El Retrato Oval [Privado]

por **Sasha Nureyev** Mar Mar 03, 2015 1:03 pm

Examino el cuadro con asombro, como si no pudiera creer que ha sido pintado por mí, si no fuera por las manchas en mi ropa y el olor de la pintura fresca, me habría sido muy sencillo rendirte ante la niebla de la ilusión.
Porque no parece obra mía, es tan real que es como si hubiera atrapado el alma de mi modelo en la tela. Es más que realidad, es una mirada viva que me deja anclado en mi sitio, atrapado en el brillo de esos ojos que parecen casi salirse del cuadro para encontrarse conmigo. Cuánta emoción en sus pupilas. Podría pasarme la vida entera contemplando ese rostro de belleza inhumana.
Me siento agotado de pronto, con un cansancio que me hace sentir como si mil años hubiera caído sobre mis hombros, pero aun así no puedo apartarme.
Recorro sus facciones una y otra vez, cada una de ellas es como un descubrimiento. Cuánto desearía poder acariciarlas, besarlas, adorarlas.
Sintiendo la pesadez existencial poseyendo mi cuerpo, solo soy capaz de mantener alta la cabeza para no desviar así la mirada.

No se cuanto tiempo pasa, pero para cuando quiero despertar del sueño, me doy cuenta de que quizás la atrapada en el brillo cuasi humano de esos ojos, sea mi alma.

por **Sasha Nureyev** Jue Abr 30, 2015 5:35 pm

Mi cuerpo se aleja pero mi mente no puede abandonarlo, cada uno de mis pasos y de mis respiraciones pertenecen a ese rostro oculto en un rincón de mi habitación. Realizo las tareas con rapidez, cada segundo que paso alejado de su imagen es como un milenio vacío.
Solo puedo respirar cuando vuelvo a verlo, el momento en que esos ojos hipnóticos y mi mirada se unen. Es más que deseo lo que siento, es un amor que me consume, que me absorbe y amenaza con arrancarme la vida y el corazón.
No es real intento decirme, pero fuego que esa imagen aviva en mi alma no se puede contener. Es demasiado, las emociones me inundan y furioso tapo el cuadro cayendo de rodillas después. Oh Dios mío, pienso, por qué me atormenta este retrato que ni siquiera reconozco.
El monstruo en mi interior se calma entonces, la seda que lo oculta también tranquiliza a la bestia. Ahora duerme y yo por fin, libre aunque tan solo sea unos instantes, puedo cerrar los ojos e imaginar que nada de esto ha pasado.

por **Sasha Nureyev** Mar Jun 16, 2015 12:34 pm

Me miro en el espejo, tengo el mismo aspecto joven y perfecto de siempre, me pone enfermo. Después de tantos años ya debdebería haberme acostumbrado pero lo cierto es que una pequeña parte de mi sigue esperando envejecer. No me malinterpretéis, me gusta ser un vampiro. Poder ver cómo el mundo se mueve a mi alrededor,poder disfrutar una y otra vez de esa vida que me perdí y sobre todo no tener que enfrentarme a mis demonios, incluso aunque últimamente parezca que están empezando a ganarme terreno, es emocionante. Y aún así me siento vacío la mayor parte del tiempo. En la oscuridad que me alimenta me consumo en silencio mirando ese cuadro que es mi obsesión casi esperando que su figura abandone el lienzo y se lance hacia mi para salvarme. Como un loco miro expectante pero por supuesto nada pasa así que sigo ahí, solitario y roto esperando por alguien, quien sea, que me vuelva a hacer sentir vivo.

por **Sasha Nureyev** Mar Ago 04, 2015 9:34 pm

Hace tanto que sueño, sueño que despierto a ti, a tu lado, en tus brazos, sueño que por fin te encuentro, que por fin estoy completo. Sueño que te abrazo, que te beso y que adoro cada centímetro de tu cuerpo, que envuelvo tu piel de porcelana en seda para retirarla lentamente después. Sueño que te hago el amor la noche entera y que al acabar dibujo tu cuerpo desnudo una y otra vez tratando de captar así tu belleza irreal sin conseguirlo del todo jamás.

Son tan hermosos los sueños, puedo ver los rayos del sol bañando tu piel, inundando mi cama, y nada pasa. Puedo salir bajo la luz del día a mi jardín para perseguirte mientras juegas con las flores, y cuando te atrapo tan solo hay amor.

Acaricio tu cabello del color del atardecer bajo la luz mortecina de este, beso tras tus orejas hasta que te retuerces en mis brazos y cuando cae la noche, te tomo otra vez.
Te amo me gustaría decir, pero las palabras no me salen así que te lo demuestro una y otra vez con mis manos, con mis dedos que te adoran como cada noche, entregándote mi corazón.

Tu sonríes, sobre la hierba, con el cabello extendido como un mar de sangre y acaricias mi rostro.
En ese momento soy feliz, del todo, por completo.

Entonces despierto, de ese sueño en el que sueño que despierto a tu lado, y tú no estás.

Miro hacia arriba y me doy cuenta de que solo eres un retrato, un cuadro colgado frente a mí en la pared.

por **Sasha Nureyev** Sáb Oct 10, 2015 9:18 pm

Esa noche los sueños me acosan de nuevo, son pesadillas que me tientan contigo, con lo que jamás podré tener. En realidad la vida es la pesadilla, un mundo vacío, gris y apagado sin ti.

Hace tanto que sueño con el día en que nos reuniremos, en el que te veo y me ves y no hay tristeza, no hay memorias de vidas lejana sobre nuestros hombros.

Hace tanto que sueño que nos encontramos en paz, sobre la tierra buena y somos uno, nos tocamos y la felicidad florece, nos abrazamos y el amor canta. En ocasiones lloró cuando pienso que quizás ese día nunca llegara, que tanto tarda que quizás sea una esperanza vana.

Me miro al espejo y la desesperanza me invade, confirmando mis temores. No hay cambios ya, no los ha habido desde que tengo memoria. Me seco las lágrimas de esta cara por desgracia perfecta y me tiendo sobre el lecho. Con un suspiro de dolor cierro los ojos y tan solo deseo.
Me he rendido, pero no hay nadie aquí para aceptar mi rendición.

por **Sasha Nureyev** Jue Dic 10, 2015 6:16 pm

Un tiempo indefinido después.

Me siento como si viviera la vida de otra persona, alternativamente, también siento como si observara la vida pasar desde fuera de mi cuerpo. Me duele la cabeza otra vez, supongo que la inmortalidad no viene en un paquete junto con la ausencia de dolor.
Es...curioso, como cuanto más me desentiendo de aquello que he de hacer más aumenta el malestar que me plaga. ¡¿Qué le voy a hacer?! Soy un artista, no es sangre lo que corre por mis venas sino tinta, siento en mis manos el picor que me produce el deseo por volver a dibujar, me niego a mirar hacia el cuadro tapado con telas oscuras en la pared diciéndome a mi mismo que puedo replicar una obra maestra como esa.

¿Quién sabe? Si en este momento paro y me dedico a las mil responsabilidades que me acosan en la mal llamada vida real, nunca lo sabré. Mal llamada sí, porque no hay nada mas real que trazar sobre los lienzos, que acariciar las hojas con la punta manchada de un carbón , que amar páginas con la punta mancillada de mi pluma.

Cuánto desearía desaparecer y unirme a ese mundo irreal, ese mundo mejor en el que no hay gente gris ni días vacíos. En el que está ella esperando.
Sacudo la cabeza y me esfuerzo por olvidarla, aunque sea un instante tan solo para poder así, concentrarme en lo que tengo entre manos.
El arte primero, después todo lo demás.
A quién voy a engañar, ella viene antes del cuadro más grandioso, con su sencilla perfección.
Mientras esbozo, puedo sentir, incluso bajo las telas, su mirada clavada en mí desde ese lugar preferente en mi pared.

por **Sasha Nureyev** Miér Feb 17, 2016 9:59 pm

¿Por qué ha de ser todo tan difícil? Me pregunto mientras intento decidirme entre lo que siento que debo hacer y lo que sé, es un deseo imposible. Nadie dijo que la vida fuera fácil y aunque soy consciente de que he tenido mejor fortuna que muchos, las desgracias que persiguen mi alma son las suficientes como para que considere prudente quejarme.
Quizás no debería, quién sabe, pero hago tantas cosas que me están prohibidas qué no me inmuto al romper una ley más. Eso es, ese soy yo, el que siempre incumple las normas, el egoísta que va contra todos, incluso contra sí mismo. ¿Cuántas veces me he mentido prometiéndome que nunca más me mentiría?
Han sido tantas a través de los siglos que es imposible mantener la cuenta. Lo haré más veces lo sé. Estoy seguro, porque ayer mismo me prometí que no lo haría.

Desearía ser más serio, más constante. Desearía ser esa persona que los demás ven en mí pero que solo cubre la superficie. Peleo conmigo mismo intentando ser ese hombre, intentando deshacerme del retrato.
Pero al final, como siempre, no es la persona que me gustaría ser la que triunfa, sino el monstruo que hay debajo de su piel, la bestia que nadie ve.

Vuelvo a casa y de nuevo cuelgo el retrato en su lugar. Me doy cuenta de que su clavo empieza a aflojarse por todas las veces que lo he descolgado para tirarlo y lo he vuelto a colgar, derrotado por una imagen de tela y tinta.
Una vez está en su sitio lo tapo sin mirarlo.
Me ha vencido como cada vez, pero no me puede arrebatar ese odio que siento en lo más profundo y que me hace prometerme que mañana, sin falta, me desharé de él.

por **Sasha Nureyev** Sáb Abr 02, 2016 4:06 pm

Han pasado meses desde mi heroica resolución pero por supuesto, el cuadro sigue colgado en la pared. Siento desde hace días una presión incómoda en el estómago y sé que se trata de la culpa, que constante, se acumula en mi interior, creciendo ante mi inacción hasta que me decida a hacer algo o comience a afectar a mi salud.
Quizás ya me está afectado, tal vez eso explica la tristeza sin sentido que me inmoviliza y me lleva a la abstinencia. Debería salir, volver a mis fiestas y mis bailes, a las aventuras sin consecuencias, pero hay algo que me lo impide. Me pican las manos con las ganas que tengo de volver a pintar.
No me atrevo, temo no repetir la perfección de mi último retrato. Temo repetirla.

Debería tomar las riendas de mi vida y hacer algo de valor con ella, por el contrario, me siento en la oscuridad y veo cómo se desmorona en pedazos a mi alrededor.
Aún estoy a tiempo de remediarlo, puedo recoger los trozos caídos y recolocarlos, pero no tengo fuerzas.
Me siento impotente ante la necesidad que me apremia y la inhabilidad de cumplir con aquello que tanto deseo. No se trata solo de un cuadro u otro, sino de todo lo que sé que estoy perdiendo.

El amor está ahí fuera, lejos de los ojos acusadores, aun bajo las telas, del retrato oval frente a mí, más allá de las paredes que me constriñen y hacen que la sensación de seguridad se convierta en una de asfixia.
Siento ese anhelo de amor invadirme de nuevo, si tan solo fuera capaz de dejar atrás mi soledad para encontrarlo.

Por el momento, tras batallar otro rato más conmigo mismo, tomo en mis manos un carbón y empiezo a dibujar.

por **Sasha Nureyev** Lun Jun 13, 2016 9:03 pm

El rasgar de la plumilla es suave e hipnotizante, escribo como poseso por un espíritu triste que deja un regusto amargo en el fondo de mi garganta.
Tal vez es porque en el fondo sé que no se trata nada más y nada menos que de mi alma. Si no fuera por este cruel estado de perpetua inmortalidad, mi corazón vagaría solitario por el mundo, observando pero nunca tocando aquello que tanto anhela.
La vida es tan repugnante y retorcida, sin embargo, que en el fondo resulta incluso bella.
Escribo todos esos sentimientos que me constriñen, que parecen envolverme en una campana de cristal que me aleja de todo y de todos. Proyecto en mi escribir todo aquello que desgarra mi alma, que destruye mi resolución para seguir luchando, tal vez así, el mundo deje de resultar tan cegador.
Podría continuar, lo se, un pie tras otro, una respiración tras otra, bajo la luna. Desearía poder luchar... o quizás no. Quizás en el fondo siempre haya deseado rendirme y simplemente dejar de ser.
Solo hay un pequeño fuego que me mantiene con vida y es el odio a quien me arrebató ese sagrado derecho, que todas las almas rotas y cansadas como la mía tienen, el derecho a desaparecer en silencio.
Soy tan contradictorio, pienso, porque una parte de mí desea admiradores, gente dispuesta a hacer mi voluntad, supongo que eso se debe también a mi educación, a la costumbre que suponía para mí poder comandar un palacio entero. Sin embargo, otros días tan solo deseo estar a solas, con mis cuadros como única compañía.
¿Es mi auténtica aspiración? ¿O solo es una más de las mentiras que me cuento a mi mismo para convencerme de que he sido yo quien ha decidido alejarse de la gente y no al contrario?
Ya no lo sé.
Miro a través de mis papeles y me doy cuenta de que en ninguno de ellos hay respuestas solo preguntas más y más tristes que casi me hacen romper a llorar. Mis ojos permanecen secos, ¿habré perdido ya la capacidad de llorar? Me pregunto.
Tal vez con tanto sudor y tantas lágrimas que he dejado tras cada una de mis obras, también haya abandonado en cada una un cachito de mi alma y ya no quede más.

El retrato mira en silencio mis tribulaciones. Me giro para encontrarme con sus ojos ciegos y solo encuentro seda negra. Maldigo mi propia estupidez, pero cuando vuelvo a darme la vuelta, capto lo que parece ser un brillo en esos ojos que ni ven, ni son vistos. Y no puedo evitar preguntarme si ese pedazo que dejé atrás, esa parte de mi esencia, no estará mirando en qué me he convertido con decepción.

por **Sasha Nureyev** Dom Sep 04, 2016 10:57 am

De nuevo veo acercarse ese momento en mi vida en el que debo actuar y lo pospongo una vez más. Este instante de indecisión en el que siento mi alma flotar en una corriente que no va a ninguna parte me tortura. Y sin embargo, no me siento lo bastante fuerte como para abandonar este río sin principio ni fin.
Debería hacer algo con esta vida inacabada que simplemente parece pasarme de largo, pero mi mente insiste en traicionar mi voluntad.
En mi mente planeo un cuadro que jamás pintaré, un retrato que sospechosamente acaba pareciéndose al que tengo oculto en la habitación. Ya no es mi cuarto ese lugar, y cada día que pasa siento más y más que la casa entera ha dejado de ser mi refugio.
Nunca ha llegado a ser un hogar, en lo más profundo de corazón solo un lugar en el mundo merece semejante epíteto y es un lugar que ya no existe sino en mis memorias.
Tercamente, me niego a recordarlo, me niego siquiera a pensar en su belleza, no era acogedor per sé pero pérdida me destroza. Es mejor no pensar en todo lo que he perdido, no acabaría nunca de llorar.

Cogo un papel y una de mis plumillas preferidas pero al cabo de un rato lo dejo. Si tengo tan pensada la obra, ¿por qué no puedo realizarla? ¿Es el miedo de repetir mi error lo que detiene mi mano?

Quien sabe...

Cuando la luz comienza a filtrarse a través de las cortinas, me tiendo en uno de los sofás y me cubro los ojos con la mano. Quizás esta vez, sueñe de nuevo con cosas imposibles. Tal vez cuando despierte, pueda volver a coger mi vida con las manos y recuperar mi control sobre ella.

por **Sasha Nureyev** Sáb Oct 15, 2016 12:27 pm

Por fin he sentido la apatía desvanecerse, unas cuantas veces ya, pero estoy convencido de que esta será la última.
Escribo, derramando mi corazón sobre las hojas desnudas de un cuaderno privado que sé que nadie nunca leerá. Imagino música en mis oídos y siento mis ojos comenzar a cerrarse, debería escribir algo más lo sé, pero no estoy seguro de tener nada más que contar.
Mi amor, mi dolor, todo él sufrimiento parece olvidado por tan solo un instante y durante el mismo respiro degustando esta paz tan extraña que apenas reconozco.
Mientras dure, garabatearé historias de amor y ternura, pintaré pinturas brillantes e ignoraré el resto del mundo que parece empeñado en volver grises mis días.

Pero después llega el momento de subir a la habitación oscurecida, llena de sombras que me recuerdan demasiado a mis responsabilidades y errores como para que sea una coincidencia. El retrato sigue en ella, pero ahora yace sobre una de las sillas, aún cubierto, como testamento de aquel día en el que por fin me atreví a descolgarlo.

Hago un esfuerzo por no mirar en su dirección y mientras me tiendo en la cama, pienso que si mañana no ha regresado la aprensión que domina mi vida, por fin seré capaz de comenzar a hacer todas las cosas que un día como hoy me prometí que haría pero que todavía no he sido capaz.
Mañana.

por **Sasha Nureyev** Vie Dic 16, 2016 3:03 pm

Apenas resisto la tentación de pasarme la noche entera durmiendo también.

Eventualmente la cama se me hace incomoda y a regañadientes ruedo de ella ante la luna que brilla suavemente a través de las cortinas.

Está casi en plenitud, me siento terriblemente pequeño al mirarla, pero me atrapa en su fulgor.

Al cabo de un rato, cuando consigo recuperar el control sobre mis pensamientos, me doy la vuelta y salgo de la habitación como si me persiguieran los sabuesos del infierno.
Recorro los pasillos penumbrosos apenas viendo los cuadros oscurecidos que tan bien conozco, al fin y al cabo, salieron hace años de mis muchas brochas. Todas las cortinas están echadas pero me da una pereza terrible comenzar a abrirlas. Además, pienso, quién sabe que habrá viviendo en ellas después de tanto tiempo echadas, inmóviles, el testimonio de mi creciente desinterés en un mundo moderno que cada vez entiendo menos.

En ocasiones siento como si esta casa, llena de recuerdos, es lo único que queda de un pasado honorable, glorioso ahora disuelto ante las nuevas luces de gas del bulevar.
La casa esta fría y oscura, siento una punzada de dolor al verla, desesperadamente añorando el calor humano que una vez llenó mi hogar. Pero mi hogar es ahora un cúmulo de ruinas y yo hace mucho tiempo que dejé de ser humano.

Siento la resignación tomando el control de mi mente y de mis movimientos.
He sobrevivido hasta ahora y aunque ya hace mucho que conseguí todo lo que me había propuesto, no voy a dejar todas esas memorias atrás.

No es energía ni esperanza, este sentimiento que me invade, en realidad, se parece más a la desesperación pero es justamente lo que necesito. Aunque mi única compañía en esta casa vacía sea el retrato oval al que desprecio.

por **Sasha Nureyev** Vie Abr 07, 2017 12:20 am

He pasado las últimas noches pintando sin parar, cualquier cosa que pasaba por mi mente menos aquello que realmente debería hacer. Se ve que incluso cuando trabajo en algo que me gusta, la constancia se me hace cuesta arriba.
Debería salir al mundo y volver a buscar patrones, mecenas que financien los lujos en los que me crié, la vida a la que me acostumbré y que tendría que dejar de negarme a mí mismo. Pero hay algo en lo profundo de mi que detesta la idea de partir con los trabajos que tanto amo y que son, a su manera, un pequeño trozo de mi alma plasmado en un papel.
Son todo lo que tengo ya, en mi casa vacía, para no volverme loco del todo.
Escribo pequeñas historias e ideas con floritura en un cuaderno y luego en otro, prometiéndome que las limpiaré y completaré más tarde. Pero he hablado ya de mi incapacidad para cumplir promesas, especialmente las que me hago a mí mismo. Así que acumulo cuadernos de ideas, muchos divididos por años, más aún por meses, para desembarazar la mente de tanta inspiración que no llega a ningún sitio.
Pero no puedo parar, no quiero parar, como no quiero enseñar a nadie mis cuadros, mis dibujos y mis esbozos. Me gusta la adulación, más que a muchos, pero en el fondo creo que temo enseñar al mundo cada parte de mí. Especialmente cuando levanto la vista del papel y veo que el mundo es cada día dista más de mis sueños.

Debería parar alguna vez, reconectar con el mundo moderno, salir por París, ciudad que amé más que ninguna en el mundo, si quiero aferrarme a los últimos despojos de cordura que me quedan.
Al final, cierro bien las cortinas según empieza a amanecer y me apropio de un nuevo lienzo en blanco.
A quién quiero engañar, hace mucho tiempo ya que perdí la razón.

por **Sasha Nureyev** Miér Sep 06, 2017 3:51 pm

Ahora que ya he terminado el proyecto que ha consumido todos mis momento despiertos y dormidos me encuentro perdido una vez más. Me paso los días releyendo viejas historias que ya no tienen significado y escribiendo frases melancólicas, inconexas que nunca lograrán formar una historia ni siquiera si me atreviera a unir los vacíos entre ellas.

Por fin decidí hace unos días emerger de mi soledad auto impuesta, no solo para alimentarme como las veces anteriores, aunque el sabor de la sangre parisina desde luego es diferente, más rico, que el de la que puedo encontrar en los alrededores de mi mansión. Decidí salir sin embargo, para enfrentarme a este mundo extraño que ha avanzado sin mi hasta convertirse en algo que apenas reconozco. Al abandonar los confines seguros de los terrenos que están bajo mi dominio, tuve que contener, pese a estar henchido de valor, un escalofrío.

Al cabo de un rato me encuentro en París, sintiéndome como un explorador en una tierra extraña, nueva e irreconocible. Sonrío una sonrisa que ni yo me creo, río una risa que en mis oídos suena vacía, hueca como la conversación de la que forma parte. Bailo y me mezclo entre los humanos. Este hecho que antes me había hecho sentir vivo de nuevo, ahora tan solo es un recuerdo, una demostración de por qué exactamente no soy uno de ellos.

Y no duele, no como imaginé hace tiempo que dolería, es más una ausencia de sentimiento lo que me invade y no tengo la menor idea de cómo explicarla.
Después de que otro rato más haya pasado y de que la conversación no haya mejorado en términos ni de fluidez ni de argumentación, siento por fin algo.

Es el deseo casi imposible de contener de volver a casa y aislarme una vez más de este mundo moderno.

por **Sasha Nureyev** Mar Ene 23, 2018 8:50 pm

Observo el reflejo de mi alma abandonada en el cuadro, una nueva cara que no me corresponde y que sin embargo se parece tanto a la mía... son los ojos, estoy seguro, vacíos y llenos a la vez. Plagados de tantas emociones que no sé cual abrazar primero.

No tener ninguna sería más sencillo, pienso en ocasiones. En esos momentos lo daría todo por no sentir en absoluto.

Siento envidia de la figura que se seca bajo la luz de la luna, porque solo es un arquetipo, una ilusión, un sueño triste que una vez soñé cuando me sentía menos solo, cuando pensaba que aquella breve soledad que me invadía era lo peor que me podía pasar. Cuando este vacío que me ahoga, era tan solo una pesadilla imposible.

Debe de ser el alma de artista, pienso en ocasiones, que me lleva a dramatizar, a sentir de más, a vivir en sueños e ilusiones. Debe de ser ese alma la que hace que me falte el aliento cada vez que emerjo de mi estudio, que se me retuerza el estómago al verme rodeado de gente feliz. Una flor marchita en medio del bosque.

Pero en otros momentos, me doy cuenta de que no soy yo, este este mundo que vibra, que vive y me adelanta por un lado y por el otro. Es este mundo el que me deja atrás mientras que yo tan solo puedo soñar sueños cada vez más tristes, plasmados en papel.

por **Sasha Nureyev** Vie Abr 20, 2018 2:25 pm

Hoy es uno de esos días, con el estómago lleno, me recuesto en el sillón frente al retrato oval, frente a todos los demás retratos ovales que le siguieron. Cada uno de ellos convirtiéndose en el objeto de mi obsesión durante y después de ser trazados por mi pincel.

Sueño con otros, compañeros, versiones de ese primero que aún me persigue con su belleza. Es amor lo que siento por el ser que yace sobre mi lienzo y le veo en posturas, ropas y actitudes tan bellas como espantosas, que me atraen y repugnan a la vez.

En ocasiones me arrepiento de haberlo pintado pensando que nada de lo que he hecho después es más que un reflejo del talento que hace tiempo que cultivé, en otras veo errores, que no sé si son reales y lamento haberlos cometido. En esos instantes me duelen las manos con la necesidad de corregirlos, pero siempre hay algo que me detiene.

Al final, vuelvo a tapara el cuadro y con él sus compañeros y me doy la vuelta dejando esta habitación que ya no es la mía. Abandono esa obra que no me atrevo a juzgar y me traslado al ala que está en la zona opuesta de mi mansión, volveré, otro día en que el propósito me invada, lo sé.
Pero ahora tengo todavía mucha obra que plasmar.

El tiempo dirá si la relego a la habitación donde reside esa obsesión apasionada con la que todavía sueño.

por **Sasha Nureyev** Vie Jul 20, 2018 7:09 pm

Estoy pasando por otro período de sequía intelectual, a mi alrededor, el mundo pasa igual de aburrido que siempre.
Es curioso, me digo, que una época tan frenética como esta en la que vivimos pueda ser también tan sumamente soporífera.

En mis tiempos, y sí, soy consciente de lo anciano que sueno hablando de este modo, no teníamos objetos modernos, como las bañeras de cobre, las farolas de gas o la imprenta. No teníamos tampoco danzas animadas como el vals, que habrían resultado incluso obscenas sino demoníacas entonces.
Y sin embargo, éramos felices, con poesía sencilla, el sonido del arpa y el amor cortés.

A veces añoro esa simplicidad.

He de reconocer que en lo que a comida se refiere, ahora encuentro mucha más variedad y es más sencillo también obtener víctimas frescas.
Antes la noche era temida, mientras que hoy es casi deseada.

Pero también extraño a la gente que se sentía feliz con su destino y sencillas posesiones. Ahora todos quieren ser más, tener más, como si hallaran invadidos por un hambre que supera incluso a la mía.
Muchas veces, veo a la humanidad a mi alrededor, cada vez más degenerada, y en esos días, me cuesta mucho menos aceptar que ya no soy parte de ellos.

Quién sabe cuánto viviré todavía, cuanto más he de ver, pero no puedo dejar de preguntarme si dentro de otro siglo, mi retrato oval será todo lo que quede de una raza, que en su día, hace mucho tiempo, fue hermosa.

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