Take my hand [Privado]

por **Asagi Dunkelheit** Jue Ago 21, 2014 10:27 pm

Ese sentimiento de haberlo perdido todo y que él era culpable invadía su mente con fuerza, a pesar de tenerle ahí, le abrazaba aferrándose como si se fuera a ir, como si se le escapara de las manos solo no quería perderle mas ya estaba demasiado afectado para que otra cosa sucediera. Y los recuerdos golpeaban con fuerza como una fuerte nevada, no lo tenía claro, sus olor, si, eso no había cambiado, era penetrante y dulce, no, había algo más, su sangre, eso le había atraído aquella noche y su belleza fue lo siguiente, esas finas facciones, esa piel pálida a pesar de que había gozado del sol. Koizumi, no podía dejar de llamarlo a pesar de que le tenía ahí. Ya habían pasado varias noches desde que regresaron pero nada parecía funcionar, no sabía qué hacer, tan solo no lo dejaría solo porque ambos se perderían en el abismo. Observó su piel, sus rasgos, sus ojos y se perdió ahí, se perdió en los recuerdos de la noche, de aquel invierno. -¿Qué debo hacer? –Murmuró deslizando sus dedos sobre su mejilla, el espacio era muy pequeño para ambos pero de alguna forma buscaba algo parecido al ‘calor’ que solo él le podía proporcionar. –Me siento mas perdido que tu –Besó su piel y le abrazó con mas fuerza.

Se levantó de aquel lugar y le vio ahí hecho un ovillo, cerró los ojos buscando su sonrisa, ahora no había nada, solo estaba aquella imagen gris y fría. Tomó una de sus manos besando su dorso y haciendo que se levantase de ahí, quería llevarlo a aquel sitio. Camino despacio hasta sacarlo, ¿ya había pasado el invierno?, sonrío, el aroma le atraía, esos recuerdos y todo lo que pasaron estando ahí venían a su mente ojala pudiese transmitirle aquello. ¿La desesperación que experimentaba sería la misma qué el ahora albergaba? Mientras sostenía su mano miraba al frente. –Quizás ni lo recuerdes, ni lo sepas, pero este lugar fue testigo de tanto amor, pasión e incluso de lo contrario. Este lugar es nuestro lugar, siempre lo ha sido y a pesar de que no lo sepas espero que algo remueva en ti. Quiero recuperarte, quiero arreglarlo todo y aunque no sé por dónde debo ir ahora solo me apetece estar junto a ti. –Se detuvo y le observó, estaban en aquel jardín, aquel lugar que había dejado de ser una sábana blanca cuando regresaron a Paris.

Se acercó y besó su mejilla, tomo su mano con mas fuerza y comenzó a caminar sobre aquel lugar, recorriendo cada rincón con lentitud, le observaba de vez en cuando y no sabía cómo describir sus expresiones justo ahora.–Las veces que nos encontramos aquí por casualidad u otra cosa fueron tantas que me cuesta recordarlas.–La melancolía invadía su voz, hubiese derramado lágrimas de nuevo pero por el bien del otro simplemente no lo hacía.

por **Kei Koizumi** Sáb Ago 30, 2014 2:40 am

Era algo curioso cómo puedes captar que tu realidad está incompleta incluso sin saberlo con certeza. No podía recordarlo. Por momentos se sentía un extraño, lo sentía a él un extraño. Había otros en los que le parecía que estaba en una especie de sueño del que parecía nunca despertar. Esa sensación de irrealidad no le abandonaba, pero le tranquilizaba.

Un beso, un roce en sus manos, los días estaban pasando, podía ver cómo fuera de aquellas ventanas todo parecía seguir un rumbo conforme la naturaleza dictaba su curso. Lo veía y se daba cuenta de que él no era parte de ello, pero disfrutaba de observar cada pequeño momento, abstrayéndose de lo que sabía debía ser importante. Ausente, como si su mente divagara en un lugar lejano. Así había estado tras tratar de recordar inútilmente.

Y cuando vio que buscaba que se levantara y le siguiera, a pesar de sentirse indefenso ante todo, simplemente le siguió, en realidad podía sentir esa calma ahora al verle. No debía dejarse llevar por ella, porque aún quería, porque sus palabras le decían que debía, volver a traer a su propio ser lo que parecía haber desaparecido.

Lo sentía, la familiaridad con él lugar, con él. Podía percibirlo, sabía que debía ser eso, pero las imágenes no aparecían en su mente y empezaba a parecerle frustrante, aún cuando su expresión no lo demostraba.

¿Cómo decirle que él también quería y deseaba con todas sus fuerzas simplemente hacer desaparecer esa barrera que le impedía recordar lo que a él, que le hablaba ahora, parecía traerle recuerdos, no sabía de qué clase.

Una ráfaga de viento y sus cabellos se alborotaron y cerró los ojos con lentitud, manteniéndolos así por un rato. Se sentía cansado, agotado, pero algo en su interior le decía que debía luchar por no perder aquella calidez que transmitían, irónicamente, esas manos tan frías como las suyas. No le costaba adaptarse a lo que ya se daba cuenta que era y que había sido.

-¿Qué pasará si no puedo recordarlo? - susurró bajando la mirada, viendo el suelo que estaba pisando. No era lo que quería, pero ¿y si sucedía? Era un temor que no sabía cómo equilibrar -Quiero recordarlo... - De verdad lo quería, cada vez más, como si esa parte de su alma buscara todo lo que le hacía falta. Y su mano se había cerrado en torno a la de él, con esa desesperación que sentía recorriéndole las venas, con más fuerza de la que estaba consciente que tenía. Tenía miedo, esa clase de miedo a la incertidumbre, a verse en un camino de completa oscuridad solo. Algo que no tenía sentido. No quería soltar esa mano.

por **Asagi Dunkelheit** Miér Sep 10, 2014 12:58 am

La maldita sensación de proteger lo que se ama le recorría el cuerpo de una forma atroz, atesorando cada maldito momento, cada palabra que salió de sus labios, preguntándose si era verdad, si aún estaban ahí, la esperanza, esa estupidez que muchos ven como una luz al final del túnel él la buscaba en ese momento. Cuando le veía, sabía que le tenía que estaba ahí pero no bastaba con eso, esa tendencia egoísta de su parte contaminando su alma, su mente y pensamientos diciéndole que lo tenía pero era como no tenerle, sabía que estaba ahí pero no había indicios de que estuviera porque ahora estaba lejos, tan lejos y tan cerca, sabía que aún eran algo pero todo había cambiado de forma radical.

¿Y si aquel ser que amaba estaba mejor así? la idea de empezar de nueva cuenta, de borrar el daño y volverlo a enamorar aun sabiendo que tenían historia, le atraía. ¿Qué pasaría si le perdía completamente? Ese amor que estuvo por milenios entre ellos, todo lo que el tiempo marco, no, no podía olvidarlo y aunque se repetía que todo estaba bien y debía ser fuerte lo cierto es que le destrozaba verle así, formar parte de todo y a la vez de nada. Esos contradictorios sentimientos. Ahora sentía el peso de la soledad sin él.

¿Cuántas veces no grito, cuántas veces no maldijo? Cuando le dejaba solo, cuando le veía, no podía reprimir esa carga y era su culpa, perder lo que mas amaba había sido su maldita culpa. Regresar el tiempo, eso quería hacer, escucharle de nuevo, sentir que era parte de él y no alguien extraño, tomar su cuerpo, sus labios y fundirse con él en un abrazo. Ahora no veía fin y la soledad se fue haciendo mas aplastante, la soledad venía con fuerza, su recuerdo parecía desvanecerse pero sonreía, se mantenía estoico aunque por dentro estaba tan destrozado y desesperado por recuperar lo que estaba perdiendo.

Las palabras, su tonó, los gestos y la forma en la que se aferraba con fuerza le hicieron voltear, sonrío con dificultad, le costaba no transmitir lo que sentía, lo que pasaba por su mente, le costaba salir de los recuerdos, evocaba cada palabra, cada te amo, sonrisa, abrazo y en algún punto su mirada se perdió queriendo soltarlo, queriendo huir o matarle para no tener que verlo nunca mas. Negó lentamente. –Sé que quieres, pero no importa si no lo haces, solo no te dejes llevar, no me dejes… -su voz se quebró, su mano comenzó a temblar, jamás se había aferrado a alguien de tal forma y odiaba hacerlo, mostrar lo débil que era sin él, mostrar que estaba a punto de caer si aquello tomaba mas tiempo.-Tú me necesitaste aunque yo no quería estar a tu lado, te aferraste a mí de una forma irracional y desesperada… ahora soy yo quien te pide se quede, ya no sé qué está bien o que está mal… estoy pensando de forma egoísta. –Se aceró a él sin soltar su mano, simplemente lo abrazo con fuerza.

Cerró los ojos aspirando su aroma, se fundió en ese momento, los recueros se detuvieron, solo quería calma, quería seguridad y lo deseaba con todas sus fuerzas. Esa sensación le era desconocida y no tanto, era el miedo recorriendo su ser, ¿de qué le servía ser inmortal? Cuando se aferraba a alguien mas, cuando padecía lo mismo que un humano común y corriente. Ese sentimiento que se desarrolla por alguien parecía el peor de los dones dados al hombre. Y solo repetía para sí mismo ‘no me dejes, no me apartes de tu lado, no te alejes de mí’ como si el otro pudiera escucharle.

por **Kei Koizumi** Dom Sep 28, 2014 3:38 am

Es curioso como la nostalgia puede trascender incluso tu propia mente. Porque la melancolía que sus palabras le ocasionaban, no tenía un límite que él pudiese definir.

La forma en que además un abrazo podía traerle tal sensación, diciéndole que era esa ilusión de calidez por algo que no alcanzaba a comprender.

-No voy a irme -Respondió dejando que sus propios brazos se cerraran en torno a la silueta ajena. Había pasado tanto en las últimas horas, pero lo que había comprendido desde el primer momento era que no podría separarse de esa persona. Podía sentirlo, como el latir de su propio corazón, na sensación como la que probablemente él relacionaba con estar vivo, y solo podía sentirlo cuando veía esos ojos. Por momentos se olvidaba de la clase de ser que era, como si no pudiese sentirlo, pero lo hacía.

-¿No soy yo el egoísta? Pidiéndote que me tengas paciencia... -No sabía cómo estaba en la situación en la que se encontraba, era difícil descifrar si era o no de ese modo -Sé que te necesito... -No podía ignorar que lo sentía, que algo en él pedía esa cercanía para poder sentir calma.

-¿Estás sufriendo por mí? Es tonto, peor puedo sentir el dolor atravesando mi propio ser al ver tu mirada... veo una desesperación que no comprendo, pero que si siento, de un modo diferente... Dime... ¿podrías olvida por un momento que no soy quien esperas? ¿Podrías ignorar tan solo un poco el que no puedo recordarte? Ayúdame... -susurró -Ayúdame a intentar traerlo de regreso... Hazme traer todo desde lo profundo de esta mente... -No sabía cómo pedírselo -Por favor, hazme capaz de entender por qué esto que siento no puedo calmarlo...-Se abrazó con fuerza a él, como si con ello pudiese llegar aún más lejos. -¿Podrías, al menos un momento, tratarme como lo harías con normalidad? -Pidió y le pareció extraña su propia petición. Pero cuando veía su mirada era como si estuviese observando a un extraño y aquello le provocaba un escalofrío que le invadía de inseguridad.

por **Asagi Dunkelheit** Sáb Oct 04, 2014 3:22 am

Sus brazos le rodearon completamente, sabía que era él, su característico olor le envolvía hasta inundarle las fosas nasales, los recuerdos agolpándose en su memoria, las veces que le fueron arrancadas sonrisas llenas de complicidad porque en sus ropas quedaba impregnado su perfume y al espirarlo podía verle, podía recordarlo al grado de desearlo solo con eso, aun le pasaba, sabía que aquello no era ni el principio ni el fin de lo que sentía. De nada le servía maldecir, si, estaba sufriendo y sus brazos se encadenaban a aquella menuda silueta aferrándose, lastimando incluso físicamente, como si fuesen espinas. Lo había escuchado hasta el final, sus palabras la forma en la que le rogaba y pedía aquello, si, era la persona que amaba hablando de una forma que no había visto.

¡Maldito sea el momento en que lo dejo ir!; no podía dejar de reprocharse aquello y lo que hizo no tenía justificación, no, él no sufría, su dolor era egoísta, tan solo quería recuperarle, pedir perdón como siempre y fingir que todo iba a estar bien pero esta vez llegó al límite, le perdió por un momento, su desesperación salió a flote, era culpa transformada en dolor. Sonrío, sonrío como si le hubiesen dicho algo sumamente gracioso, se separó y tomo aquel rostro, tenía ganas de hacerle muchas cosas pero sabía que se detendría en cualquier momento porque en aquellos ojos no podía ver a quien tanto amaba.

Le tomó la mano y camino regresando a la mansión, no era culpa, no era sufrimiento, era estupidez de su parte y ahora él le necesitaba mas que nadie, no podía seguir defraudándolo sus juegos debían frenar aquí y ahora, ¿cuántas veces no lo llevó a los limites solo para estar satisfecho? No dijo nada, no quería responderle, ni verlo, actuaba como siempre, indiferente ante al otro arrastrándolo como muchas veces. -¿Te parece que sufro, Koizumi? –Sonrío y le jaló a la recamara donde lo aventó entre los edredones. Su mirada tocó ese tinte frío y se puso sobre él, se quitó el abrigo. –Te enseñaré de egoísmo y dolor, no sabes cuánto me apetecía hacer esto. –Ese acto entre ellos era normal pero ya había pasado tanto desde que sus manos tocaron aquella piel, tanto que no estaba muy seguro de cómo reaccionaría el otro, si, ese era su miedo, no quería verlo llorar porque aquello le era algo ‘nuevo’.

Una media sonrisa se asomó en sus comisuras, tomo la camisa del otro y con fuerzas desgarró la tela, no hacía contacto visual aun, quería mas, sus manos tomaron aquellas caderas y le puso bocabajo pero entonces algo le detuvo, ese agudo dolor atravesando su cabeza, como si de repente algo le paralizara, podía ver, escuchar e incluso oler, su visión fallaba, sus hermosas pupilas azules palidecieron hasta llegar a un gris, ver a Koizumi así, ya lo había visto así e incluso su perfume se hacía mas fuerte en sus fosas nasales. Lo había reclamado como suyo desde antes de conocerle, desde antes de verle en París, ¿Qué era eso? Sentía que perdía la consciencia pero aun así la poca fuerza que conservaba la ponía sobre aquellas caderas, sí, el Koizumi de ahora ya lo había visto anteriormente y no en un sueño o pesadilla, era ese lado humano que tanto odiaba. –Te conozco –Susurró como si hablase con un desconocido, se inclinó a su oído y sonrío –Eres hermoso, que te haré mío, solo mío y de nadie mas. –Era como si aquello regresara, como si la historia se repitiera.

por **Kei Koizumi** Vie Oct 24, 2014 8:09 pm

El frío no podía calarle los huesos, pero sintió el frío del ambiente, lo sentía, pero este no podía hacerle daño. Era como si su mente, su cuerpo, pudiesen evocar las sensaciones de aquellas cosas con mayor fuerza sin que él pudiese notarlo.

Y fue tan rápido, cuando se sentió caer en la suavidad de la cama, que se hundió ligeramente al peso de su cuerpo. Sus ojos se desorbitaron apenas notoriamente al alzar el rostro hacia él. Sintió que no podía respirar por un instante, un breve instante antes de que esas manos se acercaran a él e hicieran jirones la camisa, haciéndole exaltarse con una clara advertencia tomando fuerza en su interior. Y si no intentó huir fue porque su propio ser pareció impedírselo. Era como verse a sí mismo y giró apenas el rostro a él cuando por un segundo le pareció que se detenía.

Egoísmo, antes no había comprendido sus palabras ni había tenido tiempo para pensar demasiado en ello, solo podía comprender el tono de aquella voz y jadeó cuando se acercó a él diciéndole aquello. Un estremecimiento que parecía ser una mezcla de lo que creyó era miedo y algo que no lograba discernir, porque era como si algo le hiciera paralizarse incapaz de escapar, y en realidad se sentía sin la fuerza para hacerlo, y nada tenía que ver con la fuerza física.

-Para... espera, por favor -Dijo mientras la vista se le nublaba antes de cerrar los ojos. Se removió incómodo ante la presión en el pecho que estaba dejándole incapaz de intentar de verdad alejarse -Por favor -susurró como si le faltara el aliento.

Sus manos, el ligero roce de éstas le hacía sentir algo bastante peculiar, no era desagradable, era como todo desde que había despertado, le parecía al mismo tiempo algo conocido pero no podía evocar nada más, solo la sensación familiar que no acababa de comprender. Se aferró a lo que pudo mientras se removía en un intento apenas notorio de alejarse un poco de la sensación de aquella piel, aquellas caricias que le empezaban a confundir.

por **Asagi Dunkelheit** Mar Nov 11, 2014 2:42 pm

Sus palabras ahora eran incompresibles y le resultaba curioso que estuviese rogando cuando la última vez lo había disfrutado, sonrío y deslizo sus manos sobre sus glúteos jalando la tela que le cubría comenzando a rasgarla, sus labios poco a poco besaron su cuello dejando que sus colmillos rozaran la hermosa piel del otro.

Estaba asustado, lo podía notar, la forma en la que lo observaba esas reacciones inocentes solo provocaban algo mas en él. Buscó deshacerse de las telas, iba desgarrándolas hasta ver su pálida piel, deslizo sus manos desde su cuello hasta sus nalgas abriéndolas y colocándose contra estas mientras sus labios seguían dejando pequeñas mordidas sobre su cuello.

No quería seguir esperando, tenía un límite, esperar a que estuviese bien o que las cosas fuesen como antes era una pérdida de tiempo y él solo quería tener de vuelta a aquella persona a su lado y pensar lo contrario pesaba cada día mas. Sabía que ya no sería de esa forma y una vez mas debía buscar una forma una manera. –No –Murmuró contra las suplicas mordiendo su piel y jalando un poco mas de está queriendo perforarla.

Deslizó un par de dedos entre sus nalgas solo tocando la entrada aun sin hacer nada pues un hilillo de sangre le había hecho parar, sus colmillos fueron penetrando en la piel con lentitud sintiendo que su cuerpo temblaba al hacerlo como si aquello fuese nuevo, mordió hasta que la sangre comenzó a fluir.

por **Kei Koizumi** Sáb Nov 22, 2014 11:15 pm

Sentía esa especie de escalofrío, una sensación que no sabría cómo describir. Quería decir algo, pero las palabras se quedaban atrapadas, incapaces de formarse en los sonidos necesarios. La respuesta en negación a las palabras que había pronunciado antes le hicieron estremecerse, y en lugar de luchar con verdadera fuerza, se removió bajó su cuerpo, sintiendo cómo le desnudaba. Era como estar indefenso pero sabiendo que en este preciso instante podría alejarse de él.
¿Qué estaba deteniéndole? Esa forma en que sus labios rozaban su piel, no, no solo sus labios, el roce frío de los colmillos provocaba que le temblaran las piernas, le distraían, le hacían sentirse extraño, mareado, como si fuese a perder el conocimiento. Y cuando la vista se le nubló al sentir cierta calidez y la punzada de dolor atravesándole, ignorando por un momento la sensación de sus dedos entre sus glúteos, que le hacían sentir como su cuerpo se tensaba cuando se movían ligeramente contra su entrada. Soltó un gemido ahogado por la sensación. Por un instante, el sentir su propia piel perforarse le hizo olvidar cualquier otra cosa. Cerró los ojos sintiendo como todo su ser parecía vibrar, estremecerse. Su mente se nubló, le hizo dejar de intentar discernir entre todo aquello. Suspiró aferrándose con fuerza a las sábanas. Sin darse cuenta de ello, se inclinó ligeramente alzando apenas un poco las caderas. Aquello estaba sobrepasándole, el nerviosismo le hizo querer huir, como si sintiese que algo iba a explotar en su interior si aquella sensación seguía por más tiempo.

por **Asagi Dunkelheit** Vie Ene 09, 2015 5:22 pm

Esa necesidad de reclamarlo como suyo le volvía loco, se había contenido por bastante tiempo debido al estado del otro pero ya se había cansado, solo quería estar dentro suyo, tomarlo, besarlo, azotarlo y si era necesario tratarlo mal por un momento quería sentir que no le importaba y que la función de aquel era la de ser un objeto sexual.

Su sangre recorriendo su boca le hacía sentirse cada vez mas excitado y movía los labios entorno a ese pedazo de piel como si le estuviera besando con pasión mientras el líquido fluía a sus pupilas gustativas. La forma en la que el otro alzo sus caderas lo alerto y quitó los dedos para concentrarse en sacar su miembro, bajó las prendas hasta sentirse liberado, lo tomo y acercó la punta húmeda a esa cavidad mientras se sostenía de sus caderas.

Dejó de morderle y le abrió las nalgas enfocando su vista en ello, le azotó un par de veces y movió las caderas para que su pene tomase bien aquella cavidad, penetrándole con suavidad sintiendo excitación, le azotó un par de veces mas hasta que estuvo en su interior, ahora eso era lo único que le importaba, no quería hacer caso a si se removía o retorcía por repulsión. Solo quería placer. Protegerlo y no hacerle nada no servía. –Olvidaba lo delicioso que te sientes. –Una especie de enojo había salido en su voz. –Ah, sí, es que me cogí otro culito mientras andabas recuperando la memoria pero mira, eso me ha hecho apreciar tu ano. –Soltó una risita mientras se apretaba contra su cavidad sin embestirle aún.

por **Kei Koizumi** Jue Ene 22, 2015 12:40 am

Era extraño. Pedía a media voz que se detuviese, pero empezaba a sentirse mareado por lo que estaba embargándole. No solo era el miedo, también estaban aquellas ansías que no sabía distinguir, ansías de que justamente no se detuviese. Sintió sus grandes manos separándole los glúteos y dio un respingo y los azotes le hicieron tensarse justo antes de recibirlo en su interior.

Se removió sintiendo como sus paredes internas se cerraban en torno él, jadeó buscando el aire que no necesitaba, arqueándose por la invasión. No pudo evitar las lágrimas que se agolparon en sus ojos. Y aunque sentía aquella necesidad de alejarlo aún, también la especie de perfume que desprendía del cuero ajeno le hacía perder el razonamiento. ¿Qué era lo que tenía aquel sujeto? ¿Por qué sentía esa calidez tras sus caricias justo donde sus manos o labios le tocaban? No lo sabía, pero no quería que el momento se desvaneciera, porque a pesar de lo incómodo en ese breve instante, también sentía una extraña conexión, que no había sentido con nada desde que despertara sin recordar lo que parecía ser parte de él.

El enojo en su voz, la forma en que le hablaba, le hizo sentir un vuelco en el pecho, las lágrimas salieron de sus ojos sin que pudiese evitarlo. Cerró los ojos sintiéndolo moverse y él intentaba acallar los sonidos que querían salir de sus labios, ahogándolos en su garganta. Se había quedado quieto y su cuerpo se relajó ligeramente. Pero sus palabras le dolían de alguna forma y eso era tan extraño -Para... -Rogó aunque no sabía por qué sabía que no podría escapar. Esa sensación extraña, producto de la familiaridad del contacto de su cuerpo le estaba revolviendo aún más los pensamientos, el aroma suave de lavanda, el roce de sus cabellos sobre su espalda. ¿Por qué sentía esto como un deja vú, como algo que ya había sucedido? Tal vez en aquello que no podía traer de vuelta y deseo con todas sus fuerzas que aquello no se fuese lejos de sus manos.

por **Asagi Dunkelheit** Dom Feb 01, 2015 4:49 pm

Escuchó la forma en la que pedía se detuviera pero estaba loco si pensaba que iba a obedecerle a alguien como él. Las lágrimas y la forma en la que hablaba le traía tantos recuerdos que de alguna forma dolían en su pecho, era extraño que también sintiera dolor pero después de todo era la persona que amaba y aquello taladraba su interior, no podía olvidarlo, no podía dejarlo, lo quería a él y lo seguiría amando muy a pesar de todo. Quiso golpearlo al sentir todo aquello en su interior pero se detuvo un momento, solo para salir de su interior y ponerle bocarriba.

Le observó con cierto enojo, se preguntaba tantas cosas y sentía que ya no podía acercarse mas a él que había tanto que se lo impendía y esa desesperación le consumía. Sonrío y volvió a metérsela comenzando a embestirle. Tomo sus brazos y le atrajo para abrazar su espalda y refugiarse en su hombro mientras el placer recorría cada centímetro de su piel. Aspiró su aroma, si, era él, lo amaba a él y lo deseaba de una forma loca, extraña y enferma. No cedería, no se dejaría llevar mientras él siguiera ahí.

Sus manos se deslizaron sobre su espalda hasta sus nalgas abriéndolas con fuerza y deslizando sus dedos entre estas hasta su cavidad sin dejarle de embestir. Quería decir su nombre, quería llamarlo o decirle un te amo pero ni siquiera eso salía de sus labios. Sonrío y mordió con ligereza su hombro sin llegarle a enterrar los colmillos, solo beso su clavícula con lentitud. Esa desesperación que sentía por aquel ser era enferma, no podía mas, quería tenerlo para él y solo para él y deseaba con todas sus fuerzas que todo aquello cambiase para bien porque ahora se sentía vacío, solo, estaba y no estaba pero eso era cruel.

por **Kei Koizumi** Mar Mar 03, 2015 12:50 am

Sientió ganas de llorar, pero no supo la razón, no le dolía físicamente, de hecho, sentía ese estremecimiento como algo placentero, a pesar de lo rudo que podía moverse quien estaba con él. Después de todo, él lo había pedido y ahora él le estaba tomando de aquella forma y aunque no era capaz de hacer demasiado, aquel palpitar en su interior le decía que lo dejaría hacer eso y más con él si era necesario. Su mente empezaba a nublarse. Se sentía mareado, tembloroso, pero era solo la reacción de su cuerpo a las embestidas, a la forma en que su miembro rozaba su interior y chocaba con su cuerpo produciéndole más de lo que nunca hubiese imaginado.

Jadeó sintiendo la mordida, inclinándose y abriendo las piernas un poco más en un reflejo cuando sintió sus dedos. Si quería lastimarle, no le importaba, solo quería que aquella calidez no se esfumara. No quería ver sus ojos y sentir el dolor ajeno sin comprenderlo.

Arqueó la espalda sintiéndose a punto de llegar al clímax. Y en su mente podía ver aquellos ojos que le observaban con aquel sentimiento reconfortante. Se preguntó por qué tenía eso en la mente en ese instante, porqué cada vez que cerraba los ojos el rostro de él aparecía inundándole también la mente. Pero no quería escapar, sabía que su lugar estaba ahí aunque no supiese como actuar. Tembló corriéndose entre aquellas sábanas. Jadeó buscando el aire que creía le faltaba. Aún le sentía, aún podía percibir todo a su alrededor. ¿Qué debía hacer? Quería abrazarle, pero temía la reacción del más alto. Temía el rechazo.

por **Asagi Dunkelheit** Sáb Mar 14, 2015 10:08 pm

Su cuerpo sintió la vibración del ajeno al alcanzar el clímax y no podía mas que disfrutar del sexo, ese placer que solo con él disfrutaba y por mas que buscase en otra piel no sabía igual. Sonrío al verle correrse y poner ese rostro de placer, sentía su cavidad más caliente, su cuerpo convulsionarse de esa forma y sus dedos siendo estrechados por aquella cavidad y no tuvo mas opción que secundarlo en el orgasmo. Se detuvo un segundo sintiendo como llenaba su interior, deseo alzar la mirada para verle, acercarse y arrancarle un beso pero se refugió aún más en aquel hombro mientras gruñía y jadeaba sintiendo como se liberaba por completo en su interior después de tanto tiempo. Su cuerpo temblaba como nunca antes lo había hecho, estaba tan a acostumbrado a tenerle para él cuando quisiera que aguantarse todo ese tiempo había sido un error.

Soltó el cuerpo ajeno dejándole entre las sabanas. Salió lentamente de su cuerpo y se quedó sentado en el mismo sitió mientras se acomodaba las ropas ¿Qué proseguía ahora? deseaba tanto abrazarle pero esa sensación de incertidumbre dentro de él no se lo permitía y no quería hacerle mas daño transmitiéndole algo así. Se echó los cabellos húmedos hacía atrás y recorría con la mirada aquel cuerpo que bien conocía incluso la primera vez que le tuvo entre sus brazos.

El suspiro que soltó estaba lleno de impotencia, sus labios se torcieron en un gesto de inconformidad. Estaba luchando contra él aunque no lo pareciera, dejarse llevar o plantarse en la realidad para él era algo difícil. Sus manos recorrieron esas nalgas llenas de su semen hasta su espalda solo para atraerlo a él, le abrazó y se acercó a sus labios sin embargo no se atrevió a besarle.

Quería decir algo pero se quedó callado como si las palabras fueran algo extraño. Comenzó rozando sus labios una y otra vez hasta volver aquel pequeño acto en un beso cargado de deseo y desesperación.

por **Kei Koizumi** Mar Abr 21, 2015 2:51 am

El mundo pareció detenerse, al menos dejó de importarle en lo absoluto. Su cuerpo se relajó y sintió la distancia cuando el otro se apartó. Era como si su corazón martilleara con fuerza contra su pecho con esa incertidumbre, pero era una ilusión. No había un latido en su pecho como él que recordaba.

Por un instante quiso moverse y abrazar a esa persona. Era un impulso, pero no sabía que decirle, cómo ayudarle a quitar esa expresión abatida de su rostro. Y cuando sus manos le tocaron se sonrojó. Había pensado que no le tocaría más, pero contrario a eso sucedía aquello y un momento después se vio entre sus brazos y aunque temía acariciarle como pedían sus manos, cómo quería seguir esos impulsos, aquellos labios se detuvieron a milímetros de los suyos y sintió que se le iba el alma.

Dios, cuánto quería terminar esa distancia, cuanto quería que realmente lo tocaran. Y eso sucedió, primero fugazmente, un roce suave, que le hizo cerrar los ojos y buscar sus labios con miedo, con torpeza, para después fundirse en el beso que surgió, dejando por fin a sus propias manos deslizarse entre los cabellos ajenos para enredarse entre ellos e impedir que aquel rostro se alejara del suyo.

Y notó las lágrimas en sus propios ojos. Lo que sentía no tenía descripción alguna. Sabía que ese sentimiento que le provocaba todo aquello era fuerte, y por lo que acababa de suceder sabía que el vínculo entre ellos era más profundo de lo que pudiese imaginar. Lo sentía, lo sentía pero no sabía cómo recobrar el sentido real de ello.

Sus manos temblaban, le había pedido que por un momento no lo tratase como a ese ser extraño que parecía tener frente a él y en este instante sintió que no lo era, incluso si aún parecía todo una ilusión.

por **Asagi Dunkelheit** Mar Mayo 12, 2015 2:15 am

Ese beso por un momento se había sentido tan real por decirlo de alguna forma. Era doloroso sentirle físicamente ahí pero distante y lejos perdido en un lugar que desconocía. Le extrañaba, era su todo, lo deseaba ahora para no sentir esas ganas de llorar. Envolvió aquel cuerpo entre sus brazos con fuerza como si también le fuera a perder de un momento a otro. Se dejó caer en la cama jalándolo con él sin dejar de besarle sin soltarle si quiera porque no deseaba hacerlo, sentía la humedad de aquellas lagrimas sobre sus mejillas y quiso preguntarle porque lloraba pero no deseaba escucharle quería creer que eran de felicidad, quería creer que cuando se separaran él estuviera ahí como siempre, quería creer que aquello solo era una ilusión o un sueño pasajero.

Se quedó quieto un momento sobre sus labios sin decir nada mas, aspiro su aroma y sus manos recorrieron su desnudes una vez mas. Suspiró recargando su frente contra al ajena. Susurró su nombre una y otra vez, quería escuchar el suyo, deseaba escuchar ese te amo sin el tono extraño que ahora usaba al llamarle.

Quiso decirle lo mucho que dolía, lo horrible que se sentía, la fría soledad por la cual pasaba y como lo extrañaba pero eso no ayudaría en nada al otro así que permaneció callado. Le acostó a su lado y se le quedó viendo mientras apartaba aquellos cabellos de su rostro, le susurró un ‘te amo’ y cerró los ojos al besarle la frente quedándose por un momento así. No podía odiarlo por estar ausente porque también era su culpa que estuviera así pero sabía que ellos tenían el tiempo que desearan del mundo y que podría esperar por él o incluso acostumbrarse a tenerle así.

Se incorporó y le vio fijamente con una sonrisa. Se echó los cabellos hacía atrás y se inclinó para cargarlo y llevarlo al cuarto de baño, lo bajó mientras se movía por el lugar preparando el agua importándole poco la temperatura, tenía mucho tiempo sin estar en casa y sin hacer aquello. Le metió a la tina para después hacerlo con él y le abrazo con fuerzas mientras estaban en el agua, no dijo mas, observó su espalda y comenzó a delinear las alas impresas en su piel.

por **Kei Koizumi** Mar Mayo 26, 2015 4:31 pm

Era una sensación cálida, familiar y reconfortante. Incluso si quiso decirle que no era necesario todo aquello, no se atrevió a decir nada y alejarse de aquellas suaves caricias que eran sin duda las de alguien que no es solo un conocido, sino que comparte algo más íntimo, más estrecho con quien no sabes quien eres en ese momento.

Toda aquella tempestad en su interior aún no se calmaba, pero empezaba a hacerlo, se sentía tranquilo, incluso con esos sentimientos confusos desarrollándose en su ser, en su alma que gritaba por aquel que estaba frente a él, con esos hermosos ojos azules que parecían encantadores, emblemáticos. Casi tan irreales que le hacían perderse en ellos, su piel contra su piel, su mirada, la forma en que le cargaba, la forma en que le susurraba. Todo era como irreal, porque no se creyó jamás capaz de sentir que aquello pudiese traerle la alegría que por momentos sentía latir en su interior. Si, eso era, la persona frente a él representaba su dicha, la bendición de días que había olvidado pero quería traer de vuelta. Y en ese instante hubo una imagen en su mente, apenas un parpadeo, vio a esa persona incluso cuando la oscuridad se cernía sobre él y su corazón sintió detenerse. Quería saberlo, deseaba recordar cada momento, porque incluso ahora lo sabía.

Sus palabras sin embargo, quedaban atrapadas en su garganta. Quería responderle que lo quería, que lo amaba, como si esa fuese la respuesta y nada más, pero seguía temiendo que esos ojos le mirasen como antes, por lo que solo le abrazó con fuerza, buscando entre sus brazos esa calma que apenas había sentido desde aquel día en que despertara sin saber realmente quién era.

Le abrazó y le dejó llevarlo a la tina de baño, sumergiéndose en el agua, no importaba si estaba fría o caliente, su piel no se inmutaba ante el roce, que le parecía sin duda una caricia, como las que siguieron sobre su espalda, sobre unas alas marcadas con tinta y veneno. Suspiró y se permitió recargarse en él, cerrando los ojos. Quería ser consciente de todo cuanto le rodeaba, sentía esa necesidad, aunque no recordara, sabía que pertenecía a aquel lugar. Sabía que ese era su mundo incluso de esa forma. Porque no quería estar en ningún otro, solo ahí, cerca de esa persona, permitiéndose soñar.

por **Asagi Dunkelheit** Mar Jul 21, 2015 12:06 am

Por un momento se sentía como si entre los dos no hubiese pasado nada, como si eso fuera un acto de una noche común y corriente. Dejó varios besos sobre su espalda y finalmente se recargo en su hombro acurrucándose un momento mientras sus brazos le rodeaban con fuerza por la cintura. Quería con locura decirle lo mucho que le amaban pero sus palabras se quedaron dentro, no podía decirlo así como así aún estaba esa barrera entre ambos se decía que debía simplemente olvidarse de ello. Aun le tenía ahí, estaba con él físicamente, no le había perdido pero se sentía como si aquel fuera alguien a quien acaba de conocer.

Hey… -Susurró mientras echaba los cabellos del menor hacía atrás y los lavaba, no quería que notara lo extraño que todo estaba, se decía que debía actuar con naturalidad y como siempre lo había hecho aunque en esos orbes encontrara el desconcierto. –Deberíamos hacer un viaje… salir de aquí, tu y yo… lejos muy lejos de aquí. –Suspiró dejando sus cabellos perfectamente enjabonados para tomar la esponja y pasarla sobre su cuello descendiendo sobre su cuerpo.

No sabía que mas decirle, simplemente quería regresar a ese lugar donde se habían conocido la primera vez, quizás eso resultaría, quizás aquello traería los recuerdos perdidos no estaba mal intentarlo. Enjuago el cuerpo del otro y le dio la esponja para que le ‘ayudase’ a lavarse o esperaba quizás aquello pero sus brazos lo abrazaron con fuerzas envolviéndole por completo, soltó un suspiro y le besó la mejilla. –Te amo, Koizumi, solo a ti te amo. –Ese toque de nostalgia, de necesidad se notaba en su voz. –Te necesito conmigo, te quiero siempre a mi lado, agradezco que estés de vuelta tanto que no me permitiré perderte esta vez. –Quería escucharle como siempre, con ese tono infantil y esa sonrisa que denotaban que lo sabía, que simplemente estaba exagerando con sus palabras pero sabía que no sería así, no obtendría esa respuesta.

No podía traer de vuelta a aquel que perdió pero si podía comenzar a construir nuevos recuerdos, podía hacerlo bien una vez mas aunque eso le costara el doble, no importaba, lo amaba y estaba mas que seguro de eso, no se permitiría dejarle por nada

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por **Kei Koizumi** Dom Sep 13, 2015 2:21 am

Cada palabra, cada pequeña demostración de su parte era algo que no esperaba, pero que en el momento en el que sucedía, no podía más que albergar en su ser una esperanza de algo mejor, como sabiendo que no estaría solo, que aquel sentimiento no se apagaría. Había cerrado los ojos cuando comenzó a lavarle el cabello, permitiendo a su cuerpo relajarse.

-Un viaje... ¿A dónde?- su voz era un murmullo tranquilo. Tomó la esponja cuando se la dio y emitió un suave sonido por la sorpresa cuando le abrazó de nuevo y sus propios brazos se movieron por sí solos rodeándole también. -Iré a cualquier lugar si es contigo -Respondió con la seguridad en sus palabras. Por muy poco que fuese lo que sabía, si tenía ya claro que era su propio deseo el que le empujaba a decir palabras como aquellas. No quería que esa ilusión que acababa de formarse se esfumara como si no hubiese nunca existido.

No había algo que pudiese responder a esas palabras que le inundaron de alegría, tanto que apenas y notó las lágrimas formarse en sus ojos, solo percatándose de ellas cuando escaparon rodando por sus mejillas húmedas. Le besó lentamente las mejillas en un roce lleno de aquel cariño que parecía nacer con su cercanía. Las palabras se quedaron en su interior, pero quería decir que lo amaba, con tanta locura quería pronunciarlas que fue incapaz de lograrlo, solo estrechándole más contra su cuerpo, esperando que aquellos meros actos lograran transmitir todo lo que parecía estarse descordando en él.

Todo era secundario, el sonido del viento tras las ventanas, el calor del fuego en la chimenea, el frío que no podía perturbar sus sentidos, el agua rodeándoles, el sentimiento de vacío, por ese mero instante no hubo nada más. Aún no estaba seguro de nada, pero empezaba a creer que poco a poco las piezas encajarían, que las respuestas llegarían. Solo esperaba que no tardaran, que el tiempo no fuese despacio ni evitara llegar al momento en el que todo se arreglaría. Con tales esperanzas se acercó a sus labios, con cierta timidez, podía sentir el nerviosismo recorrerle mientras sus labios se unían a los suyos en un suave y lento beso en el que depositó todo lo que sentía y esperaba.

por **Asagi Dunkelheit** Sáb Oct 31, 2015 7:22 pm

Por un momento sintió la familiaridad en aquel abrazo y eso le hizo tranquilizarse mientras besaba su cuello despacito y le escuchaba. Era como siempre, todo ahí era igual o eso le pareció. Sonrío por sus ‘cursis’ palabras y bajó el rostro quedándose sobre el hombro ajeno. Le observó de reojo y suspiro. –Eres bajito, tienes un rostro aniñado con un toque de inocencia y claramente es falsa. –Le beso las mejillas tras haber recibido todos esos besos. –Iremos a un lugar en el que no hemos estado por años y pienso que será lo mejor. –Le besó despacito los labios cuando sintió los ajenos. Le estrechó mas contra él y se perdió en ese suave acto.

-No llores. –Susurró al limpiar sus lágrimas con sus labios. –Todo irá bien, todo está bien porque nos tenemos el uno para el otro y eso es lo mas importante. Llora cuando no me tengas a tu lado pero dudo que eso pasé dado que he hecho una promesa de amor, una promesa inquebrantable; la de estar a tu lado en esta eternidad. –Le acarició la espalda y comenzó a enjuagarle mientras le miraba fijamente recordándose una vez mas que era él a quien amaba, por quien perdería todo raciocinio. Solo él podría ponerle de rodillas. Por él haría lo inimaginable. Para cualquiera eso podría parecer una locura pero era amor, infinito y dulce amor.

Se terminó de lavar también y al cabo de unos segundos salió con él hacía el lecho. Le puso sobre las sabanas y se colocó encima para perderse en esos rasgos infantiles. –Me encantas. –Sonrío como no lo había hecho, llenó de alegría, de felicidad, de una felicidad desbordante. Tomó la mano de su compañero y la coloco sobre su pecho. –Todo mi ser te pertenece. Así como yo soy capaz de reclamarte como mío, tú tienes ahora e mismo derecho conmigo. –Suspiró volviendo a sus carnosos labios para tomarlos en un demandante beso mientras sus dedos se enrollaban en esos cabellos castaños oscuros. Formaba pequeños rulos mientras aumentaba la pasión y demanda. Le gustaba cuando él poseía una melena con volumen, cuando se le formaban esos rizos quebrados, le gustaba hundir su tacto y nariz en ellos para poder embriagare con su perfume.

por **Kei Koizumi** Jue Dic 03, 2015 11:10 pm

Tuvo que reír de forma reservada ante lo que decía. Su inocencia se había perdido hace mucho tiempo, eso no era ningún secreto. Pero había cambiado, desde que llegara a París y se encontrara con él su carácter había cambiado, al menos con él ya no era esa persona que había querido ser. Pero con otros no creía que se viese tan diferente. Así eran las cosas cuando amabas a alguien con aquella intensidad. Por eso su enojo y su rabia cuando descubrió lo que había sucedido mientras él no estaba. El recordarlo le hizo sentir una opresión en el pecho. No, no podía dejar que le afectara, no cuando él le trataba de esa forma. Quería y creería en cada palabra.

La imagen de él sobre su cuerpo en aquella cama le hizo sonreír ampliamente, sus brazos se movieron en automático, rodeando aquellos anchos hombros, aquellas caricias le decían mucho, le demostraban que aquel ser que por un momento le había parecido inalcanzable decía aquella aseveración y que la creía y estaba seguro de que sin importar el lugar podría ser feliz a su lado.

¿Le había escuchado alguna vez decirle aquello ta directamente? No, no creía que antes lo hubiese hecho, tal vez eran as circunstancias que lo habían llevado a esos extremos, en decirle lo que sabía pero que no podía confirmar por sí mismo.

-Iré a donde sea contigo... Te seguiré incluso si es la muerte lo que me espera al final del camino -Acarició su rostro, era curioso, porque realmente se sentía como si lo viese después de tanto tiempo. Había estado allí sin estarlo en realidad, sabía lo que había sucedido, pero la sensación no era la misma. Amaba tanto a esta persona que daría cualquier cosa por permanecer a su lado. Era todo lo que tenía ahora. Todo lo que necesitaba. Cerró los ojos disfrutando del movimiento de sus manos, le calmaban, le hacían sentir aquella calma que perdió al creer que alguien más había podido colarse entre aquellos sentimientos. No quería sufrir de nuevo, no lo permitiría. Si, era suyo, se pertenecían uno al otro y siempre sería así. Estaba totalmente seguro de eso, incluso más de lo que tenía de certeza de cualquier otra cosa. Nadie, no dejaría que absolutamente nadie le arrebatara esa felicidad que buscaba en sus ojos, esa calma que tranquilizaría cualquier dolor.

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