AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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|| Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
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|| Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
-La humanidad. Un parpadeo, una centella totalmente efímera en comparación a lo que es el tiempo; guiados por este universo como corderos tratando de descifrar lo que es bueno o es malo… Anhelando un propósito para la vida y sumergiéndose cada día más y más en la ignorancia-
La luz de la luna se postra solemne sobre los firmamentos que atestiguan la planicie de los bosques franceses. Entre sus senderos cobijados por vientos fríos y soledad se puede apreciar una silueta que vaga lentamente, como si estuviese disfrutando de un paseo que lo hace ser uno mismo con la tétrica escena.
-Interesante-
Una voz clara que se percibe atenta a un aprendizaje interno. Analizando, tratando de descifrar lo que es un humano, una persona que desde su primer día de nacimiento sabe que morirá y que aun así vive jactándose de tomar el camino que sus propias y diminutas mentes les permiten.
-La filosofía es muy singular, pero sin duda alguna la astronomía es lo único que me hará no aniquilar a todo aquel de sangre caliente-
Autoritariamente la silueta va cobrando forma de pronto sale de entre los árboles; los rayos platinados van coloreando aquel fino traje que se acompaña de un rostro que parece ser hecho por los mismos dioses. Cabellos cortos, piel albina brillante y un par de ojos grises que se adelantan a ver hacia el paraje, quitándose de las páginas de aquel libro que cierra y resguarda en su mano diestra.
La hora no es algo que deba importar, inclusive, se podría decir que es el tiempo perfecto pues este ser que camina con toda confianza por una zona tan alejada parece no tener temor alguno… ¿y cómo sentir eso? Si ya ha hecho esa misma rutina por milenios.
-Qué noche tan aburrida-
La luz de la luna se postra solemne sobre los firmamentos que atestiguan la planicie de los bosques franceses. Entre sus senderos cobijados por vientos fríos y soledad se puede apreciar una silueta que vaga lentamente, como si estuviese disfrutando de un paseo que lo hace ser uno mismo con la tétrica escena.
-Interesante-
Una voz clara que se percibe atenta a un aprendizaje interno. Analizando, tratando de descifrar lo que es un humano, una persona que desde su primer día de nacimiento sabe que morirá y que aun así vive jactándose de tomar el camino que sus propias y diminutas mentes les permiten.
-La filosofía es muy singular, pero sin duda alguna la astronomía es lo único que me hará no aniquilar a todo aquel de sangre caliente-
Autoritariamente la silueta va cobrando forma de pronto sale de entre los árboles; los rayos platinados van coloreando aquel fino traje que se acompaña de un rostro que parece ser hecho por los mismos dioses. Cabellos cortos, piel albina brillante y un par de ojos grises que se adelantan a ver hacia el paraje, quitándose de las páginas de aquel libro que cierra y resguarda en su mano diestra.
La hora no es algo que deba importar, inclusive, se podría decir que es el tiempo perfecto pues este ser que camina con toda confianza por una zona tan alejada parece no tener temor alguno… ¿y cómo sentir eso? Si ya ha hecho esa misma rutina por milenios.
-Qué noche tan aburrida-
Última edición por Achilles el Lun Sep 29, 2014 2:17 pm, editado 1 vez
Achilles- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 16/08/2014
Localización : París, Francia
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
El frenesís hace de toda cacería, un espléndido espectáculo. La forma en que la loba blanca arremete contra el cazador en lo oscuro del bosque, no solo lo hace más natural; autentico, si no que con aquella matanza hace que se muestre quienes realmente andan en lo más alto de la cadena alimenticia. Y no son los débiles humanos, sino los sobrenaturales los que escondidos en las sombras, mitos y leyendas esperan no ser descubiertos, dejando que la humanidad se crea que son los que mandan.
Aquella noche lo había cercado y finalmente tras obtener de sus labios la certeza de que no sabía del paradero de su hermano desaparecido, hizo lo que mejor se le daba en esas ocasiones en que la rabia y la desesperación cubrían su alma de oscuridad. Asesinar. Terminar con toda evidencia. Dejarse llevar por aquella furia ciega que llenaba todo en cuanto un cazador se le cruzaba en su camino. Aún más cruento todo si ese mismo tenía en su ropa el aroma lejano de su hermano, por tantos meses buscado.
No solo el hocico de la loba blanca yacía tintado del carmesí ajeno. Sus patas, sus garras con las que había desgarrado el cuerpo y hasta en su impoluto pelaje había resultado lleno de salpicaduras de la batalla que había terminado por cobrarse la vida del humano.
Tras terminar con aquel festín u obra del demonio como muchos lo llamarían, la loba saltó por encima el cuerpo y se alejó, perdiéndose de nuevo en los bosques. En la oscuridad donde pudiese ser invisible y esconderse de los remordimientos. Porque ella no era un ser maligno. Es más, en su interior se aguarda una piel fiel a los humanos, solo que ese lado no puede compararse con el dominio de la loba y su fuerza. Por lo que siempre terminaba ganando la loba. Siempre ella era.
Rápida y veloz pasó entre las sombras y los caminos salvajes de aquel bosque. Tan centrada se encontraba en correr hacia el lago, donde podría limpiarse la sangre del cuerpo. Borrar las huellas de su crimen en su piel, que no se dio cuenta de que fuera observada o se hubiera topado con una sombra que tranquilamente paseaba en una noche tan lúgubre como aquella.
La loba se internó en el lago que se encontraba junto un claro de luz, en el que los rayos de la luna incidían Y justo bajo esos rayos la loba dejó de ser un animal, para convertirse en una joven que enseguida empezó a lavarse la cara y las manos. El agua le cubría todo su cuerpo, solo sus hombros se encontraban al descubierto, cuando de espaldas a la orilla, sintió una presencia cercana a ella y lentamente se volteó.
Conocía esa sensación... Esas auras.
Un inmortal.
— ¿Quién sois? —Preguntó acusatoria hacia la nada, sin descubrir la posición del vampiro, pero sintiéndolo cerca de ella y de aquel lago en el que se encontraba parcialmente escondida. ¿De quién? A veces creía que de sí misma. De sus actos... de sus culpas.
Aquella noche lo había cercado y finalmente tras obtener de sus labios la certeza de que no sabía del paradero de su hermano desaparecido, hizo lo que mejor se le daba en esas ocasiones en que la rabia y la desesperación cubrían su alma de oscuridad. Asesinar. Terminar con toda evidencia. Dejarse llevar por aquella furia ciega que llenaba todo en cuanto un cazador se le cruzaba en su camino. Aún más cruento todo si ese mismo tenía en su ropa el aroma lejano de su hermano, por tantos meses buscado.
No solo el hocico de la loba blanca yacía tintado del carmesí ajeno. Sus patas, sus garras con las que había desgarrado el cuerpo y hasta en su impoluto pelaje había resultado lleno de salpicaduras de la batalla que había terminado por cobrarse la vida del humano.
Tras terminar con aquel festín u obra del demonio como muchos lo llamarían, la loba saltó por encima el cuerpo y se alejó, perdiéndose de nuevo en los bosques. En la oscuridad donde pudiese ser invisible y esconderse de los remordimientos. Porque ella no era un ser maligno. Es más, en su interior se aguarda una piel fiel a los humanos, solo que ese lado no puede compararse con el dominio de la loba y su fuerza. Por lo que siempre terminaba ganando la loba. Siempre ella era.
Rápida y veloz pasó entre las sombras y los caminos salvajes de aquel bosque. Tan centrada se encontraba en correr hacia el lago, donde podría limpiarse la sangre del cuerpo. Borrar las huellas de su crimen en su piel, que no se dio cuenta de que fuera observada o se hubiera topado con una sombra que tranquilamente paseaba en una noche tan lúgubre como aquella.
La loba se internó en el lago que se encontraba junto un claro de luz, en el que los rayos de la luna incidían Y justo bajo esos rayos la loba dejó de ser un animal, para convertirse en una joven que enseguida empezó a lavarse la cara y las manos. El agua le cubría todo su cuerpo, solo sus hombros se encontraban al descubierto, cuando de espaldas a la orilla, sintió una presencia cercana a ella y lentamente se volteó.
Conocía esa sensación... Esas auras.
Un inmortal.
— ¿Quién sois? —Preguntó acusatoria hacia la nada, sin descubrir la posición del vampiro, pero sintiéndolo cerca de ella y de aquel lago en el que se encontraba parcialmente escondida. ¿De quién? A veces creía que de sí misma. De sus actos... de sus culpas.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Edad : 32
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
La noche perfecta, una planicie desolada que solo tiene como cómplice la corriente de aires que arrastran algunas hojas al cabo del paso del forajido. Su cuerpo se mantiene firme y caminante, tratando de ignorar la simpleza de la vida cotidiana y eso implica el pasar de largo un indiscutible suceso que pareciese ha puesto fin a la vida de un hombre.
-A eso me refería. Un segundo están, al otro desaparecen como simples estelas de estrellas que viajan por el Universo… Increíblemente… Absurdo-
La dureza de sus palabras se evidencia una vez que percibe el olor a sangre, a muerte. Uno que debido a tantos y miles de años ha logrado dominar –Parece ser un canino- se dice a si mismo continuando con su andar, pasando de largo sin ninguna preocupación e inclusive escuchando el escándalo que el animal hace.
Como si fuese obra del destino, el de ojos grises termina por toparse con la orilla de un lago. Un lugar donde proviene la voz de una mujer que demanda la identificación de este –Buenas noches, primeramente- se limita a decir con claridad, saliendo de entre las tinieblas para así asomar su soberbio porte ante la luz de la luna –El agua no limpiará lo que hiciste, ni mucho menos cambiará lo que eres- empieza a recitar sin problema, quedando a escasos metros de la orilla –Pero la educación nos diferencia a los seres de inteligencia y a los absurdos entes que se manejan por impulsos-
La frialdad de sus palabras, esa imagen de un ser lleno de seriedad. Atento a su ambiente, analizador de cada situación y sin duda alguna el ser que yace en la cúspide de la cadena alimenticia –Mi nombre es Achilles- añade, mientras se mantiene observante de la mujer que nada desnuda justo en el mismo instante que simplemente ajusta el libro que yace a su mano en su costado diestro.
-A eso me refería. Un segundo están, al otro desaparecen como simples estelas de estrellas que viajan por el Universo… Increíblemente… Absurdo-
La dureza de sus palabras se evidencia una vez que percibe el olor a sangre, a muerte. Uno que debido a tantos y miles de años ha logrado dominar –Parece ser un canino- se dice a si mismo continuando con su andar, pasando de largo sin ninguna preocupación e inclusive escuchando el escándalo que el animal hace.
Como si fuese obra del destino, el de ojos grises termina por toparse con la orilla de un lago. Un lugar donde proviene la voz de una mujer que demanda la identificación de este –Buenas noches, primeramente- se limita a decir con claridad, saliendo de entre las tinieblas para así asomar su soberbio porte ante la luz de la luna –El agua no limpiará lo que hiciste, ni mucho menos cambiará lo que eres- empieza a recitar sin problema, quedando a escasos metros de la orilla –Pero la educación nos diferencia a los seres de inteligencia y a los absurdos entes que se manejan por impulsos-
La frialdad de sus palabras, esa imagen de un ser lleno de seriedad. Atento a su ambiente, analizador de cada situación y sin duda alguna el ser que yace en la cúspide de la cadena alimenticia –Mi nombre es Achilles- añade, mientras se mantiene observante de la mujer que nada desnuda justo en el mismo instante que simplemente ajusta el libro que yace a su mano en su costado diestro.
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2014
Localización : París, Francia
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
La sangre, la prueba de la matanza que se había llevado a cabo a un rincón oculto y oscuro del bosque, no se iba fácilmente de la piel de la cambiante. Como loba se regocija de ello. De su victoria. Como mortal, una parte de ella sentía que se rompía con cada muerte llevada por sus manos, aunque estas fueran para la búsqueda de su hermano desaparecido.
— No te mientas… a ese cazador lo mataste a sangre fría, como a tantos otros después de no conseguir una palabra de tu hermano. — Esa parecía ser la voz de su consciencia. ¡Y cuanto la odiaba! Solo cuando tocaba el violín delante del gentío, parecía acallarse aquella voz, la que ahora la hacía ver peor que una vil asesina. Y para que engañarse, en aquello se había vuelto desde que el hermano mayor que constantemente la protegía, había terminado atrapado por un grupo de cazadores.
Una lágrima cayó al agua y con fuerza siguió limpiándose con el agua. Se zambulló para quitarse la sangre del cabello, y siguió en su intento de borrar toda huella cuando la presencia que sentía pareció presentarse, provocando un gruñido de aviso de la canina. No estaba de humor, aún menos para que le dijeran que la evidencia de la sangre seguía allí, pegada a su piel.
— ¿Buscando alguna humana…vampiro? — Seguía molesta. Con ella, con él por interrumpir su baño… con el mundo. Suspiró y acercándose unos pasos a la orilla sin salirse todavía del agua, gruñó ante las palabras de él.
Él no la conocía, ¿Cómo podía hablarle así?
— No deseo cambiar lo que soy. — Dijo buscando con la mirada al joven hasta encontrárselo y fijamente aguantar su mirada del mismo color que la propia. No le daban miedo los vampiros. Por suerte no era simplemente una mortal. — Jamás cambiaria lo que me define y lo que hace que constantemente sobreviva a este mundo… ¿Lo que hice? — Miró el lago que a su alrededor se encontraba rojizo y sonrío. — Solo me he librado de un cazador que podía atentar contra cualquiera de los míos. Inclusive, lo poco que queda de mi familia.
La humanidad seguía combatiendo contra el punto de vista de la loba. Aun así, no se arrepentía. A saber cuántos sobrenaturales habría matado ese cazador de seguir con vida.
Los ojos de la cambiante estudiaron al vampiro que se encontraba ahora cerca de ella, en la orilla. Deseaba encontrar el motivo por el cual se encontrase allí. Muchos vampiros encontraban insignificantes a los cambiaformas y los ignoraban. En ocasiones los cazaban. Decían que la sangre de los cambiantes era aún más dulce y cálida que la de los humanos, por lo que algunos vampiros se dedicaban a beber de ellos.
— ¿A que habéis venido a este bosque, Achilles? — No iba a presentarse, todavía no. Primero se aseguraría de no correr peligro y después quizás, se presentaría. — No muchos vampiros deciden venir a curiosear lo que haga un cambiaformas y se detienen a escuchar sus culpas.
— No te mientas… a ese cazador lo mataste a sangre fría, como a tantos otros después de no conseguir una palabra de tu hermano. — Esa parecía ser la voz de su consciencia. ¡Y cuanto la odiaba! Solo cuando tocaba el violín delante del gentío, parecía acallarse aquella voz, la que ahora la hacía ver peor que una vil asesina. Y para que engañarse, en aquello se había vuelto desde que el hermano mayor que constantemente la protegía, había terminado atrapado por un grupo de cazadores.
Una lágrima cayó al agua y con fuerza siguió limpiándose con el agua. Se zambulló para quitarse la sangre del cabello, y siguió en su intento de borrar toda huella cuando la presencia que sentía pareció presentarse, provocando un gruñido de aviso de la canina. No estaba de humor, aún menos para que le dijeran que la evidencia de la sangre seguía allí, pegada a su piel.
— ¿Buscando alguna humana…vampiro? — Seguía molesta. Con ella, con él por interrumpir su baño… con el mundo. Suspiró y acercándose unos pasos a la orilla sin salirse todavía del agua, gruñó ante las palabras de él.
Él no la conocía, ¿Cómo podía hablarle así?
— No deseo cambiar lo que soy. — Dijo buscando con la mirada al joven hasta encontrárselo y fijamente aguantar su mirada del mismo color que la propia. No le daban miedo los vampiros. Por suerte no era simplemente una mortal. — Jamás cambiaria lo que me define y lo que hace que constantemente sobreviva a este mundo… ¿Lo que hice? — Miró el lago que a su alrededor se encontraba rojizo y sonrío. — Solo me he librado de un cazador que podía atentar contra cualquiera de los míos. Inclusive, lo poco que queda de mi familia.
La humanidad seguía combatiendo contra el punto de vista de la loba. Aun así, no se arrepentía. A saber cuántos sobrenaturales habría matado ese cazador de seguir con vida.
Los ojos de la cambiante estudiaron al vampiro que se encontraba ahora cerca de ella, en la orilla. Deseaba encontrar el motivo por el cual se encontrase allí. Muchos vampiros encontraban insignificantes a los cambiaformas y los ignoraban. En ocasiones los cazaban. Decían que la sangre de los cambiantes era aún más dulce y cálida que la de los humanos, por lo que algunos vampiros se dedicaban a beber de ellos.
— ¿A que habéis venido a este bosque, Achilles? — No iba a presentarse, todavía no. Primero se aseguraría de no correr peligro y después quizás, se presentaría. — No muchos vampiros deciden venir a curiosear lo que haga un cambiaformas y se detienen a escuchar sus culpas.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Edad : 32
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
El rostro serio de Achilles se mantiene pese a las palabras de la dama. Sus ojos que se postran firmes en los de ella así como de vez en cuando en el marco escénico ahora pasan a cerrarse para meditar un poco, exclamando -¡Fascinante!- reabriendo sus parpados añade -Me asegura, señorita, que no quiere cambiar lo que es y me cuestiona que qué hago aquí escuchando sus quejas- niega con su cabeza –La cosa es que… No sé a quién desea convencer de que no está en sus intenciones cambiar, ¿a mí o a usted?-
Con calma deja su libro en el suelo. Paso seguido retira su saco y lo extiende de forma educada invitándola a que salga y que se cubra con este su cuerpo desnudo –No es que haya venido a fungir como psicólogo, simplemente usted se adelantó y ha empezado a contarme de su vida-
Poco a poco el de ojos grises encarna su ceja, girando después su cabeza para evitar tomar contacto con ella debido al respeto que otorga una vez que ofrece su prenda como abrigo. Quizás le quedaría corto, sin embargo es lo mejor que tiene en un momento donde lo único que recubre esa –probable- aterciopelada piel es el rastro de sangre ajena.
-No todos los vampiros caemos en el estereotipo del ajo y la sangre virgen… Así como estoy seguro que no todos los caninos tienen pulgas-
Con calma deja su libro en el suelo. Paso seguido retira su saco y lo extiende de forma educada invitándola a que salga y que se cubra con este su cuerpo desnudo –No es que haya venido a fungir como psicólogo, simplemente usted se adelantó y ha empezado a contarme de su vida-
Poco a poco el de ojos grises encarna su ceja, girando después su cabeza para evitar tomar contacto con ella debido al respeto que otorga una vez que ofrece su prenda como abrigo. Quizás le quedaría corto, sin embargo es lo mejor que tiene en un momento donde lo único que recubre esa –probable- aterciopelada piel es el rastro de sangre ajena.
-No todos los vampiros caemos en el estereotipo del ajo y la sangre virgen… Así como estoy seguro que no todos los caninos tienen pulgas-
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2014
Localización : París, Francia
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Se siente frustrada y molesta. Solo quería un poco de libertad y estar a solas con sí misma. Quizás llorar, como hace meses no hace desde el acto cruel de los cazadores. Y la presencia ajena la hace resistir, no ceder a su humanidad.
Sus ojos no dejan de verle fijamente y sonríe negando ante sus palabras. Solo una pequeña parte de ella le habría gustado cambiar las cosas. De haber sido ella la atrapada por esos cazadores, estaba segura que su hermano habría sabido que hacer y la habría rescatado aquella misma noche. Sin embargo allí se encontraba, perdiendo constantemente la pista de su hermano y sabiendo que lo más seguro es que le hubiera defraudado.
— No intento, ni debo convencer a nadie vampiro. — dice firme terminando de limpiarse las manos y los brazos bajo el agua, quitándose los restos de sangre que parecían haber quedado aún en ella. — ¿Cambiaríais la inmortalidad por la mortalidad de nuevo? En mi caso no deseo prenderme de mis pieles. Este lugar no está hecho para los mortales y aún necesito vengarme.
Sus palabras son directas y sin titubeos.
Suspira y le mira ladeando el rostro hacia él. Le ve quitándose la capa y sonríe. Ella estaba acostumbrada a estar desnuda. Podía ser su piel más débil, más suave y delicada… en su conjunto aún seguía siendo parte mortal, pero aun así le gustaba mostrarse como era. Y la desnudez era en los cambiaformas lo más cotidiano de sus vidas.
— Si os encontráis donde no debéis y escucháis escondido, podéis oír cosas que no sean de vuestro interés. ¿Sabéis?—Dijo saliendo del agua, quedando desnuda frente a él unos segundos antes de que decidiera tomar su capa. Él parecía un vampiro educado y aunque estos podían ser los peores… meros lobos disfrazados de caballeros, aceptó aquella prenda. — Debéis saber que es normal para mí la desnudez de mi cuerpo, pero ya que me la ofrece… Intentaré no llenarla de sangre. — Esto último sabía que era improbable. El agua ya se había llevado los rastros del cazador, por suerte ya se encontraba limpia. Aun así siempre se corría el riesgo de que le quedaran rastros de esa esencia, a la que tanto debería estar el vampiro acostumbrado
Observándole ella también tomó cierta distancia, lo suficiente para darle a entender que se encontraba atenta a cada uno de sus pasos y movimientos.
Alerta.
— Entonces de todo corazón espero que no sea de aquellos que gustan de mascotas con pulgas, Achilles. Porque si no gusta de sangre joven y virgen, decidme… ¿Ocaso es gusta la sangre más exótica? ¿Más cálida? — Fijamente sus ojos seguían en los ajenos, esperando una respuesta de él que la hiciera dejar de desconfiar o por lo contrario, arremeter. No estaba de humor, ni para vampiros que desearan sangre más exótica como la suya y el resto de cambiantes. Para eso que se alimentasen directamente de la vena de los animales y los dejasen descansar. — Si gustáis de osos, los últimos se fueron por allí. — Añadió a sus palabras con una pequeña sonrisa, en lo que cruzaba sus brazos y se tapaba por completo el cuerpo. O por lo menos todo lo que podía tapar con aquella prenda.— Pero si no son ellos los que buscáis, podéis decirme cualquiera y os diré por dónde se encuentran. Sin embargo os debo comunicar que los lobos hace tiempo se escasean. Me temo que no se encuentran en el menú de nadie. Ni se encontrarán.
Y en sus palabras había un aviso silencioso.
Un gruñido imperceptible formándose en su garganta.
Sus ojos no dejan de verle fijamente y sonríe negando ante sus palabras. Solo una pequeña parte de ella le habría gustado cambiar las cosas. De haber sido ella la atrapada por esos cazadores, estaba segura que su hermano habría sabido que hacer y la habría rescatado aquella misma noche. Sin embargo allí se encontraba, perdiendo constantemente la pista de su hermano y sabiendo que lo más seguro es que le hubiera defraudado.
— No intento, ni debo convencer a nadie vampiro. — dice firme terminando de limpiarse las manos y los brazos bajo el agua, quitándose los restos de sangre que parecían haber quedado aún en ella. — ¿Cambiaríais la inmortalidad por la mortalidad de nuevo? En mi caso no deseo prenderme de mis pieles. Este lugar no está hecho para los mortales y aún necesito vengarme.
Sus palabras son directas y sin titubeos.
Suspira y le mira ladeando el rostro hacia él. Le ve quitándose la capa y sonríe. Ella estaba acostumbrada a estar desnuda. Podía ser su piel más débil, más suave y delicada… en su conjunto aún seguía siendo parte mortal, pero aun así le gustaba mostrarse como era. Y la desnudez era en los cambiaformas lo más cotidiano de sus vidas.
— Si os encontráis donde no debéis y escucháis escondido, podéis oír cosas que no sean de vuestro interés. ¿Sabéis?—Dijo saliendo del agua, quedando desnuda frente a él unos segundos antes de que decidiera tomar su capa. Él parecía un vampiro educado y aunque estos podían ser los peores… meros lobos disfrazados de caballeros, aceptó aquella prenda. — Debéis saber que es normal para mí la desnudez de mi cuerpo, pero ya que me la ofrece… Intentaré no llenarla de sangre. — Esto último sabía que era improbable. El agua ya se había llevado los rastros del cazador, por suerte ya se encontraba limpia. Aun así siempre se corría el riesgo de que le quedaran rastros de esa esencia, a la que tanto debería estar el vampiro acostumbrado
Observándole ella también tomó cierta distancia, lo suficiente para darle a entender que se encontraba atenta a cada uno de sus pasos y movimientos.
Alerta.
— Entonces de todo corazón espero que no sea de aquellos que gustan de mascotas con pulgas, Achilles. Porque si no gusta de sangre joven y virgen, decidme… ¿Ocaso es gusta la sangre más exótica? ¿Más cálida? — Fijamente sus ojos seguían en los ajenos, esperando una respuesta de él que la hiciera dejar de desconfiar o por lo contrario, arremeter. No estaba de humor, ni para vampiros que desearan sangre más exótica como la suya y el resto de cambiantes. Para eso que se alimentasen directamente de la vena de los animales y los dejasen descansar. — Si gustáis de osos, los últimos se fueron por allí. — Añadió a sus palabras con una pequeña sonrisa, en lo que cruzaba sus brazos y se tapaba por completo el cuerpo. O por lo menos todo lo que podía tapar con aquella prenda.— Pero si no son ellos los que buscáis, podéis decirme cualquiera y os diré por dónde se encuentran. Sin embargo os debo comunicar que los lobos hace tiempo se escasean. Me temo que no se encuentran en el menú de nadie. Ni se encontrarán.
Y en sus palabras había un aviso silencioso.
Un gruñido imperceptible formándose en su garganta.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Edad : 32
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
-No he venido a alimentarme, si eso es lo que crees y por el traje no te preocupes, tengo cincuenta más- Dice aun observante al horizonte oscuro, esperando a que la dama se vista con su saco para así poder girar de nuevo su rostro para observarle fijamente, añadiendo –Mi dieta es un poco más… Demandante- finiquita.
Tomando su libro del suelo, el vampiro simplemente se queda ahí quieto esperando por el fin de los diálogos de aquella dama, aclarando –De querer asesinarte lo hubiese hecho sin que te dieras cuenta… Pues para el tiempo en el que me llamaste a salir, yo ya había percibido tu esencia-
Dejando salir un suspiro pasa a sentarse en el pasto, tomando un bolígrafo del bolsillo de su camisa blanca para así empezar a hacer anotaciones en aquel lote de páginas. Sus ojos deciden ignorar a la cambiante para ahora enfocarse en la lluvia de estrellas que pronto roba todo el protagonismo, llevándolo a anotar cada detalle y así, descubriendo su extenso estudio se limita a decir…
-Le invito a que presencie uno de los espectáculos naturales más hermosos e interesantes que ciertamente jamás podrá siquiera ver o inclusive imaginar que existen- vuelve a escribir algunas notas, regresando su atención al firmamento –O puede marcharse y decirle adiós a una excelente enseñanza nocturna- prosigue con su escritura, sin darle alguna mirada a la bella mujer.
Tomando su libro del suelo, el vampiro simplemente se queda ahí quieto esperando por el fin de los diálogos de aquella dama, aclarando –De querer asesinarte lo hubiese hecho sin que te dieras cuenta… Pues para el tiempo en el que me llamaste a salir, yo ya había percibido tu esencia-
Dejando salir un suspiro pasa a sentarse en el pasto, tomando un bolígrafo del bolsillo de su camisa blanca para así empezar a hacer anotaciones en aquel lote de páginas. Sus ojos deciden ignorar a la cambiante para ahora enfocarse en la lluvia de estrellas que pronto roba todo el protagonismo, llevándolo a anotar cada detalle y así, descubriendo su extenso estudio se limita a decir…
-Le invito a que presencie uno de los espectáculos naturales más hermosos e interesantes que ciertamente jamás podrá siquiera ver o inclusive imaginar que existen- vuelve a escribir algunas notas, regresando su atención al firmamento –O puede marcharse y decirle adiós a una excelente enseñanza nocturna- prosigue con su escritura, sin darle alguna mirada a la bella mujer.
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2014
Localización : París, Francia
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Alzando la ceja ante las palabras del vampiro le mira fijamente y sonríe, ante lo osado de sus palabras.
¿Por qué todos los vampiros eran así?
— ¿Demandante? — Inquiere con curiosidad. — ¿Acaso me habré topado con un vampiro de paladar fino? —Le preguntó sin poder contener los deseos de saber más de aquel individuo que aún seguía molestándola con sus palabras. —Debéis de ser de gustos caros y difíciles de mantener...Pobres las humanas que caigan ante usted.
Tras sus palabras suspiró y se vio el traje con el que se cubría. Tendría que ser educada y lo sabía y agradecérselo. Su madre se lo había dicho miles de veces en su niñez y ella nunca le había hecho caso. Y ahora aún menos. Llevaba mucho tiempo recorriendo los bosques en solitario como para acordarse de todas aquellas reglas de la sociedad. Pensó por un momento en decírselo, hasta que frunciendo el ceño desestimó la idea. —A fin de cuentas ha sido él quien ha querido dejarme su chaqueta… yo no le pedí ayuda, ni nada. —Se dijo perdonando así su mal comportamiento. El vampiro le seguía hablando y mordiéndose el labio, acalla una sonrisa divertida.
— ¿Qué te hace pensar que no me habría dado cuenta? No contáis únicamente los de tu especie con poderes más allá de lo normales. Nosotros sabemos defendernos. — Le replica sintiéndose infravalorada, lo que no suele gustarle y aborrece.
Dejando de lado por unos segundos sus gruñidos, se centra en el vampiro que lo encuentra sentado en la orilla del lago. ¡Aquel era su lago esa noche! ¿No podía irse a otro lugar a mortificar a alguien otro con sus historias y presencia?
— Son bellas, pero nada del otro mundo. He visto de mejores lluvia de estrellas. — Dijo viendo la lluvia de estrellas que empezaba. De pequeña solía escaparse con su hermano a verlas cuando caían sobre la ciudad. Entonces las había amado, y apasionado. Siempre le habían producido una magia a la que no se podía resistir y más cuando apenas solo era una niña inquieta, como lo había sido y seguía siendo. Solo que desde hacía meses, intentaba no verlas. Le recordaban demasiado a su hermano, a su sonrisa cuando le pedía que le bajara una estrella para ella y él simplemente le decía que algún día le cumpliría aquel deseo y sería dueña exclusivamente de una de esas mágicas esferas. Por los recuerdos dolorosos fue que bajó la mirada del cielo y se centró en el libro del inmortal. Ladeando la cabeza como un curioso animalillo. — ¿Qué hacéis en esa libreta? Y no me iré de aquí, ya que este es mi lugar de descanso de esta noche… Mi territorio, y no me iré solo porque estéis admirando la luz de sobre vuestra cabeza, Achilles.
¿Por qué todos los vampiros eran así?
— ¿Demandante? — Inquiere con curiosidad. — ¿Acaso me habré topado con un vampiro de paladar fino? —Le preguntó sin poder contener los deseos de saber más de aquel individuo que aún seguía molestándola con sus palabras. —Debéis de ser de gustos caros y difíciles de mantener...Pobres las humanas que caigan ante usted.
Tras sus palabras suspiró y se vio el traje con el que se cubría. Tendría que ser educada y lo sabía y agradecérselo. Su madre se lo había dicho miles de veces en su niñez y ella nunca le había hecho caso. Y ahora aún menos. Llevaba mucho tiempo recorriendo los bosques en solitario como para acordarse de todas aquellas reglas de la sociedad. Pensó por un momento en decírselo, hasta que frunciendo el ceño desestimó la idea. —A fin de cuentas ha sido él quien ha querido dejarme su chaqueta… yo no le pedí ayuda, ni nada. —Se dijo perdonando así su mal comportamiento. El vampiro le seguía hablando y mordiéndose el labio, acalla una sonrisa divertida.
— ¿Qué te hace pensar que no me habría dado cuenta? No contáis únicamente los de tu especie con poderes más allá de lo normales. Nosotros sabemos defendernos. — Le replica sintiéndose infravalorada, lo que no suele gustarle y aborrece.
Dejando de lado por unos segundos sus gruñidos, se centra en el vampiro que lo encuentra sentado en la orilla del lago. ¡Aquel era su lago esa noche! ¿No podía irse a otro lugar a mortificar a alguien otro con sus historias y presencia?
— Son bellas, pero nada del otro mundo. He visto de mejores lluvia de estrellas. — Dijo viendo la lluvia de estrellas que empezaba. De pequeña solía escaparse con su hermano a verlas cuando caían sobre la ciudad. Entonces las había amado, y apasionado. Siempre le habían producido una magia a la que no se podía resistir y más cuando apenas solo era una niña inquieta, como lo había sido y seguía siendo. Solo que desde hacía meses, intentaba no verlas. Le recordaban demasiado a su hermano, a su sonrisa cuando le pedía que le bajara una estrella para ella y él simplemente le decía que algún día le cumpliría aquel deseo y sería dueña exclusivamente de una de esas mágicas esferas. Por los recuerdos dolorosos fue que bajó la mirada del cielo y se centró en el libro del inmortal. Ladeando la cabeza como un curioso animalillo. — ¿Qué hacéis en esa libreta? Y no me iré de aquí, ya que este es mi lugar de descanso de esta noche… Mi territorio, y no me iré solo porque estéis admirando la luz de sobre vuestra cabeza, Achilles.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Ignorando totalmente las bruscas palabras del animal, Achilles se enfoca al hacer algunos cálculos así como poco a poco ir recolectando estadísticas de interés hasta el momento en el que la lluvia de estrellas termina, permitiéndole haber acabado ya con su labor por el bosque.
-Por lo visto, la ignorancia te abraza de gran manera- Se pone de pie, mientras prosigue con su lectura astral ya que sus ojos se van fijando en algunas constelaciones así como en los aprendizajes milenarios que le llevan a calcular algunas cosas que prefiere guardarse –Es una lástima, un rostro tan lindo y con ese cerebro tan pequeño-
Después de la evidente burla, este decide dar media vuelta y simplemente irse, sin embargo, al cabo de algunos pasos recuerda lo de su saco y también encuentra la oportunidad para dejarle alguna enseñanza a la fémina –Antes de irme- susurra, regresando a donde ella.
Sus ojos grises se fijan fuertemente en los de ella, mientras que su enfoque interior se expande por toda la espina dorsal del inmortal hasta aglomerarse en su abdomen, dejando salir una explosión por sus venas que en ese segundo realzan la concentración óptima del varón. Sus pupilas se dilatan, su quijada se aprieta y con toda fuerza decide hacer alarde de una de esas habilidades que le han sido otorgadas como regalo ante su no vida-
-Dolor-
Susurra para así, tratar de ejemplificar su poder mientras que busca controlar y aturdir el sistema nervioso de la cambiante, tratando de llevarla a un regocijo por los caminos del sufrimiento al momento en el que varias descargas eléctricas tratan de llegar a su cuerpo en busca de producirle un sufrimiento, un dolor del tipo que solo Achilles puede proporcionar.
¿El motivo? Una lección de humildad y educación, además, aún tiene su saco.
-Por lo visto, la ignorancia te abraza de gran manera- Se pone de pie, mientras prosigue con su lectura astral ya que sus ojos se van fijando en algunas constelaciones así como en los aprendizajes milenarios que le llevan a calcular algunas cosas que prefiere guardarse –Es una lástima, un rostro tan lindo y con ese cerebro tan pequeño-
Después de la evidente burla, este decide dar media vuelta y simplemente irse, sin embargo, al cabo de algunos pasos recuerda lo de su saco y también encuentra la oportunidad para dejarle alguna enseñanza a la fémina –Antes de irme- susurra, regresando a donde ella.
Sus ojos grises se fijan fuertemente en los de ella, mientras que su enfoque interior se expande por toda la espina dorsal del inmortal hasta aglomerarse en su abdomen, dejando salir una explosión por sus venas que en ese segundo realzan la concentración óptima del varón. Sus pupilas se dilatan, su quijada se aprieta y con toda fuerza decide hacer alarde de una de esas habilidades que le han sido otorgadas como regalo ante su no vida-
-Dolor-
Susurra para así, tratar de ejemplificar su poder mientras que busca controlar y aturdir el sistema nervioso de la cambiante, tratando de llevarla a un regocijo por los caminos del sufrimiento al momento en el que varias descargas eléctricas tratan de llegar a su cuerpo en busca de producirle un sufrimiento, un dolor del tipo que solo Achilles puede proporcionar.
¿El motivo? Una lección de humildad y educación, además, aún tiene su saco.
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
— ¿Ahora se os comió la lengua el gato? —
Si había algo que odiaba más que los inmortales que se creían superior ante cualquier ser, era precisamente aquellos que de pronto se quedaran en silencio. Como si contestar a sus preguntas estuviera prohibido o como que quizás se creyeran que era demasiado estúpida como para entablar conversación con ella.
Resignada a aquel extraño e incómodo silencio, se separó unos pasos de él y en silencio lo contempló, buscando sus propias respuestas.
¿Quién era? ¿Por qué hacía aquello? ¿Qué buscaba en las estrellas y observaba con tanto ahínco?
Ella por más que lo viera, solo le venía a su memoria recuerdos de su hermano. Hasta podía oír su voz en ocasiones, sintiendo que podía sentirla contra su piel. Que sentía la protección que solo él le otorgaba de pequeña cuando la protegía. Alenna, él y ella habían tenido siempre una buena relación. Estaban muy unidos. Sin embargo era con ella con quien su hermano pasaba más rato cuidándola. Ella era como él, la misma imagen que su padre fallecido, y al compartir aquella similitud, solo se unieron más.
La cambiante suspiró y empezando a juguetear con uno de sus mechones de cabello, esperó a que el vampiro terminara de hacer aquello, marchara y así la dejara sola para poder evadirse de todo. ¿Si no para que acudía al bosque? Si acudía allí era para dejar de pensar, dejar de sentir y recuperar las fuerzas para seguir siempre con su búsqueda.
— No necesito el conocimiento para hacer lo que debo… — Replicó frunciendo el ceño, molesta y a la vez satisfecha de que parezca que el joven empieza a abandonar su lago y de nuevo, la tranquilidad resurge. Si quisiera conocimientos para salvar a su hermano, la ideal habría sido Alenna. Ella era la inteligente de la familia, ella solo era una loba dependiente y solitaria. Haciendo oídos sordos a sus últimas palabras, decide ignorarlo e inconsciente de que aún sigue su cuerpo siendo tapado por la chaqueta fina del joven, le da la espalda hasta que su voz retoma de nuevo el claro.
— ¿Qué queréis ahora? — Pregunta en un gruñido.
¿No podía acaso librarse de él?
Lo que no esperaba era que al girarse y verle a los ojos, esta se quedara petrificada ante sus orbes. Su instinto le avisó del peligro y gruñó intentando moverse antes de que fuera lo que le estuviera haciendo surtiera efecto en ella. No obstante, demasiado tarde. Tras la palabra del vampiro, sintió unas cadenas agarrándola y de allí, un intenso dolor se apoderó de cada parte de su cuerpo. Paralizándola, haciéndole sentir como si su cuerpo se quemara o fuera cubierto por la fuerza de los rayos en una tormenta.
Su cuerpo tembló violentamente en un intento de aguantar el dolor, hasta que finalmente gritó. Su grito resonó por los troncos de los árboles y haciendo eco en aquel lugar, todo se intensificó. Sentía que la desgarraban de dentro hacia afuera. En un intento de huir de aquel dolor, intentó transformarse en un zorro ártico y huir. Sin embargo fue peor el remedio que la enfermedad. Ya que al conseguir transformarse en aquel pequeño animalillo, el dolor fue aún más atroz y en vez de ir disminuyendo, su cuerpo fue atacado con más contundencia. Dejando al blanco animal en una bola peluda que gimoteaba de dolor encogida sobre sí misma. Y la cual no dejaba de temblar.
¿Por qué le hacía aquello?
No lo entendía. Y en aquel momento tampoco pudo permitirse el lujo de pensar, más que en intentar resistir.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Cambiantes y humanos, no parecen tener una gran diferencia en vista de que el comportamiento neandertal de la dama superó las expectativas del inmortal que ahora camina hasta donde yace el diminuto animal, adolorido y totalmente vulnerable a lo que solo Satanás sabe que puede hacer –Tú vendrás conmigo- recita con tranquilidad.
Con una mano toma a la cambiante, con la otra su fiel libro; caminante algunos minutos vuelve a perderse en la oscuridad del bosque y la noche –Más vale que te quedes así, si no quieres que realmente te haga sentir el dolor que arrancará la piel de tu cuerpo-
Entonces llegan a la zona residencial, donde Achilles abre un portón para así adentrarse en su vivienda. Una casa ancha y bastante grande, evidentemente de clase alta pero sin caer en lo abrupto de una mansión egocéntrica que asemejaría a los gustos de la Realeza.
Con tranquilidad lleva al animal hacia su alcoba, donde la arroja a la cama y tomando una silla se sienta frente a ella.
-Vuelve a tu forma original- se limita a decir con frialdad, expectante a lo que ella haría; su enfoque personal en esa criatura es singular, tanto que sabe que en cualquier movimiento en falso no dudaría en quebrarle las piernas y así evitar que escape.
Es momento de la lección, así que ella deberá abrir en el capítulo 1 denominado: Obediencia.
Con una mano toma a la cambiante, con la otra su fiel libro; caminante algunos minutos vuelve a perderse en la oscuridad del bosque y la noche –Más vale que te quedes así, si no quieres que realmente te haga sentir el dolor que arrancará la piel de tu cuerpo-
Entonces llegan a la zona residencial, donde Achilles abre un portón para así adentrarse en su vivienda. Una casa ancha y bastante grande, evidentemente de clase alta pero sin caer en lo abrupto de una mansión egocéntrica que asemejaría a los gustos de la Realeza.
Con tranquilidad lleva al animal hacia su alcoba, donde la arroja a la cama y tomando una silla se sienta frente a ella.
-Vuelve a tu forma original- se limita a decir con frialdad, expectante a lo que ella haría; su enfoque personal en esa criatura es singular, tanto que sabe que en cualquier movimiento en falso no dudaría en quebrarle las piernas y así evitar que escape.
Es momento de la lección, así que ella deberá abrir en el capítulo 1 denominado: Obediencia.
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Los dolores remiten al blanquecino animal, conforme el vampiro termina por acercarse a ella. Tumbada y temblorosa respira agitada a causa del recuerdo de aquel dolor, que sigue sintiendo en su memoria y que la hace vulnerable al vampiro. Tanto, que cuando la toma con su mano, solo puede gruñir una vez antes de dejarse llevar y solo mostrar la angustia moviendo sus patas intentando librarse. Lo que resulta siendo imposible de realizar.
— ¿Dónde me lleváis? — Se pregunta viendo el recorrido y acordándose de él, para así poder escapar y encontrar el camino a aquel lago nuevamente. Todo y que quizás no fuera lo más acertado volver al lugar donde había sido capturada. — ¿Capturada? Como lo fue mi hermano… — Y tras esos pensamientos se revuelve en la mano que la sujeta férrea, llevándose una amenaza. — Maldito — Y tras unos segundos se obliga a calmarse.
Por nada del mundo desea volver a sentir ese dolor.
Inmóvil en su agarre, sus ojos se fijan en las calles que van pasando, hasta que al llegar al hogar de quien cree que es del vampiro, sus orejas por primera vez se mueven alerta. Y tanto con curiosidad como con miedo y malestar ve aquel edificio como una prisión para su naturaleza, que pide a gritos volver de donde la ha sacado. Su amado bosque.
— ¿Qué queréis de mí? — Se pregunta antes de ser arrojada a la cama y voltearse a verle, clavando sus ojos molestos en él.
Escucha su orden y gruñe.
Ella no hace caso a nadie y aún menos a quien la secuestra. Por qué… ¿Qué es aquello sino un secuestro? Se la ha llevado con amenazas y ahora sigue aún en esas.
El animalillo gruñe y negandose en un primer instante de lo que le ordena, se voltea sobre si misma aprovechando aquel movimiento para ver la habitación y buscar una salida. Sin embargo solo ve una salida, y justo se encuentra el vampiro en medio de ella. Mueve el hocico, olisqueándole y tras unos minutos de silencio por parte del vampiro y de espera, se vuelve transformada en humana sobre aquella cama. La cuál observa fijamente, con el ceño fruncido al inmortal que la observa.
— ¡Os habéis vuelto loco! ¿Me habéis tomado por una mascota o que os sucede? — Espetó enfrentándose con la mirada al vampiro. En sus ojos arde la molestia y niega. No le gusta aquel lugar, tampoco la sensación de sentirse amenazada. Y más le valía haberse mantenido en silencio y por una vez, morder aquella larga lengua que posee, porqué parece ser la culpable de todos sus problemas.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Los ojos del vampiro se cierran mientras escucha las estúpidas palabras de la cambiante, quien pese a estar desnuda sobre la cama –y debe admitir que de excelente cuerpo- aun no llama la atención del egipcio, no la suficiente como para estremecerlo.
-Cállate- dice fríamente, abriendo sus parpados para clavarlos duramente en los de ella, empezando a indagar dentro de su alma, escarbando hasta el último rincón de esa mente, de ese corazón, atrayendo a él todos los sentires que ella lleva, la pesadez del dolor, de la sed de venganza, esos motores que evidentemente son los causantes de ese comportamiento tan animal.
-Así que quieres matar y cobrar venganza- musita con calma, frunciendo su ceño, atreviéndose a ir más lejos –Veme directo a los ojos- añade dilatando sus orbes grisaseos hasta el punto en donde con una reacción efímera llega hacia sus respuestas.
Con calma se coloca de pie, yendo hacia su clóset donde toma una de sus camisas blancas, otorgándosela a la mujer –Colócatela, tienes lindos senos pero dudo que quieras andar desnuda en la alcoba de un varón. Quizás no bebería de tu sangre, pero nadie dijo nada de no tomar tu cuerpo- intentando provocar su enfado para darle facilidad a la intromisión de su alma.
Al cabo de esto, decide moverse hacia el espejo donde poco a poco comienza a desabrocharse su chaleco y luego despojarse de su corbata, dando paso a su camisa para al final terminar con su torso desnudo, girándose otra vez y observando fríamente a la mujer.
-Tienes varios traumas, tienes enfado, tienes sed de venganza pero también tristezas, escondes tus debilidades en ese comportamiento bruto y promulgas soberbia mientras que no eres más que una simple bestia, un perro que va siguiendo su cola-
Ejerce esa actitud imponente, estudiando la psicología de la mujer gracias a sus milenios de estudios, finiquitando sus diálogos con… -Te falta inteligencia para cumplir tu propósito-
-Cállate- dice fríamente, abriendo sus parpados para clavarlos duramente en los de ella, empezando a indagar dentro de su alma, escarbando hasta el último rincón de esa mente, de ese corazón, atrayendo a él todos los sentires que ella lleva, la pesadez del dolor, de la sed de venganza, esos motores que evidentemente son los causantes de ese comportamiento tan animal.
-Así que quieres matar y cobrar venganza- musita con calma, frunciendo su ceño, atreviéndose a ir más lejos –Veme directo a los ojos- añade dilatando sus orbes grisaseos hasta el punto en donde con una reacción efímera llega hacia sus respuestas.
Con calma se coloca de pie, yendo hacia su clóset donde toma una de sus camisas blancas, otorgándosela a la mujer –Colócatela, tienes lindos senos pero dudo que quieras andar desnuda en la alcoba de un varón. Quizás no bebería de tu sangre, pero nadie dijo nada de no tomar tu cuerpo- intentando provocar su enfado para darle facilidad a la intromisión de su alma.
Al cabo de esto, decide moverse hacia el espejo donde poco a poco comienza a desabrocharse su chaleco y luego despojarse de su corbata, dando paso a su camisa para al final terminar con su torso desnudo, girándose otra vez y observando fríamente a la mujer.
-Tienes varios traumas, tienes enfado, tienes sed de venganza pero también tristezas, escondes tus debilidades en ese comportamiento bruto y promulgas soberbia mientras que no eres más que una simple bestia, un perro que va siguiendo su cola-
Ejerce esa actitud imponente, estudiando la psicología de la mujer gracias a sus milenios de estudios, finiquitando sus diálogos con… -Te falta inteligencia para cumplir tu propósito-
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Es inconcebible, el estar en una habitación encerrada, secuestrada por nada más y nada menos que un vampiro, la hace estremecer de cólera. ¿No se da a cuenta que así es aún peor?
Molesta y con aquel fruncimiento cómico de su ceño, no puede contener el gruñido que sale de la orden de aquel vampiro, que la hace callar gracias y únicamente al hecho de que siente su mirada fija en ella y temiendo que la dañe de nuevo aparta la vista, fijándose en la composición de la habitación en la que se encontraba cerrada. Como un animal en la jaula.
Sus ojos no dejan de recorrer cada tramo de aquellas paredes, sintiendo un extraño dolor de cabeza justo antes de que vuelve su mirada al inmortal y jadea bruscamente, exhalando el aire de sus pulmones, sintiéndole entrar en su mente. — Deseo encontrar a mi hermano y vengar la muerte de mi padre —Replica molesta consigo misma por contarle aquello a un desconocido como aquel, hasta que cayendo en la cuenta de que ella no le había dicho nada antes sobre todo aquello, le mira directamente. — ¡Quítate de mi mente! ¿Espiáis así a todas las criaturas?
Para la canina es fácil llegar a la conclusión de que la extraña punzada en su mente, es aquel vampiro adueñándose de sus recuerdos y sin saber cómo sacarlo de allí simplemente la fulmina con la mirada. Sorprendiéndola, cuando al levantarse le ofrece una camisa blanca.
— No necesito cubrirme… — Sus palabras se detienen al oír lo siguiente y gruñe. — No me tocareis…. Olvidaros de ello. Antes muerta. —Inquiere poniéndose aquella camisa que pronto oculta su cuerpo o parte de él a los ojos profundos del inmortal que se vuelve con el torso desnudo hacia ella, a lo que ella corresponde alzando la ceja, recorriendo con sus ojos su torso.
El vampiro no estaba mal. De ser una mortal habría caído, pero por suerte; no lo era. Así fue que sus ojos pronto dejaron de observarle, para volver a verle.
— No sé quién os creéis para poder hablarme así y hablar de lo que no sabes. ¡No sabéis nada de mí! Así que exijo que os dejéis de vuestros juegos y me liberéis, o acaso… ¿Esperáis algo de mí? — Hinca sus claros ojos en los ajenos y por unos segundos, se suaviza, quizás dejando salir parte de su dolor y tristeza, lo que hace resquebrajar la protección que siempre la recubre. — A veces solo es de esta forma que una puede seguir adelante… y hacer todo lo que puede por los que quiere y ansía proteger. Usted no debe de acordarse de lo que era una familia, pero por ella, un alma es capaz de ir al infierno y regresar solo para saber que ellos están a salvo.
Molesta y con aquel fruncimiento cómico de su ceño, no puede contener el gruñido que sale de la orden de aquel vampiro, que la hace callar gracias y únicamente al hecho de que siente su mirada fija en ella y temiendo que la dañe de nuevo aparta la vista, fijándose en la composición de la habitación en la que se encontraba cerrada. Como un animal en la jaula.
Sus ojos no dejan de recorrer cada tramo de aquellas paredes, sintiendo un extraño dolor de cabeza justo antes de que vuelve su mirada al inmortal y jadea bruscamente, exhalando el aire de sus pulmones, sintiéndole entrar en su mente. — Deseo encontrar a mi hermano y vengar la muerte de mi padre —Replica molesta consigo misma por contarle aquello a un desconocido como aquel, hasta que cayendo en la cuenta de que ella no le había dicho nada antes sobre todo aquello, le mira directamente. — ¡Quítate de mi mente! ¿Espiáis así a todas las criaturas?
Para la canina es fácil llegar a la conclusión de que la extraña punzada en su mente, es aquel vampiro adueñándose de sus recuerdos y sin saber cómo sacarlo de allí simplemente la fulmina con la mirada. Sorprendiéndola, cuando al levantarse le ofrece una camisa blanca.
— No necesito cubrirme… — Sus palabras se detienen al oír lo siguiente y gruñe. — No me tocareis…. Olvidaros de ello. Antes muerta. —Inquiere poniéndose aquella camisa que pronto oculta su cuerpo o parte de él a los ojos profundos del inmortal que se vuelve con el torso desnudo hacia ella, a lo que ella corresponde alzando la ceja, recorriendo con sus ojos su torso.
El vampiro no estaba mal. De ser una mortal habría caído, pero por suerte; no lo era. Así fue que sus ojos pronto dejaron de observarle, para volver a verle.
— No sé quién os creéis para poder hablarme así y hablar de lo que no sabes. ¡No sabéis nada de mí! Así que exijo que os dejéis de vuestros juegos y me liberéis, o acaso… ¿Esperáis algo de mí? — Hinca sus claros ojos en los ajenos y por unos segundos, se suaviza, quizás dejando salir parte de su dolor y tristeza, lo que hace resquebrajar la protección que siempre la recubre. — A veces solo es de esta forma que una puede seguir adelante… y hacer todo lo que puede por los que quiere y ansía proteger. Usted no debe de acordarse de lo que era una familia, pero por ella, un alma es capaz de ir al infierno y regresar solo para saber que ellos están a salvo.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Achilles escucha atento cada palabra de la dama una vez que se sienta frente a ella, observándole fuertemente directo a los ojos. Sus manos se entrelazan, colocándose a la altura de su mentón para recargar éste sobre las mismas, poniendo atención para al final simplemente dejar salir –Por eso mismo fallas… ¿De qué sirve ir al infierno y volver por el ser querido si no puedes protegerle?- él sabe bien que era un sentido figurado, pero no puede evitar romper la burbuja de la canina.
Sus ojos grises siguen adentrándose en los de ella, percibiendo la esencia de su alma y logrando estudiarla más a fondo, descubriendo esa infinita tristeza que es la que sirve como motor para la creación de la cobija de dureza que trata de proyectar pero que inútilmente funciona con un ser que lleva tres milenios de vida.
-Quiero ayudarte- se limita a decir una vez que deja de escarbar el alma de la chica. Se levanta de su asiento, colocándose de pie para entonces verle con toda la elegancia que solo él sabe proyectar, siendo una escena donde él con el torso desnudo frunce su ceño, empezando a emanar esa onda de telequinesis con gran moderación.
Los impulsos cerebrales que trata de impartir en ella son de baja intensidad pero con gran fuerza, provocándole solamente una parálisis en su sistema nervioso, dejándola sin movimiento pero dejando de lado toda clase de dolor, simplemente la quiere quieta.
-Tienes mucho dolor y la sed de venganza no te deja pensar con claridad, por eso es que estás fallando en tu misión- explica, pasando su mano diestra a acariciar la mejilla de la chica –Te liberaré de esa pesadez por esta noche para que tú misma compares lo que es tener la libertad de juicio y dejar de ser una simple neandertal que anda por ahí insultando- sus ojos vuelven a los de ella tras estas palabras que salen como hechizo.
Con toda calma los dedos del egipcio se deslizan por el cuello de la fémina hasta su hombro, abriendo un poco la camisa para dejar al aire un poco de la piel de ella –Todo ese dolor, ese recuerdo que tienes y te atormenta, te lo removeré por doce horas- frunce su ceño, empezando a indagar en la mente de ella mientras va bloqueando cada recuerdo, uno a uno hasta dejarlo en blanco, despertando otras sensaciones que ella ignoraba como la felicidad, la esperanza, calma, paciencia… Deseo.
-Arrójate a mi control, ve directo a mis ojos… Ven conmigo-finiquita para así romper la parálisis, esperando que toda manipulación cerebral de resultado, esto ya con Achilles sentado en la cama junto con ella, dejándole caer de manera sugestiva la camisa del vampiro, mostrando a todo esplendor el cuerpo desnudo y bastante provocador de Alyssia.
Sus ojos grises siguen adentrándose en los de ella, percibiendo la esencia de su alma y logrando estudiarla más a fondo, descubriendo esa infinita tristeza que es la que sirve como motor para la creación de la cobija de dureza que trata de proyectar pero que inútilmente funciona con un ser que lleva tres milenios de vida.
-Quiero ayudarte- se limita a decir una vez que deja de escarbar el alma de la chica. Se levanta de su asiento, colocándose de pie para entonces verle con toda la elegancia que solo él sabe proyectar, siendo una escena donde él con el torso desnudo frunce su ceño, empezando a emanar esa onda de telequinesis con gran moderación.
Los impulsos cerebrales que trata de impartir en ella son de baja intensidad pero con gran fuerza, provocándole solamente una parálisis en su sistema nervioso, dejándola sin movimiento pero dejando de lado toda clase de dolor, simplemente la quiere quieta.
-Tienes mucho dolor y la sed de venganza no te deja pensar con claridad, por eso es que estás fallando en tu misión- explica, pasando su mano diestra a acariciar la mejilla de la chica –Te liberaré de esa pesadez por esta noche para que tú misma compares lo que es tener la libertad de juicio y dejar de ser una simple neandertal que anda por ahí insultando- sus ojos vuelven a los de ella tras estas palabras que salen como hechizo.
Con toda calma los dedos del egipcio se deslizan por el cuello de la fémina hasta su hombro, abriendo un poco la camisa para dejar al aire un poco de la piel de ella –Todo ese dolor, ese recuerdo que tienes y te atormenta, te lo removeré por doce horas- frunce su ceño, empezando a indagar en la mente de ella mientras va bloqueando cada recuerdo, uno a uno hasta dejarlo en blanco, despertando otras sensaciones que ella ignoraba como la felicidad, la esperanza, calma, paciencia… Deseo.
-Arrójate a mi control, ve directo a mis ojos… Ven conmigo-finiquita para así romper la parálisis, esperando que toda manipulación cerebral de resultado, esto ya con Achilles sentado en la cama junto con ella, dejándole caer de manera sugestiva la camisa del vampiro, mostrando a todo esplendor el cuerpo desnudo y bastante provocador de Alyssia.
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Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
En efecto la burbuja de la canina cae ante sus palabras, que desmoronan aquella certeza en la que ella tanto cree, con tanto fervor y fe.
Al principio extrañada por el comportamiento ajeno, le sigue con la mirada con curiosidad, cayendo en el cuerpo masculino. En la sombra que este proyecta, en el relieve de aquella piel y sus músculos. Aquella barbilla que vista desde aquella posición invita a morderle. Lo que ya habría hecho su loba en circunstancias diferentes y de ser él un cambiaformas como ella. Un macho con el que poder jugar un rato quizás.
— ¿Por qué debería creeros? — Inquiere celosa de su privacidad y que en la mirada ajena, la ve pisoteada, al sentirle en su mente, en sus recuerdos. Las manos de la cambiante vuelven a su cabeza y gruñe sabiendo que nadie podía hacer más que dejar que aquel vampiro viera lo que deseara y luego con suerte, la dejara partir. — No podéis hablarme de ello, cuando sois el primero en interrumpir sin permiso en mi mente. —Le acusa con voz dolida, para luego caer de nuevo en su hechizo y no poder despegar sus ojos de aquella mirada, que poco ya le parecía hostil. Si no todo lo contrario. ¿Seductora?
¿Qué deseáis? Piensa de nuevo esta vez sin poder moverse, simplemente usando su cerebro para dar una respuesta a lo que le ocurre y entender desesperada que estaba atrapada en algún hechizo del vampiro. ¿Qué me habéis hecho? Vuelve a preguntarse casi con desesperación luchando contra aquello que a su parecer la hace débil, humana.
Una lágrima cae al cerrar los ojos y con la mente en blanco, en tanto sus recuerdos son borrados, aquellos que de antaño tenia olvidados empiezan a salir a flote. Las risas contagiosas de su familia, los paseos que como lobos cada noche hacían como un ritual desde bien pequeños. Aquel beso de noche olvidado… la esperanza de que algún día los cazadores dejarían de seguirles y podrían vivir en paz, cuidándose unos a otros. La felicidad que sintió al ver que su madre aún resistía tras aquel ataque. El dolor de la pérdida suavizado por la seguridad de que la familia en algún otro momento, en esa vida o en otra volvería a unirse. Por qué los Donovan jamás se alejaban de los suyos. Ni aún muertos, ellos siempre permanecían. La calma que le recorría el cuerpo al ver a su hermana mayor sonreír en las mañanas que desde las sombras la espiaba, deseando saber de ella, pero sin atreverse a decirle nada, sin querer importunar aquellos momentos llenos de luz.
Había tantos sentimientos encontrados, que exhalando el aire de sus pulmones al abrir los ojos, durante unos segundos no fue consciente de nada más que de esas imágenes, de esos recuerdos que ahora se le hacían tan cercanos. Solo cuando sintió unos dedos fríos acariciar su piel, llevándose la camisa que la cubría, desnudándole ante él, fue que reparó nuevamente en el vampiro y por primera vez, le sonrío verdaderamente. Sin mascaras con las que ocultarse.
Rápidamente solo con que sus ojos se encuentran con los ajenos, siente aquella demanda. Aquel cruel y feroz deseo que en ocasiones sienten las lobas, para cuando son reclamadas por sus líderes y moviendo su cuerpo por inercia, se le acerca, hasta posar sus manos en el torso desnudo del vampiro.
Sin palabras acude a su mandato, a la seducción de su voz, cayendo como lobo en su jaula.
Sus ojos ahora le miran y la chispa oscura de su mirada es sustituida por una llama que hace brillar aquella intensa mirada, con la que recorre al vampiro de arriba abajo.
¿Deseo?
Desde solo verlo, ya le sentía entre la mirada y su cuerpo.
Al principio extrañada por el comportamiento ajeno, le sigue con la mirada con curiosidad, cayendo en el cuerpo masculino. En la sombra que este proyecta, en el relieve de aquella piel y sus músculos. Aquella barbilla que vista desde aquella posición invita a morderle. Lo que ya habría hecho su loba en circunstancias diferentes y de ser él un cambiaformas como ella. Un macho con el que poder jugar un rato quizás.
— ¿Por qué debería creeros? — Inquiere celosa de su privacidad y que en la mirada ajena, la ve pisoteada, al sentirle en su mente, en sus recuerdos. Las manos de la cambiante vuelven a su cabeza y gruñe sabiendo que nadie podía hacer más que dejar que aquel vampiro viera lo que deseara y luego con suerte, la dejara partir. — No podéis hablarme de ello, cuando sois el primero en interrumpir sin permiso en mi mente. —Le acusa con voz dolida, para luego caer de nuevo en su hechizo y no poder despegar sus ojos de aquella mirada, que poco ya le parecía hostil. Si no todo lo contrario. ¿Seductora?
¿Qué deseáis? Piensa de nuevo esta vez sin poder moverse, simplemente usando su cerebro para dar una respuesta a lo que le ocurre y entender desesperada que estaba atrapada en algún hechizo del vampiro. ¿Qué me habéis hecho? Vuelve a preguntarse casi con desesperación luchando contra aquello que a su parecer la hace débil, humana.
Una lágrima cae al cerrar los ojos y con la mente en blanco, en tanto sus recuerdos son borrados, aquellos que de antaño tenia olvidados empiezan a salir a flote. Las risas contagiosas de su familia, los paseos que como lobos cada noche hacían como un ritual desde bien pequeños. Aquel beso de noche olvidado… la esperanza de que algún día los cazadores dejarían de seguirles y podrían vivir en paz, cuidándose unos a otros. La felicidad que sintió al ver que su madre aún resistía tras aquel ataque. El dolor de la pérdida suavizado por la seguridad de que la familia en algún otro momento, en esa vida o en otra volvería a unirse. Por qué los Donovan jamás se alejaban de los suyos. Ni aún muertos, ellos siempre permanecían. La calma que le recorría el cuerpo al ver a su hermana mayor sonreír en las mañanas que desde las sombras la espiaba, deseando saber de ella, pero sin atreverse a decirle nada, sin querer importunar aquellos momentos llenos de luz.
Había tantos sentimientos encontrados, que exhalando el aire de sus pulmones al abrir los ojos, durante unos segundos no fue consciente de nada más que de esas imágenes, de esos recuerdos que ahora se le hacían tan cercanos. Solo cuando sintió unos dedos fríos acariciar su piel, llevándose la camisa que la cubría, desnudándole ante él, fue que reparó nuevamente en el vampiro y por primera vez, le sonrío verdaderamente. Sin mascaras con las que ocultarse.
Rápidamente solo con que sus ojos se encuentran con los ajenos, siente aquella demanda. Aquel cruel y feroz deseo que en ocasiones sienten las lobas, para cuando son reclamadas por sus líderes y moviendo su cuerpo por inercia, se le acerca, hasta posar sus manos en el torso desnudo del vampiro.
Sin palabras acude a su mandato, a la seducción de su voz, cayendo como lobo en su jaula.
Sus ojos ahora le miran y la chispa oscura de su mirada es sustituida por una llama que hace brillar aquella intensa mirada, con la que recorre al vampiro de arriba abajo.
¿Deseo?
Desde solo verlo, ya le sentía entre la mirada y su cuerpo.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/05/2013
Edad : 32
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
La mujer ha sucumbido ante el hechizo del vampiro pues con toda calma esboza una sonrisa, algo que hace de Achilles una especie de mueca triunfal pues con toda calma se va acercando más a ella, indagando en esos ojos hasta librarla para que quede con todo juicio y cada acción que tome sea bajo su propio deseo.
El tacto de ella sobre su abdomen le toma por sorpresa pues sus ojos se redirigen al lugar para así, sonreír ladino y continuar el acercamiento. Su mano izquierda se postra sobre la cama para fungir como sostén principal mientras que la diestra acaricia la mejilla de la mujer.
Y así, los labios del egipcio se funden con los de ella bajo un muy calmado pero profundo beso que le hacen cerrar sus ojos como mero reflejo.
Claramente el cuerpo del varón se balancea de tal forma que con calma se recuesta sobre ella, acomodándose lentamente junto con su acompañante por la cama para así proseguir besándole con esa dedicación, algo sublime pero exquisito.
Algo que comparten solamente los dos pues la tenue luz de las velas pareciese regalarles el marco escénico perfecto.
Las manos del vampiro empiezan a acariciar con delicadeza las piernas de la musa, a deleitarse con el tacto mientras quiere tatuar en sus recuerdos todo ese cuerpo tan perfecto en cada roce de sus dedos con la piel ajena, ahogando las respiraciones en suaves gemidos que llevan a mordisquearle los labios.
Sus ojos aun cerrados, las sensaciones a flor de piel y el calor de la cambiante hacen del inmortal un testigo de algo nuevo, de algo formidablemente indescriptible y por eso mismo la excitación empieza a envolverse y aglomerarse no solo en su entrepierna sino en todas sus venas, transformando la frialdad de su fisionomía en una llama ardiente de pasión que busca poseer a la femenina, si así ella lo desea… De una forma que jamás lo han hecho y jamás lo harán.
Será suya y será de ella… Se entregarán, al menos por este nocturno de pasiones.
El tacto de ella sobre su abdomen le toma por sorpresa pues sus ojos se redirigen al lugar para así, sonreír ladino y continuar el acercamiento. Su mano izquierda se postra sobre la cama para fungir como sostén principal mientras que la diestra acaricia la mejilla de la mujer.
Y así, los labios del egipcio se funden con los de ella bajo un muy calmado pero profundo beso que le hacen cerrar sus ojos como mero reflejo.
Claramente el cuerpo del varón se balancea de tal forma que con calma se recuesta sobre ella, acomodándose lentamente junto con su acompañante por la cama para así proseguir besándole con esa dedicación, algo sublime pero exquisito.
Algo que comparten solamente los dos pues la tenue luz de las velas pareciese regalarles el marco escénico perfecto.
Las manos del vampiro empiezan a acariciar con delicadeza las piernas de la musa, a deleitarse con el tacto mientras quiere tatuar en sus recuerdos todo ese cuerpo tan perfecto en cada roce de sus dedos con la piel ajena, ahogando las respiraciones en suaves gemidos que llevan a mordisquearle los labios.
Sus ojos aun cerrados, las sensaciones a flor de piel y el calor de la cambiante hacen del inmortal un testigo de algo nuevo, de algo formidablemente indescriptible y por eso mismo la excitación empieza a envolverse y aglomerarse no solo en su entrepierna sino en todas sus venas, transformando la frialdad de su fisionomía en una llama ardiente de pasión que busca poseer a la femenina, si así ella lo desea… De una forma que jamás lo han hecho y jamás lo harán.
Será suya y será de ella… Se entregarán, al menos por este nocturno de pasiones.
Achilles- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2014
Localización : París, Francia
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
La loba ahora se encuentra adormecida, apacible, calmada en su interior sabedora que su parte vulnerable se encontraba a salvo en las manos de aquel frío ser que había conseguido su confianza total y completa.
Aunque es de suponer que al despertar de aquel ensueño todo fuera a cambiar a fin de cuentas o quizás no, y el vampiro con sus actos pudiera cambiar el rumbo de los hechos, borrando posiblemente la violencia de la cabeza de la feroz cambiante, que ahora solo era una loba al amparo de su líder. Aún en su mente podía oír una suave voz resistirse al hechizo del inmortal.
Por unos segundos intenta recobrar su consciencia, su ser hasta que con dirigir una mirada a los ojos ajenos, quedándose atrapada en su iris, sus intentos fracasan y enmudecida se deja llevar por la corriente que le impulsa a acercarse a él, a fundir su cálido cuerpo bajo el frío masculino, que en otras ocasiones le habría resultado incómodo y sin embargo ahora era lo que necesitaba para calmar la llama que abrasaba su ser.
Embelesada siguió con cautela cada uno de sus movimientos. Su mano recorrió el torso masculino y al ser sus labios apresados en el profundo beso, la cambiante no pudo reprimir el suave gemido que escapó de su garganta.
Bajo el cuerpo del vampiro, su cuerpo se acostó en la cama mullida que le recibía con seda envolviéndole así el cuerpo haciendo contraste con las frías manos del inmortal que se apoderan de sus piernas, sin dejar de probar su boca.
Sus manos se dirigen a su rostro el cual aproxima más hacia ella, intensificando lentamente el beso en lo que sus piernas se estremecen, como su cuerpo entero a las atenciones ajenas. Su calidez se desborda y jadeando su loba despierta de su sueño para acudir a tomar el control de la pasión que se desborda en la habitación.
Con los ojos cerrados, oculta aquel saber al vampiro el cual con solo mirarla y encontrar su oscura mirada sería capaz de reconocer en su intensa esfera la esencia indómita de la cambiante; su segunda piel.
¿Qué me habéis hecho? Se pregunta incapaz de separarse del manjar de sus labios, sabiendo que el vampiro podría leerle la mente y responder a su tormento sin necesidad de interponer las palabras entre ambos y desunir sus bocas en aquella noche que apenas daba inicio a su tormento pasional.
Aunque es de suponer que al despertar de aquel ensueño todo fuera a cambiar a fin de cuentas o quizás no, y el vampiro con sus actos pudiera cambiar el rumbo de los hechos, borrando posiblemente la violencia de la cabeza de la feroz cambiante, que ahora solo era una loba al amparo de su líder. Aún en su mente podía oír una suave voz resistirse al hechizo del inmortal.
Por unos segundos intenta recobrar su consciencia, su ser hasta que con dirigir una mirada a los ojos ajenos, quedándose atrapada en su iris, sus intentos fracasan y enmudecida se deja llevar por la corriente que le impulsa a acercarse a él, a fundir su cálido cuerpo bajo el frío masculino, que en otras ocasiones le habría resultado incómodo y sin embargo ahora era lo que necesitaba para calmar la llama que abrasaba su ser.
Embelesada siguió con cautela cada uno de sus movimientos. Su mano recorrió el torso masculino y al ser sus labios apresados en el profundo beso, la cambiante no pudo reprimir el suave gemido que escapó de su garganta.
Bajo el cuerpo del vampiro, su cuerpo se acostó en la cama mullida que le recibía con seda envolviéndole así el cuerpo haciendo contraste con las frías manos del inmortal que se apoderan de sus piernas, sin dejar de probar su boca.
Sus manos se dirigen a su rostro el cual aproxima más hacia ella, intensificando lentamente el beso en lo que sus piernas se estremecen, como su cuerpo entero a las atenciones ajenas. Su calidez se desborda y jadeando su loba despierta de su sueño para acudir a tomar el control de la pasión que se desborda en la habitación.
Con los ojos cerrados, oculta aquel saber al vampiro el cual con solo mirarla y encontrar su oscura mirada sería capaz de reconocer en su intensa esfera la esencia indómita de la cambiante; su segunda piel.
¿Qué me habéis hecho? Se pregunta incapaz de separarse del manjar de sus labios, sabiendo que el vampiro podría leerle la mente y responder a su tormento sin necesidad de interponer las palabras entre ambos y desunir sus bocas en aquella noche que apenas daba inicio a su tormento pasional.
Alyssia Donovan- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 10/05/2013
Edad : 32
Re: || Más Negro Que La Noche +18 || Alyssia Donovan
Las manos del vampiro se van deslizando por todo el cuerpo de la chica sin dejar ni un segundo de besarle con esa entrega y esa pasión que se manifiesta cual llama dentro de todo su ser, haciéndolo tatuar cada una de las sensaciones en su alma, deleitándose con el sabor de esa boca que sin parar hace un llamado a sus pensamientos, mismos que responde sin ninguna clase de retraso: "Te he liberado de tus fantasmas y he abierto una ventana a que explores cosas que quizás ni siquiera sabias de su existencia.." sus ojos cerrados dibujan un rostro embriagado por el placer, llevándolo así a deslizar su boca por la barbilla de la musa y después por su cuello, mordiéndolo entre partes a la par de que su mano diestra se sumerge entre el cuerpo de la fémina y la cama, apretando el trasero de su inexperta amante en busca de saciar esa necesitad de explorarle por completo.
Poco a poco las atenciones van girando de otra forma ya que su cuerpo se va acomodando de manera que deja la facilidad de transportar sus besos hacia el pecho de la chica, empezando a atender sus senos lentamente con besos y relamidas hechas por la punta de su lengua. Sus manos le toman con demanda de las caderas y su fisionomía termina por hincarse para dedicarse con mayor pasión a recorrer su cuerpo desnudo con sus labios y sus dedos, embriagándose de aquella esencia femenina que le atrae de una forma tan única, evidenciando que pese a su inmortalidad, no deja pasar de largo la oportunidad de disfrutar un cuerpo tan perfecto y sensual como el que ahora posee entre sus manos.
Poco a poco las atenciones van girando de otra forma ya que su cuerpo se va acomodando de manera que deja la facilidad de transportar sus besos hacia el pecho de la chica, empezando a atender sus senos lentamente con besos y relamidas hechas por la punta de su lengua. Sus manos le toman con demanda de las caderas y su fisionomía termina por hincarse para dedicarse con mayor pasión a recorrer su cuerpo desnudo con sus labios y sus dedos, embriagándose de aquella esencia femenina que le atrae de una forma tan única, evidenciando que pese a su inmortalidad, no deja pasar de largo la oportunidad de disfrutar un cuerpo tan perfecto y sensual como el que ahora posee entre sus manos.
Achilles- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 16/08/2014
Localización : París, Francia
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