El rostro del retrato ( Doreen Caracciolo)

por **Misha Ivanovik** Lun Jun 11, 2012 11:34 am

Sus largas caminatas para combatir el insomnio, lo habian llevado casi al amanecer a la estacion de ferrocarriles. El silencio era interrumpido por el rugir de un viento helado que lo obligaba a estrechar el cuello de su gabardina gris. Se sentia perdido en sus cavilaciones, en sus dilemas, en sus recuerdos. Unas ojeras purpuras delineaban sus ojos cansados. Leon Ivanovik, hombre de justicia y de misericordias, se encontraba perdido en un rencor añejo y viejo, aunque su vida era joven. El recuerdo de una mujer que amo ( o que no sabe si aun ama) desgajada de la vida a una edad temprana, una mujer que no correspondio a la llama secreta de su pasion, que se entrego a otro, que lo hirio profundamente... la mujer de su hermano. Un gesto de dolor se poso en sus labios, como si este fuera fisico. Habia mantenido la distancia de ella por que era la esposa de Alexandrai, su hermano, y se dolio que ella buscase a otro. Por eso la delato, por que conociendo la crueldad de Alexandrai, el realizaria el desquite que el ansiaba... cuando su colera paso se arrepintio de aquel acto... la vio convertirse en un mostruo, despues esfumarse como cenizas ante el sol... ni un cuerpo que visitar. Temblo pero no era el viento frio, era ira... recordo que se habia encerrado en la capilla para expiar su culpa, muchos azotes en su cuerpo, pero los mas profundos en su alma... quiso llorar, pues su deseo ya no era salvar el alma de Alexandrai era asesinarlo, darle fin a la bestia... por eso llego a Paris siguiendo su rastro... era un homicida, un pelele dominado, se sentia un hombre a medias... si solo encontrara una razon para vivir de otra manera...

Se detuvo y descanso en uno de los banquillos, cuando el sonido de unas zapatillas, rompian aquel sepulcral silencio, agiles se escuchaban taconear el piso de madera... Leon levanto la mirada y se encontro con el rostro mas hermoso que habia visto... desde que llego a Paris. Se quedaria alli y la dejaria pasar... algo mas fuerte que el lo impulso a levantarse... la prisa de la joven, la hizo enredarse y caer... Leon corrio hasta donde ella estaba, y le tendio su mano...

- ¿ esta bien? por favor dejeme ayudarla....- su voz atravezo el silencio del lugar y vio el rostro de la joven de cerca... era el rostro de una princesa.

por **Doreen Jussieu** Mar Jun 12, 2012 3:25 pm

La noche anterior, Doreen se la había pasado practicando unos remedios con distintos tipo de hiervas, estaba muy nerviosa pues las nuevas misiones del Dragón azul comenzarían. Para su buena suerte, ya dominaba por completo cualquier tipo de esencia, lo malo es que se le había terminado alguna que otra y debía conseguir más. Las cortesanas que se dedicaban a traer alimento, y otro tipo de productos a la casa de la noche, llegarían hasta el siguiente fin de semana. Tenía que arriesgarse, salir de su pequeño refugio para poder conseguir las hiervas, por cualquier cosa mala que pasará. Estaba casi a punto de amanecer, cuando la joven salió de la casa sin mirar atrás, llevaba una capucha sobre su rostro, y su cuerpo estaba protegido por una capa color negro. Atravesó el bosque con mucha rapidez, y pronto llegó al mercado ambulante. Tenía muchos amigos que vendían en aquel lugar, por eso no corría riesgos algunos, la defenderían, la cuidarían.

La compra fue demasiado rápida, no tenía mucho que comprar, así que lo que cargaba era bastante ligero. Decidió pasear por un rato, si ya estaba afuera debía disfrutar los momentos fuera, y disfrutar de la ciudad. La chica se detuvo frente a una iglesia para poder pedirle perdón a Dios por todos sus pecados. No duró mucho tiempo ahí, y siguió el camino, hasta encontrarse extrañamente en uno de las estaciones de Ferrocarriles. Recordó que meses atrás estuvo a punto de escapar de ese lugar, de irse a quien sabe donde y empezar de cero. Estuvo a punto de entrar cuando sintió una presencia, y sus nervios se pusieron alerta por lo que salió corriendo, sin notar su camino. Cayó de manera demasiado dolorosa. Veía incluso negro por el golpe en la cabeza.

Se levantó de manera brusca al sentir a alguien tomar su mano, y escuchar su voz. Había hecho un movimiento tan brusco que se mareó, y por poco cae, pero la ayuda del caballero la hizo mantenerse en pie - Fue un accidente, no me di cuenta y caí - Le comentó con tranquilidad. La manera en que la miraba la puso nerviosa, y el sonrojo de sus mejillas pronto apareció. Dio un paso hacía atrás soltándole - Gracias por su preocupación - La rubia hizo una reverencia bastante educada frente al caballero. - ¿Podría saber el nombre del hombre que me acaba de ayudar? - Sonrió de menear encantadora, de forma un poco tímida, y sin borrar ese rubor apenado en su rostro.

por **Misha Ivanovik** Miér Jun 13, 2012 9:47 am

Leon vio que la joven con el rostro de princesa se incorporaba tan rapido como cayo, o al menos eso intento. Leon la ayudo con calma, y al parecer estaba mareada. Hablaba deprisa, pero su voz era acorde con lo bella que es. Empezo a observarla casi instintivamente, como si su mente hiciera trazos para un retrato. ¡ eso era! el rostro de la joven sin dudar era un rostro para inmortalizar como La gioconda o La joven de la perla, La mirada de Leon fue fija y directa, y sintio como no habia sentido hace tiempo un sopor, una sensacion de paz. la joven se sonrojo y Leon le regalo una sonrisa, que le parecio mas una mueca, no habia dormido asi que su rostro tal vez tenia los rasgos de un loco... pero no podia dejar de mirarla, y ayudarle en silencio a recoger las cosas que por la carrera y la caida se habian esparcido por el suelo. Hincado delante de ella recogiendo lo que se cayo, escucho que ella preguntaba su nombre. Se incoporo y le tendio la mano...

- Leon Ivanovik- aunque a decir verdad su acento muy marcado notaba claramente que no era de por alli, siguio mirandola fijamente a traves de sus ojos calidos y algo tristes, tomo la mano de la joven y la beso- Es un placer mi señora... ¿ su nombre?

La trato con toda la gentileza que su belleza merecia, era candorosa y sencilla. Sus ropas delataban que era una persona de una clase inferior a la de el y seguramente no estaba acostumbrada a aquellas muestras de caballerosidad. Pero a Leon eso le importaba muy poco, el solo hecho de ser una dama merecia toda la atencion necesaria de su parte. Indudablemente quedo prendado de su belleza.

por **Doreen Jussieu** Lun Jun 18, 2012 1:29 am

Se sentía nerviosa, bastante, nunca se acostumbraría a ser observada por mucho tiempo, le hacía sentir desnuda, descuidada, débil, vulnerable. Y no es que él hombre le quisiera hacer algo, simplemente sentía que su presencia no era digna de admirar. La joven tosió repetidas veces, más que nada por nervio, sólo por eso, no porque de verdad lo quisiera hacer. Además, ella poco lo conocía, no sabría si él tendría buenas intenciones, o sería como cualquier otro caballero.

Suspiró al verlo recogiendo sus cosas. Negó repetidas veces, incluso se agachó moviéndole las manos al hombre pero este se lo impidió - Señor, por favor, no haga eso, yo puedo hacerlo sola - Demasiado tarde, Leon ya había recogido cada una e las cosas de Doreen. La jovencita hizo una reverencia, la más elegante de todas, tenía que presentarse de manera correcta - Doreen Caracciolo, señor, es todo un placer conocerle - Era sincera, pocas veces mostraban tanto interés, y ayuda en ella, se sentía afortunada, quizás era su día de suerte.

Tomó sus cosas, cada una de ellas, en las manos. - ¿Es nuevo en Paris, señor? - Evidente eran las cosas por sus rasgos, incluso lo había confirmado por su acento tan diferente al suyo, por la calidez de su mirada. - ¿Está perdido? - Lo miró con completa curiosidad, intentando mostrarle lo agradecida que estaba por haberselo topado - Si es así, puedo llevarlo a donde desee. ¿Tiene donde dormir? Existen muchos hermosos hoteles en la ciudad, puedo guiarlo sin problema alguno - Se encogió de hombros, ser educada nunca estaría demás. Menos cuando se trataba de alguien a quien conocer y descubrir.

por **Misha Ivanovik** Vie Jun 22, 2012 1:00 pm

A Leon le produjo cierta gracia el hecho que la joven insistiera nerviosamente que no la ayudase, pero su sentido caballeresco le impidio hacerle caso. "Doreen" ese el nombre de la princesa, de voz suave, pero con una fuerza escondida tal vez reflejo de su personalidad. Leon le entrego sus cosas con el cuidado de no hacer caer de nuevo ninguna. La joven despues de aquel primer accidentado encuentro, a Leon le parecio mas aplomada, segura y fue el que se sintio inquieto. Doreen pensaba que estaba perdido, seguramente su acento y su rostro cansado la habia hecho pensar eso. Leon sonrio gentilmente mas como un reflejo. Sintio que su vista se nublaba y el cansancio de una larga noche de insomnio parecia pasarle por fin la factura. Tambaleo un poco...

- Si es verdad que tengo poco tiempo en Paris... es muy amable Doreen... - se sintio extraño por tal ligereza pero no parecia molestarle- y usted puede llamarme Leon, por el momento creo que necesitare un lugar donde sentarme... por favor no se asuste, y regaleme su compañia, no es mas que cansancio- Sonrio lugubremente. Su cuerpo parecia ceder y sentia que se desmoronaria sin poder evitarlo.

por **Doreen Jussieu** Jue Jun 28, 2012 3:42 am

Aquello era completamente inevitable para Doreen, sus mejillas comenzaban a sentir el calor de todo su cuerpo, se iba formando el rojo, el rubor que adordaba su piel pálida, se veía tan hermosa, tan encantadora, sin embargo se sentía apenada. Se dio cuenta que aquel hombre le veía de manera encandilada, como si estuviera viendo en ella algo hermoso, y por supuesto ella no se sentía hermosa. Asintió repetidas veces para el caballero - Tranquilo, me quedaré con usted hasta que decida que hacer - Sonrió de manera nerviosa, sólo a ella le ocurrían ese tipo de cosas. Por extraña que estuviera la situación, la rubia no tenía miedo, se sentía cómoda, y sabía que ese hombre que tenía frente a ella no la dañaría, lo veía en sus ojos.

Camino con sus cosas entre sus manos, y las colocó en una banca que estaba cerca, una de las bancas de espera. Sonrió y lo invitó a acercarse con ella - Venga, podemos pasar aquí un rato, en lo que me dice que desea hacer - Volvió a otorgarle una sonrisa radiante. La belleza de Doreen era cegadora, era bastante curioso que no lo notara. Espero a que se sentara a su lado - Cuénteme, ¿De dónde es? ¿A qué ha venido? - Ella por naturaleza poseía una gran curiosidad, siempre hacía miles de preguntas que salían al aire para conocer a las personas, en ocasiones era bueno, en otras no, pues se enteraba de cosas que no le correspondía, pero ahí, junto a Leon, se sentía segura, y que nada podría dañarla.

por **Misha Ivanovik** Mar Jul 17, 2012 7:10 pm

[justify] Estaba absolutamente mareado, el cansancio ya le pasaba factura, todo por su hermano que era su maldicion. Casi como un zombie una mano delicada, un perfume de violetas lo llevo hasta una banca cercana. Era aquella hermosa princesa, Doreen, que seguia alli, Leon solo rogaba que no fuera un espejismo. Leon sonrio levemente cuando noto en el rostro de la muchacha un dejo de preocupacion, tan leve como magnifico era como si sus sentidos estuvieran ampliados y pudiera ver cada detalle... hermosos detalles. Su voz lo saco de las ensoñaciones y penso un momento antes de responderle...

- Soy de Rusia, he venido a paris a buscar a mi hermano mayor, para que responda por sus actos- la expresion de Leon se endurecio un poco, dolorosamente dura- siento haberla asustado... donde estoy hospedado el Hotel XXXX creo que esta lejos de aqui... no creo que soporte el regreso... pero si le confieso algo tal vez no quiera regresar...- sonrio.

( siento que sea tan corto, no tengo pc y estoy robando aqui minutos para contestarte)

por **Doreen Jussieu** Miér Jul 25, 2012 2:04 am

Debía de ser así, ella debía disfrutar sus últimos días de libertad, en el nuevo refugio no podría salir a ningún lado, era un lugar tan pequeño que todos se darían cuenta si llegaba a escaparse. La rubia había descubierto que era un espíritu bastante libre, se dio cuenta que en realidad odiaba los espacios cerrados, odiaba que le dijeran que hacer, odiaba tener que permanecer encerrada cuando había escapado de casa para ser una especie de ave voladora. No le quedaba de otra, ella había elegido ese camino, tenía que aguantarse por las decisiones que había tomado, por eso debía disfrutar esos pocos instantes de libertad.

Lo que la rubia no entendía era porque cada que salía una cosa extraña pasaba, siempre había deseado un encuentro en una tarde dónde nadie pudiese molestarla, un encuentro dónde las miradas fuera lo único que bastara para comprender el deseo ajeno y que la persona con la que estuviera descifrara su mundo. Pero no, los sueños que ella tenían nada tenían que ver con esta tierra, ella tenía que tomar en cuenta esos detalles, sus deseos eran sueños provenientes de una novela de fantasía.

- ¿Está muy cansado? - Meditó un poco, buscaba algo verdaderamente conveniente para proponerle, entonces se le ocurrió una gran idea. En la banca dónde se encontraban sentados movió su cuerpo hasta el otro extremo, estiró sus manos invitándolo a recostarse - ¿Qué le parece dormir un rato? Yo puedo vigilar sus sueños, si alguien se acerca diré que esta meditando y nadie podrá decirnos algo… ¿Le parece? - La joven de rubios cabellos sonrió de manera amplia, de manera tierna, de manera completamente amorosa, intentando convencer al joven de que eso era lo correcto.

por **Misha Ivanovik** Jue Jul 26, 2012 7:00 pm

La mirada dulce de Doreen, hizo sentir a Leon en confianza aunque algo apenado por alterar a tan bella dama. Asintio completamente cansado, mareado, sin poder dormir, su cuerpo entraba en un doloroso sopor, que lo hizo deslizarse en la banca, pero aunque cerro los ojos el cansancio era tal que no podia dormir. La idea de Doreen le parecia dulce e ingenua, aunque no mentia le costaria dormir y meditaria si podia al lado de aquella princesa. Parecia las mil y una noche, y Doreen la protagonista de tal historia, el se sentia entre realidad y sueño un sultan un rey un dios.

Leon sintio el silbar del viento y el arrastrar de las hojas el canto fugaz de los pajaros, el calor del sol, como si sus sentidos se hubieran agudizado, adivinaba entre los sencillos ropajes de la joven el perfume de violetas que la envolvia, nada presuntuoso, suave, sutil... Leon abrio los ojos para encontrarse con el rostro perfecto de la joven. Debia ser la heredera de algun principado aburrida de su vida frivola y habia huido... Leon estaba en el umbral del sueño y de lo real...

- Le dire algo... yo pensaba que el buen Dios se habia olvidado de mi en Paris, pero debo confesarle que la he descubierto...- hizo una pausa y sonrio lugubremente- usted es un angel, debe serlo Doreen... el buen Dios se acordo de mi y la envio a usted.

por **Doreen Jussieu** Jue Ago 02, 2012 2:51 am

Doreen había tomado una posición alejada al caballero, dejaba entonces que sus cabellos se acomodaran detrás de su oreja para darle una buena visibilidad. Se había alejado de él para darle el espacio y la confianza para que el hombre se recostará, estaba contenta, de hecho muy cómoda por extraño que pareciera, así que se relajaría junto con él aquella tarde. La joven soltó un gran suspiro, sentía una especie de picazón por el cuerpo por la mirada que él hombre le daba a cada rato. Le quiso preguntar si tenía alguna especie de basura en su rostro pero prefirió guardar silencio y no incomodar a su nuevo conocido. Se limitó a sonreírle de manera nerviosa.

Negó repetidas veces. ¿Cómo era posible que ese hombre creyera que Dios lo abandonaba? Para ella Dios nunca se iba pero en ocasiones se tenía que apartar para dejar que el ser humano con su independencia, aprendiera sus grandes lecciones. - Oh no señor, no diga eso, el Dios que existe en los cielos no es capaz de dejarnos solos, él siempre nos sonríe y nos abraza aunque creamos que no está ahí - Se encogió de hombros y luego se sonrojó ante las palabras del hombre. Ella no se creía un ángel, siempre había tenido en cuenta que de serlo sus alas seguramente se habían roto desde su nacimiento - Gracias - Se limitó a decir muy apenada.

- ¿Cómo es posible que crea que Dios lo olvide y que sólo vea a un ángel? - Le sonrió de forma tímida pero para nada burlona, ella era muy mujer muy respetuosa - No sea contradictorio mi querido León, mejor venga, recueste su cabeza en mi regazo, necesita dormir, creo empieza a tener alucinaciones por el cansancio - Se mordisqueó su labio inferior bastante nerviosa. Aspiró profundamente el ambiente, gracias a Dios, a su Dios, nadie estaba viendo, o transitando por esa zona, sólo ellos dos.

por **Misha Ivanovik** Jue Ago 02, 2012 10:35 am

Leon le hizo caso a la dulce voz de Doreen. ¿ Contradictorio? tal vez, estaba entre dormido y despierto, descanso en el regazo de la joven. Imagino la escena, y dio gracias que nadia pasare por alli por que podia asustar a la princesa. Los cabellos dorados de la joven rozaron a Leon quien se acomodaba. Sus ojos cansados, su cabeza preocupada entraban en un sopor de ligereza, era un ebrio del sueño, un ebrio del dolor y de la vida... su cabeza empezo a calentarse... no era su gabardina, ni el sol, venia de dentro de el ¿ tendria fiebre?... su cuerpo se habia revelado, cansado, empezo a enfermarse. Leon sintio que su presente y su pasado se mezclaban en una amalgama gris y plomiza sin forma, todo era oscuro... hasta que una princesa de cabellos de oro, pudiera despertarle. Alguna vez mas joven, habia entregado su corazon a una princesa parecida, pero aquella parecia hecha de hielo, un hielo que la convirtio en un demonio... Las cenizas se elevaron del suelo cuando el sol estuvo en el cenit... Ni una tumba que visitar... Solo contra el mundo, contra su hermano... El ya no era su hermano era una bestia sedienta de sangre...

- ¿ Sabe Doreen? su regazo es mas comodo que todas las camas de todos los hoteles del mundo... ¿ sabe algo mas? es parecida ustes a otra princesa, otra que quise... pero ella era de hielo, usted Doreen es puro candor- Leon hablo como sedado, ya no sabia que decia. ¿ sera que todo lo que penso lo dijo en voz alta?

por **Doreen Jussieu** Lun Sep 24, 2012 7:10 pm

Ella no podía negar un gesto cándido a las personas que se notaban eran buenas, pero que también pedían ayuda. ¿Quién era ella para negarse? Así como alguien estuvo para poder ayudarla se sentía con la obligación de ayudar a todo aquel, y así que ellos ayudarán a los demás, y sus pensamientos la hacían creer que las cosas serían ayudas mutuas para volverse una cadena llena de cosas buenas. Le sonreía y acariciaba sus cabellos para darle un poco más de relajación y que se pusiera a dormitar, aquel hombre necesitaba descanso, necesitaba un poco de tiempo para poder seguir su camino. Ella en su tiempo lo había necesitado, cuando aquel lobo la atacó al escapar de casa.

- Las princesas son aquellas que están en los castillos, las que aprenden a gobernar a su pueblo, yo no puedo ser una princesa, a penas y puedo mantener mi boca alimentada, pero quizás usted lo dice de otra manera. - Sonrió de nueva cuenta y se inclinó para dejar un beso suave en su mejilla, ella era un dulce, bastante en realidad con ese desconocido, y lo disfrutaba, pocos desconocidos se portaban de esa forma. Y la hacían sentir segura.

- Señor, duerma, cuando tome energías podremos platicar lo que desee, por ahora yo podré velar sus sueños, prometo que ningún intruso se adentrará en su mente para hacerlos pesadillas ¿Está bien? - Sonrió de forma amplia, y miró al frente, disfrutando de los acabamos de ese lugar, pues si las personas ponían verdadera atención, notarían que ese sitio era una verdadera obra de arte.

por **Misha Ivanovik** Vie Oct 05, 2012 1:53 pm

[justify] Leon se sentia dormitado en su propia fiebre, el sopor le generaba una confusion horrible y no podia diferenciar entre la realidad y el sueño, ¿ y si ese dulce angel, era mentira? ¿ el producto de su mente cansada? Se sintio un errante, si en realidad no lo era. Sin tierra, ni familia, ni amor, se sentia un desposeido... aunque tuviese riquezas no era feliz... una extraña y bonita mujer, como un milagro, revivia como una pequeña chispa la esperanza. Se sintio comodo, atendido. la bondad y el candor de Doreen estaban a flor de piel, no le preguntaria nada de su pasado, nada romperia ese efimero momento, pero se reventaria de cualquier modo como una pompa de jabon. Sintio que deliraba, que su mente era una sopa de recuerdos que habia tratado que no lo dominara, pero que habian influido todos sus pasos. Asi era, en ese instante que se sentia tan desvalido no podia negarlo. Parecio recordar los versos de un poeta maldito,que a su hermano le gustaba recitar constantemente, lo unico en que sin rivalizar habian coincidido...

-Dime, hombre, enigmático, ¿a quién amas tú más? ¿A tu padre, a tu madre, a tu hermana,
a tu hermano.?
-Yo no tengo ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano.
-¿A tus amigos?
-Os servís de una palabra cuyo sentido desconozco hasta hoy.
-¿A tu patria?
-Ignoro bajo qué latitud está situada.
-¿La belleza?
-De buena gana la amaría, diosa e inmortal.
-¿El oro?
-Lo odio, como vosotros odiáis a Dios.
¿Pues qué es lo que amas, extraordinario extranjero?
-¡Amo las nubes. . ., las nubes que pasan... allá lejos... las maravillosas nubes!

[justify] Por un instante sintio haberlos dicho a la joven en voz alta.

- ¡ Si usted conociera mi infortunio! sabria entonces que mis demonios y pesadillas no me acosan en mis sueños, no bella princesa, parece como usted o yo; pero son demonios reales que me atormenta, a veces quisiera dormir y no despertar... pero ni eso puedo.

leon sonrio languidamente y se sintio desmayar producto de la fiebre.

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El rostro del retrato ( Doreen Caracciolo)

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