AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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New Confessions || Privado
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New Confessions || Privado
Pasaron varias lunas desde la última vez que vio a Andrei ya casi no lo recordaba, no mentira si lo recordaba cada noche que le tocaba estar con un cliente y su hermana Emily se ponía en su lugar para no dejar constancia de que su cabeza andaba en otro lugar lugar incluso la dueña del burdel comenzó a llamarle la atención y sin saber la razón de aquella despistada mente lo dedujo la mujer de algunos años mayores a las jóvenes y aquella noche decidió hacer una excepción con Abi, Emi había aceptado trabajar por ella en su turno así que tendría el doble de clientes o como lo llamaba la hermana “el doble de diversión” mientras Abi tendría una sola noche libre.
Al escuchar a su hermana darle aquella noticia y sin poder creerlo Abi abraza a su hermana colocándose un vestido muy sencillo de color negro que por su problema de respiración tenía que ser muy suelto sin muchos ajustes ni adornos para no llamar la atención y pasar desapercibida como cualquier otra joven de diecinueva años que pase por las calles; un baño rápido y la ropa perfecta con zapatos bajos para no lastimarse por si de escapar se trate, va saliendo del burdel por la puerta de atrás para que nadie la vea una vez en la calle recoge todo su cabello rojizo en una coleta alta…sus pasos la llevan hacia el circo, los traga fuegos le llaman la atención y las trapecistas al igual que los animales encerrados.
Se acerca a una de las jaulas de los pobre animales, la de un tigre le mira sintiendo pena por el animalito con un boleto en mano suspira –te entiendo muy bien pequeño-habla con el animal cerrando los ojos –aunque tú tienes barrotes de acero yo tengo cadenas invisibles que me atan a mis sentimientos ocultos que jamás se los pude decir a aquel cazador y también me ata mi compromiso con aquella mujer que me salvó la vida a mí y a mi hermana, estoy atada a mi pasado y por eso tampoco tengo futuro- tosió n poco por el frío, de todo lo que pudo haber escogido se había olvidado de tomar su abrigo y la función ya estaba por comenzar…no quería perdérsela y menos pillar una enfermedad así que a pasos presurosos se resigna a entrar a la carpa principal para disfrutar de la función, quizás ahí tendría algo de calor aunque le toque estará aislada de las personas para que no la reconozcan, con la esperanza en su frágil corazón.
Al escuchar a su hermana darle aquella noticia y sin poder creerlo Abi abraza a su hermana colocándose un vestido muy sencillo de color negro que por su problema de respiración tenía que ser muy suelto sin muchos ajustes ni adornos para no llamar la atención y pasar desapercibida como cualquier otra joven de diecinueva años que pase por las calles; un baño rápido y la ropa perfecta con zapatos bajos para no lastimarse por si de escapar se trate, va saliendo del burdel por la puerta de atrás para que nadie la vea una vez en la calle recoge todo su cabello rojizo en una coleta alta…sus pasos la llevan hacia el circo, los traga fuegos le llaman la atención y las trapecistas al igual que los animales encerrados.
Se acerca a una de las jaulas de los pobre animales, la de un tigre le mira sintiendo pena por el animalito con un boleto en mano suspira –te entiendo muy bien pequeño-habla con el animal cerrando los ojos –aunque tú tienes barrotes de acero yo tengo cadenas invisibles que me atan a mis sentimientos ocultos que jamás se los pude decir a aquel cazador y también me ata mi compromiso con aquella mujer que me salvó la vida a mí y a mi hermana, estoy atada a mi pasado y por eso tampoco tengo futuro- tosió n poco por el frío, de todo lo que pudo haber escogido se había olvidado de tomar su abrigo y la función ya estaba por comenzar…no quería perdérsela y menos pillar una enfermedad así que a pasos presurosos se resigna a entrar a la carpa principal para disfrutar de la función, quizás ahí tendría algo de calor aunque le toque estará aislada de las personas para que no la reconozcan, con la esperanza en su frágil corazón.
Emily/Abigeil Wright- Prostituta Clase Baja
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Re: New Confessions || Privado
Las horas de la noche volvían a ser de él de vuelta al trabajo. Un trabajo en el que solamente se veía de mala posición, era un hombre buscado por haberse sobrepasado con una hermosa jovencita de clase alta que ella misma había decidido ponerse en ese aprieto más nada paso. No pudo haber pasado nada cuando nadie se acercó al uno al otro. Alguien parecido a ella misma, Abigeil. Su rostro angelical aparecía en cualquier lado, en cualquier rincón por relacionarla con su oficio, pero el suyo tampoco era demasiado noble tampoco, tampoco ejercía de buena fama. Bien era rebuscado obviamente.
¿Dónde estaría ella ocultándose? Esa noche fue a verla al burdel pero bien fue ver a su hermana del diablo y echarse hacia atrás, sabiendo que no le caía bien. Bufando se fue, buscando por cada rincón a Abigeil pero si no la había visto en el burdel no estaría ahí mismo. Bien, ¿y ahora qué? ¿Dónde estaba? Sí, no, ¿Hacia dónde iba? Estaba perdido ¿Recurriría al alcohol de nuevo? Perdió la cuenta al día siguiente de cuantas botellas se había bebido la noche anterior o cuantos tragos. Estaba perdido en sí mismo. Maldita bruja. Si no la hubiera apartado ahora no estaría así. Podrían estar haciendo que cogiera confianza con él, una amistad por algo se empieza – Maldita Emily….menuda bruja…-Diciendo esto se reincorporaba de la cama de su habitación – Seguro que se la follan mal y por eso es tan mala pécora –Bufo quejándose a solas de la única persona que le separo de alguien a quien él mismo quería proteger. Aquella noche, le habían metido a los tres una emboscada pero no sabía quién había sido el causante de todo.
Hacia sol entre nubes y no le apetecía levantarse de la desaliñada cama. Podía costearse aun la mansión de sus padres en Paris, no había vuelto a saber nada de su hermano desde la última vez que le vio con vida. Estaba prácticamente solo y los pájaros no hacían nada más que molestar a toda costa – Debí haberla seguido…-Se volvió a decir a si mismo cuando se acostó nuevamente, estaba prácticamente cansado, dispuesto a encontrarse con la muerte si esta pretendía salir pero se durmió. Y al despertarse descubrió un paisaje negro y lleno de nubes de tormenta. ¿Qué pasaría? Después de unas horas haciendo tareas domésticas porque no tenía sirvientes, los había despedido a todos con tal de que estuviera solo y en paz, después de comer un buen plato de pasta que hizo el mismo, después de dormir la siesta y despertarse con un cielo oscuro y de noche, no había pasado nada ni había llovido.
Estaba aburrido y no sabía qué hacer. En su buzón había algunas facturas diciéndole que había pagado a tiempo la deuda del mes, un fino papel que informaba de un circo a las afueras de Paris y si, cuando alzo la mirada vio la gran carpa roja y blanca sobresaliendo de las copas de los árboles. Parecía que tenía algo que hacer y cuando esa noche se adentró en el interior del circo vestido con ropas de camisa, pantalón y chaqueta, fue a la jaula de los animales donde se encontró a quien no se esperaba encontrar – Abigeil…-Dijo sorprendido de lo que encontró. Juraría que no iba a volver a verla jamás, pero al final estaba equivocado. Sí que la vio y hermosa como la última vez que la vio –Abigeil…-Si ese era el nombre de ella pero no se movía del sitio – Pensé que no te volvería a ver…-Dijo acercándose finalmente a ella con cautela, la observo y el mismo se quitó el abrigo quedándose en chaqueta para ponerlo sobre los hombros de Abigeil – Aunque sean las últimas noches de Verano abrígate…-La sonrió – T…te eche de menos…-Dijo sin poder evitar ser tan efusivo, quería mostrarle su afecto pero no quería que se alejara de él.
¿Dónde estaría ella ocultándose? Esa noche fue a verla al burdel pero bien fue ver a su hermana del diablo y echarse hacia atrás, sabiendo que no le caía bien. Bufando se fue, buscando por cada rincón a Abigeil pero si no la había visto en el burdel no estaría ahí mismo. Bien, ¿y ahora qué? ¿Dónde estaba? Sí, no, ¿Hacia dónde iba? Estaba perdido ¿Recurriría al alcohol de nuevo? Perdió la cuenta al día siguiente de cuantas botellas se había bebido la noche anterior o cuantos tragos. Estaba perdido en sí mismo. Maldita bruja. Si no la hubiera apartado ahora no estaría así. Podrían estar haciendo que cogiera confianza con él, una amistad por algo se empieza – Maldita Emily….menuda bruja…-Diciendo esto se reincorporaba de la cama de su habitación – Seguro que se la follan mal y por eso es tan mala pécora –Bufo quejándose a solas de la única persona que le separo de alguien a quien él mismo quería proteger. Aquella noche, le habían metido a los tres una emboscada pero no sabía quién había sido el causante de todo.
Hacia sol entre nubes y no le apetecía levantarse de la desaliñada cama. Podía costearse aun la mansión de sus padres en Paris, no había vuelto a saber nada de su hermano desde la última vez que le vio con vida. Estaba prácticamente solo y los pájaros no hacían nada más que molestar a toda costa – Debí haberla seguido…-Se volvió a decir a si mismo cuando se acostó nuevamente, estaba prácticamente cansado, dispuesto a encontrarse con la muerte si esta pretendía salir pero se durmió. Y al despertarse descubrió un paisaje negro y lleno de nubes de tormenta. ¿Qué pasaría? Después de unas horas haciendo tareas domésticas porque no tenía sirvientes, los había despedido a todos con tal de que estuviera solo y en paz, después de comer un buen plato de pasta que hizo el mismo, después de dormir la siesta y despertarse con un cielo oscuro y de noche, no había pasado nada ni había llovido.
Estaba aburrido y no sabía qué hacer. En su buzón había algunas facturas diciéndole que había pagado a tiempo la deuda del mes, un fino papel que informaba de un circo a las afueras de Paris y si, cuando alzo la mirada vio la gran carpa roja y blanca sobresaliendo de las copas de los árboles. Parecía que tenía algo que hacer y cuando esa noche se adentró en el interior del circo vestido con ropas de camisa, pantalón y chaqueta, fue a la jaula de los animales donde se encontró a quien no se esperaba encontrar – Abigeil…-Dijo sorprendido de lo que encontró. Juraría que no iba a volver a verla jamás, pero al final estaba equivocado. Sí que la vio y hermosa como la última vez que la vio –Abigeil…-Si ese era el nombre de ella pero no se movía del sitio – Pensé que no te volvería a ver…-Dijo acercándose finalmente a ella con cautela, la observo y el mismo se quitó el abrigo quedándose en chaqueta para ponerlo sobre los hombros de Abigeil – Aunque sean las últimas noches de Verano abrígate…-La sonrió – T…te eche de menos…-Dijo sin poder evitar ser tan efusivo, quería mostrarle su afecto pero no quería que se alejara de él.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: New Confessions || Privado
Con el viento corriendo y las personas apresurándose para entrar a la gran carpa a la función Abi se encontraba caminando hasta ella pero con sus pasos lentos y pesados como si en el fondo no quisiera entrar y solo lo hacía por obligación, abrigándose con sus propias manos ante el frío inminente que calaba hasta los huesos la menuda cortesana suspiraba románticamente entre ideas y sueños perdidos, hasta que entre sus más ansiados sueños escuchó la voz de aquel que le había seducido noches atrás, aquel cuyo nombre conocía y le hacía sentir mariposas en su estómago, el único hombre que le hizo sentir vergüenza de su profesión.
Al girarse sintió una tela cálida colocarse sobre sus hombros, ladeo el cabeza girándola un poco con el horror de saber si era su mayor anhelo o un cliente que la ha reconocido, pero para su sorpresa se trataba de aquel cazador, la sonrisa en el rostro de Abi delató sus emociones, quiso saltar para abrazarlo de la cintura pero no, en cambio, sus brazos rodearon el cuello de él abrazándolo, sus pies en puntitas para poder alcanzar aunque sea el mentón dejando un beso ahí, se sentía como una niña pequeña en medio de una travesura y quizás lo era porque aquello no estaba bien que dirían de él si alguien la reconoce, negó alejando de él agachando el rostro en pena y vergüenza, producto de lo que ella era, comenzó a balbucear palabras sin sentido y luego se calló.
-Andrei no por favor- musitó levemente –No quiero que pases vergüenza por lo que soy, no es justo para ti además de que…- guardó silencio, como decirle, como explicar que aun siendo una cortesana era virgen, no le creería pues la tomaría como una mentirosa y se le burlaría en la cara algo en lo que sus lágrimas serían el final. –Andrei yo…tú…nosotros…no- y en eso un beso, fue todo para acallar las palabras un beso tan suave que supuso gloria para ella, tan cálido que le ardía los labios que poco a poco iba moviéndolos, sus dedos se posaron tras los cabellos de él subiendo con sus uñas a la par que sentía las manos de él en su cintura atrayéndola…deseo profundizar el beso pero antes de siquiera poder llegar a más lo siente alejarse de ella cayendo y en sus labios el nombre de él en grito.
Al girarse sintió una tela cálida colocarse sobre sus hombros, ladeo el cabeza girándola un poco con el horror de saber si era su mayor anhelo o un cliente que la ha reconocido, pero para su sorpresa se trataba de aquel cazador, la sonrisa en el rostro de Abi delató sus emociones, quiso saltar para abrazarlo de la cintura pero no, en cambio, sus brazos rodearon el cuello de él abrazándolo, sus pies en puntitas para poder alcanzar aunque sea el mentón dejando un beso ahí, se sentía como una niña pequeña en medio de una travesura y quizás lo era porque aquello no estaba bien que dirían de él si alguien la reconoce, negó alejando de él agachando el rostro en pena y vergüenza, producto de lo que ella era, comenzó a balbucear palabras sin sentido y luego se calló.
-Andrei no por favor- musitó levemente –No quiero que pases vergüenza por lo que soy, no es justo para ti además de que…- guardó silencio, como decirle, como explicar que aun siendo una cortesana era virgen, no le creería pues la tomaría como una mentirosa y se le burlaría en la cara algo en lo que sus lágrimas serían el final. –Andrei yo…tú…nosotros…no- y en eso un beso, fue todo para acallar las palabras un beso tan suave que supuso gloria para ella, tan cálido que le ardía los labios que poco a poco iba moviéndolos, sus dedos se posaron tras los cabellos de él subiendo con sus uñas a la par que sentía las manos de él en su cintura atrayéndola…deseo profundizar el beso pero antes de siquiera poder llegar a más lo siente alejarse de ella cayendo y en sus labios el nombre de él en grito.
Última edición por Emily/Abigeil Wright el Dom Ene 18, 2015 1:25 pm, editado 1 vez
Emily/Abigeil Wright- Prostituta Clase Baja
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Re: New Confessions || Privado
No quiso haberla sobresaltado pero ambos estaban sorprendidos de que el destino los hubiera unido esa noche. Andrei pensó que no la volvería a ver antes de que él se fuera de caza nuevamente pero esta vez a cazar cosas diferentes. Estaba que no sabía cómo responder ante la imagen sencilla de Abigeil. Estaba pensando en que poder decirle. No salían las palabras. Todo alrededor estaba oscuro para él y ya la gente que había alrededor se iba disipando para dejarlos con intimidad a propósito. Sentía en su interior que necesitaba quitarla de ahí en medio y vivir su vida como él quiso siempre. Probablemente con ella, no lo sabía, pero seguramente estaba pensando en una nueva vida, empezar desde cero, sin embargo estaba pensando en que tal vez podría convencerla, no le agradaba su hermana tampoco él a ella. Simplemente tendría que ser demasiado convincente, si, podría servir ese truco solo que…¿Qué pasaría?
Tenía curiosidad.
Entonces siguió yendo hacia ella lentamente, sin dejar de mirarla y cuando la tenía delante de ella, cara con cara, una sombra vino por detrás y golpeo en la cabeza a Andrei. Este se supone que se tendría que haber dado cuenta, pero inmediatamente se lo llevaron inconsciente hacia una esquina, en donde un quisquilloso gitano le quito todo el saldo que tenía para el resto del mes y digamos que algunos cupones de una tienda por la que pasaba a menudo. Estaba perdido y enseguida uno de sus antiguos camaradas volvió y se lo encontró en el suelo. No se había fijado de la hermosa belleza inocente de Abigeil, el desconocido y amigo de Andrei se alejo de ella y se acerco a Andrei para ver si estaba bien. Él mismo, el desconocido repuso lo robado a Andrei con una nota que decía que en breves fuera a verle. Con eso hecho y suspirado, se alejo de Abigeil para que pudiera estar a solas con el atrevido cazador.
Tenía curiosidad.
Entonces siguió yendo hacia ella lentamente, sin dejar de mirarla y cuando la tenía delante de ella, cara con cara, una sombra vino por detrás y golpeo en la cabeza a Andrei. Este se supone que se tendría que haber dado cuenta, pero inmediatamente se lo llevaron inconsciente hacia una esquina, en donde un quisquilloso gitano le quito todo el saldo que tenía para el resto del mes y digamos que algunos cupones de una tienda por la que pasaba a menudo. Estaba perdido y enseguida uno de sus antiguos camaradas volvió y se lo encontró en el suelo. No se había fijado de la hermosa belleza inocente de Abigeil, el desconocido y amigo de Andrei se alejo de ella y se acerco a Andrei para ver si estaba bien. Él mismo, el desconocido repuso lo robado a Andrei con una nota que decía que en breves fuera a verle. Con eso hecho y suspirado, se alejo de Abigeil para que pudiera estar a solas con el atrevido cazador.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: New Confessions || Privado
Con un grito en sus labios, siente como se aleja aquel cazador que a su corazón hace latir, quiere ayudarle pero un par de mano la detiene de la cintura, pelea, lucha lo que puede por soltarle pero solo les causa gracia a los hombres que esculcan al desfallecido cazador, las lágrimas comienzan a brotar por el susto de una muerte, teme que le pase algo.
-Suéltenme sucios ladrones, que le han hecho, lo han matado- exclamaba entre sollozos y lágrimas –Ayúdenme, por favor, auxilio- el sujeto que le tenía sujeta le cubre la boca molesto –a callar puta, no está muerto solo está soñado y queremos el dinero de él, gracias preciosa a que lo entretuviste por eso pudimos llegar quizás luego tu animes la fiesta en el campamento te gustará y te pagaremos bien por tus servicios- un manoseo a los senos de ella y a su trasero le supuso que la violarían, el terror en el rostro de Abi era inminente y casi lo consiguen aquellos tipejos si no es por la repentina llegada de otro caballero que con un sonido sonoro de un revolver los ahuyento empujando a la mujer cerca del cuerpo robado de Andrei, gateo para estar cerca de él lastimándose la rodilla y mano derecha con unos vidrios que estaban tirados entre la hierba. Le tomo entre su pecho acunando el rostro de él con sus lágrimas –lo siento, lo siento no debí besarte- suplicaba en perdón la pequeña cortesana.
El otro caballero que no miró ni cruzó palabra con Abi, la alejó del cazador, se sintió mal ante aquello pues se lo arrebato “quizás piensa que tuve algo que ver”, se pone de pie con sus manos sobre su pecho rezando a que no le haya pasado nada malo, el sujeto lo carga hasta una de las carpas de aquel circo, es una habitación prácticamente pues lo deja recostado sobre unos cojines, Abi ingreso temerosa pero el caballero se retiró con una sonrisa y un saludo muy cordial hacia ella que quiso explicarle pero el hombre no la dejó, solo le permitió entrar a aquella tienda y en su afán por saber de su príncipe encantado corre sin importarle nada para recostarse sobre él abrazándole con lágrimas en sus ojos.
-Suéltenme sucios ladrones, que le han hecho, lo han matado- exclamaba entre sollozos y lágrimas –Ayúdenme, por favor, auxilio- el sujeto que le tenía sujeta le cubre la boca molesto –a callar puta, no está muerto solo está soñado y queremos el dinero de él, gracias preciosa a que lo entretuviste por eso pudimos llegar quizás luego tu animes la fiesta en el campamento te gustará y te pagaremos bien por tus servicios- un manoseo a los senos de ella y a su trasero le supuso que la violarían, el terror en el rostro de Abi era inminente y casi lo consiguen aquellos tipejos si no es por la repentina llegada de otro caballero que con un sonido sonoro de un revolver los ahuyento empujando a la mujer cerca del cuerpo robado de Andrei, gateo para estar cerca de él lastimándose la rodilla y mano derecha con unos vidrios que estaban tirados entre la hierba. Le tomo entre su pecho acunando el rostro de él con sus lágrimas –lo siento, lo siento no debí besarte- suplicaba en perdón la pequeña cortesana.
El otro caballero que no miró ni cruzó palabra con Abi, la alejó del cazador, se sintió mal ante aquello pues se lo arrebato “quizás piensa que tuve algo que ver”, se pone de pie con sus manos sobre su pecho rezando a que no le haya pasado nada malo, el sujeto lo carga hasta una de las carpas de aquel circo, es una habitación prácticamente pues lo deja recostado sobre unos cojines, Abi ingreso temerosa pero el caballero se retiró con una sonrisa y un saludo muy cordial hacia ella que quiso explicarle pero el hombre no la dejó, solo le permitió entrar a aquella tienda y en su afán por saber de su príncipe encantado corre sin importarle nada para recostarse sobre él abrazándole con lágrimas en sus ojos.
Emily/Abigeil Wright- Prostituta Clase Baja
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Re: New Confessions || Privado
Andrei se fue despertando con lentitud sobre el montón de cojines y encontró a Abigeil llorando a su lado. Sonrío con tranquilidad y comenzó a acariciarle sus cabellos. Siguió para después tomarla del mentón y besarla lentamente, sin darse cuenta de que ahora estaba encima de ella, pero no hizo nada más que ponerse sobre ella, no actuó de más, no indago en algo mucho más carnal. Tenía en cuenta el miedo en los ojos de su acompañante – Abi, hermosa, Tienes que salir de aquí conmigo, pero ahora estarás conmigo y mantente fuerte, te prometo que cuando salgamos de aquí, te llevare a mi casa ¿entendido? No ha habido dia desde que te vi aquella noche que no haya pensado en ti, Abi – Dijo sin detener la sonrisa de sus labios. Que dios le ayudara en buscarse la salvación completa en aquella que podría ser su milagro. ¿Cuánto tiempo había pasado sin que estuviera con una mujer asi de cerca?
Se separó de Abigeil.
Se separó sentándose y viendo en donde se encontraba. sonrió a Abigeil – Tranquila, esta es, al parecer, la tienda de un antiguo amigo mio que me salvo la vida, en mas de una ocasión –Sonrío y tomo una de las manos de Abigeil para acariciársela y calmarla – Eh, vamos Abi ¿Puedo llamarte asi? Se me hace mas bonito para ti –sonrió de lado, teniendo en cuenta que su compañero volvería de un momento a otro – Y si me ha salvado ahora es que quiere que haga una misión para él y confía en mi cuando te digo que deberías de cambiar de profesión, como ser cazadora conmigo ¿Qué te parece la idea? Estaríamos juntos y te aportaría fortaleza. No es que no seas fuerte, pero veo un gran potencial en ti –Entrecerró los ojos para verla mejor por ver que decía, pero en aquel momento aquel amigo entro dentro de la tienda, haciendo una leve reverencia a Andrei, por ser un joven respetado entre algunos cazadores de la bella Rusia.
-Buenas amigo. Despertaste.
Se separó de Abigeil.
Se separó sentándose y viendo en donde se encontraba. sonrió a Abigeil – Tranquila, esta es, al parecer, la tienda de un antiguo amigo mio que me salvo la vida, en mas de una ocasión –Sonrío y tomo una de las manos de Abigeil para acariciársela y calmarla – Eh, vamos Abi ¿Puedo llamarte asi? Se me hace mas bonito para ti –sonrió de lado, teniendo en cuenta que su compañero volvería de un momento a otro – Y si me ha salvado ahora es que quiere que haga una misión para él y confía en mi cuando te digo que deberías de cambiar de profesión, como ser cazadora conmigo ¿Qué te parece la idea? Estaríamos juntos y te aportaría fortaleza. No es que no seas fuerte, pero veo un gran potencial en ti –Entrecerró los ojos para verla mejor por ver que decía, pero en aquel momento aquel amigo entro dentro de la tienda, haciendo una leve reverencia a Andrei, por ser un joven respetado entre algunos cazadores de la bella Rusia.
-Buenas amigo. Despertaste.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: New Confessions || Privado
El verlo tan enérgico como si no hubiera ocurrido nada, como si aquel golpe solo había sido un roce o un apretón de manos, se ruborizó completamente al estar frente a él cubriéndose con las manos el cuerpo, ¿por qué una prostituta de cubre, si su trabajo es vender su cuerpo?, porque con él sentía vergüenza una que con la simple mirada ella se sentía completamente desnuda y no solo de ropa sino también de su alma. Se relamió los labios al sentir sus besos, quería mas pero así mismo se refreno cuando la mano de ella tomó la de él apretándola con fuerza, como si lo necesitara para estar de pie.
Quiso decir algo, una sola palabra pero no se lo permitió él, aunque también ¿cómo decirle que estaba unida a su hermana por el pasado? .Respiró profundamente acallándole unos minutos con un beso suave y delicado, solo posó sus labios sobre los de él, una sonrisa y su índice sobre esos labios que acababa de acariciar –Andrei, yo no puedo irme contigo y dejar a mi hermana en el burdel, y no la convencerás de irse con nosotros ella ama la vida que tenemos…soy…soy…soy yo la que no lo disfruta y ella siempre se ha sacrificado por mí– se acerca a su oído susurrándole –Soy virgen Andrei, aunque no me creas– se aleja un poco por el asombro de él, quizás no le creía pero era cierto. –Verás, mi hermana siempre se ofrece en mi lugar por mi enfermedad, así que yo solo hago uso de mis manos y otras partes de mi cuerpo, y más porque piden que bailemos mi hermana y yo para ellos en una danzas muy eróticas y terminamos tocándonos, de ahí me encargo un poco de los clientes y quien termina es Emi, ella termina en mi lugar con todos los clientes, yo nunca conocí esa parte y no lo hare por mi enfermedad, no me puedo agitar mucho– una pena la inundo por completo agachando la mirada –Yo, yo tampoco he dejado de pensarte desde que nos vimos, vine aquí para ver si te olvidaba, pero no lo logro y no creo hacerlo– se aleja un poco para darle el espacio para que él pensara todo lo que ella le había confesado hasta que escuchó una voz tras de ella.
Dio un brinco cayéndose de espaldas lastimándose las manos, realmente se había torcido la muñeca un poco y su rostro lo mostro. Se puso de pie abruptamente para correr a esconderse tras del cazador sin mirarle a ninguno de los dos hombres es más, su muñeca herida, la tenía contra su pecho.
Quiso decir algo, una sola palabra pero no se lo permitió él, aunque también ¿cómo decirle que estaba unida a su hermana por el pasado? .Respiró profundamente acallándole unos minutos con un beso suave y delicado, solo posó sus labios sobre los de él, una sonrisa y su índice sobre esos labios que acababa de acariciar –Andrei, yo no puedo irme contigo y dejar a mi hermana en el burdel, y no la convencerás de irse con nosotros ella ama la vida que tenemos…soy…soy…soy yo la que no lo disfruta y ella siempre se ha sacrificado por mí– se acerca a su oído susurrándole –Soy virgen Andrei, aunque no me creas– se aleja un poco por el asombro de él, quizás no le creía pero era cierto. –Verás, mi hermana siempre se ofrece en mi lugar por mi enfermedad, así que yo solo hago uso de mis manos y otras partes de mi cuerpo, y más porque piden que bailemos mi hermana y yo para ellos en una danzas muy eróticas y terminamos tocándonos, de ahí me encargo un poco de los clientes y quien termina es Emi, ella termina en mi lugar con todos los clientes, yo nunca conocí esa parte y no lo hare por mi enfermedad, no me puedo agitar mucho– una pena la inundo por completo agachando la mirada –Yo, yo tampoco he dejado de pensarte desde que nos vimos, vine aquí para ver si te olvidaba, pero no lo logro y no creo hacerlo– se aleja un poco para darle el espacio para que él pensara todo lo que ella le había confesado hasta que escuchó una voz tras de ella.
Dio un brinco cayéndose de espaldas lastimándose las manos, realmente se había torcido la muñeca un poco y su rostro lo mostro. Se puso de pie abruptamente para correr a esconderse tras del cazador sin mirarle a ninguno de los dos hombres es más, su muñeca herida, la tenía contra su pecho.
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Re: New Confessions || Privado
-Abi! –Andrei dijo ignorando a su amigo cazador. La siguió con la mirada y cuando la tuvo a su lado, busco en el interior de su chaqueta y saco una venda larga que llevaba en caso de emergencia o pelea. Se acercó a Abigeil y se la coloco para que sostuviera y apoyara bien la muñeca – Sujétala así, estarás bien y yo te cuidare. Después hablamos porque si sigues diciéndome que no, te secuestraré –Dijo acabando en una risita confidencial con Abigeil, besándola en la mejilla para después girarse y levantarse, sacudir la suciedad del polvo sobre su traje, se acercó a su amigo e hicieron un saludo, Andrei volvió a girarse y señalo a Abigeil.
– Ni se te ocurra salir de la tienda ¿me harás ese favor? –Miro nuevamente hacia su amigo y ambos comenzaron a hablar en ruso, una jerga que muchos no entenderían y sobre lo que hablaban era de aniquilar una familia oculta de vampiros muy importante. Eso a Andrei le gusto, adoro la idea, pero le acabo diciendo que pasaba del tema porque anteriormente, había sido atacado por alguien que no aun no sabía quién, y precisamente también incumbía a Abigeil y a su hermana. En cambio, se lo pensó mejor, le dijo que se lo pensaría si le ayudaba en averiguar la identidad de quien quería verlo muerto, entonces el cazador, dijo que le sonaba esa información pero que los inquisidores les habían quitado el derecho de la información y que no iban hacia él, sino hacia las hermanas Wright.
Andrei se tensó de lo último que escucho. Él había sido disparado, seguramente para ser apartado del camino, pero ¿Qué escondían las hermanas para querer ser eliminadas y que la inquisición no dejara a otras personas saber de tal misterioso tema? Andrei quería saber que o de que se trataba aquella información sobre las Wright posiblemente, miro por un segundo a Abigeil, que estaba mirándole y él le devolvió una sonrisa. No convencería a Emily pero podría convencer a Abigeil, si no, tendría que usar palabras duras para llevársela consigo.
Su amigo, le aconsejo que si estaba en cercanía con las gemelas de algún modo, que las pusiera a salvo de la amenaza misteriosa que las afligía, aunque si eran cortesanas estas tampoco eran buenas vistas en la corte papal. Pero ¿A las hermanas Wright? Vale que una estaba ida de la cabeza y era demasiado picante conforme al habla, pero Abigeil era toda dulzura y la creía imposible de que pudiera hacer ningún mal. Andrei vio cómo su amigo se despedía y les dejaba al mando de aquella tienda en la que estaban ahora mismo. Andrei vio partir a su amigo no sin antes tomar la mano buena de Abigeil y ver besarle el dorso – eh, sobón…-Andrei podría sentirse algo celoso tras ver la duración del beso en la mano de aquella por quien sentía ciertos sentimientos. Escucho la despedida que dio su amigo hacia ambos y con las mismas salió de la tienda y desapareció.
Andrei volvió a sentarse al lado de Abigeil. Se quedó mirándola fijamente y sonrió - ¿Te duele demasiado? – Pregunto con pocas ganas, como si sintiera tener la culpa de muchas cosas –Verás Abigeil, mi compañero me ha dicho….cosas de las que creo que deberías plantearte venir conmigo por una buena temporada junto con tu hermana, las dos a mi casa que es el lugar más seguro del mundo y que está bien escondida del ojo humano – Se rasco los rizos de su cabeza pensando las palabras adecuadas. Ya Abigeil le explico que no podían dejar la vida del burdel, él lo entendía pero tenía que protegerla de alguna manera.
– Ni se te ocurra salir de la tienda ¿me harás ese favor? –Miro nuevamente hacia su amigo y ambos comenzaron a hablar en ruso, una jerga que muchos no entenderían y sobre lo que hablaban era de aniquilar una familia oculta de vampiros muy importante. Eso a Andrei le gusto, adoro la idea, pero le acabo diciendo que pasaba del tema porque anteriormente, había sido atacado por alguien que no aun no sabía quién, y precisamente también incumbía a Abigeil y a su hermana. En cambio, se lo pensó mejor, le dijo que se lo pensaría si le ayudaba en averiguar la identidad de quien quería verlo muerto, entonces el cazador, dijo que le sonaba esa información pero que los inquisidores les habían quitado el derecho de la información y que no iban hacia él, sino hacia las hermanas Wright.
Andrei se tensó de lo último que escucho. Él había sido disparado, seguramente para ser apartado del camino, pero ¿Qué escondían las hermanas para querer ser eliminadas y que la inquisición no dejara a otras personas saber de tal misterioso tema? Andrei quería saber que o de que se trataba aquella información sobre las Wright posiblemente, miro por un segundo a Abigeil, que estaba mirándole y él le devolvió una sonrisa. No convencería a Emily pero podría convencer a Abigeil, si no, tendría que usar palabras duras para llevársela consigo.
Su amigo, le aconsejo que si estaba en cercanía con las gemelas de algún modo, que las pusiera a salvo de la amenaza misteriosa que las afligía, aunque si eran cortesanas estas tampoco eran buenas vistas en la corte papal. Pero ¿A las hermanas Wright? Vale que una estaba ida de la cabeza y era demasiado picante conforme al habla, pero Abigeil era toda dulzura y la creía imposible de que pudiera hacer ningún mal. Andrei vio cómo su amigo se despedía y les dejaba al mando de aquella tienda en la que estaban ahora mismo. Andrei vio partir a su amigo no sin antes tomar la mano buena de Abigeil y ver besarle el dorso – eh, sobón…-Andrei podría sentirse algo celoso tras ver la duración del beso en la mano de aquella por quien sentía ciertos sentimientos. Escucho la despedida que dio su amigo hacia ambos y con las mismas salió de la tienda y desapareció.
Andrei volvió a sentarse al lado de Abigeil. Se quedó mirándola fijamente y sonrió - ¿Te duele demasiado? – Pregunto con pocas ganas, como si sintiera tener la culpa de muchas cosas –Verás Abigeil, mi compañero me ha dicho….cosas de las que creo que deberías plantearte venir conmigo por una buena temporada junto con tu hermana, las dos a mi casa que es el lugar más seguro del mundo y que está bien escondida del ojo humano – Se rasco los rizos de su cabeza pensando las palabras adecuadas. Ya Abigeil le explico que no podían dejar la vida del burdel, él lo entendía pero tenía que protegerla de alguna manera.
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: New Confessions || Privado
Aquellos ojos se embobaron y por primera vez en tanto tiempo se permitió soñar, si, por una vez en su vida Abi comenzó a soñar con algo más que la vida que conocía pero sabía que le era imposible porque estaba tan unida a su hermana que no podría solo ser una en el burdel y la otra en el cuento de hadas, así no era la historia para ellas y eso era algo que Abi lo sabía muy bien, tanto que le dolía ahí donde su corazón late, en esa parte de su pecho que ahora le dificultaba respirar.
Así estaba ahora, su pecho se oprimía evitando que el aire pasara a sus pulmones, los bronquios comenzaban a cerrársele conforme la euforia y adrenalina del momento estaban pasando frente a ella, eso contado con las palabras de aquel cazador, promesas que quizás no podría cumplirle. Tocaba el pecho arrugando el vestido en el puño cerrado, con ese deseo de tomar una buena bocanada de aire pero le era imposible y dificultoso. El sonido de la falta de aire comenzó a ser notorio, más que nada era el peligro en el que se encontraba.
Negó a la posibilidad de vivir el cuento de hadas con su príncipe pues pensaba que si ella estaba en peligro con su hermana también lo estaría él y que mejor si hacían lo contrario si ellas desaparecían para evitarle a él problemas. Se levantó con el dolor en el pecho y con la mano adolorida, esa sonrisa y tono carmesí en sus mejillas anunciaron aquellos sentimientos que se negaba a confesar por vergüenza y temor de ser tomada como una tonta. –Andrei, yo…– apenas si podía formular palabras, quiso soltar una risita pero solo alcanzó al dibujar una sonrisa en sus labios, hizo un gesto con la mano que tenía libre de que le aguardase unos segundos. Corrió fuera de la tienda para tomar algo de aire y poder regresar a confesarle a él sus sentimientos y su idea de vivir “juntos” al menos algo que podría servirles a los tres, pero cuando quiso volver a la tienda, al dar el primer paso de regreso unos fuertes brazos la detuvieron y un golpe en su nuca fue lo que recibió.
Lo demás fue lo que aconteció.
Los mismos hombres después de que vieron partir al sujeto que se había entrometido antes, tomaron a Abi cargándola al hombro y colocándola sobre uno de los caballos en donde montaba un jinete encapuchado.
-Al menos deja que me goce a esta puta tenemos derechos los hombres por darte-
La mirada asesina de aquel encapuchado fue todo lo que recibieron junto a una bolsa de dinero.
-Matadle si quieren a ese entrometido, pero a esta y al a hermana me las dejan vivas-
El caballo relinchó dando los primeros galopes alejándose del circo en la oscuridad de la noche pero aquello fue una distracción porque el jinete había parado en una de las tiendas de las equilibrista dejando ahí a Abi, a tienda cerrada, descansando obre una cama hecha de cojines de seda y con ropa de ser parte del circo, era una camisola transparente en al que se podía apreciar aquella ropa íntima que llevaba, zapatos de puntas y un sobrerito pequeño con malla que le cubría el rostro el cual estaba maquillado en tonos rojos los labios, mejillas y párpados. Tenía toda la pinta de ser una equilibrista más, todo parecía un sueño en aquella tienda un poco alejada del circo pero cerca de los dominios de este –Donde…Donde estoy, que es todo esto– se miró confundida con la mano vendada y curada pero con un ligero dolor de cabeza –Que torpe soy, debí caerme y golpearme, Andrei– llamó pero no respondieron, algo que le comenzó a asustar y su pecho volvía a contraerse.
Así estaba ahora, su pecho se oprimía evitando que el aire pasara a sus pulmones, los bronquios comenzaban a cerrársele conforme la euforia y adrenalina del momento estaban pasando frente a ella, eso contado con las palabras de aquel cazador, promesas que quizás no podría cumplirle. Tocaba el pecho arrugando el vestido en el puño cerrado, con ese deseo de tomar una buena bocanada de aire pero le era imposible y dificultoso. El sonido de la falta de aire comenzó a ser notorio, más que nada era el peligro en el que se encontraba.
Negó a la posibilidad de vivir el cuento de hadas con su príncipe pues pensaba que si ella estaba en peligro con su hermana también lo estaría él y que mejor si hacían lo contrario si ellas desaparecían para evitarle a él problemas. Se levantó con el dolor en el pecho y con la mano adolorida, esa sonrisa y tono carmesí en sus mejillas anunciaron aquellos sentimientos que se negaba a confesar por vergüenza y temor de ser tomada como una tonta. –Andrei, yo…– apenas si podía formular palabras, quiso soltar una risita pero solo alcanzó al dibujar una sonrisa en sus labios, hizo un gesto con la mano que tenía libre de que le aguardase unos segundos. Corrió fuera de la tienda para tomar algo de aire y poder regresar a confesarle a él sus sentimientos y su idea de vivir “juntos” al menos algo que podría servirles a los tres, pero cuando quiso volver a la tienda, al dar el primer paso de regreso unos fuertes brazos la detuvieron y un golpe en su nuca fue lo que recibió.
Lo demás fue lo que aconteció.
Los mismos hombres después de que vieron partir al sujeto que se había entrometido antes, tomaron a Abi cargándola al hombro y colocándola sobre uno de los caballos en donde montaba un jinete encapuchado.
-Al menos deja que me goce a esta puta tenemos derechos los hombres por darte-
La mirada asesina de aquel encapuchado fue todo lo que recibieron junto a una bolsa de dinero.
-Matadle si quieren a ese entrometido, pero a esta y al a hermana me las dejan vivas-
El caballo relinchó dando los primeros galopes alejándose del circo en la oscuridad de la noche pero aquello fue una distracción porque el jinete había parado en una de las tiendas de las equilibrista dejando ahí a Abi, a tienda cerrada, descansando obre una cama hecha de cojines de seda y con ropa de ser parte del circo, era una camisola transparente en al que se podía apreciar aquella ropa íntima que llevaba, zapatos de puntas y un sobrerito pequeño con malla que le cubría el rostro el cual estaba maquillado en tonos rojos los labios, mejillas y párpados. Tenía toda la pinta de ser una equilibrista más, todo parecía un sueño en aquella tienda un poco alejada del circo pero cerca de los dominios de este –Donde…Donde estoy, que es todo esto– se miró confundida con la mano vendada y curada pero con un ligero dolor de cabeza –Que torpe soy, debí caerme y golpearme, Andrei– llamó pero no respondieron, algo que le comenzó a asustar y su pecho volvía a contraerse.
Emily/Abigeil Wright- Prostituta Clase Baja
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Re: New Confessions || Privado
Andrei estaba aún esperando la vuelta de Abigeil para poder seguir hablando de un posible sospechoso que quería llevárselas y dios sabe que hacerlas. Estaba tardando demasiado y se estaba poniendo demasiado nervioso con lo que pensó enseguida de un plan improvisado, revisar cada carpa, cada tienda y si no colaboraban, destruían, la echaban abajo para así poder situarse él y alguna ayuda en busca de Abigeil.
Andrei se montó en el caballo que le dejaron, su amigo que le había dejado a solas y advertido con el problema de las gemelas cortesanas, le acompañaba junto con otros hombres igual de preparados que cualquier asesino listo para matar a quien se pusiera en medio. La búsqueda comenzó, comenzó siendo ardua y difícil con lo que no podía estar buscándola en el lugar correcto, posiblemente estarían buscando en el lugar equivocado con lo que le hace mucho más difícil situarse en un punto en concreto, pero la repentina llamada de que encontraron un trozo de tela oscuro, uno de los soldados lo reconoció como la tela de algún vestido, Andrei se acercó y reconoció el estampado simple y oscuro, con el ribeteado de encaje – Abigeil…-Murmuro reconociendo la tela, se debió haber enganchado y estaría señalándole el camino pero este se dirigía hacia las afueras del circo.
Un suspiro preocupado salió de los labios de Andrei, se pasó la palma de la mano sobre su rostro, pensando en que tendría que indagar más pero solamente cabalgaban tranquilamente por árboles y más árboles, estaba comenzando a desesperarse. Estando a punto de seguir hacia delante, un soldado, un ex – soldado precisamente que ahora se hizo cazador a sueldo, localizo por el olfato el aroma de una mujer. Andrei pensó que podría ser cualquier cosa o cualquiera que no fuera Abigeil – No sabemos si nos llevara a ella ¿¡ABIGEEEIIILLL!? –Llamo estrepitosamente Andrei en el eco de la noche.
No hubo respuesta.
No hubo sonido alguno que le guiara de que ella estuviera cerca – Diablos Abigeil…¿Dónde estás?
Andrei se montó en el caballo que le dejaron, su amigo que le había dejado a solas y advertido con el problema de las gemelas cortesanas, le acompañaba junto con otros hombres igual de preparados que cualquier asesino listo para matar a quien se pusiera en medio. La búsqueda comenzó, comenzó siendo ardua y difícil con lo que no podía estar buscándola en el lugar correcto, posiblemente estarían buscando en el lugar equivocado con lo que le hace mucho más difícil situarse en un punto en concreto, pero la repentina llamada de que encontraron un trozo de tela oscuro, uno de los soldados lo reconoció como la tela de algún vestido, Andrei se acercó y reconoció el estampado simple y oscuro, con el ribeteado de encaje – Abigeil…-Murmuro reconociendo la tela, se debió haber enganchado y estaría señalándole el camino pero este se dirigía hacia las afueras del circo.
Un suspiro preocupado salió de los labios de Andrei, se pasó la palma de la mano sobre su rostro, pensando en que tendría que indagar más pero solamente cabalgaban tranquilamente por árboles y más árboles, estaba comenzando a desesperarse. Estando a punto de seguir hacia delante, un soldado, un ex – soldado precisamente que ahora se hizo cazador a sueldo, localizo por el olfato el aroma de una mujer. Andrei pensó que podría ser cualquier cosa o cualquiera que no fuera Abigeil – No sabemos si nos llevara a ella ¿¡ABIGEEEIIILLL!? –Llamo estrepitosamente Andrei en el eco de la noche.
No hubo respuesta.
No hubo sonido alguno que le guiara de que ella estuviera cerca – Diablos Abigeil…¿Dónde estás?
Andrei Chezhekov- Cazador Clase Alta
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Re: New Confessions || Privado
Un sonido agudo y el extraño movimiento advirtieron que ya no se encontraba en la carpa donde minutos atrás había estado con aquel cazador, el grito de un jinete junto al relinchar del caballo crearon el momento de terror de Abi sintió al abrir sus ojos y encontrarse con la oscuridad, una capucha le cubría la cabeza y las manos atadas, el ajetreo del viaje solo era acompasado con el mismo que ella provocaba para caer pero las manos viles de su secuestrador tocaron el cuerpo tranquilizándola, sin palabra alguna solo una caricia en la espalda.
En su mente buscaba un refugio de sus propios pensamientos porque lo que se aseguraba era que terminaría violada y asesinada, pero sobre todo, que su querido cazador había sido dado de baja, que ella tendría su mismo final pero lejos de él, sin poder decir cuanto lo amaba, cuanto deseaba ser su esposa aunque no pueda serlo en realidad ya que muchas veces se lo ha advertido su hermana.
“Sabes que un matrimonio con una cortesana no es bien visto, jamás te aceptarán y a tu “esposo” la sociedad lo rechazará, sus finanzas quebrará, nadie querrá hacer negocios con él y menos contratarlo, nuestra vida es esta y siempre lo será, no lo olvides Abi”
Quizás eso era, su pasado que le quería cobrar una venganza por las mentiras, quizás ese era su castigo
En su mente buscaba un refugio de sus propios pensamientos porque lo que se aseguraba era que terminaría violada y asesinada, pero sobre todo, que su querido cazador había sido dado de baja, que ella tendría su mismo final pero lejos de él, sin poder decir cuanto lo amaba, cuanto deseaba ser su esposa aunque no pueda serlo en realidad ya que muchas veces se lo ha advertido su hermana.
“Sabes que un matrimonio con una cortesana no es bien visto, jamás te aceptarán y a tu “esposo” la sociedad lo rechazará, sus finanzas quebrará, nadie querrá hacer negocios con él y menos contratarlo, nuestra vida es esta y siempre lo será, no lo olvides Abi”
Quizás eso era, su pasado que le quería cobrar una venganza por las mentiras, quizás ese era su castigo
Emily/Abigeil Wright- Prostituta Clase Baja
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