Iniciando una amistad [Alyssia Donovan]

por **Ian Phantomhive** Vie Ago 08, 2014 9:39 pm

La luz del alba empezaba a iluminar el cielo llevándose las tinieblas de la noche y con ellos, la luz de la luna llena se retiraba cada vez mas, a las afueras de París un lobo de piel castaño oscuro con ojos claros empezaba su transformación inversa, volvía a ser aquel que era inicialmente, un joven Francés perteneciente a una familia respetable.

La transformación era dolorosa ya que se tenían que deformar los huesos y acomodarse para darle paso al ser humano, por lo que aquel joven terminaba cansado y casi a punto de caer en síncope, afortunadamente para el, iba rápidamente recuperando fuerzas, como sabía de antemano su condición y que en los últimos tiempos se veía despertar de su letargo bestial en aquellos lugares, había enterrado estratégicamente un maletín con algo de ropa para ponerse, ya vestido y calzado de manera común se dirigió a la ciudad quedando en las calles para dar un paseo.

Le gustaba caminar por la ciudad para recordar y conocer otros aspectos nuevos de la misma aunque no había cambiado mucho, Ian (que es el nombre de aquel licántropo), su manera de actuar era más madura que los jóvenes de su alrededor, estaba un momento viendo algunos artículos que un vendedor ambulante ofrecía cuando escuchó que una pareja que estaba cercano al lugar discutían, al parecer dos jóvenes habían decidido unir sus vidas solo en el aspecto sexual y como ya había un fruto de esa unión, el muchacho no quería hacerse responsable, Ian hizo una señal de desaprobación, se alejó del vendedor después de comprarle una bolsita de incienso cuando vio que aquel chico que había discutido con la dama de cabellos rubios, ahora se alejaba con un rostro enojado.
Ian no comprendía como era que muchos jóvenes pensaran las cosas de manera tan superficial y burda, aunque recordaba cuando el tenía aquella edad pero no eran escusas. Pasando unos minutos reconoció a la chica, se llamaba Olimpia, era la hija de una de las sirvientas que había trabajo durante mucho tiempo para los Phantomhive, y aunque ya no laboraba para ellos, le tenía cariño a aquella muchacha pues la veía como la hermana menor que nunca tuvo.

Se le acercó y Olimpia le reconoció, le abrazó fuertemente llorando desconsoladamente Ian le secó sus lágrimas y le dio un consejo: -“Aunque amares con toda el alma a aquel, no le entregues de nuevo tu corazón, olvídalo pues si te ha abandonado a ti y a tu hijo ¿Qué puedes esperar de él? ¿Acaso sigue siendo digno de confianza?, se que duele alejarse del ser amado, pero ahora tienes una prioridad que esta sobre todos, tu hijo...”

La chica asintió con la cabeza y le agradeció, prometiendo que seguiría el consejo, Ian le acompañó hacia su casa dejándola sin contratiempos y volvió a deambular por las calles para divagar la mente un poco. Fue que sentía la presencia de alguien que no era humano pero tampoco un Lycan, y eso le llenaba de curiosidad.

por **Alyssia Donovan** Sáb Ago 09, 2014 2:48 pm

Ya llevaba unas noches en París y en esos días, había vuelto a sentir la llama del hogar. O así lo llamaba a ella a aquella sensación de melancolía del corazón cuando volvías a la ciudad, al lugar que te había visto nacer y enseñado a dar los primeros pasos por aquella vida.

Había tenido algún que otro número con su violín en los distintos hostales Parisienses del centro, presentándola como una extranjera reconocida y la verdad es que sus raíces no eran tan lejanas. Todo lo contrario. Ella era más de Paris, que muchos de los que iban a sus espectáculos. Y eso para nada le quitaba que no amara perderse por las calles, como de pequeña solía hacer, aunque ahora supiera de memoria cada recorrido de aquella gran ciudad y de cada uno de sus tramos.

Esas noches había dormido en los hostales, en habitaciones bastante seguras y cómodas, de lo que no podía quejarse. Todo y estar acostumbrad a adormir en la intemperie, en los bosques si hacía falta en sus pieles caninas, de vez en cuando le sentaba bien las comodidades que como joven disfrutaba de tanto en tanto. Así que no se quejaba.

—Madeimoselle, perdone… para llegar al jardín botánico? — Preguntó esa mañana a una de las jóvenes que trabajan en el hostal en la entrada. Ante todo debía mantenerse en secreto, no usaba su nombre real ni su procedencia real precisamente para que su familia – o lo que quedaba de ella- no supiera de su presencia, y para ello debía fingir, no conocer esa ciudad. Ni ninguno de los pueblos que tan bien conocía, por más que le pesaran esas mentiras en el alma.

Tras recibir las indicaciones, y agradecérselo, partió en esa dirección, cambiando de rumbo tras unos metros, para perderse aquella bonita mañana por las calles soleadas. Hacía mucho tiempo no respiraba tranquila y aquel día se había propuesto simplemente reposar y descansar todo lo que pudiera. O por lo menos aquello pensaba hasta que sintió como alguien la perseguía a distancia. Con un suspiro dejó de oler los jazmines ante los que se había detenido y prosiguió su camino, hasta que al girar por una calle, sin querer chocó contra alguien.

—Lo siento, disculpadme... ¿Se encuentra bien?

por **Ian Phantomhive** Dom Ago 10, 2014 10:05 pm

Ian estaba ocupado en sus pensamientos y en la curiosidad (que era un defecto al cual no podía evitar) cuando de pronto se chocó con una joven de gran belleza, aquel dio un paso atrás y haciendo una reverencia le extendió su mano diciendo.

-me encuentro bien y debo ser yo el que me disculpe, no estaba poniendo atención al camino, ¿le he lastimado? – pregunto amablemente.

Aquel le sonrió con amabilidad y gracias a la cercanía pudo notar su aura, era la presencia que había sentido minutos atrás, ahora sabía de a quien le pertenecía pero ahora sería averiguar que era lo que realmente era esa mujer.

-disculpe mi falta de educación, me llamo Ian... – aquel no quiso revelar su apellido, ya que a causa de la popularidad que había en toda Francia sobre el viñedo y la producción de vinos de los Phantomhive, no quería opacar el momento además, quería ser tratado por quien era y no por su alto puesto.

-¿Qué nombre le pertenece a tan bella criatura? – dijo con otro tono de voz aún más dulce... si bien apenas la mujer era una extraña, eso no quitaba de la educación que había recibido Ian de ser un caballero con todas las damas.

por Contenido patrocinado

Iniciando una amistad [Alyssia Donovan]

Iniciando una amistad [Alyssia Donovan]

Re: Iniciando una amistad [Alyssia Donovan]

Re: Iniciando una amistad [Alyssia Donovan]

Re: Iniciando una amistad [Alyssia Donovan]