Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

por **Corbeau** Dom Sep 07, 2014 11:24 am

A pesar de ser una criatura nocturna por naturaleza, aquella vez no había podido dormir y decidió salir a callejear por la ciudad en pleno día. Era odioso, había mucho sol y eso le perjudicaba a la vista, a pesar de tenerla perfecta. Se arremolinó el pelo con los dedos de la mano derecha y se cubrió con la capucha de su gran abrigo emplumado, intentando escibar los dichosos rayos de luz. Se movía sigilosamente por hábito, pero no pasaba desapercibido tan tapado, aunque menos lo haría si mostrase su cabello con tono azulado tan poco natural en los humanos normales y corrientes.

El lugar se veía bastante tranquilo, al parecer no era el único ser no diurno de París. Aún así, se veía a muchos niños yendo al colegio, adultos acudiendo seguramente a sus puestos de trabajo y otros tantos que ya estaban abriendo sus tiendas de buena mañana. ¿Era así la vida a las ocho por norma general? Qué curioso... jamás se lo hubiese imaginado. Se podía ver reflejado en los acristalados escaparates de algunos de los locales y en otros dejó bien marcadas sus huellas al pegarse a él, aspirando el delicioso aroma de sus comidas expuestas. De hecho, el panadero le había corrido con una escoba para que se apartara, tras más de diez minutos amorrado.

Al final, cansado de babear por cosas que no podría conseguir, porque de día era imposible para un animal oscuro como él el pasar desapercibido y robar lo que se le antojara, decidió adentrarse por estrechos callejones y buscar posibles rutas de escape para cuando cometiera sus hurtos. Sacó un papel de su bolsillo y un gastado carboncillo y empezó a dibujar los caminos seguidos y posibles escondrijos, tanto en su forma humana como de ave, porque nunca se sabía si tendría la posibilidad de cambiar en mitad de una escapada. Estaba muy sumido en sus quehaceres, completamente ajeno a sus alrededores, procurando detallar al máximo su pequeño mapa.

por **Eleonor Divella** Jue Sep 11, 2014 12:43 am

Temprano en la mañana en un día como hoy un pequeño ser sale de entre las cajas de los callejones, había dormido la noche fuera debido y gracias a que con quien vivo me dejó las puertas y ventanas cerradas, según él como castigo, ja yo le daré un castigo mayor robaré todas sus cosas y las venderé en el mercado negro algo de bueno deben dar por toda esa basura acumulada por años ¿verdad que si?...bueno luego de un estiramiento de minutos para tener los pequeños huesos de hurón en forma y ahora venía la pregunta. ¿Qué iba a comer?...en casa de Oli tenía todo pero y ahora…bueno tocaba volver a las andadas antiguas el tener que “tomar prestado” de otros.

Caminando entre las calles de la ciudad había algunas doncellas que traían canastos y fundas con lo que sería el desayuno de sus señoras y señores eso me serviría algo de pan caliente con queso…así que es hora del número, primero observo a las jóvenes como para ver cual es la más distraída de todas, cuando localizo a una rubia me acerco a ella muy sigilosa, estaba saliendo de la panadería y cuando da el paso un chillido pego OOOUCH un chillido de animal herido, era todo fingido ni me toco ni un pelo pero había que hacer teatro, con la carita sucia y los ojos de una mirada lánguida la joven se acerca a mi tomándome entre sus manos pero el chillido es más agudo…y entonces cuando ella baja la canasta para ayudar a un pobre animalito indefenso…ZAS que me aviento sin pata lastimada al pan recién comprando llevándolo entre mis patitas y unas que otras migas en mi hociquito, un pan entero sería suficiente y me llenaría.

La mujer grita para que me persigan pero antes de que me pisen la cola entro por uno de los callejones y por andar mirando hacia atrás no me percato y BOOM golpe en la cabeza lo que hace que suelte el pan –ouuuch fíjate mira que va un hurón salvaguardando su vida y el rugido de su panza- rio para ver con lo que me dado el golpazo del año y solo veo a un niño, un niño con carboncillo…”será pintor” la cabeza ladeo un poco mirando al niño para ponerme de pie sacudiendo el pelaje y buscando el pan para el desayuno…aunque quizás ahora sería un desayuno de dos.

por **Corbeau** Jue Sep 11, 2014 4:04 pm

Mientras trataba de dibujar cada giro, cada recoveco, cada ventana, ya fuera alta o baja, incluso midiendo en palmos la distancia del suelo hasta los alfeizares, por poco se comió varias veces alguna pared o farola. Cuando se concentrada mucho en algo, perdía de vista el resto del mundo. No hablemos ya de cuando veía algún tesoro que reclamara su atención, entonces ya es que se volvía ciego a todo lo que fuera ajeno a su objetivo, a su tesoro. Y como era de esperar, tan sumido estaba en la fabricación del mapa perfecto para las fugas de sus futuras aventuras, que no se percató de la aparición de un pequeño animalejo que se interpuso entre sus pies, logrando que ambos rodaran por el suelo. Él, personalmente, se golpeó la espalda contra unas cajas apiladas de madera y suerte tuvo de no clavarse ninguna astilla, o pero aún, algún clavo. Se frotó el hombro, donde el impacto había sido más fuerte y miró al otro con mala cara, sobretodo cuando se percató que era otro cambiaformas. -Mira tú por dónde vas, bicho peludo... mamífero tenías que ser. Siempre os metéis por en medio.

No le prestó atención al botín ajeno, pues para él, que hoy estaba con el estómago lleno, cargar comida era una minucia. De haber llevado algo de valor, entonces la situación habría sido muy distinta, y en vez de quejarse, rápidamente se hubiese lanzado a por el premio gordo. -¿A dónde ibas con tanta prisa, cosa?- Aún intentaba descubrir si era hembra o macho, pues normalmente los animales de pelo eran más agresivos cuando eran hembras, cosa que no llegaba a entender por qué. Si era una chica, tal vez se le tiraría a morderle la nariz para arrancársela como venganza por chocar o algo parecido.

por **Eleonor Divella** Mar Sep 16, 2014 8:24 pm

Entre el choque y el golpe que nos habíamos pegados aquel ser y mi pobre personita que entre risotadas había tratado de mengua mi ánimo pero ahí iba uno tan pacifica como siempre hasta que le empluman la vida y los chinches atacan, tal cual aquel niño que cuando alzo la vista le quedo completamente viendo de pies a cabeza pues era otro igual a mí, ya me había topado con muchos de mis semejantes y con cada uno la historia era peor, aun así no iba a dejar que aquel mocoso huesudo cara de pollo desplumado me diga que hacer, me levanto limpiando los pelos y solo le muestro la seña que aprendí en el barco de mi padre –jodete niño .i. para bichos los que cargas en el pico para alimentarte, a otro con esas plumas airadas mocosito- camino buscando el pan hasta tomarlo y limpiarlo lentamente –Ay ya se echó a perder con tanta tierra tocará mojarlo y sabrá esto feo, bueno al menos podré venderlo a algún idiota luego-

Alzo la mirada con los ojos entrecerrados… “me dijo cosa…me dijoooo cooooosa…COSA” le gruñí al niño mostrando los pequeños dientecitos –Para tu información plumitas tengo nombre y no soy cosa porque como tú también respiro y me muevo, aunque mejor y más grácil que tu chiquito, pero aun así no soy cosa- le saque la lengua justo cuando escucho los gritos de los hombres –maldita sea- miro a todos lados y veo una de las ventanas a medio abrir, trepo por las paredes con las garras sosteniéndome en las piedras hasta la ventana, con las mismas logro que el vidrio de esta se mueva y pueda entrar pero antes de hacerlo miro al niño hacia abajo –ah que hago mejores cosas que tu volador y eso siendo mamífero- le saco la lengua toda grosera como retándolo a que hiciera lo mismo.

por **Corbeau** Jue Sep 18, 2014 12:58 pm

Echó el cuello hacia atrás al oír semejante palabrería sucia para una criatura tan pequeña y peluda. Además, por su tono y manera de hablar, ahora estaba convencido que era una hembra. Lo que le faltaba, encima de toparse con un bicho, tenía que ser una niña. A pesar de ser un cambiaformas ave, no se puso a graznar de rabia, sino que le gruñó a la enana pulgosa. -Yo no cargo bichos para comer, robo cosas caras de buenos restaurantes o asalto ricos comensales en sus terrazas privadas.- Siguió mirando mal al pequeño roedor de cuerpo y cola largos mientras éste se ponía a limpiar una fea hogaza de pan. Nada comparado a lo que él conseguía... a veces. Pero eso no lo reconocería en voz alta, era su pequeño secreto, que uno no siempre conseguía el premio gordo.

Al oír los gritos de personas, pudo ver como la enana se ponía bien nerviosa y empezaba a buscar una escapatoria. Aquello le recordó que debía poner a buen recaudo su mapa y lo ocultó en el interior de su chaqueta emplumada para luego depositar el carboncillo en uno de sus hondos bolsillos transporta tesoros, aunque ahora anduvieran vacíos. Siguió los movimientos ajenos con todo detalle y cuando la mocosa le sacó la lengua, todas sus plumas, ahora invisibles, se erizaron. Sus orbes resplandecieron con un leve toque dorado y de un salto, envolviéndose en su gran casaca vieja, se convirtió en urraca. -Verás como te saque un ojo con mi pico, monstruito! ¡Craaah!- Sacudió sus alas con fuerza, removiendo un poco el polvo que cubría el suelo y se lanzó en picado contra la obertura de la ventana, empujando así al otro animal, cayendo juntos al interior del edificio.

por Contenido patrocinado

Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

Re: Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

Re: Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

Re: Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

Re: Las sombras se alargan al mediodía {Priv}

Re: Las sombras se alargan al mediodía {Priv}