AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
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Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
Látigo de Luna, viste a la bestia y dale de comer…
Apenas un jodido día pasó tras ser dejado en esa ciudad estúpida, « ¡Execrable Bertok, tú y tu infeliz esclavo! ¿Me han traído a esta mísera ruina a matar? No hace falta, la muerte abunda en este lugar, mueren unos como otros, ¿Por qué no mejor se burlan de sus mediocres existencias?» Menospreciando al pensamiento, la aberración de París le golpeaba el pecho al recordar su nación, en el telón de burla que había caído; un lugar donde se reina a la muerte, donde los cadáveres se regalaban como ofrenda, ¿Qué clase de locura producía esta maldita ciudad oscura? ¿Dónde quedo su luz… su pulcro? Había descendido en una efímera enfermedad y eso desdeñaba, caminar entre las calles olfateando ese aire pútrido, acoger las pestilencias de los templos agusanados de una absurda belleza mientras que otros se mofan del significante vigor, dejando que sus pesados pies prosiguieran, las pupilas se infectaban de un asqueroso trance, « ¡Estúpida humanidad que idolatra a sus asesinos, infeliz ciudad que derrotada esta por demonios jugando con el poder » Vaya destino, estúpido era, terminar en las sombras como aquella cárcel donde preso le tenían, así seguía siendo, matar a los enemigos del diablo y conseguir la venganza, una cacería repleta por limpiar el trono de la linfa maldita, resurgir a la bella Rumanía para que cantaran sus coros con el himno, haciendo el llamado a los padres de la corona a que se regocijen en su pueblo invitándolos al eterno descanso, eso era lo único que aclamaba ese vengador.
Sin más seguía envolviéndose en esta locura, caminaba lejos de esta pesadumbre, entre más lejos del hedor de la muchedumbre mas desaparecerán esos sentimientos pesimistas... ¡No! Y la osada noche tiembla, una muda canción se avecina, la sensación mundana del corazón se oprime, no lo hace vibrar, están muertos sus sentimientos, no existe el amor, no conoce de él, no hay cariño, lo enterró en las tierras de Rumanía, desdeñando a la muerte, cayendo en el abismo de la masacre, ahogándose con la tortura de quejarse, sus orbes se tornaban oscuros, negros como la crueldad del odio, cayendo de rodillas porque la Luna le seguía, le perseguía hasta que se asomo su sombra, «¡No! Esta noche no» La Luna llena buscaba a sus traidores, los culpables de que el velo de viuda le quedara, sufriendo la metamorfosis, aullando con el suplicio intenso, anunciando la sinfonía de la cacería, apetitoso por el deseo de matar que era sublime, tronando los huesos a tal grado de retorcerse, aflorando los colmillos al teñirse de linda por morder los carnosos labios, callar los sonidos lastimosos, desnudando las venas que abultan la idea del crimen, desapareciendo la razón, «¡MATAR, MATAR, MATAR! » Se deja manipular por la ira, la fuerza que se forma en el templo, liberando un salto en el cual se suplanta las manos por patas, uñas por garras, la piel tornándose de un negro pelaje, la figura de la maldición sangrienta, corriendo a gran velocidad, entre saltos y gruñidos hacia una lejana silueta de temor, un corazón agitado, perfume de mujer se captura en la distancia, corre, se escuchan sus pisadas, excitándose por esa sensación de miedo y bien lo representaba el ambiente, era digno de liberar la bestia, bramar por la sed de matanza, corriendo entre árboles y arbustos, ofreciendo el olfato por la carne, desmembrar, despedazar, tragar bajo la viuda luciente, hacer que teman por ser un depravado que solo asesina lo que encuentre…
Pájaros miedos, aves miedosas, vuelven, escapen porque de una mordida el lobo se las puede comer, sollozando los animalillos del bosque, tienen miedo, conocen lo que se avecina, huelen al óbito, se esconden, se alejan del sendero del lobo y este no deja de correr, es veloz, púes su primer presa está muy cerca.
Mihăiță- Licántropo Clase Alta
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Re: Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
Mirando por la ventana la enorme luz que se colaba por el cristal una sonrisa algo extraña se dibujó en mi cara, estaba seguro que esta noche estaría teñida con algo más que no fuese plata, sino también amaranto. Hace mucho que no sentía ese éxtasis quemarme la piel, hoy París no solo sería un lugar de amor y reencuentro sino también de lágrimas y sangre. La luna tan excelsa y profunda estaba en su máximo punto, alcanzaba casi la totalidad del cielo, uno que jamás sería capaz de volver a ver iluminado por otro lado que no fuera ella. Cerré los ojos unos instantes queriendo recordar, sí, quizás era una maldición la que nos aquejaba y con creces se pagaba. El viento chocó contra el vidrio y uno de mis ojos se percató de aquel contacto, esa luna no solo iluminaba para mí, sino también para las bestias que vendían el alma a su belleza y transformaban sus cuerpos en animales inmundos, ratas olorosas y despreciables, animales de sangre caliente con los que jamás sería capaz de convivir en una habitación sin que el demonio que yace en mí se excite por querer su sangre y sus entrañas bajo la mesa.
Terminando la copa de vino con un sorbo, que duró más de la cuenta, las luces de la vinería fueron apagadas, así como todo el personal que salió dejando el último bullicio en las solas calles de la avenida, parecía que tanto silencio terminaría por ensordecerme, cosa que definitivamente no me molestaba. Mi paso se hizo cada vez más acelerado, la inquietud por el olor a impaciencia me quemó la piel y pronto mis ropas flameaban en el aire por la velocidad que mis pies habían alcanzado sobre el suelo. Pronto la claridad del centro parisino comenzaba a desaparecer en lo largo y ya todo era completamente naturaleza. Los árboles frondosos eran un buen vigilante para las aves que anidaban o simplemente descansaban. Se respiraba una paz que ojalá fuese capaz de percibirla pero por dentro algo no estaba bien, tanta calma solo podía precederse al caos, eso siempre era una norma de vida que había aprendido con los años, lo cual no me molestó en lo absoluto. Estaría atento, máxime que el viento dejaba revelado olores a los enemigos naturales de la raza vampírica, seguramente andarían por allí danzándole a la luna. –Ojalá y pudiese extinguirse todo de la faz de la tierra – susurré mintiéndome.
El carmesí bañó mis ojos y un jadeo que se ahogaba en el aire me puso alerta, algo se acercaba con rapidez hacia mi dirección, pronto lo supe. Cerré los ojos agudizando los sentidos, quedándome plantado en el centro de los enormes pinos y musgos colgantes percibiendo con mayor claridad lo que se avecinaba y una sonrisa instantánea se dibujó en mi rostro como si fuese lo que siempre hubiera querido ‘’Un poco de carroña para pasar la amargura’’ el cielo debía de ser muy piadoso y regalarme un poco de lo que todos llevamos dentro, el demonio tenía sed y pedía ser alimentado.
En ese lugar, claramente no debía de fingir, no era más el empresario que debía de cuidarse la espalda y la apariencia. Allí en soledad con ese animal que venía como poseído por el diablo podría sacar la verdadera bestia que mantenía encadenada a la cordura y sensatez que me había autoimpuesto. El fuego comenzó a arder con posesividad en mis dedos, pude sentir como mis manos comenzaban a adquirir un color más oscuro propio de la sangre, me imaginé a ese licántropo salvaje bañándome los sentidos y una mueca de satisfacción salió de mi boca. Pequeños hormigueos en mis pies fueron lo último que sentí al notar la cercanía de la bestia podrida que estaba deseosa de venganza, el aire traía consigo sus deseos y yo claramente no ocultaría los míos. Abrí los ojos de golpe para toparme con su figura y una leve risa quebró el silencio sepulcral del bosque —¿Qué se te ha perdido?- dije en voz alta sacando las manos de los bolsillos apretándolas en puño sintiendo como la electricidad por la aberrante emoción poseía mi cuerpo —¿El perro quiere jugar?- mi posición que antes era relajada ahora era de ataque y relamiendo mis colmillos negué —Juguete incorrecto- reproché por lo bajo y un salto me hizo levitar por el aire hasta llegar a una rama la cual se rompió al peso que a propósito coloqué dejando el enorme tronco grueso cayendo al suelo y antes que repicara lo abracé con ambas manos y lancé al licántropo con fuerza, como quien juega con su perro domesticado a ‘’traer la vara’’ —Ve por él- pero era claro, yo no era humano y el tampoco un fiel canino. Solo un demonio y una bestia, sedientas de sangre.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
Nace bárbaro el hombre; redímese de bestia cultivándose.
La sustancia roja carece de poder y aumenta la temperatura; su corazón está sufriendo una metamorfosis, esta menguando en parte asesina, tornándose una bestia que corre tan rápido y solo la luna contempla su distancia; como si el odio fuese su llamado, brama tras esa velocidad, sus patas se incrustan en la humedad de la tierra con desdén, asesinar todo aquello que tenga vida o aquello que carezca de la misma, por ese poder que le pugna, degollar a esa calaca, plasmando la crueldad con su cuerpo al agitarse, su pelaje brilla por la intensidad de su desgracia, esa hambre de destrozar que sus ojos asesinan e incendian su mirada. Olfateando el vino que pudre el aura del viento, sumamente brutal desprende saltos, esquivando unos cuentos troncos o musgos interpuesto en el sendero, sus huellas bien marcadas, púes sus garras se hallaban filosas porque hasta el animal tiene porte en su monstruosidad ¡Temed, corred porque solo la muerte emana!Y los del bosque huían, se mantenían escondidos tratando de no interponerse a su paso o terminarían como el pajarito que descendía de su vuelo y fue desmembrado de su cabeza con una sola mordida.
El hábitat ya comenzaba a destrozar su tranquilidad, la tempestad y sus amenazantes colmillos relucen, pasando la lengua como una burla ofrecida, ya que ahí se hallaba la disecada calavera, una jodida aberración representaba para las pupilas, verlo con una absurda piedra le hacía gozar como le azotaría y hacerlo quebrar en mil pedazos deformes. Abusando del poder otorgado y controlaba lo que sucedía, usando el desdén como mano para instruirle el juego que claramente sin razón y sin imites acabaría con todo…
¡Grrr! ¿La calaca tiene el cerebro disecado? común manera de provocar al perro pero no es por ello que se une a una escaramuza y lo sabía, o pronto lo sabrá. Que llegando hacia él, no espera, no hay tiempo para posar las patas y fue así que de un salto fue contra él cuando quería volar esa miserable mierda, con detenimiento observa cada movimiento, ese tronco no fue obstáculo, lo esquivo y solo el fondo del choque contra el suelo resonó, la batalla había comenzado y el que ataque primero perdedor sera.
Siendo aprisionado de un abrazo por su oponente, pero de inmediato interpone las patas en ese pecho y con fuerza le presiona, infringiendo dolor absoluto, distrayéndole con ello que al menearse un poco, tal cual tronco de árbol escalo, tomándolo como un objeto que carece de valor y solo sirve para herir, y se lo demostró cuando llego a su cabeza, impulsándose que cogió unos cuantos pelos con las patas y tiro de ellos al liberar un salto, ya que se reincorporo y de nueva cuenta salto liberando una patada (como una bofetada con las garras de intermedio) dirigida a su rostro y la jodida linfa en ellas decoro al rasgar esa piel inhumana, pues eran tres rasguños bien definidos pero no llena esa sangre, no le aplaca, quiere más, la ponzoña criminal brota, los huesos de la pata truena de una sacudida y el lobo maldito cada vez es más voraz.
La noche seguía cayendo entera en su respirar, se rasga en el aullido, burlándose de su enemigo, mueve sus delanteras patas, rascando la tierra después de forjar la distancia, limpiando sus garras y ruge de carne, haciendo ahora su jugada, inesperado corre y se abraza a su figura, maquillando el hocico grande con los colmillos expuestos a una cercanía a su rostro, clavando las uñas en su cuello y es que marcarlo era el primer anhelo, que esas huellas despreciara y el odio aumentara para así gozar de la rivalidad de la rabia.
Mihăiță- Licántropo Clase Alta
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Re: Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
Maldita sea la noche que se encarga de liberar a los demonios sedientos de sangre, incluso de ellos mismos...
La corriente fría debajo de mi escuálida piel daba ciertos toques de emoción a lo que parecía estar muerto. Traté de canalizar todo aquello en un solo punto y mis ojos se tornaron amaranto puro, justo como la luna que parecía ser una bella dama de blanco manchada por haber profanado su virginidad. Apreté los puños conteniendo la desesperación por atacar. Necesitaba ver como el perro deforme movía su cuerpo ante el inesperado ataque con el tronco, no tenía en mente que lo dañase a menos que fuera un aprendiz de lycan tal cosa ocurriría. El viento comenzó a soplar tan fuerte llevándose en el aire el olor a rabia que emanaba el animal. A diferencia de él me trataba de centrarme en nuestro alrededor y el terreno que era una maravilla para pintarlo con el aspecto grotesco del animal. Tal cual esperaba el licántropo esquivó el tronco que se desplomó como si nada en el suelo, lo que me indicaba que tenía sus años de ser un mitad bestia así que mi querido contrincante tenía experiencia sólo que había algo que me llamaba la atención, ¿Cuál había sido el detonante para que se transformara en bestia y ser un peligro para los demás?Sonreí ante la idea, él y yo no éramos diferentes, ambos asesinos, dispuestos a despedazar a quien fuese a cruzarse en nuestro camino pero a diferencia de él, yo no tenía el cuerpo cubierto de pelo ni babeaba compulsivamente en un acto-reflejo. Fruncí el ceño al verlo volar por los aires, sus patas tiraron de mi cuerpo hacia atrás golpeando mi pecho y después sus garras rasgaron mi rostro en un impulso por ganar altura. Mis manos se extendieron para alcanzarle pero ya había pisado tierra y estaba allí nuevamente desafiándome con sus ojos por lo que negué a su provocación. Con velocidad me dirigí hasta uno de los troncos de los enormes árboles que estaban a su izquierda y di un salto impulsándome para ganar altura, lo que hizo rotar mi cuerpo en un eje de ciento ochenta grados y mis brazos se hicieron una sola línea abriéndose mis puños para agarrar el pelaje de la espalda del animal en el acto tirando de este al aire al igual que yo lo hacía. Sin dejar que cayera al suelo aún enterré las garras en uno de sus costados esperando escuchar algún chillido por parte del animal y sonreí algo macabro.
Todo parecía avanzar en cámara lenta, tan despacio pero no, todo era en fracciones de segundos que saboreé la sangre de la bestia que se deslizaba por mis dedos, quería más. Con la mano que aún permanecía encajada en sus huesos le aventé al suelo como quien bota un pedazo de nada inservible y negué viendo al animal con la ira que poco a poco iba acrecentándose al igual que la suya. Por lo que no esperé más y me fui contra suyo de nuevo, no iba a esperar a que él se diera el lujo de atacarme si yo podía hacer que ese perro rabioso se transformara en uno domesticado y fiel a su amo. —Vamos- sonó la sequedad de mi voz en el aire justo cuando llegué a estar de frente al animal con impulso desde la distancia donde estaba. Contra él mi mano se extendió atrapando su cuerpo, lo que debía de cuidar de ese animal eran sus colmillos, si traspasaban mi piel serían un dolor de cabeza porque las heridas costarían un poco más en sanar así que le mantuve lejos de mí sacudiendo poco a poco la pasada de oxígeno a sus pulmones.
Sabía que con eso no iba a matarlo, aun no era quería hacerlo, no era suficiente. —No es tiempo de morir, amigo- mis dos manos atraparon sus patas delanteras siendo las traseras un completo problema pero siendo rápido costaría zafarse de mi agarre. Apretando el agarre haciendo un revés brusco haciendo que sus huesos se traccionaran en un eje longitudinal sin estar seguro si se habían salido de su sitio deje a la bestia reposar en el suelo dando un paso hacia atrás pasándome la mano por la humedad del traje que llevaba puesto y mi mano se llenó de sangre sin ser la de él que me mojaba. Fruncí el ceño sin entender lo que duró poco, el también había llevado una tajada de infierno en su boca.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
"Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo."
La fiera ahíta por la porquería, esos ojos lanzan veneno como el monstruo indomable, sus patas voraces se remueven por destrozar la vil carne, no había peor animal que el lobo queriendo que agonicen con el calvario desencadenado de sus colmillos y sus jodidas garras que como estacas eran entrenadas. Sin tomarse la molestia de abrir campo, sin perder el tiempo para observar a su alrededor, ¡Que mejor que la bestia conozca ya de su territorio! Solo él sabía lo que se hallaba en ese paraje, solo un perro rabioso sabe cómo se envuelve la tierra en las huellas de sus patas a su alrededor.Y continuo asechando cual ardido por la ponzoñosa de vengador, carcomiendo sus entrañas con la furia, atreviéndose a insultar con actos la caza de un hueso más, sobrante de calaveras, mofándose con gruñidos y la lengua irascible por desmembrar.
Siendo la tierra el punto exacto para aterrar con los movimientos, porque apenas siente la humedad de esta y ataca personificando un riesgo con el hocico detonado…Sin permitir que la escoria esparciera más su pútrido mal aliento, bramando, rascando la tierra por unos segundos…«!Mierda esta, no fastidies con tus árboles, mételos por tu fundillo y aprende a pelear como los hombres!» Desatando el pensamiento con bastedad al ser forzado en un abrazo, tragándose el dolor y desata mordida tras mordida queriendo coger su agusanada piel, fue que el sonido producido por el cerrar del hocico con fuerzas soportara tal dolor en los costados que se removía de un lado a otro, estando ya en el suelo que se zafa de un salto y tiene el atrevimiento de sacudirse, haciendo crujir sus huesos y de inmediato cuanto es atacado regresa la maniobra, siendo prisionero de su mano que lo hizo a propósito, se dejó capturar para así entrañar las garras a su mano y rasgar cual desfigurada estatua, percibiendo la linfa esparcida, así es como debía de dar, que descendiera al suelo por la mierda que debía ser desechada.
Y estando siempre seguro de su aberración, el dolor era el alimento para fortalecerse, duele, lo siente pero se traga por orgullo la agonía, necesitaba más que eso para que fuese exterminado, apenas es una movida, el lobo no sabe lo que hace pero la irreflexión era el método exacto para gozarlo.
¡Aúlla! ¡awwwwww! La herida es un tormento, sus patas delanteras sufren un cambio y le detiene entre mordidas de jaurías logrando apoderarse de su brazo y le obliga a que le soltase, forcejeando con los colmillos expuestos en su brazo y de inmediato, se aprovecho para liberarse y hundir las patas en la tierra, dando unos saltos solo sobre estas, siendo la única forma de acomodar sus huesos.
Provocado por la congoja, se dibuja grotesco, colmillos cual puñales no descansan, viscosas viseras espera desgarrar, haciendo que retrocediera y lo acorralara, enfocando la vista en sus patas que sin pensarlo fue por una de ellas y le mordió corriendo con él, arrastrándolo que representaba la carroña, un alimento para los buitres y no le dejaría hasta que la viuda negra se acabara y lo lanzo antes de que se defendiera a un hoyo profundo donde se adentro con él, esto era el secreto del bosque, tumba de huesos como trofeos para la tierra y esta fue su ventaja, sellar el hueco y quedar en total oscuridad, como el color de los ojos que aclaman al odio.
Mihăiță- Licántropo Clase Alta
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Re: Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
‘’Un demonio que no sólo quiere hacer sentir dolor sino que también quiere que le muestren por qué su cuerpo es sólo un vacío que con sufrimientos habrá de llenarse…’’
De un momento a otro mi sonrisa se volvió sombría por la falta de claridad de la luna iluminarnos. El perro estaba frente a mí escupiendo su saliva putrefacta contra la tierra por mi parte solo había la sensación inequívoca de sentir su linfa de nueva cuenta bañarme, una vez que la había probado solo quedaba el deseo por hacer un buen vino de su sangre. Cerré los ojos aspirando su aroma, era realmente asqueroso y podría jurar que comenzaba a gustarme, hace mucho nadie quitaba la cuña que sostenía lo racional que podía ser. Ladeé mi cuello hacia un lado y el otro haciendo crujir mi espina dorsal y apreté mis puños, el tiempo fue perfecto, lo tenía allí justo donde quería. Mis manos apresando sus patas que se deformaban así según tiraba de ellas cuando rasgó mi mano. Era la salida constante de adrenalina que me impidió sentir aquello pero justo cuando le solté por impulso el dolor se hizo presente. Llevé una mano hasta mi vista y noté la ausencia de piel y carne, se había llevado un buen tajo en las garras. Fruncí el ceño viendo cómo se revolcaba con recomponerse las patas y me causó gracia –Pobre animal- me mofé en su cara, sólo me causaba gracia.
Mis ojos estaban vulcanizados porque el licántropo era terco, no quería darme el chillido que necesitaba para saciar al demonio que pedía su sangre y no descansaría hasta obtener al menos un deplorable aullido de dolor. Sonreí de nuevo para notar como solo quedaban líneas de linfa recordando lo que había hecho a mi mano y se la mostré lamiendo esos mismos rastros. Necesitaba ser mejor que eso. No duró nada cuando de nuevo estábamos en lucha esta vez mis dedos rasgando sus patas pero él fue hábil y antes de que pudiera desprender el ligamento que mantenía unida esa piel sus dientes se clavaron en mi brazo con fuerza haciendo que soltara el agarre mirándole con más egocentrismo. Tendría que darle un poco de tiempo a ese brazo que se curara para volverlo a utilizar. Llevé una mano hasta el músculo arrancando donde sus dientes habían cortado para que sanara más rápido con nueva piel, mientras su saliva estuviera carcomiendo sería más lento el proceso, aventándoselo a los pies alcé la ceja en señal de burla a su pequeña caricia.
Miré enteramente al animal y cómo se preparaba para su siguiente ataque. En posición de guardia esperé tentándome a pensar que se vendría contra mi cuello pero no, se fue contra mi pierna cazándola de una mordida a lo que iré de su cola sintiendo como mi espalda chocaba contra la tierra tumbándose en el suelo. Con malcriadeza quise desprenderle el rabo pero fue imposible, una caída en un enorme agujero que al parecer era un cementerio de víctimas del perro se inundó con lo negro del panorama y la incapacidad de ver los cuerpos putrefactos pero sí el olor penetrante. Estaba claro, no tenía ni el mínimo destello de luz para saber cómo era el sitio a detalle pero no lo necesitaba. Bastaba con oír la respiración del animal ahogado en su propio aire para saber la posición. Mis ojos fueron más que seguetas cortantes, filosas para tantear justo donde se encontraba el animal que no esperé a caer con la agilidad de un gato en el suelo que fui en contra ataque en aquella oscurana acertando en el golpe contra su pecho, quise abrirlo hasta encontrar su corazón, más solo rasgué el mismo haciendo una línea larga y antes de que su hocico volviera a alcanzarme con una mordida tomé con ambas manos ambas partes estirándolas hasta oír tronar esos dos huesos desencajarse de su sitio.
Aspire su aroma con satisfacción y recliné todo mi peso en contra suya para evitar que se moviera. Su hocico descolocado me daría unos minutos de gracia para irme contra su cuello a enterrar los colmillos con fuerza en una gran mordaza, ahora él tendría que conocer la mordida de un inmortal cuando estaba a punto de asesinar. Sin beber de su linfa por el repudio a esta comencé a cortar como mantequilla su pelaje hacia abajo escupiendo en repetidas ocasiones separándome de la bestia. No era suficiente, quería sentir dolor y para eso necesitaba que se repusiera esperé unos minutos mientras limpiaba con la manga del traje mi boca.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: Sărbătoarea de Văduva Neagră [DEIRAN]
Jamás hay que pensar que el enemigo no sabe lo que hace.
La aversión podía superar cualquier fuerza mayor, no hay mal alguno que le afecte, no hay un trozo de sufrimiento que le haga doblegarse y destrozar ese furor. Le envolvía la fortaleza de la amenaza representada, entre mas heridas se acumulaban mas se volvía inerte a ellas. ¡Por ello no hay humanidad! Por más que su corazón lata al ritmo que sus patas se mueven con agilidad, no percibe el vigor, no se cree un humano o tan solo una bestia, es algo que carece de un término adecuado… Simplemente un artilugio asesino de sí mismo. Su propio imperio, su único rey, el único material para auto determinarse, el origen de la gran epidemia era esta…Un total hijo naciente de la viuda negra que aúlla con intensidad por degollar.
Sin haber interés, púes el raciocinio no lo presentaba, solo el poder que gruñía en su interior se liberaba, escupiendo la mierda que arrebato de la calavera danzante, esa linfa putrefacta que pronto decoro en sus filosos colmillos y se movía de un lado a otro…Logrando tronar los huesos de una presión resultada de un contraataque en la tierra…Hundiendo el cumulo de fuerza en el hocico, sin permitirle que se pudiese mover, tomándolo como el títere maquillado.
Gozando del meneo provocado, cual cola en espera de ser removida. Ambos hijos de la escoria, deudores de la muerte pero detallados de diferentes formas, la diferencia es que la caza le va mejor a los animales, el pelaje solo era un escudo más mientras que la piedra podía ser desaparecida con la luz…
Así que en ese hoyo aullaba, gruñía como un averno, las vibraciones chocaban en el eco del vacío, sin salirse del mismo, causando el malestar en el sentido desarrollado de la calaca, huesos que deberán contraerse por el daño, obligándolo a que permaneciera en el suelo, hincado, añorando retorcerlo del dolor y que no tocara mas de ese pecho que pronto dejo de ser atacado. Aumentando el timbre al resurgir la quemazón en las patas que de sus huesos fueron dislocados— ¡awwwwwwww….wwwww!— Aullando el poderío, la mordedura engendrada le incito a alzar el bramido, desnudando la cruda verdad del porque lo llevo a ese paraje, solo ahí los sonidos permanecían para hacer que de sus tímpanos se desangraran, arrojándole la ventaja de sus oídos súper desarrollados transformándolos ahora en su gran desventaja, el modo en que perdería esta escaramuza y que tan sencillo lo fue…
¡Y la viuda negra se venga, defiende a su hijo lunar de esta oscuridad imparable, poco a poco se desviste, poco a poco el pelaje desaparece, la naturaleza va desapareciendo y en el aullido se anuncia su transformación!
Permanecía en cuatro patas, escondido en el más alejado lugar de esa cueva, ya no era más el lobo rabioso, indomable por la venganza, ya era el jodido templo repleto de una piel, ahogando los quejidos por la metamorfosis iniciada…¿Que es lo que esperaba? Ahí, solo ahí se marco el equilibrio, matarse el uno al otro, como dos finuras masculinas y saber quien seria vencedor aun con sus desventajas.
Mihăiță- Licántropo Clase Alta
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