El inicio de mis alas [Flashbacks]

por **Lyanna Moldovan** Mar Feb 24, 2015 5:14 pm

~ Mis primeros recuerdos ~

¿Cómo describir lo que sentía cuando de tan pequeño, no podía ni moverme de aquella cama en la que me hallaba? Desde que rompí el cascarón y salí a la superficie, siempre quise moverme, correr. Descubrir nuevos lugares, tanto como mis patitas y mis ojitos me permitieran en mi corta edad. Sin embargo madre jamás me dejó moverme ni un centímetro de la cama donde me retenía y me daba calor. Y si, estaba bien bajo la protección de sus alas, bajo el manto que ella me proporcionaba y no siempre deseaba alejarme. Solo que al paso del tiempo y a medida de que crecía, mis anhelos de ver todo aquello que me esperaba lejos de aquella protección se hacía fuerte. Se iba anidando en mi corazón. Hasta que con dos meses y salirme mi primer plumaje suave, encontré mi oportunidad. Hallando no solo mi primera escapada, sino también el motivo y mi principal destino: Kirian.

Padres se habían ido y haciéndome la dormida permanecí hasta saberme sola. Los primeros pasos los dí a la perfección, luego de ellos me caí al suelo de la cabaña, con lo que chillé por ayuda. Permanecí unos segundos en el suelo hasta que moviéndome conseguí incorporarme y seguir con mi excursión, con mi primera escapada en solitario. El peor tramo después de la madera de la cabaña, fueron los dos escalones que debía de pasar para definitivamente salir al bosque y empezar a observar.

Los ruidos me aterrorizaban, por eso ante el primer ruido que oí corriendo volví a refugiarme en la cabaña. Aleteaba las alas como si pudiera volar y corrí moviéndome rápido, hasta calmarme y volver a salir. Mi plumaje se encontraba alborotado, como mi respiración. Me alisé con el pequeño pico alguna de las plumas y con decisión, volví a salir terminando por caer en las escaleras, bajando hasta el pasto del bosque sin opción de retroceder. Una vez allí fui adelante, hasta una arboleda. Mi mirada se fue a cualquier animalillo que encontrara en mi camino. Pequeños puntitos que se movían bajo mis patas, mariposas volando posándose en las flores. Aleteé las alas feliz y chillé contenta. A mi alrededor todo era muy bonito y no veía nada de aquel peligro que decían mis padres que había en el exterior, así que confiándome fui alejándome hasta que cansadas mis patitas, me tumbé en un rincón al lado de un tronco y paré a descansar, escondiéndome en mi pelaje.

~*~

Me dormí unos minutos o quizás unos largos minutos hasta que un ruido extraño me alertó, encontrándome al levantar la cabecita que un extraño animal que largos dientes me miraba y se acercaba. Allí entendí a mis padres y sentí el miedo de la muerte. Mis patas agarrotadas del esfuerzo no querían correr, pero las obligué a hacerlo. Debía de huir de aquel animal y volver a casa. Así que tomando fuerzas me levanté y hui de aquella alimaña. Mis patitas iban de un lado a otro y perdiéndome fue cuando terminé por chocar contra un extraño y gran animal que al verme se giró. Yo le miré y chillé buscando su ayuda. No creía que la alimaña me hubiera seguido, pero aún tenía miedo y sin parar a pensar en si aquel cachorro de perro, era amigo o enemigo me escondí entre sus patas aterrorizada. El cachorro ladró y gimoteó apartándose para poder olerme, mientras yo todo el rato corría entre sus patas buscando que su sombra me protegiera. Sentí algunas veces su húmedo y frio hocico contra mi plumaje, y encogiéndome le dejé hacer. Me gustaba que me acariciara el cuerpo, sin embargo cuando subía el hocico a la cabeza, me erguía y le picoteaba el hocico dando muestras de que no me gustaba aquello. Él entonces me ladraba y yo volvía a esconderme, y él repetía lo mismo hasta terminamos por tomarnos aquello como un juego.

Y aquel fue nuestro primer juego. Uno de los tantos que compartimos. Porque desde ese momento él se convirtió en mi mejor amigo, en un hermano mayor, al que busqué cada vez que me escapaba.