AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
+5
Rainero Bleier
Leto Radamanto
Tiare
Camile Avery
Innocentia Coletti
9 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Noviembre de 1803
Tardó dos meses en llegar a Rumania, específicamente a Bukharest. Su misión era sencilla. Se había celebrado un juicio a cinco mujeres por brujería y después de un año de juicios, la Iglesia convenció al gobierno y quedaron bajo su autoridad. Il Canarino nero tan sólo llegaría a dar una última fe a que no había injusticia para finalmente ejecutar la sentencia que en aquel reino era aceptada… La muerte.
Ya no podía decirse que il Canarino nero era la prodigio de la orden de la Inquisición, ya había muchas mujeres, entre ellas la líder de los soldados. Pero de lo que si se hablaba era de ser la discípula de Killer Bee y eso además de darle beneficios y respeto, también le traía una gran responsabilidad y la incomodidad de ser observada, acosada; como esperando el momento en el que se equivocara. Era por eso que siempre estaba pendiente, todos sus sentidos se mantenían alertas en todo minuto; por supuesto, eso la agotaba más, pero a la par tonificaba su potencial en la reacción y la intuición.
Llegó en caballo y se presentó con las prendas de un Inquisidor del Vaticano, llevaba un hábito negro con una cruz bordada de plata muy brillante, un rosario de madera en el cuello y una capa azul fuerte con una cruz dorada bordada. Debajo de ese atuendo vestía muy similar a su mentora; un short, unas botas, cartucheras en su cintura izquierda y pierna derecha así como una daga en la bota. No fue del todo bien recibida, el Obispo aún no aprobaba a las mujeres dentro de la Inquisición y no la consideraba calificada, pero si algo respetaba sobre todo era las ordenes directas de su santidad, por eso, al leer la carta con la aprobación de Innocentia como verdugo accedió a las exigencias de la inquisidora. La ejecución se realizaría en un lugar cerrado, lejos de la mirada del público para evitar protestas y serían colgadas hasta morir. Pero la prudencia de Innocentia era tan minuciosa que decidió adelantar la fecha de ejecución por si se tejía una represalia, así que esa misma noche serían colgadas.
La hora llegó, el lugar destinado una parroquia abandonada y totalmente saqueada, víctima de las guerras en los siglos XII y XIV, era muy vieja y ya nadie la visitaba. Las cuerdas ya estaban preparadas y los hombres que las jalarían para levantar los cuerpos hasta asfixiarlas estaban en posición. Vestida todo de negro, como una verdugo Innocentia arribó con las acusadas, al principio no hubo problema para controlarlas, en las semanas previas a su llegado ocuparon el tiempo para quebrar sus espíritus y debilitar sus cuerpos, por lo que hasta ese momento se mantenían pasivas. Mas presenciar lo que sería sus muertos despertó esa adrenalina que las hizo descontrolarse. Innocentia derribó a una de ella e inutilizó a una segunda, la tercera fue controlada por la compañía de la inquisidora. Pero fue esta última la que habló. —Matarás a inocentes, las brujas están en Tultcha y practican sus artes con los demonios—así dijo, con voz firme. Il Canarino nero tan sólo se limitó a observarle— Tomen a esas dos y prepárenlas y tú suelta a esta—ordenó, liberó a las que tenía sometidas y fueron llevadas inmediatamente a la horca.— Yo puedo conducirte—le habló la acusada más animada, convencida de que la inquisidora motivada por el gusto de la cacería aceptaría, pero se equivocaba, lo que hizo Innocentia fue algo inesperado para todos los congregados. En un movimiento que no pudieron ver debido a la capa que parecía todo ocultar, se hizo de su cañón y le disparó a quemarropa justo en el corazón.
—Cuélguenlas, ¡AHORA!—y en breve las dos acusadas ya estaban muertas. La orden se había cumplido.— Pero qué fue lo que sucedió, ¿por qué no tomó su palabra o lo discutió con nosotros?— il Canarino nero vio al monje que los acompañaba con cierto grado de irritación. Por supuesto, podía explicarle sus motivos, como el hecho de saber demasiado para la sentencia que recibía, no acusaba a nadie en general sólo apuntaba a un grupo y mencionó el lugar preciso, no solamente podía ser una trampa sino también un truco de persuasión y confusión. Para Innocentia esas palabras eran una descarada enunciación de «soy bruja».— Yo soy la autoridad aquí, ustedes limítense a obedecer y ejecutar mis ordenes— tan pronto como lo dijo se abrió paso. Sus palabras quizás sonaban prepotentes, pero si algo le había enseñado Killer Bee era que tenía que imponer su autoridad con desdén, soberbia y menosprecio. Esto era debido al hecho de ser mujeres, cuando se convirtiera en una Inquisidora famosa, obtendría más respeto y ya no sería necesario degradarse al modo del hombre para dirigir y hacer que se ejecuten las ordenes.
Pero algo ocurrió en el interior, una de las acusadas comenzó a arder sin explicación alguna y pronto toda la parroquia se incendió quemando a las personas, il Canarino nero quedó asombrada y al mismo tiempo sintió miedo, por primera vez presenciaba un fenómeno como el de ese momento, mas no estaba petrificada y cuando decidió correr para ayudar a sus acompañantes el lugar explotó y una fuerza tomó posesión de su cuerpo arrojándola a varios metros de distancia.
Ya no podía decirse que il Canarino nero era la prodigio de la orden de la Inquisición, ya había muchas mujeres, entre ellas la líder de los soldados. Pero de lo que si se hablaba era de ser la discípula de Killer Bee y eso además de darle beneficios y respeto, también le traía una gran responsabilidad y la incomodidad de ser observada, acosada; como esperando el momento en el que se equivocara. Era por eso que siempre estaba pendiente, todos sus sentidos se mantenían alertas en todo minuto; por supuesto, eso la agotaba más, pero a la par tonificaba su potencial en la reacción y la intuición.
Llegó en caballo y se presentó con las prendas de un Inquisidor del Vaticano, llevaba un hábito negro con una cruz bordada de plata muy brillante, un rosario de madera en el cuello y una capa azul fuerte con una cruz dorada bordada. Debajo de ese atuendo vestía muy similar a su mentora; un short, unas botas, cartucheras en su cintura izquierda y pierna derecha así como una daga en la bota. No fue del todo bien recibida, el Obispo aún no aprobaba a las mujeres dentro de la Inquisición y no la consideraba calificada, pero si algo respetaba sobre todo era las ordenes directas de su santidad, por eso, al leer la carta con la aprobación de Innocentia como verdugo accedió a las exigencias de la inquisidora. La ejecución se realizaría en un lugar cerrado, lejos de la mirada del público para evitar protestas y serían colgadas hasta morir. Pero la prudencia de Innocentia era tan minuciosa que decidió adelantar la fecha de ejecución por si se tejía una represalia, así que esa misma noche serían colgadas.
La hora llegó, el lugar destinado una parroquia abandonada y totalmente saqueada, víctima de las guerras en los siglos XII y XIV, era muy vieja y ya nadie la visitaba. Las cuerdas ya estaban preparadas y los hombres que las jalarían para levantar los cuerpos hasta asfixiarlas estaban en posición. Vestida todo de negro, como una verdugo Innocentia arribó con las acusadas, al principio no hubo problema para controlarlas, en las semanas previas a su llegado ocuparon el tiempo para quebrar sus espíritus y debilitar sus cuerpos, por lo que hasta ese momento se mantenían pasivas. Mas presenciar lo que sería sus muertos despertó esa adrenalina que las hizo descontrolarse. Innocentia derribó a una de ella e inutilizó a una segunda, la tercera fue controlada por la compañía de la inquisidora. Pero fue esta última la que habló. —Matarás a inocentes, las brujas están en Tultcha y practican sus artes con los demonios—así dijo, con voz firme. Il Canarino nero tan sólo se limitó a observarle— Tomen a esas dos y prepárenlas y tú suelta a esta—ordenó, liberó a las que tenía sometidas y fueron llevadas inmediatamente a la horca.— Yo puedo conducirte—le habló la acusada más animada, convencida de que la inquisidora motivada por el gusto de la cacería aceptaría, pero se equivocaba, lo que hizo Innocentia fue algo inesperado para todos los congregados. En un movimiento que no pudieron ver debido a la capa que parecía todo ocultar, se hizo de su cañón y le disparó a quemarropa justo en el corazón.
—Cuélguenlas, ¡AHORA!—y en breve las dos acusadas ya estaban muertas. La orden se había cumplido.— Pero qué fue lo que sucedió, ¿por qué no tomó su palabra o lo discutió con nosotros?— il Canarino nero vio al monje que los acompañaba con cierto grado de irritación. Por supuesto, podía explicarle sus motivos, como el hecho de saber demasiado para la sentencia que recibía, no acusaba a nadie en general sólo apuntaba a un grupo y mencionó el lugar preciso, no solamente podía ser una trampa sino también un truco de persuasión y confusión. Para Innocentia esas palabras eran una descarada enunciación de «soy bruja».— Yo soy la autoridad aquí, ustedes limítense a obedecer y ejecutar mis ordenes— tan pronto como lo dijo se abrió paso. Sus palabras quizás sonaban prepotentes, pero si algo le había enseñado Killer Bee era que tenía que imponer su autoridad con desdén, soberbia y menosprecio. Esto era debido al hecho de ser mujeres, cuando se convirtiera en una Inquisidora famosa, obtendría más respeto y ya no sería necesario degradarse al modo del hombre para dirigir y hacer que se ejecuten las ordenes.
Pero algo ocurrió en el interior, una de las acusadas comenzó a arder sin explicación alguna y pronto toda la parroquia se incendió quemando a las personas, il Canarino nero quedó asombrada y al mismo tiempo sintió miedo, por primera vez presenciaba un fenómeno como el de ese momento, mas no estaba petrificada y cuando decidió correr para ayudar a sus acompañantes el lugar explotó y una fuerza tomó posesión de su cuerpo arrojándola a varios metros de distancia.
________________________________________________________________________________
CODE BY NIGEL QUARTERMANE
Última edición por Innocentia Coletti el Jue Oct 15, 2015 6:20 pm, editado 3 veces
Innocentia Coletti- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Sus pasos se escucharon por los pasillos de la catedral que oficiaba el Obispo Inquisidor Jeremías, la inquisidora no sólo entregara a él su reporte, sino también se confesaría al sentirse sucia por los pensamientos que tuvo mientras ejercía su trabajo al norte de Francia. Pasó entre los sacristanes y éstos le hicieron caravana, ella no se detuvo a saludarles. Era una soldado no una monja para extenderles la mano por lo que hizo lo que siempre hacía… los ignoró. Jeremías la vio a lo lejos y se encaminó a un confesionario, de ese modo la esperaría, pues él argüía que ella estaba inquieta y le hablaría más allá del simple reporte. Camile siguió el recorrido de Jeremías y entró en el cubículo que le atribuía ocupar. —Padre, perdone me que e pecado, Dios sabe que la mi intençión non de lo fazer por dar manera de pecar non mal hazer quando por exeçusión fazere muerto el brujo de Aragón. Ca honrrado él e su muger e su fijo. Verlo vizto desçidiero quando yo fallo la su confesión de el brujo de Aragón quede declaro inossente an absçuelbo e dejo la libertat. Ca fazere sido error porque si era çiertas las acusaçión— dijo con la mirada posada en el suelo mientras recordaba cada suceso.— Y vos que fazere fija—habló quedó el obispo sabiendo la naturaleza de lo que le confesaba y aunque nadie de los presentes hablaba castellano, siempre era muy cuidadoso en todos los detalles— Yo sentire ira por la engaño e matare con sobervia e ira a brujo de Aragón, e su mugere e su fijo e yo desscubrir a su mançeba e también le matare commo une animal—se generó un silencio, Killer Bee alzó la vista y clavó sus ojos sobre la rejilla, el Obispo se mantenía pensativo, por supuesto que había cometido un acto que la Iglesia no podría justificar, últimamente la inquisidora actuaba más como una cazadora y forzosamente necesitaban darle un descanso, hacer que se reconciliara con su moral así como su carácter, actualmente agresivo e impulsivo, sin embargo, ya tenía una misión y no tendría más remedio que darle una absolución ligera y notificarle la desaparición de Innocentia. —Vos ser una fija de el Señor era vos fazer executar tu labore, e Dios te ha perdona do—.
Algo andaba mal, Killer Bee lo detectó en las primeras palabras, no en la intención sino en el tono de la voz. Jeremías salió del confesionario y ella le siguió. —¿Qué sucede padre?—esperó respuesta pero ésta no llegó,— ¿por qué creo que lo que me va decir tiene que ver conmigo y es ajeno a mi confesión?— la entonación de la inquisidora había subido, los sacristanes de inmediato abandonaron el templo dejándolos solos. La falta de respuesta generó ira en el cuerpo de la inquisidora y tomándolo del brazo hizo que lo mirara. El Obispo la miró indignado, era un hecho que necesitaba estar alejada del campo de batalla hasta que recuperara su armonía, llevaba muchos años conociéndola y una sublevación de su parte le rompería el corazón, después de todo amaba a Camile, no como hija sino como mujer.— Innocentia Coletti ha desaparecido—la reacción de Killer Bee fue totalmente inesperada e incluso le causo al Obispo miedo. La inquisidora se echó a reír, caminó a una banca y se sentó.— ¿Cuál es el problema, ella no traicionará a la Inquisición y si lo que me pedirán es que vaya a matarla sólo deme la orden e iré de inmediato—la vio con seriedad, la perfecta asesina, la frialdad de su voz le provocó un escalofríos pero no se intimidó. —Hace seis meses viajó a Bukharest, se les hizo un juicio a cinco mujeres acusadas de brujería y ella sólo iría a dar fe a que la sentencia era correcta y las mataría, pasaron dos meses y no recibimos información de Bukharest, así que enviamos a un mensajero que nos trajo información de la destrucción de la pequeña sede de inquisidores y la desaparición de Innocentia, no regresó después de llevar a colgar a las brujas—los gestos de la inquisidora se ensombrecieron, no la creía muerta pero algo le intrigaba. —¿Por qué no envían a un espía para investigar? Vi a Târsil Valborg al llegar, oh, por supuesto, no enviarían al líder de esa facción, no lo vayan a matar y el cargo caiga sobre ese demonio de cara bonita que nos ofrece su verdadera naturaleza monstruosa las noches de luna llena—ironizó poniéndose en pie y empezó a caminar a la salida. —¡No estarás sola en está misión!—la inquisidora se detuvo.— Así que hay algo más…—dijo y se dio la vuelta encarando la mirada seria de Jeremías.— Se dice que hay una tribu de brujas que copulan con incubus los primeros días del mes y hacen ofrendas al diablo con los recién nacidos propios o robados de los alrededores—Jeremías caminó hasta Killer Bee parándose frente a ella.— Se pone interesante—y se hincó para recibir la bendición —¡In nomine patris et filii et spiritus sancti! — ¡Amen!—y se levantó.
— ¿Entonces, quién será?—preguntó intrigada y sopesando que la respuesta no le gustaría.— Su nombre es Tiare—mencionó y caminó a la banca más cercana donde tomó asiento.— Debe de ser un condenado, no he escuchado de ella—a diferencia de él, Killer Bee se quedó de pie, esperaba tan sólo la última información para irse, entre más rápido llegara a Rumania, más rápido investigaría ese rumor del clan de brujas y a la par encontraría a su Canarino nero.— Pocos conocen su existencia, se dice que fue la primera condenado aunque no actúa como tal, no responde a todos los llamados pero tiene una inmunidad dictada por el mismísimo Inocencio II, sabemos que uno de sus poderes es la manipulación de la memoria por eso argüimos que la usó para que el papa firmara esa inmunidad y la convirtiera en inquisidora—Killer Bee desvió un momento la mirada— si esta tal Tiare hace lo que le place, ¿por qué creen que vendrá conmigo?—preguntó con un poco de sarcasmo— porque tu estás dentro de la misión—la inquisidora alzó una ceja y desvió la mirada ¿qué clase de vampiro debía de ser la tal Tiare?— ¿y qué hago… la espero?—el Obispo le sonrió y se levantó.— A ella ya se le informó hace un dos semanas, te esperará allá—volvió a caminar hacía ella, —así que eso fue lo que les dijo—la inquisidora no estaba entendiendo del todo, aún no conocía a Tiare y de algún modo quería descifrar su psicología. —No Killer Bee, seres como ella nunca te dirán que si, sólo se presentarán— los ojos de la inquisidora se desviaron unos instantes, luego, lo miró una vez más y salió del lugar, quedarse más tiempo era perder el tiempo, si Innocentia estaba en peligro, ese tiempo era valioso.
Algo andaba mal, Killer Bee lo detectó en las primeras palabras, no en la intención sino en el tono de la voz. Jeremías salió del confesionario y ella le siguió. —¿Qué sucede padre?—esperó respuesta pero ésta no llegó,— ¿por qué creo que lo que me va decir tiene que ver conmigo y es ajeno a mi confesión?— la entonación de la inquisidora había subido, los sacristanes de inmediato abandonaron el templo dejándolos solos. La falta de respuesta generó ira en el cuerpo de la inquisidora y tomándolo del brazo hizo que lo mirara. El Obispo la miró indignado, era un hecho que necesitaba estar alejada del campo de batalla hasta que recuperara su armonía, llevaba muchos años conociéndola y una sublevación de su parte le rompería el corazón, después de todo amaba a Camile, no como hija sino como mujer.— Innocentia Coletti ha desaparecido—la reacción de Killer Bee fue totalmente inesperada e incluso le causo al Obispo miedo. La inquisidora se echó a reír, caminó a una banca y se sentó.— ¿Cuál es el problema, ella no traicionará a la Inquisición y si lo que me pedirán es que vaya a matarla sólo deme la orden e iré de inmediato—la vio con seriedad, la perfecta asesina, la frialdad de su voz le provocó un escalofríos pero no se intimidó. —Hace seis meses viajó a Bukharest, se les hizo un juicio a cinco mujeres acusadas de brujería y ella sólo iría a dar fe a que la sentencia era correcta y las mataría, pasaron dos meses y no recibimos información de Bukharest, así que enviamos a un mensajero que nos trajo información de la destrucción de la pequeña sede de inquisidores y la desaparición de Innocentia, no regresó después de llevar a colgar a las brujas—los gestos de la inquisidora se ensombrecieron, no la creía muerta pero algo le intrigaba. —¿Por qué no envían a un espía para investigar? Vi a Târsil Valborg al llegar, oh, por supuesto, no enviarían al líder de esa facción, no lo vayan a matar y el cargo caiga sobre ese demonio de cara bonita que nos ofrece su verdadera naturaleza monstruosa las noches de luna llena—ironizó poniéndose en pie y empezó a caminar a la salida. —¡No estarás sola en está misión!—la inquisidora se detuvo.— Así que hay algo más…—dijo y se dio la vuelta encarando la mirada seria de Jeremías.— Se dice que hay una tribu de brujas que copulan con incubus los primeros días del mes y hacen ofrendas al diablo con los recién nacidos propios o robados de los alrededores—Jeremías caminó hasta Killer Bee parándose frente a ella.— Se pone interesante—y se hincó para recibir la bendición —¡In nomine patris et filii et spiritus sancti! — ¡Amen!—y se levantó.
— ¿Entonces, quién será?—preguntó intrigada y sopesando que la respuesta no le gustaría.— Su nombre es Tiare—mencionó y caminó a la banca más cercana donde tomó asiento.— Debe de ser un condenado, no he escuchado de ella—a diferencia de él, Killer Bee se quedó de pie, esperaba tan sólo la última información para irse, entre más rápido llegara a Rumania, más rápido investigaría ese rumor del clan de brujas y a la par encontraría a su Canarino nero.— Pocos conocen su existencia, se dice que fue la primera condenado aunque no actúa como tal, no responde a todos los llamados pero tiene una inmunidad dictada por el mismísimo Inocencio II, sabemos que uno de sus poderes es la manipulación de la memoria por eso argüimos que la usó para que el papa firmara esa inmunidad y la convirtiera en inquisidora—Killer Bee desvió un momento la mirada— si esta tal Tiare hace lo que le place, ¿por qué creen que vendrá conmigo?—preguntó con un poco de sarcasmo— porque tu estás dentro de la misión—la inquisidora alzó una ceja y desvió la mirada ¿qué clase de vampiro debía de ser la tal Tiare?— ¿y qué hago… la espero?—el Obispo le sonrió y se levantó.— A ella ya se le informó hace un dos semanas, te esperará allá—volvió a caminar hacía ella, —así que eso fue lo que les dijo—la inquisidora no estaba entendiendo del todo, aún no conocía a Tiare y de algún modo quería descifrar su psicología. —No Killer Bee, seres como ella nunca te dirán que si, sólo se presentarán— los ojos de la inquisidora se desviaron unos instantes, luego, lo miró una vez más y salió del lugar, quedarse más tiempo era perder el tiempo, si Innocentia estaba en peligro, ese tiempo era valioso.
Última edición por Cammy "Killer Bee" White el Dom Mar 15, 2015 3:10 am, editado 1 vez
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Localización : Europa
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
—Adelante, mi señora los espera—
La compañía estaba formada por un inquisidor y cuatro monjes, traían una misiva directa del Vaticano con la firma del papa y el líder de los condenados. El inquisidor, un brujo condenado conocía suficiente a Tiare para saber que era una auténtica perdida de tiempo; pero, no desobedecía una petición de tan alta categoría. Siguieron al mayordomo por un largo pasillo, el castillo de Tiare era antiguo y aún usaba antorchas para iluminar el lugar pese a ser un riesgo total si alguien decidía incendiar el lugar. Se mantuvieron unidos hasta que llegaron a unos jardines donde la hija de los milenios aguardaba.
—¿A qué debo está detestable visita?—por supuesto, Tiare ya lo sabía lo había leído de la mente de uno de los monjes pero disfrutaba expresarse de esa forma— Sé que ya lo sabes, pero aún así gastaré mi saliva para que lo escuchen tus inmortales oídos—dijo un poco altanero el condenado mientras ensombrecía sus gestos— la inquisición requiere de tus servicios, ya es momento de que cumplas con tus funciones—Tiare bostezó. El jardín era amplio y en el centro se ubicaban unas bancas de piedra volcánica con incrustaciones de jade, la hija de los milenios tomó asiento y cruzó las piernas, llevaba un vestido ligero color negro y no llevaba maquillaje, su extremadamente blanca piel emitía un brillo anormal a la luz de la luna. Los cabellos dorados le caían sobre los hombros y comenzó a juguetear con ellos.— Hicieron un viaje largo para recibir un no como respuesta—el inquisidor sonrió— yo no recibo un no como respuesta—casi la retó— Vaya, eres muy altanero pequeño hombrecillo—.
El inquisidor caminó hasta la banca y se sentó a un lado de la inmortal, luego, cruzó sus piernas. —Me lo han dicho con frecuencia—sonrió con descaro y Tiare le imitó, comenzaba a caerle bien.— No importa lo que me digan seguirá sin interesarme—se levantó, no quería dar pie a más— ¿no te interesa o estás muy ocupada con el príncipe de los Países Bajos que retienes en tu sótano—la inmortal se detuvo y sonrió complacida, luego se volvió hacía el inquisidor.— Vaya, sí que los he subestimado—dijo y le hizo una seña para que se levantara, el inquisidor no le obedeció, siguió sentado sin sentir el mínimo de temor— y realmente no tienes idea de que tanto— al fin se levantó, pasó de largo hasta llegar a la compañía y dándole la espalda sólo dijo— fuentes nos han informado acerca de brujas y demonios en los alrededores de Bukharest, Killer Bee llevará la misión—no esperó una respuesta, tan sólo se siguió de alto. Tiare se quedó allí, mirándole partir y pensando en sus deseos de conocer a Killer Bee, por supuesto, se divertía con Violante pero que mencionaran a demonios también le pareció interesante.
El viaje de Tiare no llevó mucho tiempo, no usó carruaje ni mucho menos. Se había valido de su velocidad sobrenatural y a cinco días ya vestía como una campesina y se hacía de información, de esa información que el inquisidor no le había proporcionado pero que la mantenía entretenida en lo que se presentaba Killer Bee. El pueblo no sabía nada sobre esos rumores pero a pocos días de su llegada descubrió que se había realizado un juicio y habían colgado a unas brujas. Esa noche Tiare visitó la sede de la inquisición pero estaba arrasada, totalmente saqueada y destruida, aún había cadáveres que estaban en un estado de putrefacción bastante notorio y aunque a Tiare le asqueaba estar en lugares así se quedó la noche a descansar, luego, fue a la parroquia donde se dijo habían colgado a las brujas, ésta lucía totalmente dañada, había sido quemada y el olor a muerte aún se respiraba en el aire, Tiare ingresó y encontró los cuerpos quemados aún colgados. Con curiosidad se abrió paso sobre la madera que formó alguna vez el techo y tocando uno de los pies de una bruja percibió la presencia de alguien, un sobrenatural seguramente. No, tenía que ser una bestia. Miró el cielo y contemplo la luna llena, olió el ambiente y corroboró su sospecha, a su espalda había un licántropo y estaba preparado para atacarla. El gran lobo se abalanzó, ella se dio media vuelta y de un golpe arrojó a la bestia contra el muro haciendo que éste se derrumbara, mas el lobo era feroz y ese golpe no hizo más que aumentar su furia y fuerza, nuevamente se dirigió a atacarle; Tiare sonrió con malicia y uso su poder mental para infringirle dolor por medio de la mente. El licántropo era resistente y no cayó ante ese poder por lo que Tiare tuvo que retroceder y recibir las fauces que buscaban su cuello, fue derribada pero en ese momento quiso entrar en su mente mas fue inútil, su mente estaba bloqueada, Tiare ahora sólo se valía de su fuerza inmortal que parecía ser casi igualada por esa maldita bestia. Con sus pies lo empujó para levantarse y correr, pero no lo consiguió, el lobo se le arrojó por detrás y le mordió el hombro derecho despedazando totalmente esa zona. La hija de los milenios sintió un dolor como no había sentido, sintió la maldición del licántropo dañar su cuerpo, las fuerzas se le iban pero antes de que el lobo volviera atacar se giro golpeándolo en el costado para arrojarlo nuevamente a un muro. Con una de sus manos se tocó el hombro, sentía un ardor y éste no sanaba como debería de hacer, el lobo se reincorporó y nuevamente fue al choque y esta vez ella también.
Como si se tratara de un gladiador de la antigua Roma, Tiare derribó a la bestia y clavó sus dientes en el cuello, el lobo rodó consiguiendo que Tiare no bebiera de él, luego, ella comenzó apretar su estomago, las costillas del lobo comenzaron a romperse y éste se levantó y corriendo se estrelló contra un muro golpeado de esa forma a Tiare que por el impacto y el dolor de su hombro se soltó, la bestia retrocedió dejando que sanara su cuerpo. La hija de los milenios comenzaba a perder el sentido. —¡MALDITA BESTIA NO MORIRÉ POR TUS FAUCES!—le gritó— ¡anda, ven de una vez!—.
La compañía estaba formada por un inquisidor y cuatro monjes, traían una misiva directa del Vaticano con la firma del papa y el líder de los condenados. El inquisidor, un brujo condenado conocía suficiente a Tiare para saber que era una auténtica perdida de tiempo; pero, no desobedecía una petición de tan alta categoría. Siguieron al mayordomo por un largo pasillo, el castillo de Tiare era antiguo y aún usaba antorchas para iluminar el lugar pese a ser un riesgo total si alguien decidía incendiar el lugar. Se mantuvieron unidos hasta que llegaron a unos jardines donde la hija de los milenios aguardaba.
—¿A qué debo está detestable visita?—por supuesto, Tiare ya lo sabía lo había leído de la mente de uno de los monjes pero disfrutaba expresarse de esa forma— Sé que ya lo sabes, pero aún así gastaré mi saliva para que lo escuchen tus inmortales oídos—dijo un poco altanero el condenado mientras ensombrecía sus gestos— la inquisición requiere de tus servicios, ya es momento de que cumplas con tus funciones—Tiare bostezó. El jardín era amplio y en el centro se ubicaban unas bancas de piedra volcánica con incrustaciones de jade, la hija de los milenios tomó asiento y cruzó las piernas, llevaba un vestido ligero color negro y no llevaba maquillaje, su extremadamente blanca piel emitía un brillo anormal a la luz de la luna. Los cabellos dorados le caían sobre los hombros y comenzó a juguetear con ellos.— Hicieron un viaje largo para recibir un no como respuesta—el inquisidor sonrió— yo no recibo un no como respuesta—casi la retó— Vaya, eres muy altanero pequeño hombrecillo—.
El inquisidor caminó hasta la banca y se sentó a un lado de la inmortal, luego, cruzó sus piernas. —Me lo han dicho con frecuencia—sonrió con descaro y Tiare le imitó, comenzaba a caerle bien.— No importa lo que me digan seguirá sin interesarme—se levantó, no quería dar pie a más— ¿no te interesa o estás muy ocupada con el príncipe de los Países Bajos que retienes en tu sótano—la inmortal se detuvo y sonrió complacida, luego se volvió hacía el inquisidor.— Vaya, sí que los he subestimado—dijo y le hizo una seña para que se levantara, el inquisidor no le obedeció, siguió sentado sin sentir el mínimo de temor— y realmente no tienes idea de que tanto— al fin se levantó, pasó de largo hasta llegar a la compañía y dándole la espalda sólo dijo— fuentes nos han informado acerca de brujas y demonios en los alrededores de Bukharest, Killer Bee llevará la misión—no esperó una respuesta, tan sólo se siguió de alto. Tiare se quedó allí, mirándole partir y pensando en sus deseos de conocer a Killer Bee, por supuesto, se divertía con Violante pero que mencionaran a demonios también le pareció interesante.
El viaje de Tiare no llevó mucho tiempo, no usó carruaje ni mucho menos. Se había valido de su velocidad sobrenatural y a cinco días ya vestía como una campesina y se hacía de información, de esa información que el inquisidor no le había proporcionado pero que la mantenía entretenida en lo que se presentaba Killer Bee. El pueblo no sabía nada sobre esos rumores pero a pocos días de su llegada descubrió que se había realizado un juicio y habían colgado a unas brujas. Esa noche Tiare visitó la sede de la inquisición pero estaba arrasada, totalmente saqueada y destruida, aún había cadáveres que estaban en un estado de putrefacción bastante notorio y aunque a Tiare le asqueaba estar en lugares así se quedó la noche a descansar, luego, fue a la parroquia donde se dijo habían colgado a las brujas, ésta lucía totalmente dañada, había sido quemada y el olor a muerte aún se respiraba en el aire, Tiare ingresó y encontró los cuerpos quemados aún colgados. Con curiosidad se abrió paso sobre la madera que formó alguna vez el techo y tocando uno de los pies de una bruja percibió la presencia de alguien, un sobrenatural seguramente. No, tenía que ser una bestia. Miró el cielo y contemplo la luna llena, olió el ambiente y corroboró su sospecha, a su espalda había un licántropo y estaba preparado para atacarla. El gran lobo se abalanzó, ella se dio media vuelta y de un golpe arrojó a la bestia contra el muro haciendo que éste se derrumbara, mas el lobo era feroz y ese golpe no hizo más que aumentar su furia y fuerza, nuevamente se dirigió a atacarle; Tiare sonrió con malicia y uso su poder mental para infringirle dolor por medio de la mente. El licántropo era resistente y no cayó ante ese poder por lo que Tiare tuvo que retroceder y recibir las fauces que buscaban su cuello, fue derribada pero en ese momento quiso entrar en su mente mas fue inútil, su mente estaba bloqueada, Tiare ahora sólo se valía de su fuerza inmortal que parecía ser casi igualada por esa maldita bestia. Con sus pies lo empujó para levantarse y correr, pero no lo consiguió, el lobo se le arrojó por detrás y le mordió el hombro derecho despedazando totalmente esa zona. La hija de los milenios sintió un dolor como no había sentido, sintió la maldición del licántropo dañar su cuerpo, las fuerzas se le iban pero antes de que el lobo volviera atacar se giro golpeándolo en el costado para arrojarlo nuevamente a un muro. Con una de sus manos se tocó el hombro, sentía un ardor y éste no sanaba como debería de hacer, el lobo se reincorporó y nuevamente fue al choque y esta vez ella también.
Como si se tratara de un gladiador de la antigua Roma, Tiare derribó a la bestia y clavó sus dientes en el cuello, el lobo rodó consiguiendo que Tiare no bebiera de él, luego, ella comenzó apretar su estomago, las costillas del lobo comenzaron a romperse y éste se levantó y corriendo se estrelló contra un muro golpeado de esa forma a Tiare que por el impacto y el dolor de su hombro se soltó, la bestia retrocedió dejando que sanara su cuerpo. La hija de los milenios comenzaba a perder el sentido. —¡MALDITA BESTIA NO MORIRÉ POR TUS FAUCES!—le gritó— ¡anda, ven de una vez!—.
Tiare- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 85
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
El Obispo Jeremías se abrió paso entre la congregación de inquisidores. El tema de las brujas de Rumania era más complejo de lo que pensaban, pero no había sido llamado precisamente para eso. Tomó asiento entre el “consejo” y siendo él el último dio inicio la sesión. —Enviaremos más inquisidores a Rumania, nos llegaron informes de personas sacrificadas en ritos diabólicos, un centenar de gente a emigrado de los alrededores de Tultcha argumentando de un gran mal que se quiere liberar—dijo y hubo un par de minutos de silencio.
—Se reportaron casos de peste y varios espías encontraron una línea de sangre fungiendo como un muro bajo un hechizo maligno, las tierras están oscuras, siempre nublado y muy frío— continuó otro mientras Jeremías echaba su cuerpo ligeramente al frente.
—¿A quiénes piensan enviar?— interrumpió Jeremías.
—Condenados, muchos de ellos. Leto Radamanto salió hoy por la mañana—
—Lo conozco y también Killer Bee. Pero, ¿los condenados querrán estar bajo el mando de Killer Bee?, además, muchos son como Tiare, pedantes, arrogantes, soberbios y con delirios de superioridad por el simple hecho de ser vampiros, hechiceros, licántropos o cambiantes—
—Lo hemos previsto, por eso serán dos frentes. Estos condenados llegaran directamente a Tultcha—
—Y hermano Jeremías, sabemos del comportamiento actual de Killer Bee, cuando termine la misión será apresada y remitida a juicio por sus crímenes en Aragón—
—¿Qué?—
—Decidimos enviar a Leto como espía y presenció todo lo que ella hizo, las decisiones que tomó y a todos los inocentes que asesinó. El pueblo exige su ejecución—
—No pueden hacerlo, ella ha sido la mejor soldado mujer que hemos tenido y además es mortal, no uno de sus condenados—
—La decisión ya fue tomada, se le informa para que prepare su defensa— y así fue como concluyó la sesión.
Seis días después, Bukharest, Rumania…
Con la llegada de la luna llena, Leto consiguió llegar a Bukharest gracias a su transformación como el gran lobo marrón que era. Tenía sus sentidos muy alertas, su destino era la sede de la inquisición por tal motivo no paso por el pueblo aledaño para investigar. A diferencia de Killer Bee y la misma Tiare que ya debería de estar allí, Leto poseía más información, que aunque no le gustara tendría que compartirla con Tiare y formar un complot contra Killer Bee. Quizás él nunca se oponía, nunca protestaba pero sabía que estaba mal pero como siempre, obedecería. Aun como bestia poseía cierto razonamiento, lo había aprendido, quizás no como otros, para él esa enseñanza fue avance del dolor de las torturas, e incluso los experimentos de los tecnólogos. Era cierto que hubo muchos fracasos en él y en éstos siempre habían muertes por lo que la Iglesia tejía una gran culpa en él que sólo podía apaciguar con lo que la inquisición demandara, en esta ocasión traicionar a Killer Bee.
Llegó a la sede y la encontró destruída, si era cierto que poseía razonamiento seguía teniendo ese instinto animal y los sentidos no eran los de un humano. A través de los ojos de la bestia no distinguió los detalles precisos, como que había sido quemada y saqueada, básicamente sólo tenía noción de destrucción. No se quedó mucho tiempo allí. Mas el motivo no se trató de seguir investigando pues su razonamiento no era lo suficientemente alto para esa comprensión; fue más bien su instinto animal que le hizo detectar un aroma fresco, un aroma de muerte y sangre. Cual sabueso siguió el rastro hasta que encontró el origen. Una vampiro luchando contra un igual a él, una bestia que a diferencia era totalmente animal, llena de ira y furia. Dentro de su propia bestia Leto comprendió que ese licántropo era una amenaza y su labor era liquidarlo.
Fue así como se apresuró y embistió a su igual, la vampiro se quedó quieta e incluso tomó un respiro; mientras tanto las dos bestias se habían trenzado como dos perros salvajes. Mordidas de ambos y sobre ambos, chillidos del enemigo y pero no de Leto, no cuando su cuerpo era aún más resistente que su propio poder, no cuando los tecnólogos habían quebrado la resistencia de su piel y la mejoraron. En vez de chillar, Leto se iba perdiendo en la batalla y su bestia tomaba el control absoluto, se volvió más salvaje, más peligroso, más mortal y cuando parecía que el conflicto se alargaría, el lobo inquisidor alcanzó el cuello de su rival y como si sus fauces se trataran de unas poderosas pinzas le quebró el cuello quedándose trabado para que no sanara, allí aguardó hasta que murió y el gran lobo se transformó en una mujer de rojos cabellos. La bestia jadeaba y sus ojos se volvieron los de Leto y como normalmente ocurría cuando asesinaba a inocentes retrocedió y con lágrimas en sus lobunos ojos comenzó a aullar, no lamentándose sino más bien rezando por esa alma inocente, o al menos así los juzgaba siempre.
Entonces percibió nuevamente ese aroma y se dio media vuelta, los ojos de Leto desaparecieron y los azabaches de la bestia regresaron con un salvajismo. Sus enormes patas comenzaron a caminar peligrosamente hacía Tiare, fue agachando su cabeza en un evidente gesto de ataque. La condición de la vampiro no era del todo buena, esa herida no parecía que le fuera a dar ventaja sobre lo que al parecer era una nueva amenaza.
—Se reportaron casos de peste y varios espías encontraron una línea de sangre fungiendo como un muro bajo un hechizo maligno, las tierras están oscuras, siempre nublado y muy frío— continuó otro mientras Jeremías echaba su cuerpo ligeramente al frente.
—¿A quiénes piensan enviar?— interrumpió Jeremías.
—Condenados, muchos de ellos. Leto Radamanto salió hoy por la mañana—
—Lo conozco y también Killer Bee. Pero, ¿los condenados querrán estar bajo el mando de Killer Bee?, además, muchos son como Tiare, pedantes, arrogantes, soberbios y con delirios de superioridad por el simple hecho de ser vampiros, hechiceros, licántropos o cambiantes—
—Lo hemos previsto, por eso serán dos frentes. Estos condenados llegaran directamente a Tultcha—
—Y hermano Jeremías, sabemos del comportamiento actual de Killer Bee, cuando termine la misión será apresada y remitida a juicio por sus crímenes en Aragón—
—¿Qué?—
—Decidimos enviar a Leto como espía y presenció todo lo que ella hizo, las decisiones que tomó y a todos los inocentes que asesinó. El pueblo exige su ejecución—
—No pueden hacerlo, ella ha sido la mejor soldado mujer que hemos tenido y además es mortal, no uno de sus condenados—
—La decisión ya fue tomada, se le informa para que prepare su defensa— y así fue como concluyó la sesión.
Seis días después, Bukharest, Rumania…
Con la llegada de la luna llena, Leto consiguió llegar a Bukharest gracias a su transformación como el gran lobo marrón que era. Tenía sus sentidos muy alertas, su destino era la sede de la inquisición por tal motivo no paso por el pueblo aledaño para investigar. A diferencia de Killer Bee y la misma Tiare que ya debería de estar allí, Leto poseía más información, que aunque no le gustara tendría que compartirla con Tiare y formar un complot contra Killer Bee. Quizás él nunca se oponía, nunca protestaba pero sabía que estaba mal pero como siempre, obedecería. Aun como bestia poseía cierto razonamiento, lo había aprendido, quizás no como otros, para él esa enseñanza fue avance del dolor de las torturas, e incluso los experimentos de los tecnólogos. Era cierto que hubo muchos fracasos en él y en éstos siempre habían muertes por lo que la Iglesia tejía una gran culpa en él que sólo podía apaciguar con lo que la inquisición demandara, en esta ocasión traicionar a Killer Bee.
Llegó a la sede y la encontró destruída, si era cierto que poseía razonamiento seguía teniendo ese instinto animal y los sentidos no eran los de un humano. A través de los ojos de la bestia no distinguió los detalles precisos, como que había sido quemada y saqueada, básicamente sólo tenía noción de destrucción. No se quedó mucho tiempo allí. Mas el motivo no se trató de seguir investigando pues su razonamiento no era lo suficientemente alto para esa comprensión; fue más bien su instinto animal que le hizo detectar un aroma fresco, un aroma de muerte y sangre. Cual sabueso siguió el rastro hasta que encontró el origen. Una vampiro luchando contra un igual a él, una bestia que a diferencia era totalmente animal, llena de ira y furia. Dentro de su propia bestia Leto comprendió que ese licántropo era una amenaza y su labor era liquidarlo.
Fue así como se apresuró y embistió a su igual, la vampiro se quedó quieta e incluso tomó un respiro; mientras tanto las dos bestias se habían trenzado como dos perros salvajes. Mordidas de ambos y sobre ambos, chillidos del enemigo y pero no de Leto, no cuando su cuerpo era aún más resistente que su propio poder, no cuando los tecnólogos habían quebrado la resistencia de su piel y la mejoraron. En vez de chillar, Leto se iba perdiendo en la batalla y su bestia tomaba el control absoluto, se volvió más salvaje, más peligroso, más mortal y cuando parecía que el conflicto se alargaría, el lobo inquisidor alcanzó el cuello de su rival y como si sus fauces se trataran de unas poderosas pinzas le quebró el cuello quedándose trabado para que no sanara, allí aguardó hasta que murió y el gran lobo se transformó en una mujer de rojos cabellos. La bestia jadeaba y sus ojos se volvieron los de Leto y como normalmente ocurría cuando asesinaba a inocentes retrocedió y con lágrimas en sus lobunos ojos comenzó a aullar, no lamentándose sino más bien rezando por esa alma inocente, o al menos así los juzgaba siempre.
Entonces percibió nuevamente ese aroma y se dio media vuelta, los ojos de Leto desaparecieron y los azabaches de la bestia regresaron con un salvajismo. Sus enormes patas comenzaron a caminar peligrosamente hacía Tiare, fue agachando su cabeza en un evidente gesto de ataque. La condición de la vampiro no era del todo buena, esa herida no parecía que le fuera a dar ventaja sobre lo que al parecer era una nueva amenaza.
Leto Radamanto- Condenado/Licántropo/Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 15/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
— Pero vos lo dize ayer. Sos bueno omne e inossente, por qué ahora dize lo opuesto en que fallo dixa acusaçión —
— Todo lo que me diziste era mentira, vos mismo desque tener en tu poder rriqueza, tanta que non necesitabas de omnes cobdiçiosos para laborar en el crimen con vuestras cosexas malditas. Sos un corrubpto, un hereje e un brujo. Vuestras cosexas arden en las llamas de la justipçia—
— ¿Qué fue lo que hiciste?—
— Tu serás el enxienplo de la justipçia de el Señor, con tu mal, vos das muerte perdurable a las almas que fieres, das muchos enemigos al cuerpo que contaminas, fazes perder la fama al que más opio dieres; a Dios pierde e al mundo. Brujo que canta dulçe con engaño, tu destino es la muerte—
— Non, espera dime vuestro preçio, puedo rrecompensarte—
—Mi preçio es tu vida, la de tu dueña, la de tu fijo y vuestras mançebas, infiel pecador—
Despertó bañada en sudor y totalmente agitada, los acontecimientos en Aragón no la dejaban en paz, el rostro apagado del brujo cuando su cañón le arrebató la vida, con un semblante aterrado; transitaba constantemente en la mente de Killer Bee. Cerró sus ojos estabilizando su respiración, luego, los abrió contemplando el nacimiento de un cielo rojo, el mismo cielo que se alzó la mañana que le precedió a la masacre en Aragón, bajo sus cañones y espadas asesinas. La inquisidora llevó sus manos al rostro y siguió trabajando en ejercicios de respiración, después, pasados ya varios minutos se levantó. El bosque Vlăsiei estaba muy silencioso, de hecho demasiado desde que ella había llegado. Aunque no había encontrado rastros de presencia humana en su recorrido ella se sentía asechada. Rápidamente levantó su campamento y después de distribuir su equipaje en su caballo, lo tomó de las riendas y comenzó a caminar colina abajo.
No era la primera vez que visitaba ese lugar, por lo que sabía que cercas estaba el río Dâmboviţa, ahí se encargaría de reabastecerse para concluir el viaje que culminaría ese mismo día. Por el medio día llegó a la orilla y no solamente bebió y recogió agua en sus botellas, sino también aprovecho para lavarse el cuerpo. Desnudó su cuerpo y caminando entró al agua hasta sumergirse por completo. Pensó que de esa forma podría lavarse sus pecados, sabía que la bendición de Jeremías no había sido suficiente para alcanzar el perdón por su fallo. Dentro del agua oró a Dios y pidió en llanto perdón por lo que hizo y mientras lo hacía. Las imágenes de Aragón en llamas aparecieron en su mente, gente envuelta en fuego, cadáveres degollados por sus espadas y la cabeza decapitada del brujo de Aragón empalada en medio del pueblo. La corriente se hizo más fuerte y arrastró a la inquisidora. Su fuerte cuerpo se afianzó en la tierra y sujetándose a una piedra resistió los azotes de Dios enviados en el agua. Cuando salió, se sintió relajada y más tranquila, respiró profundamente y se vistió con otras ropas, quemó las que llevaba puestas y después de apagar el fuego comenzó a cabalgar hacia la sede que tenían en Bukharest.
Era de noche cuando llegó a la sede, estaba destruida, saqueada y los recintos sagrados ultrajados. Killer Bee prestó atención a todas las grietas, a las piedras caídas, a los bultos dañados y a las marcas del fuego en los muros que seguían en pie. Hizo un estudio muy minucioso para descartar a los posibles autores del crimen, pero fue hasta ver marcas rúnicas echas con sangre cuando supo que habían sido brujas. Aquel signo del demonio era una invocación para los incubus. Al parecer no solamente había destruido el lugar, sino también habían tenido su ritual demoniaco allí mismo. No se detuvo a expresar su repulsión, continuó su estudio hasta que escuchó el aullar de dos licántropos, lo sabía por el enorme tono del aullido, la gran potencia sobrenatural.
Killer Bee salió corriendo susurrando el nombre de su aprendiz, montó a prisa y comenzó a cabalgar a toda velocidad, no quería perder la orientación que le daban los aullidos, tenía que llegar al encuentro de las bestias para saber si alguno de ellos era un condenado, posiblemente Tiare no era la única. El caballo de la inquisidora se desbocó cuando los aullidos terminaron pero ella no cayó aparatosamente, pues, al hacer contacto rodó para terminar en una posición ventajosa que le permitió ponerse en pie en un tiempo. Corrió a calmar a su caballo y lo amarró a un árbol cercano, sacó sus cañones y se colocó sus cuchillos, luego, se echó a correr a donde creía se había llevado a cabo lo que podía ser un enfrentamiento. Killer Bee llegó a la escena y vio a una mujer muerta a espaldas de un licántropo que amenazaba seguramente a la que debía ser Tiare. La inquisidora trotó para tener un mejor ángulo de disparo, la vampiro había sido mordida y no estaba en condiciones favorables, pero antes de disparar reconoció a ese lobo, era Leto. Caminó hasta él y disparó a sus pies. Leto se detuvo y se giró a Killer Bee. — Detente Leto, todo ha terminado— se detuvo muy atenta a los movimientos del lobo, después de todo él todavía no alcanzaba la sabiduría de Gaia y aunque llegaba a razonar no dejaba de ser una bestia. Pero la bestia dio pase a Leto y éste se detuvo, sentándose como un perro cazador que espera su recompensa después de capturar a la liebre. La inquisidora sonrió mas conservó su cañón.
— Tu debes de ser Tiare, y esa mujer una desdichada licántropo que tuvo la mala fortuna de enfrentarse a ustedes—comenzó a caminar a Tiare sin dejar de ver de reojo al lobo, a pesar de las buenas referencias de Leto ella no confiaba en los de su naturaleza. — Vaya tienes ese hombro echo pedazos—llegó hasta ella y recibió una mirada inquisitiva de la inmortal, evidentemente no le gustaba escuchar esas palabras de una mortal, y menos en ese tono que le sugería que aunque fuera inmortal era vulnerable. Cuando Killer Bee entendió el por qué de esa mirada sonrió.
— Todo lo que me diziste era mentira, vos mismo desque tener en tu poder rriqueza, tanta que non necesitabas de omnes cobdiçiosos para laborar en el crimen con vuestras cosexas malditas. Sos un corrubpto, un hereje e un brujo. Vuestras cosexas arden en las llamas de la justipçia—
— ¿Qué fue lo que hiciste?—
— Tu serás el enxienplo de la justipçia de el Señor, con tu mal, vos das muerte perdurable a las almas que fieres, das muchos enemigos al cuerpo que contaminas, fazes perder la fama al que más opio dieres; a Dios pierde e al mundo. Brujo que canta dulçe con engaño, tu destino es la muerte—
— Non, espera dime vuestro preçio, puedo rrecompensarte—
—Mi preçio es tu vida, la de tu dueña, la de tu fijo y vuestras mançebas, infiel pecador—
Despertó bañada en sudor y totalmente agitada, los acontecimientos en Aragón no la dejaban en paz, el rostro apagado del brujo cuando su cañón le arrebató la vida, con un semblante aterrado; transitaba constantemente en la mente de Killer Bee. Cerró sus ojos estabilizando su respiración, luego, los abrió contemplando el nacimiento de un cielo rojo, el mismo cielo que se alzó la mañana que le precedió a la masacre en Aragón, bajo sus cañones y espadas asesinas. La inquisidora llevó sus manos al rostro y siguió trabajando en ejercicios de respiración, después, pasados ya varios minutos se levantó. El bosque Vlăsiei estaba muy silencioso, de hecho demasiado desde que ella había llegado. Aunque no había encontrado rastros de presencia humana en su recorrido ella se sentía asechada. Rápidamente levantó su campamento y después de distribuir su equipaje en su caballo, lo tomó de las riendas y comenzó a caminar colina abajo.
No era la primera vez que visitaba ese lugar, por lo que sabía que cercas estaba el río Dâmboviţa, ahí se encargaría de reabastecerse para concluir el viaje que culminaría ese mismo día. Por el medio día llegó a la orilla y no solamente bebió y recogió agua en sus botellas, sino también aprovecho para lavarse el cuerpo. Desnudó su cuerpo y caminando entró al agua hasta sumergirse por completo. Pensó que de esa forma podría lavarse sus pecados, sabía que la bendición de Jeremías no había sido suficiente para alcanzar el perdón por su fallo. Dentro del agua oró a Dios y pidió en llanto perdón por lo que hizo y mientras lo hacía. Las imágenes de Aragón en llamas aparecieron en su mente, gente envuelta en fuego, cadáveres degollados por sus espadas y la cabeza decapitada del brujo de Aragón empalada en medio del pueblo. La corriente se hizo más fuerte y arrastró a la inquisidora. Su fuerte cuerpo se afianzó en la tierra y sujetándose a una piedra resistió los azotes de Dios enviados en el agua. Cuando salió, se sintió relajada y más tranquila, respiró profundamente y se vistió con otras ropas, quemó las que llevaba puestas y después de apagar el fuego comenzó a cabalgar hacia la sede que tenían en Bukharest.
Era de noche cuando llegó a la sede, estaba destruida, saqueada y los recintos sagrados ultrajados. Killer Bee prestó atención a todas las grietas, a las piedras caídas, a los bultos dañados y a las marcas del fuego en los muros que seguían en pie. Hizo un estudio muy minucioso para descartar a los posibles autores del crimen, pero fue hasta ver marcas rúnicas echas con sangre cuando supo que habían sido brujas. Aquel signo del demonio era una invocación para los incubus. Al parecer no solamente había destruido el lugar, sino también habían tenido su ritual demoniaco allí mismo. No se detuvo a expresar su repulsión, continuó su estudio hasta que escuchó el aullar de dos licántropos, lo sabía por el enorme tono del aullido, la gran potencia sobrenatural.
Killer Bee salió corriendo susurrando el nombre de su aprendiz, montó a prisa y comenzó a cabalgar a toda velocidad, no quería perder la orientación que le daban los aullidos, tenía que llegar al encuentro de las bestias para saber si alguno de ellos era un condenado, posiblemente Tiare no era la única. El caballo de la inquisidora se desbocó cuando los aullidos terminaron pero ella no cayó aparatosamente, pues, al hacer contacto rodó para terminar en una posición ventajosa que le permitió ponerse en pie en un tiempo. Corrió a calmar a su caballo y lo amarró a un árbol cercano, sacó sus cañones y se colocó sus cuchillos, luego, se echó a correr a donde creía se había llevado a cabo lo que podía ser un enfrentamiento. Killer Bee llegó a la escena y vio a una mujer muerta a espaldas de un licántropo que amenazaba seguramente a la que debía ser Tiare. La inquisidora trotó para tener un mejor ángulo de disparo, la vampiro había sido mordida y no estaba en condiciones favorables, pero antes de disparar reconoció a ese lobo, era Leto. Caminó hasta él y disparó a sus pies. Leto se detuvo y se giró a Killer Bee. — Detente Leto, todo ha terminado— se detuvo muy atenta a los movimientos del lobo, después de todo él todavía no alcanzaba la sabiduría de Gaia y aunque llegaba a razonar no dejaba de ser una bestia. Pero la bestia dio pase a Leto y éste se detuvo, sentándose como un perro cazador que espera su recompensa después de capturar a la liebre. La inquisidora sonrió mas conservó su cañón.
— Tu debes de ser Tiare, y esa mujer una desdichada licántropo que tuvo la mala fortuna de enfrentarse a ustedes—comenzó a caminar a Tiare sin dejar de ver de reojo al lobo, a pesar de las buenas referencias de Leto ella no confiaba en los de su naturaleza. — Vaya tienes ese hombro echo pedazos—llegó hasta ella y recibió una mirada inquisitiva de la inmortal, evidentemente no le gustaba escuchar esas palabras de una mortal, y menos en ese tono que le sugería que aunque fuera inmortal era vulnerable. Cuando Killer Bee entendió el por qué de esa mirada sonrió.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Localización : Europa
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Las últimas semanas había estado disperso, concurría a los ensayos en el teatro, los espectáculos cada vez estaban mejor, pero aun así había en su vida un vacío que no podría llenar con nada. Bien sabía que aquel sentimiento tenía un nombre – Fleur- , su dulce flor de los bosques. Aquella muchacha extrovertida que había conquistado hacía ya mucho tiempo su corazón. Pero las circunstancias los había separado, y él bien lo sabía. Por su deber como inquisidor, Niccoló había tenido que ausentarse de Francia, era una misión secreta que no podía decir a nadie, ni siquiera a su dulce amada. Aquel encargo le había valido estar ausente un poco más de un año. Cuando volvió, lo primero que hizo, luego de entregar sus reportes y perfumarse, fue presentarse ante su futuro suegro, para pedir formalmente la mano de la joven. El disgusto fue enorme, pues se encontró que su bella flor no lo había esperado. Aquel hombre le informó que su hija se había casado con alguien que, según su punto de vista, podía cubrir las expectativas de vida que ella necesitaba.
Aún la rabia trepaba a su pecho cada vez que recordaba la manera despectiva como el señor Bureau, le ponía en claro que mejor sería, la dejara en paz, - ella ya formó su familia, es madre, y sobre todo su esposo la adora. Póngase una mano en el corazón, júreme que usted puede darle un mejor futuro - estuvo a punto de contestar con un sí rotundo, cuando recibió la estocada final - ¿acaso usted, es capaz de separar a una hija de su padre? ¿Cometería el pecado de quitarle el derecho a ese ángel de disfrutar de la compañía y la enseñanza de su progenitor? – Niccoló había negado con la cabeza, disculpándose y saliendo lo más rápido que había podido de la mansión.
Se retrepó en el asiento del coche en el que viajaba con destino a Bukharest, daría un par de conciertos y si todo salía como él lo esperaba, compraría una mansión para vivir . Dejaría Paris, nada lo ataba ya a ese lugar, solo recuerdos que tenía que olvidar. Chasqueó la lengua acordándose del momento en que volvió a ver a Fleur. Llevaba de la mano a una niña, la que no tendría más de cinco años, las dos con riguroso luto. No se acercó, ni siquiera dejó que lo vieran. Sus conclusiones eran firmes, habría muerto el padre de la joven y por esa razón el luto. Estaba enojado con él, porque al contemplarla su corazón había saltado en su pecho, de pronto se daba cuenta que a pesar del esfuerzo de olvidarla, no lo había conseguido. Esa era la razón fundamental por la que deseaba radicarse en Rumania. Bueno, en verdad, no era la única.
Sonrió divertido, - ¿en qué lugar de Europa puede haber mayor concentración de Strigoi? Solo en Rumania… claro, además en Paris, es que estos monstruos son como polillas, atraídas por la luz de la ciudad de las luces - Estiró sus piernas que después de tanto viaje las tenía algo adoloridas. Un sacudón, causado por algún accidente en el camino lo hizo tirar el cigarrillo que deseaba fumar, y que había intentado sacara de su tabaquera – ¡maldición! – Exclamo – ten más cuidado, so burro, que debemos llegar vivos, si no tienes inconvenientes – le gritó al cochero, que de seguro, poco y nada habría escuchado su queja. El sol estaba en un punto descendente, en menos de dos horas la noche habría caído y no era extraño que un hombre de la región, supersticioso como aquel que conducía, intentara llegar a toda costa al poblado más cercano, antes de que la luna se vanagloriara en el cielo. En cambio, para el inquisidor, amante de la caza de vampiros, no había mejor hora del día.
Pasaban de las siete de la tarde cuando llegaron, - señor, nos detendremos en éste poblado, no podemos seguir por la noche, existen muchas manadas de lobos habrientos y es realmente peligroso intentar viajar por estos bosques. Le prometo que apenas el sol despunte, volveremos a movernos, ahora mejor descanse – Niccoló lo contempló con arrogancia, - cobarde – quiso gritarle, pero sabía que era en vano. El viaje estaba pago, pero no pensaba demorarse por un asustadizo. En media hora había comido y preparado un pequeño atado. – Llevarás los baúles y las demás pertenencias a la dirección que te daré, allí me esperarás – le había informado a su fiel valet que había hecho el mismo viaje una semana antes para que todo estuviera listo a su llegada. Así que no fue difícil dale al cochero la dirección a donde debía dejar las pertenencias y partir a caballo.
Había recorrido unas cuantas leguas cuando desde lejos escuchó un aullido, profundo y lastimero, sus oídos no necesitaron más para saber que en esa dirección podía encontrar un poco de diversión. Si se trataban de simples lobos, podría observar la naturaleza en su máximo esplendor y si eran licántropos los cazaría, no eran los Strigoi su única afición de caza, los malditos lobos humanos, solían dar buena batalla y a la vez cumplía con los preceptos de la Santa Iglesia al terminar con sus corruptas existencias.
Aquel sendero del bosque lo llevó a una construcción destruida, semi derruida, supo a simple vista que se trataba lo que otrora debería haber sido un bastión de la inquisición, lo delataban las típicas señales que se dejaban para que los inquisidores fueran los únicos que supieran de la existencia de aquel lugar. Dejó su montura a una distancia prudencial y desenfundando sus armas, se dirigió al interior del edificio. Apenas entró se encontró con un verdadero escenario, digno de una de las óperas trágicas alemanas. Una mujer muerta, desnuda, posiblemente una licántropo, un lobo que él no conocía, pero que intuyó podía ser alguno inquisidor condenado. Frunció el ceño, no le gustaba para nada ese tipo de inquisidores y menos que fueran soldados – con que sean espías, basta y sobra, ¿pero soldados? ¿Poner mi vida en manos de éstos traidores a su raza? ¡Já! - continuó observando el lugar, descubrió otra mujer malherida en el piso, apenas verla supo que se trataba de un strigoi, - maldita bestia demoniaca – caviló, mientras se sujetaba para no correr hacia ella y cercenarle la cabeza con su espada. Parada entre medio de los dos sobrenaturales, se encontraba la inquisidora más afamada, Killer Bee, cualquier inquisidor sería un tonto si no podía reconocerla, y Niccoló, no era ningún estúpido.
Mantuvo sus cañones apuntados al grupo de inquisidores, - ¿buenas noches, camaradas… así que estaban por hacer una fiesta y no me habías invitado? – bromeó, sonriendo con descaro, pero siempre atento a cualquier reacción de sus compañeros de lucha, no sería ni la primera, ni la última vez, que un grupo de inquisidores, decidía desertar de la orden, y si éstos eran uno de aquellos grupos, se tendría que deshacer de ellos.
Aún la rabia trepaba a su pecho cada vez que recordaba la manera despectiva como el señor Bureau, le ponía en claro que mejor sería, la dejara en paz, - ella ya formó su familia, es madre, y sobre todo su esposo la adora. Póngase una mano en el corazón, júreme que usted puede darle un mejor futuro - estuvo a punto de contestar con un sí rotundo, cuando recibió la estocada final - ¿acaso usted, es capaz de separar a una hija de su padre? ¿Cometería el pecado de quitarle el derecho a ese ángel de disfrutar de la compañía y la enseñanza de su progenitor? – Niccoló había negado con la cabeza, disculpándose y saliendo lo más rápido que había podido de la mansión.
Se retrepó en el asiento del coche en el que viajaba con destino a Bukharest, daría un par de conciertos y si todo salía como él lo esperaba, compraría una mansión para vivir . Dejaría Paris, nada lo ataba ya a ese lugar, solo recuerdos que tenía que olvidar. Chasqueó la lengua acordándose del momento en que volvió a ver a Fleur. Llevaba de la mano a una niña, la que no tendría más de cinco años, las dos con riguroso luto. No se acercó, ni siquiera dejó que lo vieran. Sus conclusiones eran firmes, habría muerto el padre de la joven y por esa razón el luto. Estaba enojado con él, porque al contemplarla su corazón había saltado en su pecho, de pronto se daba cuenta que a pesar del esfuerzo de olvidarla, no lo había conseguido. Esa era la razón fundamental por la que deseaba radicarse en Rumania. Bueno, en verdad, no era la única.
Sonrió divertido, - ¿en qué lugar de Europa puede haber mayor concentración de Strigoi? Solo en Rumania… claro, además en Paris, es que estos monstruos son como polillas, atraídas por la luz de la ciudad de las luces - Estiró sus piernas que después de tanto viaje las tenía algo adoloridas. Un sacudón, causado por algún accidente en el camino lo hizo tirar el cigarrillo que deseaba fumar, y que había intentado sacara de su tabaquera – ¡maldición! – Exclamo – ten más cuidado, so burro, que debemos llegar vivos, si no tienes inconvenientes – le gritó al cochero, que de seguro, poco y nada habría escuchado su queja. El sol estaba en un punto descendente, en menos de dos horas la noche habría caído y no era extraño que un hombre de la región, supersticioso como aquel que conducía, intentara llegar a toda costa al poblado más cercano, antes de que la luna se vanagloriara en el cielo. En cambio, para el inquisidor, amante de la caza de vampiros, no había mejor hora del día.
Pasaban de las siete de la tarde cuando llegaron, - señor, nos detendremos en éste poblado, no podemos seguir por la noche, existen muchas manadas de lobos habrientos y es realmente peligroso intentar viajar por estos bosques. Le prometo que apenas el sol despunte, volveremos a movernos, ahora mejor descanse – Niccoló lo contempló con arrogancia, - cobarde – quiso gritarle, pero sabía que era en vano. El viaje estaba pago, pero no pensaba demorarse por un asustadizo. En media hora había comido y preparado un pequeño atado. – Llevarás los baúles y las demás pertenencias a la dirección que te daré, allí me esperarás – le había informado a su fiel valet que había hecho el mismo viaje una semana antes para que todo estuviera listo a su llegada. Así que no fue difícil dale al cochero la dirección a donde debía dejar las pertenencias y partir a caballo.
Había recorrido unas cuantas leguas cuando desde lejos escuchó un aullido, profundo y lastimero, sus oídos no necesitaron más para saber que en esa dirección podía encontrar un poco de diversión. Si se trataban de simples lobos, podría observar la naturaleza en su máximo esplendor y si eran licántropos los cazaría, no eran los Strigoi su única afición de caza, los malditos lobos humanos, solían dar buena batalla y a la vez cumplía con los preceptos de la Santa Iglesia al terminar con sus corruptas existencias.
Aquel sendero del bosque lo llevó a una construcción destruida, semi derruida, supo a simple vista que se trataba lo que otrora debería haber sido un bastión de la inquisición, lo delataban las típicas señales que se dejaban para que los inquisidores fueran los únicos que supieran de la existencia de aquel lugar. Dejó su montura a una distancia prudencial y desenfundando sus armas, se dirigió al interior del edificio. Apenas entró se encontró con un verdadero escenario, digno de una de las óperas trágicas alemanas. Una mujer muerta, desnuda, posiblemente una licántropo, un lobo que él no conocía, pero que intuyó podía ser alguno inquisidor condenado. Frunció el ceño, no le gustaba para nada ese tipo de inquisidores y menos que fueran soldados – con que sean espías, basta y sobra, ¿pero soldados? ¿Poner mi vida en manos de éstos traidores a su raza? ¡Já! - continuó observando el lugar, descubrió otra mujer malherida en el piso, apenas verla supo que se trataba de un strigoi, - maldita bestia demoniaca – caviló, mientras se sujetaba para no correr hacia ella y cercenarle la cabeza con su espada. Parada entre medio de los dos sobrenaturales, se encontraba la inquisidora más afamada, Killer Bee, cualquier inquisidor sería un tonto si no podía reconocerla, y Niccoló, no era ningún estúpido.
Mantuvo sus cañones apuntados al grupo de inquisidores, - ¿buenas noches, camaradas… así que estaban por hacer una fiesta y no me habías invitado? – bromeó, sonriendo con descaro, pero siempre atento a cualquier reacción de sus compañeros de lucha, no sería ni la primera, ni la última vez, que un grupo de inquisidores, decidía desertar de la orden, y si éstos eran uno de aquellos grupos, se tendría que deshacer de ellos.
Rainero Bleier- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 89
Fecha de inscripción : 18/12/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Enfrascado en sueños e historias de fantasía. Esa era la realidad del pequeño a últimas fechas, el corazón más puro quizás de todos aquellos servidores consagrados a Dios era el suyo y es que no había soldado más dedicado en sus tareas que Yuri. Cualquier otro inquisidor podría utilizar una máscara perfectamente delineada por mentiras, egos y demás artificialidades vanas que funcionaban muy bien al momento de justificar sus actos atroces en contra de los sobrenaturales. Empero, existía algo en el chiquillo que marcaba esa diferencia, el realmente creía que algún día sería recompensado con algo más que dinero, joyas o fama. El solo necesitaba volver a ver a los suyos para sentir que sus pesadas tareas habrían valido la pena al final del día. Y solo entonces podría ser realmente feliz, alejado de la frialdad de la Sacra Institución, llegado el momento se tomaría la decisión sobre el futuro del pequeño. Pero por ahora debería mantenerse bajo los rígidos lineamientos.
Como un pequeño ruiseñor en jaula de oro, el niño podía pasar todo el día en la sala de entrenamiento, dando pequeños paseos en los jardines botánicos de la institución o en la gran biblioteca devorando algún manuscrito, todo era válido siempre y cuando brindara un beneficio a la Iglesia. La regla era sencilla, sus logros eran recompensados con cualquier capricho que ordenara, todo estaba permitido menos uno: salir al exterior sin supervisión de algún adulto. Esa inquietud que le empujaba a escapar de vez en cuando lograba desesperar en demasía a más de uno de los encargados de velar por el pequeño. Pocas niñeras y personal se encariñaban con él, algunos otros encontraban lastimera su situación y otros tantos tan solo estaban interesados en la retribución al cumplir con semejante labor. Sin embargo a últimas fechas había aparecido en su vida una nueva figura paterna, un modelo que Yuri estaba entusiasmado por conocer más a fondo.
Su apellido era De Carvajal y a pesar de su semblante tosco y frio era bondadoso con el pequeño a su manera. Solo a él había confiado el cuidado del maltrecho Patrick y esta vez no habría compañía en ese aburrido viaje del cual no sabía si volvería pronto, aunque desde que tenía uso de razón tenía la certeza de que si quería volver a verles no debía perder ninguna de sus batallas, ninguna sola. Un solo baúl con dos mudas de ropa habían sido colocadas de mala gana en el carruaje, las instrucciones eran claras, había sido escoltado por dos soldados más de menor rango quienes estaban encargados de asegurarse que el pequeño escapara y llegara lo más pronto posible a su destino en Rumania. Durante el trayecto pensó en lo que ahí encontraría, pues en sus misiones previas no había tenido que salir del área de la Santa Sede en la capital francesa. ¿Monstruos más grandes y de dos cabezas o quizás tres? ¿Qué tipo de quimeras habitaran los bosques frondosos de ese país? Rumania, Rumania, estaba seguro de haber leído el nombre en las clases.
Durmió plácidamente la última parte del trayecto, mamá y papá estaban ahí con él, caminando en los amplios jardines de una gran casa, con más colores que lo que su actual vivienda poseía, la luz flotaba alrededor de ellos tres: su familia. Pequeña pero cálida. Un jaloneo brusco le despertó repentinamente. El mal encarado soldado le pidió levantarse, pues habían llegado finalmente. El carruaje se mantuvo a unos metros en la profundidad del paraje, más allá se podía alcanzar a ver un campanario, es ahí donde debes llegar, le indicó el segundo hueste menos amable que el anterior. Yuri suspiro y se adentró en los matorrales que rodeaban la periferia. La luna caprichosa se elevaba a lo alto apenas opacada por las rollizas nubes grisáceas, susurró un viejo salmo para que el astro argento le concediera un poco más de visibilidad, entonces sus pequeños orbes cristalinos devoraron el atroz paisaje que se erguía frente a él. El humo aún se podía distinguir brotando de las ruinas y un par de cuerpos calcinados formaban dantescas efigies. El pequeño abrió un poco más los ojos y con cuidado trato de no tocar nada de lo que ahí había. Su pequeña gabardina complicaba un poco el paso sigiloso que adoptaba para no ser descubierto. En el interior del viejo edificio pudo vislumbrar solo un bulto.
– ¿Hay alguien ahí? – susurró al viento
Se adentró de puntillas en el pasillo para descubrir el enigma. Una chica muy bella de largos cabellos, oscuros, yacía tendida. El chiquillo observó de un lado a otro para cerciorarse que nadie más se encontraba a su alrededor. Sus sentidos se agudizaron dejándole saber que no había nada de extraño en la joven, apoyó entonces una rodilla y tomó su mano, el pulso era débil pero nada que representara peligro. Lucia como una princesa sumergida en un plácido sueño.
– ¿Te encuentras bien? ¡Despierta! – confirió en el oído de la joven
Acarició su frente y quedó ensimismado por el atuendo que cubría a la inquisidora. Desde ese ángulo pudo notar las sogas aun pendiendo a lo alto. Algo no estaba del todo bien. Trataba de encontrar lógica en todo esto y es que las lecciones en la biblioteca eran muy diferentes a lo que ahora estaba viviendo. Con sus diminutas manos trató de tomar el cuerpo de la joven arrastrándolo un poco, como si un par de centímetros los fueran a poner a salvo de los posibles peligros a su alrededor.
– Descuida, yo te puedo llevar de regreso a tu casa cuando despiertes – dijo con seguridad
– In protego – susurró para que una barrera invisible a los mortales les cubriera, estaba solo en la oscuridad a lado de aquella desconocida y como todo inquisidor, su trabajo era salvaguardar la integridad de los que eran ajenos a su raza.
Yuri Alekséyevich- Condenado/Hechicero/Clase Alta
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 01/06/2014
Edad : 36
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Despertó abruptamente. Nuevamente en aquel lugar, oscuro y casi sin rastros de vida; salvo el plato de comida que siempre encontraba. Era una prisionera pero ¿de quién?, esa era siempre su pregunta, una que se formulaba para despejarse de aquella pesadilla que noche a noche la invadía cuando el cansancio la vencía. Por supuesto, il Canarino nero había intentado muchas formas de escapar de esa oscuridad pero nunca lo conseguía, un hechizo le impedía salir. Su única compañía entonces fueron sus memorias y la pesadilla que le recordaba el evento en Bukharest, el extraordinario fenómeno sobrenatural que desencadenó el destino en el que se encontraba. En todos esos meses que ya llevaba presa nunca rogó a Dios por ayuda. Si bien era cierto que Killer Bee se había evocado también en enseñarle la obediencia a la Iglesia por medio de Dios y dándole poder para que se dedicara a él y pidiera su protección; así como su maestra, no pediría nunca su salvación, si era la voluntad de Dios estar ahí lo aceptaba, mas eso no significaba que se resignaría y no continuaría intentando un escape o al menos conocer a sus agresores. Sabía que eran brujas, pues a pesar de su voluntad para no dormir y crear engaños para parecer dormida, siempre caía en el sueño; al parecer no podía haber una explicación muy lógica, salvo si creyera en la magia y aunque no había creído por bastantes años, el día en que presenció el fenómeno en Bukharest sus creencias cambiaron.
Una mañana se sintió más cansada de lo normal, era cierto que no había comido por días, no por falta de comida, sino por voluntad. Pero eso no era la causa, su cuerpo estaba maltratado, poseía marcas en los brazos, más bien moretones, era como si hubiera luchado con alguien y ese alguien la hubiera sujetado con tanta fuerza que lastimara su piel. Sus ropas estaban desgarradas y cuando se quiso reincorporar le dolió el vientre, sintió una gran irritación y dolor en su zona erógena, sintió en sus piernas como costras y al alzarse un vestido que le habían puesto hacía mucho descubrió que estaba bañada en sangre. Había sido violada, alguien había tomado su virginidad, la única pureza que aún poseía. Aterrada llevó sus manos a la cien, su cuerpo tembló y sintió mucho miedo; por primera vez pidió ayuda a Dios, rogó por fortaleza y en llanto comenzó a liberar su frustración, su impotencia; una ansiedad la poseyó y comenzó a sentir una ira y un desprecio. La violaron, en su mente sólo hubo cabida a esa palabra violación. Y cuando finalmente experimentó todas las emociones de una atormentada alma gritó como no lo había hecho en toda su vida, su desgarrada alma maldijo desde el interior y llenándose de fuerza ignoró el dolor físico en su vientre y se puso en pie.
Furiosa buscó en esa oscuridad algo que le ayudase a salir, pero antes de llegar al húmedo muro de su prisión una sombra más negra que la noche se alzó amenazante, Innocentia quedó absolutamente paralizada y esa sombra adoptó la forma de un hombre, luego, unas alas enormes emergieron de su espalda volviendo más oscura su prisión, Innocentia retrocedió pero era tarde. Ese ser se abalanzó sobre ella y con sus alas la encerró en una oscuridad que ocultó su mismísimo cuerpo. Innocentia perdió la consciencia.
— ¡Despierta!—escuchó una voz infantil, se sentía cansada y la idea de haber sido violada seguía en su mente apuñalando su espíritu sin piedad alguna. Innocentia se negó a despertar, a obedecer esa voz gentil que al parecer llegó a rescatarla. ¿Pero ella necesitaba rescate? Ya no lo consideraba así, su esperanza se la llevó despiadadamente esa sombra, ese demonio que nuevamente ultrajó su cuerpo. — In protego—nuevamente esa voz, pero ahora era distinto, esas palabras no eran humanas, no, mejor dicho no eran las que diría un humano, era un conjuro.
Era tiempo de abrir sus ojos, al principio sintió miedo pero él podía ser uno de sus agresores y en él descargaría su furia, tenía que pagar por lo que hicieron, así que como una bestia se levantó y de inmediato sujetó el frágil cuello del niño que había tendido un campo de protección en torno a ellos. Los salvajes y llenos de ira ojos de Innocentia reconocieron las prendas del niño y lo liberó, luego, prestó más detalle y lo reconoció. Era el protegido de Antonio, el niño brujo. — ¿Qué estás haciendo aquí?—interrogó y se dio cuenta de que vestía sus prendas de la inquisición, las mismas con las que llegó a Bukharest; después, miró a su alrededor, no sabía donde se encontraban pero ya no era la sede de la inquisición a donde llegó y mucho menos la iglesia donde las brujas se habían quemado.
Se levantó ignorando por unos segundos al niño, el lugar no era su prisión, había una parte abierta pero las mascas en las paredes delataban que se trataba de un lugar donde se efectuaban rituales. Seguramente las brujas habían experimentado con ella en ese lugar, posiblemente invocaron al demonio que la violó; por su mente pasaron miles de hipótesis pero no se decidió en sostener una. En ese momento de incertidumbre volvió a ver al niño. — Yuri, ¿cierto? Sé que te la pasas en la biblioteca, ¿sabes de demonología? Debes de ser un prodigio para estar en la inquisición, no solamente por ser un hechicero. Anda niño, dime ya… ¿sabes de demonología?—presionó un tanto amenazante— necesito saberlo, por favor; hay brujas en las cercanías, este lugar fue usado para ritos demoniacos, estoy segura. Es nuestro deber como inquisidores descubrir de que se trata todo esto. ¿Te enviaron a investigar?, ¿sabes de la situación?… tienes ordenes de darles caza ¿cierto?, pero ¿por qué te enviaron a ti, por qué no a Carvajal?, no, no puede ser, debe de ser coincidencia, o tal vez…—Innocentia estaba alterada, parecía desvariar, estaba dolida y tenía miedo. — Es una trampa, por eso tengo de nuevo mis ropas—y en ese momento se dio cuenta de que tenía de nuevo sus armas. — ¿Qué está sucediendo aquí?… ¿por qué?—no encontraba una respuesta pero mirando a Yuri sabía que en el niño no encontraría la solución.
Una mañana se sintió más cansada de lo normal, era cierto que no había comido por días, no por falta de comida, sino por voluntad. Pero eso no era la causa, su cuerpo estaba maltratado, poseía marcas en los brazos, más bien moretones, era como si hubiera luchado con alguien y ese alguien la hubiera sujetado con tanta fuerza que lastimara su piel. Sus ropas estaban desgarradas y cuando se quiso reincorporar le dolió el vientre, sintió una gran irritación y dolor en su zona erógena, sintió en sus piernas como costras y al alzarse un vestido que le habían puesto hacía mucho descubrió que estaba bañada en sangre. Había sido violada, alguien había tomado su virginidad, la única pureza que aún poseía. Aterrada llevó sus manos a la cien, su cuerpo tembló y sintió mucho miedo; por primera vez pidió ayuda a Dios, rogó por fortaleza y en llanto comenzó a liberar su frustración, su impotencia; una ansiedad la poseyó y comenzó a sentir una ira y un desprecio. La violaron, en su mente sólo hubo cabida a esa palabra violación. Y cuando finalmente experimentó todas las emociones de una atormentada alma gritó como no lo había hecho en toda su vida, su desgarrada alma maldijo desde el interior y llenándose de fuerza ignoró el dolor físico en su vientre y se puso en pie.
Furiosa buscó en esa oscuridad algo que le ayudase a salir, pero antes de llegar al húmedo muro de su prisión una sombra más negra que la noche se alzó amenazante, Innocentia quedó absolutamente paralizada y esa sombra adoptó la forma de un hombre, luego, unas alas enormes emergieron de su espalda volviendo más oscura su prisión, Innocentia retrocedió pero era tarde. Ese ser se abalanzó sobre ella y con sus alas la encerró en una oscuridad que ocultó su mismísimo cuerpo. Innocentia perdió la consciencia.
— ¡Despierta!—escuchó una voz infantil, se sentía cansada y la idea de haber sido violada seguía en su mente apuñalando su espíritu sin piedad alguna. Innocentia se negó a despertar, a obedecer esa voz gentil que al parecer llegó a rescatarla. ¿Pero ella necesitaba rescate? Ya no lo consideraba así, su esperanza se la llevó despiadadamente esa sombra, ese demonio que nuevamente ultrajó su cuerpo. — In protego—nuevamente esa voz, pero ahora era distinto, esas palabras no eran humanas, no, mejor dicho no eran las que diría un humano, era un conjuro.
Era tiempo de abrir sus ojos, al principio sintió miedo pero él podía ser uno de sus agresores y en él descargaría su furia, tenía que pagar por lo que hicieron, así que como una bestia se levantó y de inmediato sujetó el frágil cuello del niño que había tendido un campo de protección en torno a ellos. Los salvajes y llenos de ira ojos de Innocentia reconocieron las prendas del niño y lo liberó, luego, prestó más detalle y lo reconoció. Era el protegido de Antonio, el niño brujo. — ¿Qué estás haciendo aquí?—interrogó y se dio cuenta de que vestía sus prendas de la inquisición, las mismas con las que llegó a Bukharest; después, miró a su alrededor, no sabía donde se encontraban pero ya no era la sede de la inquisición a donde llegó y mucho menos la iglesia donde las brujas se habían quemado.
Se levantó ignorando por unos segundos al niño, el lugar no era su prisión, había una parte abierta pero las mascas en las paredes delataban que se trataba de un lugar donde se efectuaban rituales. Seguramente las brujas habían experimentado con ella en ese lugar, posiblemente invocaron al demonio que la violó; por su mente pasaron miles de hipótesis pero no se decidió en sostener una. En ese momento de incertidumbre volvió a ver al niño. — Yuri, ¿cierto? Sé que te la pasas en la biblioteca, ¿sabes de demonología? Debes de ser un prodigio para estar en la inquisición, no solamente por ser un hechicero. Anda niño, dime ya… ¿sabes de demonología?—presionó un tanto amenazante— necesito saberlo, por favor; hay brujas en las cercanías, este lugar fue usado para ritos demoniacos, estoy segura. Es nuestro deber como inquisidores descubrir de que se trata todo esto. ¿Te enviaron a investigar?, ¿sabes de la situación?… tienes ordenes de darles caza ¿cierto?, pero ¿por qué te enviaron a ti, por qué no a Carvajal?, no, no puede ser, debe de ser coincidencia, o tal vez…—Innocentia estaba alterada, parecía desvariar, estaba dolida y tenía miedo. — Es una trampa, por eso tengo de nuevo mis ropas—y en ese momento se dio cuenta de que tenía de nuevo sus armas. — ¿Qué está sucediendo aquí?… ¿por qué?—no encontraba una respuesta pero mirando a Yuri sabía que en el niño no encontraría la solución.
Innocentia Coletti- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
En ningún momento cruzó por su mente la idea de lo que sería este viaje, por lo tanto estaba caminando a ciegas en las aguas pantanosas de su pueril incertidumbre, tratando de descifrar el enigma oculto tras esa simbología que se dibujaba frente a sus ojos. La bóveda oscurecida nuevamente tomó su curso habitual y en momento parecía escuchar susurros siniestros en las ráfagas del viento y cada línea que se dibujaba en los escombros le provocaba un terror indescriptible, sombras desvaídas a lo largo y ancho de la acuarela, pena y espejismos sombríos que tan solo se asimilaban a los relatos que de vez en cuando escuchaba en voz de la nana en turno. Sacudió la cabeza para apartar esas voces, dirigiéndose nuevamente a la joven que yacía a su lado. Sus prendas oscuras le indicaron que como él, se trataba de un miembro más de la Santa Organización ¿Qué habría pasado con ella? ¿Habría llegado sola hasta ese sitio? ¿Qué pesadillas atroces le invadían en este instante? Resultaba difícil, casi imposible imaginar que transcurría en su mente ahora.
Suavemente colocó sus dedos sobre la frente ajena y el sobresaltó en ella al despertar provocaron que los latidos en el corazón del niño se intensificaran. Como un pequeño ruiseñor enjaulado aleteando desesperadamente, un retumbar hacía eco en su pecho. Incrédulo ante la reacción violenta de la joven.
–Tranquila, tranquila… no voy a lastimarte…– dijo con dificultad.
La presión sobre su cuello disminuyó, ella se levantó incrédula ante la escena de destrucción, Yuri trató de recuperar la respiración cuando fue asaltado nuevamente con palabras exasperadas.
–De… demonología dices... si, bueno, he leído sobre el tema– dijo seguro
Sin embargo las aseveraciones del pequeño no estaban ayudando del todo a la joven quien arremetía con cuestionamientos cada vez más severos. En sus oraciones tres palabras hicieron que una ligera angustia creciera en el interior de su joven oyente.
Brujas, demonios, ritos
Así que por tal motivo solo había sido enviado él sin refuerzo alguno, todo era más claro ahora. Ninguno de los huestes que le escoltaban estaban lo suficientemente preparados para afrontar un problema de tal magnitud y por ende se le pidió arribar solo hasta las ruinas. Trataba de hilar todos esos elementos para dar una respuesta concisa, cerró apenas los ojos, usar la lógica siempre había costado un poco desarrollar en él puesto que su naturaleza distraída impedía a veces que dicha encomienda resultara exitosa. Alejó la exaltación centrándose en otra oración conferida por la misma joven
¿Por qué te enviaron a ti, por qué no a Carvajal?
Investigación, cacería, emisario, Carvajal, Carvajal
¿Qué haría Antonio en una situación como esta? Nada podía tomarse a la ligera ahora, eso lo había aprendido muy bien ahora que el famoso inquisidor dedicaba parte de su tiempo no solo a perfeccionar sus habilidades, sino también a ser perspicaz cuando la situación lo apremiara.
"Un buen inquisidor no confía del todo en nada ni nadie, ni en sus camaradas mismos. Observa cuidadosamente a tu alrededor y hallaras las respuestas cuando te veas perdido."
Repitió en su mente una y otra vez.
–Sogas, un juicio– balbuceó apenas audible –Ninguna bruja sería tan peligrosa sola ni siquiera en grupo, a menos que algún ente ajeno les prestara protección–
Sus orbes se posaron una vez más en ella, escudriñando cada detalle en sus facciones, nada anormal hasta ahora, empero el terror era casi palpable. Yuri sabía que cada elemento en la Iglesia era previamente entrenado antes de ser encargado de una misión, los entrenamientos eran rígidos, llevado al límite la psicología del ser humano. ¿Por qué ella no podía aterrizar en su actual realidad? ¿Qué le impedía recordar ese lapso de tiempo aparentemente perdido?
Es una trampa, por eso tengo de nuevo mis ropas
Escuchó en su análisis.
–¿Una ilusión? o posiblemente…–
Se quedó perplejo meditando la segunda posibilidad, pues deseaba con ansias que estuviese en lo incorrecto, ni siquiera se atrevió a pronunciar el término. En su deliberado fallo supuso que la joven pudo haber sido privada de parte de su memoria cuando recién había llegado, lo que le llevara a este estado de ausencia mental por medio de un hechizo ilusorio o bien, pudiese presentar signos de ausentismo debido a que “algo” en su interior se sobreponía a su cabal juicio. Pasó un poco de saliva acercándose una vez más a ella.
–Tienes que tranquilizarte de acuerdo, todo va a estar bien– dijo sonriente.
Del interior de sus prendas tomó el rosario que le había sido entregado hace poco tiempo, con este se le pedía orar antes de ir a dormir pero así mismo y con las palabras adecuados funcionaba como un arma excelsa contra entes aberrantes.
–Recuerda quien eres, recuerda tu nombre ¿Dime cuál es tu nombre?– dijo entrelazando sus manos con las ajenas al tiempo que la cadena unía dichas partes de sus cuerpos.
–Et est signum dies datus et tenebris–
Confirió temeroso al viento, sus escasos conocimientos solo le permitían identificar a los demonios más no los sabia expulsar, requería de un control sobre la materia más avanzado al cual aún no había llegado. El ritual era sencillo, la barrera antes invocada había sido diluida y un pentagrama apenas visible a ojos de otros hechiceros se formaba bajo sus pies, si la joven estaba libre de posesión no sucedería nada, caso contrario Yuri estaría no solo acertando en su hipótesis, sino corriendo el más grande los peligros hasta ahora experimentados en su corta existencia.
Yuri Alekséyevich- Condenado/Hechicero/Clase Alta
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 01/06/2014
Edad : 36
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
El terror fue apoderándose más de su alma, la desesperación había quedado a un lado. Las palabras del niño a penas eran escuchadas, en su mente veía una sombra junto a ella, su vagina le dolía, no, su mismísimo vientre. Parecía sentir que era envestida por detrás, sometida en una mesa y siendo penetrada por ese ente oscuro. Lágrimas quisieron escaparse de sus ojos pero se negó a llorar frente a él. «Ninguna bruja sería tan peligrosa sola ni siquiera en grupo, a menos que algún ente ajeno les prestara protección» ¿de qué demonios habla el niño? Por supuesto que una bruja podría ser poderosa sin necesidad de un grupo o una alianza con un demonio. Innocentia comenzó a entender que el niño sólo sería una carga.
—Soy il Canarino nero —dijo y comenzó a tranquilizarse. Hizo trabajo de respiración mientras el niño colocaba un rosario entre sus manos. El miedo comenzó poco a poco a irse y llegó el conjuro. Innocentia lo conocía, en dos ocasiones mientras era discípula de Killer Bee asistió a dos exorcismos y ese hechizo era para sondear el cuerpo, buscar un ente en el cuerpo de quien es acusado como agente poseído. Al principio no sucedió nada, al menos no externamente. Innocentia sentía molestia en su vientre y mientras más ponía poder Yuri comenzó a manifestarse una luz alrededor de ambos, la luz fue sustituida por un círculo de llamas y a espaldas de Innocentia se alzó una sombra con forma humanoide y dos enormes alas. Innocentia calló de rodillas profiriendo un fuerte dolor, se llevó la mano al vientre como acto reflejo y una luz oscura en el vientre apareció entre las manos de il canarino nero. El fuego se intensificó y la sombra se hizo más grande abarcando tres paredes, Innocentia cayó al suelo y del vientre se disparó la luz hacía el techo, ella continuaba gritando al tiempo en que dos pequeñas manitas se movían dentro de la ropa ajustada del canarino nero, como si se encontrara dentro de ella. Innocentia lloró, sabía lo que significaba.
La habitación comenzó a temblar, el fuego se dispersó y la sombra desapareció así como la luz en el vientre y la manos dentro de éste. Innocentia no dejó de llorar. La violaron, la habían violado y ahora llevaba en su vientre una semilla del mal. Sí en imágenes se lo habían sugerido ahora estaba completamente segura, una proyección vino a ella, de como las brujas la amarraban y ese espectro llegaba y la penetraba derramando dentro de ella el semen oscuro. « Ferire, Ferire, Ferire, Manus ex larvalis, Arcessere Larimon primus » decían las brujas una y otra vez hasta que el incubo había hecho presencia y había poseído el drogado cuerpo de la inquisidora.
De pronto Innocentia dejó de llorar, se puso de pie y lanzó un gritó que traspasó las paredes, caminó hacía atrás hasta tocar con pared y llevó sus manos a su vientre. —No, no, no… —dijo aterrada y desenfundó uno de sus cañones—. Estoy maldita —puso el cañón dentro de su boca mientras lágrimas se escapaban de sus ojos, pero no disparó, sacó el arma sin dejar de apuntarse—, no puedo traer a este monstruo al mundo. Tiene que morir… tengo que morir —continuó, volvió a poner el cañón dentro de su boca y cerro sus ojos luego de amartillarla y seducir el gatillo con sus delgados dedos.
—Soy il Canarino nero —dijo y comenzó a tranquilizarse. Hizo trabajo de respiración mientras el niño colocaba un rosario entre sus manos. El miedo comenzó poco a poco a irse y llegó el conjuro. Innocentia lo conocía, en dos ocasiones mientras era discípula de Killer Bee asistió a dos exorcismos y ese hechizo era para sondear el cuerpo, buscar un ente en el cuerpo de quien es acusado como agente poseído. Al principio no sucedió nada, al menos no externamente. Innocentia sentía molestia en su vientre y mientras más ponía poder Yuri comenzó a manifestarse una luz alrededor de ambos, la luz fue sustituida por un círculo de llamas y a espaldas de Innocentia se alzó una sombra con forma humanoide y dos enormes alas. Innocentia calló de rodillas profiriendo un fuerte dolor, se llevó la mano al vientre como acto reflejo y una luz oscura en el vientre apareció entre las manos de il canarino nero. El fuego se intensificó y la sombra se hizo más grande abarcando tres paredes, Innocentia cayó al suelo y del vientre se disparó la luz hacía el techo, ella continuaba gritando al tiempo en que dos pequeñas manitas se movían dentro de la ropa ajustada del canarino nero, como si se encontrara dentro de ella. Innocentia lloró, sabía lo que significaba.
La habitación comenzó a temblar, el fuego se dispersó y la sombra desapareció así como la luz en el vientre y la manos dentro de éste. Innocentia no dejó de llorar. La violaron, la habían violado y ahora llevaba en su vientre una semilla del mal. Sí en imágenes se lo habían sugerido ahora estaba completamente segura, una proyección vino a ella, de como las brujas la amarraban y ese espectro llegaba y la penetraba derramando dentro de ella el semen oscuro. « Ferire, Ferire, Ferire, Manus ex larvalis, Arcessere Larimon primus » decían las brujas una y otra vez hasta que el incubo había hecho presencia y había poseído el drogado cuerpo de la inquisidora.
De pronto Innocentia dejó de llorar, se puso de pie y lanzó un gritó que traspasó las paredes, caminó hacía atrás hasta tocar con pared y llevó sus manos a su vientre. —No, no, no… —dijo aterrada y desenfundó uno de sus cañones—. Estoy maldita —puso el cañón dentro de su boca mientras lágrimas se escapaban de sus ojos, pero no disparó, sacó el arma sin dejar de apuntarse—, no puedo traer a este monstruo al mundo. Tiene que morir… tengo que morir —continuó, volvió a poner el cañón dentro de su boca y cerro sus ojos luego de amartillarla y seducir el gatillo con sus delgados dedos.
Innocentia Coletti- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Mes y medio antes al encuentro entre Yuri e Innocentia; Bukharest, Rumania…
—¿Qué tenemos aquí? —dijo con voz sarcástica Killer Bee, examinó las armas y el atuendo, no era un cazador; tenía que ser un inquisidor y por su entrada parecía que la coincidencia lo había traído a este evento—. Un aventurero en esta fiesta privada, ¿te has perdido? Que estás en tierras peligrosas muchacho —los gestos de la inquisidora se volvieron serios y torció la boca. Leto se movió hacía él y Tiare ya con el hombro reconstruido se había puesto de pie—. Te hace falta un arma para terminar con los tres genio —sonrió un tanto altanera, Leto se fue acercando de forma peligrosa pero la inquisidora lo detuvo atrapando su pelaje con su mano.
—¿Cuál es tu nombre y qué carajos te trae aquí inquisidor? —preguntó tajante sin siquiera tocar sus cañones. Cabía la posibilidad de que se tratara de un refuerzo más pero también podía ser un espía. Por supuesto, desconocía que Leto estaba ahí para vigilarla y asegurarse que sobreviviría para llevarla a juicio, pero ella sabía lo que había hecho y el concilio buscarían un castigo para ella por lo que estaba preparada para aceptar a su vigilante. Y mientras éste, quien sea que fuere, tuviera los ojos en ella. No revelaría al que por ahora era un intruso en esa pequeña reunión entre el desastre de inquisidores que tenía. Después de todo no sabía como actuaría Tiare, por el momento lucía pacifica pero no creo que estaría muy a gusto trabajando con Leto.
Killer Bee alzó su mano y aunque esa no fue la señal para que Tiare actuara (pues tan sólo le leyó la mente); la hija de los milenios desapareció y reapareció detrás del intruso, le dio un empujón y mientras este pretendía defenderse de Tiare Killer Bee corrió hacía él zig zageando para evitar las balas si este disparaba. La rubia lo tomó de los hombros con violencia y la inquisidora soltó una patada derribándolo, Leto corrió de inmediato desarmando con sus poderosas fauces al inquisidor. —Y bien galán, no tenemos tu tiempo… tenemos trabajo que hacer… ¿qué haces aquí? —presionó sacando uno de sus cañones y apuntándole en la cabeza mientras Tiare se colocaba a un costado de la inquisidora.
—¿Qué tenemos aquí? —dijo con voz sarcástica Killer Bee, examinó las armas y el atuendo, no era un cazador; tenía que ser un inquisidor y por su entrada parecía que la coincidencia lo había traído a este evento—. Un aventurero en esta fiesta privada, ¿te has perdido? Que estás en tierras peligrosas muchacho —los gestos de la inquisidora se volvieron serios y torció la boca. Leto se movió hacía él y Tiare ya con el hombro reconstruido se había puesto de pie—. Te hace falta un arma para terminar con los tres genio —sonrió un tanto altanera, Leto se fue acercando de forma peligrosa pero la inquisidora lo detuvo atrapando su pelaje con su mano.
—¿Cuál es tu nombre y qué carajos te trae aquí inquisidor? —preguntó tajante sin siquiera tocar sus cañones. Cabía la posibilidad de que se tratara de un refuerzo más pero también podía ser un espía. Por supuesto, desconocía que Leto estaba ahí para vigilarla y asegurarse que sobreviviría para llevarla a juicio, pero ella sabía lo que había hecho y el concilio buscarían un castigo para ella por lo que estaba preparada para aceptar a su vigilante. Y mientras éste, quien sea que fuere, tuviera los ojos en ella. No revelaría al que por ahora era un intruso en esa pequeña reunión entre el desastre de inquisidores que tenía. Después de todo no sabía como actuaría Tiare, por el momento lucía pacifica pero no creo que estaría muy a gusto trabajando con Leto.
Killer Bee alzó su mano y aunque esa no fue la señal para que Tiare actuara (pues tan sólo le leyó la mente); la hija de los milenios desapareció y reapareció detrás del intruso, le dio un empujón y mientras este pretendía defenderse de Tiare Killer Bee corrió hacía él zig zageando para evitar las balas si este disparaba. La rubia lo tomó de los hombros con violencia y la inquisidora soltó una patada derribándolo, Leto corrió de inmediato desarmando con sus poderosas fauces al inquisidor. —Y bien galán, no tenemos tu tiempo… tenemos trabajo que hacer… ¿qué haces aquí? —presionó sacando uno de sus cañones y apuntándole en la cabeza mientras Tiare se colocaba a un costado de la inquisidora.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Localización : Europa
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Como creía, la inquisidora, y la vampiro que hacía solo un momento parecía estar casi muerta, decidieron atacarlo, el lobo se mantenía atento, alerta, como un buen perro faldero. Niccoló sonrió, era tan predecible sus movimientos que se desilusionó un poco de la fama que le daban a la inquisidora que otrora le llamaran Kyller, que le dio tristeza verla actuar de esa manera. ¿Acaso no se jactaba de conocer a todos los inquisidores? ¿y entonces como podía ser que no conociera a Lucca? No provenía de una estirpe de inquisidores como su amada Bureau, pero había tenido los mejores inquisidores italianos como maestros y era un ahijado del nuevo Santo Padre. Dejó que creyeran que lo tenían dominado, que sus golpes le podían afectar, pero luego con algunos movimientos y utilizando algunos implementos creados por la inquisición pudo zafarse de la vampiro. A un movimiento de su brazo una filosa daga con veneno hirió a la vampiro en un costado de su pecho. No la mataría, pero le advertiría que no juegue sin estar segura que él deseaba jugar. Otro movimiento y un dardo, se clavó en el brazo de Cammy, un potente tranquilizante a base del veneno de la abeja asesina africana.
Logró separarse y alejarse, a una distancia que le permitía maniobrar si lo volvían a atacar, - no os comportéis como novatos inquisidores, me extraña tu actitud abeja, aunque mas parezcas un moscardón zumbando molesto – le espetó. -Aquí somos todos del mismo bando y si así no lo fuera… no sería yo el traidor… bien sabemos que otros presentes se destacaron más en esa materia… - dijo arqueando una ceja y barriendo con la mirada a la inquisidora humana. – Mas no estoy aquí para juzgar, sino para ayudar de ser posible, si tenéis algún problema o prurito de mi presencia, pues… andad a llorar al Santo Padre o a quien os plazca – continuó hablando, mientras guardaba las armas que pronto recogió, - y no te preocupes, Killer… querida… no te pasará nada… las víboras viven mordiéndose y no se matan con su veneno, a más de sentir alguna molestia no pasará de ello – se jactó, - ahora, si por fin terminasteis con la opereta, pongámonos a deliberar que hacer, no se ustedes, pero me da por los cojones que hayan dejado cenizas la sede de la inquisición y que no haya señales de varios de nuestros colegas – sentenció, esperando que por fin tomaran, sus compañeros, la seriedad que se debía en un caso así.
Logró separarse y alejarse, a una distancia que le permitía maniobrar si lo volvían a atacar, - no os comportéis como novatos inquisidores, me extraña tu actitud abeja, aunque mas parezcas un moscardón zumbando molesto – le espetó. -Aquí somos todos del mismo bando y si así no lo fuera… no sería yo el traidor… bien sabemos que otros presentes se destacaron más en esa materia… - dijo arqueando una ceja y barriendo con la mirada a la inquisidora humana. – Mas no estoy aquí para juzgar, sino para ayudar de ser posible, si tenéis algún problema o prurito de mi presencia, pues… andad a llorar al Santo Padre o a quien os plazca – continuó hablando, mientras guardaba las armas que pronto recogió, - y no te preocupes, Killer… querida… no te pasará nada… las víboras viven mordiéndose y no se matan con su veneno, a más de sentir alguna molestia no pasará de ello – se jactó, - ahora, si por fin terminasteis con la opereta, pongámonos a deliberar que hacer, no se ustedes, pero me da por los cojones que hayan dejado cenizas la sede de la inquisición y que no haya señales de varios de nuestros colegas – sentenció, esperando que por fin tomaran, sus compañeros, la seriedad que se debía en un caso así.
Rainero Bleier- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 89
Fecha de inscripción : 18/12/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
La inquisidora lo tenía bajo control apuntándole con su cañón en la cabeza, pero entonces a ella vino un recuerdo que la traicionó. La masacre de Aragón no dejaba de estar presente en su mente. Recordó estar cubierta de lodo, escondida en un árbol y esperando a que el maldito cambiante pasase por el camino que diario recorría. Estuvo allí por tres horas y justo a la media noche pasó por la rama donde estaba la inquisidora; ésta se dejó caer sobre los fornidos hombros que sujetaron sus piernas, Killer Bee echó su cuerpo hacía atrás dio un giro a la derecha haciendo que el cambiante falseara, luego, con una cuchilla que había sacado mientras caía de espaldas rasgó el talón haciendo que cayera de rodillas. La inquisidora se reincorporó y saltó hasta su cabeza azotándola contra una piedra dejándolo un poco turbado pero aún con fuerza para levantarse. Killer Bee le aplicó una llave y en un movimiento quedó encima de él apuntándole con un cañón de plata sobre su cabeza que le quemaba los cabellos y le hizo gemir. —Agora si fablemos —dijo la inquisidora en el antiguo castellano que se hablaba en esa aislada región que llevaba por nombre Aragón—. Non seo natío marfuz —dijo en una voz casi gutural—
—¿Non sabes quien só pecadezno?
—Sayon della Iglesia, inquisidora e una marfusa —escupió demostrando su odio a la Santa Iglesia.
—¿Ó el brujo de Aragón? —dijo la inquisidora un tanto impaciente mientras él comenzaba a quejarse por sentir la presión de la plata con más intensidad—
—¿Qué faraz?, ¿fenesçerlo a él e sus brujas? —se burló.
—¿Brujas?
—Si, las dueñas de sueras e estás enveleñada
—¿Fue una faya? —se dijo para sí confundida—, non, ¿esquivo e otrosí para non fenesçerme? —furiosa volvió a golpear al cambiante sobre la roca, éste sangró de la frente.
—Te abeitaron, ¿creyeres que eso xarope era té?? —se echó a reír brevemente antes de que lo volviera azotar contra la piedra.
—¿Qué facen?
—Inbocan al menga —hizo una pausa y después movió su cabeza de izquierda a derecha negando lo que acababa de decir—. Non, me radía un Íncubus.
—¡Par Dios! —si lo que ese monstruo decía era cierto, el trabajo de Killer Bee era más complicado de lo que sería.
—¿Ca inporta? Só te fanesçer agora, lo sentes ý, la brozna, la rebata —lo sentía, los brazos de Killer Bee estaban poniéndose rígidos y débiles, apenas podía sostener el cañón en su mano—. El enfichizó inisçió —y tan pronto como terminó su cuerpo se fue transformando en una pantera y poniéndose de pie arrojó a Killer Bee a un par de metros. La inquisidora se sintió mareada, sus brazos no respondían, pero ella no era conocida por el poderío de sus brazos sino de sus piernas, así que impulsándose con su abdomen alzó sus piernas y se puso de pie. La pantera asechó—. Irte he al huerco —le espetó mientras se lanzaba para embestirla con sus fauces abiertas; más Killer Bee ya sabía que hacer, con el talón de su bota derecha golpeó la izquierda mientras giraba, en la bota derecha salió una cuchilla de plata que desgarró el hocico de la pantera quedándose clavaba en la cabeza, la bestia trató de reincorporarse pero la inquisidora ya se había arrojado con las piernas por delante, las enredó en el cuello y lo desnucó de un rápido movimiento.
Y justo en ese momento, en que ella pensaba en aquel hechizo que inutilizó sus brazos fue cuando dejó de poner presión en la arma que amenazaba a Niccolo y perdida en el recuerdo ni siquiera se dio cuenta de que la habían arrojado. Cuando reaccionó estaba por tocar el piso y ya tenía unas cuchillas que estaba dispuesta a lanzar. Mas se detuvo confundida, el sujeto era un inquisidor, no lo distinguía aún pero comenzó a preocuparse por haber tenido de nuevo esas visiones. —Claro —dijo en voz ausente y con la mirada perdida—, Descansaremos hoy, al menos hasta que pase la luna llena —y les dio la espalda.
—¿Non sabes quien só pecadezno?
—Sayon della Iglesia, inquisidora e una marfusa —escupió demostrando su odio a la Santa Iglesia.
—¿Ó el brujo de Aragón? —dijo la inquisidora un tanto impaciente mientras él comenzaba a quejarse por sentir la presión de la plata con más intensidad—
—¿Qué faraz?, ¿fenesçerlo a él e sus brujas? —se burló.
—¿Brujas?
—Si, las dueñas de sueras e estás enveleñada
—¿Fue una faya? —se dijo para sí confundida—, non, ¿esquivo e otrosí para non fenesçerme? —furiosa volvió a golpear al cambiante sobre la roca, éste sangró de la frente.
—Te abeitaron, ¿creyeres que eso xarope era té?? —se echó a reír brevemente antes de que lo volviera azotar contra la piedra.
—¿Qué facen?
—Inbocan al menga —hizo una pausa y después movió su cabeza de izquierda a derecha negando lo que acababa de decir—. Non, me radía un Íncubus.
—¡Par Dios! —si lo que ese monstruo decía era cierto, el trabajo de Killer Bee era más complicado de lo que sería.
—¿Ca inporta? Só te fanesçer agora, lo sentes ý, la brozna, la rebata —lo sentía, los brazos de Killer Bee estaban poniéndose rígidos y débiles, apenas podía sostener el cañón en su mano—. El enfichizó inisçió —y tan pronto como terminó su cuerpo se fue transformando en una pantera y poniéndose de pie arrojó a Killer Bee a un par de metros. La inquisidora se sintió mareada, sus brazos no respondían, pero ella no era conocida por el poderío de sus brazos sino de sus piernas, así que impulsándose con su abdomen alzó sus piernas y se puso de pie. La pantera asechó—. Irte he al huerco —le espetó mientras se lanzaba para embestirla con sus fauces abiertas; más Killer Bee ya sabía que hacer, con el talón de su bota derecha golpeó la izquierda mientras giraba, en la bota derecha salió una cuchilla de plata que desgarró el hocico de la pantera quedándose clavaba en la cabeza, la bestia trató de reincorporarse pero la inquisidora ya se había arrojado con las piernas por delante, las enredó en el cuello y lo desnucó de un rápido movimiento.
Y justo en ese momento, en que ella pensaba en aquel hechizo que inutilizó sus brazos fue cuando dejó de poner presión en la arma que amenazaba a Niccolo y perdida en el recuerdo ni siquiera se dio cuenta de que la habían arrojado. Cuando reaccionó estaba por tocar el piso y ya tenía unas cuchillas que estaba dispuesta a lanzar. Mas se detuvo confundida, el sujeto era un inquisidor, no lo distinguía aún pero comenzó a preocuparse por haber tenido de nuevo esas visiones. —Claro —dijo en voz ausente y con la mirada perdida—, Descansaremos hoy, al menos hasta que pase la luna llena —y les dio la espalda.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Localización : Europa
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
No estaba impresionada, actuó como Killer Bee había querido pero se estaba decepcionando. Pero entonces, cuando entró en su mente pudo ver con sus propios ojos lo que ella estaba recordando. Como Kiler Bee, Tiare también hablaba el castellano que Cammy dominaba y entendía cada palabra de esa conversación. Ahí en ese recuerdo pudo ver a la Killer Bee de la que tanto le habían contado, eso si era poder. A su mente llegaron los pensamientos del inquisidor y si bien pudo abrazarlo mortalmente, aflojó su cuerpo, como si fuera el de una mujer mortal para dejarlo actuar. Pero realmente le pareció ridiculo cuando él, le quiso hacerle daño con su daga, el veneno lo proceso rápidamente su sangre curándose al instante.
—Así que nuestra abejita tiene problemas de consciencia—dijo y soltó una pequeña risa—. ¡Qué así sea Camile White—sonrió cuando Killer Bee la volteó a mirar, Tiare asintió y dio un paso hacia adelante, el licántropo siguió a Cammy y sólo se quedaron el inquisidor y ella—. Oh, y tu pequeño insecto, no soy una neófita para que tus venenos me debiliten—se volteó para mirarlo despectivamente y por medio de su mente le disparó un shock de dolor—, Ni siquiera necesitaría tocarte para matarte—le dio la espalda y siguió a Killer Bee.
Regresaron hasta la sede de Rumania, pronto amanecería y Tiare no podría seguirlos en el día. Así que tomaron ese lugar como descanso. Así, mientras Tiare dormía ellos se ponían de acuerdo. Por eso, cuando estaban ya establecido y los primeros rayos de sol penetraron por el bosque; la hija de los milenios entró a la bodega y en total oscuridad cerró los ojos.
—Así que nuestra abejita tiene problemas de consciencia—dijo y soltó una pequeña risa—. ¡Qué así sea Camile White—sonrió cuando Killer Bee la volteó a mirar, Tiare asintió y dio un paso hacia adelante, el licántropo siguió a Cammy y sólo se quedaron el inquisidor y ella—. Oh, y tu pequeño insecto, no soy una neófita para que tus venenos me debiliten—se volteó para mirarlo despectivamente y por medio de su mente le disparó un shock de dolor—, Ni siquiera necesitaría tocarte para matarte—le dio la espalda y siguió a Killer Bee.
Regresaron hasta la sede de Rumania, pronto amanecería y Tiare no podría seguirlos en el día. Así que tomaron ese lugar como descanso. Así, mientras Tiare dormía ellos se ponían de acuerdo. Por eso, cuando estaban ya establecido y los primeros rayos de sol penetraron por el bosque; la hija de los milenios entró a la bodega y en total oscuridad cerró los ojos.
Tiare- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 85
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
- Vale, este conjunto de bichos raros me tiene cansado - pensó observando a la inquisidora humana. Sonrió al escuchar como le daba la razón, a él siempre le gustaba salirse con la suya, aunque estaba consciente de que todos los allí presentes también tenían esa manía.
Se dispuso a recoger sus cosas, sin poder ocultar su sonrisa socarrona, - asi me gusta, que hagan caso, las mujeres deben estar en donde les corresponde, en el hogar y criando hijos - caviló mientras inclinaba y poco la cabeza y dejaba que la imagen de la inquisidora le contentara, - madre mía, nada mal, nada mal... lastima que de seguro es una latosa y por supuesto... está chiflada -.
Pensado en Killer Bee se encontraba cuando la inquisidora condenada le habló, - ¿a mi? me dices chiquillo,¿a mi? - volvió su cuerpo y su vista para interpelar a la inmortal. Pero entonces aquella endiablada criatura le causó un dolor terrible en su cabeza. Por unos segundos le parecía que le iba a estallar las sienes, - para... para maldita pécora - dijo mientras se tomaba la cabeza con una mano y extendía la otra apuntándole con su ballesta, - maldita perra del infierno... -. El dolor era tan grande que trastabilló, teniendo que plantar una rodilla en el piso.
De pronto el dolor cesó y un alivio infinito llegó a su cabeza, - hija de perra - quiso gritar, pero las palabras no le salían de la boca. Se demoró unos minutos hasta recuperarse y seguir a sus desquiciados compañeros de lucha. Subió a su caballo y luego de acomodar sus armas, y su mínimo equipaje se dispuso a seguirlos.
Ya en la sede de la inquisición, se mantuvo callado, rumiando su bronca, no era de los que se quedan tranquilos y no devuelven la ofensa, y de algún modo la tal Tiare le tendría que pagar el jueguito de feria que le había hecho pasar, - ya encontraré la forma de convertirte en cenizas... engendro del infierno... me las pagaras... ya veraz... sierpes endiablada -.
Se dispuso a recoger sus cosas, sin poder ocultar su sonrisa socarrona, - asi me gusta, que hagan caso, las mujeres deben estar en donde les corresponde, en el hogar y criando hijos - caviló mientras inclinaba y poco la cabeza y dejaba que la imagen de la inquisidora le contentara, - madre mía, nada mal, nada mal... lastima que de seguro es una latosa y por supuesto... está chiflada -.
Pensado en Killer Bee se encontraba cuando la inquisidora condenada le habló, - ¿a mi? me dices chiquillo,¿a mi? - volvió su cuerpo y su vista para interpelar a la inmortal. Pero entonces aquella endiablada criatura le causó un dolor terrible en su cabeza. Por unos segundos le parecía que le iba a estallar las sienes, - para... para maldita pécora - dijo mientras se tomaba la cabeza con una mano y extendía la otra apuntándole con su ballesta, - maldita perra del infierno... -. El dolor era tan grande que trastabilló, teniendo que plantar una rodilla en el piso.
De pronto el dolor cesó y un alivio infinito llegó a su cabeza, - hija de perra - quiso gritar, pero las palabras no le salían de la boca. Se demoró unos minutos hasta recuperarse y seguir a sus desquiciados compañeros de lucha. Subió a su caballo y luego de acomodar sus armas, y su mínimo equipaje se dispuso a seguirlos.
Ya en la sede de la inquisición, se mantuvo callado, rumiando su bronca, no era de los que se quedan tranquilos y no devuelven la ofensa, y de algún modo la tal Tiare le tendría que pagar el jueguito de feria que le había hecho pasar, - ya encontraré la forma de convertirte en cenizas... engendro del infierno... me las pagaras... ya veraz... sierpes endiablada -.
Rainero Bleier- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 89
Fecha de inscripción : 18/12/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
La mente de Killer Bee comenzaba a tener un poco de tranquilidad conforme llegaban a la sede de Rumania. El licántropo que igualaba en tamaño su estatura caminaba a un lado de ella, como si se tratara de su guardián. Aunque ella sospechaba que era más que eso. Quizás era su intuición femenina que le advertía que tenía que cuidarse de ese licántropo. No porque los fuera atacar transformado en la bestia, más bien por alguna clase de misión alterna que ejecutaría como humano. Luego, estaba ese otro inquisidor que en la noche y atormentada por su consciencia no pudo reconocer, o más bien no quiso hacerlo. Más prioridad tenía conseguir la quietud que saber cada miembro del grupo. Pero tenía que investigarlo, las ordenes de la Iglesia no incluían a otro inquisidor.
Ya era de día, el licántropo regresó a su estado humano. —Leto —susurró viéndolo totalmente desnudo y de cuclillas. Por supuesto, a nadie más enviarían para acompañarla. Le arrojó ropa que le habían dado antes de salir y se fue a buscar a Tiare. Aquel humano no le daba confianza y cuando llegó hasta él colocándose a su lado lo reconoció. —Niccolò, Niccolò Lucca —sonrió un poco altanera sin voltearle a ver—, ¿cómo es que el Santo Padre envió a su querido ahijado?, ahora creo que esta misión no será complicada como creía, no cuando mandan inexpertos como tu en este tema —no sonó tanto a burla pues sus facciones se volvieron serias, lo que daba fuerza a escuchar ese argumento con un poco de indiferencia.
—Ya veo como la ves Niccolò, quieres asesinarla —dijo refiriéndose claramente a Tiare—, Pero no te será posible, no lo harás mientras yo este a cargo. No permitiré que arriesguen la operación por una estúpida riña —su voz creció en autoridad y esta vez se giró para verlo—. ¿Te ha quedado claro? —en su rostro no existía ninguna clase de comprensión a los sentimientos de Niccolò, era común que un hombre se sintiera así luego de ser sido humillado por una mujer y aunque Killer Bee era de las que no se entrometía en rencillas, mas esta vez lo haría, lo haría por Innocentia—. Será mejor que vayas a descansar —ordenó en un tono un poco más sutil.
Ya era de día, el licántropo regresó a su estado humano. —Leto —susurró viéndolo totalmente desnudo y de cuclillas. Por supuesto, a nadie más enviarían para acompañarla. Le arrojó ropa que le habían dado antes de salir y se fue a buscar a Tiare. Aquel humano no le daba confianza y cuando llegó hasta él colocándose a su lado lo reconoció. —Niccolò, Niccolò Lucca —sonrió un poco altanera sin voltearle a ver—, ¿cómo es que el Santo Padre envió a su querido ahijado?, ahora creo que esta misión no será complicada como creía, no cuando mandan inexpertos como tu en este tema —no sonó tanto a burla pues sus facciones se volvieron serias, lo que daba fuerza a escuchar ese argumento con un poco de indiferencia.
—Ya veo como la ves Niccolò, quieres asesinarla —dijo refiriéndose claramente a Tiare—, Pero no te será posible, no lo harás mientras yo este a cargo. No permitiré que arriesguen la operación por una estúpida riña —su voz creció en autoridad y esta vez se giró para verlo—. ¿Te ha quedado claro? —en su rostro no existía ninguna clase de comprensión a los sentimientos de Niccolò, era común que un hombre se sintiera así luego de ser sido humillado por una mujer y aunque Killer Bee era de las que no se entrometía en rencillas, mas esta vez lo haría, lo haría por Innocentia—. Será mejor que vayas a descansar —ordenó en un tono un poco más sutil.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 171
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Localización : Europa
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
Aunque era cierto que Leto estaba en el proceso de tener el control cobre el salvajismo de la bestia, esto a base de las que podrían llamarse torturas encargadas por los tecnólogos. Cuando el lobo gris pasó a ser hombre poseía muchas lagunas mentales que permanecían en una dimensión desconocida, pérdidas en el olvido. Sin embargo, la falta de lesiones le decían que Cammy había ejercido bien su trabajo. Totalmente desnudo caminó por el bosque. Despertó a unos cuantos pasos de la sede de Rumania y así, sin que nadie lo viera llegó encontrándose en primera instancia con Killer Bee que sin pudor alguno le entregó las prendas características de la inquisición. Los ojos de la inquisidora le revelaron que ella sabía que lo seguiría, no tanto porque esas prendas masculinas se las hallan dado a propósito, sino por la expresión al hablar y en sus facciones en el momento de casi arrojárselas.
Leto las tomó y siguió con la mirada a Kiler Bee, no con mucho ahínco, mas bien como una inquisidora más y no como una acusada de genocidio que tenía que ser entregada a la corte de la Sede española para su juicio e inevitable ejecución en la frontera con Aragón. Como fuera, la inquisidora se reunió con otro aliado del que Leto no tenía conocimiento. Según él; Tiare y Camile White eran las únicas enviadas en la investigación. Leto, vistiéndose a la luz del sol no dejó de observarle. Se trataba de Niccolò Lucca y algo le decía que su encuentro era mera coincidencia. Después de todo, la misión en la que estaban involucrados no era sencillamente de rescate, su instinto como licántropo se lo decía. Si Inocenttia trató con auténticas brujas entregadas al demonio, no sería fácil y más de uno perdería la vida.
Comenzó acercarse a ellos, por supuesto, había escuchado la conversación que habían tenido con relación a Tiare. Esa antigua que no respetaba las leyes de la Iglesia y le sorprendía que hubiera decidido asistir; no era más que una presumida y orgullosa; no se imaginaba que encuentro sostuvo con el caza vampiros, mas éste estaba demasiado enojado. Tanto por lo que sea que le hiciere Tiare, como las ordenes de Killer Bee. Niccolo pasó junto a Leto con cara de pocos amigos y sin siquiera verlo, del mismo modo aunque con un rostro más sereno se dirigió a donde la inquisidora resguardaba la entrada a las mazmorras donde seguro descansaba Tiare. —Yo puedo hacer de guardia, seguro esos dos te causaron muchos problemas. Ve a descansar —sugirió en tono amable. La inquisidora no mudo de expresión, seguía observando las puertas de las mazmorras como una auténtica guardiana.
—¡NO!, ve a descansar tu, acabas de sufrir una transformación. Tu cuerpo está agotado. Busca con Niccolo algo de comer y mejor traigan comida para mí. Reanudaremos el viaje por la noche y allí podré descansar unas horas. Tu serás mi mano derecha para controlar a estos inexpertos —ordenó y Leto no desobedeció, fue en búsqueda de Niccolo para hacer la voluntad de Killer Bee.
Leto las tomó y siguió con la mirada a Kiler Bee, no con mucho ahínco, mas bien como una inquisidora más y no como una acusada de genocidio que tenía que ser entregada a la corte de la Sede española para su juicio e inevitable ejecución en la frontera con Aragón. Como fuera, la inquisidora se reunió con otro aliado del que Leto no tenía conocimiento. Según él; Tiare y Camile White eran las únicas enviadas en la investigación. Leto, vistiéndose a la luz del sol no dejó de observarle. Se trataba de Niccolò Lucca y algo le decía que su encuentro era mera coincidencia. Después de todo, la misión en la que estaban involucrados no era sencillamente de rescate, su instinto como licántropo se lo decía. Si Inocenttia trató con auténticas brujas entregadas al demonio, no sería fácil y más de uno perdería la vida.
Comenzó acercarse a ellos, por supuesto, había escuchado la conversación que habían tenido con relación a Tiare. Esa antigua que no respetaba las leyes de la Iglesia y le sorprendía que hubiera decidido asistir; no era más que una presumida y orgullosa; no se imaginaba que encuentro sostuvo con el caza vampiros, mas éste estaba demasiado enojado. Tanto por lo que sea que le hiciere Tiare, como las ordenes de Killer Bee. Niccolo pasó junto a Leto con cara de pocos amigos y sin siquiera verlo, del mismo modo aunque con un rostro más sereno se dirigió a donde la inquisidora resguardaba la entrada a las mazmorras donde seguro descansaba Tiare. —Yo puedo hacer de guardia, seguro esos dos te causaron muchos problemas. Ve a descansar —sugirió en tono amable. La inquisidora no mudo de expresión, seguía observando las puertas de las mazmorras como una auténtica guardiana.
—¡NO!, ve a descansar tu, acabas de sufrir una transformación. Tu cuerpo está agotado. Busca con Niccolo algo de comer y mejor traigan comida para mí. Reanudaremos el viaje por la noche y allí podré descansar unas horas. Tu serás mi mano derecha para controlar a estos inexpertos —ordenó y Leto no desobedeció, fue en búsqueda de Niccolo para hacer la voluntad de Killer Bee.
Leto Radamanto- Condenado/Licántropo/Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 15/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
El pequeño sujetó con fuerza las manos de la joven en un intento por transmitirle fortaleza y esperanza. Esa era su encomienda, era el dictamen que siempre se le ordenaba proporcionar cuando asistía en auxilio de los expugnables, incluso a su ahora, daría todo lo que estuviese a su alcance para salvaguardar la integridad de su protegida, podía ver la desesperación plasmada en los rasgos de la misma, incluso podía sentir el temor que de sus sentidos emanaba. Parpadeo sin decir palabra alguna, cualquier tentativa de calmarle seguramente resultaría en vano. Aisló las palabras de momento, concentrándose en el conjuro, sus conjeturas probablemente eran acertadas y era preciso mostrarse lo más sereno y concentrado posible. Cerró los ojos aferrado a la idea de salvarle, el rosario que pendía empezó a imitar movimientos semi circulares. Poco a poco un tenue resplandor rodeaba en cuerpo de ambas figuras. Miles de imágenes invadieron su mente pueril, se vio sumergido en una espesa oscuridad estaba siendo participe de lo que aquella joven había experimentado. Era parte del proceso de dicho ritual para asegurarse que no existiera ningún ente maligno dentro de las posibles víctimas.
–Porque ha hecho en mí cosas grandes aquel que es Todopoderoso, cuyo nombre es santo; y cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen– susurraba mostrando un semblante de preocupación mientras las visiones continuaban.
La temperatura incrementaba eventualmente y entonces aquel ser aberrante se presentó ante ellos. Sus enormes alas oscuras abrazaban la frágil anatomía de la mujer, Yuri trató de evocar parte de algún salmo para ahuyentarle, sin embargo el nerviosismo estaba apoderándose de su cordura. Balbuceó una oración en latín, incompleta. Aquel espectro vociferaba en un tono grave amedrentando al pequeño, esa era una de las formas más comunes en que ese tipo de manifestaciones atacaba. La joven cayó de rodillas mientras el pequeño le sujetaba con ímpetu.
–¡Aléjate de ella! ¡Preséntate ante mí! El emisario del Señor te lo ordena– respondió el pequeño soldado con un tono más severo –¿Cuál es tu nombre? ¡Responde!–
En medio de ambos soldados algo empezaba a revelarse, Yuri abrió sus orbes admirado, trataba de mantenerse concentrado ante lo que veía, era la primera vez que enfrentaba algo solo. Las sombras reptaban a lo largo y ancho de las ruinas envolviéndoles en una especie de torbellino oscuro.
–¿Que debo hacer?– susurro hacia su corazón, necesitaba hallar fortaleza para sobrevivir a la ceremonia, de lo contrario, ambos serían presa del ente que insistía en posesionarse de la joven.
–Canarino Nero escúchame, eres un emisario de Dios, eres un soldado a su servicio, repite conmigo “Soy un emisario de Dios, soy el Canarino Nero, el Señor es mi Pastor, nada me faltará–
Innocentia se levantó bruscamente rompiendo la conexión que el rosario había formado previamente, el circulo de luz se desvanecía poco a poco aunque había bien valido la pena, pues ahora el ente se mostraba como una mancha espesa a su alrededor, el pequeño cayó de rodillas tratando de encontrar una salida. El arma estaba a punto de ser disparada, impulsada por el temor y el control que el demonio ahora ejercía en ella. Las lágrimas ajenas conmovieron al pequeño quien sentía un profundo dolor al verse derrotado ¿Qué había hecho mal? ¿No habían sido suficientes las prácticas? ¿No era acaso lo demasiado fuerte para enfrentar dichas circunstancias? Casi rompía en llanto sintiéndose derrotado. Papá estaría muy decepcionado de él y eso era algo que no podía permitirse. Debía hallar la forma de impedir que el arma fuese detonada ¿Y si fuese mamá? Mamá. Corrió presuroso hacia la mujer con el relicario destrozado entre sus manos, se abrazó a ella, debía dar una última pelea, sabiendo que dicha táctica apenas había sido aprendida. Enlazó las cuentas que quedaban a la cintura de la mujer recitando las palabras que expulsarían al ente para ser encerrado en el maltrecho relicario.
–Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus– repetía con fuerza.
Un tenue fulgor apareció absorbiendo parte del ser sombrío en las cuentas, Yuri ciertamente carecía quizás de la fortaleza física para soportar más tiempo, no obstante el poseía una devoción ferviente que significaba mucho más que otra cosa. Había hecho uso de su último recurso confiando en que habría hecho lo correcto, para esas alturas su cuerpo frágil carecía de fuerza para seguir de pie, poco a poco se desvanecía.
–Eres el Canarino Nero, no dejes que te controle, eres fuerte…–
Yuri Alekséyevich- Condenado/Hechicero/Clase Alta
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 01/06/2014
Edad : 36
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
El niño se empeñó en evitar la tragedia. Quería salvarla y evocando los acotencimientos que recidía en Innocentia. Pudo ver lo que ella vivió y más aún. All demonio que poseyó su cuerpo. El cañón de Innocentia cayó totalmente desconcertada. ¿Por qué no simplemente la mataba para evitar que esa aberración no llegara a este mundo?; pero la respuesta era obvia. Pese a todo, el seguía siendo un niño y el brillo de la inocencia no lo abandonaba como esa cálida luz llena de fortaleza. El demonio era más poderoso que él pero no se rendía. Il Canarino Nero sintió un gran respeto por aquel niño y entre lágrimas, con una voz silenciosa le agradeció totalmente bloqueada. El niño se dirigió a ella e Innocentia asintió, esas palabras y las acciones previas lograron que ella tuviera movilidad. —Soy il Canarino Nero, un emisario de Dios, el Señor es mi Pastor, nada me faltará.
Pero las palabras no eran suficientes, aún ella en pie y queriendo dar todo de ella poco podía ayudar siendo una simple humana. El demonio parecía recobrar más fuerza. Innocentia sintió movimientos en su vientre y el terror la inundó; más aún cuando notó en Yuri la derrota. Entonces a Innocentia le llegó un recuerdo.
________________________________________________________________________________
Cuando reaccionó Yuri continuaba con su lucha y ella, il Canarino Nero no lo dejaría solo. —Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus —repetía con ímpetu, no defraudaría a Killer Bee, tal vez fue derrotada pero algo, en ese espacio en el que su memoria no estaba presente; debió fallar, trastabillar. Más ahora Yuri también estaba en peligro y cuando el demonio fue expulsado materializándose en el plano terrenal. Il Canarino Nero se puso en guardia sabiendo que nada podía hacer frente a un demonio, pero pendiente a las instrucciones de Yuri, el único que podía hacerle frente.
Pero las palabras no eran suficientes, aún ella en pie y queriendo dar todo de ella poco podía ayudar siendo una simple humana. El demonio parecía recobrar más fuerza. Innocentia sintió movimientos en su vientre y el terror la inundó; más aún cuando notó en Yuri la derrota. Entonces a Innocentia le llegó un recuerdo.
Otoño de 1798, hungría
Se escuchó un disparo, era el cañón de Killer Bee que seguramente, su bala asesina, había atravesado el corazón de la bruja. Innocentia no estaba segura, ella debió matarla pero su titubeo la llevó al risco, en una situación de vida o muerte. Su maestra se acercó al peñasco y con sus ojos de desaprobación la contempló colgada de una piedra que amenazaba con tirarla. —Tu te metiste en este problema, cuando se te ordene matar a una bruja no dudes en hacerlo. Nosotros los soldados ejecutamos ordenes, no juzgamos. Ese es el trabajo de los espías, ¿querías saber si era una bruja realmente? Entonces no estás en el camino adecuado —sentenció. Innocentia la miró directamente a esos ojos claros, a esa facción hermosa, a las raíces rubias que comenzaban a sustituir los cabellos negros producto de su manía a teñirse el cabello. La aprendiz siempre se preguntó porque ocultaba el verdadero color de su cabello, seguramente su belleza se realzaría, de eso no tenía dudas.
La roca trastabillo, y antes de que se viniera abajo il Canarino Nero saltó a otra piedra y fue subiendo con gran pericia y cuando estuvo a punto de llegar hasta arriba vio la mano de la inquisidora que le brindaba ayuda. Con lágrimas en sus ojos tomó la mano de Killer Bee y comprobando la fuerza que muchos murmuraban poseía, Innocentia tocó tierra de nuevo. Observó por unos instantes a su maestra, luego, se arrojo a ella buscando un consuelo entre sus brazos. Killer Bee la abrazo y depositó sorpresivamente un beso en su frente. Innocentia palideció. —¡Gracias! —dijo en un hilito de voz y disparó sobre Killer Bee, o lo que aparentaba serlo. La bruja La bruja regresó a su verdadera apariencia. Furiosa de ser engañada, levantó el cañón y le disparó en la cabeza matándola. Il Canarino Nero siempre habia deseado que su maestra hiciera eso, por eso, luego de que la bruja cayera quiso atesorar el momento como si en efecto lo hubiera hecho.
Escuchó aplausos a un costado. Killer Bee le aplaudía mientras fumaba. —La bruja tiene razón en algo. Nosotros ejecutamos, los espías son los que se encargan de asegurar quien es un sobrenatural y quien no. El peso de asesinar a inocentes recae en ellos. Pero nunca debes de dudar en asesinar el objetivo asignado. Y sobre todo, asegurarte de haber estudiado el reporte completo, la alteración de la apariencia jugó un rol importante para que distinguieras si era yo o la bruja cuando reveló su error. Es por eso que debes conocer a cada miembro de la inquisición, su caracter, su forma de actuar y vivir —la inquisidora se acercó a la bruja y arrojó el cigarrillo al cuerpo muerto que inmediatamente se incendió.
La roca trastabillo, y antes de que se viniera abajo il Canarino Nero saltó a otra piedra y fue subiendo con gran pericia y cuando estuvo a punto de llegar hasta arriba vio la mano de la inquisidora que le brindaba ayuda. Con lágrimas en sus ojos tomó la mano de Killer Bee y comprobando la fuerza que muchos murmuraban poseía, Innocentia tocó tierra de nuevo. Observó por unos instantes a su maestra, luego, se arrojo a ella buscando un consuelo entre sus brazos. Killer Bee la abrazo y depositó sorpresivamente un beso en su frente. Innocentia palideció. —¡Gracias! —dijo en un hilito de voz y disparó sobre Killer Bee, o lo que aparentaba serlo. La bruja La bruja regresó a su verdadera apariencia. Furiosa de ser engañada, levantó el cañón y le disparó en la cabeza matándola. Il Canarino Nero siempre habia deseado que su maestra hiciera eso, por eso, luego de que la bruja cayera quiso atesorar el momento como si en efecto lo hubiera hecho.
Escuchó aplausos a un costado. Killer Bee le aplaudía mientras fumaba. —La bruja tiene razón en algo. Nosotros ejecutamos, los espías son los que se encargan de asegurar quien es un sobrenatural y quien no. El peso de asesinar a inocentes recae en ellos. Pero nunca debes de dudar en asesinar el objetivo asignado. Y sobre todo, asegurarte de haber estudiado el reporte completo, la alteración de la apariencia jugó un rol importante para que distinguieras si era yo o la bruja cuando reveló su error. Es por eso que debes conocer a cada miembro de la inquisición, su caracter, su forma de actuar y vivir —la inquisidora se acercó a la bruja y arrojó el cigarrillo al cuerpo muerto que inmediatamente se incendió.
________________________________________________________________________________
CODE BY NIGEL QUARTERMANE
Mediados de enero de 1804, en alguna parte de Rumania
Tiempo presente...
Tiempo presente...
Cuando reaccionó Yuri continuaba con su lucha y ella, il Canarino Nero no lo dejaría solo. —Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus. Dominus Beo Spiritus, Diabolus Libero Spiritus —repetía con ímpetu, no defraudaría a Killer Bee, tal vez fue derrotada pero algo, en ese espacio en el que su memoria no estaba presente; debió fallar, trastabillar. Más ahora Yuri también estaba en peligro y cuando el demonio fue expulsado materializándose en el plano terrenal. Il Canarino Nero se puso en guardia sabiendo que nada podía hacer frente a un demonio, pero pendiente a las instrucciones de Yuri, el único que podía hacerle frente.
Innocentia Coletti- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: De brujas y demonios | Privado | The World War of the Black Swans
El cigarro en la mano dejando que se escape aquel halo de calor por junto al humo que exhala, mira el lugar con cierto recelo observando entre las sombras a los que reunido ahí se hallan, ahora entiende el porqué de su presencia, sonríe por ello porque sabe muy bien que ese tipo de trabajos son su especialidad. Arroja el cigarro para dejarlo morir en el suelo junto a la suela de su zapato que es la encargada de darle ese fin.
De entre el grupo él está al final observando con una sonrisa que más parece de un cuento de terror, sus sentidos se afilaron como la espada que suele llevar y aquello le llamó más la atención, sobre todo cuando sintió el frió y denso ambiente que se encontraba ahí, con solo un respiro notó el pútrido aroma y eso lo emocionó más de lo que podía ocultar. Su mente se desconectó en aquel momento de lo que hablaban o rezaban aquellos pobres incrédulos.
La sonrisa vuelve a aparecerse cuando sus manos se introducen en aquel bolsillo…en ese momento pensó en cuántos casos como ello se presentaban en la sede papal y cuantos eran rechazados o culminado en deceso del poseído.
Podía oír las palabras de aquel pecho brujo y con solo verle posó su mano en la cabeza de él influyendo energías al joven pero al segundo se detuvo antes de que cometiera un error. Observó a los presentes y aquel ente que poco a poco iba tomando forma, al principio de manera trasparente y luego como brea para terminar con un cuerpo aún más horrible; observó al resto de presentes con el ceño fruncido, aquello iba enserio –Están seguros que saben lo que están haciendo, yo creo que no. Esto se les va a salir de control si no usan fuerzas más oscuras y prohibidas– susurra con los ojos fijos en aquel ente sonriéndole a este y a los otros inquisidores que se hallaban ahí, la mirada recae sobre la mujer –Al menos esta vez no terminó con deceso, aunque yo no contaría con ello al final– miró al infante con un semblante muy serio, indagando en su interior; realmente era en el exterior pero aquello siempre le funcionaba, esperaba que no fuera diferente.
La mirada en su líder fue de poco de amigos y de nuevo al pequeño –Creen que es seguro que controle un niño esta situación, que les pasa por la cabeza, no debieron dejarlo entrar, acaso no saben nada sobre demonios, incrédulos–chasqueo la lengua cuando su mandíbula se tensó, el ver a niños haciendo ese trabajo no le gustaba y no era por un acto moralista sino simplemente por una razón más personal.
De entre el grupo él está al final observando con una sonrisa que más parece de un cuento de terror, sus sentidos se afilaron como la espada que suele llevar y aquello le llamó más la atención, sobre todo cuando sintió el frió y denso ambiente que se encontraba ahí, con solo un respiro notó el pútrido aroma y eso lo emocionó más de lo que podía ocultar. Su mente se desconectó en aquel momento de lo que hablaban o rezaban aquellos pobres incrédulos.
“Acaso no se dan cuenta lo que tienen frente a ellos”
“Sí que son estúpidos, bueno quizás pueda hacer algo para disque ayudarlos”
“Sí que son estúpidos, bueno quizás pueda hacer algo para disque ayudarlos”
La sonrisa vuelve a aparecerse cuando sus manos se introducen en aquel bolsillo…en ese momento pensó en cuántos casos como ello se presentaban en la sede papal y cuantos eran rechazados o culminado en deceso del poseído.
Podía oír las palabras de aquel pecho brujo y con solo verle posó su mano en la cabeza de él influyendo energías al joven pero al segundo se detuvo antes de que cometiera un error. Observó a los presentes y aquel ente que poco a poco iba tomando forma, al principio de manera trasparente y luego como brea para terminar con un cuerpo aún más horrible; observó al resto de presentes con el ceño fruncido, aquello iba enserio –Están seguros que saben lo que están haciendo, yo creo que no. Esto se les va a salir de control si no usan fuerzas más oscuras y prohibidas– susurra con los ojos fijos en aquel ente sonriéndole a este y a los otros inquisidores que se hallaban ahí, la mirada recae sobre la mujer –Al menos esta vez no terminó con deceso, aunque yo no contaría con ello al final– miró al infante con un semblante muy serio, indagando en su interior; realmente era en el exterior pero aquello siempre le funcionaba, esperaba que no fuera diferente.
La mirada en su líder fue de poco de amigos y de nuevo al pequeño –Creen que es seguro que controle un niño esta situación, que les pasa por la cabeza, no debieron dejarlo entrar, acaso no saben nada sobre demonios, incrédulos–chasqueo la lengua cuando su mandíbula se tensó, el ver a niños haciendo ese trabajo no le gustaba y no era por un acto moralista sino simplemente por una razón más personal.
Ulysses Von Harnett- Condenado/Hechicero/Clase Alta
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 22/05/2015
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Alianza en fuego de Moscú | Privado | The World War of the Black Swans
» Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
» How did the war between the Black Swans start? | The World War of the Black Swans
» Campo de batalla entre una copa de vino y el milagro de la vida | Privado | The World War of the Black Swans
» The Begins | The World War of the Black Swans
» Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
» How did the war between the Black Swans start? | The World War of the Black Swans
» Campo de batalla entre una copa de vino y el milagro de la vida | Privado | The World War of the Black Swans
» The Begins | The World War of the Black Swans
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour