Te adoro igual [Armand]

por **Lestat De Lioncourt** Vie Jun 06, 2014 8:40 pm

Una lluvia primaveral sacudía París aquella noche. El sonido de las ruedas en los carruajes golpeando contra el pavimento y la oscuridad terrible que se apreciaba en los callejones, limitaba el placer a unos pocos de un buen espectáculo. No muchos se atrevían a ir al teatro, salvo aquellos privilegiados que poseían su propio carruaje. Ellos podían ser acompañados de sus lacayos hasta el interior del mismo recinto si así lo deseaban. Por supuesto yo era uno de ellos, y llevando a cabo mi perfecto disfraz de joven anglosajón bajó del carro. La energía me inundó nada más contactar la suela de mis zapatos con los adoquines de aquella calle parisina. De pie con el carruaje a mis espaldas y un joven a mi lado cubriéndome de la lluvia con una sombrilla, alzo mi rostro hacia una gran ventana en la parte superior del Teatro como si una fuerza invisible quisiera atraer mi atención.

Decidí buscarlo después que habían transcurrido casi dos semanas de aquella primera noche. Ya podía imaginarlo; Un pequeño muñeco de porcelana salido de alguna de las mejores tiendas, su cabello rizado, lustroso y de color rojo como la sangre, Armand podía cautivar a cualquiera que lo contemplará.

Cruzó las puertas del teatro. Dentro se vivían las mismas emociones del pasado: la pura codicia que surgía desde el más profundo odio hacia la mortalidad y el deseo desenfrenado de sangre. Finalmente había llegado al viejo Theatre des Vampires.

por **Amadeo** Dom Jun 08, 2014 9:46 pm

Observaba en silencio, como siempre, inmutable como una especie de gárgola guardiana del teatro mismo, un adorno mas resguardado del clima dentro de aquella habitación, no era la suya, era simplemente un lugar usado como almacén, a veces como camerino, un lugar lleno de ropa y maquillajes de los actores y actrices del local. Observaba hacia la calle, viendo el ir y venir de los carruajes, de la gente que entraba al recinto esperando un espectáculo macabro mas.

"Vampiros fingiendo ser actores".

Aun que para los mortales aquello no era mas que una farsa vulgar que incrementaba su morbo, distrayendo su ocio por una noche en la que eran testigos de crímenes y aplaudían.

Miraba a la calle, y sentía su presencia, aceptando con una media sonrisa que le esperaba, aun que lo negara, lo esperaba con ansiedad, el ver esos rubios cabellos y la sonrisa sardónica en los labios, el tono de su voz, sin embargo, aguardo, pese a la desesperada necesidad de tenerle mas cerca aun, aguardo hasta que lo vio entrar al local y pudo seguir sus pasos a través del vestíbulo, aguardo hasta verlo entrar a su palco y acercarse a él, solo entonces lo haría.

por **Lestat De Lioncourt** Jue Jun 19, 2014 4:17 am

En el interior, contemplaba los decorados del viejo teatro cuando un muchacho, un vampiro joven por lo que pude percibir, levantó las manos hacia mí, como si quisiera tocarme pero no se atreviera. Me guío hacia uno de los palcos y ofreció una copa de vino que rechacé, no estaba de humor para fingir ser un mortal esa noche.

En París, en el teatro de los vampiros, estas criaturas sinvergüenzas simulaban ser actores interpretando papeles de locos en un escenario remoto e iluminado a gas. ¿Qué sucedería si el público se convencía, si comprendía realmente que este mundo, en especial este recinto, albergaba al vampiro, aquel ser demoníaco surgido de antiguas leyendas? Pero, a decir verdad, no creía que llegáramos nunca a eso, a que los mortales creyeran en nosotros. Aunque se de algunos pocos, cazadores, inquisidores que nos conocen, nos persiguen y combaten. ¿Sospecharan del teatro? ¡En fin, eso le añadiría mucho interés al asunto!

Centre la atención en él, Armand, sabía que estaba aquí, lo sentí contemplándome desde el primer momento en que baje del carruaje. Finalmente desde el balcón, con voz lánguida y susurrante, me atreví a pronunciar su nombre – Armand – dije en un murmullo que era a la vez una invitación.

por **Amadeo** Lun Jun 23, 2014 1:55 pm

Se acerco aun manteniendo la calma, no quería parecer un chiquillo desesperado, asi que anduvo a través de las sombras hasta llegar a la entrada del palco, recargado en el marco de la puerta, cubierto casi en su totalidad con la larga capa que casi arrastraba en el suelo alfombrado.

-Lestat – repitió el nombre del vampiro, a forma de saludo, sin moverse de su lugar, aguardando ser invitado a entrar al lugar, escuchando de fondo las voces mortales de los espectadores y sus actores alistándose para representar la farsa de esa noche. – Pensé que no vendrías, que seguirías ofendido por no decirte nada sobre… Nicolas.

Dijo en un tono de voz modulado, intentando dejar cualquier ápice de ironía fuera de el, intentando ser amigable y un buen anfitrión.

por **Lestat De Lioncourt** Miér Jul 02, 2014 1:08 pm

Me tortura con su andar despacio mientras se dirige hacia mi lentamente, paso a paso, con andares elegantes que parecía un gato merodeando. Mi nombre se escuchó en plena oscuridad, su voz era como el llameante esplendor de una vela. – Eres un pequeño demonio mentiroso Armand, ya lo sabemos – dije con aire divertido. Luego me levanté y giré completamente hacia él, contemplo su rostro cuando las luces en el escenario anuncian que el espectáculo dará comienzo. – Pasa y siéntate. – susurré al extender mi mano e indicar el espacio vacío junto a mí.

Después de unos silenciosos segundos que parecieron una eternidad, refiriéndome a Nicolás, murmure – Hemos hablado. – Claro que él tendría que saberlo, todo llega a oídos de Armand, quieras o no. Al pensar en Nicolás, recordé de inmediato el sonido del viento agitando las altas ramas, el aroma a tierra y el olor de los hongos que trepaban por aquellos enormes troncos, pero también la desesperación y las lágrimas de sangre que a veces no podía consolar.

Vine a visitarte, pero… - Levanté la vista hacia él – Tú ya me esperabas.

por **Amadeo** Sáb Jul 05, 2014 12:00 pm

Se movió con la misma y exasperante lentitud, casi sin tocar el piso, era más como un espectro, la forma en que le gustaba presentarse ante otros seres, igual que se había presentado a Lestat la primera noche que se habían visto en Notre Dame, moviéndose con la gracia de un ser que ya no es terrenal. Llego al lado del rubio vampiro quien medio sonreía y el correspondió al gesto, sentándose a su lado y fijando la mirada en el proscenio.

-Siempre te espero, Lestat – contesto, recargando su peso en el cómodo asiento – Como no hacerlo, si a final de cuentas sigues siendo el dueño legal del recinto – indico y le miro nuevamente de reojo, sonriendo más abiertamente, en un gesto sardónico – Nicolás debe odiarme, tu deberías odiarme, ¿no me explico que haces aquí si es que has hablado con él? – pregunto ya sin mirarle y sin ánimos de comenzar una discusión.

por **Lestat De Lioncourt** Jue Jul 24, 2014 7:46 pm

Cada vez que contemplo su rostro me parece percibir una chispa de dolor clavada en sus pupilas; Una neblina que cubre su mirada y esconde secretos. Por un instante recordé al líder de la asamblea que permaneció por muchos años oculto en la infinita oscuridad de aquel escondrijo, el cementerio. – ¿Por qué lo haces? – pregunto y esto parece una nueva manera de rescatarlo desde aquella soledad en la que me grita que sigue esperándome. No planeaba acercarme al teatro, sin importarme si era o no el propietario legal del viejo local de Renaud. Este teatrillo del boulevar donde era tan feliz, ahora podría decirse que luce radiante. Pero sin saberlo llegué aquí, porque no puedo alejar todas y cada una de las palabras de Armand resonando en mi mente.

¿Te gusta ser el administrador del Theatre des Vampires? – Module lentamente ese nombre con el cual Nicolás lo bautizo. Cierro los ojos. Estaba sentado, meditabundo y por un instante creí que mis ojos se llenarían de lágrimas de sangre, sin embargo no fue así porque poco a poco los abrí y volví a mirarlo. Allí bajo el débil resplandor de una luz, los orbes pardos de la figura de aquel vampiro hermoso y juvenil, ya no me contemplaban.

Nicolás no se encontraba en un estado en el cual pudiéramos hablar sin que el dolor del pasado y el desprecio del presente, no nos acariciaran el alma. – Le indiqué. Mi voz sonó como si hubiera cargado con una tensión silenciosa por demasiado tiempo.

por **Amadeo** Miér Jul 30, 2014 11:38 am

Seguía con la mirada fija en el proscenio, sintiendo el calor de las luces que iluminaban el lugar, la caricia del terciopelo purpura que era el telón. Quiso imaginar, mas bien recordar aquellos años bajo Les Innocents, cuantas veces había soñado en estar cercano al rubio vampiro del cual todos hablaban en su aquelarre.

- Hago lo que debo hacer, eso es todo – contesto sin siquiera molestarse en mirar a Lestat. Repentinamente sentía nuevamente bullir su sangre por el rencor que aun le guardaba al vampiro, no por haber llegado a destruir todo lo que era su vida, mas bien, por rechazarlo cuando mas le necesitaba, por forzarlo a permanecer ahí, estancado en su soledad y la oscuridad, haciéndose cargo de una nueva asamblea de vampiros, a los cuales detestaba, pero tenia que estar pendiente, para evitar cualquier posible revuelta -. ¿Por qué estas aquí, Lestat? – pregunto nuevamente, realmente quería escucharle, quería la verdad, no quería la compasión de nadie y mucho menos la de Lestat.

por **Lestat De Lioncourt** Vie Ago 01, 2014 3:48 am

Armand, el maestro de la asamblea del parisino teatro de los vampiros ¿Cuántas veces tropezaré con él en mi camino? ¿Será sabio el destino? Las calles de Paris, un lugar neutro para ambos donde no se buscaba nada y se encontró todo. ¿El destino nos juntó en ese lugar? No, claro que no, yo sabía que Armand estaba aquí y tarde o temprano nos volveríamos a ver. Los hilos del destino solo hicieron sus movimientos.

Me recliné en la silla y meneé la cabeza, un leve suspiro escapo de mis labios. – Quiero hacerte unas preguntas – lo mire severamente, con aire de reproche. Su apariencia podía engañar a cualquiera que fijará su mirada sobre nosotros, superficialmente podría pasar como un chiquillo angelical junto a mí, pero Armand era casi doscientos años mayor e infinitamente más malvado que yo.

Permanecí inmóvil, consiente de ciertos estúpidos detalles que me molestaban y comenzaban a irritarme, como el calor que crecía poco a poco en el recinto, el desagradable revoltijo de perfumes que flotaba en el ambiente, el frío en el exterior, la actitud de Armand en la que un deje de rencor se presentaba en su postura, el hecho de que aquélla iba a ser una noche muy larga y saber que las cosas que decía no tenían ningún sentido. – Dime… – susurré – ¿Había alguna posibilidad de que la existencia de Nicolás fuera diferente?

por **Amadeo** Miér Nov 26, 2014 8:58 pm

- Diferente…. ¿En que sentido? – pregunto, mirando fijamente al rubio vampiro, sin cambiar su postura, aun que intentaba disimular el enfado que le profería estar hablando de aquel disípalo sin escrúpulos, loco y del cual seguía sin encontrarle sentido a su existencia -. Nicolas estaba loco desde antes de que lo trajeras a este lado – indico, con indiferencia y hastió –, lo mas seguro es que hubiera muerto en las calles de Paris o donde quiera que lo hubieses enviado para no sentirte culpable de su desgracia.
Dijo apretando los dientes, gesto que se notaba en la tensión de su cuello y mandíbula.

por **Lestat De Lioncourt** Jue Nov 27, 2014 7:35 pm

Sentí la ira crecer en mi interior como respuesta a sus palabras que sin notarlo, termine presionando con fuerza el brazo del asiento. Armand parecía disfrutar tocando los puntos más débiles de mi alma y como un masoquista yo se lo estaba permitiendo. – Oh, si… Lo arrastramos al límite de su cordura. – comenté sosteniendo la mirada a esos ojos cafés de destellos dorados. Fruncí el ceño y entrecerré mis ojos, recordando. Nos hemos desafiado ya tantas veces que me pregunto si algún día, podremos mirarnos sin rencores.

Lo vi apretar sus dientes, ejerciendo presión sobre los músculos de su rostro, sus ojos se volvían opacos y quise evitarle el sufrimiento, calmar su enfado que oculta el dolor de un demonio torturado por un pasado terrible. Me incliné hacía él y trace una línea desde su mentón hacia su cuello mientras el grupo de actores roba algunas risas a la concurrencia. – Eso ya lo sé – Le sonreí, porque respecto a Nicolás siempre llevaría un hueco en mi pecho que quizás nadie podría calmar. Sin embargo, mi corazón es fuerte. Empero debo confesar que luego de oír como me echaba en cara el haber abandonado a Nicolás, quise golpearlo. Me tranquilicé porque al contemplarlo detenidamente, en su rostro casi infantil, pude ver a un ángel que sólo espera ser comprendido y amado. – El teatro de los vampiros – susurré jugueteando con un mechón de su cabello al escuchar nuevamente a los espectadores – Cada que vengo aquí, me encantaría volver a ser Lelio. – Y giré el rostro, quedando de perfil ante él mientras vuelvo a posar la mirada sobre el proscenio.

por **Amadeo** Lun Dic 22, 2014 1:26 pm

Un estremecimiento recorrió totalmente su cuerpo al sentir la caricia de Lestat, era sentir un pulso de calor correr desde aquella fría mano y pasar por sus arterias, llenándolo de aquella sensación de escalofríos, volvió su rostro al rubio vampiro, con los ojos ligeramente entornados, analizándolo, escuchando sus palabras, sintiendo aquel rencor que aun le tenia por lo que había echo a Nicolas y sus veladas amenazas.

-Por que no bajas - murmuro en respuesta y volvió su vista al escenario, observando a los actores, aquella obra que sabia ya de memoria. Aburrida-. Seria bueno verte nuevamente sobre el escenario, algo revitalizante.

por **Lestat De Lioncourt** Mar Feb 03, 2015 1:42 pm

Gritos y vítores se alzaban sobre los aplausos y con la mirada fija en el escenario, dejé caer suavemente la mano sobre mi pierna. Vi cuando los artistas y acróbatas salieron de escena, ocultándose tras bambalinas mientras todos a nuestro alrededor vociferaban y se alborotaban. El público no se hizo esperar y comenzó a exigir el número del intermedio con unas palmadas acompasadas. – Hoy parecen muy entusiasmados – susurré y sentía como mis huesos y músculos me empujaban. Sin darme cuenta de lo que hacía, me puse de píe y me quite la capa. Esta cayó sobre la butaca y contemplando a Armand por el rabillo del ojo, comencé a caminar.

La orquesta ensayaba el animado sonsonete que acompañaría la actuación de los acróbatas. A medida que avanzaba hacia el proscenio, me vi a mi mismo representando el papel de Lelio y oí de nuevo la tonadilla que hincado de rodillas, le cante a Flaminia.

Desconocía si Armand me siguió o aún permanecía en nuestro palco cuando embelesado e ignorando el asombro de aquellos que se encontraban tras bambalinas, penetro en el humeante resplandor de las luces del proscenio. Estaba en el mismo centro, contemplando las abarrotadas galerías, los palcos separados por mamparas, las filas y filas de espectadores hasta la pared del fondo.

por **Amadeo** Lun Abr 06, 2015 12:48 pm

Le observo, con una ligera sonrisa en los labios, era casi como volver a esos años de oscuridad, en que lo había visto al igual que su desaparecido maestro, danzar como una llama roja y rubia en el escenario, retando a todo aquel que quisiera detenerlo, lo recordaba claramente, ese brillo antinatural que emanaba de él, único entre todos los inmortales, no importaba cuantos más proclamaran ser únicos, magníficos, pues nadie podría compararse a ese galante vampiro.

Armand sonrió ligeramente, acomodándose mejor en su butaca, observando el espectáculo que su rubio acompañante daría aquella noche. Era el regreso de Lelio, el regreso del rubio y atractivo actor del teatro de Renault.

-Matalobos – murmuro, sin dejar de mirarle, dirigiendo aquella palabra directa a sus oídos, a su mente, como un recordatorio de lo que había sido en algún momento de su existencia. Matalobos.

por **Lestat De Lioncourt** Dom Abr 19, 2015 2:58 pm

Al verme, nadie dice una palabra y en aquel silencio recordé a Eleni, aquella encantadora vampira ex miembro del aquelarre bajo el cementerio de Les Innocents, fue a ella y no a Nicolás a quien entregue esta propiedad y los fondos que fueran necesarios para reconstruir el teatro. Sin embargo, aquel grupo de vampiros que conocí ha desaparecido y estoy al tanto de que otra criatura se ha adueñado de este lugar que fue tan importante para mí. Armand seguía figurando como líder entre todos estos actores vampiros y era él quien acababa con mi paz murmurando ese apodo “Matalobos”

Sólo esa palabra basto para que un escalofrió recorriera mi espina dorsal y el deseo de jugar a ser el diablo sobre el escenario despertó ardiente en mí. Necesitaba el sabor del reconocimiento mortal, de aquellas tiernas criaturas mortales ante mí. Contemplé a Armand quien aún permanecía en el balcón, miré a los actores vampiros y finalmente pose mis ojos grises, casi violáceos sobre los espectadores.

Me pare en la parte frontal del escenario y exclamé mientras en mis labios aparecía una sonrisa- Soy el vampiro, Lestat - No me importo que no creyeran de veras que era un vampiro; en aquellos instantes, estábamos juntos. Quería que aclamaran mi nombre. Mis ojos se posaron en Armand y le hice un guiño - ¿No distinguís el mal a primera vista? – Reí, y mi risa se alzaba por encima de todo-

por **Amadeo** Vie Mayo 15, 2015 10:28 pm

Volvió a sonreír, sin disimulo, sintiendo las emociones casi abrumadores de los mortales sentados en las butacas de la primera fila, el terror y la conmoción que aquel rubio vampiro, al que no creían real, pero aun así les provocaba esa sensación de prevención en sus mentes y sus cuerpos.

Se metió en las débiles mentes mortales, robándoles sus sentidos por breves momentos, contagiándose de aquella emoción, aquella algarabía de ver al guapo actor rubio, ver esos colmillos que ellos creían falsos, esa sonrisa radiante, todo él era radiante, como un sol sobre el proscenio. Lestat, el Matalobos.

Volvía a ver al joven actor de antaño, Lelio interpretando su papel de galán, cantando para su amada, el mismo brillo que lo había sacado de las catacumbas, el mismo brillo que tanto detestaba aun.

por **Lestat De Lioncourt** Miér Mayo 27, 2015 10:31 pm

Eché la cabeza hacia atrás y mi poderosa voz de tenor volvió a llenar cada rincón del teatro. - ¡Ya sabéis quien soy! - Rugía de nuevo, contemplando las vigas del techo como si del firmamento se tratara. Di una patada al suelo, fije intensamente los ojos en la pequeña orquesta junto al escenario y dio inicio el batir de la música a través de la madera. Vi rostros mortales e inmortales fascinados y aterrados observarme en silencio. Un peligroso apasionamiento henchía mi ser, casi amenazando mi equilibrio. Pese a ello, comencé a cantar. Y entonces en la mente de aquellas preciosas criaturas me vi como me veían ellos; Danzando, girando y saltando por los aires. Percibí su aprehensión, mezclada con una súbita e irreprimible sensación de victoria. Hombres y mujeres que sabían algo de nuestra especie, que habían vivido por llegar a un momento como este. Aunque algunos me temían y jamás habían tenido verdaderas esperanzas de cumplir sus anhelos.

Me pregunté dónde estarían los demás monstruos del pasado. Probablemente, se ocultaban en las sombras, como siempre habían hecho, por mucho que filosofaran y celebraran reuniones. Muy bien: Ahora, mientras alzara la voz, tardaría muy poco en hacerles salir a todos a la superficie.

Salté nuevamente, muy arriba en el aire, aterrizando en el escenario sin sonido perceptible alguno. Giré el rostro hacía los vampiros que observaban escondidos tras las cortinas, algunos estaban determinados a interrumpir mi peripecia, pude saber que lo único que los frenaba a hacerlo era Armand quien desde su balcón parecía disfrutar el espectáculo. Golpeé el suelo tres veces al compás de la melodía, volví a reír y sentí como la sangre se escurría en hilillos por mi pálido rostro. Mis cristalinos ojos contemplaban otra vez a los espectadores ¡Cuanto amaba aquello! Los latidos de mi corazón eran como golpes estruendosos contra mi pecho. Abrí la camisa dejando mi torso al descubierto. El público gimoteo y yo volvía a saltar, ascendiendo sin esfuerzo, como si quisiera elevarme hasta el mismo techo del teatro. - ¿Lo veis? – Aullaba en pleno salto - ¡No hay error! ¡No hay otra explicación! – Bajé la mirada y hurgué en sus mentes – Usted sabe lo que soy. – Dije extendiendo mi mano hacia la mujer atónita en la tercera fila – No hay la más pequeña duda en su mente, querida mía… - Sonreí. Yo estaba tan divertido; la sangre corría por mis venas con un nuevo vigor.

por **Amadeo** Mar Sep 08, 2015 10:20 pm

Sentado aun en su palco, observando el espectáculo, sintiendo las emociones humanas, su temor y deseo mezclado y no solo eso, podía sentir el horror en los vampiros actores y actrices.

Temian que aquel espectaculo los delatara, los diera a conocer como los verdaderos monstruos que eran ante los humanos y otras razas que vagaban libres por París, temían de la inquisición.

Armand sonrió ligeramente, echado su cuerpo hacia atrás, aplaudiendo a Lestat y su intrépida actuación. Majestuoso, brillante... Sin duda, llamativo.

Sabia que tarde o temprano vendrían a las puertas del Teatro los hombres de la iglesia, pero tenia todo preparado. Dejaría carnadas inservibles y cargaría solamente con lo que a él le importaba y quizás, si tenia animo, se levantaría y acompañaría a Lestat en aquella charada, aun que eso no era nada seguro.

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