Sueños y novelas (libre)

por Asmodeo* Sáb Ago 16, 2014 6:52 pm

Esa tarde fresca deseaba pasarla en el exterior, al aire libre, sintiendo el aire revolverle el cabello y acariciar toda su piel desnuda. Quería inundarse de los sonidos de la calle, los murmullos de las personas, las risas de algunos niños, el ulular de las aves, alguna ardilla corretear por ahí, relinchos a los lejos, las hojas bailar al son del viento. Deseaba que el sol le regalara un poco de aquella energía que solo él podía brindarles cada día. Quería tener las osas nasales llenas de olores mezclado, la naturaleza y la humanidad en uno solo. Añoraba una tarde llena de pasión y tranquilidad, un tarde para soñar y olvidar quién era realmente.

Sus piernas le indicaron el camino sin uso de su cerebro, simplemente siguió el camino que ellas marcaban y el paso al que marchaban, no había prisa para nada, no había necesidad alguna de correr, la vida se disfrutaba en sus momentos lentos, a cada paso, a cada respiración, a cada mirada, a cada toque. A veces lo olvidaba pero era tan sencillo borrar de la memoria que la vida no pasaba rápido porque fuera así sino que porque ellos lo hacían de esa forma, todos con prisa, queriendo las cosas en el mismo instante en que las pedían, sin mirar ni escuchar, simplemente sobreviviendo con lujos y sin ellos. Se encontraba tan inmerso en sus pensamientos que nunca se dio cuenta de que ya se había detenido en medio de la plaza, rodeado de personas de diferentes oficios y clases. Los observo por un instante, escuchado a los músicos interpretar sus obras y viendo a los artistas pintar retratos de señoras vanidosas o simplemente del paisaje para después venderlo a aquellos que podían darse el lujo de adornar las paredes. Sonrió sintiéndose de pronto la escoria que era, un prostituto dándose el lujo de no estar vendiendo su cuerpo en ese momento por el capricho de querer ver el mundo, una basura ensuciando más el mundo.

Dejo de ver las pinturas y de escuchar a los músicos, encerrándose en su repentina tristeza. Movió los pies para andar de nuevo, con la intención de marcharse de la plaza y regresar a su encierro pero sus piernas se negaron y sin más lo llevaron a una banca, donde se sentó y dejo la mirada en el suelo. Se suponía iba a soñar con una mejor vida, se vería envuelto n un traje a la medida, color azul cielo, sombrero en mano para usarlo en cualquier momento, un bastón para una imagen más sofisticada, unos zapatos de charol bien lustrados y con un brillo espectacular. Un carruaje como aquellos que veía usar a los riquillos.

Suspiró cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo y alzo la mirada, encontrándose entonces con una hoja de periódico tirada cerca de donde él se encontraba. Se estiro y la tomo para después alisarla lo mejor posible y ver lo que contenía, leyendo con lentitud y saboreando cada una de las palabras que veía ahí. Pocas veces podía leer algo que no fueran letreros o anuncios, pero ahí se encontraba con una pequeña sección con el seguimiento de alguna novela famosa de algún novelista famoso del que él desconocía por completo por su ignorancia. Si la vida fuera justa lo que vivía era un relato de algún escritor que se condolería de su suerte y le daría un final magnifico.

por **Devany Vixen** Dom Ago 17, 2014 12:13 am

Días en París, otros más en Toulousse, algunos más en Lyon, había sido agotador estar yendo y viniendo, hasta el momento no encontraba nadie que realmente se comprometiera con los negocios, muchos decían que era demasiado riesgo para sus reputaciones, pero ¿Era cierto aquello? Tan hombres que se veían y al final eran la misma escoria que había visto revolcarse en el piso, completamente orinados y a medio vestir, no eran más que esos vagabundos, pero bien el dinero siempre hacía de las suyas, parecía que si quería expandir sus negocios tendría que hacerlo sola o encontrar realmente a alguien que pusiera dinero y compromiso, ella no quería que nadie se jactara de hacer o no hacer, con que pusieran los fondos suficientes ella se daba por bien servida, pero no, ni para eso servían, sin embargo muchos ansiaban que la mujer terminara por quitarles los pantalones, lo cuál... No pasó.

Se propuso comenzar a caminar, a pesar del cansancio del último viaje no quería llegar de nuevo a su casa, estaba agotada de estar encerrada, por lo tanto se decantó por un paseo que al final la dejara completamente exhausta al grado de que no quisiera levantarse de la cama en un par de días, además lo tenía más que merecido, ya después vería como arreglar la situación de la falta de inversiones en el negocio. Se podía sentir un poco el viento que comenzaba a correr el por el lugar, alborotando un poco su cabello, terminando de despeinar aquél moño que ya no se encontraba tan ceñido en su nuca, siempre los había detestado por completo, no le gustaba mostrarse restirada, aunque siempre se había arreglado para presentarse delante de cualquiera, nunca dejaba su apariencia en segundo término.

El centro de París parecía querer llenarse de mil y un cosas y personas que iban y venían con tantas prisas que en ocasiones llegaban a chocar con la rubia, a pesar de su molestia se mantenía callada, pues el cansancio era mucho más fuerte que provocar algún mal encuentro. Tomó asiento en una de las bancas y su nariz se arrugó cuando vio que alguien se sentaba justo al lado. Le observó por un momento y sus ojos rodaron un poco al notar cada una de sus facciones, además de las ropas que llevaba. Se mantuvo en silencio por ese instante y observó el periódico que leía ¿En serio leía? No parecía de ese tipo de personas, pero parecía que sí -¿Soñando despierto?- en el tono de su voz había un pequeño atisbo de burla pero se mantuvo seria, lo más que podía.

por Asmodeo* Dom Ago 24, 2014 4:56 pm

Ni se había percatado de la presencia de la otra cuando estaba en el camino ni cuando tomo asiento en la misma banca, para él era ella la que había llegado en ese mismo instante que le hablaba para comenzar algún tipo de conversación, era la que le importunaba en un momento de tanta tranquilidad y reflexión. Al menos eso era lo que pensaba mientras sus ojos seguían pegados al periódico que se encontraba en sus manos, sopesando las palabras que la otra con tan poca amabilidad y gentileza le dirigía a él que no le había interrumpido nada, o al menos eso era lo que él creía.

Alzo la vista lentamente del periódico y la poso en la joven a su lado, observando detenidamente sus ojos para después hacer una inspección general de su persona. Cuántas cosas podían decir la ropa y la posición corporal. Sus ojos fueron de arriba-abajo y de regreso, sin posarse en ningún lado en especifico para después simplemente volverse al periódico.

-Todo lo contrario, mi señora- respondió con voz tranquila y pausada. -Me encuentro despierto en un sueño- dijo y ladeo una sonrisa, divertido por aquello que decía. -Así como el joven Jocelyn Pierston ama a su ilusión- agrego mientras se enderezaba en la banca, recargando su espalda contra la misma y volteando a ver directamente a la señorita, sonriéndole ampliamente pero con los ojos llenos de diversión. -¿Alguna vez ha estado despierta en un sueño? ¿O amado una ilusión? ¿Tan siquiera ha soñado despierta? No debería, mi señora, dejarse llevar por las palabras de un pobre loco que no entiende ni lo más mínimo de una lectura y que un simple verso como "Se sospecha que la encarnación es verdad. La cita. Un caminante solitario. Una obligación" no hacen más que elevarle el corazón hasta los cielos con la intención de cautivar hasta el último rincón de su cuerpo con la simple misión de darle la esperanza de que un bello día sea posible- la miro fijo, serio, retándola. Después simplemente le sonrió a sus anchas y quito la vista de ella como si no se tratara de algo más que el simple paisaje que ya había admirado antes y del cual se había cansado. -Disculpe las palabras de un mortal, no son más que producto de una lectura sin sentido en un mundo al que no corresponde-

por **Devany Vixen** Mar Oct 07, 2014 10:52 pm

Escuchó las palabras de aquél, que parecían de alguien que vivían en un mundo diferente al de Devany y tal vez era así, pero no por eso carecían de verdad, aunque a ella le seguían pareciendo graciosas, enarcó una de sus cejas al escuchar todo lo que decía y terminó por negar con la cabeza, de verdad es que nunca hacía caso a nada, fueran pobres o ricos, siempre tenía su propia idea, siempre había algo que la mantenía con su rebeldía casi de manera natural -No se preocupe, usted puede decir todo lo que guste, no hay manera en que tengan repercusión en mí- la respuesta le había salido así, sin hipocresías y tal vez también sin tacto alguno, pero ¿Qué importaba? Así como ella no hacía caso a los demás, pretendía que los otros ignoraban lo que decía y en verdad que no le molestaba en lo más mínimo.

-Ahora respondiendo a sus preguntas, puedo decir que la respuesta a todas es no, eso de los sueños no es para mí, prefiero las realidades, al igual que el amor, me parece una verdadera tontería, pero es cuestión de cada quien, así que bien puede seguir soñando despierto, aunque le garantizo que no tendrá unas cuantas desilusiones, entre más enamorado de las ilusiones se encuentre, pero supongo que ese es un riesgo que tendrá que correr- encogió los hombros de nueva cuenta, restando importancia a todas sus palabras la verdad es que no había por qué hacerle caso, ella parecía ser una persona sumamente amargada y tal vez no sólo era la apariencia si no una de sus más crueles realidades, aunque ya estaba acostumbrada a lidiar consigo misma y en verdad que no le molestaba en lo más mínimo.

-Puedo preguntar también ¿Por qué soñar en vez de vivir? ¿Acaso no es mucho mejor?- Dejó la pregunta al aire, mientras observaba al hombre, realmente parecía que Devany había entablado una conversación después de haberse acercado de aquella forma nada usual y un tanto grosera, aunque de ella, poco se podía esperar.

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