Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]

por **Gianluca Audittore** Miér Jun 04, 2014 12:19 pm

Tras un largo viaje en carruaje y de pasar por la tienda de música donde Lorelleine recibió su regalo, un gramófono cosa que la encanto. Después nos dirigimos hasta mi mansión, cruzamos la gran mayoría de Paris, cosa que maravillo a Lorelleine, dado que ella no había salido apenas del Palacio.

Una vez llegamos y bajamos del carruaje, ella pudo apreciar la maravillosa estructura que era mi mansión, deje un tiempo para que la viera y apreciara, aunque tendría tiempo de sobra durante años para ello, unos jardines cuidados con mimo rodeaban la mansión. A un lado un par de casas para los sirvientes la flanqueaban, como al otro lado un establo y un cercado eran el lugar donde los caballos descansaban, así como el carruaje.

Acompañado de ella me acerque a la gran puerta de roble de la mansión, antes de llamar Babette abrió las puertas nos saludó. Buenas noches señor, la señora aun no volvió de sus cosas. Nos dijo, así que pasamos al interior. Gracias querida. Babette, ella es Lorelleine ella se ocupara de la casa, así que por favor, prepárala algo de comer y más tarde, tendrás que explicarle las cosas para que se pueda manejar. Además que preparen una de las habitaciones para ella, descansara en la casa. Conteste a Babette, mientras miraba luego a Lorelleine.

Bueno ¿Que te pareció la casa?. Le pregunte mirándola. Parece que Inanna aún no volvió pero lo hará pronto.

por **Lorelleine Devonshire** Miér Jun 04, 2014 1:27 pm

Tras llegar a su hogar, mordí mi labio inferior completamente emocionada. Caminé lentamente hacia ella justo detrás de Gianluca. Miré todos los lados para luego inclinar mi cabeza de forma que pudiese observar todos los ángulos del paraje que se podía contemplar. Sin duda alguna todo era más que maravilloso a mis ojos y más aún cuando crucé el umbral del hogar.

Todo a mi alrededor eran lujos que cuadraban de maravilla con la forma de ser de mi amigo Gianluca. Observé a la mujer que nos miraba a ambos y le sonreí con amabilidad aunque con nerviosismo por conocer a alguien nuevo.

Mi mirada regresó a Gianluca y en mis ojos se veía la emoción.

- ¡Oh, es una casa más que maravillosa! -tapé mis mejillas con un gesto típico de niños excesivamente emocionados por lo que están viendo.- ¿Sabéis que poseéis el paraíso, Gianluca? No hay más que perfección por todas partes.

por **Gianluca Audittore** Miér Jun 04, 2014 3:08 pm

Sonreí con el comentario de Lorelleine. Bueno no puedo negar que si poseo el paraíso, dado que encontré un ángel en Inanna. Pero por lo demás todo lo que ves es fruto del dinero, nada más. Conteste al comentario de Lorelleine.

Pero vamos te enseñare alguna cosa de la casa mientras llega Inanna y te preparan algo para cenar. La dije para que me siguiera, pasamos del recibidor el cual estaba elegantemente decorado, con tapices y alfombras elaboradas, al fondo estaban las escaleras que ascendían a la planta de arriba. Arriba esta mi habitación y la de invitados, pero solo se usa la mía la principal esta al fondo aislada por la enfermedad que te comente. La dije mientras esperaba que me siguiera, me dirigí hacia la puerta de la derecha en ella se accedía a la gran sala de estar donde recibía a las pocas visitas que tenía, estaba decorada de la misma forma que la casa con cuadros, algún tapiz y en este caso estanterías con libros, al igual que una chimenea presidia la sala. En ella tenía un par de sillones uno frente al otro con una mesa y un ajedrez en ella. Luego unos sofás con dos sillones a juego estaban frente a la chimenea, también al otro lado una mesa de roble rodeada de varias sillas del mismo material decoraba aquella parte, nunca la había usado, pero lucia bien. La sala tenía varias ventanas y un gran ventanal, tapadas por elegantes cortinas gruesas de color oscuro.

Esta es la sala de estar, no suelo usarla mucho bueno ahora si con Inanna. La dije mientras me seguía al interior de la estancia.

por **Lorelleine Devonshire** Miér Jun 04, 2014 4:26 pm

Seguí a Gianluca mientras me relataba todas las estancias de la habitación. Asentí suavemente dándole a entender que le estaba escuchando. Parecía que se había pasado mucho tiempo hasta la llegada de su amada encerrado en la zona superior.

Mordí mi labio inferior caminando tras él, observando cada objeto que me indicaba. Entré en la sala de estar. Con cuidado me deslicé por el interior de la estancia. Todos los muebles eran exquisitos, mis dedos se deslizaron por todos los lomos de los libros. Los títulos eran maravillosos y algunos escritos en idiomas que desconocía. Tan solo conocía el francés, el inglés y poco más.

Me encaminé con lentitud hacia la chimenea rozándola también y me terminé girando hacia Gianluca.

- Tenéis una casa preciosa, sin duda -puse mis manos en mi regazo sin atreverme a sentarme dado que no me habían invitado a ello. - Cuando estéis en una habitación yo deberé permanecer fuera salvo cuando comáis, ¿no?-pregunté curiosa deseando saber más normas del funcionamiento que debía tener.

por **Gianluca Audittore** Jue Jun 05, 2014 9:00 am

Pareció que los libros llamaban la atención de Lorelleine, luego la vi como miraba la sala impresionada mirando todo parecía maravillarla. Ella siguió examinando el lugar como si una niña, espere que acabara no había prisa, al final llego a mi altura y me pregunto cómo debía comportarse cuando estuviéramos en una habitación. Lo pensé lo cierto es que no quería que se comportara como una sirvienta.

Bueno lo cierto es que eres libre de manejarte como desees, eres parte de la familia, eres el ama de llaves no una sirvienta, así que puedes estar en los lugares tranquilamente querida. Conteste a su pregunta. Por favor siéntate donde quieras no hace falta que estés de pie, además si te gusta algún libro puedes tomarlo para leer, que pare eso están. Dije sonriendo. Lo cierto que leí la gran mayoría pero hace tiempo. A decir verdad hace algún siglo calculaba.

Escuche como en la cocina se oían los utensilios, supuse que Babette estaba haciendo la cena a Lorelleine. Lo único es que a mi habitación solo se podrá acceder de noche, lo digo por la hora de limpiarla y hacer la cama. Eso será algo molesto pero no hay otra forma, en ella sí que desearía que solo entraras tú, es un lugar demasiado privado para que entre alguien que no sea de mi confianza. La expuse como pidiendo disculpas por que tuviera que ser a esas horas.

por **Lorelleine Devonshire** Jue Jun 05, 2014 11:16 am

Sonreí por su ofrecimiento y me senté con cuidado en uno de aquellos mullidos sofás. Me maravillé por la forma en que se amoldaban a mi cuerpo dado que en el Palacio Royal ni tan siquiera se me había ocurrido sentarme en ninguna de las carísimas piezas de mobiliarios. Arrugué mi nariz y mirándole comenté divertida.

- Me da miedo por si los rompo o algo parecido con mi peso. Son tan hermosos... -acaricié el tapizado bordado imaginándome las puntas de las mujeres al realizar aquella obra de arte.

Escuché atenta sus palabras y asentí suavemente comprendiendo que me costaría acostumbrarme a toda la libertad que Gianluca me proporcionaría. Puse mis manos sobre mi regazo en el instante que habló sobre su dormitorio.

- No hay problema alguno en ello. Seré yo misma quien limpie y ordene el cuarto una vez que hayáis salido de él. No entraré salvo si los señores están fuera y de estar dentro será porque me hayáis llamado -sonreí ampliamente indicándome que había entendido y que valoraba que me tuviese tanta confianza. Sabía que había algo que me ocultaba por la forma en la que cuidaba todas y cada una de sus palabras pero jamás obligaría a nadie a confesar secretos pues la confianza se gana con los actos y las confesiones deben ser un acto de plena libertad.

- Espero agradarle a vuestra amada o me temo que tendréis que escoger otro ama de llaves -reí un poco.- Me gustaría preguntar algo más... ¿podría traer de vez en cuando a una vieja amiga a que me haga compañía? No hace mucho me reencontré con ella, ambas vivimos en la calle durante un tiempo y deseamos recuperar el tiempo perdido -incliné ligeramente la cabeza observando los ojos de Gianluca y esperando su respuesta.

por **Gianluca Audittore** Jue Jun 05, 2014 11:33 am

Escuche feliz como aceptaba limpiar mis aposentos, no era tarea para el ama de llaves, pero no confiaba en nadie más para eso que en ella. Seguía tratando las cosas con extremo cuidado como si algo fuera a romperse, supuse que no la permitían hacer muchas cosas en el palacio. Luego pensé como yo trataba a mis sirvientes, claro que era muy diferente a como trataba a Lorelleine dado que a ella la situaba en otro lugar, como alguien de la familia.

Su última pregunta me llevo a una encrucijada, no era muy conveniente que vinieran personas a casa, aunque fueran amigas de Lorelleine, pero también ella debía poder mantener su vida, así que lo sopese. Bueno sintiéndolo prefiero que si alguien viene este yo delante, así que si es por las noches no tendría problema alguno. Si es por el día lo que me permito aconsejarte es que pidas a los chicos que preparen el carruaje y la lleves contigo a dar una vuelta a tomar algo si deseas, solo tendrías que decirle a Pierre él sabe dónde tengo cuenta no tendrás que preocuparte de pagar, creo que se quedara encantada. La dije esperando que lo entendiera lo de entrar en casa sin yo estar presente, pero esperaba que la otra opción la agradara, el ir a una cafetería con el carruaje.

No tengo dudas que Inanna te aceptara sin problemas, tenéis muchas cosas en común, ella adora las obras de arte también. La dije para que por ahí tuviera algo que comentar con Inanna.

por **Lorelleine Devonshire** Jue Jun 05, 2014 11:55 am

Al escuchar su respuesta asentí rápidamente. Lo menos que quería era incomodar a Gianluca y mi amiga tan solo podría pasar por las mañanas en todo caso pues trabajaba de noche. Mordí mi labio inferior pensando en la alternativa que nos estaba dando mas mi amiga por algún motivo siempre quería dejarme a las puertas del hogar de Gianluca. Había algo que no era capaz de comprender en la actitud de ambos pero accedí a lo impuesto de esa manera tan suave por el que sería mi nuevo amo si todo iba bien con su amada.

Fruncí ligeramente mis labios y sonreí después cuando el olor de la rica comida llegaba a mi nariz propiciando que me diese un nuevo retortijón.

- Lo tendré en cuenta.. Quizá algún día pudiésemos hablar los tres sobre algún libro que nos hubiésemos leído y exponer nuestras ideas. Podría ser algo interesante saber las opiniones de todos -bajé mi mirada a mis manos por si lo que acababa de decir era una soberana tontería.

por **Gianluca Audittore** Jue Jun 05, 2014 1:02 pm

El olor a comida me llego procedente de la cocina. Luego escuche la propuesta de Lorelleine, sabía que sería complicado. Claro todo es posible querida. Conteste ante su propuesta de algún día hablar sobre los libros, aunque lo cierto que era de memoria volátil.

Al rato llego Babette anunciando que la comida estaba lista, si la disponia en el comedor asentí, además la pedí que sacara un vino que yo tenía sed. Después se fue. Bueno querida ya tienes la cena lista, te acompañare aunque yo ya he cenado, pero tomar una buena copa de vino siempre es un placer. Ademas me asegurare que comas todo Comente mientras sonreía. Ven sígueme te llevare hasta el comedor. Después la guie saliendo de la sala atravesando parte de la casa, llegando a otras dos grandes puertas esta vez ya abiertas en ella estaba Babette, una vez las cruzamos entramos en el comedor, una mesa de roble como para 30 comensales la presidia, sillas elaboradas por los mejores ebanistas la rodeaban, estaban acolchadas con bellas telas que no desentonaban con las cortinas, candelabros dorados colgaban de las paredes así como dos grandes lámparas colgaban del techo iluminando la estancia con su luz y cristales brillando. En la esquina de la mesa presidia una silla más grande, era la mía la que la presidia, a la izquierda de ese sitio estaba un plato vacío y frente a él una bandeja ocultaba la cena de Lorelleine.

Bueno sentémonos entonces. Gracias Babette. La dije

por **Lorelleine Devonshire** Jue Jun 05, 2014 3:59 pm

Me levanté cuando él lo hizo. Miré a nuestro alrededor una última vez como si no fuese a volver a ver esa estancia. Seguí a Gianluca mientras él me indicaba donde debía llegar.

Entramos a una estancia aún más maravillosa que la anterior. La riqueza de todos los muebles me dejó sin aliento durante unos segundos. Con cuidado y con temor esperando que no se rompiera todo lo que tocaba o lo que mi vestido andrajoso pudiese rozar. Mis dedos se amoldaron al tapizado como si fuese un camaleón.

Con suavidad, tomé asiento en la silla donde la comida estaba tapada y sonreí a la mujer arrugando mi nariz.

- Muchas gracias por la cena. Lamento haberle obligado a ponerse a estas horas a trabajar -musité un tanto avergonzada.- Me alegra que me acompañéis, Gianluca, pero debo deciros que no podré terminarme tanta comida aunque sin duda huele de maravilla.

Aspiré su fragancia una y otra vez llenando mis pulmones. Esa comida seguro me alimentaba más de todo lo que había probado en mi vida.

por **Gianluca Audittore** Vie Jun 06, 2014 11:19 am

Sonreí cuando dijo que no podría tomar tanta comida, no importaba, la verdad que muchas veces debíamos tirar alimentos porque para mantener las apariencias comprábamos pero claro nadie consumía salvo los sirvientes. Tranquila querida toma lo que te apetezca pero no te puedes quedar con hambre. La dije con un tono patriarcal, para que no pensara que no era para él la comida. Conociéndola era capaz de dejar comida pensando que no era digna o algo parecido.

Luego tome una de esas copas tan elaboradas con el mejor cristal que podía pagarse. Vertí en ella vino del que me mandaban de mis tierras donde se cultivaba uno de los mejores vinos de Europa, modestia aparte. ¿Deseas? Esta exquisito. La dije mientras la veía comer, si no la serviría agua, lo cierto que hacía tiempo que en esa mesa no se comía, dado que apenas la usaba.

por **Lorelleine Devonshire** Vie Jun 06, 2014 1:33 pm

Observé la comida con los ojos muy abiertos por la inmensa cantidad que tenía delante de mí. Intenté decidirme por empezar con alguno de los platos y tras tomar entre mis dedos el tenedor, con suma suavidad aunque sorprendida de poder usar un cubierto de plata de ley, pinché uno de los trozos llevándolo a mi boca.

Cada vez que abría mi boca para llenarla de comida bajaba la mirada sonrojada un tanto avergonzada por tener que cenar en compañía dado que estaba acostumbrada a hacerlo completamente sola.

Una vez que Gianluca me ofreció un poco de vino tuve que rechazarlo dado que apenas podía meter un solo bocado en mi estómago sin esfuerzo y el alcohol no era algo que me entusiasmara pero sobre todo no ayudaría a mi propósito.

- Preferiría agua -musité tras haber tragado masticando suavemente despacio, con intención de no devolver la comida.

Cuando un cuerpo se acostumbra a comer muy poco, le cuesta mantener tanta comida en su interior.

- ¿En qué trabajáis, Gianluca? -musité curiosa deseando saber un poco más de aquel que sería mi amo.

por **Gianluca Audittore** Vie Jun 06, 2014 9:25 pm

Cuando escuche que prefería agua le serví una copa del líquido elemento. Toma que aproveche. Dije educadamente. Luego sonreí viendo como dudaba que comer primero, aparte de mostrar cierta timidez cuando daba un bocado. No hay prisa puedes tomarte el tiempo que desees. La expuse mientras reposaba en mi silla la cual disponía de reposabrazos al ser la que presidia la gran mesa.

Luego escuche como me preguntaba a qué me dedicaba, me tome unos segundos. Bueno en Paris dispongo de un bufete de abogados, que llevan los asuntos de gente con dinero y de poder en la ciudad. Aunque también dispongo de tierras de cultivo por la campiña francesa y en España donde se hacen vinos, quesos y esas cosas. Dije tomando un sorbo de vino. Al igual que invierto en arte, me gustan los cuadros y esculturas como a Inanna. Básicamente eso es a lo que me dedico, digamos a controlar eso. Comente jocosamente puesto que si lo pensaba fríamente era algo así. Por suerte me permite tener tiempo libre que disfrutar.

Luego mire las lámparas que colgaban, hacia tanto tiempo que no estaba en aquel comedor que casi las había olvidado.

por **Jack Morgan** Vie Jun 06, 2014 9:43 pm

El pórtico de la entrada estaba trabado con llave… “Gianluca ha regresado de cenar…” pensé mientras entraba en la casa sin tener que abrir la puerta, la madera vieja atoró sus astillas en mi cabello, que de tanto tiempo de pasar en mi forma corpórea, comenzaba a afectar el poder ser un ser etéreo, “Quien lo diría…” lo que me robó una ligera sonrisa mientras caminaba por los prados de la casa… sentí las pisadas de los caballos aun retumbando entre los empedrados… no tendrían más de un par de horas de haber pasado por allí… una sonría boba inundó mis labios, pensando en el amor que 7 milenios me había negado, el amor inmortal que me esperaba del otro lado de la puerta vitoriana suntuosamente arreglada que daba al recibidor…

Aspiré profundo, y un olor a comida llenó mis fosas nasales… “Babette no suele cocinar a estas horas…” pensé un poco desconcertada, confundida más bien… Me debatí un instante sobre si tocar la puerta como era mi costumbre, tratando de parecer lo más normal a las personas del lugar… o entrar… simplemente atravesar…

Entré en silencio, sintiendo la cerradura de hierro en mis entrañas, expandiéndolas y dejándolas regresar a su estado original… el recibidor estaba vacío, el olor venía del comedor, que también permanecía sin un alma… Cerré los ojos buscando a Lucca entre las paredes de la casa… “El vínculo que habíamos generado me permitía hacer aquello con total facilidad…” para sorpresa mía, se encontraba en la sala de estar… aquella sala que una noche fue una selva para nosotros…

Pero no estaba solo, sentí un alma joven… quizás de las primeras veces que reencarnaba “no lo sé…”, inteligente e inquisitiva… tan prudente que se tapaba ante mis ojos y solo me dejaba percibir su aura, cristalina…

Entré caminando con parsimonia al recinto, encontrando a Lucca y a una dama sentados ante la chimenea… -Buona notte…- dije sin fijarme siquiera en el idioma que usaba… algo dentro de mi quería saber todo… como una vorágine que devora la tranquilidad a su paso…

por **Lorelleine Devonshire** Vie Jun 06, 2014 10:52 pm

Escuché atentamente a Gianluca el cual parecía cuidar todos los detalles que pudiesen existir. Mordí mi labio inferior imaginando los prados verdes de las campiñas francesas y españolas. Suspiré con una boba sonrisa en mi rostro, era obvio que deseaba vivir allí, visitarlo al menos.

Un nuevo bocado estalló en mi boca dejándome el más exquisito de los sabores deslizándome por mi paladar hasta perderse en mi garganta y en ese momento, justo cuando iba a pronunciar otra pregunta, una dulce voz se anunció en un melodioso tono italiano.

Alcé mi mirada del plato para encontrarme con una mujer que parecía flotar en el aire por la pureza que desprendía. Parpadeé durante unos segundos y supe enseguida por como miraba a Gianluca que debía ser Inanna.

Me incorporé como un resorte e hice un reverencia agarrando mis humildes ropas que me parecieron trapos viejos comparados con los que ella lucía con tanta gracilidad.

- Bonsoir -susurré mientras el rubor se expandía como la sangre cuando se derrama por mis mejillas.

Permanecí con la cabeza gacha. No sabía como anunciarme ante aquella mujer que no podía ser otra cosa que no fuese un ángel, algo demasiado bueno para que posase mi mirada sobre ella. Esperaría a que Gianluca dijese algo, era lo mejor mientras calmaba los acelerados latidos de mi corazón.

por **Gianluca Audittore** Sáb Jun 07, 2014 9:28 am

Note algo una sensación extraña agradable, solo podía ser ella, una pequeña sonrisa se me escapo "Tiene que ser Inanna", percibí su presencia al otro lado de la puerta. Lorelleine seguía comiendo degustando la comida que hizo Babette. Entonces al abrirse la puerta vi entrar a Inanna, como siempre lucia magnifica, una belleza sin igual, me sentí absorto mirándola como siempre, un autentico angel en la tierra.

Me levante de la silla que presidia el comedor cuando entro. Ese olor de nuevo era maravilloso. Buona notte amore. La dije al verla me acerque y la di un beso, en esos jugosos labios. Ah permíteme cariño. Ella es Lorelleine la joven que hable para ser la nueva ama de casa, cuando se vaya Babette. Dije a Inanna. Lorelleine ella es mi amada, la señora de la casa. Explique a Lorelleine. Luego me gire hacia Inanna. ¿Te puedes creer cielo? Solo comía una vez al día tuve que hacer que preparan algo antes que se desmayara. Bueno ¿Qué tal te fue el día?¿Cómo fue eso que debías hacer? La pregunte.

Aunque podíamos ir a la sala de estar donde estaremos más cómodos. Dado que antes que Lorelleine pueda tomar el cargo deberá pasar tu visto bueno. Comente a Inanna. Por eso te esperábamos cielo. La dije para que supiera que hacíamos aquí, para ello no queria guardar ningun secreto ademas ya sabia que teniamos que contratar una ama de llaves y posiblemente algun sirviente mas.

por **Jack Morgan** Sáb Jun 07, 2014 12:30 pm

Vi ponerse en pie a la doncella para quien Babette había cocinado, -Bonsoir- dijo ella en algo que me pareció más un murmullo que su propia voz, haciendo una reverencia que aunque innecesaria, me pareció tierna, puesto que su mirada se clavaba en el piso… me recordó un poco a mí misma en mis primeros años en el sacerdocio…

Mientras la observaba escuché a Lucca que rompía el silencio con su varonil voz -Buona notte amore- me dijo y apenas pude sonreír cuando mis labios buscaban refugio en los de él… haciéndome olvidar de la doncella y del mundo entero a mi alrededor…

-Ah permíteme cariño, ella es Lorelleine la joven que hable para ser la nueva ama de casa, cuando se vaya Babette- dijo mientras yo enlazaba mis dedos con los de él, me parecía una tortura mantenerme sin sentirle… una pequeña mueca de tristeza se asomó en mi rostro “Aunque poco tiempo, había encontrado mucha calidez en la dama Babette, y ahora que se iría… sentía nostalgia”

El miró a Lorelleine y me introdujo a la situación, me limité a sonreír y devolver la reverencia de la doncella… él me conocía mejor que nadie, y sabía que mis palabras solían ser contadas “con todos, excepto con él… que no podía lograr callarme” después me dijo -¿Te puedes creer cielo? Solo comía una vez al día tuve que hacer que preparan algo antes que se desmayara… Bueno ¿Qué tal te fue el día?¿Cómo fue eso que debías hacer?- sonreí por la horda agresiva de preguntas de él, era de las cosas que más me hacían amarlo, era pasión que tenía por abordar la vida…

-Todo bien mi amor…- me limité a contestar, besando la comisura de sus labios, mientras me detenía en su mano y me paraba de puntas, -Sabes que amo los ocasos reflejados en la laguna mi cielo… parece que el tiempo se detuviera para admirar la sinfonía de colores…- miré a Lorelleine –Sin duda deberías acompañarme algún día…- dije sonriendo.

Después mi mirada se tornó adusta, inclusive incomoda -¿Es verdad madmoiselle lo que ha dicho Lucca?- pregunté con un hilo de angustia en la voz –Lamento las penurias que ha tenido que sobrellevar… nadie debería pasar por ello jamas…- dije, sintiendo como la habitación comenzaba a enfriarse debido a mi molestia, no con Lorelleine, sino con la sociedad… “¿A dónde habíamos venido a parar?”

-Aunque podíamos ir a la sala de estar donde estaremos más cómodos, dado que antes que Lorelleine pueda tomar el cargo deberá pasar tu visto bueno; por eso te esperábamos cielo- dijo Lucca sacándome de mis pensamientos… Sonreí tomando su brazo, que a pesar de ser gélido como el hielo, a mí me reconfortaba y me daba seguridad…

-Claro amor mío… sabes que tus deseos son ordenes…- musité con una sonrisa que se convirtió en un fugaz beso que fue a depositarse en los labios de él, buscando una profundidad indebida por no estar solos… por lo que me contuve, solo un poco… -Solo espera a que Lorelleine termine sus alimentos…- hice una pausa mirando a la doncella

-¿Puedo llamaros solo Lorelleine, madmoiselle?- pregunté con educación, pensado que podría haberme sobre pasado al haber usado solo su nombre hablando con mi amado…

por **Lorelleine Devonshire** Sáb Jun 07, 2014 1:00 pm

Miré tan solo de reojo la bonita estampa que se producía ante mis ojos. Dos hermosos enamorados teniendo que contenerse por mi presencia. El amor, amor que jamás había sentido por nadie en mi vida, al menos no de esa manera, se hacía materialmente accesible a los sentidos. Una ligera sonrisa se deslizó por mis labios volviendo a bajar mi mirada. Les envidiaba, sin duda, eran una pareja tan enamorada y bien avenida. El mundo carecía de importancia para ellos si estaba el otro.

Parpadeé varias veces cuando la delicada mujer de este hogar se dirigió hacia mí. ¿La laguna? Sería un placer poder visitarla con ella mas la vergüenza solo consiguió que pudiese asentir con mi rostro tan incontrolablemente rojo como un tomate en su máximo esplendor.

- Podéis llamarme como deseéis, madame -musité con mi suave y tierna voz temblorosa.- Será un placer para mí poder tener más cercanía si desea llamarme por mi nombre y no por mi apellido. - Me dí cuenta que había recuperado la voz y aproveché para responder todo lo que ella me había preguntado de corrido cual niño que se ha aprendido una lección y desea terminar de enunciarla antes de que se le pueda olvidar.- Así es, mas no necesito más de una, he vivido toda mi existencia con poco que llevarme a la boca, digamos que soy como un pajarito, como lo justo y necesario -solté una pequeña risa por la vergüenza que me producía estar frente a alguien que no conocía, algo que me había sucedido ante Gianluca tiempo atrás.- Y por mí no debéis cambiar los deseos de su amado, no puedo dar ni un bocado más, mi cuerpo no se acostumbra a recibir comida a estas horas -confesé nerviosa y volví a bajar la mirada a mis manos temblorosas.

Me reprendí a mí misma por la forma tan ridícula con la que me estaba comportando. Siempre me comportaba de una forma tan aniñada que pensarían ambos que no era digna para las tareas que deseaban encomendarme. Por suerte, Gianluca me conocía y para mi desgracia, seguro que aquella forma de actuar mía le provocaba sonoras carcajadas.

por **Gianluca Audittore** Sáb Jun 07, 2014 2:33 pm

Suspire cuando comento lo de la comida de nuevo. Bueno pues en esta casa comerás como mandan los cánones. Sentencie dado que era ilógico no comer cuando existía la posibilidad. Escuche como se producían Inanna y Lorelleine, por ahora era como esperaba se llevaban bien o al menos eso parecía. Ambas conversaban, aunque agradecía sentir la mano de Inanna con la mía y esos besos que me daba, aunque delante de Lorelleine no podían ser más que comedidos.

Ah si ella podrá acompañarte por el día a la laguna, ya la explique mi enfermedad que impide que salga a la luz del sol. Dije a Inanna, ella sabía a que me refería no debía añadir más, pero al menos era un paso dado, ya que podía sonar raro. Además sabes Lorelleine es una enamorada de la música y el arte. Comente a mi querido ángel, sabiendo que sentía ella por el arte en todas sus formas, sabía que adoraba hablar de ello y yo a veces era demasiado pragmatico, pero Lorelleine como mi amada era un corazon puro y sensible, seguro podrian tener largas charlas sobre cuadros, esculturas o musica. Me tome la libertad casi como soborno para que aceptara trabajar para nosotros, regalarla una cosa de esas que sale música de su interior poniendo un plato negro. Dije tomándome unos segundos. Gramófono así se llama. Como el que compre aquel día y tenemos en el gran salón.

Luego viendo que Lorelleine había acabado agite una campanilla, Babette a apareció. Puedes retirar los platos. Comente a la mujer educadamente. ¿Vamos cielo? Pregunte a Inanna volviendo a ofrecerla mi brazo. Acompáñanos por favor Lorelleine hablaremos en la sala de estar estaremos más cómodos. Luego fuimos a la sala de estar, para estar cómodos. Me senté en un sofá, dejando que Inanna pudiera sentarse a mi lado. Por favor Lorelleine toma asiento en uno de los sillones.

por **Jack Morgan** Sáb Jun 07, 2014 3:26 pm

Sonreí mientras escuchaba a Lorelleine hablar de manera fluida, por un instante me recordó la pasión con la que Lucca habla… Recargue mi cuerpo sobre el brazo del que me encontraba agarrada a Lucca –Lo que dice él es cierto Lorelleine… no es un lujo alimentarse adecuadamente, creo que cuando hay los recursos es una tontería no hacerlo…- después él, “el hombre que le había dado un sentido a mi eternidad” continuó…

-Si ella podrá acompañarte por el día a la laguna… Además sabes Lorelleine es una enamorada de la música y el arte… Me tome la libertad casi como soborno para que aceptara trabajar para nosotros, regalarla una cosa de esas que sale música de su interior poniendo un plato negro… Gramófono así se llama- yo sonreía con sus palabras…

-Justo ahora parece que a la que quieres sobornar, es a mi amor…- una risita se escapó de mis labios, que besaron la mano que tenía entrelazada Lucca con la mía –Podrá acompañarme solo si ella lo desea amor… además, quizás logre aburrirla al hablar de arte…- sonreí a Lorelleine, para luego miraar a Lucca y enpujar su mentón con mi nariz… -Podrías haber sido más práctico en tu soborno que un Gramófono querido mío…- reí –no dudo que ella sea de las pocas personas sobre esta ciudad que saque el provecho que se merece el aparato… pero es mujer…- giré hasta Lorelleine…

-No importa querida… que ya instalada seguro tendremos tiempo de ir a las tiendas de ropa, o a las casas de alta costura…- le guiñe un ojo a la chica, lo que era cierto, es que nunca había tenido necesidad de ir a esos lugares, pero… ¿A qué mujer no le resulta divertido ir a ver ropa?

Entonces Lucca sonó la campanilla y prosiguió a invitarnos al salón de estar… en el camino, en silencio, con Lorelleine detrás, miré a mi pareja, con ojos confundidos, buscando respuestas a preguntas que aún no había formulado… Mientras nos sentamos, me acerqué a besar la piel que se encuentra detrás de la oreja de él, dejando que mi lengua acariciara su piel, pues mi cabello me regalaba unos segundos de discreción que ocupe solo en parte para aquella caricia…

En algo que parecía un murmullo, que mis oídos apenas escuchaban, pero que, sabía que los sentidos agudizados de Gianluca no tendrían problema en percibir le pregunté en medio de aquella caricia efímera -¿Sabe ella que eres un Nocturno…? ¿Qué yo soy un espectro?- dije para luego alejarme con la sonrisa que había conducido toda la velada…

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