Llamado natural [Privado]

por **Ian Phantomhive** Vie Ago 08, 2014 11:57 pm

Habían pasado algunos días después de la última luna llena, todo parecía en calma el sol irradiaba su calor por todos lados por fortuna no era un calor sofocante, todo había transcurrido sin contratiempos algunos, Ian se había levantado esa mañana todavía con esa sensación de haber comido toneladas de carne y no podía quitársela.

Si bien ya sabía sobre su condición y aunque no quisiera lastimar gente inocente siempre resultaba haciéndolo, tenía que sobrellevar las cosas y seguir con su existir. Gracias a esa sensación que no podía retirar de su paladar fue que decidió a último momento ir a desayunar algo más sustancioso o completamente empalagoso para que le retirara esa sensación.

Así que se retiró a la zona de restaurantes de parís para poder degustar algo, pasó por una repostería y compro varios pastelillos y croasans de los cuales devoró como si estuviera en un tiempo de ayuno muy grande.

Después siguió caminado hasta llegar a la parte Norte de París, un lugar que conocía sin duda alguna y que le traía uno que otro mal recuerdo, suspiró y fue que sintió un aroma dulce, aquel era el perfume natural de una piel femenina pero esta esencia no era como cualquiera, detectaba también que era una como él, sonrió al percibir aquello se llenó de curiosidad y decidió quedarse ahí.

por **Mackenzie Clark** Lun Ago 11, 2014 2:36 pm

El sabor a carne no desaparecía de su paladar desde la pasada luna llena, siempre era lo mismo. Quizás por eso es que en su forma humana la evitaba a toda costa, se deleitaba con los sabores más suaves y sutiles de los muchos y diversos vegetales. Esta vez había despertado desnuda a la orilla de un río, situación que en parte le preocupaba, ya que no sabía si la próxima ocurriría la transformación estando dentro del agua. ¿Y si no lograba despertar y moría ahogada? Un escalofrío recorrió su cuerpo y decidió dar un paseo para despejarse.

Vestida cual gitana, con falda larga negra, camisa ancha color blanco que la cubría apenas hasta su cintura dejando a la vista su vientre plano, con una pañoleta verde esmeralda cubriendo parte de su cabello y una más grande alrededor de su cintura a modo de cinturón, y sus pies descalzos, salió. A pesar de tener un tiempo ya viviendo en París seguía conociendo la ciudad. Ese día escogió la parte norte, un área bastante variada, decidió luego de ver qué tan cerca se hallaban uno de los hoteles más costosos de la ciudad y un humilde hostal, así mismo un orfanato y el museo del Louvre, un parque de diversiones y la catedral de Notre Dame. Podía decirse que un lugar bastante contradictorio aquel.

Tras un rápido recorrido por las calles, hacía nota mental de los lugares a los que le gustaría ir y profundizar en su conocimiento. Primero que nada estaba el orfanato, estaría contenta de jugar con los niños y ayudar en el lugar lo más que pudiera; por otro lado, le encantaría visitar el parque de diversiones, aunque claro no sería tan divertido si fuese sola ¿verdad? A su mente vinieron entonces un nombre o dos de personas con las que estaría feliz de compartir la experiencia.

En medio de su caminata, a sus sentidos llegó el aroma inconfundible de otro licántropo, cosa que le causó curiosidad ya que desde que llegar a París no había sentido a otro como ella, y menos tan cerca. Su olfato la llevó hasta un hombre a unos metros de ella, quien le daba la espalda. Al llegar hasta él lo rodeó aún queriendo verificar si estaba en lo correcto, pero sus sentidos nunca se equivocaban en cuanto a reconocer a uno de los suyos se trataba. Una vez lo tuvo de frente le dedicó una mirada inquisitiva, detallando su rostro cubierto de una insipiente barba que hacía lucir su rostro mucho más guapo de lo que seguro se vería sin ella. Era mucho más alto, por lo que se veía obligada a alzar el rostro para mirarlo a los ojos.

-¿Me has sentido desde antes, no es así? Estabas esperándome- a veces, como esa, su sangre gitana servía de algo, podía sentir cosas que, si bien no confiaba mucho en ello, muchas veces eran acertadas. -Mackenzie Clark, amigo lobuno- le dijo luego tendiendo su mano hacia él a modo de presentación, acompañado de una sonrisa en su rostro. -¿Y tú eres?-. A decir verdad, a pesar de los años nunca perdía su innata curiosidad por el mundo y las personas en él, especialmente si la rodeaban a ella.

por **Ian Phantomhive** Miér Ago 13, 2014 11:46 pm

Ian no estaba equivocado, una bella fémina con la maldición del hombre lobo sobre sus hombros estaba también en aquel sitio, al verla aquel no pudo evitar admirar la hermosura de aquella, pero fue discreta, al escuchar que también la dama le había reconocido no pudo evitar sonreír algo nervioso y tomando la mano de la dama, la besó en el dorso con amabilidad.

-Es un grato honor conocerle Lady, mi nombre es Ian Phantomhive. Es muy grato conocer a otra persona que comparta con un servidor una misma característica – Aquel había dicho eso ya que no sabía cómo referirse exactamente sobre su condición como hombre lobo, pensaba que si le llamaba maldición sonaría muy como si le tuviese un rencor a su condición, más sin embargo era todo lo contrario a pesar de no poder controlar sus transformaciones y de matar por instinto.

-Permítame ser su acompañante este día – dijo con tono amable de voz, realmente quería conocer a aquella mujer.

Luego sonrió algo nervioso y decidió hacer plática, aunque no era muy bueno para eso - y dígame ¿Qué le trae por estos lugares?

por **Mackenzie Clark** Lun Sep 29, 2014 5:26 pm

La loba tuvo que contener una carcajada cuando escuchó a su igual llamarla “Lady”, ya que ella jamás se había considerado como tal; le gustaba imitar a una de vez en cuando, pero nunca por demasiado tiempo. Cuando él se ofreció a ser su acompañante por aquel día, se colgó confianzudamente de su brazo y le sonrió -Claro que sí. De ese modo ninguno de los dos estará solo- comentó comenzando a caminar, prácticamente arrastrando a su compañero.

Cuando la siguiente interrogante de Ian se dejó escuchar, Mackenzie no se inmutó, volvió a sonreír y contestó con tranquilidad. -Bueno, la verdad simplemente deseaba pasear. Quitarme el asqueroso sabor a sangre y carne de la boca-. Fue sincera, no sabía si, como ella, él sentía repugnante los sabores penetrantes que quedan en la boca luego de una noche de luna llena, pero no mentiría diciendo que le gustaba sólo para simpatizarle. -¿Tú qué haces por aquí, Ian? ¿Vas a algún lugar en especial?- cuestionó ahora ella, llena de curiosidad y sin detener su paso. Sus pasos, inconscientemente, la llevaban al lugar que tanto quería visitar: el parque de diversiones, pero en el camino habría tiempo de conocerse un poco.

Mac no era muy dada a relacionarse con criaturas de su misma especie dado que sabe de lo que son capaces, ella incluida claro. Antes solía sentir repugnancia incluso de sí misma, pero se había dicho que era tiempo de superar ciertos eventos del pasado y darle una sonrisa al futuro, aceptando esa parte animal de sí y de aquellos que son sus iguales.

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