The Truth About Forever #Priv

por **Kamisaka Sora** Dom Ago 24, 2014 7:17 pm

No había disfrutado del lujo de poder elegir caminar hacia el amanecer como la mayoría de los de su raza cuando apenas era un neofito, en ese entonces había deseado poder morir como los demás y no convertirse en lo que era, pero su maestro no lo permitió y lo introdujo a la vida de vampiro. Era natural para él salir a la noche a buscar una presa. Sora era fuerte y brillante, siempre un líder cuando se lo necesitaba. No había ningún otro lo suficientemente hábil, lo suficientemente poderoso para cazar y destruirlo de forma simple. Sin embargo eran ocasiones como las que ahora vivía en que no podía pensar correctamente, había pasado demasiado tiempo sin tomar una gota de sangre, el viaje en barco había resultado demasiado cansador para él que tenía sin probar sangre y no podía arriesgarse a una investigación en un barco en medio del mar.

Kamisaka había seguido como siempre su viaje a través de Europa; su llegada final había tenido lugar en Europa, un mundo repleto de vampiros y depravación. Después del terrible viaje por fin había tocado puerto y se dirigía a la zona de los burdeles donde conseguiría sin problemas algo de sangre, obligándose a permanecer imperturbable mientras caminaba se dirigió a la zona sin entrar aun, había mucha gente y no estaba seguro si entrar era lo adecuado ahora, con tantas personas a su alrededor podía perder el control y atacar a cualquiera. La lucha interna no había terminado tenía que esperar a que alguien salga de allí y se encamine sola por las calles, fue la única solución que Sora pudo idear. Estaba cansado, solo y sin el consuelo de ninguno de su clan andaba cerca para ayudarlo, debía cazar como antes, como fue en un principio; como le habían enseñado.

por **Gene M. Garbo** Lun Ago 25, 2014 11:15 pm

La noche había caído lentamente en la ciudad cuya vida realmente comenzaba a esa hora siempre a la misma hora, cada día quizás lo vean como algo aburrido y monótono pero no lo es pues en cada día, cada noche….algo diferente se cuece se muestra, se vende.

Todo el día había estado de un lado para el otro trabajando…llevando cosas, haciendo más y más tareas incluso algunas que no eran de mi competencia las terminé realizando como el inventario de la bodega eso lo hice con el cantinero todo para que el dueño del burdel viera que todo estaba en orden, para pago por mis extras la joven regenta del burdel me dio la noche libre aunque sea solo hasta la media noche pero bueno ya era algo así que para poder disfrutar de la noche libre.
Primero fui a tomar un baño como nunca antes con flores blancas, lavanda y algo de romero para dejar un aroma fresco y tranquilo, como mi dulce alma triste, luego de eso busque el vestido más sencillo de todos ¿por qué? Para no levantar la vista de nadie entonces tenía que buscar el vestido más viejito de todos y con menos colores así no sería nada llamativo y podría pasear por la ciudad sin miedo a que me reconozcan como la ayudante del burdel.

Al salir de la habitación comencé a trenzar lentamente mis rubios cabellos que aún estaban medios mojados…al salir del burdel y solo dar unos cuatro o cinco pasos me topé con alguien, golpee contra aquella persona sin fijarme eso gracias a que estaba terminando de trenzar y atar mis cabellos. –Lo siento, no me percate de usted señor, lo siento mucho- hice una reverencia sin alzar la mirada, porque fue mi culpa el haberle golpeado y quizás como a muchos de los caballeros o damas de la sociedad no les gustaba que una mujer de clase baja o media y menos una trabajadora de servicios sexuales o ayudante del burdel se tope con ellos y los roce o los toque porque luego según ellos les contagia lo malo de esa clase…así que aunque no comparta eso con ellos tenía que tragarme el orgullo y mis ganas de decir algo y pedir disculpas sin mirarles.

por **Kamisaka Sora** Mar Ago 26, 2014 2:17 pm

El lugar donde se encontraba esperando parecía mucho más oscuro que antes, Sora se tomaba del rostro con una mano y comprobaba que todavía no estuviera quedándose dormido o peor se desmayara de pronto por estar sin fuerzas. Como pudo elevo su vista a un pedazo de cielo estrellado que se asomaba por el rabillo de su ojo. Sora activó sus sentidos para concentrarse solo en las estrellas del firmamento: iba a tener que echar mano todas sus dotes entereza para salir airoso de allí sin lograr masacrar a todos. La envergadura de su fuerza de control era apenas un poquitín más estrecha que el camino que le llevaba al descontrol total, y era esa la única razón por la cual aun no cruzaba esa linea.

Entonces ocurrió, un golpe contra su hombro lo hizo girarse para quien se había chocado contra él, era una mujer de mediana estatura, de complexión misteriosa y cabellos dorados; respiraba acelerada cuando comenzó a disculparse. Ella respira, observó Sora. Al fin y al cabo, era una mortal. Y estaba en parte agitada por de repente tener que disculparse de la manera más rapida posible o al menos le parecía que estaba luchando contra una descarga de adrenalina de lo que quería realmente decirle en esos momentos. Entonces, Sora descubrió algo más. Sobre su nerviosa respiración; los latidos de su corazón, sus colmillos reaccionaron como agujas, se deslizaron por sus finas encías blancas y él tuvo que hacer el esfuerzo de recuperar el control y conservar la calma.

- no es necesario disculparse -Su voz sonó conciliadora pues era de caballeros aceptar la culpa, eso, y de que él es quien se había quedado parado en medio del camino como si estuviera en trance concentrándose en cualquier cosa menos en su sed. Pero era difícil cuando un corazón latía cerca de él, le tomo del rostro y se lo elevo para que le mirase de frente, mientras lo hacía, su otra mano apartó distraídamente algunos mechones del pelo de la mujer que caían sobre la pálida cara.- fui yo quien estaba aquí, estorbado su paso -él ladeo su rostro y pudo así apreciar la curvatura del cuello de ella. Su voz se volvía cada vez más hipnotizante, necesitaba llevársela a un lugar donde pueda tomar de ella sin miradas de por medio.- ¿vas apresurada a alguna parte?

por **Gene M. Garbo** Vie Sep 05, 2014 2:13 am

Al parecer me había cruzado con algún caballero medieval de aquellos que solo están en cuentos antiguos y nada reales pero ahí estaba frente a mi uno de ellos que con gentileza estaba hablándome y no solo eso sino que hasta hizo que le mirase a los ojos, eso había sido nuevo para mí ya que siempre me había topado con hombres y mujeres que preferían que los “indignos” no les mirasen y menos que les dirigieran la palabra pero aquel hombre no, él pedía lo contrario…eso hizo que un sonrojo apareciera en las mejillas, tenía toda la cara roja de todo lo que ocurrió. No sabía que decir y menos que hacer solo la mente contestaba a cada una de las inmediaciones que hacía “en verdad no es necesario que me disculpe” la respiración iban ralentizándose poco a poco hasta estar más calmada “Es verdad esto” “Acaso estoy soñando, si es así que me pinchen para ver si es real” pestañe rápido hasta que supe que no era sueño.

No se cuánto paso en sus preguntas y el atontamiento que tenía por todo aquello y por su gentileza –Este…si…yo, yo iba a…solo iba a pasear por ahí, es mi noche libre Monsieur-- desvío la mirada avergonzada y con ese sonrojo que no se iba del rostro, porque siempre me tiene que pasar aquello, niego levemente apartándome un poco para realizar otra reverencia –disculpe no quería molestarlo ni importunarlo en su paseo…yo…soy una tonta mis disculpas señor-- una leve sonrisa apareció en mis labios y es que ahí estaba hablando como si aquel caballero fuera amigo íntimo de mi persona para tratarlo de aquella manera.

-Es mi deber disculparme, como voy a dejar que usted lo haga, yo solo soy una empleada y nada más y usted es un lord, o señor noble, no sé, pero se ve que es alguien importante así que lo que ocurra será por mi culpa no suya- -según yo está reconociendo mi lugar ante aquel caballero pero que mal se vería el que yo le contara así sin más lo que hacía un respeto merecido, siempre me olvidaba esas reglas y es porque casi nunca hablaba con gente fuera del burdel y menos de aquella manera.

por **Kamisaka Sora** Sáb Sep 06, 2014 11:38 am

Kamisaka extendió su mano derecha hacia la mujer y le dedicó una sonrisa satisfecha al ver que había logrado perturbarla con su presencia y sus modales. El joven tomó la mano con la suya de nuevo cuando esta se aparto no queriendo dejarla ir, no tenía fuerzas para retenerla si se sacudía de él, estaba demasiado débil por la falta de sangre y la fuerza que comúnmente caracterizaba a los vampiros ahora mismo estaba mermada por la falta de energías. Y esa mujer parecía irradiar energía de sobra, al menos para Kamisaka. Una sensación de fuerza recorrió el brazo de la mano que sostenía la mano de ella sintiendo el pulso y el calor de la sangre, extendiéndose por todo su cuerpo. En comparación con la frialdad de su piel ella estaba cálida y llena de vida.

- tal vez pueda parecer un señor de clase alta, pero eso no justifica nada. Se aceptar mis errores, y para mi, tu eres una mujer, no alguien inferior a mi -como era de considerarse en todas las culturas, la mujer era alguien que estaba para atender al hombre y nada más, para Kamisaka, no había diferencia entre los humanos, menos aun entre sus clases sociales. Todos eran alimentos para él y eso era lo esencial. Al menos era su pensamiento. Aun asi sabía actuar con educación, postura que asumió cuando decidió adoptar la identidad de una persona importante- déjeme acompañarla, las calles son muy peligrosas a esta hora -dijo el oriental. Su voz era rica y profunda, culta y extrañamente exótica. Dio un paso hacia delante y con la mano sostenida de ella entre las suyas la coloco alrededor de su brazo como si estuviera escoltando a su mujer a su casa.- no puedo garantizarle asistir con usted todo el viaje pero puedo asegurarle que parte de él estaré a su lado -le dijo en tono que no aceptaba replica alguna, primero que nada debía de alejarse de todas las personas, sus instintos comenzarían a fallar dentro de poco y no sabía si podría resistir la tentación de no atacarla frente a los demás.-

por **Gene M. Garbo** Dom Sep 14, 2014 1:01 am

¿Qué podía hacer? O ¿qué podía decir? No se me ocurría nada que decirle a aquel caballero, parecía que él se hubiera llevado todas las palabras y pensamientos, y como no si se portaba como nunca antes había visto, tan gentil y caballeroso hasta llegué a pensar que era un ángel caído del cielo que está en este mundo para ayudar a las personas eso logró que esbozara una sonrisa en los labios aceptando de agrado su compañía, al menos por unos momentos, no estaría mal dar unos pasos por ahí mirando la ciudad como cualquier otra mujer, como si fuera una doncella de alguna casa noble, aunque eso solo sería de apariencia quien viera mis manos verían lo estropeadas que están de tanto fregar pisos, lavar ropas y coser.

–Al final señor usted o yo hemos cometido el error, viéndolo de cualquier lado, si lo ve desde su lado diría que usted, pero si lo ve de mío sería yo porque andaba distraía mirando al suelo en vez de percatarme de lo que tenía en frente, si lo hubiera hecho no lo estaría importunando en este momento al tener que acompañarme, quizás hasta hice que su noche fuera aburrida- una media sonrisa esboza lento en los labios antes de mirar al suelo avergonzada por expresarse tan abiertamente, quizás es porque no estaba acostumbrada a todo ese trato. Entre los pasos y la fría piel del joven una sensación extraña recorrió mi nuca, un pequeño pinchazo que me llevo a recodar mis encuentros anteriores con aquellos seres como Nicolás, Uxue Chris y Darwyn, este último muy agradable porque fue el primero que me enseño que los de su clase no eran malos, aquellos seres nocturnos…y entonces la idea del ángel se transformó en un ser de alas negras –Este…se lo agradezco señor, pero no podríamos demorarnos mucho en el paseo, aun cuando yo pueda volver a mi lugar de trabajo usted no puede pasar de ciertas horas- ladee la cabeza a un lado mirando a mi derecha era solo una prueba si él aceptaba aquello me daría la indicación de que debía correr, aunque ello sería inútil pero no podía dejar que bebiera de mis muñecas

Claro solo pensaba que de ahí se alimentaban…y nada más.

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