AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Dream come true | Privado | La caída del príncipe
3 participantes
Página 1 de 1.
Dream come true | Privado | La caída del príncipe
Dream come true
¿Cuántos días habían pasado desde que Ivette y Derek se había reencontrado?, quizá semanas, mas no los suficientes para ser un mes. El tiempo era algo que a Derek no le interesaba, no le importaba mucho el mañana, tan sólo vivir el presente, siempre junto a su hermosa y amada Ivette. Ya era una rutina amanecer en sus brazos y recordar cuando él tenía el temor de saber que la volvería a ver y un terror de pensar en poder perderla una vez encontrándola, y es que si bien no había invocado una premonición, a petición de ella, que le ayudase a anticipar algo que les fuera a lastimar o inclusive volver a alejarla de él. Derek terminaba recriminándose el hecho de que por su estupidez casi la volvía a perder.
—¡Te amo!— así siempre la despertaba, seguido de un beso. Ella era ahora la señora de la casa y es que si bien era cierto aún no se habían unido en sagrado matrimonio, pronto lo harían y la servidumbre la trataba como lo que sería. Por segunda ocasión Derek había despachado a toda la servidumbre para hacerse de otra. La primera vez fue debido al matrimonio que llevó con su hermana, muchos sospecharon de su relación y la incomodidad se apoderaba de la casa. —Echales— le había pedido Crystall y él no desobedeció. Ahora esta segunda, no fue porque ella fuera una gitana y eso le avergonzara, de que ellos lo sospecharan o al enterarse la repudiaran, no, sólo quería empezar desde cero, si bien no con nuevo hogar, si con nueva servidumbre e inclusive con un remodelado que tanto Ivette como Derek hicieron, y es que como ella le había pedido, él le enseñaría a comportarse como una dama, había renunciado a su vida gitana.
Era un día despejado, se levantaron tarde, pero no porque hubieran dormido tarde, simplemente no quisieron pararse. Derek le había cantado, la había acariciado y mostrado ilusiones. Le describió como siempre lo hacía, su amor por ella, le confesaba lo que sería capaz de hacer y a veces hablan de su pasado, ese día hablaron de su hermana, la duquesa de La Haya. Por supuesto, Derek no mencionaba detalles, como ser descendiente del príncipe de los Países Bajos, que resulta ser un vampiro o que Crystall fue su esposa. Lo que si le había dicho era que después de que la perdió se hundió en la miseria, convirtiéndose en lo más despreciable, no quería más la vida. «¿Esto fastidiará a Ivette?» a veces se preguntaba antes de cambiar de tema.
Así como le gustaba verle, también escucharle. Había sufrido mucho, él había sido el culpable y cada vez que la escuchaba relatar su historia sentía más admiración, más respeto y se juraba nunca, nunca hacerle daño.
—Hoy almorzaremos en el jardín. Muy pronto seremos invitados a un evento en unos jardines preciosos de La Haya, la cena se servirá al aire libre. Por eso debemos de trabajar en el protocolo, los cubiertos son distintos, la gala de comer es diferente, así que, amor, pese a sentirme incómodo al decirte esto. Es hora de levantarnos— le dijo dándole un beso en la frente.
Última edición por Derek Van Wijs el Miér Nov 05, 2014 12:04 am, editado 1 vez
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 202
Fecha de inscripción : 26/07/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dream come true | Privado | La caída del príncipe
Habían pasado ya unas semanas desde que estaba instalada definitivamente en aquella gran mansión. Había abandonado todo lo que conocía, para irse detrás del hombre que amaba, se sentía culpable y de cierta forma egoísta, no lo podía ocultar. Con un cambio tan drástico de vida que había sufrido, llegaba a sentirse abrumada y extremadamente triste, pero todos sus males parecían desvanecerse cuando abría los ojos y veía a quien tenía a su lado. El siempre llegaba a llenar su alma y aclarecer cualquier momento de intriga con un solo “Te quiero”. Derek era su motor de vida en ese momento, se esforzaba al máximo cada día para poder aprender lo más rápido posible, lo que una joven de clase alta aprendía en el trascurso de toda su vida.
Desde que se levantaba, estaba con su instructora personal llamada Jean-Fuleyt. Derek la había contratado a petición de la ex gitana, ella le enseñaban todas las lecciones importantes para ser parte de aquella clase social. Encargaba encantada de mostrarle el arte del buen vestir y el comportamiento femenino de la época, era una mujer ya madura, pero con un gran corazón y paciencia. Secretamente comenzaba a encariñarse con la pelirroja. Siempre era estricta, esperaba que ella captara toda la información necesaria para seguir adelante con la próxima lección. En ocasiones la pobre Ivette podía llegar a aturdirse por tantas cosas que debía recordar y hacer. Era algo difícil, pero con el esfuerzo y empeño que ponía, lo comenzaba a lograr.
No podía evitar ser una mujer dulce y amable con todos los que le rodeaban, los sirvientes adoraban a la señora de la casa, quien parecía aun no comprender que significaba la servidumbre. Ellos mismos la regañaban cuando veían algo inapropiado para una mujer de tal estatus, ayudando con su aprendizaje. — Mi Señora, esto no puede hacerlo una mujer de su clase, delante de otra persona no lo haga — la aconsejaban dulcemente. Ivette lo trataba de grabar en su mente, no quería avergonzar a Derek de ninguna forma. Aun así esta era su casa, mientras estuviera rodeada de gente conocida y se sintiera segura, podía ser la Ivette de buen corazón, amable con los empleados y algo “bruta”.
Lo que más le gustaba hacer a la futura señora de Van Wijs era estar en la cama con su futuro esposo. Tenía una extraña fascinación con la suavidad de las sabanas y lo acolchonado de los muebles y acompañado de Derek, todo parecía ser perfecto. Podían quedarse todo el día acostados si fuera por ella. El brujo era el responsable de sacarla de la cama, muchas veces a regañadientes, pero ella al final cedía, en otras ocasiones, el brujo era el que cedía, quedándose junto con ella disfrutando la privacidad de su alcoba, en donde ella podía ser la Ivette de siempre.
— ¿Debemos entonces levantarnos ya? — Pregunto con cierta decepción — ¿No podemos hacer que este es el exterior? — pregunto con una sonrisa picara. Trato de acomodar su cuerpo, se acurrucaba junto a él, buscando su calor. Dejo escapar un suspiro largo, mientras con gran esfuerzo terminaba de levantarse de la cama. Debía entonces comenzar con el protocolo de vestirse con ayuda de dos doncellas, quien con maestría ayudaban a ponerle esos elegantes y finos vestidos que Derek había mandado hacer exclusivamente para ella.
Se quedo sentada en la orilla de la cama. — Muy bien, tratare de ponerme lo más bella posible para almorzar con el hombre que amo — acomodo su cabello, alzándolo por encima de sus hombros. Poco a poco llego a estirarse hasta sentir como su cuerpo terminaba parado finalmente. Busco una bata de seda que colgaba cerca y se la coloco. — Aunque me gustaría preguntar; Si en al aire libre. ¿Por qué no hacen el evento en el día? — Pregunto girando su cuerpo. Se encontró con un Derek que estaba a punto de levantarse. — ¿No sería más hermoso? Además, estamos en primavera — Con pequeños salticos término acercándose a él. Sujeto sus caderas y giro rítmicamente, tomo la mano del brujo para ponerla en su cintura, mientras comenzaba cierto baile improvisado en medio de la habitación — Así podríamos bailar entre las flores hasta cansarnos — algo en su interior le decía que debía estar preparada para tal encuentro, si el mismo Derek la quería preparar para tal dio, debía ser algo muy importante como para dejar en manos de la Instructora Jean-Fuleyt.
Se separo del cuerpo el caballero, dejando que su cuerpo girara solo, hasta detenerse bruscamente — ¡Un vestido! También necesito un vestido nuevo — había aprendido que la vestimenta era signo de prestigio y elegancia, por eso deseaba verse lo mejor posible, para poder ser la mujer adecuada para él. —Oh dios mío, ya comienzo a pensar como una pomposa mujer de clase, entre vestidos y joyas me voy a ahogar — se reprocho ella misma con cierto encanto inocente. Abrió los abrazos para recibir a Derek nuevamente en ellos y aferrarse a su cuello fuertemente. — Ve a ordenar todo mientras yo comienzo a arreglarme, querido mío — le era imposible no dejar de besarlo, quería llenar todo su cuerpo de pequeños besos, que le recordaran el gran amor que ella sentía por él.
Desde que se levantaba, estaba con su instructora personal llamada Jean-Fuleyt. Derek la había contratado a petición de la ex gitana, ella le enseñaban todas las lecciones importantes para ser parte de aquella clase social. Encargaba encantada de mostrarle el arte del buen vestir y el comportamiento femenino de la época, era una mujer ya madura, pero con un gran corazón y paciencia. Secretamente comenzaba a encariñarse con la pelirroja. Siempre era estricta, esperaba que ella captara toda la información necesaria para seguir adelante con la próxima lección. En ocasiones la pobre Ivette podía llegar a aturdirse por tantas cosas que debía recordar y hacer. Era algo difícil, pero con el esfuerzo y empeño que ponía, lo comenzaba a lograr.
No podía evitar ser una mujer dulce y amable con todos los que le rodeaban, los sirvientes adoraban a la señora de la casa, quien parecía aun no comprender que significaba la servidumbre. Ellos mismos la regañaban cuando veían algo inapropiado para una mujer de tal estatus, ayudando con su aprendizaje. — Mi Señora, esto no puede hacerlo una mujer de su clase, delante de otra persona no lo haga — la aconsejaban dulcemente. Ivette lo trataba de grabar en su mente, no quería avergonzar a Derek de ninguna forma. Aun así esta era su casa, mientras estuviera rodeada de gente conocida y se sintiera segura, podía ser la Ivette de buen corazón, amable con los empleados y algo “bruta”.
Lo que más le gustaba hacer a la futura señora de Van Wijs era estar en la cama con su futuro esposo. Tenía una extraña fascinación con la suavidad de las sabanas y lo acolchonado de los muebles y acompañado de Derek, todo parecía ser perfecto. Podían quedarse todo el día acostados si fuera por ella. El brujo era el responsable de sacarla de la cama, muchas veces a regañadientes, pero ella al final cedía, en otras ocasiones, el brujo era el que cedía, quedándose junto con ella disfrutando la privacidad de su alcoba, en donde ella podía ser la Ivette de siempre.
— ¿Debemos entonces levantarnos ya? — Pregunto con cierta decepción — ¿No podemos hacer que este es el exterior? — pregunto con una sonrisa picara. Trato de acomodar su cuerpo, se acurrucaba junto a él, buscando su calor. Dejo escapar un suspiro largo, mientras con gran esfuerzo terminaba de levantarse de la cama. Debía entonces comenzar con el protocolo de vestirse con ayuda de dos doncellas, quien con maestría ayudaban a ponerle esos elegantes y finos vestidos que Derek había mandado hacer exclusivamente para ella.
Se quedo sentada en la orilla de la cama. — Muy bien, tratare de ponerme lo más bella posible para almorzar con el hombre que amo — acomodo su cabello, alzándolo por encima de sus hombros. Poco a poco llego a estirarse hasta sentir como su cuerpo terminaba parado finalmente. Busco una bata de seda que colgaba cerca y se la coloco. — Aunque me gustaría preguntar; Si en al aire libre. ¿Por qué no hacen el evento en el día? — Pregunto girando su cuerpo. Se encontró con un Derek que estaba a punto de levantarse. — ¿No sería más hermoso? Además, estamos en primavera — Con pequeños salticos término acercándose a él. Sujeto sus caderas y giro rítmicamente, tomo la mano del brujo para ponerla en su cintura, mientras comenzaba cierto baile improvisado en medio de la habitación — Así podríamos bailar entre las flores hasta cansarnos — algo en su interior le decía que debía estar preparada para tal encuentro, si el mismo Derek la quería preparar para tal dio, debía ser algo muy importante como para dejar en manos de la Instructora Jean-Fuleyt.
Se separo del cuerpo el caballero, dejando que su cuerpo girara solo, hasta detenerse bruscamente — ¡Un vestido! También necesito un vestido nuevo — había aprendido que la vestimenta era signo de prestigio y elegancia, por eso deseaba verse lo mejor posible, para poder ser la mujer adecuada para él. —Oh dios mío, ya comienzo a pensar como una pomposa mujer de clase, entre vestidos y joyas me voy a ahogar — se reprocho ella misma con cierto encanto inocente. Abrió los abrazos para recibir a Derek nuevamente en ellos y aferrarse a su cuello fuertemente. — Ve a ordenar todo mientras yo comienzo a arreglarme, querido mío — le era imposible no dejar de besarlo, quería llenar todo su cuerpo de pequeños besos, que le recordaran el gran amor que ella sentía por él.
Ivette Van Wijs- Humano Clase Alta
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 20/11/2012
Localización : en donde necesite estar
Re: Dream come true | Privado | La caída del príncipe
Verla feliz, verla con él lo hacían sentirse dichoso. «¿Cuánto la amaba?».
—Será en la noche porque la anfitriona así lo ha dispuesto, no todos sus invitados tienen la posibilidad de asistir en el día. Pero vamos, ¿no será romántico bailar bajo la luz de las velas?— dijo con cariño mientras bailaban. Estar con ella, y sólo con ella. Sentir su piel con la suya, verle sonreír o simplemente observar esos ojos que tanto le decían y que cuando le decía -Te amo- aseveraban con cariño.
Rió cuando hizo el comentario de pensar como las mujeres de alta clase. —Para mí siempre serás mi gitana— le besó uno de sus hombros. —Te veré abajo, te llevarán a los jardines— y así como dijo, así se fue. Derek se apresuró a vestirse, a perfumarse y llegó al jardín antes que Ivette. Sentado la esperó pensando en el motivo de la fiesta, o motivos. En primera instancia era presentar a Ivette ante la familia y sobre todo a su hermana. Ella había escuchado hablar de Ivette y aunque sabía que ya se había enterado del compromiso de su hermano, no había mandado ninguna clase de carta declarándole sus pensamientos o incluso sentimientos, pero, confiaba en que todo saldría bien.
La espera se prolongó y tuvo tiempo de pensar en Violante, el príncipe de los Países Bajos pero más relevante el que sea su ancestro, el que comenzara con el linaje Van Wijs junto con Benelope, la única con la que tenía contacto y que la noche de aquel día haría presencia para entrevistarse con Ivette, prepararla para lo que será la antesala para su boda. Derek mantenía un semblante serio, sus dedos de la mano derecha acariciaban su sien, podía interpretarse como preocupado, mas no lo estaba, al menos del modo en el que su servidumbre lo apreciaba.
—Señor, tenemos todo dispuesto— le interrumpió Anna, la encargada de aquella eventualidad que tendría con Ivette. Derek le miró y sonrió, luego, asintió con la cabeza. —Perfecto, muchas gracias Anna— dijo y Anna se dio la vuelta para irse. —Espere, está aquí Madame Jean-Fuleyt— preguntó habiéndose olvidado de ella. —Si mi señor, está supervisando todo, ha despertado muy temprano— dijo con una sonrisa, lo cierto era que toda su servidumbre se habían encariñado con la pareja y sobre todo, amaban a Ivette; su bella gitana llena de vida, alegría, no tenía ni una pizca de altanería, no era como todas las damas de clase alta con sus sirvientes, de cierto modo, era como Crystall. —Bien no la haré esperar— se le escapó una risilla y acompañado de Anna llegó hasta donde se encontraba Jean-Fuleyt.
—Muy buenos días Madame Fuleyt... ¿espero que haya descansado bien?— le ofreció una sonrisa. —Es muy atento señor Van Wijs...— la conversación se interrumpió cuando ambos vieron que ya llegaba Ivette. Derek se adelantó para brindarle su apoyo y llegaran juntos hasta Jean-Fuleyt.
—Será en la noche porque la anfitriona así lo ha dispuesto, no todos sus invitados tienen la posibilidad de asistir en el día. Pero vamos, ¿no será romántico bailar bajo la luz de las velas?— dijo con cariño mientras bailaban. Estar con ella, y sólo con ella. Sentir su piel con la suya, verle sonreír o simplemente observar esos ojos que tanto le decían y que cuando le decía -Te amo- aseveraban con cariño.
Rió cuando hizo el comentario de pensar como las mujeres de alta clase. —Para mí siempre serás mi gitana— le besó uno de sus hombros. —Te veré abajo, te llevarán a los jardines— y así como dijo, así se fue. Derek se apresuró a vestirse, a perfumarse y llegó al jardín antes que Ivette. Sentado la esperó pensando en el motivo de la fiesta, o motivos. En primera instancia era presentar a Ivette ante la familia y sobre todo a su hermana. Ella había escuchado hablar de Ivette y aunque sabía que ya se había enterado del compromiso de su hermano, no había mandado ninguna clase de carta declarándole sus pensamientos o incluso sentimientos, pero, confiaba en que todo saldría bien.
La espera se prolongó y tuvo tiempo de pensar en Violante, el príncipe de los Países Bajos pero más relevante el que sea su ancestro, el que comenzara con el linaje Van Wijs junto con Benelope, la única con la que tenía contacto y que la noche de aquel día haría presencia para entrevistarse con Ivette, prepararla para lo que será la antesala para su boda. Derek mantenía un semblante serio, sus dedos de la mano derecha acariciaban su sien, podía interpretarse como preocupado, mas no lo estaba, al menos del modo en el que su servidumbre lo apreciaba.
—Señor, tenemos todo dispuesto— le interrumpió Anna, la encargada de aquella eventualidad que tendría con Ivette. Derek le miró y sonrió, luego, asintió con la cabeza. —Perfecto, muchas gracias Anna— dijo y Anna se dio la vuelta para irse. —Espere, está aquí Madame Jean-Fuleyt— preguntó habiéndose olvidado de ella. —Si mi señor, está supervisando todo, ha despertado muy temprano— dijo con una sonrisa, lo cierto era que toda su servidumbre se habían encariñado con la pareja y sobre todo, amaban a Ivette; su bella gitana llena de vida, alegría, no tenía ni una pizca de altanería, no era como todas las damas de clase alta con sus sirvientes, de cierto modo, era como Crystall. —Bien no la haré esperar— se le escapó una risilla y acompañado de Anna llegó hasta donde se encontraba Jean-Fuleyt.
—Muy buenos días Madame Fuleyt... ¿espero que haya descansado bien?— le ofreció una sonrisa. —Es muy atento señor Van Wijs...— la conversación se interrumpió cuando ambos vieron que ya llegaba Ivette. Derek se adelantó para brindarle su apoyo y llegaran juntos hasta Jean-Fuleyt.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 202
Fecha de inscripción : 26/07/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dream come true | Privado | La caída del príncipe
Derek había salido de la habitación, pronto dos doncellas llegaron para ayudar a Ivette en el desafío de entrar en aquellas pequeñas vestimentas. Amoldar su cuerpo a un molde, como lo era el corsé, no era tarea fácil, mas para alguien que estaba acostumbrada a las telas con la libertad del viento. Las dos mujeres eran agiles con sus manos, desvistieron a la pelirroja y pasaron por su cuerpo una toalla mojada para limpiar un poco su piel pálida del sudor y la suciedad. Comenzaron colocando la ropa interior que iba debajo de todo aquel vestido. Ivette trataba de ser lo más flexible del mundo, mientras ellas le indicaban por donde debía pasar los brazos y los pies, cuando debía dejar de respirar y moverse para comodidad de ellas. Terminaron poniendo el armazón de la falda, junto con el ajustado corsé que le daba aquella figura de avispa que era muy popular en esa temporada.
Guantes, perfumes, arreglos, maquillaje, trataba de acostumbrarse a todo rápidamente, en ocasiones parecía abrumada, ahogada con tantas cosas y manos tratando de hacerla la mujer más elegante y hermosa de Francia. ¿Valdría todo la pena? Ella pensaba que si, tenía la esperanza que su vida cambiaria para mejor desde ahora en adelante. Tenía un presentimiento de que aquella reunión seria de suma importancia por eso trataba de mantenerse clamada y dispuesta a aprender lo que tuviera que aprender.
Estaba mirándose al espejo, tratando de ella misma arreglar los últimos detalles. Sus cabellos rizados habían sido recogidos y adornados con lindos accesorios, su rostro pintado sin exagerar, mostraban un rubor suave en sus pómulos. El vestido que habían seleccionado para la ocasión era más que perfecto, el corte de la falda era corto para que no tuviera problemas de caminar por la grama en el patio. Tenía colores pasteles que acentuaban bien con su color de piel y ojos.
Una de las doncellas la interrumpió dando un pequeño toquecito en la puerta, ella simplemente giro, para luego sonreír entendiendo su advertencia. Se levanto de su asiento dispuesta a recorrer aquellos largos pasillos guiada por las dos jóvenes que le habían ayudado a vestirse, hasta donde Derek la esperaba. Aunque fueron unas pocas horas que se había ausentado, ya su corazón se angustiaba, necesitaba verlo, tenia cierto nervios dentro de ella, deseaba su aprobación, ver en sus ojos el brillo que le indicaba a Ivette lo contento que estaba.
Paso por el umbral de la puerta, los rayos del sol golpearon sus ojos, entrecerró un poco viendo a unos metros dos figuras que parecían un poco borrosos. Pronto su visión se aclaro y encontró a Derek sonriente al lado de su instruís la Madame Jean-Fuleyt, quien también parecía encantada por la forma en que la mirada. ¿Se vería como toda una señora de la sociedad? Se mordió su labio inferior, mientras sujetaba con sus manos enguantadas; con una fina tela de encaje dorado. Parte de su vestido, para poder bajar educadamente los escalones. Aunque ansiaba llegar rápido hacia las dos personas, trato de ser calmada y con una sonrisa en su rostro, delicadamente caminar con pasos pausados hasta estar al frente de ellos.
—Ohhh… — su cuerpo pareció debilitarse por unos segundos. Se detuvo bruscamente, sintió los pasos de su prometido acercándose a ella, tenía la cabeza mirando al piso, pronto recibió el brazo de Derek como apoyo, se sujeto fuertemente de el, aspirando con cierto alivio el olor de su prometido — Disculpa por haberte preocupado amor, ha sido un pequeño mareo, sentí que pude haberme caído — Dijo entrecerrando sus ojos, mientras sus manos se aferraban aun mas al brujo. Le dedico una mirada a la señora Jean-Fuleyt y como pudo dibujo una sonrisa en su rostro—Que alegría verla Madame — miro al brujo con una amplia sonrisa en sus labios — ¿Nos acompañara hoy a desayunar? — Pregunto cortésmente, mientras trataba de erguirse — Eso es lo que necesito un buen desayudo para tener energías — Quiso caminar. Derek recelosamente la mantenía en su agarre hasta que la sentó en la mesa que ya estaba totalmente preparada. — Te digo que estoy bien — Bufo suavemente como niña malcriada, mientras veía como el brujo se sentaba a su lado sujetando su mano y entrelazando sus dedos.
Guantes, perfumes, arreglos, maquillaje, trataba de acostumbrarse a todo rápidamente, en ocasiones parecía abrumada, ahogada con tantas cosas y manos tratando de hacerla la mujer más elegante y hermosa de Francia. ¿Valdría todo la pena? Ella pensaba que si, tenía la esperanza que su vida cambiaria para mejor desde ahora en adelante. Tenía un presentimiento de que aquella reunión seria de suma importancia por eso trataba de mantenerse clamada y dispuesta a aprender lo que tuviera que aprender.
Estaba mirándose al espejo, tratando de ella misma arreglar los últimos detalles. Sus cabellos rizados habían sido recogidos y adornados con lindos accesorios, su rostro pintado sin exagerar, mostraban un rubor suave en sus pómulos. El vestido que habían seleccionado para la ocasión era más que perfecto, el corte de la falda era corto para que no tuviera problemas de caminar por la grama en el patio. Tenía colores pasteles que acentuaban bien con su color de piel y ojos.
Una de las doncellas la interrumpió dando un pequeño toquecito en la puerta, ella simplemente giro, para luego sonreír entendiendo su advertencia. Se levanto de su asiento dispuesta a recorrer aquellos largos pasillos guiada por las dos jóvenes que le habían ayudado a vestirse, hasta donde Derek la esperaba. Aunque fueron unas pocas horas que se había ausentado, ya su corazón se angustiaba, necesitaba verlo, tenia cierto nervios dentro de ella, deseaba su aprobación, ver en sus ojos el brillo que le indicaba a Ivette lo contento que estaba.
Paso por el umbral de la puerta, los rayos del sol golpearon sus ojos, entrecerró un poco viendo a unos metros dos figuras que parecían un poco borrosos. Pronto su visión se aclaro y encontró a Derek sonriente al lado de su instruís la Madame Jean-Fuleyt, quien también parecía encantada por la forma en que la mirada. ¿Se vería como toda una señora de la sociedad? Se mordió su labio inferior, mientras sujetaba con sus manos enguantadas; con una fina tela de encaje dorado. Parte de su vestido, para poder bajar educadamente los escalones. Aunque ansiaba llegar rápido hacia las dos personas, trato de ser calmada y con una sonrisa en su rostro, delicadamente caminar con pasos pausados hasta estar al frente de ellos.
—Ohhh… — su cuerpo pareció debilitarse por unos segundos. Se detuvo bruscamente, sintió los pasos de su prometido acercándose a ella, tenía la cabeza mirando al piso, pronto recibió el brazo de Derek como apoyo, se sujeto fuertemente de el, aspirando con cierto alivio el olor de su prometido — Disculpa por haberte preocupado amor, ha sido un pequeño mareo, sentí que pude haberme caído — Dijo entrecerrando sus ojos, mientras sus manos se aferraban aun mas al brujo. Le dedico una mirada a la señora Jean-Fuleyt y como pudo dibujo una sonrisa en su rostro—Que alegría verla Madame — miro al brujo con una amplia sonrisa en sus labios — ¿Nos acompañara hoy a desayunar? — Pregunto cortésmente, mientras trataba de erguirse — Eso es lo que necesito un buen desayudo para tener energías — Quiso caminar. Derek recelosamente la mantenía en su agarre hasta que la sentó en la mesa que ya estaba totalmente preparada. — Te digo que estoy bien — Bufo suavemente como niña malcriada, mientras veía como el brujo se sentaba a su lado sujetando su mano y entrelazando sus dedos.
Ivette Van Wijs- Humano Clase Alta
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 20/11/2012
Localización : en donde necesite estar
Re: Dream come true | Privado | La caída del príncipe
Iba a ser una gran sorpresa o eso esperaba Crystall, la bruja que había marcado la vida de Derek Van Wijs, su hermano y ahora con la falta de Dalma se sentía sola, sin propósito. Ya llevaba un tiempo en París, tratando de buscar ese algo que le ayudara a sentir más cómoda con la vida y sólo fracasó. Esa mañana Crystall despertó con una ansiedad que la orilló a romper el acuerdo de la familia; pues Derek se casaría con Ivette dentro de unos días pero Crystall deseosa de conocer a la afortunada no pudo más que asearse, ponerse su vestido de época colo verde esmeralda y tomar un coche con destino a una residencia que ella perfectamente conocía y que en un tiempo no muy lejano le perteneció... La residencia Van Wijs.
El coche era un carruaje abierto, donde ella con un abanico que cubría parte de su rostro y un abrigo oscuro, se exhibía por las calles. A pesar de que no se podía ver su figura delgada con cintura mínima debido al corsé, si podían verse el pequeño bulto que generaban sus pechos pequeños. La mirada de Crystall estaba pérdida, lo único que poseía de valor no era su ducado en La Haya, si no sus recuerdos, que no solamente eran muchos, sino también dolorosos. -¿Acaso he venido a este mundo a ser infeliz... a sufrir?- pensaba y una lágrima amenazó arruinar su maquillaje formándose en sus grandes ojos verdes.
El viaje fue largo, pasó por la zona comercial y de reojo vio la que alguna vez fue su librería de libros antiguos y le dio nostalgia. Pensó en la búsqueda que quiso iniciar para encontrar las lágrimas de Dios y así seguir viviendo con Derek, el único que a su criterio la podía hacer feliz. Sin darse cuenta llegó hasta la residencia, cuando bajó despidió al cochero y caminando a la puerta encontró a los guardas de la puertas, Crystall no lo sabía pero Derek había cambiado a la servidumbre, a excepción de los guardias. Ellos querían mucho a Crystall por su carácter, porque les narraba sus aventuras y sobre todo los escuchaba y ayudaba, los hacía trabajar también como escoltas y eso les hacía sentirse valiosos. La recibieron y a su sorpresa Crystall se echó a sus brazos, ellos desconociendo su actual título la abrazaron igual. Estaban feliz de verla y eso se notaba en su forma de expresarlo.
Hablaron por un tiempo y cuando se tocó el tema de Derek y su prometida, Crystall no pudo más y caminó hasta los jardines donde le habían dicho que estaba. Seguía pensando en su pasado y su corazón se aceleraba cada vez más, sintió además un sudor en su sien y sus manos le temblaron, era como si lo fuera a ver por primera vez, o se tratara de su príncipe azul. Derek era el único familiar directo que le quedaba, era su hermano mayor, que no se vio en vuelto en la matanza de la inquisición sobre su familia y en los tormentos que la bruja vivió. En esta ocasión no pudo evitar soltar lágrimas que hicieron que su maquillaje se corriera cuando los vio. A Derek ayudando a una mujer pelirroja sentarse y entrelazando sus dedos.
Era hermosa, Crystall no podía objetarlo, e inclusive se sintió inferior a ella, pero no la veía como una rival o la persona que le quitó el amor de Derek porque a pesar de los deslices con su hermano él siempre la vio como su hermana lo que entristecía a Crystall. Todavía dio unos pasos más para cuando se plantó con firmeza en el pasto bien podado. —¡Derek!— gritó y todos los presentes la voltearon a ver.
El coche era un carruaje abierto, donde ella con un abanico que cubría parte de su rostro y un abrigo oscuro, se exhibía por las calles. A pesar de que no se podía ver su figura delgada con cintura mínima debido al corsé, si podían verse el pequeño bulto que generaban sus pechos pequeños. La mirada de Crystall estaba pérdida, lo único que poseía de valor no era su ducado en La Haya, si no sus recuerdos, que no solamente eran muchos, sino también dolorosos. -¿Acaso he venido a este mundo a ser infeliz... a sufrir?- pensaba y una lágrima amenazó arruinar su maquillaje formándose en sus grandes ojos verdes.
El viaje fue largo, pasó por la zona comercial y de reojo vio la que alguna vez fue su librería de libros antiguos y le dio nostalgia. Pensó en la búsqueda que quiso iniciar para encontrar las lágrimas de Dios y así seguir viviendo con Derek, el único que a su criterio la podía hacer feliz. Sin darse cuenta llegó hasta la residencia, cuando bajó despidió al cochero y caminando a la puerta encontró a los guardas de la puertas, Crystall no lo sabía pero Derek había cambiado a la servidumbre, a excepción de los guardias. Ellos querían mucho a Crystall por su carácter, porque les narraba sus aventuras y sobre todo los escuchaba y ayudaba, los hacía trabajar también como escoltas y eso les hacía sentirse valiosos. La recibieron y a su sorpresa Crystall se echó a sus brazos, ellos desconociendo su actual título la abrazaron igual. Estaban feliz de verla y eso se notaba en su forma de expresarlo.
Hablaron por un tiempo y cuando se tocó el tema de Derek y su prometida, Crystall no pudo más y caminó hasta los jardines donde le habían dicho que estaba. Seguía pensando en su pasado y su corazón se aceleraba cada vez más, sintió además un sudor en su sien y sus manos le temblaron, era como si lo fuera a ver por primera vez, o se tratara de su príncipe azul. Derek era el único familiar directo que le quedaba, era su hermano mayor, que no se vio en vuelto en la matanza de la inquisición sobre su familia y en los tormentos que la bruja vivió. En esta ocasión no pudo evitar soltar lágrimas que hicieron que su maquillaje se corriera cuando los vio. A Derek ayudando a una mujer pelirroja sentarse y entrelazando sus dedos.
Era hermosa, Crystall no podía objetarlo, e inclusive se sintió inferior a ella, pero no la veía como una rival o la persona que le quitó el amor de Derek porque a pesar de los deslices con su hermano él siempre la vio como su hermana lo que entristecía a Crystall. Todavía dio unos pasos más para cuando se plantó con firmeza en el pasto bien podado. —¡Derek!— gritó y todos los presentes la voltearon a ver.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 297
Fecha de inscripción : 26/08/2012
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» A Dream Within a Dream — Privado
» Dream a little dream of me | Privado
» Aún con la noche caída... [privado]
» La caída de los dioses: el pecado original | Privado | +18
» Some dreams can come true. (Privado)
» Dream a little dream of me | Privado
» Aún con la noche caída... [privado]
» La caída de los dioses: el pecado original | Privado | +18
» Some dreams can come true. (Privado)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour