Nostalgia [Libre]

Había escuchado que los primeros días eran los peores, incluso pasaban años y la sed era incontrolable, pero Temperance debía admitir que no podía controlarse porque no le daba la gana, eso era demasiado simple, no quería ser aquello pero necesitaba vivir "Mejor ellos que yo" eso era lo que invadía su mente y entonces comenzaba el festín, cada noche era lo mismo, cada que abría los ojos había odio en ella, mientras que sus manos se movían desesperadas intentando controlarse, eran humanos, merecían vivir ¿Y ella? Ella no había pedido ser el monstruo que era así que no tenía la culpa, esa era de aquella "persona" que le otorgó el "regalo" de ser un ser superior, pero siempre se preguntaba si en verdad era superior o sólo era algo que los de su especie se imaginaba, pero es que mataba por hambre, por sentido de sobrevivencia, no por que sí, aunque sabía que si se controlaba los podía dejar vivos, medio muertos, tal vez inconscientes, pero vivos al fin de cuentas, si usaba su velocidad ni siquiera la notarían, hasta el día siguiente, quizá una botella de aguardiente sería suficiente para que creyeran que había sido un delirio provocado por el alcohol que les corría por las venas, pero no, no podía controlarse, tenía sed y no de sangre, sino de venganza, pues ellos tenían lo que ella tanto ansiaba y lo desperdiciaban.

Salió de su mansión como un soplido del viento, nadie la pudo haber notado mientras se conjugaba con los sonidos del ambiente, pero ahora tendría que buscar algo con que llenar ese hueco que había en su interior -Tú...- murmuró al ver como una cortesana terminaba de subirse las bragas después de que su amante echara a correr hacia abajo -O tú...- miró al hombre que se alejaba, no sabía a cual de los dos, ¿Cuál estaría más apetecible? Seguramente ambos tendrían adrenalina corriéndoles por las venas, así que daba lo mismo, pero perseguir era lo que a ella le gustaba así que subió hacia la azotea más próxima y comenzó la carrera, en menos de lo que él suponía ya estaba unos metros adelante, iba todavía acomodándose la camisa dentro del pantalón mientras que su respiración todavía se manifestaba cortada, bastante trabajosa, ¡Que poco aguante! sonrió ante sus propios pensamientos y se agazapó, seguro que verla le daría un paro, pero no lo permitiría, un par de pasos más, era todo lo que necesitaba para caer justo detrás, en su espalda, tomarlo por el cuello y matarlo. Todo estaba listo y así lo hizo, brincó, le abrazó y antes de que él tan siquiera pudiera gritar, los fríos dedos de la vampiresa ya se encontraban tapándole la boca mientras la propia se deleitaba con el exquisito sabor de su sangre, un par de convulsiones y forcejeos, pero eran realmente inútiles, los ojos de la mujer brillaban en rojo y sus labios se curvaban en una suave pero maldita sonrisa, sintió cuando el cuerpo dio de sí y quedó en sus brazos ¡Tan romántico!

Limpió sus labios con delicadeza y tomó el cuerpo con sus brazos, en aquél callejón seguramente que nadie los había visto y la cortesana seguramente ya se había ido, corrió de nuevo -¿A dónde te llevaré?- preguntó al hombre como si en verdad le escuchara -Deberás agradecerme, al menos ya no tendrán que trasladarte...- sonrió de nuevo al tiempo que entraba al cementerio, deberían de darle las gracias, seguramente su esposa, si es que tenía, estaba angustiada porque no llegaba y él fornicaba con alguien más ¿Eso era justo? Obvio no y por eso ella no creía en ninguna de esas estupideces, iba buscando alguna lápida que le agradara hasta que encontró una, el ángel que tenía encima ya no tenía cabeza y un brazo estaba carcomido, era perfecto, lo depositó con sumo cuidado, parecía dormido y se enderezó -Ahora sí... Tal vez te traiga a un acompañante...- murmuró con cinismo y el ruido bajo sus pies se hizo presente, era bastante precavida, pero cuando se dejaba llevar por sus instintos aquello pasaba.

Intentó que la rama no crujiera de nueva cuenta debajo de su pie y lo logró, sin embargo al tiempo de percató de otra presencia, pero seguramente que este no podría ser un alimento, ¡Vaya mala suerte! así que simplemente comenzó a caminar hacia él -Seguro que aquí no lograrás encontrar alimento, tendrán todo menos sangre...- mencionó al tiempo que se ponía al lado del hombre -Temperance- extendió la mano, no estaba segura, pero no era humano y era de los de su especie entonces podría decirse que estaría un poco más tranquila ¿Habría visto al humano que había dejado lápidas atrás? La temperatura comenzaba a descender y él tenía que quedarse tieso en poco.

Se quedó callada por un momento ¿Qué más decir? Era obvio que él era un hombre experimentado y ella... Una novata en todo aquello, ni siquiera una decena de años había transcurrido desde que había tenido que ocultarse de la luz del sol para poder sobrevivir, así como alejarse de su familia por completo, eran demasiadas emociones en poco tiempo y que de alguna forma no había podido terminar de canalizar, era mucha información para una sola persona, pero ¿Pedir ayuda? El orgullo de Temperance era demasiado como para que ella se acercara a alguien y le diera que en verdad no podría llegar a sobrevivir sola, por más que lo intentara, era algo que no podía y tampoco quería hacer, su orgullo era lo único que le quedaba, junto con aquella soledad que se empeñaba en acompañarla día con día para recordarle que estaba maldita.

-Todos lo hacen y cada quien lo hace a su modo, sé que esto es reprochable... Sin embargo ¿Sabes algo de mi vida para que puedas pensar que estoy haciendo bien o qué estoy haciendo mal? No, no lo sabes y puedes decir que es un pretexto y quizá deba concederte la razón y decir que lo es, pero no sabes nada, antes de dar cátedra deberías aprender una lección mucho más pequeña y esa, es no juzgar- sabía que necesitaba ayuda, pero a pesar de eso ella se renegaba de aquello, era como si una lucha constante estuviera en medio de ella, partiendo a la pobre mujer en dos hasta dejar sólo andrajos de lo que era una existencia eterna, para que pudiera avanzar pero se tuviera que arrastrar si quería seguir adelante. Se le quedó viendo por unos instantes, tal vez se enojaría, tal vez no, pero ella tenía que decir lo que pensaba antes de que pudiera llegar a explotar en pedacitos.

Después aquellas disculpas, ambos habían explotado de una forma extraña, así que sus labios hicieron una ligera mueca, aunque no era de aprobación ni tampoco de reproche, no estaba tan segura de que ella pudiera llegar a pedir disculpas -En algunas cosas tienes razón, cazar no es todo lo que hay en esta estúpida vida sin embargo... Las excusas no se acaban, esa es una realidad y no sé si haya una válida, pero sí sé que hay muchas que duelen y duelen demasiado, además yo me he acercado...- no había pedido perdón, pero la guardia si se había vencido un poco, lo suficiente como para aceptar que quizá hablar y soltarse con alguien podría traerle esa paz que había estado buscando y que por más que intentaba nunca lograba encontrar.

-¿Cinco mil años?- abrió los ojos como platos y sus labios se separaron, no recordaba haber conocido a alguien con tanta edad -¿De verdad? Vaya, yo apenas tengo diez en este tipo de cosas... Y como verás aún no me acostumbro...- siguió los pasos del vampiro hacia donde se encontraba el cadáver -A veces intento no matarlos... He querido, simplemente beber lo necesario, pero...- sus manos se apretaron ligeramente mientras sentía como su cuerpo se tensaba y negó con la cabeza -Es mejor que mueran a que tengan que vivir como yo...- terminó por decir, sin embargo el tono de su voz era demasiado frío, como si no sintiera, aunque en su pecho se dibujaban un sinfín de emociones.

-Si me hubieras dicho que te interesaba, no te hubiera creído, tampoco lo digo para que me preguntes o te interese, no es algo que ande contando a todos los que me encuentro ¿Sabes? Sólo que las lecciones no son algo que me interesen, menos cuando alguien se cree tanto por tener siglos y siglos y seguir aparentando muchos menos, siempre crees que lo sabes todo, o porque eres muy viejo o porque eres muy joven, pero siempre crees que tienes la sabiduría en las manos y no es así, tú tienes tus puntos de vista y yo tengo los míos ¿Quién dice que a fuerza debemos pensar lo mismo? Nadie- no sabía porque la lengua se le había soltado tanto, pero ahí estaba diciendo lo que creía que era correcto o al menos lo que estaba pasando por su cabeza, era eso algo de lo que Temp nunca se había arrepentido, sabía decir lo que pensaba, excepto cuando sus pensamientos tomaban el rumbo sensible, ahí ella simplemente no podía, era como si el peso que cayera en su espalda fuera tal que la dejara contra el piso sin poder moverse para hacer nada más que lamentarse, lo cual le causaba asco de ella misma, precisamente por eso, esa zona estaba vetada para ella y para cualquier otro que intentara traspasar la delgada línea, aunque nunca había quien osara hacerlo, ella había encontrado el punto justo para quitarles el interés.

-Ya sé que tú pasaste por esto, que has visto muchos como yo, así que tu ironía de nada sirve, igual tú no entenderás porque ya "maduraste" y yo no lo haré porque me importa muy poco lo que me diga un viejo como tú, volvemos al mismo punto, cada quien tiene su parte de sabiduría que cree que es lo único que existe- le sonrió y comenzó a caminar alrededor de la lápida que se encontraba delante de ella mientras lo observaba hacer alguno que otro malabar -Igual, ya te dije que agradezco lo que dices, pero espero que tú no seas de aquellos que dejan a sus "creaciones" solas por el mundo esperando que todas estas lecciones que hoy intentas darme las aprendan solos, porque entonces tus palabras carecerán de validez alguna, aunque...- se quedó callada y encogió los hombros, una parte de ella, una muy profunda en verdad estaba guardando todo lo dicho, pero su instinto la hacía negarlo, así era ella y no era sólo por ser vampiro, así había sido siempre, una chica fuerte que sabe manejar sus problemas mejor que nadie, que no siente y que nunca ha sabido lo que es una derrota, en ocasiones se preguntaba si aquello en verdad la hacía más fuerte o por el contrario la debilitaba más, no lo sabía y no creía conveniente averiguarlo o se deprimiría.

-No me gusta lo que soy y creo que todos hemos pasado por esto, que no lo aceptas y después terminas pensando que eres un ser superior con el don de poder decidir quien vive y muere, pero no te preocupes, yo no los dejo convertirse, mejor que se mueran, ¿Quién sabe lo que harán si se hacen seres de la noche? Puede que tú les tengas que dar lecciones de vida y con uno puede ser fácil, pero con muchos... ¿Quién sabe?- siguió los pasos del vampiro y se le quedó viendo por la espalda -Tú para ser alguien milenario parece que sufres demasiado, ¿La eternidad te está matando?- la pregunta era sin malicia, pero no sabía si había logrado darle el toque exacto a sus palabras, a veces era simple costumbre pero debía mejorar en ello o cuando menos hacer un ligero intento por ser mejor.

-No te estoy juzgando, sólo hice hincapié en una de las generalidades, siempre se ve eso, en vampiros y humanos, el niño regañando al abuelo y viceversa, es un cuento de nunca acabar- encogió los hombros de nueva cuenta, parecía que él era tan intolerante como ella, pero ¿qué hacer al respecto? Suponía que absolutamente nada, no podía hacerlo y tampoco lo haría, cuando terminara la noche ella lo olvidaría y él a ella, así que no había mucho por qué preocuparse, sólo por dejar que las horas transcurrieran sin que otra persona pereciera entre sus brazos, era verdad que no tenía sed, pero hacer aquello era su deporte favorito, por no decir el único, y aunque lo negara, las palabras de aquél comenzaban a hacer mella en su interior, sólo era cuestión de quitarse el orgullo como para que pudiera estar bien consigo misma y tal vez decirle "Ayúdame" aunque era algo que veía demasiado lejano, ni siquiera teniendo cinco mil años, porque no era cuestión de no matar, era cuestión de que ella quisiera, sólo eso, Temperance tenía la respuesta en sus manos y la había dejado correr todo este tiempo, pero era simple falta de interés y orgullo mal fundado, creado por el odio que yacía en su maldito ser.

-Debo decir que me agrada tu forma de hablar y que en muchas cosas tienes razón, sin embargo hay veces que las cosas se hacen porque así se quiso y ya, no hay demasiadas explicaciones porque ni siquiera se detiene uno a pensar, simplemente actúa- suspiró largamente al tiempo que se sentaba en una de las lápidas que se encontraba ahí, no sabía de quien era y tampoco le interesaba, sus manos se sostuvieron con ligereza del concreto, no quería deteriorarla y que después se sintiera culpable por aquello, así que simplemente estiró las piernas, mirando como sus pies se movían de un lado a otro, a veces creía que su "niña interior" no se había ido, otras pensaba que tenía una estaca en el corazón.

-No, realmente no me interesa saberlo, fue un comentario que hice porque tengo boca, ni más ni menos, pero que bueno que no seas un desobligado, luego hay gente por ahí como yo que no sabe apreciar la sabiduría que puedes ofrecernos- de nuevo aquél toque de sarcasmo en su voz, pero ¡Es que era natural! Ella era así y se empeñaba en cambiar, pero siempre terminaba cansándose, volviendo a ser la misma de siempre.

Le miró y se levantó de la lápida con gesto tranquilo -Creo que todos pasamos por la etapa de odiar esto, muchos me lo han dicho, aunque no sé, luego te aceptar, espero que eso me pase pronto, aunque no tengo muchos amigos como para que esto suceda- sonrió con cierto toque de amargura, se había quedado sola y no había sido su elección, había tenido tantos planes que se habían desmoronado tan rápido que todavía se preguntaba como es que aquello había pasado, pero ahora no había nada, sólo ella y su alma, si es que todavía la tenía escondida por alguna parte de su ser.

-A veces es bueno tener su momento, aunque llegue alguien incoherente a distraerte- rió un poco y se acercó a él, extendió su mano y realmente no supo por qué pero era en son de paz, quizá él no la había agredido, pero ella así lo había sentido y de alguna forma se había defendido -No es que tus palabras estén tiradas a saco roto, es que nunca he tenido quien me diga que se hace, cómo se hace y por qué se hace, sólo actúo como me da la gana, pero gracias por bajar a tierra a todos aquellos que nos creemos con el don de poder quitar una vida- sus ojos se desviaron levemente hacia el hombre que yacía "frío" en ese lugar -Aunque eso no quiere decir que deje de pensar como pienso, ser vampiro debería ser una opción, no un acto de alguien que sólo pretende divertirse- suspiró de nueva cuenta, no le hacía falta el aire, pero lo había guardado en sus pulmones.

-¿A ti cómo fue qué te convirtieron? ¿Te preguntaron? ¿Tú lo pediste?- cuestionó, quizá metiéndose en temas que a ella no le convenían y tampoco interesaban, pero quería saber como es que alguien puede llegar a aceptarse de tal forma.