Encuentro inesperado [LIBRE ^^]

por **Amber Le Vaillant** Mar Ago 31, 2010 3:31 pm

Rosas... Lavanda... Alcatraces... mil sutiles y embriagadores aromas inundaban la calle por la que Amber, en aquel momento Lady Eliza, paseaba, la mañana se tornaba fresca y sin ningún resquicio de alguna nube blanquecina que surcara el cielo y se postrara como obstáculo para el astro rey. La bella jóven sonrió para si misma y siguió andando hacia su desconocido destino, y no es que no quisiera revelarlo, simplemente no tenía ningún plan aquel día, pero era preferible ir por las calles Parisinas a quedarse encerrada en casa, nada como la libertad, eso era lo que ella realmente amaba. Respiró hondo y de pronto se tópó con una escena que la hizo detenerse unos instantes enmedio de la calle, una pareja se había encontrado en un callejón, al parecer un buen escondite para que el muchacho lograra ver a su amada sin molestia alguna, aquello era realmente embellecedor, él había depositado un ramillete de flores en las blancas manos de ella mientras depositaba un sutil beso cargado de ternura sobre sus labios, a Amber se le detuvo el corazón un instante, ella jamás había sentido algo así y en ese momento se preguntó que es lo que se sentiría ser amada por alguien, ser importante para alguien, suspiro dandose cuenta de que aquello tal vez no estaba hecho para ella y que simplemente nunca encontraría aquel sentimiento en ninguno de los caballeros que la rodeaban, "todos iguales" pensó con dolo, y sin querer volteó de nuevo a ver a la pareja sintiendose una intrusa que no debía haberse enterado de aquella romántica escena, fue entonces cuando lo descubrió... el hombre que parecía tan feliz con su novia era nada mas y nada menos que el esposo de la duquesa Knoxville que ella conocía bien una mujer tranquila y muy cariñosa, su amiga, la que le había hablado de su buen matrimonio, Amber siempre había pensado que ellos dos eran una pareja perfecta y única entre la alta sociedad, él parecía ser un hombre honorable y que amaba muchisimo a su esposa, sin embargo, la mujer que se encontraba con el en aquel callejón no era la Duquesa Knoxville, ya que ella era morena y algo mas baja que él, no podía haberla confundido, la chica del callejón era rubia y algo delgaducha con un peinado algo estrafalario, definitivamente no se trataba de ella....
Amber entornó los ojos sin darse cuenta que estaba avanzando lentamente sin dejar de ver en dirección del callejón, de pronto chocó con alguien que al parecer iba mas rápido que ella y su pequeño canasto con frutas cayo al piso esparciendo las manzanas y peras por toda la acera.

por **Epoch** Miér Sep 01, 2010 3:34 am

Los pobres seres vagan; paso sobre paso sobre calles húmedas y charcos; trabajando el impulso primitivo que un día los conenó - los confinó - a una ruta.

La consigna es vagar y el móvil oculto la esperanza de ir dando con alguna clave personal, alguna orientación. Si obtienes esa guía puedes consiederarte salvado: ella ordena la secuencia de tus pasos y de tus obras, máxima aspiración de los que estan perdidos; ella te translada, sin necesidad de mayores trámites, a los profundos sueños que forjan otros mundos mientras los pobres seres vagan.

Pero dicen que uno no busca al destino, sino que es el destino quien te encuentra, esta vez en la forma de una hermosa joven que llevaba un canasto de fruta la cual cayó regandose por el suelo.

- Oh! pero que descuido de mi parte mi lady, permitame ayudarle.

La chica parece sobresaltada, sus mejillas tienen el mismo color que los duraznos que ahora sus delicadas manos depositan de nuevo en el canasto.

- ¿Disculpe que la moleste; acaso no la he visto en otro lugar? Su rostro me parece conocido

ella desvía la mirada como si buscase algo mas en el suelo, pero yo se que la he visto antes; en el circo gitano...

- <ejem> me llaman Epoch, es un placer...

por **Amber Le Vaillant** Miér Sep 01, 2010 11:48 am

Mi respiración se entrecortó, y comence a tomar las frutas rápidamente para volver a colocarlas en el canasto, de pronto escuché el comentario de una voz masculina, y sus manos gruesas pronto comenzaron a seguir los pasos de las mías al recoger mas frutos, mis mejillas se tornaron algo cálidas entonces y supe que seguramente me había sonrojado ligeramente.
.-Se lo agradezco mucho milord, pero de ninguna manera dejaré que se inculpe por mis actos, yo he sido la distraída-.
comenté, parece ser que el caballero es muy educado, de pronto como un rayo que surcó todo mi ser me paralice, pero luche por controlarlo desviando la mirada sutilmente hacia otro lado, inmediatamente mis pensamientos viajaron hacia mi otra vida, hacia mi otro yo, mi personalidad escondida entre velos celestes y ropas ligeras que suelo llevar cuando mi tiempo me lo permite, cuando la libertad clama ser escuchada, cuando las riquezas y el poder no son suficientes compañias para la fría soledad que se vive entre todos esos lujos...
Inmediatamente disimulo la indesición que se apodera de mi por apenas un segundo, cojo la última manzana y me levanto de nuevo ofreciendole al caballero el delicioso fruto.
.-No creo tener el placer de conocerle milord, probablemente me ha visto en alguna de las fiestas de la corte, si no es así dudo haberme topado con tan educado caballero en algun otro sitio, vaya, pero que tonta he sido, soy Lady Elizabeth Le Vaillant, condesa de Escocia, todo un placer conocerle-. digo con los modales que me han inculcado desde que tengo memoria, esos que son estrictamente necesarios dentro del ambiente social, pero que de vez en cuando resultan ser ataduras para tus verdaderos sentimientos.

por **Epoch** Miér Sep 01, 2010 1:39 pm

- Oh! no sabía que estaba ante una figura de la realeza.

Tomo en mis manos la manzana, mirando de soslayo el rostro angelical de quien la ofrece. Mis ojos buscan rápidamente la escolta que una dama de clase debe traer mas no veo a nadie que la acompañe, ni siquiera una dama de compañia lo cual era no solo extraño, si no providencial.

- Recién llego a la ciudad y aun no la conozco del todo. Aun así me han dicho que la ciudad esta llena de peligros. ¿No teme andar a solas por las calles de París?

Ella negó con la cabeza en un gesto sutil y lleno de ternura; negación que era al mismo tiempo la afirmación que esperaba. Comenzaba a creer que la joven Condesa había escapado de su Conde y probablemente estaba yendo demasiado lejos al insistir, pero había una fuerza mucho mas grande, oscura e incomprensible; el mismo instinto que me imantaba a sus ojos huidizos, impulsándome a continuar al lado de la hermosa joven. Ante todo mantuve la calma para no incomodarla, mas las palabras acudieron irresistibles a mis labios:

- Permitame al menos acompañarle a su destino... por su seguridad.

por **Amber Le Vaillant** Miér Sep 01, 2010 6:42 pm

-Aun así me han dicho que la ciudad esta llena de peligros. ¿No teme andar a solas por las calles de París? - Lo medité apenas un instante, temer, a los otros, no, no tenía temor a la gente, por el contrario, me gustaba observarlos, sentirme ligera sin alguna dama de compañia como las que usualmente solía llevar cuando no lograba escaparme como ahora, mas temor tenía a que descubriese alguien mi verdadera identidad, o tal vez la falsa, ambas eran parte de mi, y sin embargo "Amber" mostraba mi verdadero espiritu, Lady Eliza... eso era lo que habían hecho de mí, lo que debía ser, si! eso, era Lo que debía[i] ser, y por otro lado lo que [i]quería ser. Rememore entonces un poema que había leido de entre los textos de la biblioteca de mi antigua finca en Escocia....

Me temo a mi mismo
cuando exploto en mi interior,
temo a todo aquello que me hiere,
y que continúa estando en mí.

Eso reflejaba en gran parte lo que yo era, lo que yo sentía, por eso los poemas me llamaban con una voz angelical que me decía que entre sus lineas podía refugiar aquellos pensamientos que no era capaz de decir a nadie, de prnto me descubrí negando al caballero con la cabeza, fue entonces cuando di una respuesta.

.-No milord, no temo a las personas, ni a los otros peligros, aunque me atrevo a pensar que se refiere a los maleantes, porque otro peligro no encuentro por aquí-. dije con tono amable .-Y no piense que es por ser temeraria, que creame que no lo soy mas que una dama educada en la realeza, simplemente que yo nunca he comprobado que sea cierto lo de los peligros, y creame si me sucediese algo, espero así no sea, comenzaria a temer, pero no puedo temer simplemente a lo que no conozco y no he visto-. le dedique una sonrisa sutil mientras retomabamos el camino, escucho su propuesta y bajo un poco la mirada.

.-Sería agradable contar con tan agradable y voluntaria compañia, sin embargo no quiero que piense que soy una descortés... porque... en realidad no llevaba un rumbo fijo, y no sabría decirle hacia donde me dirijo, sin embargo, si usted desea acompañarme en mi caminata sin destino, no podría privarle de eso, encantada-. incline la cabeza mientras ibamos avanzando hacia algun sitio desconocido aún para mi.

por **Epoch** Jue Sep 02, 2010 6:20 pm

- ¡Ante poderosa señora me encuentro, pues quien a vencido al Miedo una vez, tendrá el poder de vencerlo siempre!

Exclamé con una sonrisa, mientras caminaba a su lado, casi ufano ante la extrañeza de cuantos miraban, y agradecido con el ángel que había venido a escoltarme en el viaje hacia mi mismo.

- El destino debe ser un amigo en común; pues le ha puesto justo delante de mi como una bendición. ¿Cree usted en la magia?

Los ojos verdes, como joyas vivas desde aquel fino rostro me miraron, una sonrisa capaz de iluminar la noche mas oscura acudió a su boca. Solo Gaia sabrá que pensaba la Condesa, solo ella sabrá que pensará después...

- Permítame hacerle una confesión, Milady, Busco a una vidente, alguien que pueda ayuarme a recordar... a mis padres, o algo referente al lugar de donde vengo. Pero yo no se si eso me pueda ayudar... ¿usted... que cree?

por **Amber Le Vaillant** Jue Sep 02, 2010 6:42 pm

.-Bueno Milord, como he dicho aún no me ha pasado nada que inculque miedo en mi ser, así que no se si en realidad como dice, haya vencido ya al miedo-. seguí sonriendo, aquel hombre era ameno y sus palabras eran diferentes a las que cualquier otro caballero hubiese dirigido hacia mi, por lo general entre mi clase social solo se hablaba del dinero, de las propiedades, bailes, cosas superficiales, sentimientos jamás, y eso era algo que no me terminaba de agradar. Ocultar sentimientos, eso era como ocultarte a ti mismo, suspire ligeramente apenas haciendo que mi pecho rozara ligeramente con el encaje del vestido.
De pronto me encontre con su pregunta y sin borrar la sonrisa de mi rostro le contesté con toda la sinceridad que pude en aquel momento.
.-La magia milord es parte de un mundo que los ojos humanos no se atreven a comprender, y que por ello muchos consideran una ilusión, sin embargo tampoco conozco de eso, y no puedo afirmar que exista o que no exista algo que no he visto, digamos pues que estoy abierta hacia cualquier posibilidad de que tal maravilla exista, si es así, sería maravilloso, le confieso que de niña creía mucho en que cosas mágicas pasaban a mi alrededor, cuando veía al día transformarse en noche, a la nieve del invierno transformarse en verdes valles y a los pequeños botones transformarse en hermosas rosas rojas, y al amanecer ver el rocío sobre ellas aún sabiendo que por la noche no había caido una sola gota de lluvia me fascinaba, eso puede ser magia de la naturaleza en parte ¿no cree usted?-. dije serena manteniendo el paso tranquilo, tal vez hubiese hablado de mas, pero cuando explicaba algo con sinceridad no podía evitar explayarme y dar detalles, me gustaba hacerlo ademas.

Mientras oigo sus comentarios escucho con atencion y luego respondo a su ultima interrogante.
.-Bueno nunca he visto a una vidente hacer su trabajo-. mentí ligeramente y me sentí mal por ello, pero no podía decirle que en el circo gitano había algunas "brujas" que leian la suerte, pero yo no había tenido el gusto de participar en tal acto.
.-Pero si usted confía en que ello pueda ayudarle, entonces ¿por qué no intentarlo? si necesita fervientemente esa informacion que dice, entonces agote cualquier recurso para conseguirla, solo así se encuentran las respuestas-. dije por fin.

por **Epoch** Jue Sep 02, 2010 7:34 pm

- Créame mi señora, que la magia existe, y que es tan real como el rocío o la lluvia. Tan real como usted y yo, aunque desde cierto punto de vista, hasta eso puede ponerse en duda.

Su voz me parecía la corriente de un río suave arrullando mi alma; ni mirando en el fondo de sus ojos claros pude encontrar la mas mínima turbación por caminar sin un rumbo fijo, el cual me aseguré de torcer un par de veces; Esta jovencita, sabía vagar. Se hizo un brevisimo silencio en el que sus labios pasaron a la piel de mi pensamiento y luego continué...

- Permitame decirle, que es usted un caso de excepción, ya que diversos miedos acosan por regla general a todos los hombres que se han cruzado en mi camino, siendo el mas primitivo y viejo de los miedos, precisamente... el miedo a lo desconocido.

Su tranquilidad me llenaba de paz. Quería que me hablase por largo rato. Dejar que los magnetos que hay debajo de la piel de Gaia nos guien por los caminos; usando la memoria subconsciente para recordar el lugar donde había dejado el remolque.

- ¿Que pensaría usted, si yo le dijera que puedo acercarle a ese sentimiento?

Ella me miró con seriedad, prestando atención a mis palabras. El instante de poder encontrar su mirada fue algo sublime. ¿Hacia donde van mis pasos? Creo que era esta calle la que salía de la ciudad...

- No es que pretendra asustarle, pero se me ocurren algunas maneras de probar si acaso es posible infundir algun temor en usted. Verá, todas las criaturas tienen este instinto... instinto de supervivencia. Creo que es inherente a todos, pero ¿quien sabe? tal vez sea en verdad un caso de excepción... en verdad no percibo en usted ningun rastro de temor... o duda, ¡quizás si tenga un espiritu temerario despues de todo!

por **Amber Le Vaillant** Jue Sep 02, 2010 9:03 pm

- ¿Que pensaría usted, si yo le dijera que puedo acercarle a ese sentimiento? Hmmm mis ojos verdosos se tornaron algo serios para meditar aquello, ladee un poco la cabeza y lo observé, vi aquellos ojos oscuros que pareciesen tener incertidurmbre, pero no maldad, era cierto, no lo conocía, pero tenía un buen sexto sentido, intuición probablemente, o era perspicaz con la gente, cualquiera que fuese la respuesta, lo único que importaba era lo que yo sabía.

.-Es fácil-. dije con calma cambiando mi canasto de brazo .-Hace unos cuantos minutos que estamos en una zona solitaria, yo estoy sola, y, como usted dijo, se supone debería estar con alguna Dama, pero esto no es así, y tal vez algun maleante hubiese aprovechado ese pequeño descuido, y me hubiese considerado ingenua por darle mas información de la debida, pero usted sin embargo ha mantenido distancia, me ha ayudado y ha ofrecido su compañia, me mira algunas veces de reojo, no me vigila y esta manteniendo una conversación sobre magia conmigo, una desconocida, no es probable que usted me quiera dañar, si esa fuese su intención, ya hubiese aprovechado su oportunidad desde la calle anterior, nadie lo vería ¿me equivoco?-. mire a mi alrededor, no había personas cerca, cosa que había notado desde hacía un buen rato, era observadora, sutilmente vigilaba el camino aunque no supiese mi rumbo, y de haber querido hacerme daño, ya hubiese cumplido su plan proque oportunidades le sobraban y el ambiente era perfecto para una fechoría.

.-Tiene usted mucha razón, pero por ahora ese instinto no me ha indicado nada, tal vez será porque soy algo tonta con eso, o que mi explicación ha bastado para dar un buen fundamento a mis actos-. incline la cabeza y mi sonrisa se hizo mas grande, mire el rostro del caballero y note algo parecido a una sonrisa también, eso sin aber por qué, me tranquilizó enormemente.

De repente en una esquina encontre un arbol de jazmines, hermoas flores con un olor embriagador, cogí una rama para acercarla a mi nariz y luego la acaricie con la punta de un dedo para dejarla volver a su lugar, no me gustaba arrancar ninguna flor, de niña cuando vagamente lo hacía solía arrancarme un cabello dorado mío y dejarlo a cambio sobre la planta , pero ahora prefería dejar la florecillas vivir hasta que tuviesen que hacerlo, así que me agaché y recogí una de las que habían caido al piso terminado su ciclo de permanecer pegadas a la rama y segui andando olisqueando el delicioso aroma del pequeño Jazmín caído.

por **Epoch** Jue Sep 02, 2010 11:28 pm

- Si, no se ha equivocado conmigo, noble amiga. Mi admiración por usted me ha impedido hacerle daño; pero me refiero a algo completamente diferente. No al hecho de que yo la enfrente al miedo, sino que usted lo enfrente voluntariamente... que de un paso hacia las sombras.

Delante de nosotros se abría ya la vía rústica que conduce a las afueras de la ciudad. Justo ahí había dejado mi remolque, que de haber tenido ojos me hubiera mirado impasible. Bien sabemos que lo que a uno le pertenece, aunque lo tire; no lo puede perder.

- Mas no es mi intencion abrumarle con tales cuestiones, prefiero mostrarle algo... sil-vous-plait

Tomé la mano a mi acompañante y cruzamos la calle hasta estar frente a Aku y Feu.

- Mire señorita; ellos son mis caballos. ¿No son los mas grandes que haya visto en su vida? Me direjon que quedan muy pocos de esta raza, creo que son Nórdicos.

Las dos enormes bestias mas próximas a ella bufaron al sentir la precencia de Lady Elizabeth. Esa fue la señal para soltar su fina mano y con un gesto, invitarla a tocarlos.

- Esto dos son Aku y Terra y los dos de alla son Feu y Aria. Ellos cuatro son capaces de llevar este carro sin problemas por toda la ciudad.

Mientras la Condesa miraba a los caballos trepé por unas escaleras hasta el compartimento donde guardo mi vieja guitarra.

por **Amber Le Vaillant** Vie Sep 03, 2010 1:07 pm

Dirigí mi vista hacia el otro lado de la calle, hacia el lugar que me mostraba, era modesto pero se veía acogedor, se parecía un poco al hogar de los gitanos, de algunos de ellos, eran sencillos, y sin embargo, mucho mejores a veces que un palacio o una finca de... Dios sabría cuantas millas. Sacudí la cabeza y entonces hice caso a su comentario. Memorice los nombres de los cuatro hermosos y anormes animales y mis ojos se iluminaron abriendose como platos ante tal belleza.

.-Milord pero... si estos animales son magníficos! Definitivamente los mas grandes que he visto en mi vida, yo tengo una yegua en casa, mas pequeña obviamente, se llama Amethyst y es una fiel compañera en mis viajes y paseos-. le comenté sonriendo mientras mis manos se acercaban al hocico de aquellos animales para que reconocieran mi olor primero, era como una presentación, despues que dejaran de olisquear entonces podría acariciarles con confianza, eso es lo que mi amigo gitano me había enseñado, así que así lo hice y una vez que los animales me hubeiron reconocido levante mi palma para posarla en cada una de sus bellas y majestuosas crines.

.-Hola Aku-. dije con fascinación ante aquel ser que era mucho mas grande que yo por mucho .-Terra....-. proseguí .-Feu..... y Aria-. finalice, de pronto uno de ellos se acercó demasiado olisqueando y dandome ligeros empujones, entonces recordé el canasto con fruta. .-Oh ya veo, bien pues solo hacía falta pedirlo-. le guiñe un ojo a Feu y saque del canasto una manzana que tal vez le cupiera completa en el hocico de una sola mordida, se la ofrecí y despues hice lo mismo con los otros que miraban con atención mi acto. .-Y otras para vosotros-. saque otras tres manzanas y les di a cada uno, en aquel momento me recordaron a mi preciosa Amethyst, tambien gozaba de los momentos en que tenía la oportunidad de comer alguna que otra manzana o zanahoria. Apenas presté atencion al caballero que había desaparecido un momento de mi vista, pero esa atención perdida volvió al oir el sonido de un instrumento que yo bien reconocía.

por **Epoch** Dom Sep 05, 2010 8:14 pm

La canción me ha surtido un buen efecto, pues he logrado capturar la atención de sus oídos mientras sus ojos observan mi interpretación. Interrumpo la melodía al ver como el mayor de los cuatro da una coz en el suelo de gusto. Glotones ^^'

- Mi lady les agrada! Estos animales tienen una sensibilidad especial, pareciera que miran dentro de los corazónes de cuantos se acercan a ellos. También es cierto que han estado algun tiempo solos. -

Dije algo apenado de que mis 'pequeños' tuviesen tales confianzas para con mi nueva amiga, El brioso Feu parecía contento de tener compañia. Miré en derredor en busca de aquel chiquillo a quien había dado un pendiente de cobre a cambio de cuidar el remolque; mas nadie apareció para reclamar la moneda de oro que le había prometido a mi vuelta. "Menos mal" pensé.

- Me encuentro algo cansado por vagar de un lado a otro todo el día, si mi lady tiene a bien, podría yo llevarle a donde usted me pida en el remolque. Tal vez guste escuchar alguna melodía de mi lira... para amenizar su camino

por **Amber Le Vaillant** Dom Sep 05, 2010 9:08 pm

.-Hace usted un muy buen uso de si instrumento, le felicito-. aplaudí un poco sonriente, mientras acariciaba las crines de dos de los hermosos caballos que se acercaban de nuevo tal vez en muestra de su agradecimiento. .-Yo simplemente puedo tocar el arpa y el piano, y debido a que no hay nignuno de ellos aqui, sería un honor poder acompañarle con mi canto-. dije inclinando mi cabeza mientras tarareaba algo acorde a su música, no tenía ninguna letra pero las simples vocales que salían de mi boca parecían bastar en ese momento.

Escuché su petición y me apene un poco, y al termino de la canción le mire a los ojos, aquellos ojos oscuros e inescrutables que poseia aquel caballero.
.-Oh milord, me ha ayudado ya bastante por hoy, y ciertamente aún no oscurece, podría bien regresar a mi casa o al centro de la ciudad sola sin problemas, en verdad, no quisiera abusar de su bondad para conmigo, se lo aseguro, no es la primera vez que me las arreglo sola, al fin y al cabo, usted me encontro vagando sin compañia por las calles de París-. argumenté sonriendo de lado.

por **Epoch** Lun Sep 06, 2010 1:00 am

Como un hada, como un espíritu del aire debía sonar, su hermoso canto me inspiraba a continuar las notas, con una bella sonrisa aquel angel enamoraba mis oídos. Seguramente estaba bien educada en las artes musicales (a mi mente acudía sin remedio la imagen de la musa en un vaporoso vestido pulsando las cuerdas de un arpa imposible sobre los cuernos de la luna) sin duda Lady Elizabeth era un sueño.

- Me permitirá almenos su atención un par de minutos mas, para interpretarle otro tema... Por favor, tome asiento por aqui, cierre los ojos y dejese llevar por las notas...

*click para escuchar> El llamado de Kthulu

por **Amber Le Vaillant** Lun Sep 06, 2010 9:39 pm

Asentí complacida ante todo lo que dijo, no quería causar mas molestias, me lo repetía una y mil veces, sucedía a menudo conmigo cuando alguien era bondadoso, sentía que yo no había hecho algo para merecer tantas bondades y atenciones, y sin embargo, ahi estaba aquel caballero, acompañandome y dedicandome canciones sin razón aparente.

.-Por supuesto milord, me encantaría escuchar algo mas de su arte-. sonreí mientras me acomodaba y me relajaba un poco para escuchar su melodía, cada parte, toda su escencia, la música, una de las grandes artes llamaba mi atención como un iman, era inevitable, donde había música ahí estaba yo, era una verdadera musa la música, armoniosa, y, para muchos otros era un medio para poder expresar sentimientos o resentimientos, tal como era mi caso, toda mi represión y angustias pero igualmente deseos los expresaba cantando o tocando alguna melodía.

Terminando de escuchar sus notas sonreí y le dedique un caluroso aplauso .-Bravo milord, eso ha estado de maravilla, estupendo, y ahora, antes de cualquier cosa, al menos yo tengo que mostrarle algo de mis talentos a usted y complacerle por un momento, hay tiempo así que me permitirá hmmm cantarle algo de lo que he compuesto últimamente-. sonreí y me aclare un poco la garganta, la letra mas reciente era mi favorita porque expresaba mi sentir hacia mi propia vida, mis ataduras pero igualmente mis libertades, era un poco compleja y tal vez no todo el mundo la comprendiera, pero alguien que sabía de esta arte y que la amaba tanto como yo seguramente lo apreciaría mejor.

Clik Aquí para escuchar mi canto

por **Epoch** Lun Sep 06, 2010 11:44 pm

Impresionante!. Aquellos tonos altísimos comparables a la Operetta ambulante con que alguna vez compartimos campamento. Para nosotros, eran como criaturas extrañas, aunque sus capacidades me fascinaban sobremanera.

- En verdad os digo mi lady, que sois un caso de excepción. Su voz es divina; me complacería si me permitiese llevarle, al menos al Centro de París, donde seguro habrá algun cochero mas elegante que pueda llevarle a su hogar. Yo viajo mas al noroeste, en dirección al Crico Gitano. Su compañía ha sido un excelente regalo del destino y quisiera quedarme a sus servicios algun tiempo más... presiento que usted me traerá buena suerte. ¿No cree usted que todo sabio debe tener algo de supersticioso?

por **Amber Le Vaillant** Mar Sep 07, 2010 3:29 pm

.-Muchisimas gracias-. dije haciendole una reverencia y sonriendole una vez mas, me aclare un poco la garganta que me había quedado algo reseca, no había tomado agua desde antes de salir de casa. .-Oh no, no diga eso porfavor, creame que esto es mejor que cualquier carro que haya en la ciudad, le apuesto a que ninguno de los que hay ahí tiene tan hermosos caballos como este, y es en realidad acogedor, no piense que eso es mi pretexto para no aceptar su bondad, me ofendería si pensara que hago alguna diferencia entre su transporte y alguno de los que estan en el centro de la ciudad, no quiero que mis ropas o cualquier cosa opaque mi condidión de humana, todos lo somos al fin y al cabo, es solo que como ya le dije, me siento apenada por causarle esas molestias-. dije con voz suave y sutil.

De pronto algo llamo mi atención en lo que dijo y tuve una buena idea a ese respecto, sonreí y hable entonces. .-Espere, ha mencionado que ira al... circo gitano-. dije con los ojos iluminados, tal vez esta fuera una buena señal, "todo pasa por algo" me dije a mi misma. .-Pues mire que buena suerte la mía, que si ese es su destino, sería un placer acompañarle... tengo.. curiosidad, ya sabe-. mentí un poco, sí tenía que ir ahi pero por otras razones.

por **Epoch** Miér Sep 08, 2010 3:40 am

Y en verdad el genio de mi Sino me favorecía a cada instante manteniendo a mi lado tan de buena gana a semejante compañía. Con ella a mi lado me sentía una persona diferente. De poco valía preguntarse cuanto tiempo más sería bendecido por la compaía de Lady Elizabeth, tan solo disfrutaría de su encantadora presencia.

- Será un placer llevarle, dejeme decirle que tiene usted un gusto exquisito al apreciar mi humilde arte, mas me veo rebasado por las gracias con que le colmó la Diosa. Bien podría rivalizar su voz con aquella de las sirenas que atraen a los marineros al naufragio.

Asi nos encaminamos ahora en el remolque de nuevo por las calles de París que se teñian de azafrán conforme el sol iba ahogándose en el horizonte. Cantábamos ahora a capella pues yo llevaba las riendas de los caballos, aunque a veces Lady Elizabeth rasgueaba las cuerdas, creando armonías o palmeaba el cuerpo de la guitarra siguiendo el ritmo de las canciones. El ánimo alegre de la Condesa me contagiaban de un calor reconfortante, haciendome olvidar el camino... era un dulce divagar.

En algun punto del camino en que la senda era plana y los caballos se encontraban tranquilos, sostuve las riendas del remolque con un pie, mientras tomaba de nuevo la guitarra.

- Me alegra que le guste la musica de mi lira; algunas personas la encuentran inquietante. Mas me convenzo cada vez de que es usted un caso de excepción. Lejos de causarle extrañeza mi musica parece inspirarle hermosas canciones, ha hecho usted la delicia de esta tarde mía.

Permitame cantarle una historia, mientras aun hay camino por andar; dice asi:

< Desert way >

por **Amber Le Vaillant** Jue Sep 09, 2010 9:47 pm

.-Simplemente digo lo que siento y lo que veo, así sin mas, y yo le agradezco que tenga a bien compararme con tan extraordinarias criaturas, en realidad no se si mi canto merezca ser reconocido como tal, pero es muy bello de su parte pensar de esta forma-. comenté tomando una manzana de mi canasto una de las pocas que quedaban y llevandomela a la boca para que su jugo dulce tocara mi paladar y me aliviara la resequedad en la garganta y la boca.

Seguí mordiendo el fruto mientras escuchaba con atención su otra melodía hecha un relato, era preciosa igualmente, los relatos cantados me recordaban a los juglares que se paseaban por el centro de la ciudad y muchas otras veces en alguna reunion de la corte, y que venían relatando las historias de miles de lugares en los cuales habían estado.

Al término de la canción volví a aplaudir soltando unas risitas .-Hace usted del camino un paseo muy ameno milord, me encanta oir relatos cantados, y mas aún acompañados por la lira, es magnífico, ahora usted me permitirá animarlo otro poco en el trayecto con un canto más-. dije animada, su buen humor y ánimo me habían orillado a seguir sus pasos y en respuesta a su bella historia cantarle unas de las canciones que me había aprendido últimamente.

Canción

.

por **Epoch** Vie Sep 10, 2010 2:13 pm

Aunque podía pasar varios días sin comer, la gula a menudo asaltaba mis noches, hacía un rato que los olores a frutas y almizcle me tenían embriagado como si hubiese bebido varios galones de ambrosía de cebada. El mas primitivo grito arrastraba a mi cabeza a desear tener aquella sedosa y larga cabellera entre las manos. A dejar correr los comillos sobre la delicada piel de aquella mujer que alegre reía y cantaba para mis oídos.

Bajo mis manos cosquilleaban las infames garras anhelando carne y sangre, acres de piel, sujetaba las riendas con fuerza, mientras el divino angel se recargaba ligeramente en mi hombro entonando otra dulce melodía. Podría comerte... ¡hasta los huesos!

- Mi señora debe estar cansada de tanto cantar, quizás apetezca un poco de vino. Si gusta, hay una botella aqui dentro del remolque. Usé este quinqué para alumbrarse si es que necesita de luz.

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