La nostalgia perfumada -Libre-

por **Axter Moureau** Mar Ene 20, 2015 7:15 pm

- Allá estaba una vez más, cuando sentía nostalgia en vez de volverse como un idiota que bebe o cuenta las penas al primero que pasa iba al burdel para que el aroma que allí había le sacara más de una sonrisa, incluso en ciertos momentos le habían propuesto trabajar en el burdel pues era como uno de esos habituales de los que siempre agotaban tu paciencia pero que al mismo tiempo agradecías su visita; No siempre se iba a la cama con alguien ya fuese una mujer o un hombre, sin embargo estaba mirando como las mujeres se dejaban tocar, algunas cortesanas paseaban sus pechos tersos por los rostros de los hombres y él claro que no perdía el tiempo, otras ocasiones incluso se tomaba el descaro de ver a los hombres salir completamente sudorosos de haber acabado con algún o alguna cliente. Era un espectáculo a ojos vista como suele decirse la mayor parte de las ocasiones.

Se giró para tomar una copa, miró ésta asegurándose de que era un vino de buena calidad, incluso optimizando sus sospechas ante el nervioso tabernero que estaba sirviendo más para entretener a las mujeres que para hacer su pedido en condiciones, finalizó chasqueando la lengua, ya tendría otra oportunidad para quejarse, por el momento, giró la silla, colocando los codos en la barra, su camisa parecía pegarse contra su pecho mientras que se formaban arrugas de la simple respiración dejando que de nuevo s visión se recrease en el pasado, para él, era cierto que había nacido en la más mísera basura pero el placer, el sexo aquello nunca se olvidaba. Después de una jornada de trabajo si olía meramente a sudor, le parecía un día pésimo, lo mejor, era oler a sudor y a perfume o a sudor y lubricante, con esos pensamientos una pequeña carcajada fue ahogada de sus labios mientras desviaba la mirada hacía la puerta, tenía ganas de fumar, no es que se lo prohibiesen pero sabía que ultimamente había aumentado su nivel de tabaco así que se aseguraría de dejar ese exceso.

Si se iba a la tumba, quería irse en la cama de alguien no porque tenía los pulmones negros. Aunque sabía que ese hábito se iría con él al otro mundo, no quería indicar que ahora tuviese que fumar como un carretero. El ruido de una mesa moviéndose y el escándolo de varias mujeres le hicieron voltearse, al parecer, había una pelea entre hombres, querían a la misma mujer y como es normal siempre había reticencia a compartir a no ser que se estuviese tan borracho que no se importaba donde se metía lo que uno tenía entre las piernas, con un sorbo, dejó que aquella distracción sumiese sus pensamientos, eran como gallos de pelea, machos que alzaban sus penachos intentndo presumir quien la tenía más grande, resopló dejando las manos en su despeinado cabello, el tabernero insistió en que por favor ayudase- ¿Yo? porqué -Reclamo con calma, aunque la pelea estaba llegando a ser alarmante o lo que era peor, molesta para su tranquilidad, era sin duda, un pequeño entretenimiento que tenía, aún así con un suspiro perezoso se levantó- Amigos -sonrió, de forma fría con las comisuras amenazando en una socarrona como teatral advertencia- No queremos peleas, si quieren pelearse ¿porqué no se van al callejón? estaré encantado de romperos la cara para tener una noche tranquila si hace falta -Acabó siseante, con esa amenaza sibilina que no pasó por alto por aquellos hombres, que se miraron, intentando objetar - Tsk Tsk Tsk ¿que es lo que he dicho?.

- Golpeó la mesa con el puño de la mano derecha, alarmando una vez más a quienes observaban la escena, les miró de forma fría y amenazante- ¡ Largo ! -a ese grito, salieron corriendo. ¿Porqué lo habrían hecho? bueno, el físico de aquellos hombres no era nada comparado con el del hombre, la altura, las ganas de pelea...aburrido. Llegó a pensar, mientras volvía a su asiento y todo, poco a poco volvía a la normalidad-

por **Nix Dion** Sáb Ene 24, 2015 1:01 pm

Me quede allí, reclinada en el bar mientras una pelea sucedía a lo lejos; el barman no tuvo otra opción sino pedirle a un cliente que se hiciera cargo aunque fácilmente pude haber hecho que se fueran sin tanto estrés y conmoción aunque en un par de segundos ya todo volvió a la normalidad: chicas paseando desnudas y hombres deseándolas o vendiéndose al publico también.
Cuando Derek, el hombre de la barra volvió a su sitio le hable.

—Dame una copa de ron añejo— el asintió en mi dirección aunque al llegar se dispuso a intentar algo y sin embargo por más lenta que estuviera la noche no quiero a Derek en mi cama de nuevo —no me interesa— así me aleje siendo totalmente clara con ese pobre idiota, no es lo suficiente como para tenerlo dentro de una habitación.

Un diván en una esquina cercana a la pelea se encuentra vacío y allí me dirigí, no soy como estas damas que van a sus clientes exhibiéndolo todo como una desesperada invitación para ser arrastrada sobre algún regazo, yo me recostare disfrutando de la copa que yo misma he pagado mientras que el aroma a sexo me envuelve y la vista se vuelve más gratificante a la vez de torturadora hasta encontrar a la presa ideal que me arrebatará esta noche el ligero camisón azul marino que se aferra a mí con su escote profundo pero lo suficiente recatado como para ocultar las cimas de mis pechos y la cúspide que me hace llegar al clímax.

Me senté en el diván algo alejado donde la vista de mis piernas sin medias es lo primero que atraerían hasta mis ojos azules que se encargarían de cerrar el trato. Desde acá veo el tenso cuerpo del hombre que había estado en la barra tan absorto en el ambiente como yo lo había estado hace momentos: detallo su espalda hasta que vuelve a su anterior asiento donde casi nos vemos frente a frente. Mis piernas se cruzan dejando ver un poco de piel extra que siendo él, yo tomaría como un punto a favor.

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