Retando a la Ley. [Gillian Imogen]

Recuerdo del primer mensaje :

Qué estaba a punto de hacer? Cómo podría haber llegado a pensar en hacer semejante cosa? Si algo salía mal, sabía perfectamente cual iba a hacer mi castigo, y eso no era para nada agradable. Sin embargo, ya no soportaba no tener nada de dinero, no poder alimentarme, y no podía pasar una noche más durmiendo en las calles. Algo debía hacer; sabía que eso no estaba bien. Hacerlo iba contra todos mis principios y valores, pero necesitaba conseguir dinero de alguna manera, y ya no se me ocurría nada.

Era una noche húmeda; había bastante neblina, lo cual podía ser tanto beneficioso, como volverse una dificultad. Estaba detrás de la taberna, cerca del centro de la ciudad de París. Era un lugar bastante sucio y lleno de ebrios. La noche estaba bastante entrada y los hombres estaban bebiendo ron adentro. Donde yo estaba era donde ellos depositaban a sus caballos. Claro que no los dejaban sueltos; estaban amarrados con unas sogas a unos postes de madera y un joven muchacho bastante sucio los cuidaba. El joven era menudo y de poca altura. No parecía un gran desafío para lo que me estaba disponiendo a hacer.

Si, mi idea era robar uno de los caballos y huir con él. Luego lo podría vender y con ese dinero rentar algún lugar donde vivir. Sin embargo, todo era muy arriesgado y si no actuaba con sumo cuidado podría terminar en la prisión. Yo estaba escondido detrás de unos arbustos observando con plena atención cada movimiento del joven y a todos los caballos. Había uno en particular que estaba bastante cerca mio y alejado del joven. Yo tenía puesto una capa de color negro que me serviría para camuflarme con la noche.

Mi objetivo era escabullirme mientras el joven se encontrara distraído, desatar al caballo y huir con él lo más veloz que pudiera.  Decirlo era fácil, pero hacerlo...de hecho atreverse a hacerlo era la parte más complicada. Siempre fui un chico más bien temeroso en estas cosas. El hambre de todos modos gano esta vez y me dio el coraje que necesitaba. Mi habilidad andando a caballo era moderadamente buena; tenía algo de experiencia.

Vi que el muchacho observaba para otro lado y sigilosamente me acerqué al caballo. Con sumo cuidado comencé a desatar el nudo; no era nada fácil y me llevo varios minutos hacerlo. Por ahora todo iba bien. El joven no parecía haberse dado cuenta de mi presencia allí. Sin embargo, cuando logré desatar el nudo el caballo relincho haciendo un estruendo y obviamente llamando la atención del chico. Me quedé petrificado durante un momento. Luego pensé que antes de que me alcanzara el chico debía aunque sea intentar subirme al caballo y salir trotando. El problema era si el tiempo era suficiente...

Ayudé a Gillian a mover al jamelgo ya que para ella sola era demasiado grande, y entre los dos se nos hizo bastante más fácil. Era bastante agradable ver a Gillian cuidando de los caballos; no se si sería que tenía un don. Probablemente era su experiencia desde pequeña la que le dio esa habilidad y esa sensibilidad tan especial que se veía cada vez que se acercaba a un jamelgo.

Claro que te lo puedo decir. - Aunque lo cierto era que no había tenido una educación especializada en una sola cosa. - La verdad es que no se si me dediqué a estudiar algo en particular. Me formé con distintos maestros. Estudié varios idiomas. Francés, Alemán, Latín, Español. Siempre me apasionaron los idiomas. Estudiar un idioma es como viajar; te encuentras con una cultura, una costumbre distinta. También me formé en gramática y literatura inglesa. Estudié algo de música. Se tocar el órgano bastante bien, y durante algunos años estudié canto. - Tal vez ya la estaba aburriendo a la chica. De todas maneras creo que no me había olvidado de decirle nada. - Siento si te aburrí con tantas palabras. - Le dije sonriendo.

A decir verdad se había sentido un tanto estúpida al pedírselo de aquella manera. Por alguna razón se había sentido vulnerable al compartir aquello con él, hacia demasiado tiempo que no hablaba de cuando era pequeña o lo que había hecho. Casi nadie le preguntaba por su relación con los caballos, o lo asumían de tal manera que no les importaba. Lo natural que había sido responderle la había hecho sentir de algún modo, vulnerable.
No le gustaba sentirse así. Tomaba cualquier tipo de trabajos por la noche, no le importaba recibir una bofetada o cualquier otra cosa mientras nadie llegase a reconocerla como mujer. Durante las noches que llevaba haciéndola nunca se había sentido de aquella manera, hasta ahora y no estaba segura como actuar. Estaba siendo… ella. Aun si seguía vestida como un hombre y resultaba extraño.

-Hablas de esa manera que haces desear aprender a una persona – sonrío. Ella había aprendido el francés a base de necesidad, no por ansias de conocimientos- verdaderamente fascinante. Para nada me aburres- también hablo sobre música y Gillian sonrió- Entonces cantas!- paro en la tarea que estaba haciendo, pellizcándose la nariz para no reír. Le resultaba extraño imaginarlo de aquella manera y cantando, pero tendría que confiar en el. – Y porque no utilizas tus conocimientos para intentar trabajar?- pregunto. Era lo que ella intentaría al menos- no me refiero a cantar, aunque si se te da bien…- volvió a encogerse de hombros, yendo de un lado al otro recogiendo cosas y acomodando. Calmando a los caballos que se alteraban por los sonidos de la calle o por la presencia de las ratas. En un momento tuvo que alejarse, entregando uno de los caballos a su dueño y recibiendo su compensación antes de volver. – me refiero a enseñar. Un instructor para algún hijo de un noble o de algún comerciante adinerado… lo has pensado? – no estaba realmente muy segura de como seria o si incluso podría llegar a hacerse pero su carácter le impedía mantener la boca cerrada.

Mientras observaba a Gillian como trabajaba con los equinos, la escuchaba atentamente, y comencé a pensar que lo que me estaba diciendo no era para nada una mala idea. - Sabias palabras has dicho. Se nota que tienes experiencia en como arreglártelas con tu vida...Digo yo siempre viví con mi madre y nunca tuve que salir a buscar un trabajo para poder comer. Realmente creo que tu idea es fantástica...Claro que podría servir como maestro de algún niño de alguna familia de clase alta. - Jamás se me había ocurrido esa idea, y era bastante perfecta. Me veía bastante bien enseñando todos los conocimientos que había aprendido. Y seguramente por eso me pagarían unos cuantos francos. - Ya estoy pensando en donde podría poner un anuncio, o tal vez si voy bien arreglado y paso por algunas de las casas más bellas de parís alguien me aceptaría ¿Qué te parece? - Le terminé preguntando a la chica, buscando su opinión.

Terminé de hablar y observé que se acercaba el tabernero. Por suerte tanto Gillian como yo estabamos ocupandonos de los caballos. Se acercaba con una bolsa, y apenas la vi mi estómago comenzó a rugir...Tal vez era comida, las sobras del día. Ojala fuera eso, ya era bastante tarde y mi panza pedía alimento urgentemente.

-Me alegra saber que he podido ayudarte de alguna manera- Gillan sonrió debajo de la capucha. Una de esas genuinas que parecían llegar hasta brillar en los ojos. La verdad era que seria una lastima desaprovechar la oportunidad si el tenia el talento para llevar a cabo el trabajo. -¿Quien sabe? Todo es intentar y aprovechar la oportunidad. Realmente espero que tengas suerte, Timothy. - la verdad que no tenia ni idea. Ni de donde podría poner tal anunció, siquiera si resultaría su plan de ir puerta a puerta ofreciéndose. De lo que estaba segura era de no tener ganas de echar para atrás al muchacho.

Timothy centro su vista detrás de Gillian y para cuando esta se giro se topo con el rostro del tabernero. Con brusquedad le tendió la bolsa que mantenía en sus manos sin parar de dejar escapar murmullos y gruñidos sobre mal desperdiciar la comida y que mas valía dárselas a ellos que tirarla aun si ellos no se la merecieran.

Gillian dejo escapar un "gracias" entre toses, viendo como el tabernero parecia aceptarlo de buena gana antes de desaparecer.

En cuanto desapareció se encaminó a un lado, abriendo la bolsa y echando un vistazo. Habían algunas sobras, pan duro, queso, algo de embutido y una bota de vino. La verdad, el tabernero había sido bastante generoso. Suspiro y le tendió la bolsa a Timothy. Ella estaba segura de que en el campamento comería, quizás poco, quizás mucho... no se sabía, pero estaba segura de que tendría algo para llevarse a la boca, en cambio no estaba segura sobre el futuro del muchacho.

-Ten- dijo empujando la bolsa y todo su contenido contra su pecho - Come antes de caer desmayado. No queda mucho para que podamos irnos a descansar. - Se encoje de hombros, en su mente contando las pocas horas que quedaban de oscuridad y trabajo. La clientela empezaba a disminuir considerablemente y el trabajo se hacia cada vez mas ligero.


OFF: siento el retraso!, sobretodo cuando estamos tan cerca del final u.u

Observé como el tabernero le tendía la bolsa de sobras a Gillian y como hablaba de no desechar la comida. Luego Gillian me acercó la bolsa para dármela. Yo la acepté un poco desconcertado ya que no entendía porque no la conservaba ella. Luego escuché lo que me decía y esbocé una sonrisa a modo de agradecimiento.

Al instante abrí la bolsa y tomé un trozo de pan y algo de queso. En seguida me los metí ambos en la boca. Era tal el placer que me daba comer aquello. En mi pasado jamás hubiera disfrutado de esa forma comer un poco de pan con queso. Pero en ese momento los sabores se me deshacían en la boca. Podía sentir el aroma del queso y ya comenzaba a babear.

Con la boca aún llena de comida y masticando le hablé a Gillian - Hey! ¿No vas a comer nada vos? Hay bastante comida para ambos... - Bueno eso no era tan cierto. La verdad es que por mi me podía comer la bolsa entera en cuestión de segundos pero claro que lo compartiría con ella. Seguro estaba hambrienta luego de tanto trabajo.

Dejé un segundo la bolsa porque ya estaba algo sediento. Me acerqué a uno de los grifos que se utilizaban para llenas los recipientes de donde bebían los equinos. Me arrodillé en el suelo y luego incliné la cabeza abriendo el grifo para comenzar a beber agua. El placer de beber agua con el estómago lleno era inmenso. Bebí bastante y luego volví a recoger la bolsa para seguir comiendo. Ya se comenzaba a vislumbrar que el sol estaba saliendo, y casi ya no quedaba ningún cliente.

Gillian amablemente y con mucho cuidado y paciencia le tendía el caballo a su dueño mientras yo terminaba de comer lo que quedaba de las sobras entregadas por el tabernero. Agradecía bastante a que Gillian dejara comerme todo lo que había. Probablemente mi imagen denotaba desesperación pero era cierto. Me daba algo de vergüenza comportarme así pero mis instintos en ese momento eran más fuertes que mi razón.

Tomé con una sonrisa las monedas que me brindaba Gillian. Realmente era una persona de gran corazón; sumamente generosa. Me había conocida robando y había podido perdonarme, pero como si fuera poco brindarme trabajo y alimento. - Claro que me parece justo. Jamás podría quejarme por esto...Ni siquiera se si me lo merezco.

Mastiqué el último bocado del pan que quedaba, bebí un sorbo largo de agua y me levanté. - Creo que vos haz hecho demasiado por esta noche y a modo de agradecimiento por tu amabilidad y generosidad deberías dejarme a mi que me encargue de recoger todo y limpiar. Siéntate y descansa hasta que llegué el último cliente. - Sin más palabras me puse a recoger y limpiar el lugar observando como poco a poco amanecía.