ajenos susurra –Esta ha sido una noche maravillosa, una de esas que… Se llevará mi alma tatuada hasta el día que de mi último respiro- con lentitud acerca sus labios a los ajenos, depositando un quieto y lento beso en los mismos.
Paulatinamente sus parpados se cierran y un fuerte suspiro sale desde su nariz, con su mano diestra sujeta la barbilla de Lorelleine y al cabo de unos segundos se separa para adjuntar –Pero yo no quiero ser uno de esos fantasmas… Gracias por un día que conservaré por el resto de mi vida-
Y sin más, la zurda del ladrón despoja de su cinturón un especie de capsula. Entre sus dedos la aplasta cerca de las fosas nasales de la fémina, desprendiendo un vapor de olor extraño… A hierbas. Con esto, se apresura a tomar a la chica entre sus brazos para depositarla con todo cuidado sobre su cama, dejando un beso en la frente para después alejarse poco a poco.
-Con esto sentirás que todo ha sido un sueño, que no fue más que un simple relato que podrás conservar con cariño en vez de terror… Cuídate mucho, pero sobre todo sé feliz… Siempre tendrás una sombra detrás de ti, cuidándote, vigilándote-
Paso seguido, el de antifaz decide dar algunos pasos hacia atrás, dejando un beso al aire con dedicación a la musa de caricias mágicas para así dejarse caer por el balcón, perdiéndose entre las tinieblas bajo el matiz de una noche que apunta a que el recuerdo de esa madrugada se quede en un único lugar… Y ese es el alma del ladrón Rosa Negra.
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Re: || Pasión y Robo... Combinación Perfecta || Privado +18 ||
Sus labios sobre los míos consiguieron calmar parte de mi dolor. Eran los primeros besos que había dado con gusto, sin ser robados, era él, ladrón de guante blanco quien había quitado una parte de mi alma para llevarla siempre consigo. Suspiré profundamente apoyando mis manos en su muñeca para que luego sentir como se separaba.
Aquellas palabras eran las más hermosas que me habían dedicado. Abrí mis labios para responder pero justo en ese momento un fuerte olor llegó a mi pituitaria. La invadió, provocando como en mi interior empezaba a marearme. Cerré mis ojos y rápidamente noté como perdía la consciencia.
No supe como me había librado de el golpe que era obvio cualquiera se daría al caer al suelo. Noté la aspereza bajo mi cuerpo de las sábanas de la cama y como si fuese en mitad de un sueño, la voz latina de Rosa Negra se abrió paso para que escuchara sus palabras.
Era inevitable que él se marchara pero en aquel sueño que él me había sumido comencé a buscarle, deslizándome entre las sombras, gritando su nombre en mi mente. No quería estar sola, no quería fundirme con la oscuridad pues sabía quién me esperaba en ellas.
- Rosa Negra... -fue lo único que salió de entre mis labios antes de que el ladrón escapara de mis aposentos y seguí durmiendo durante horas olvidando lo vivido para quedarme encerrada entre las garras de mi propio fantasma.
Aquellas palabras eran las más hermosas que me habían dedicado. Abrí mis labios para responder pero justo en ese momento un fuerte olor llegó a mi pituitaria. La invadió, provocando como en mi interior empezaba a marearme. Cerré mis ojos y rápidamente noté como perdía la consciencia.
No supe como me había librado de el golpe que era obvio cualquiera se daría al caer al suelo. Noté la aspereza bajo mi cuerpo de las sábanas de la cama y como si fuese en mitad de un sueño, la voz latina de Rosa Negra se abrió paso para que escuchara sus palabras.
Era inevitable que él se marchara pero en aquel sueño que él me había sumido comencé a buscarle, deslizándome entre las sombras, gritando su nombre en mi mente. No quería estar sola, no quería fundirme con la oscuridad pues sabía quién me esperaba en ellas.
- Rosa Negra... -fue lo único que salió de entre mis labios antes de que el ladrón escapara de mis aposentos y seguí durmiendo durante horas olvidando lo vivido para quedarme encerrada entre las garras de mi propio fantasma.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 02/02/2014
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