Los sueños de papel, ¿se mantendrían en el agua helada? -Libre-

por **Lionel D'Maine** Jue Jul 31, 2014 10:28 am

ojala que te mantengas de este modo.

-Con una sonrisa en los labios volvió a colocar las manos en sus caderas, estaba completamente mojado de cintura para abajo, sentía sus pantalones apegarse a su piel o la parte de abajo de la camisa que estaba en contacto con el agua, ahogarse silenciosamente mientras flotaba ridículamente, ¿respiraría? ¿la tela conseguiría el objetivo de sobrevivir? Eran preguntas que no parecían tener ningún significado en particular. La verdad era que nada tenia sentido en aquella noche mientras el gitano se camuflaba en el atardecer sintiendo la mirada de las ramas de los arboles, los mordiscos dulces de algunos peces que se asustaban rápidamente de sus movimientos.

Se había acordado de su infancia, el momento en el que hacían barcos de papel junto con los demás gitanos para que estos flotasen quizás deseando que encontrasen el mundo en el que mejor y más cómodos se sintieran, era sencillo hacerlos pero muy difícil que nadasen, la menor corriente de agua los doblaba o simplemente acababan por mojarse tanto que eran irreconocibles, el lago había ganado 10 a 0, ningún barco había sobrevivido, aunque también se debía a que los estaba haciendo con hojas grande de los arboles más ancianos, tenia en la orilla varias hojas, colocó el barquito de un color verde claro en el agua, pero como sus otros experimentos con un movimiento de Lionel el barco se cayó de lado deshaciéndose según se iba alejando.

¿Que es lo que hacia falta? ¿como podía hacer que los barcos navegasen como el hubiera deseado hacer en su futuro? Suspiró caminando de nuevo hacia la orilla en donde se sentó, hacia una temperatura agradable quizás porque a pesar de ser invierno habia brillado el sol calentando el agua de la laguna, permaneció con los pies metidos alli, haciendo otros barcos de papel, quizás si hacia las esquinas mas acusadas tendría alguna oportunidad de que sus barcos pudieran navegar-

Los hombres ciegos dijeron “¿que nos diferencia de ustedes?”
Los hombres tuertos se rieron “ ¿Podéis ver?”
pero los hombres ciegos se sonrieron al mismo tiempo mientras murmuraron
“¿y vosotros? ¿podéis sentir?”

-Narraba aquello que le había comentado un filosofo, mientras colocaba las manos en las hojas haciendo hábilmente algunos barquitos, era algo más difícil de lo que creía empezar a hacer todo tipo de cosas...debería de dedicarse a ser adulto en ver de estar allí perdiendo el tiempo fabricando cositas que no tendrían futuro, pero...se sonrio pensando e imaginando que el barco que hiciera ahora cruzaría algún océano, naufragando en una isla la cual nadie conocería, como un vagabundo con suerte...quien sabe-

por **Friedrich Wolf** Sáb Ago 02, 2014 8:10 pm

- Una hermosa y noble filosofía; si me permitís la intromisión, mi señor. -

Restalló en el sosiego del silencio una voz antigua y sabia de ligero tono extranjero; más concretamente tratándose del alemán. La voz del hombre que había realizado tan esporádica aparición iba acorde al rostro afable y gentil que dibujaba una confiable sonrisa, bajo la espesa barba gris, sobre su rostro.

Con un caminar felino y silencioso, digno de un espectro o espíritu, el caballero alemán había filtrado sus pasos entre los caminos, para, al fin, acercarse a una distancia considerable, pero pertinente, al entretenido caballero de la orilla. Por supuesto, sin fin alguno de molestia o desacuerdo, el profesor Wolf se trataba de aquella clase de tipos que no poseían reparo absoluto en manifestar su agrado o aprobación ante un fascinante pensamiento o filosofía del aspecto personal del individuo. Así como de costumbre había vuelto a caminar, con monotonía y comodidad, como de costumbre solía hacer; le gustaba sentirse permanentemente en movimiento, dando a entender así que se trataba de alguien mental y psicológicamente ocupado, quizás nervioso, tal vez excéntrico, pero sobre todo ambicioso.

Si el hombre al cual había dirigido la palabra tras plasmar para lo que en principio iba a sí mismo volteaba la mirada, no apreciaría sino a un caballero de envergadura portentosa y elegancia, de espaldas bien formadas y sin dolencias pertinentes aun la edad aparente, que dejaba caer todo el peso de su figura al lado en el cual se apoyaba mediante el uso de un bastón. Mas no tratándose de un bastón por necesidad, sino por nobleza y decisión. Lo más llamativo de la vara se trataba del pomo de esta; este pretendía asemejar el rostro lupino de una loba en estado de sosiego, serenidad y carácter gélido, moldeado sobre una pulcra plata de Macedonia. Así bien, lo que deberían de ser un carmesí rubí por cada uno de los ojos, se veía en la ausencia de uno de ellos; el izquierdo. Perdido antaño de una manera irrelevante.

Así bien, caminando un par de determinados y medidos pasos silenciosos hacia la figura del caballero, añadió sin la más mínima intención de mantenerse en el caso de no ser bienvenido.

- Lamento sobremanera, de todo modo, mi descabellada aun bienintencionada intromisión en sus, aparentemente, momentos de sosiego y relajación. Mas si por un casual me lo permitiera, mi señor, ¿podría cuestionar qué os encontráis realizando; siempre y cuando pueda conocer tal información? -

Como era costumbrista en él, su excéntrica manera de habla, así como el acento distinto al francés conocido por aquellas zonas, que poseía, le convertía, en ocasiones, en una persona de modales y verborrea aparentemente desconcertante. Sin embargo, una vez concluidas sus palabras, volvió a erguirse con solemnidad y paciencia, a la espera de saciar una tan espontánea curiosidad, excesivamente típica del ritmo de vida de aquel aparentemente delicado y sutil hombre solía llevar.

Los sueños de papel, ¿se mantendrían en el agua helada? -Libre-

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