|| Atracción Inminente, Momentos Elocuentes|| Privado

por **Aldebaran Ballester** Vie Sep 05, 2014 2:10 am

Una noche singular que se postra sobre los cielos de Francia. El foco de protagonismo se ha enfocado en el Museo, donde pareciese ser una velada interesante debido a la llegada de varios personajes de clase alta, sorpresivamente.

La diferencia de este evento a alguna clase de baile o cortina hipócrita de caridad es que el tema no es el dinero, sino el arte. Una muestra de las obras más impresionantes que van hechas por los pinceles de verdaderas promesas y que por medio del Duque de España se ha tomado lugar y presencia en la ciudad.

Uno a uno los invitados van entrando, siendo recibidos por varios funcionarios del Museo, así como los mismos artistas que uno a uno van dando la mano a cada personaje que sabe apreciar un buen trazo y no simplemente manchas con altos costos en el mercado.

-Esto es emocionante- una voz gruesa y clara musita, robándose la atención pues es nada y más y nada menos que el mismo anfitrión. El famoso Español que goza de ser el líder del emporio mercantil más grande del Continente así como el título nobiliario de la Madre Patria –Veo que el factor de no invitar a nadie y hacer esto abierto al público atrajo más que haber hecho inútiles cartas personalizadas- con cinismo recalca, emprendiendo una caminata por el lugar.

De traje negro con camisa blanca y una coleta que sujeta sus largos cabellos, el Duque termina por saludar amablemente desde sirvientes hasta artistas, invitados de cualquier clase social evidenciando esa sencillez que solo puede ser comparada con la reputación de Cassanova por excelencia que le precede.

-Que empiece la noche-

por **Aniëtt O'Claude** Lun Sep 08, 2014 12:27 am

Si hoy se repite
el mismo final.

Peregrinar por las calles de París lejos era una de las aficiones mas necesitadas por la fémina bajo las cortinas oscurecidas que le ofrecía la noche, esa caminata nocturna siempre fue una regla primordial a su vida, cualquier orden era relevada, menos aquella; Sabía que por las noches las peores almas recorrerían los senderos, pero como también habían pérfidos personajes, buscaba ella a los bondadosos, simples personajes que necesitaban ayuda, esa que la Duquesa podría darle, no por nada había conseguido su titulo, daba razón al mismo con lo que le agradaba hacer.

Pero a regañadientes detuvo sus caminatas al oír su nombre en los labios de su chófer; Una galería de arte se abría al público y el hombre deseaba ir, pidiendo permiso para asistir, no sin antes dejar a la mujer en su hogar. Aceptó solo para darle la noche libre al joven que trabajaba para ella; Ya estando en el hogar, tomó sus mejores prendas, un vestido negro acentuado en su figura, el cabello recogido de forma desordenada y unos tacones que la hacían llegar al cielo en forma de metáfora, no le gustaba verse demasiado alta; Llamó a otro de sus chóferes y decidió asistir; Mejor que recaudar dinero, era ver aquellas obras que se expondrían al público en general.

No demoró más de unos minutos en llegar, su abrigo fue retirado por uno de los trabajadores, entre tanto se daba libre paso por frente a las pinturas de las cuales se veía halagada por ver; Una más perfecta que la anterior, se consideraba fiel gozadora del arte, en sus tiempos libres le hubiese encantado hacerlo, pero jamás se veía con tales favorables momentos de tranquilidad.

— Simplemente admirable, su trazo es perfecto, es un genio el artista, tiene la facultad de hacerme perder entre sus facciones — Mencionó en voz alta, sin lograr poner atención al hombre de coleta a su lado; Ladeó la mirada, pensaba que hablaba sola hasta que este se giró a verla y ella fruncía sus labios tan sólo un poco; Creía conocerlo, o su rostro se le hacía familiar.

por **Aldebaran Ballester** Miér Sep 10, 2014 12:11 pm

La noche marcha cual maravilla y por eso mismo el español se dispone a rondar por la galería saludando e inclusive conociendo a otros tantos nuevos miembros. Con el paso del tiempo, se topa a una hermosa mujer; elegante, alta, con una belleza extremadamente singular y que le llama la atención al cabo de solo segundos.

-Un ojo excelente- dice al acercarse a la fémina –Un placer, Aldebarán Ballester- se inclina cual reverencia para tomar con prontitud la mano ajena, dejando un efímero beso en su dorso –Espero esté disfrutando de la velada-

Reincorporando su cuerpo, muestra una sonrisa ladina que delata el gusto de tenerle frente a él. ¿De dónde ha salido una mujer con ese nivel de clase? Y sobre todo ¿Cómo rayos es que no la ha visto desde antes? Una noche que ha comenzado dedicada al arte quizás puede cambiar a ser dirigida en atenciones hacia la verdadera escultura en el lugar.

por **Aniëtt O'Claude** Miér Sep 24, 2014 10:18 pm

Se giró en cosa de segundos para deleitar su mirada contra esos ojos conquistadores que la veían; Sus labios seguían fruncidos, no esperaba compañía aquella noche, sólo el arte colmaba su cabeza pero tal presentación no la hizo más que respingar su nariz, aflorar una sonrisa de entre sus labios y asentir casi dejándose caer por ese casto beso que se depositaba contra el dorso de su mano; Era una dama, jamás dejaría a un caballero con el saludo entre dientes — Señor Ballester, el gusto es mío, Aniëtt O'Claude, para servir — Hizo una semi reverencia, detuvo aún su mirada en sus facciones y retirando su mano suspiró girando atención un vez más a las obras.

— ¿No encuentra exquisito el trazo del artista? Espero no equivocarme en apariencias, pero pareciera ser un admirador del arte — Ella no lo era, pero sabía reconocer a un buen artista si sus obras le eran enseñadas — ¿Cómo llegó a este lugar? No recibí algún tipo de invitación¿La recibió usted? — Bombardeó preguntas, por lo que luego de aquello, una ladina sonrisa se reflejó en su rostro regresando la mirada a la efigie masculina junto a ella.

Sus facciones, el actuar, el tono de voz, no hizo más que llamar su atención por completo; La noche se iniciaba con calma, el arte era parte principal del entorno; Pero aquel desconocido de seguro sería la revelación que se llevaría aquella velada.

por **Aldebaran Ballester** Lun Sep 29, 2014 1:37 pm

La calma de la noche se acompaña con la formidable presencia de una mujer tan elegante y hasta seductora que la atención del español se dirige hacia ella, una vez que le hace un par de preguntas –En efecto, querida Aniëtt- mantiene la sonrisa en su rostro –Y por cierto, bello nombre- hace el apunte para luego seguir admirando la obra de arte frente a ellos –El trazo es sublime, los bordos difuminados hacen olvidarnos de las líneas negras que enmarcan siempre las cosas, este es más… versátil- colocándose las manos a sostener su barbilla.

Con una sonrisa característica en él regresa sus ojos marrones a los ajenos, para entonces responder con toda naturaleza –Porque yo fui quien organizó el evento- ahogando una carcajada para evitar sonar egocéntrico, sin embargo, la ironía de la pregunta y la respuesta no puede pasar desapercibido por su sentido del humor.

Pronto, el heredero español hace un gesto con su mano, haciendo que uno de los sirvientes traiga en una bandeja de plata dos copas con champagne -¿Gusta?- cuestiona al tomar ambas copas, brindándole una a la dama de esencia atrapante y de una belleza que difícilmente puede pasar desapercibida por un varón que sabe apreciar a las criaturas más hermosas jamás creadas: las féminas.

por **Aniëtt O'Claude** Mar Oct 21, 2014 11:54 pm

Su voz denotaba en los oídos de la fémina como aquella estrofa perdida de las canciones más antiguas, mismas que la hacían caer en historias pasadas que adoraba oír una y otra vez; Conocedora del final, pero admiradora completa del trayecto que estas la hacían recorrer. Ronco, grave, pausas perfectamente hechas, la voz del castaño la hizo caer tenla concentración total de lo que decía. Mordió con levedad su labio inferior, ¿Quien diría que se encontraría con un admirador de las bellas artes? Su conocimiento era obvio, tras sus dichos lo demostraba, misma razón por la que Aniëtt creyó en el cuento que vendía y se quedó a su lado asintiendo sin más — Muchas gracias... — Comentó bajo el halago, cambiando la dirección de su atención a las obras frente a ella, aquellas que eran detallas en exquisitas palabras.

Pero la atención fuera de él no duró demasiado, hasta admitir que el encuentro era obra suya, la duquesa se giró casi en un respingo, en sus ojos buscó la sinceridad de sus sentencias y dedicando la más cálida de las sonrisas, no hizo más que negar con su cabeza de lado a lado, ¿Cómo no pensarlo? No había otro conocedor como él ni a metros de ella — Era de suponerse, suponerse que un encuentro como tal, debería ser consecuencia de un real conocedor como lo es usted — Apaciguó su voz.

— Mis felicitaciones señor — Murmuró, una vez más intentado cambiar la dirección de su mirada a las siguientes obras que se daban a enseñar por lo largo de las paredes y centros llamativos; Notó la presencia de un tercero, ensanchó una sonrisa al desconocido y cuando se retiró, no perdió tiempo en estrechar la copa entre la palma de su mano dando un muy suave choque a la de su compañero — Propongo un brindis por tal majestuosa concurrencia a su centro de artes.—

por **Aldebaran Ballester** Miér Oct 22, 2014 12:47 pm

-Gracias- musita el español tras las felicitaciones de la bella mujer. Su rostro varonil que mantiene esa característica sonrisa ladina se mantiene fiel hacia la pared con las obras para entonces escuchar el desenlace de aquella conversación, la cual consta de brindar por él mismo y el éxito de aquella velada, algo que reprueba al solo negar con su rostro y seguir riendo por lo bajo –No querida, no me gustaría brindar por mí- dice al cerrar sus ojos y bajar la cabeza.

En solo segundos su rostro gira y abre sus parpados, fijándose en las perfectas facciones de su acompañante. Con delicadeza coloca la copa junto con la de ella y añade –Brindemos por los artistas que sin ellos simplemente la velada no hubiese sido posible, pero sobre todo…- se interrumpe para adelantarse y chocar su copa -… Por el destino, que nos ha permitido conocernos-

Y entonces, un guiño de su ojo diestro se proyecta para dar paso al brindis, tomando hasta la última gota para después seguir sonriendo con esa confianza que tanto se le caracteriza, ejerciendo la presencia de un hidalgo que lleva por estandarte la educación pero también el arte de lo casual, de lo liberal… De lo cómodo.

-Caminemos un poco mientras que ignoro las pinturas y me enfoco más en saber más de usted- cínicamente claudica Aldebarán, otorgando su brazo sin ningún problema para que –de querer- la dama le tome y así, empiecen una caminata por la galería.

por **Aniëtt O'Claude** Dom Nov 30, 2014 9:37 pm

Ignoró luego de eso todo a su alrededor, tal parecía que el caballero a su lado hacía de las tuyas con artimañas bien implementadas para llamar completa atención de la fémina, y lo estaba logrando, vaya que lo hacía; Enarcó una de sus cejas, se giró para verlo y una socarrona sonrisa se apoderó de sus labios, sus brazos una vez más quedaron cruzados frente a su pecho, tomando una postura erguida entre tanto a cortos pasos seguía ahora con la farsa admiración de aquellas piezas de arte a sus lados, frentes y costados.

— Estaría mal que ignorara su propia exposición ¿No lo cree? Además, supongo que habrán más personajes que requieran de su atención, es su día... ¿No debería estar respondiendo preguntas y complaciendo a aquellos que desean una amena charla en su compañía? Un buen anfitrión, así debería ser ¿O cree usted que me equivoco? — Cuestiono con esa característica risita que aflora en cortas ocasiones, decidiendo no dar en plato fácil el tener toda su atención, quizá no ahora, no era el momento, pues al girar su cabeza se encontró con una pintura femenina en blanco y negro, digno de su apreciación, buscando entre ellos la firma de su autor para luego buscar a tal personaje.

Y luego de comentar sus últimos dichos, el hombre seguía con su brazo extendido a ella, hizo ademán de lo mismo y estrecho su mano a su antebrazo, caminando a su lado, desviando la vista a ratos para encontrarse cada vez con cuadros impresionistas para los ojos vírgenes de artes modernas, al menos, para la ella, lo eran. — Notable... ¿Dónde encontró usted a estos artistas? ¿O sólo fue mera casualidad? —

por **Aldebaran Ballester** Miér Dic 03, 2014 1:42 pm

Una vez que la caminata empezó el español se mantuvo calmado y observante a sus alrededores, sonriendo de vez en cuando a personajes que le hacían un saludo y de forma cordial éste respondía sin problema alguno –Verá, preciosa…- comentó cuando se detuvo a apreciar una de las pinturas con una fémina a blanco y negro –Usted está en lo correcto, eso es lo que debería hacer un anfitrión… El único problema es que a su vez sería muy ególatra y egoísta, mírelo usted misma- y entonces mostró como el museo entero tenía grupos de personas que iban desde solo un par hasta cuatro, cinco o inclusive grupos de unos 7 con un artista en cada uno –Aun no me entiende, por lo que veo. La noche no es para mí, sino para ellos y los anfitriones son todos ellos, yo simplemente lancé invitaciones, lo abrí al público y facilité el lugar… Todo lo demás es por ellos y obviamente para ellos- un guiño nuevamente se vio por parte de su ojo diestro hasta que decide quedarse quieto con ella a su lado.

-Para contestar su pregunta, debo decir que los encontré. Fue el destino- bebiendo lo último de su líquido para así continuar con la conversación –Todos son artistas callejeros, que pintan por placer y si sus artes no se venden, no les preocupa pues lo hacen con pasión… Eso es lo que hace toda esta colección única y se puede sentir la esencia misma del amor por el arte- soltó una risilla por lo bajo para acercarse a una mesa y depositar la copa, por lo que después prosiguió la caminata por la última parte de la galería, hasta el fondo del recinto –Yo mismo soy nuevo en esto y usted me ha dicho que también comparte la inexperiencia en el arte, pero ahora permítame preguntarle algo… ¿No lo siente?- deteniéndose ante la última pintura y después volteó sus ojos a fijarlos en los ajenos –¿Siente como parece que la pintura desea salir? Como lo entiende, lo puede percibir… Es la esencia misma de algo que se hace con pasión, como el canto o la música, como el baile o inclusive las actuaciones… Es la llama apasionada que sale por cada trazo que ellos han hecho con el puro y más sencillo sentido de hacer lo que aman… Eso para mí es algo majestuoso-

La emoción consumió su tono grave de voz e hizo que una sonrisa de oreja a oreja se dibujara cada vez que expresaba sus pensamientos e inclusive la misma energía que corría por todo su cuerpo facilmente se proyectó por el marco escénico, donde solamente estaban ambos jovenes, disfrutando de la compañía del uno al otro -Con esto queda confirmado que cualquier persona de una clase supuestamente baja puede hacerse pasar por alguien de gran posición económica, como lo hice con ellos. Bastaron simples ropas y algunos consejos sobre como hablar y actuar, pero ahora quiero que lo medite usted... ¿Cree posible que alguien en una posición alta pueda engañarse a si mismo y lograr lo que estos artistas pueden lograr con su talento?- y entonces la palabra clave y fin del diálogo llegó -Es la belleza de la pasión-

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