AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
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Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Recuerdo del primer mensaje :
Tras un largo viaje en carruaje y de pasar por la tienda de música donde Lorelleine recibió su regalo, un gramófono cosa que la encanto. Después nos dirigimos hasta mi mansión, cruzamos la gran mayoría de Paris, cosa que maravillo a Lorelleine, dado que ella no había salido apenas del Palacio.
Una vez llegamos y bajamos del carruaje, ella pudo apreciar la maravillosa estructura que era mi mansión, deje un tiempo para que la viera y apreciara, aunque tendría tiempo de sobra durante años para ello, unos jardines cuidados con mimo rodeaban la mansión. A un lado un par de casas para los sirvientes la flanqueaban, como al otro lado un establo y un cercado eran el lugar donde los caballos descansaban, así como el carruaje.
Acompañado de ella me acerque a la gran puerta de roble de la mansión, antes de llamar Babette abrió las puertas nos saludó. Buenas noches señor, la señora aun no volvió de sus cosas. Nos dijo, así que pasamos al interior. Gracias querida. Babette, ella es Lorelleine ella se ocupara de la casa, así que por favor, prepárala algo de comer y más tarde, tendrás que explicarle las cosas para que se pueda manejar. Además que preparen una de las habitaciones para ella, descansara en la casa. Conteste a Babette, mientras miraba luego a Lorelleine.
Bueno ¿Que te pareció la casa?. Le pregunte mirándola. Parece que Inanna aún no volvió pero lo hará pronto.
Tras un largo viaje en carruaje y de pasar por la tienda de música donde Lorelleine recibió su regalo, un gramófono cosa que la encanto. Después nos dirigimos hasta mi mansión, cruzamos la gran mayoría de Paris, cosa que maravillo a Lorelleine, dado que ella no había salido apenas del Palacio.
Una vez llegamos y bajamos del carruaje, ella pudo apreciar la maravillosa estructura que era mi mansión, deje un tiempo para que la viera y apreciara, aunque tendría tiempo de sobra durante años para ello, unos jardines cuidados con mimo rodeaban la mansión. A un lado un par de casas para los sirvientes la flanqueaban, como al otro lado un establo y un cercado eran el lugar donde los caballos descansaban, así como el carruaje.
Acompañado de ella me acerque a la gran puerta de roble de la mansión, antes de llamar Babette abrió las puertas nos saludó. Buenas noches señor, la señora aun no volvió de sus cosas. Nos dijo, así que pasamos al interior. Gracias querida. Babette, ella es Lorelleine ella se ocupara de la casa, así que por favor, prepárala algo de comer y más tarde, tendrás que explicarle las cosas para que se pueda manejar. Además que preparen una de las habitaciones para ella, descansara en la casa. Conteste a Babette, mientras miraba luego a Lorelleine.
Bueno ¿Que te pareció la casa?. Le pregunte mirándola. Parece que Inanna aún no volvió pero lo hará pronto.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 04/04/2014
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
La forma de ser de ambos me hacía sentir bien pero a la vez que no hacía más que estorbar en aquel encuentro que hubiese sido mucho más romántico y apasionado de no estar delante una futura sirvienta. Suspiré profundamente al sentirme un mal tercio y volví a bajar mi mirada hasta mis manos donde jugué con mis dedos para evitar ver demasiadas carantoñas propias de un amor que jamás tendría o gozaría.
La forma en que hablaban sobre los paseos a la laguna hizo que mordiera mi labio inferior y alzando mi mirada les sonreí a ambos.
- Será un placer acompañarle, madame. Jamás he estado en la laguna -negué provocando que aquel rizo rebelde que tantas veces había tenido que colocar en su lugar Gianluca, volviese a colocarse sobre una de mis mejillas dándome aún más aquel papel de pequeño querubín que había crecido por ser necesario en la vida.- Por mi parte la ropa no es algo que haya tenido el placer de disfrutar así que desconozco lo que pueda gustarme o lo que no y el gramófono que me regaló es todo lo que podía desear, madame. Me sobornó debidamente, créame -solté una suave risa arrugando mi nariz volviendo a sentir en mis ojos aquel brillo infantil de inocencia pura cuando de música se trataba.
Les seguí en silencio, tranquila, sin prisas observando nuevamente todo lo que había en aquel lugar, feliz de regresar a la sala de estar pero triste por no poder seguir contemplando aquellos maravillosos estampados de las sillas del comedor. Dejé que se sentaran tranquilamente y después tomé asiento en un sillón con la espalda recta intentando arreglar una falda que no podía convertirse en una tela más hermosa para estar a la altura del lugar.
La forma en que hablaban sobre los paseos a la laguna hizo que mordiera mi labio inferior y alzando mi mirada les sonreí a ambos.
- Será un placer acompañarle, madame. Jamás he estado en la laguna -negué provocando que aquel rizo rebelde que tantas veces había tenido que colocar en su lugar Gianluca, volviese a colocarse sobre una de mis mejillas dándome aún más aquel papel de pequeño querubín que había crecido por ser necesario en la vida.- Por mi parte la ropa no es algo que haya tenido el placer de disfrutar así que desconozco lo que pueda gustarme o lo que no y el gramófono que me regaló es todo lo que podía desear, madame. Me sobornó debidamente, créame -solté una suave risa arrugando mi nariz volviendo a sentir en mis ojos aquel brillo infantil de inocencia pura cuando de música se trataba.
Les seguí en silencio, tranquila, sin prisas observando nuevamente todo lo que había en aquel lugar, feliz de regresar a la sala de estar pero triste por no poder seguir contemplando aquellos maravillosos estampados de las sillas del comedor. Dejé que se sentaran tranquilamente y después tomé asiento en un sillón con la espalda recta intentando arreglar una falda que no podía convertirse en una tela más hermosa para estar a la altura del lugar.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 02/02/2014
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Reí ligeramente ante el comentario de Inanna respecto a querer sobornarla, aunque si me pidiera la Luna trataría de conseguírsela. Todo lo que deseara se lo intentaria dar. Bueno siempre es bueno ganar puntos a favor de uno. Dije con tono simpático ante las palabras de ella.
Luego parecía que Lorelleine empezaba a caerla bien, eso me alegraba ciertamente estaba seguro que Inanna se daría cuenta que la joven era un ser puro de un corazón noble, que teníamos que cuidar que no fuera corrompido por lo que corría por la ciudad. Aunque seguí atento a la conversación que estaba dando. Obviamente que si lo desea y no creo que Lorelleine se aburra con esa conversación, me parece mejor contertulia en ello que yo. Dije mientras recibía los cariños de Inanna que me encantaban. Es que pensé que eso sería mejor que unas telas que al cabo de un año pasan de moda. Dije ante las palabras de Inanna como un niño se disculparia ante su madre, pero solo era un poco de teatro. Temo por mis ahorros. Expuse con una risa sincera cuando comento Inanna de ir a comprar ropas con Lorelleine, aunque sería un dinero bien invertido si eso era lo que deseaba Inanna, aparte otra cosa no pero dinero no faltaría.
No temas querida, no conociste la ropa pero intuyo que pronto conocerás sobre ello ¿Verdad cielo?. Comente mientras miraba con cariño y con una sonrisa sincera. Pero deberíamos hacer algo para domar tu pelo Lorelleine, es vigoroso casi como un pura sangre. Dije al notar como sus rizos volvían a cabalgar salvajes por su cara.
Mientras caminábamos y llegábamos a la sala de estar escuche el leve susurro de Inanna que para mí fue como si me hablara al oído. Con un gesto del dedo de mi mano suelta le expuse que no, moviéndolo, luego trataría de explicárselo mejor, que solo la dije a la joven que tenía una extraña enfermedad que me impedía recibir la luz del sol.
Luego parecía que Lorelleine empezaba a caerla bien, eso me alegraba ciertamente estaba seguro que Inanna se daría cuenta que la joven era un ser puro de un corazón noble, que teníamos que cuidar que no fuera corrompido por lo que corría por la ciudad. Aunque seguí atento a la conversación que estaba dando. Obviamente que si lo desea y no creo que Lorelleine se aburra con esa conversación, me parece mejor contertulia en ello que yo. Dije mientras recibía los cariños de Inanna que me encantaban. Es que pensé que eso sería mejor que unas telas que al cabo de un año pasan de moda. Dije ante las palabras de Inanna como un niño se disculparia ante su madre, pero solo era un poco de teatro. Temo por mis ahorros. Expuse con una risa sincera cuando comento Inanna de ir a comprar ropas con Lorelleine, aunque sería un dinero bien invertido si eso era lo que deseaba Inanna, aparte otra cosa no pero dinero no faltaría.
No temas querida, no conociste la ropa pero intuyo que pronto conocerás sobre ello ¿Verdad cielo?. Comente mientras miraba con cariño y con una sonrisa sincera. Pero deberíamos hacer algo para domar tu pelo Lorelleine, es vigoroso casi como un pura sangre. Dije al notar como sus rizos volvían a cabalgar salvajes por su cara.
Mientras caminábamos y llegábamos a la sala de estar escuche el leve susurro de Inanna que para mí fue como si me hablara al oído. Con un gesto del dedo de mi mano suelta le expuse que no, moviéndolo, luego trataría de explicárselo mejor, que solo la dije a la joven que tenía una extraña enfermedad que me impedía recibir la luz del sol.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
-No sabes entonces de lo que te has perdido querida…- sonreí con cortesía al escuchar que Lorelleine nunca había ido a la laguna –Finalmente… si uno no es capaz de apreciar a la naturaleza, que esperanzas quedar de ver el arte en cualquier otro lugar…- tomé la mano de Lucca que se encontraba sentado a mi lado –Podría ver el lugar por toda la eternidad y no encontraría en mi memoria dos imágenes iguales…- mis ojos se perdieron en la mirada de él por segundos que hubiera deseado prolongar más… -Perdón, creo que estoy divagando…- dije cortando de tajo el comentario que hilaba…
Miré con ternura a Gianluca mientras hablaba de telas y vestidos, era obvio que no era un tema que le interesara, más sin embargo intentaba complacerme… “¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para que él apareciera en mi vida?” me preguntaba mientras agradecía lo afortunada que era de tenerlo a mi lado…
-Pero deberíamos hacer algo para domar tu pelo Lorelleine, es vigoroso casi como un pura sangre- Dijo Lucca al notar que un cobrizo cairel de la doncella oleteaba por su rostro de finas facciones, y mis ojos fueron de Lorelleine hasta Lucca… Nunca antes había sentido aquella sensación, de incertidumbre… giré mi rostro de nuevo a la doncella…
-Definitivamente tendrá que hacer algo con ese asunto madmoiselle, no esperaremos que un caballero tenga más experiencia que una dama en asuntos de estética…- sonreí forzada mientras mi mano acariciaba el muslo de Lucca… -Pero… creo que aún hay asuntos por tratar… ¿no es así?-
Miré con ternura a Gianluca mientras hablaba de telas y vestidos, era obvio que no era un tema que le interesara, más sin embargo intentaba complacerme… “¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para que él apareciera en mi vida?” me preguntaba mientras agradecía lo afortunada que era de tenerlo a mi lado…
-Pero deberíamos hacer algo para domar tu pelo Lorelleine, es vigoroso casi como un pura sangre- Dijo Lucca al notar que un cobrizo cairel de la doncella oleteaba por su rostro de finas facciones, y mis ojos fueron de Lorelleine hasta Lucca… Nunca antes había sentido aquella sensación, de incertidumbre… giré mi rostro de nuevo a la doncella…
-Definitivamente tendrá que hacer algo con ese asunto madmoiselle, no esperaremos que un caballero tenga más experiencia que una dama en asuntos de estética…- sonreí forzada mientras mi mano acariciaba el muslo de Lucca… -Pero… creo que aún hay asuntos por tratar… ¿no es así?-
Jack Morgan- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Entrecerré mis ojos. Me sentía incómoda pues parecía que no le terminaba de agradar a Inanna algo que no entendía mas Gianluca a fin de cuentas me conocía un poco mejor que ella. Bajé mi mirada, era inútil, no quería hacerles perder el tiempo ya que estaba más que claro que solo molestaba frente a los enamorados y no era digna de estar en la presencia de seres tan perfectos e inmaculados como ellos.
Sequé una pequeña lágrima pues era capaz de notar la falsedad cuando iba dirigida a mí como esa sonrisa de Inanna que había helado mi sangre. Retomé la compostura y respiré hondo para después sonreír con suavidad.
- No creo que sea necesario. Es más, no les molestaré con mi presencia de nuevo. Lamento mucho no ser lo que ambos esperaban -me levanté como un resorte presa de mis demonios. Yo ya lo había sabido, no era alguien digno ni para ser una criada.
Me levanté de allí y caminé a pesar de la descortesía hasta la puerta, la abrí y desaparecí perdiéndome entre la noche, era mucho mejor no regresar, no volver y dejar que ellos siguiesen con quien realmente era agradable y digno para todos.
Sequé una pequeña lágrima pues era capaz de notar la falsedad cuando iba dirigida a mí como esa sonrisa de Inanna que había helado mi sangre. Retomé la compostura y respiré hondo para después sonreír con suavidad.
- No creo que sea necesario. Es más, no les molestaré con mi presencia de nuevo. Lamento mucho no ser lo que ambos esperaban -me levanté como un resorte presa de mis demonios. Yo ya lo había sabido, no era alguien digno ni para ser una criada.
Me levanté de allí y caminé a pesar de la descortesía hasta la puerta, la abrí y desaparecí perdiéndome entre la noche, era mucho mejor no regresar, no volver y dejar que ellos siguiesen con quien realmente era agradable y digno para todos.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Note la mano en mi muslo de Inanna, aunque su risa forzada me extraño igual la había molestado algún comentario, pero no sabía cuál dado que no recordaba haber dicho algo malo. Pero a lo mejor si dado que no estaba acostumbrado a estar con alguien. Mientras lo pensaba, vi como Lorelleine se excusaba de una manera extraña, para luego tomar camino a la puerta y salir por ella.
Me quede sentado extrañado. ¿Qué ha pasado? Pregunte impactado aun, con tono de no entender que había sucedido. No sabía porque había hecho eso Lorelleine, mire a Inanna con una mirada de no entender nada y casi sin saber qué hacer, a lo mejor realmente Lorelleine no quería estar con nosotros. ¿He sido yo?. Volví a preguntar a Inanna tratando de buscar una respuesta, seguramente sería eso, Inanna era un ángel y yo el monstruo, en algún momento igual había hecho daño a Lorelleine con mis comentarios.
Me quede sentado extrañado. ¿Qué ha pasado? Pregunte impactado aun, con tono de no entender que había sucedido. No sabía porque había hecho eso Lorelleine, mire a Inanna con una mirada de no entender nada y casi sin saber qué hacer, a lo mejor realmente Lorelleine no quería estar con nosotros. ¿He sido yo?. Volví a preguntar a Inanna tratando de buscar una respuesta, seguramente sería eso, Inanna era un ángel y yo el monstruo, en algún momento igual había hecho daño a Lorelleine con mis comentarios.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 04/04/2014
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Apenas había sugerido a Lorelleine que hiciera, o hiciéramos algo con su cabello, y me había forzado a alejar cualquier sombra de celos de mi pensamiento, “Que resultaba un monstruo avasallador que deformaba los hechos a su paso”, fingiendo una sonrisa agónica que aperturaba el diálogo a cosas de trabajo, cuando Lorelleine dijo determinada
-No creo que sea necesario. Es más, no les molestaré con mi presencia de nuevo. Lamento mucho no ser lo que ambos esperaban- al tiempo que secaba una lágrima que apenas afloraba a su rostro, levantándose sin voltear atrás, saliendo por la puerta… escuchando después la puerta principal a su paso…
Cerré los ojos frustrada… y por un instante sentí que el lugar comenzaba a apestar a sulfuros, como el mismo infierno, pero no era aquello lo que más me preocupaba… era la reacción que Lucca tuviera al respecto… él había actuado de buena fe con ella, y yo la había corrido de la casa… “Supongo que es el efecto que tenemos los fantasmas después de todo… Si el me acepta será por su naturaleza…” Sentí un golpe en el pecho, y un dolor que se extendía dentro de mi ser, más allá de los límites corpóreos que yo misma me había fijado; apreté mi mano sobre la pierna de mi amor, y abrí los ojos como reflejo al escucharle…
-¿Qué ha pasado?- Dijo el con confusión en la voz, lo que me obligó a mirarle, turbada tanto o más que él -¿He sido yo?- preguntó, y de mis ojos brotaron lágrimas “Yo no sabía que los fantasmas pudieran llorar…” al encontrarme con su mirada contrariada y aún confundida por el arrebato de Lorelleine…
Negué con la cabeza mientras me limpiaba las lágrimas con la mano, acariciando el muslo de él… -No has sido tu querido mío… esta noche he visto tu verdadera naturaleza y… sé que no pude enamorarme en el mundo de un mejor hombre, ni más justo, ni más bueno… - acaricié su rostro con la otra mano, sin retirar la primera de su muslo y tome valor para lo que seguía…
-Ella ha visto en mi a un monstruo…- cerré los ojos –vio celos reflejados en mi mirada sin vida…- dije mientras sentía las mejillas enrojecer –No pude evitar sentir celos, eres tan bueno… cualquiera podría confundir tus atenciones y tratar de… subir a tu regazo…- la sola idea me hizo cerrar los ojos, mientras sentía apretar mis mandíbulas un instante… -lo siento amor…- dije mientras me ponía en pie y besaba los labios de él, dando paso a otro beso en su frente… -Ahora vuelvo vida mía…-
Salí a buscarla, sin dejar de lado mi cuerpo físico, pues lo último que quería era más pánico por parte de ella… pero necesitaba concentrarme, para poder sentirla… cualquiera de mis 6 sentidos eran buenos ahora…
-No creo que sea necesario. Es más, no les molestaré con mi presencia de nuevo. Lamento mucho no ser lo que ambos esperaban- al tiempo que secaba una lágrima que apenas afloraba a su rostro, levantándose sin voltear atrás, saliendo por la puerta… escuchando después la puerta principal a su paso…
Cerré los ojos frustrada… y por un instante sentí que el lugar comenzaba a apestar a sulfuros, como el mismo infierno, pero no era aquello lo que más me preocupaba… era la reacción que Lucca tuviera al respecto… él había actuado de buena fe con ella, y yo la había corrido de la casa… “Supongo que es el efecto que tenemos los fantasmas después de todo… Si el me acepta será por su naturaleza…” Sentí un golpe en el pecho, y un dolor que se extendía dentro de mi ser, más allá de los límites corpóreos que yo misma me había fijado; apreté mi mano sobre la pierna de mi amor, y abrí los ojos como reflejo al escucharle…
-¿Qué ha pasado?- Dijo el con confusión en la voz, lo que me obligó a mirarle, turbada tanto o más que él -¿He sido yo?- preguntó, y de mis ojos brotaron lágrimas “Yo no sabía que los fantasmas pudieran llorar…” al encontrarme con su mirada contrariada y aún confundida por el arrebato de Lorelleine…
Negué con la cabeza mientras me limpiaba las lágrimas con la mano, acariciando el muslo de él… -No has sido tu querido mío… esta noche he visto tu verdadera naturaleza y… sé que no pude enamorarme en el mundo de un mejor hombre, ni más justo, ni más bueno… - acaricié su rostro con la otra mano, sin retirar la primera de su muslo y tome valor para lo que seguía…
-Ella ha visto en mi a un monstruo…- cerré los ojos –vio celos reflejados en mi mirada sin vida…- dije mientras sentía las mejillas enrojecer –No pude evitar sentir celos, eres tan bueno… cualquiera podría confundir tus atenciones y tratar de… subir a tu regazo…- la sola idea me hizo cerrar los ojos, mientras sentía apretar mis mandíbulas un instante… -lo siento amor…- dije mientras me ponía en pie y besaba los labios de él, dando paso a otro beso en su frente… -Ahora vuelvo vida mía…-
Salí a buscarla, sin dejar de lado mi cuerpo físico, pues lo último que quería era más pánico por parte de ella… pero necesitaba concentrarme, para poder sentirla… cualquiera de mis 6 sentidos eran buenos ahora…
Jack Morgan- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Me quede aún mas parado cuando Inanna dijo algo sobre celos, no los había notado, aunque debía reconocer que los secretos femeninos a ese nivel no eran lo mío. Las mujeres siempre me parecieron seres increíbles y complejos, por lo visto había pasado algo ante mis ojos que no me percate. Eso me avergonzaba, alguien acostumbrado a moverse entre seres peligrosos y sibilinos, no había notado aquello.
Antes de poder decir nada note como me besaba en la frente y luego salía también tras Lorelleine "¿Pero que pasa aquí, nadie me tiene en cuenta?" Pensé aunque rápidamente solté un suspiro, igual esa situación era mejor que lo hablaran las dos. Aunque en mi interior deseaba intervenir, pero por otro lado mi cabeza me decía que dejara actuar a Inanna. Así que agarre una copa la llene de licor y me senté en un sillón mirando la pared pensando en todo lo ocurrido.
Antes de poder decir nada note como me besaba en la frente y luego salía también tras Lorelleine "¿Pero que pasa aquí, nadie me tiene en cuenta?" Pensé aunque rápidamente solté un suspiro, igual esa situación era mejor que lo hablaran las dos. Aunque en mi interior deseaba intervenir, pero por otro lado mi cabeza me decía que dejara actuar a Inanna. Así que agarre una copa la llene de licor y me senté en un sillón mirando la pared pensando en todo lo ocurrido.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
La angustia se deslizaba por mi pecho como un golpe profundo que prácticamente no me dejaba ni respirar. La mirada de Inanna me había perforado dejando paso a los miedos más dolorosos que se habían penetrado en mi cuerpo. Había visto sus celos pero también había visto a otro ser exactamente igual que a ella, arrancando de mi cuerpo la flor más pura.
¿Por qué había tenido celos? Yo no amaba a Gianluca, tan solo era feliz de verle feliz junto a ella, un ángel en la tierra que por alguna razón incomprensible parecía detestarme. No, él para mí no podía ser más que un hermano, un hermano mayor pues no sabía amar de la forma que ellos se amaban, se disfrutaban, se sentían. Para mí el amor estaba negado para siempre.
La temperatura descendió considerablemente y sabía lo que aquello significaba. Algo se estaba acercando entre los edificios mientras buscaba a mi alrededor en medio de esa calle empedrada.
El hielo aún recorría mis venas por el pánico que la mujer había propiciado en mí. Me giré sabiendo que estaba observándome y antes de que ella pudiese decir una sola palabra sabía que mi manera de expresarme ella la entendería, ella no era alguien normal, no quería saber qué era pues dejaría que fuese quien lo decidiese ella misma. Tragué con dificultad y observando sus hermosos ojos comencé mi discurso.
- No, no puedo ver a Gianluca como vos lo veis, madame -dije con un hilo de voz mientras las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.- No temáis por eso ni aunque pudiese pues él os ama y yo a sus ojos soy como su hermana lo mismo que sucede en mi ser. Le quiero, lo admito, ¿es un pecado querer a alguien tan dulce? Pero no, no podría amarle, no podría verle con vuestros ojos ni con los ojos de una cortesana. Se me arrancó esa opción hace mucho tiempo, algo que no me importa que suceda y si busca en mi interior lo sabrá. No miento, no sé mentir y la sola idea de yacer con un hombre me repugna. Solo un hombre diferente a aquel que me arrancó la inocencia ha conseguido tocarme de una forma amatoria. Solo uno. Busque si desea en mi memoria o yo misma le pondré palabras, se lo comenté al mismo Gianluca. Yo estoy manchada, soy indigna para el mundo, indigna tan solo para mirarles -sequé mis lágrimas y por el temblor caí al suelo abrazándome a mí misma sin dejar de mirar a aquella mujer.- No me odiéis por algo que no puedo sentir, por algo que no puedo hacer ni aunque lo desease con toda mi alma. No me odiéis por ser indigna pero tampoco por querer a vuestro esposo como a un hermano que se ha tomado el tiempo de recoger a este alma impura de una vida de tormentos.
¿Por qué había tenido celos? Yo no amaba a Gianluca, tan solo era feliz de verle feliz junto a ella, un ángel en la tierra que por alguna razón incomprensible parecía detestarme. No, él para mí no podía ser más que un hermano, un hermano mayor pues no sabía amar de la forma que ellos se amaban, se disfrutaban, se sentían. Para mí el amor estaba negado para siempre.
La temperatura descendió considerablemente y sabía lo que aquello significaba. Algo se estaba acercando entre los edificios mientras buscaba a mi alrededor en medio de esa calle empedrada.
El hielo aún recorría mis venas por el pánico que la mujer había propiciado en mí. Me giré sabiendo que estaba observándome y antes de que ella pudiese decir una sola palabra sabía que mi manera de expresarme ella la entendería, ella no era alguien normal, no quería saber qué era pues dejaría que fuese quien lo decidiese ella misma. Tragué con dificultad y observando sus hermosos ojos comencé mi discurso.
- No, no puedo ver a Gianluca como vos lo veis, madame -dije con un hilo de voz mientras las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.- No temáis por eso ni aunque pudiese pues él os ama y yo a sus ojos soy como su hermana lo mismo que sucede en mi ser. Le quiero, lo admito, ¿es un pecado querer a alguien tan dulce? Pero no, no podría amarle, no podría verle con vuestros ojos ni con los ojos de una cortesana. Se me arrancó esa opción hace mucho tiempo, algo que no me importa que suceda y si busca en mi interior lo sabrá. No miento, no sé mentir y la sola idea de yacer con un hombre me repugna. Solo un hombre diferente a aquel que me arrancó la inocencia ha conseguido tocarme de una forma amatoria. Solo uno. Busque si desea en mi memoria o yo misma le pondré palabras, se lo comenté al mismo Gianluca. Yo estoy manchada, soy indigna para el mundo, indigna tan solo para mirarles -sequé mis lágrimas y por el temblor caí al suelo abrazándome a mí misma sin dejar de mirar a aquella mujer.- No me odiéis por algo que no puedo sentir, por algo que no puedo hacer ni aunque lo desease con toda mi alma. No me odiéis por ser indigna pero tampoco por querer a vuestro esposo como a un hermano que se ha tomado el tiempo de recoger a este alma impura de una vida de tormentos.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Caminé por la calle oscura, y apenas comenzando a perderme de la luz de la casa de Lucca vi la silueta de Lorelleine… me acerqué disminuyendo la velocidad, buscando su mirada, pero antes de poder decir nada, ella comenzó…
-No, no puedo ver a Gianluca como vos lo veis, madame- dijo en un tono muy agudo, mientras las lágrimas comenzaban a crear ríos en sus mejillas… me acerqué, pero el miedo de que al tocarla huyera de nuevo me detuvo… entonces ella continuó
-No temáis por eso ni aunque pudiese pues él os ama y yo a sus ojos soy como su hermana lo mismo que sucede en mi ser. Le quiero, lo admito, ¿es un pecado querer a alguien tan dulce? Pero no, no podría amarle, no podría verle con vuestros ojos ni con los ojos de una cortesana. Se me arrancó esa opción hace mucho tiempo, algo que no me importa que suceda y si busca en mi interior lo sabrá. No miento, no sé mentir y la sola idea de yacer con un hombre me repugna. Solo un hombre diferente a aquel que me arrancó la inocencia ha conseguido tocarme de una forma amatoria. Solo uno. Busque si desea en mi memoria o yo misma le pondré palabras, se lo comenté al mismo Gianluca. Yo estoy manchada, soy indigna para el mundo, indigna tan solo para mirarles- dijo llorando y cada palabra de ella me clavaba un puñal en mi interior, antes de que pudiera siquiera notarlo, de mis ojos nacía un afluente que bañaba el delta de mi rostro… y dejé de pensar…
Me acerqué a abrazarla, y antes de poder hacerlo ella se derrumbó, abrazándose a si misma… me hinqué y la rodee con mis brazos… buscando por todos los medios provocar una atmosfera de calor a nuestro alrededor, algo que nunca había hecho… pero parecía comenzaba a surtir efecto… traté de calmar el temblor que se apoderaba de ella, mientras seguía hablando… mis brazos comenzaron a acunarla mientras cerraba los ojos, dejando que el rio fluyera intermitente en sus cauces…
-No puedo odiarte…- dije, mientras subía su mentón con mi mano para ver esos azules ojos –tienes razón, me alegro que lo quieras… el merece que todo el mundo le quiera, es un hombre extraordinario…- murmuré sintiéndome estúpida al respecto… -Yo no puedo entrar en tu memoria querida… y… aunque pudiera no lo haría, te creo y creo también que tu privacidad es tu derecho…- suspiré tratando de calmarme a mí misma, aun abrazando a Lorelleine –No eres indigna… no estás manchada…- dije imaginando a lo que se refería, pero solo someramente, no conocía su historia… -Tu valor no radica en tu entrepierna… tu valor está en tu corazón… y tú tienes uno de oro…- sonreí tratando de calmarla… y poniéndome en pie le ofrecí mi mano para ayudarla a levantarse… -Ven querida mía…- dije con una sonrisa, exhausta de irradiar calor, sentía que pronto desfallecería… pero no pensaba hacerlo hasta que Lorelleine estuviera bien… -Regresemos a nuestra casa Lorelleine… Que Lucca debe estar preocupado por ti…- dije ayudándola a ponerse en pie y rodeando su cintura con mi brazo –Disculpame por ser tan tonta querida… es la primera vez que amo… aunque sé que no es una excusa…- sentí que la fuerza se iba de mi cuerpo, pero me aferré al atisbo de energía que aún me quedaba –por favor Lorelleine… discúlpame…- dije y guardé silencio, de allí en adelante continué en silencio, usando a Lorelleine como un apoyo, sin decirle cuan mal estaba, e irradiando el calor intermitente, como un bombillo que está por fundirse…
-No, no puedo ver a Gianluca como vos lo veis, madame- dijo en un tono muy agudo, mientras las lágrimas comenzaban a crear ríos en sus mejillas… me acerqué, pero el miedo de que al tocarla huyera de nuevo me detuvo… entonces ella continuó
-No temáis por eso ni aunque pudiese pues él os ama y yo a sus ojos soy como su hermana lo mismo que sucede en mi ser. Le quiero, lo admito, ¿es un pecado querer a alguien tan dulce? Pero no, no podría amarle, no podría verle con vuestros ojos ni con los ojos de una cortesana. Se me arrancó esa opción hace mucho tiempo, algo que no me importa que suceda y si busca en mi interior lo sabrá. No miento, no sé mentir y la sola idea de yacer con un hombre me repugna. Solo un hombre diferente a aquel que me arrancó la inocencia ha conseguido tocarme de una forma amatoria. Solo uno. Busque si desea en mi memoria o yo misma le pondré palabras, se lo comenté al mismo Gianluca. Yo estoy manchada, soy indigna para el mundo, indigna tan solo para mirarles- dijo llorando y cada palabra de ella me clavaba un puñal en mi interior, antes de que pudiera siquiera notarlo, de mis ojos nacía un afluente que bañaba el delta de mi rostro… y dejé de pensar…
Me acerqué a abrazarla, y antes de poder hacerlo ella se derrumbó, abrazándose a si misma… me hinqué y la rodee con mis brazos… buscando por todos los medios provocar una atmosfera de calor a nuestro alrededor, algo que nunca había hecho… pero parecía comenzaba a surtir efecto… traté de calmar el temblor que se apoderaba de ella, mientras seguía hablando… mis brazos comenzaron a acunarla mientras cerraba los ojos, dejando que el rio fluyera intermitente en sus cauces…
-No puedo odiarte…- dije, mientras subía su mentón con mi mano para ver esos azules ojos –tienes razón, me alegro que lo quieras… el merece que todo el mundo le quiera, es un hombre extraordinario…- murmuré sintiéndome estúpida al respecto… -Yo no puedo entrar en tu memoria querida… y… aunque pudiera no lo haría, te creo y creo también que tu privacidad es tu derecho…- suspiré tratando de calmarme a mí misma, aun abrazando a Lorelleine –No eres indigna… no estás manchada…- dije imaginando a lo que se refería, pero solo someramente, no conocía su historia… -Tu valor no radica en tu entrepierna… tu valor está en tu corazón… y tú tienes uno de oro…- sonreí tratando de calmarla… y poniéndome en pie le ofrecí mi mano para ayudarla a levantarse… -Ven querida mía…- dije con una sonrisa, exhausta de irradiar calor, sentía que pronto desfallecería… pero no pensaba hacerlo hasta que Lorelleine estuviera bien… -Regresemos a nuestra casa Lorelleine… Que Lucca debe estar preocupado por ti…- dije ayudándola a ponerse en pie y rodeando su cintura con mi brazo –Disculpame por ser tan tonta querida… es la primera vez que amo… aunque sé que no es una excusa…- sentí que la fuerza se iba de mi cuerpo, pero me aferré al atisbo de energía que aún me quedaba –por favor Lorelleine… discúlpame…- dije y guardé silencio, de allí en adelante continué en silencio, usando a Lorelleine como un apoyo, sin decirle cuan mal estaba, e irradiando el calor intermitente, como un bombillo que está por fundirse…
Jack Morgan- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Antes de lo que pensaba aquel alma tan pura rodeó mi cuerpo y pude notar como realmente no me odiaba. Su voz parecía sentir en ella misma la forma en que yo misma había padecido. Ella era tan dulce como el mismo Gianluca me la había descrito pero alzando mi mirada pude ver que comenzaba a apagarse. Sí, aquel calor que se perdía bajo mi piel abrigándome contra su pequeña figura estaba descendiendo.
Sus palabras consiguieron que de mi interior una pequeña herida fuese cicatrizando. La mujer me comprendía más que cualquier otro ser humano, parecía realmente arrepentida y yo no podía negarle que comprendía sus celos ante una total desconocida pues al fin y al cabo es lo que era.
Como si lo supiera, mi mano se apoyó en la cintura de Inanna. Sabía que no era alguien normal y Gianluca tampoco pero no les obligaría a decirme nada que no desearan. Caminé con ella, tranquila a pesar de que ella parecía fatigada agarrada aún a su minúscula mano que parecía desvanecerse en la mía.
- No continuéis. No tengo absolutamente nada que perdonaros, madame. Tan solo deseaba que supierais que ni por asomo podría nacer en mi cuerpo ese mismo sentimiento que poseéis.
Apreté su mano con suavidad intentando que entendiera que no es necesario que ella continuara, no me iría, no desaparecería sucediese lo que sucediese. En aquel lugar podía sentirme querida, ambos me comprendían y parecían dispuestos a cuidarme a pesar de todo.
- Deje de forzarse, madame. No desapareceré -susurré y apoyé mi brazo alrededor de ella dispuesta a que se apoyara en mí para lo que necesitara mas cuando estuvimos lo suficientemente cerca de la casa hice ruido con mis faldas apropósito para que Gianluca saliera a ayudar a su amada.
Sus palabras consiguieron que de mi interior una pequeña herida fuese cicatrizando. La mujer me comprendía más que cualquier otro ser humano, parecía realmente arrepentida y yo no podía negarle que comprendía sus celos ante una total desconocida pues al fin y al cabo es lo que era.
Como si lo supiera, mi mano se apoyó en la cintura de Inanna. Sabía que no era alguien normal y Gianluca tampoco pero no les obligaría a decirme nada que no desearan. Caminé con ella, tranquila a pesar de que ella parecía fatigada agarrada aún a su minúscula mano que parecía desvanecerse en la mía.
- No continuéis. No tengo absolutamente nada que perdonaros, madame. Tan solo deseaba que supierais que ni por asomo podría nacer en mi cuerpo ese mismo sentimiento que poseéis.
Apreté su mano con suavidad intentando que entendiera que no es necesario que ella continuara, no me iría, no desaparecería sucediese lo que sucediese. En aquel lugar podía sentirme querida, ambos me comprendían y parecían dispuestos a cuidarme a pesar de todo.
- Deje de forzarse, madame. No desapareceré -susurré y apoyé mi brazo alrededor de ella dispuesta a que se apoyara en mí para lo que necesitara mas cuando estuvimos lo suficientemente cerca de la casa hice ruido con mis faldas apropósito para que Gianluca saliera a ayudar a su amada.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Estaba en mi sillón sentado tomando aquella copa, aunque apenas dure unos segundos. Luego anduve por la sala como una fiera metida en una jaula. De repente todo se había ido al garete y ahora tenía a una chica de corazón puro por ahí corriendo y aun peor a mi amada siguiéndola. Tome de un trago la copa "Demonios me da igual iré tras Inanna y luego a ver como esta Lorelleine" No podría perdonarme que a alguna la pasara algo.
Aunque de repente a mi oído llego un sonido de un vestido, por alguna extraña razon fui a la puerta a una velocidad sobre humana, no sabía que pero algo pasaba y mi instinto me decía que era Inanna. Abrí la puerta y con mi mirada busque, entonces vi la escena, en un primer momento me alegre al ver como ambas mujeres parecían volver juntas "Vaya igual me preocupe por nada" Pero una cosa me alarmo note como el rostro de Inanna mostraba algo, no sabía que era pero parecía mal. No pude evitarlo prácticamente en un pestañeo recorrí la distancia que me se paraba de ellas, un par de decenas de metros.
Cuando llegue a ellas tome a Inanna en mis brazos. ¿Estás bien cielo? Tranquila ya estoy aquí. Dije a mi amada. Sígueme por favor Lorelleine, debemos hablar de lo que acaba de suceder, por favor en la casa te lo explicare. Pero primero debo ocuparme de ella. La dije dándome cuenta que por mi preocupación había usado mis habilidades para llegar a Inanna, pero me daba igual, lo primero era mi amada y saber que la sucedía. Mientras andaba a la casa miraba a Inanna preocupado, parecía débil si fuera una vástago necesitaría sangre, pero ella no lo era y no sabía que debía hacer.
Una vez en el interior la deje acostada en el sofá, me senté a su lado. ¿Que necesitas? ¿Qué puedo hacer? Pregunte preocupado, fuera lo que necesitara se lo conseguiría.
Aunque de repente a mi oído llego un sonido de un vestido, por alguna extraña razon fui a la puerta a una velocidad sobre humana, no sabía que pero algo pasaba y mi instinto me decía que era Inanna. Abrí la puerta y con mi mirada busque, entonces vi la escena, en un primer momento me alegre al ver como ambas mujeres parecían volver juntas "Vaya igual me preocupe por nada" Pero una cosa me alarmo note como el rostro de Inanna mostraba algo, no sabía que era pero parecía mal. No pude evitarlo prácticamente en un pestañeo recorrí la distancia que me se paraba de ellas, un par de decenas de metros.
Cuando llegue a ellas tome a Inanna en mis brazos. ¿Estás bien cielo? Tranquila ya estoy aquí. Dije a mi amada. Sígueme por favor Lorelleine, debemos hablar de lo que acaba de suceder, por favor en la casa te lo explicare. Pero primero debo ocuparme de ella. La dije dándome cuenta que por mi preocupación había usado mis habilidades para llegar a Inanna, pero me daba igual, lo primero era mi amada y saber que la sucedía. Mientras andaba a la casa miraba a Inanna preocupado, parecía débil si fuera una vástago necesitaría sangre, pero ella no lo era y no sabía que debía hacer.
Una vez en el interior la deje acostada en el sofá, me senté a su lado. ¿Que necesitas? ¿Qué puedo hacer? Pregunte preocupado, fuera lo que necesitara se lo conseguiría.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Sentí que él me tomó en brazos y dejé vencer mi poca fuerza, abrazándome a su cuello; mis ojos se perdieron en los de él, y al cruzarme con su angustiada mirada, mis ojos se llenaron de lágrimas… -Te amo Lucca…- musité en lo que parecía un murmullo del aire…
-¿Estás bien cielo? Tranquila ya estoy aquí- me dijo y mis sueños más lúcidos me hicieron sonreír en los brazos de él... después habló con Lorelleine cosas que solo entendí a medias… pero no me importaba, estaba con él… si mi energía no podía reagruparse, era la forma más bella, más sublime de dejar este plano terreneo…
-Estoy bien…- dije con debilidad mientras entrabamos a la casa… -Ella temblaba amor… yo no podía dejarla temblar… era pánico, frío…- cerré los ojos y sentí que comenzaba a desvanecerme en sus manos, así que me concentré en no hacerlo… sentí como con gentileza y amor me recostó en el mullido sillón…
-¿Que necesitas? ¿Qué puedo hacer?- preguntó visiblemente preocupado él… yo abrí los ojos y una sonrisa se asomó en la comisura de mis labios…
-Ven… besame amor…- dije en un hilo de voz… -Le he dado toda mi energía a ella, para que no pasara frío, para que no tuviera temor…- ya era solo el resuello lo que se escuchaba… -solo besame… abrazame y deja que tu energía me fortalezca un poco…- cerré los ojos…
-¿Estás bien cielo? Tranquila ya estoy aquí- me dijo y mis sueños más lúcidos me hicieron sonreír en los brazos de él... después habló con Lorelleine cosas que solo entendí a medias… pero no me importaba, estaba con él… si mi energía no podía reagruparse, era la forma más bella, más sublime de dejar este plano terreneo…
-Estoy bien…- dije con debilidad mientras entrabamos a la casa… -Ella temblaba amor… yo no podía dejarla temblar… era pánico, frío…- cerré los ojos y sentí que comenzaba a desvanecerme en sus manos, así que me concentré en no hacerlo… sentí como con gentileza y amor me recostó en el mullido sillón…
-¿Que necesitas? ¿Qué puedo hacer?- preguntó visiblemente preocupado él… yo abrí los ojos y una sonrisa se asomó en la comisura de mis labios…
-Ven… besame amor…- dije en un hilo de voz… -Le he dado toda mi energía a ella, para que no pasara frío, para que no tuviera temor…- ya era solo el resuello lo que se escuchaba… -solo besame… abrazame y deja que tu energía me fortalezca un poco…- cerré los ojos…
Jack Morgan- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Escuche preocupado lo que musito Inanna note cierto pánico en mi interior, jamás pensé que ella podría dejar de existir, pensaba que era realmente inmortal y en ese momento la veía débil y hablando de energías. Así que la bese mientras la abrazaba. Toma lo que necesites cielo yo recuperare fuerzas rápidamente, no temas. La dije, yo lo tenía más fácil, entre mis habilidades era tener una regeneración alta, además con sangre mis fuerzas volverían a su nivel. Tranquila no hace falta que te expliques solo descansa. La comente, escuchando como había dado su energía a Lorelleine para evitar su pánico.
Eso me hizo recordar a la chica, tenía que hablar con ella explicarle todo y rezar que lo entendiera sin entrar en pánico gritando dejándome expuesto. En otra ocasión no tendría problemas, por el aprecio hacia ella no tomaría medidas simplemente me cambiaria de ciudad. Pero ahora estaba Inanna y no permitiría que nada o nadie la expusiera y pusiera en peligro. Si era necesario, dejaría volver de nuevo al monstruo que durante siglos he mantenido en mi interior.
Seguí abrazado a Inanna, esperando notarla cuanto antes mejor "¿De que me vale tanto poder e inmortalidad si no soy capaz de proteger a la mujer que amo?" Era la primera vez que en siglos me notaba asi, impotente, solo una vez vivi algo asi con la muerte de mi madre cainita a manos de aquellos cazadores.
Eso me hizo recordar a la chica, tenía que hablar con ella explicarle todo y rezar que lo entendiera sin entrar en pánico gritando dejándome expuesto. En otra ocasión no tendría problemas, por el aprecio hacia ella no tomaría medidas simplemente me cambiaria de ciudad. Pero ahora estaba Inanna y no permitiría que nada o nadie la expusiera y pusiera en peligro. Si era necesario, dejaría volver de nuevo al monstruo que durante siglos he mantenido en mi interior.
Seguí abrazado a Inanna, esperando notarla cuanto antes mejor "¿De que me vale tanto poder e inmortalidad si no soy capaz de proteger a la mujer que amo?" Era la primera vez que en siglos me notaba asi, impotente, solo una vez vivi algo asi con la muerte de mi madre cainita a manos de aquellos cazadores.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
¿Qué acababa de suceder? Inanna se estaba evaporando como el humo delante de mis propios ojos entre los brazos de Gianluca. Este se había acercado a nosotras demasiado deprisa como para ser humano tan solo con el sonido de mi vestido algo que no se hubiese podido escuchar con los tabiques del hogar de por medio. ¿Quiénes eran? ¿Qué eran? No, no había tiempo para el pánico. Inanna necesitaba la energía de Gianluca, ¿energía? ¿Alguien como yo la tenía? No me importaba, no ahora.
Sin mirar como ambos se besaban, apoyé mis manos en la mano libre de Inanna que colgaba casi inerte a un lado de su cuerpo. Me concentré en algo que no sabía, que no entendía pero si podía ayudar lo haría. Las lágrimas recorrieron mis mejillas por preocupación con la joven y dejé un beso sobre sus nudillos dejando fluir la energía que no sabía que tenía.
- Tomad la mía también, madame. Hacedlo, por favor. Recuperaros -susurré suavemente sin importarme nada más, tan solo tenía que ayudar como fuese posible.- No os preocupéis por nada que no sea recuperaros -musité apreté con cuidado sus dedos entre los míos notando mi corazón latiendo con necesidad deslizando parte de mi alma pura hacia aquella joven que había a pesar de todo me había tratado tan bien como Gianluca.
Miré al amigo que me había regalado un refugio en su compañía y le sonreí suavemente, estaba incluso aceptando un pacto con él que no sabía lo que se refería pero haría por ellos lo que en mí fuese posible, les entregaría mi propia alma si me la pedían.
Sin mirar como ambos se besaban, apoyé mis manos en la mano libre de Inanna que colgaba casi inerte a un lado de su cuerpo. Me concentré en algo que no sabía, que no entendía pero si podía ayudar lo haría. Las lágrimas recorrieron mis mejillas por preocupación con la joven y dejé un beso sobre sus nudillos dejando fluir la energía que no sabía que tenía.
- Tomad la mía también, madame. Hacedlo, por favor. Recuperaros -susurré suavemente sin importarme nada más, tan solo tenía que ayudar como fuese posible.- No os preocupéis por nada que no sea recuperaros -musité apreté con cuidado sus dedos entre los míos notando mi corazón latiendo con necesidad deslizando parte de mi alma pura hacia aquella joven que había a pesar de todo me había tratado tan bien como Gianluca.
Miré al amigo que me había regalado un refugio en su compañía y le sonreí suavemente, estaba incluso aceptando un pacto con él que no sabía lo que se refería pero haría por ellos lo que en mí fuese posible, les entregaría mi propia alma si me la pedían.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Mantenía los ojos cerrados, mientras mi olfato se inundaba lentamente a violetas, la oscuridad que me rodeaba era tan inmensa, tan sepulcral… y a la vez tan reconfortante, como si fuera la antesala que precede al despertar de una pesadilla…
Sentí las lágrimas recorrer mis mejillas, recordándome que, había sacrificado muchas habilidades con tal de poseer un cuerpo, tan imperfecto, que ni siquiera me permitía sentir como un humano de verdad; sin embargo, eran elecciones que había tomado a lo largo de mi propia eternidad, con razones que, si fueron válidas en su momento, lo seguían siendo…
Un leve calor me extrajo del abotargamiento que poco a poco me había ido invadiendo, la mano tibia de Lorelleine me regresó a este plano material de un solo impulso; y sentí alejarse de mi esa negrura, tan absorbente, pero cálida a la vez… mucho tiempo desee conocer esa sensación, pero desde que Lucca había aparecido en mi vida, no era más mi incentivo de ser… ahora él lo era todo para mí, el inicio y el fin de mi universo…
Parpadee un par de veces encontrándome con la mirada azul de Lorelleine, a quien traté de sonreír… después zafé mi mano de la de ella y con ambas busqué el pecho de Gianluca, “Que ahora sabía que era el lugar más seguro en el universo entero para mi… y que era el único lugar en el que yo deseaba estar… en su regazo, entre sus brazos…”
-Lucca…- dije en lo que pareció un susurro, aún con mi cuerpo intacto, lo que me parecía increíble por mi naturaleza… sabía que si eso seguía siendo así, era por una sola razón –Mi querido Lucca…- dije mientras le rodeaba el cuello con ambos brazos y me aferraba a él –Eres tú lo que me mantiene en este mundo…- parpadee dejando escapar lágrimas reprimidas –Tú y solo tú eres el motivo de mi existir, amor mío…- dije mientras esperaba que él me rodeara con sus brazos también.
Sentí las lágrimas recorrer mis mejillas, recordándome que, había sacrificado muchas habilidades con tal de poseer un cuerpo, tan imperfecto, que ni siquiera me permitía sentir como un humano de verdad; sin embargo, eran elecciones que había tomado a lo largo de mi propia eternidad, con razones que, si fueron válidas en su momento, lo seguían siendo…
Un leve calor me extrajo del abotargamiento que poco a poco me había ido invadiendo, la mano tibia de Lorelleine me regresó a este plano material de un solo impulso; y sentí alejarse de mi esa negrura, tan absorbente, pero cálida a la vez… mucho tiempo desee conocer esa sensación, pero desde que Lucca había aparecido en mi vida, no era más mi incentivo de ser… ahora él lo era todo para mí, el inicio y el fin de mi universo…
Parpadee un par de veces encontrándome con la mirada azul de Lorelleine, a quien traté de sonreír… después zafé mi mano de la de ella y con ambas busqué el pecho de Gianluca, “Que ahora sabía que era el lugar más seguro en el universo entero para mi… y que era el único lugar en el que yo deseaba estar… en su regazo, entre sus brazos…”
-Lucca…- dije en lo que pareció un susurro, aún con mi cuerpo intacto, lo que me parecía increíble por mi naturaleza… sabía que si eso seguía siendo así, era por una sola razón –Mi querido Lucca…- dije mientras le rodeaba el cuello con ambos brazos y me aferraba a él –Eres tú lo que me mantiene en este mundo…- parpadee dejando escapar lágrimas reprimidas –Tú y solo tú eres el motivo de mi existir, amor mío…- dije mientras esperaba que él me rodeara con sus brazos también.
- Off Rol:
- Quiero pedirles una disculpa a ambos, creo que este rol se escribe muy rápido y muy fluído, y sin embargo se paró por mi culpa, se que ustedes entienden que es una situación completamente ajena a mis posibilidades, más sin embargo quiero disculparme y agradecer su paciencia
Jack Morgan- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
No sabía exactamente que era la sensación que recorría mi cuerpo, aunque al final me di cuenta, mi mente estaba embotada, escalofríos recorrían mi cuerpo y si hubiera podido sudar lo hubiera hecho. El amor de mi no-vida estaba en el sofá muy mal y no sabía qué hacer, me sentía completamente inútil "¿Acaso los humanos dotaban de energía a los fantasmas, como sangre a los vampiros?¿Sería necesario que trajera más humanos?" Si fuera eso no lo dudaría traería como hicieran falta. Pero vi como Lorelleine tomo a Inanna de las manos. Le agradecí el gesto con mi mirada, era como siempre dije un alma pura a la que luego le debía unas explicaciones. Pero ahora estaba ella.
Escuche su voz sonaba agotada, cansada, distinto a siempre ya que solía ser fuerte. Estoy aquí cielo, no te preocupes no me alejare hasta que estés recuperada. Dime que necesitas y te lo conseguiré, sea lo que sea. Le dije algo desesperado aun. Amore tú también me has hecho volver apreciar muchas cosas, lo mismo que haces tenga ganas de despertar cada día. La dije mientras la abrazaba con cuidado evitando hacerla daño y besaba su frente.
Escuche su voz sonaba agotada, cansada, distinto a siempre ya que solía ser fuerte. Estoy aquí cielo, no te preocupes no me alejare hasta que estés recuperada. Dime que necesitas y te lo conseguiré, sea lo que sea. Le dije algo desesperado aun. Amore tú también me has hecho volver apreciar muchas cosas, lo mismo que haces tenga ganas de despertar cada día. La dije mientras la abrazaba con cuidado evitando hacerla daño y besaba su frente.
- Spoiler:
Off rol: No pasa nada cada uno a su ritmo ya podrás hacerlo más rápido, tú animo en lo tuyo.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Sentí mis dedos liberados de la mano de Inanna. Mi cuerpo ahora estaba excesivamente débil por algún motivo que desconocía. ¿Le había dado a Inanna todo lo que ella necesitaba? Parecía que sí. Su cuerpo era mucho más material ahora que antes que prácticamente se estaba esfumando entre los brazos de Gianluca.
Parpadeé varias veces con la vista borrosa y les miré a ambos. Sin duda era un estorbo en ese instante, ambos necesitaban estar solos. Me levanté como pude y sin hacer ruido alguno para no molestarles en aquella atmósfera que ellos habían creado de amor puro, caminé alejándome del sofá y saliendo de la sala de estar hasta quedarme en el pasillo.
Había tantas respuestas que dar, tanto que no entendía. Estaba claro que no eran seres normales. No eran humanos. Algo había diferente en ellos, la presencia tan fría a veces en Gianluca, sus nuevas habilidades descubiertas ante mis ojos; una gran velocidad, los sentidos excesivamente desarrollados, tantos que me habían escuchado a muchos metros de la casa como si no hubiesen tabiques de por medio. Por otro lado estaba Inanna, su apariencia casi irreal, la forma en que sus ojos me habían mirado con el monstruo más horrible intentando salir de ellos cuando había estado celosa, la forma en que había conseguido darme calor en mi propio desconsuelo y la energía que ella había denominado cuando había estado débil. ¿Eran de una misma naturaleza? No, sus habilidades eran distintas, no tenían nada que ver la una con la otra. Ellos eran almas que debían haber hecho algún tipo de pacto para ser mucho más poderosas. ¿Qué eran?
Tapé mi rostro con mis manos jadeante. Mi mente iba a mil por hora, una velocidad que mi cuerpo no parecía poder mantener. Caminé hasta la escalera con mis piernas de mantequilla y me senté en ellas enterrando mi rostro entre mis manos. ¿En qué lugar me había metido? ¿Existían en el mundo más seres que humanos? Conocía a mi amiga Viridiana que realizaba trucos excesivamente buenos de ilusionismo. ¿Podría ella ser también alguien con más poderes que solo la mera ilusión provocada por movimientos rápidos de manos y muñecas?
Un mundo nuevo se estaba abriendo a mis ojos y quizá ello pudiese responder muchas preguntas de mis propios demonios internos.
Me sentía sola, perdida pero algo sí sabía. No podía salir corriendo fuesen lo que fuesen pues a pesar de todo habían buscado cuidarme y el bien de mi propio cuerpo.
Parpadeé varias veces con la vista borrosa y les miré a ambos. Sin duda era un estorbo en ese instante, ambos necesitaban estar solos. Me levanté como pude y sin hacer ruido alguno para no molestarles en aquella atmósfera que ellos habían creado de amor puro, caminé alejándome del sofá y saliendo de la sala de estar hasta quedarme en el pasillo.
Había tantas respuestas que dar, tanto que no entendía. Estaba claro que no eran seres normales. No eran humanos. Algo había diferente en ellos, la presencia tan fría a veces en Gianluca, sus nuevas habilidades descubiertas ante mis ojos; una gran velocidad, los sentidos excesivamente desarrollados, tantos que me habían escuchado a muchos metros de la casa como si no hubiesen tabiques de por medio. Por otro lado estaba Inanna, su apariencia casi irreal, la forma en que sus ojos me habían mirado con el monstruo más horrible intentando salir de ellos cuando había estado celosa, la forma en que había conseguido darme calor en mi propio desconsuelo y la energía que ella había denominado cuando había estado débil. ¿Eran de una misma naturaleza? No, sus habilidades eran distintas, no tenían nada que ver la una con la otra. Ellos eran almas que debían haber hecho algún tipo de pacto para ser mucho más poderosas. ¿Qué eran?
Tapé mi rostro con mis manos jadeante. Mi mente iba a mil por hora, una velocidad que mi cuerpo no parecía poder mantener. Caminé hasta la escalera con mis piernas de mantequilla y me senté en ellas enterrando mi rostro entre mis manos. ¿En qué lugar me había metido? ¿Existían en el mundo más seres que humanos? Conocía a mi amiga Viridiana que realizaba trucos excesivamente buenos de ilusionismo. ¿Podría ella ser también alguien con más poderes que solo la mera ilusión provocada por movimientos rápidos de manos y muñecas?
Un mundo nuevo se estaba abriendo a mis ojos y quizá ello pudiese responder muchas preguntas de mis propios demonios internos.
Me sentía sola, perdida pero algo sí sabía. No podía salir corriendo fuesen lo que fuesen pues a pesar de todo habían buscado cuidarme y el bien de mi propio cuerpo.
- off rol:
- No te preocupes, corazón. Tú haz lo que puedas y tengas que hacer, la vida es más importante que la velocidad a la que se responda o las veces que tenga que pararse. Entendemos que no se puede estar las veinticuatro horas sumida en el ordenador y ciertas cosas retienen aunque no lo deseemos. Te deseo suerte con lo que tengas entre manos y siempre esperaremos cuando tú puedas responder, no hay prisa alguna.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Sus brazos me cubrieron como un cálido manto que acuna a un crio, no hubo temor, ni dudas, estaba en el lugar correcto, en el lecho adecuado, con el hombre que amo…
Cerré sus labios con los míos, tan gélidos ambos, que entre ellos había estática, electricidad… sentí como mi cuerpo se revitalizaba y solo atiné a acercarme más a él; mis ojos volvieron a brillar en turquesa, mis mejillas tornaron de color melón… quizás no estaría como antes, pero Gianluca me hacía regresar a este mundo… -amor- susurré al romper el beso que me unía a él, reposando en mis labios la sonrisa más pacífica que podía haber…
Miré hacia el pasillo, buscando a Lorelleine, quien acababa de salir… sentí miedo de que se volviera a ir… más escuché una respiración parsimoniosa que estaba segura venia de sus pulmones… que pronto comenzó a acelerarse, jadeante, asfixiante… mis ojos se fijaron en los de Lucca…
-¿Qué ocurre amor?- mi voz se escuchaba preocupada, más era solo un susurro… -Deberías ver si ella se encuentra bien amor mío…- sonreí al sentirme perdida en la mirada de él por instantes que deseaba se convirtieran en una eternidad –Andiamo cuore…- dije incorporándome, colocando mis pies en el piso, sin soltar el abrazo que me mantenía cerca de Lucca –Creo que le debemos algo más que una explicación…- acaricié su rostro con gentileza… incorporándome al tiempo que besaba la frente de mi amado –Sabes que eres mi razón de vitar la tierra, nunca permitiría que nada o nadie te pusiera en riesgo amor…- susurré preocupada por la reacción que tendría Lorelleine al hablar con nosotros…
Cerré sus labios con los míos, tan gélidos ambos, que entre ellos había estática, electricidad… sentí como mi cuerpo se revitalizaba y solo atiné a acercarme más a él; mis ojos volvieron a brillar en turquesa, mis mejillas tornaron de color melón… quizás no estaría como antes, pero Gianluca me hacía regresar a este mundo… -amor- susurré al romper el beso que me unía a él, reposando en mis labios la sonrisa más pacífica que podía haber…
Miré hacia el pasillo, buscando a Lorelleine, quien acababa de salir… sentí miedo de que se volviera a ir… más escuché una respiración parsimoniosa que estaba segura venia de sus pulmones… que pronto comenzó a acelerarse, jadeante, asfixiante… mis ojos se fijaron en los de Lucca…
-¿Qué ocurre amor?- mi voz se escuchaba preocupada, más era solo un susurro… -Deberías ver si ella se encuentra bien amor mío…- sonreí al sentirme perdida en la mirada de él por instantes que deseaba se convirtieran en una eternidad –Andiamo cuore…- dije incorporándome, colocando mis pies en el piso, sin soltar el abrazo que me mantenía cerca de Lucca –Creo que le debemos algo más que una explicación…- acaricié su rostro con gentileza… incorporándome al tiempo que besaba la frente de mi amado –Sabes que eres mi razón de vitar la tierra, nunca permitiría que nada o nadie te pusiera en riesgo amor…- susurré preocupada por la reacción que tendría Lorelleine al hablar con nosotros…
Jack Morgan- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 28/09/2013
Localización : París
Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Por lo que podía notar Inanna volvía a encontrarse algo mejor, no como antes, parecía simplemente cansada, pero no como cuando la tome en la calle, así que trate de sonreír ante sus palabras. Pero seguía teniendo cierto miedo por lo ocurrido, dado que no sabía que era lo que había sucedido, aunque esperaría hasta que se recuperara del todo Inanna para preguntarla.
Ante los nervios no caí en la cuenta que Lorelleine no estaba ya en la sala, era un depredador experimentado y me guiaba siempre de mis sentidos, pero en esta situación no eran los mismos. Inanna me animo a que viera a Lorelleine, insistió pero me costaba dejarla ahí, pero accedí "En parte tiene razón, Lorelleine se merece unas disculpas y explicación" Asentí aunque mi mirada mostraba ahora otra preocupación, la de saber que podría pasar tras esas explicaciones, el riesgo que corríamos.
Salí de la habitación y rápido vi a Lorelleine, cansada no se mostraba muy bien. Querida, déjame ayudarte y explicarte, pero antes mejor siéntate, en un sillón. La dije ofreciéndola mi mano con algo de distancia para que no se sintiera amenazada. Iré a por algo de comer a la cocina, necesitas recuperarte pareces agotada y ahora sí que algo de vino. Comente con tono firme, ella ahora si necesitaba volver a comer y esa copa la sentaría de lujo, por mucho que comentara. Se la veía pálida, mi mirada mostraba ahora que estaba preocupado por ella, era mi hermana pequeña. Lo siento, pero ahora entenderás porque guarde unas cosas.
Una vez aceptase la acompañaría al sillón mientras yo tomaria un plato con algo de lo que había sobrado antes y una copa para en ella echar un buen licor. Había visto a muchos medicos usar esto para devolver las fuerzas a hombres que habian perdido el conocimiento, a modo de reconstituyente.
Ante los nervios no caí en la cuenta que Lorelleine no estaba ya en la sala, era un depredador experimentado y me guiaba siempre de mis sentidos, pero en esta situación no eran los mismos. Inanna me animo a que viera a Lorelleine, insistió pero me costaba dejarla ahí, pero accedí "En parte tiene razón, Lorelleine se merece unas disculpas y explicación" Asentí aunque mi mirada mostraba ahora otra preocupación, la de saber que podría pasar tras esas explicaciones, el riesgo que corríamos.
Salí de la habitación y rápido vi a Lorelleine, cansada no se mostraba muy bien. Querida, déjame ayudarte y explicarte, pero antes mejor siéntate, en un sillón. La dije ofreciéndola mi mano con algo de distancia para que no se sintiera amenazada. Iré a por algo de comer a la cocina, necesitas recuperarte pareces agotada y ahora sí que algo de vino. Comente con tono firme, ella ahora si necesitaba volver a comer y esa copa la sentaría de lujo, por mucho que comentara. Se la veía pálida, mi mirada mostraba ahora que estaba preocupado por ella, era mi hermana pequeña. Lo siento, pero ahora entenderás porque guarde unas cosas.
Una vez aceptase la acompañaría al sillón mientras yo tomaria un plato con algo de lo que había sobrado antes y una copa para en ella echar un buen licor. Había visto a muchos medicos usar esto para devolver las fuerzas a hombres que habian perdido el conocimiento, a modo de reconstituyente.
Gianluca Audittore- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 04/04/2014
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Re: Enseñando la casa [Lorelleine, Inanna]
Cuando menos lo esperaba, Gianluca se acercó lentamente a mí. Ahora mis ojos no le veían de la misma forma. Su rapidez inusitada, su fría temperatura.. Tantas cosas de las que no me había percatado hasta ese momento quizá por dejadez o simplemente porque no consideraba que fuese posible la existencia de otros seres que no fuesen los humanos. Mis manos temblaban ligeramente y con un poco de recelo me levanté de los escalones tras escuchar las palabras que me dedicaba. No iba a beber ni comer, no podía ni aunque me obligasen pues sentía mi estómago cerrado.
Un tanto tambaleante más por la gran cantidad de pensamientos que se cruzaban por mi mente que por la falta de equilibrio, volví a entrar a la sala de estar observando a Inanna confundida. ¿Qué eran ambos?
Me senté sin esperar su permiso pues estaba al borde del colapso entre tantas preguntas. Necesitaba respuestas, respuestas de ellos. No sabía como comenzar, quizá para ellos fuese más fácil explicarse. Alcé mi mirada para observar a ambos mientras mis labios seguían sellados con grandes ganas de deslizarse por ellos todo el aire contenido.
Ambos me parecían seres completamente diferentes ahora que podía verlo con mayor claridad pero ¿aquello haría que les tratara diferente? No lo sabía, no sabía si me dolía más de Gianluca su secreto o que no fuese un humano común. No, era el secreto. A Inanna no la conocía lo suficiente como para que me contara nada pero ahora me había dado cuenta que tampoco conocía a Gianluca y que le había contado el secreto más doloroso de mi pasado demasiado deprisa a un hombre que solamente me había tratado bien, algo poco usual en los hombres que me había encontrado.
Un tanto tambaleante más por la gran cantidad de pensamientos que se cruzaban por mi mente que por la falta de equilibrio, volví a entrar a la sala de estar observando a Inanna confundida. ¿Qué eran ambos?
Me senté sin esperar su permiso pues estaba al borde del colapso entre tantas preguntas. Necesitaba respuestas, respuestas de ellos. No sabía como comenzar, quizá para ellos fuese más fácil explicarse. Alcé mi mirada para observar a ambos mientras mis labios seguían sellados con grandes ganas de deslizarse por ellos todo el aire contenido.
Ambos me parecían seres completamente diferentes ahora que podía verlo con mayor claridad pero ¿aquello haría que les tratara diferente? No lo sabía, no sabía si me dolía más de Gianluca su secreto o que no fuese un humano común. No, era el secreto. A Inanna no la conocía lo suficiente como para que me contara nada pero ahora me había dado cuenta que tampoco conocía a Gianluca y que le había contado el secreto más doloroso de mi pasado demasiado deprisa a un hombre que solamente me había tratado bien, algo poco usual en los hombres que me había encontrado.
Lorelleine Devonshire- Humano Clase Baja
- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 02/02/2014
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