AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
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Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
Otoño de 1804, minutos más tarde al compromiso entre Killian y Mirella.
Miró su mano diestra, observando el anillo que Mirella le había entregado segundos antes. Tenía razón ese era el lugar donde pertenecía, en su dedo así como en ella estaba la alianza que Killian dio años atrás. La contempló unos instantes más, ella estaba de espaldas, totalmente desnuda, perfecta, ante él una diosa que no merecía tener. Se levantó y caminó hasta ella abrazándola por detrás. Removió su cabello haciéndolo caer por el costado izquierdo, sus labios besaron el hombro derecho quedándose así por un instante, luego, su boca se acercó a la oreja femenina. —Nunca más este anillo abandonara su lugar, lo prometo Mirella, como prometo que éste corazón te pertenece ahora y siempre —sus manos acariciaron el vientre de Mirella al tiempo en que se humedecía sus labios.
—Buena idea ha sido la de preparar el baño mi amada Mirella. Mas antes tengo que atender a Hajjâj, mi caballo, tengo que llevarlo yo mismo al establo es un potro muy especial, ¿sabes?, totalmente leal ya lo estoy escuchando desde aquí, reacio a que alguien lo atienda —abandonó el cuerpo y apresuradamente se vistió, se dirigió una vez más a Mirella y la besó en la boca—, no tardaré, que mi cuerpo sigue ardiendo en deseos y no me perderé ese baño contigo —sonrió ligeramente lividinoso y dio un beso casto en la nariz, tomó la capa y salió.
En pocos minutos llegó a la plaza del palacio donde los mozos de la duquesa lidiaban con Hajjâj. —Soltarlo, yo me haré cargo desde ahora. No se preocupen y regresen a sus labores —ordenó y ninguno desobedeció su orden, ya conocían a Killian y su presencia les decía que ya era el amo del lugar, o al menos eso interpretó en sus rostros cuando estos le hicieron una reverencia y se alejaron—. ¿Por qué tantos problemas muchacho? —dijo quitándole el freno y tomando las riendas lo llevó al establo principal, al que los criados llamaban el establo del señor. Estancia que albergó el caballo del difunto marido de Mirella y ahora sería hogar de Hajjâj.
Cuando llegaron le quitó la cabezada, las riendas, la baribilla y el bozadillo, los dejó en una mesa especial para guardar los objetos y por último le quitó la silla. —Vamos muchacho —Killian abrió la puerta de la casa del caballo y éste por propia cuenta entró acomodándose para que Killian lo cepillara. El londinense sonrió y comenzó su labor de cepillarlo, al terminar llevó un conjunto de manzanas que ya tenía preparadas y cerró la puerta—, provecho amigo mío —se dio media vuelta y en la entrada del establo estaba Mirella—. ¿Por qué será que veo en tus ojos el deseo que mi corazón alberga? —caminó a ella deteniéndose en medio del establo y le extendió la mano.
—Deja presentarte a Hajjâj.
—Buena idea ha sido la de preparar el baño mi amada Mirella. Mas antes tengo que atender a Hajjâj, mi caballo, tengo que llevarlo yo mismo al establo es un potro muy especial, ¿sabes?, totalmente leal ya lo estoy escuchando desde aquí, reacio a que alguien lo atienda —abandonó el cuerpo y apresuradamente se vistió, se dirigió una vez más a Mirella y la besó en la boca—, no tardaré, que mi cuerpo sigue ardiendo en deseos y no me perderé ese baño contigo —sonrió ligeramente lividinoso y dio un beso casto en la nariz, tomó la capa y salió.
En pocos minutos llegó a la plaza del palacio donde los mozos de la duquesa lidiaban con Hajjâj. —Soltarlo, yo me haré cargo desde ahora. No se preocupen y regresen a sus labores —ordenó y ninguno desobedeció su orden, ya conocían a Killian y su presencia les decía que ya era el amo del lugar, o al menos eso interpretó en sus rostros cuando estos le hicieron una reverencia y se alejaron—. ¿Por qué tantos problemas muchacho? —dijo quitándole el freno y tomando las riendas lo llevó al establo principal, al que los criados llamaban el establo del señor. Estancia que albergó el caballo del difunto marido de Mirella y ahora sería hogar de Hajjâj.
Cuando llegaron le quitó la cabezada, las riendas, la baribilla y el bozadillo, los dejó en una mesa especial para guardar los objetos y por último le quitó la silla. —Vamos muchacho —Killian abrió la puerta de la casa del caballo y éste por propia cuenta entró acomodándose para que Killian lo cepillara. El londinense sonrió y comenzó su labor de cepillarlo, al terminar llevó un conjunto de manzanas que ya tenía preparadas y cerró la puerta—, provecho amigo mío —se dio media vuelta y en la entrada del establo estaba Mirella—. ¿Por qué será que veo en tus ojos el deseo que mi corazón alberga? —caminó a ella deteniéndose en medio del establo y le extendió la mano.
—Deja presentarte a Hajjâj.
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Killian White- Humano Clase Alta
- Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 10/01/2014
Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
"Es la mañana llena de tempestad
en el corazón del verano.
Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos.
Innumerable corazón del viento
latiendo sobre nuestro silencio enamorado.
Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,
como una lengua llena de guerras y de cantos.
Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
y desvía las flechas latientes de los pájaros.
Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano."-Pablo Neruda
en el corazón del verano.
Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos.
Innumerable corazón del viento
latiendo sobre nuestro silencio enamorado.
Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,
como una lengua llena de guerras y de cantos.
Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
y desvía las flechas latientes de los pájaros.
Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano."-Pablo Neruda
Con el anillo de Killian en mi dedo de nuevo, feliz por volver a tenerlo a mi lado deseando que nada empañara aquel maravilloso momento, me dirigí hacia el tocador para tomar el peine y peinar un poco mi cabello, mientras seguía desnuda de pie. Vi a Killian por el espejo levantarse y acercarse deje de acicalarme el cabello, sintiendo cuando llegó hasta mi su pecho en mi espalda y sus brazos rodeándome. Sus manos removieron mi cabello peinado hacía el lado izquierdo, mientras de mi rostro la sonrisa de felicidad no desaparecía. Sentía abrigo con solo su cuerpo abrazándome. Cerré los ojos sintiendo cada beso tierno y dulce sobre mi hombro. Era maravilloso, y no quería olvidar ninguna de aquellas maravillosas sensaciones que sentía cuando sus labios tocaban mi piel.
Sus besos, sus manos... Todo él, causaba en mí la sensación de conformidad, de calor y amparo, como si mi único hogar fueran sus brazos y mi único sustento sus labios. Lo había amado tanto, que ni el dolor, el rencor o el tiempo, habían mellado aquel sentimiento puro, que siempre había intentado encontrar. Allí lo tenía y sus palabras en mi oído, me hicieron sentir el corazón vibrar antes aquella promesa de amor.
Giré la cabeza abriendo los ojos para intentar mirarlo, cuando sus manos bajaban a mi vientre, separando mis manos al sentir que las movía. La que no tomaba el cepillo la coloque sobre una de sus manos que ya estaban en mi vientre-Killian... Mi amor... Yo os prometo, que os amare siempre. Hasta el último suspiro que escape de mis labios... Os amare como os amó y he amado desde que mi guardián se convirtió en mi amante, pues solo él es dueño de mi corazón, y conoce todos los secretos que puedo tener. Tú, mi guardián, mi amante... Y si dios quiere... mi amado esposo, padre de mis hijos. Dije y exhalé suavemente en sus labios, pero no lo besé no reaccione a besarle y cuando iba a hacerlo sus labios se abrieron para hablar.
Sonreí, y volví a mirarlo pero ahora desde su reflejo en el espejo. Reí suavemente.-¿Reacio a que otros lo toquen? ¿Habláis del caballo o de mí?- Reí en silenció, al asemejar sus palabras sobre su caballo, a como yo no deseaba otro hombre me tocara. No deseaba se fuera, aunque mínimo fuera ahora mi miedo a que se marchara de nuevo con un engaño sobre el caballo, no dejaba de temer que si me soltara y de esta habitación saliera, no volviera a verlo. -Id pues, no os retraséis.- Aunque en ese momento mi sonrisa cambió un poco, más me recordé que volvería pronto, y volvería a tenerlo conmigo. Esta noche sería su presencia la que espantaría las pesadillas de mi cabeza cuando los ojos cerrara. Esta noche la esperanza me embriagaba. Escuché que me aseguró que no tardaría y que volvería para aquel baño conmigo, mi sonrisa se amplió esta vez de verdad y sonrojada ante la imaginación de aquel baño juntos del que ya pensar, se me hacía eterno que llegara, baje la cabeza y solté sus manos.-En ese caso, cuando volváis seré yo quien me encargue de atizar y apagar ese fuego de deseo que os embarga. - Dije sonriendole, mirándolo de nuevo girando el rostro y después mi cuerpo hacía él, con cariño y el amor que sentía por él. Besó mi nariz y reí ante aquel beso inesperado como una jovencita de 16 que la besan de nuevas, por primera vez.
Seguí mirandolo, como tomaba su capa y salía de la habitación. Apenas me di cuenta que cuando iba hacía la puerta apreté mi mano derecha con el cepillo hacia mi pecho y la otra mano aferrando también fuertemente el mango de el peine, mordiéndome el labio inferior tensa ante la visión de como abandonaba mis aposentos y el temor a que no volviera intentara tomarme, era como un demonio invisible, que en mi hombro intentaba susurrar cosas para hacerme sentir mal, para hacerme creer que no iba a volver.
Por un momento sentí embriagarme el temor, mientras intentaba una y otra vez, concienciarme de que no iba a irse, lo había prometido. Él no volvería a abandonarme así como así, sus palabras no solo lo habían prometido, si no que inspiraban confianza en lo que declaraban.
Me dirigí al banco de el tocador, me senté y respire profundamente, me volví y mire hacía la ventana al otro lado de el tocador, pensando en la felicidad que en si ahogaba el temor que pudiera surgir en mí. Me anime y me levante busque en los cajones de la cómoda y saque una bata rica con la que me tape, y me calce los zapatos, abrí la ventana y salí a respirar un poco de aire. Me cruce de brazos acariciando mis brazos, empezaba a refrescar un poco. Me sentía bien y feliz, cuando llamaron a la puerta. Volví a la habitación y abrí, era mi nana para saber si me encontraba bien, aunque no uso esas palabras solo argumento que si el señor iba a quedarse mucho tiempo, le sonreí. -Si, se queda.- Intentó no poner su cara de desaprobación, no podía ver al que había hecho tanto daño en mi, más al mirar mi rostro de felicidad, sus comisuras de labios se elevaron un poco. Tal vez vio en mis ojos ese brillo de amor, felicidad y plenitud o tal vez se viera en no hacerme ver que no confiaba en aquel hombre.
Se disculpó y un momento la paré y le pedí que retrasaran un poco el baño. No quería que el baño se enfriara. volví a cerrar la puerta y apoyando la espalda en esta suspiré, cerrando los ojos un momento. Me moví por la habitación y me tire sobre la cama, donde sin darme cuenta me quede traspuesta 10 minutos.
Al sentir el frió me desperté de pronto y aturdida se apodero de mí el miedo. ¿Cuanto había dormido? No salió de mí mirar horas. Mire la ventana la cerré enseguida, mientras veía que no había caído la noche, no debió ser mucho. Aunque esta vez, me embargo la soledad y desesperación.
Con la ventana cerrara, mire la puerta y tomando iniciativa agarre las babuchas y salí de allí hacía el establo. Estaba en el patio cuando reaccioné, poniéndome las babuchas en los pies. Seguí y vi a los mozos, pregunte por Killian. Ellos me indicaron que el señor deseó llevar el mismo al establo a su caballo. Eso me alivió un poco, pues quería decir que aún seguiría allí. Me dirigí al establo y entré en silenció, sonriendo al reconocer a Killian allí. Este se volteó y la miró. Ella sonrió al escucharlo.-Me quede adormecía unos minutos, y se me hicieron una eternidad.- Dije sonriendo mientras este se acercaba y se quedaba parado en mitad del establo. Extendió su mano y fui hacía él, tomando su mano cuando estuve a su altura. Lo miré, no podría cansarme de mirarlo, de perderme en sus ojos y su sonrisa. Se ofreció a presentarme a Hajjâj, me sorprendió el nombre del animal-Por supuesto, le debo que te me trajera a salvo a mis brazos.--Dije sonriendo en lo que me acercaba con él hacía aquel que fue la zona donde dormitaba hace años el caballo de Giro. Sentí golpearme un dolor al recordar aquello, más desapareció como llegó.
Allí mis ojos se abrieron, al contemplar un hermoso equino negro como la noche, alto con porte. Un animal maravilloso y a la vez no parecía cualquier caballo. Su cabeza no se parecía a ninguno de los caballos que hubiera en ese establo. Sus ollares eran más grandes y las oreja pequeñas, que otros caballos. La crin era larga y se veía preciosa. Estaba maravillada, con la boca abierta. Ví sus patas, eran lo unico que aunque con barro del camino, era la unica parte de aquel equino que no era negro si no blanco. -Es precioso...- Y sin darme cuenta levantaba la mano tentada a tocar su hermosa cabeza y crin, pero dio un gesto con la cabeza y pegué un brinco asustada y apartando la mano.¿Que raza es?- Dije a Killian pero sin apenas mirarlo pues mis ojos se iban a los del maravilloso equino.[/color]
Mirella Arezzo- Realeza Italiana
- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 27/08/2015
Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
Le era imposible no sonreír ante la magnificiencia de Mirella que como una diosa se acercaba hasta que la unión de las manos que Killian invitó se realizó. El Cisne se mordió ligeramente el labio inferior al momento de caminar hasta donde descansaba el caballo. —Ya te querrá, es muy orgulloso —agregó cuando ésta se espantó y reconfortándola en sus brazos suspiró descansando su mentón en la cabeza de ella—. Es un Shagya Árabe, único en su especie. Fue un obsequio de cuando estuve en aquellas tierras arábigas. Espero pronto tengan buena relación aunque dudo mucho que puedas montarlo —dijo esto último entre risas y de un movimiento rápido giró a Mirella para besarla, sin hacer que ella pudiera hacer algo al respecto.
Las hábiles manos de Killian se afianzaron de la espalda por encima de la cadera y la cargo caminando opuestamente al caballo. Killian repetaba mucho a Hajjâj yy no se besucaría frente a él. Además la dignidad del caballo era grandísima pues él mismo les dio la espalda y se echó a dormir.
Por otra parte Killian se estrelló con uno de los pilares de madera que sostenían el establo. Esa acción hizo que los labios se separaran y riera. Con ambas manos sujetó la cabeza de Mirella mirando sus ojos totalmente fascinado como si la estuviera viendo por primera vez. —¿Cómo es que despiertas en mi deseos que me matan si los sosego? —exclamó soltando las prendas que la ocultaban de la desnudez—. ¿Es acaso su propósito llevarme al borde de la desesperación, mi amada Mirella? —no esperé a que ella lo hiciera, yo mismo me despojé de mi capa y abrí mi camisa sin pensar en las consecuencias. Algunos botones cayeron perdiéndose y otros colgaban aún pero al aire ya no totalmente sujetos a la camisa. El pecho de Killian ahora podía ser apoderado de Mirella.
Killian se recargó en el pilar y la atrajó hacía él, la besó en la mejilla, descendió por el cuello a su seno, sujeto ambos pechos y movió su lengua en el seno de arriba hacía abajo. Más tarde, Killian invirtió los papeles, movió a Mirella para que ella estuviera en el pilar, le alzó los brazos aprisionándolos con su mano derecha mientras la izquierda se aventuraba a su sexo, introduciéndose juguetonamente a la vagina y acallaba sus ruidos con un beso pasional.
Las hábiles manos de Killian se afianzaron de la espalda por encima de la cadera y la cargo caminando opuestamente al caballo. Killian repetaba mucho a Hajjâj yy no se besucaría frente a él. Además la dignidad del caballo era grandísima pues él mismo les dio la espalda y se echó a dormir.
Por otra parte Killian se estrelló con uno de los pilares de madera que sostenían el establo. Esa acción hizo que los labios se separaran y riera. Con ambas manos sujetó la cabeza de Mirella mirando sus ojos totalmente fascinado como si la estuviera viendo por primera vez. —¿Cómo es que despiertas en mi deseos que me matan si los sosego? —exclamó soltando las prendas que la ocultaban de la desnudez—. ¿Es acaso su propósito llevarme al borde de la desesperación, mi amada Mirella? —no esperé a que ella lo hiciera, yo mismo me despojé de mi capa y abrí mi camisa sin pensar en las consecuencias. Algunos botones cayeron perdiéndose y otros colgaban aún pero al aire ya no totalmente sujetos a la camisa. El pecho de Killian ahora podía ser apoderado de Mirella.
Killian se recargó en el pilar y la atrajó hacía él, la besó en la mejilla, descendió por el cuello a su seno, sujeto ambos pechos y movió su lengua en el seno de arriba hacía abajo. Más tarde, Killian invirtió los papeles, movió a Mirella para que ella estuviera en el pilar, le alzó los brazos aprisionándolos con su mano derecha mientras la izquierda se aventuraba a su sexo, introduciéndose juguetonamente a la vagina y acallaba sus ruidos con un beso pasional.
Killian White- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 10/01/2014
Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
Al asustarme, fueron los agradable brazos de Killian quienes me tomaron y tranquilizaron tras la sorpresa con el equino. Note su mentón en mi cabeza, tranquila de saber que lo tenía conmigo pues nada me pasaría en sus brazos. Pregunte por la raza y me sorprendió, había oído de la raza y de esos caballos árabes, eran maravillosos más que las joyas para los que conocían el mundo ecuestre. Luego se rió con lo siguiente sobre montarlo, lo fui a mirar como divertidamente molesta pero él se adelanto girándome y besándome apasionadamente y tan rápido que apenas me percaté de ello, lo abrace solamente al cuello cerrando los ojos besándolo, sintiendo sus manos recorrer mi espalda y levantarme para cargarme. Cuando pude separar de sus labios, tras que este se pegada contra uno de las maderas del establo- . ¿Estáis bien? Si su orgullo es como el del amo, creo que se como tratarlo...Mi semental desbocado no te cargues el establo.- Dije riendo al final, ante su golpe, viendo que se encontraba bien, mientras deseaba probar de nuevo sus labios, como si fuera de ellos que manaba el agua de la vida.
Me tomo el rostro y lo miré, con esos ojos grises míos que seguro brillaban de felicidad al tenerlo conmigo, porque en si, sentía que todo mi ser brillaba por dentro ante la felicidad de tenerlo conmigo. Sentí que tomaba la única prenda que me cobijaba del frió, tapando mi cuerpo y baje los brazos, dejando que escurrieran por ellos cayendo al suelo, mientras me quedaba fascinada con sus palabras en mi mente. Eso es... Mi amado que somos un alma dividida en dos, que nacieron en momentos y lugares distintos. Obligadas a recorrer en círculos la vida hasta que el destino las cruzara una y otra vez, y se unieran para sentirse completas. - Escaparon de mis labios esas palabras que más que de mi cabeza procedían de mi ser, al mirar sus ojos que me inspiraron tales frases y palabras sobre aquello que su labios preguntaron.
Noté el fresco que se colaba entre las maderas del establo sobre mi piel desnuda. Lo vi quitarse la capa cuando mis manos intentaban hacerlo así que viéndolo tomar iniciativa solo pude solucionar la segunda de sus preguntas.-¿Desesperación? Eso es cuando tu no estas conmigo, eso es lo que sufrimos cuando ignoramos que nos necesitamos, y alejamos esa alma dividida de la otra. No quiero desesperarte, solo deseo que me ames a cada instante.-dije como un susurro pero él podía oírme. No se si los caballos de aquel establo lo entenderían si lo hacían disimulaban, como si olieran en el aire aquello que se producía y se hacían los ciegos testigos de aquello, sin levantar relinchos o ruidos que alarmaran a nadie, como cubriendo aquella pasión que surgía de nuevo entre nosotros.
Humedecí mis labios al ver su pecho desnudo me pegué a el besándolo, oliéndolo... -¡Dios! te quise borrar de mi mente... y ahora me doy cuenta que lo único que hacía era recordarte en el alma. - Dije exhalando en su piel, y besándola, para elevar mi rostro y mirarlo. No había amor más puro y bueno como aquel, ni los poetas podrían con sus versos encontrar palabras que describieran tanta sensación de felicidad, ni las plumas de los escritores podrían plasmar en sus novelas el romanticismo que se aba entre aquel cisne y aquella duquesa, que se encontraron de casualidad, se separaron por error y volvieron a encontrarse, con la misma pasión de la primera vez.
Se recargo contra el pilar y me tomo de nuevo hacía él y me beso la mejilla. Cerré los ojos sintiendo aquel casto beso como el más maravilloso, y luego sentí en mi cuello, esa débil parte de mi ser. Solo sus besos eran los que hacían a mi corazón agitarse, solo su aliento en mi piel despertaban de su letargo cada poro, y sus manos... Esas manos y brazos fuertes, grandes y poderosos me hacían sentir que el mundo podría venirsenos encima pero yo estaría segura en su abrazo. Sus labios descendieron por mi pecho hasta mis senos que sujeto juntos y empezó con su lengua a lamer y hacerme suspirar ante el placer de su lengua sobre mí.
Mis manos se aferraban a sus brazos, mientras mi boca se abría en suspiros y mis ojos se mantenían cerrados, aguantando el placer.
No controlé el tiempo pero de pronto me agarró y me puso contra el pilar. Abrí los ojos en aquel rusco cambio, sintiendo en mi piel desnuda la madera del pilar contra mi espalda y glúteos. Lo miré con sorpresa y excitación ante aquel salvaje cambio dado, deshaciéndome en su control sobre el momento y sobre mí, era mi semental. Mi caballo desbocado que tanto amaba y deseaba. Sujeto mis manos sobre mi cabeza con su mano derecha y la izquierda la deslizo hacia mi sexo introduciendo sus dedos y dándome placer. Cerré los ojos, quise juntar las piernas pero solo las apreté un momento para dejarle que me tomara me moví la cabeza hacia mi izquierda cerrando los ojos, suspirando.
No deseaba en aquel momento,que lanzarme a su Mar, en un bote y dejarme llevar por su marea, hasta donde quisiera llevarme. No importaba que encontrara una tormenta, si naufragara... Me hundiría en su mar, sin dudarlo. Me entregaba a él, pues era el único ser que realmente hacía realidad la palabra "vivir", pues si el no estaba, era solo un cuerpo andando pero sin vida.
Era perderle y haberlo recuperado lo que me había hecho ver estas verdades. Sus labios acallaban mis jadeos, y mi pierna derecha se separaba para elevarse sobre su cintura como agarrándolo.-Killian...- Su nombre pude susurrar, en una pequeña pausa de que sus labios se separaron un momento de los míos, desesperada por el placer y excitada por intentar abrazarlo y no poder por su agarre. Me imponía y me gustaba sentirme prisionera de su pasión, hacia que mi cuerpo lo deseara más. Busque sus labios, con mi cabeza, como si necesitara sus labios para vivir, y entre besos y besos, pude decir mi suplica, entre suspiros.-Tómame Killian como la primera vez como si fuera la ultima. Te deseo tanto...- Y volví a buscar su beso apretando mi pierna derecha que lo abrazaba, intentándolo apretar hacía mi.
Me tomo el rostro y lo miré, con esos ojos grises míos que seguro brillaban de felicidad al tenerlo conmigo, porque en si, sentía que todo mi ser brillaba por dentro ante la felicidad de tenerlo conmigo. Sentí que tomaba la única prenda que me cobijaba del frió, tapando mi cuerpo y baje los brazos, dejando que escurrieran por ellos cayendo al suelo, mientras me quedaba fascinada con sus palabras en mi mente. Eso es... Mi amado que somos un alma dividida en dos, que nacieron en momentos y lugares distintos. Obligadas a recorrer en círculos la vida hasta que el destino las cruzara una y otra vez, y se unieran para sentirse completas. - Escaparon de mis labios esas palabras que más que de mi cabeza procedían de mi ser, al mirar sus ojos que me inspiraron tales frases y palabras sobre aquello que su labios preguntaron.
Noté el fresco que se colaba entre las maderas del establo sobre mi piel desnuda. Lo vi quitarse la capa cuando mis manos intentaban hacerlo así que viéndolo tomar iniciativa solo pude solucionar la segunda de sus preguntas.-¿Desesperación? Eso es cuando tu no estas conmigo, eso es lo que sufrimos cuando ignoramos que nos necesitamos, y alejamos esa alma dividida de la otra. No quiero desesperarte, solo deseo que me ames a cada instante.-dije como un susurro pero él podía oírme. No se si los caballos de aquel establo lo entenderían si lo hacían disimulaban, como si olieran en el aire aquello que se producía y se hacían los ciegos testigos de aquello, sin levantar relinchos o ruidos que alarmaran a nadie, como cubriendo aquella pasión que surgía de nuevo entre nosotros.
Humedecí mis labios al ver su pecho desnudo me pegué a el besándolo, oliéndolo... -¡Dios! te quise borrar de mi mente... y ahora me doy cuenta que lo único que hacía era recordarte en el alma. - Dije exhalando en su piel, y besándola, para elevar mi rostro y mirarlo. No había amor más puro y bueno como aquel, ni los poetas podrían con sus versos encontrar palabras que describieran tanta sensación de felicidad, ni las plumas de los escritores podrían plasmar en sus novelas el romanticismo que se aba entre aquel cisne y aquella duquesa, que se encontraron de casualidad, se separaron por error y volvieron a encontrarse, con la misma pasión de la primera vez.
Se recargo contra el pilar y me tomo de nuevo hacía él y me beso la mejilla. Cerré los ojos sintiendo aquel casto beso como el más maravilloso, y luego sentí en mi cuello, esa débil parte de mi ser. Solo sus besos eran los que hacían a mi corazón agitarse, solo su aliento en mi piel despertaban de su letargo cada poro, y sus manos... Esas manos y brazos fuertes, grandes y poderosos me hacían sentir que el mundo podría venirsenos encima pero yo estaría segura en su abrazo. Sus labios descendieron por mi pecho hasta mis senos que sujeto juntos y empezó con su lengua a lamer y hacerme suspirar ante el placer de su lengua sobre mí.
Mis manos se aferraban a sus brazos, mientras mi boca se abría en suspiros y mis ojos se mantenían cerrados, aguantando el placer.
No controlé el tiempo pero de pronto me agarró y me puso contra el pilar. Abrí los ojos en aquel rusco cambio, sintiendo en mi piel desnuda la madera del pilar contra mi espalda y glúteos. Lo miré con sorpresa y excitación ante aquel salvaje cambio dado, deshaciéndome en su control sobre el momento y sobre mí, era mi semental. Mi caballo desbocado que tanto amaba y deseaba. Sujeto mis manos sobre mi cabeza con su mano derecha y la izquierda la deslizo hacia mi sexo introduciendo sus dedos y dándome placer. Cerré los ojos, quise juntar las piernas pero solo las apreté un momento para dejarle que me tomara me moví la cabeza hacia mi izquierda cerrando los ojos, suspirando.
No deseaba en aquel momento,que lanzarme a su Mar, en un bote y dejarme llevar por su marea, hasta donde quisiera llevarme. No importaba que encontrara una tormenta, si naufragara... Me hundiría en su mar, sin dudarlo. Me entregaba a él, pues era el único ser que realmente hacía realidad la palabra "vivir", pues si el no estaba, era solo un cuerpo andando pero sin vida.
Era perderle y haberlo recuperado lo que me había hecho ver estas verdades. Sus labios acallaban mis jadeos, y mi pierna derecha se separaba para elevarse sobre su cintura como agarrándolo.-Killian...- Su nombre pude susurrar, en una pequeña pausa de que sus labios se separaron un momento de los míos, desesperada por el placer y excitada por intentar abrazarlo y no poder por su agarre. Me imponía y me gustaba sentirme prisionera de su pasión, hacia que mi cuerpo lo deseara más. Busque sus labios, con mi cabeza, como si necesitara sus labios para vivir, y entre besos y besos, pude decir mi suplica, entre suspiros.-Tómame Killian como la primera vez como si fuera la ultima. Te deseo tanto...- Y volví a buscar su beso apretando mi pierna derecha que lo abrazaba, intentándolo apretar hacía mi.
Mirella Arezzo- Realeza Italiana
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Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
Sus palabras, esas que le autorizaban proseguir, aventurarse a más; despertaron una furiosa fogosidad en Killian que no podía soportar. Pronto un bulto en su pantalón se formó, se apresuró a desabrochar su pantalón y éste cayó inerte por sus piernas musculosas. El miembro golpeó el sexo de Mirella y Killian se abalanzó a su boca, la besó con pasión, como si quisiera robarle sus mísmisimos suspiros, un ladrón de alientos. Mientras se fundía en besos con su duquesa, con su mano derecha guió su miembro al sexo de Mirella, el glande recorria de arriba a abajo los labios vaginales, por momentos entraba y salía, hasta que finalmente la penetró golpeando su cuerpo contra la madera. Killian rió, le tomó de las caderas y la cargó sosteniéndola de las nalgas, el Cisne alzaba el cuerpo de Mirella y lo dejaba caer sobre su miembro una y otra vez, como una danza que no conocía final.
Gemía y con ojos de pasión observaba los movimientos de sus pechos cuando la alzaba y como caían cuando ella lo hacía sobre su miembro que ardía como nunca. Killian no dejaba de contemplarla, de desearla pese a estar penetrándola de una forma casi salvaje, duró poco más de cinco minutos y la bajó, sacó su miembro y a ella la giró, con su mano tomó su cuello agachándola y él hizo lo propio teniendo sus nalgas frente a él, con sus manos las tomó abriéndolas descubrió la vagina, Killian llevó su boca a ésta y comenzó a lamer, metió su lengua dentró, sacándola e introduciéndola como si se tratara de su miembro, mientras con su mano derecha tomaba su miembro dándose placer para que éste no perdiera la erección.
Dejó de saciarse con su vagina y se reincorporó. —¿Cómo saciar este deseo sino es contigo? —dijo, guió su miembro a la vagina y volvió a penetrarla mientras le tomaba de los brazos reincorporándola, aprisionó con su mano izquierda uno de sus pechos pegándolo su cuerpo al de él y con su mano derecha masajeó el clitoris al tiempo en que embestía a Mirella por detrás, se perdió en sus cabellos oscuros y logró encontrar el cuello desnudo y lo besó, chupando cada zona hasta que humedeció toda la parte del cuello del lado derecho así como el hombro. Las embestidas eran cada vez más fuertes, más salvajes, dejó de masajear y pronto era una tortura lo que sus dedos hacían sobre el clitoris, la mano izquierda dejó una marca en el pecho y un moretón se presentó en el hombro derecho donde seguía succionando, como si su pretención fuera marcarla como suya.
Gemía y con ojos de pasión observaba los movimientos de sus pechos cuando la alzaba y como caían cuando ella lo hacía sobre su miembro que ardía como nunca. Killian no dejaba de contemplarla, de desearla pese a estar penetrándola de una forma casi salvaje, duró poco más de cinco minutos y la bajó, sacó su miembro y a ella la giró, con su mano tomó su cuello agachándola y él hizo lo propio teniendo sus nalgas frente a él, con sus manos las tomó abriéndolas descubrió la vagina, Killian llevó su boca a ésta y comenzó a lamer, metió su lengua dentró, sacándola e introduciéndola como si se tratara de su miembro, mientras con su mano derecha tomaba su miembro dándose placer para que éste no perdiera la erección.
Dejó de saciarse con su vagina y se reincorporó. —¿Cómo saciar este deseo sino es contigo? —dijo, guió su miembro a la vagina y volvió a penetrarla mientras le tomaba de los brazos reincorporándola, aprisionó con su mano izquierda uno de sus pechos pegándolo su cuerpo al de él y con su mano derecha masajeó el clitoris al tiempo en que embestía a Mirella por detrás, se perdió en sus cabellos oscuros y logró encontrar el cuello desnudo y lo besó, chupando cada zona hasta que humedeció toda la parte del cuello del lado derecho así como el hombro. Las embestidas eran cada vez más fuertes, más salvajes, dejó de masajear y pronto era una tortura lo que sus dedos hacían sobre el clitoris, la mano izquierda dejó una marca en el pecho y un moretón se presentó en el hombro derecho donde seguía succionando, como si su pretención fuera marcarla como suya.
Killian White- Humano Clase Alta
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Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
Sentí su bulto crecido cuando se acercó a mí en un momento, y desee aun más que me tomara y acabar con el sufrimiento de nuestros cuerpos que se llamaban él uno al otro, en una posible suplica muda. Suplicas atendidas cuando Killian se desabrochó el pantalon y pude sentir aún más su miembro desnudo ahora en mi sexo, eso fue desesperante, aunque los besos de Killian esos que dejaban sin respiración, apasionados que quitan el aliento, su miembro estuvo jugando con mi sexo con el roce de mi sexo, con su pequeños entrar y salir, que al ser penetrada al fin, sentí un alivio infinito y separando mis labios un poco suspiré. Sonreí al verlo reí, mientras mis manos acariciaban su cabeza y su cabello, cerré los ojos en un acto de placer. -Os amo...- Susurré antes de jadear al ser tomada de aquella forma por mis nalgas y penetrada por su miembro satisfaciendo mi deseo.
No paso mucho en que el silencio de aquel establo era interrumpido por los gemidos de ambos, y si alguien pasaba cerca no dejaría su mente en duda que había un apasionado encuentro entre una mujer y un hombre, que yo misma deseaba no quisieran interrumpir, pues no quería parar de sentirme viva, viva de nuevo por segunda vez en ese día, completa con mi amado satisfaciendo mis deseos, con el amor volando en el ambiente con la pasión y el deseo.
Tenía los ojos cerrados elevaba mi rostro un poco hacía atrás un momento para luego volver a bajar el rostro y mirar a mi Killian, con su rostro sudoroso pero no por ello menos sensual, de hecho mis ojos lo veían con más deseo de aquella forma. No duró mucho, pero tampoco podía esperar que mi Dios mortal pudiera ser tan perfecto, si ya de por si estaba segura de que ningún otro hombre me haría el amor de tal forma, no tenía más que una pobre y triste experiencia con otro hombre que apenas me pudo poseer como para conocerme y desearme como Killian sentía lo hacía. Tampoco mi sentimiento era el mismo. Me soltó, yo me solté de él, y lo miré no sin dejar de desearle. Me giró y tomando mi cuello me hizo agacharme, yo confiando en él como lo hacía no dude, ni pregunte solo lo hice. Me dejó con mis posaderas mirando hacía él, y extrañamente aquello me hizo sentir aquello excitante, incluso saque un poco más mis posaderas hacía él, antes de sentir sus manos y cerrar mis ojos mordiéndome el labio, ante el pensamiento de que haría. Apenas lo pensaba que sentí como abría mis nalgas y sentía al poco algo húmedo que comprendí era su lengua en mi más que humedecida vagina. La sensación fue tan intensa que mis piernas temblaban mientras intentaba con fuerza no cerrar las piernas, ni caer ante aquel placer que hacía temblar. Me sujetaba a la pared cuando moví mi mano a mi pecho masajeandolo mientras por mis labios no dejaba de emitir gemidos de placer y mi sexo se retorcía en locura, ante su lengua traviesa. -Killian... mi Killian...-Entre gemidos pude nombrar aquel nombre que era para mí con mencionar al mismísimo Dios, porque para mí era mi Dios. Él me daba la vida, el era mi vida, mi aire... mi todo. lo amaba si, y ni guerras ni la distancia podía acabar con aquel profundo sentimiento.
Mi respiración era dificultosa y sentía mi cabeza dar vueltas, ante aquella intensidad, cuando dejó de darme placer y sentí casi un intenso agradecimiento pues no creía ya aguantar tanto placer más por mucho tiempo. sentí que dejaba mi cuerpo y escuche su voz detrás de mí.-¿Como no desear que lo sacies, si haces a mi cuerpo temblar con solo tu aliento cobre mi piel.?- Conteste con otra pregunta sin voltearme intentando recobrar el aliento perdido. Me penetro de nuevo con su miembro y respiré profundamente, noté me tomaba de los brazos y me reincorporaba sintiendo su cuerpo contra mi espalda, y mi mano derecha la eleve hacia atrás acariciando de nuevo su cabeza mientras la izquierda movía mi cabello para dejarle el cuello desnudo a su merced, para que siguiera besándolo, tanto que hasta moví ladeando el cuello ofreciendoselo para su mayor recreación en él, mientras suspiraba y gemía y sentía su mano derecha jugaba a dar placer a mi clítoris. Me cubrió de besos mi cuello hasta mi hombro, y yo con mis manos me agarraba a la madera pues sus penetraciones se volvían más intensos y salvajes y mis gemidos y jadeos más fuertes.-Aaaahh!! Aaaah!!- Se escuchaba. Mi sexo se humedecían ante las contracciones que sufría entre las placenteras y fuertes penetraciones. En mi los orgasmos me invadían el placer extremo y luego el sentir un dolor en mi clitoris ante sus dedos que se pasaban en torturar esa parte y sentí la dulce y ya casi el terminar de la succión que hacía en mi hombro. Era completamente suya, aunque su deseo fuera demasiado que me atormentara en el placer a gran medida, no había otro que pudiera poseer o tocar mi piel si no era Killian White, mi amado caballero inglés. Aquel por el que cruzaría el mismo infierno, para tenerlo conmigo.
No paso mucho en que el silencio de aquel establo era interrumpido por los gemidos de ambos, y si alguien pasaba cerca no dejaría su mente en duda que había un apasionado encuentro entre una mujer y un hombre, que yo misma deseaba no quisieran interrumpir, pues no quería parar de sentirme viva, viva de nuevo por segunda vez en ese día, completa con mi amado satisfaciendo mis deseos, con el amor volando en el ambiente con la pasión y el deseo.
Tenía los ojos cerrados elevaba mi rostro un poco hacía atrás un momento para luego volver a bajar el rostro y mirar a mi Killian, con su rostro sudoroso pero no por ello menos sensual, de hecho mis ojos lo veían con más deseo de aquella forma. No duró mucho, pero tampoco podía esperar que mi Dios mortal pudiera ser tan perfecto, si ya de por si estaba segura de que ningún otro hombre me haría el amor de tal forma, no tenía más que una pobre y triste experiencia con otro hombre que apenas me pudo poseer como para conocerme y desearme como Killian sentía lo hacía. Tampoco mi sentimiento era el mismo. Me soltó, yo me solté de él, y lo miré no sin dejar de desearle. Me giró y tomando mi cuello me hizo agacharme, yo confiando en él como lo hacía no dude, ni pregunte solo lo hice. Me dejó con mis posaderas mirando hacía él, y extrañamente aquello me hizo sentir aquello excitante, incluso saque un poco más mis posaderas hacía él, antes de sentir sus manos y cerrar mis ojos mordiéndome el labio, ante el pensamiento de que haría. Apenas lo pensaba que sentí como abría mis nalgas y sentía al poco algo húmedo que comprendí era su lengua en mi más que humedecida vagina. La sensación fue tan intensa que mis piernas temblaban mientras intentaba con fuerza no cerrar las piernas, ni caer ante aquel placer que hacía temblar. Me sujetaba a la pared cuando moví mi mano a mi pecho masajeandolo mientras por mis labios no dejaba de emitir gemidos de placer y mi sexo se retorcía en locura, ante su lengua traviesa. -Killian... mi Killian...-Entre gemidos pude nombrar aquel nombre que era para mí con mencionar al mismísimo Dios, porque para mí era mi Dios. Él me daba la vida, el era mi vida, mi aire... mi todo. lo amaba si, y ni guerras ni la distancia podía acabar con aquel profundo sentimiento.
Mi respiración era dificultosa y sentía mi cabeza dar vueltas, ante aquella intensidad, cuando dejó de darme placer y sentí casi un intenso agradecimiento pues no creía ya aguantar tanto placer más por mucho tiempo. sentí que dejaba mi cuerpo y escuche su voz detrás de mí.-¿Como no desear que lo sacies, si haces a mi cuerpo temblar con solo tu aliento cobre mi piel.?- Conteste con otra pregunta sin voltearme intentando recobrar el aliento perdido. Me penetro de nuevo con su miembro y respiré profundamente, noté me tomaba de los brazos y me reincorporaba sintiendo su cuerpo contra mi espalda, y mi mano derecha la eleve hacia atrás acariciando de nuevo su cabeza mientras la izquierda movía mi cabello para dejarle el cuello desnudo a su merced, para que siguiera besándolo, tanto que hasta moví ladeando el cuello ofreciendoselo para su mayor recreación en él, mientras suspiraba y gemía y sentía su mano derecha jugaba a dar placer a mi clítoris. Me cubrió de besos mi cuello hasta mi hombro, y yo con mis manos me agarraba a la madera pues sus penetraciones se volvían más intensos y salvajes y mis gemidos y jadeos más fuertes.-Aaaahh!! Aaaah!!- Se escuchaba. Mi sexo se humedecían ante las contracciones que sufría entre las placenteras y fuertes penetraciones. En mi los orgasmos me invadían el placer extremo y luego el sentir un dolor en mi clitoris ante sus dedos que se pasaban en torturar esa parte y sentí la dulce y ya casi el terminar de la succión que hacía en mi hombro. Era completamente suya, aunque su deseo fuera demasiado que me atormentara en el placer a gran medida, no había otro que pudiera poseer o tocar mi piel si no era Killian White, mi amado caballero inglés. Aquel por el que cruzaría el mismo infierno, para tenerlo conmigo.
Mirella Arezzo- Realeza Italiana
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Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
La expresión que nuestros cuerpos demostraban ese acto sexual sólo podía determinar una pasión desmedida. Como un gran incendio en un bosque, algo abrasador y apabullante. Un sentimiento que sólo ambos podían experimentar con tal magnitud y sobre todo soportar. Mientras él la tenía cargada haciendo que su cuerpo cayera sobre su falo las palabras de Mirella hicieron comprender a Killian que todo cuanto decían era real. Si ahora que estaban junto no querían que todo terminase, después; cuando se tuvieran que separar minutos, horas o días sería un infierno que tendrían que combatir porque para Killian había claridad en algo... estar sin Mirella era vivir en una eterna soledad.
Comenzó a caminar llevándola cargando, sujetándola de sus nalgas y haciendo que ella por el movimiento brincara sin la necesidad de que él la alzara para que ese fuera el propósito. Cuando llegaron ante un cúmulo de paja, Killian bajo a Mirella besándola como sólo ella podía besar, con desmesurada pasión, con una obsesión sexual en la que dos cuerpos se amaban. El miembro de Killian salió de la vagina de Mirella. Killian no sólo hizo eso, también dejó de besarla para poder dar un paso atrás y contemplar sus ojos, su sonrisa, su piel, que como la de Killian, estaba sudada. —¿Qué palabras puedo usar para nuestro momento mi donna?, me consume un fuego interior que se incrementa cada que nuestros cuerpos se unen y sin embargo no me quema, es placentero, es adictivo. Sé perfectamente que crees en mi amor para contigo como yo él que tu tienes hacía mi. No quiero solamente que seas mi familia, quiero formar una familia contigo.
Soltó una pequeña risa y la cargo de su fina cintura, dio media vuelta y se dejó caer sobre la paja quedando ella sobre de el torso de él. La respiración de Killian era agitada como la de Mirella, su reflejo era el mismo que el de ella y su amor sin duda era idéntico. ¿Qué cambiaba en ellos?; Killian estaba seguro de que ella deseaba también tener una familia; empero, Killian lo deseaba tanto que no importaba cuantas veces tenía que acostarse con ella al día, tenía que escuchar que ella estaba embarazada, sólo así alcanzaría otro grado de felicidad una vez estuvieran casados.
Killian acarició el cabello de Mirella y tomándole de la barbilla la guió a sus labios en un beso que auguraba ser duradero, no permanente pero si lo suficientemente extenso para que el aliento de ambos tratara de extinguir el calor de su boca, no porque deseara que se apagara el fuego de la pasión. Más bien para que se encendiera con más pasión. Las manos de Killian buscaron el clítoris y él con su mano diestra empezó a masturbarse para que su miembro no perdiera su condición erecta.
Comenzó a caminar llevándola cargando, sujetándola de sus nalgas y haciendo que ella por el movimiento brincara sin la necesidad de que él la alzara para que ese fuera el propósito. Cuando llegaron ante un cúmulo de paja, Killian bajo a Mirella besándola como sólo ella podía besar, con desmesurada pasión, con una obsesión sexual en la que dos cuerpos se amaban. El miembro de Killian salió de la vagina de Mirella. Killian no sólo hizo eso, también dejó de besarla para poder dar un paso atrás y contemplar sus ojos, su sonrisa, su piel, que como la de Killian, estaba sudada. —¿Qué palabras puedo usar para nuestro momento mi donna?, me consume un fuego interior que se incrementa cada que nuestros cuerpos se unen y sin embargo no me quema, es placentero, es adictivo. Sé perfectamente que crees en mi amor para contigo como yo él que tu tienes hacía mi. No quiero solamente que seas mi familia, quiero formar una familia contigo.
Soltó una pequeña risa y la cargo de su fina cintura, dio media vuelta y se dejó caer sobre la paja quedando ella sobre de el torso de él. La respiración de Killian era agitada como la de Mirella, su reflejo era el mismo que el de ella y su amor sin duda era idéntico. ¿Qué cambiaba en ellos?; Killian estaba seguro de que ella deseaba también tener una familia; empero, Killian lo deseaba tanto que no importaba cuantas veces tenía que acostarse con ella al día, tenía que escuchar que ella estaba embarazada, sólo así alcanzaría otro grado de felicidad una vez estuvieran casados.
Killian acarició el cabello de Mirella y tomándole de la barbilla la guió a sus labios en un beso que auguraba ser duradero, no permanente pero si lo suficientemente extenso para que el aliento de ambos tratara de extinguir el calor de su boca, no porque deseara que se apagara el fuego de la pasión. Más bien para que se encendiera con más pasión. Las manos de Killian buscaron el clítoris y él con su mano diestra empezó a masturbarse para que su miembro no perdiera su condición erecta.
Killian White- Humano Clase Alta
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Re: Passione e desiderio, il fuoco di un cigno e una donna | Privado | +18 | The World War of the Black Swans
Tal vez aquello que haciamos fuera pecado perro valia la pena cualquier divino castigo que acarrease aquello. El lugar pecaminoso, aquella extraña atracción que sentiamos el uno por el otro, haciendonos creer que habíamos sido creados a conciencia para estar juntos. El destino nos guiaba y en nuestro caso parecía insistir en que los nueestros se debían unir.
¿Quien era yo para negarselo? Si me rendía a su dictamen sin pensarmelo mucho.
Tras aquel momento me volvió a tomar por las nalgas y me llevo en brazos mientras me movía para sentirlo enmí y no dejar que aquel placer desapareciera. Pegada a su rostro me movía mientras respiraba agitadamente, intentando tambien tragar saliva para humedecer mi garganta seca. Me llevaba pero ni siquiera prestaba atención a eso, solo en mi mente podía plantearsela cuestion de que lo deseabamuchisimo y quería tal vez cobrarme el tiempo perdido sin él.
Me bajo despació como pudo y nos besamos como si no hubiera fin, como dos jovenes enamorados, nuestros labios se peleaban en un pulso apasionado y incluso a aquello nuestra lengua se unio a aquel juego.
Tras el beso su miembro salió de mí y se aparto, yo lo mire extrañada unos segundos sin saber que era lo que había frenado aquella pasion,más contemplar su rostro con la luz del candil que iluminaba el lugar, me hizó pensar en que estaba maravilloso con aquella capa con la que llegó, más no le hacía falta ropa, ni capas ni nada, a mí incluso desnudo con el sudor corriendo su cuerpo el cabelo despeinado y colmado de cansancio, eestaba igual de atractivo.
Sus palabras me llenaron completamente al escuchar lo de la familia, yo amaba a aquel hombre, lo adoraba y deseaba formar con él una familia. Había en su primer momento decidido casarme con él, antes de que se fuera abandonandome en aquella tristeza y dolor, aquel que enturbiaba mi alma cuando lo recordaba, pero que se veía aclarar cuando recordaba que allí frente a mí estaba de nuevo. -kindred Spirits, amore-Alegue a lo que eramos almas gemelas que se encontraban. -Yo también lo deseo.- Mi voz sonó como un susurro, suave y algo bajo, sincero enverdad como sus palabras sonaban cuando me decía como deseaba que nuestro amor se hiciera firme con el nacimiento de la uniónde ambos, y yo que siempre desee ser madre, no podía negar que aquello era lo que más deseaba. Sonriendole y acariciando su rostro, mientras me preguntaba si la fortuna esta vez me hiciera fertil, sentir la vida creciendo en mí envuelta en el amor mutuo de aquel que amaba con tanta pasión como el creyente mostraba tener en su adoración a su dios.
Me tomó por la cintura y me llevó a caer sobre él cuando se arrojo conmigo sobre la paja recogida en un lado para emprearla para las camas de los caballos. Pude sentir su respiración, cada momivieto de su torso elevandose al tomaraire y bajando al expulsarlo. Acaricie su pecho con mi mano mientras contemplaba la belleza de este, como si se fuera a evaporar en una loca ilusión, hasta que su mano acarició mi cabello, moví mi rostro hacia su mano para besarla y olerla con añoranza a aquel aroma suyo que en los primeros día tras su marcha había intentado encontrar una y otra vez , entre la almohada en que solía reposar cuadno dormia. Sus labios me besarón, cuando tomo mi barcilla acercandome a su rostro y yo tome aquel beso devolvienselo con todo sentimiento puesto en ello, un beso largo lleno de deseo, amor y pasión. Un beso lleno de tanto sentimiento que suplimian a las palabras, esos besos maravillosos como si no hubiera mañana, como si en unos minutos todo el mundo se viniera abajo y solo desearamos acabarlo con aquel ansioso beso.
Mis manos se habían desplazado a acariciar su rostro cuando sentí su mano en mi clitorís, y suspiré. -Killian...- aquel nombre salio de entre mis labios como un susurro suave, casi del corazón que de la mente.
Deje su rostro y busque su miembro, topandome con su mano que se encargaba de darse caricias.-Dejadme a mi.- Dije para tomar su miembro y ser yo quien le acariciara manteniendo aquella erección.
Era tal el sentimiento de deseo que albergaba que me podía de tal modo que pronto me canse de usar mi mano y desee comprobar a que sabía su virinidad mezclada con mi sabor, y ni corta ni perezosa, bese sus labios, su pecho y descendi hasta su miembro, saboreando un poco de su ppunta entre mis labios con la lengua revoltosa jugando con la parte que se adentraba en mi boca.
Me entregaba en aquel menester, buscando el disfrute más pleno y mayor de mi rey, cual sirviente ferviente en que me encontraba. aunque mi cuerpo sudara, y el calor fuera como si andara en pleno verano caluroso, no podía dejar de sentir como mi cuerpo se sentía deseoso de él.
¿Quien era yo para negarselo? Si me rendía a su dictamen sin pensarmelo mucho.
Tras aquel momento me volvió a tomar por las nalgas y me llevo en brazos mientras me movía para sentirlo enmí y no dejar que aquel placer desapareciera. Pegada a su rostro me movía mientras respiraba agitadamente, intentando tambien tragar saliva para humedecer mi garganta seca. Me llevaba pero ni siquiera prestaba atención a eso, solo en mi mente podía plantearsela cuestion de que lo deseabamuchisimo y quería tal vez cobrarme el tiempo perdido sin él.
Me bajo despació como pudo y nos besamos como si no hubiera fin, como dos jovenes enamorados, nuestros labios se peleaban en un pulso apasionado y incluso a aquello nuestra lengua se unio a aquel juego.
Tras el beso su miembro salió de mí y se aparto, yo lo mire extrañada unos segundos sin saber que era lo que había frenado aquella pasion,más contemplar su rostro con la luz del candil que iluminaba el lugar, me hizó pensar en que estaba maravilloso con aquella capa con la que llegó, más no le hacía falta ropa, ni capas ni nada, a mí incluso desnudo con el sudor corriendo su cuerpo el cabelo despeinado y colmado de cansancio, eestaba igual de atractivo.
Sus palabras me llenaron completamente al escuchar lo de la familia, yo amaba a aquel hombre, lo adoraba y deseaba formar con él una familia. Había en su primer momento decidido casarme con él, antes de que se fuera abandonandome en aquella tristeza y dolor, aquel que enturbiaba mi alma cuando lo recordaba, pero que se veía aclarar cuando recordaba que allí frente a mí estaba de nuevo. -kindred Spirits, amore-Alegue a lo que eramos almas gemelas que se encontraban. -Yo también lo deseo.- Mi voz sonó como un susurro, suave y algo bajo, sincero enverdad como sus palabras sonaban cuando me decía como deseaba que nuestro amor se hiciera firme con el nacimiento de la uniónde ambos, y yo que siempre desee ser madre, no podía negar que aquello era lo que más deseaba. Sonriendole y acariciando su rostro, mientras me preguntaba si la fortuna esta vez me hiciera fertil, sentir la vida creciendo en mí envuelta en el amor mutuo de aquel que amaba con tanta pasión como el creyente mostraba tener en su adoración a su dios.
Me tomó por la cintura y me llevó a caer sobre él cuando se arrojo conmigo sobre la paja recogida en un lado para emprearla para las camas de los caballos. Pude sentir su respiración, cada momivieto de su torso elevandose al tomaraire y bajando al expulsarlo. Acaricie su pecho con mi mano mientras contemplaba la belleza de este, como si se fuera a evaporar en una loca ilusión, hasta que su mano acarició mi cabello, moví mi rostro hacia su mano para besarla y olerla con añoranza a aquel aroma suyo que en los primeros día tras su marcha había intentado encontrar una y otra vez , entre la almohada en que solía reposar cuadno dormia. Sus labios me besarón, cuando tomo mi barcilla acercandome a su rostro y yo tome aquel beso devolvienselo con todo sentimiento puesto en ello, un beso largo lleno de deseo, amor y pasión. Un beso lleno de tanto sentimiento que suplimian a las palabras, esos besos maravillosos como si no hubiera mañana, como si en unos minutos todo el mundo se viniera abajo y solo desearamos acabarlo con aquel ansioso beso.
Mis manos se habían desplazado a acariciar su rostro cuando sentí su mano en mi clitorís, y suspiré. -Killian...- aquel nombre salio de entre mis labios como un susurro suave, casi del corazón que de la mente.
Deje su rostro y busque su miembro, topandome con su mano que se encargaba de darse caricias.-Dejadme a mi.- Dije para tomar su miembro y ser yo quien le acariciara manteniendo aquella erección.
Era tal el sentimiento de deseo que albergaba que me podía de tal modo que pronto me canse de usar mi mano y desee comprobar a que sabía su virinidad mezclada con mi sabor, y ni corta ni perezosa, bese sus labios, su pecho y descendi hasta su miembro, saboreando un poco de su ppunta entre mis labios con la lengua revoltosa jugando con la parte que se adentraba en mi boca.
Me entregaba en aquel menester, buscando el disfrute más pleno y mayor de mi rey, cual sirviente ferviente en que me encontraba. aunque mi cuerpo sudara, y el calor fuera como si andara en pleno verano caluroso, no podía dejar de sentir como mi cuerpo se sentía deseoso de él.
Mirella Arezzo- Realeza Italiana
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