El león albino se da un paseito (Threishan Veland + libre)

por **Iryn Steklov** Sáb Sep 11, 2010 12:16 pm

Me quité todas mis ropas lo más rápido que pude, dejándolas en un rincón que había en uno de los árboles, para transformarme en león. Aquella era la transformación que peor controlaba pero me hacía ilusión correr durante un buen rato por el bosque. Hacía mucho que no disfrutaba de aquella libertad y para una vez que tenía la oportunidad de hacerlo no pensaba dejarla pasar.

Cerré los ojos un momento para concentrarme y mi forma fue cambiando lentamente. Mis ojos se volvieron azules y mi cabello blanco y, tras eso, me convertí en un león de color blanco nieve.

Lancé un rugido fuerte a ninguna parte, oh sí, era un león y podía hacer lo que quisiera. En aquel momento, me podía considerar la reina del mundo. Nada podría pararme en aquel momento, ni normas, ni leyes, ni estupideces de la humanidad.

Corrí por el bosque todo lo rápido que me permitían mis patas, desahogándome por todo lo que había pasado en todo aquel tiempo, durante horas. Me metí en un lago incluso para lavar mi piel manchada y, por último, volví a la zona en la que todo había comenzado.

Mi cuerpo volvió a la normalidad en cuestión de segundos y comencé a vestirme con las ropas que había ocultado en el árbol. Finalmente, cuando ya me encontraba vestida, me tiré sobre la fresca hierba y cerré los ojos.

por Invitado Sáb Sep 11, 2010 1:46 pm

¡Aahh!, cuanto odiaba las noches así, cuanto odiaba no saber nada de Vithori y cuanto odiaba no poder desahogarme como quisiera con los estúpidos humanos. ¡¿Por qué demonios morían tan rápido después de beber un sorbo de sus sangre?!, qué aburridos eran y qué aburrido me sentía yo. Molesto y con ganas de matar a todo lo que se interponía en mi camino, me adentré en la oscuridad profunda del bosque, intentando escapar de mis pensamientos y de mi sediento instinto asesino.

Por una sola noche deseaba alejarme de todo ese bullicio de mentes inconscientes y estúpida humanidad, deseaba abatirlo todo, destrozarlo, hacer sentir el apocalipsis y proclamarme mensajero del demonio... o no, olvidaba que yo era el mismísimo Demonio.

Sin mi capa negra ni la levita ni ninguna chaqueta más que mis blancas camisas de satén y seda y mis pantalones negros, caminé sin rumbo por el bosque, balbuceando maldiciones por lo bajo y rompiendo rocas y árboles a mi paso, pues si alguien decidiera si quiera acercarse a mi con el mal genio que llevaba encima, se encontraría con el desastre natural que mis manos y mi asqueroso humor habían provocado.

Me senté en una roca, llevándome las manos a la cabeza y presionándola fuerte, despeinando mis cabellos y mirando hacia el cielo. Cuanto odiaba mi asquerosa bipolaridad...

-¡Ah, maldito Vithori!- musité entonces a la nada, sin esperar respuestas o si quiera alguna.... Presencia, sí, había alguien más en ese tupido bosque, una criatura extraña para mi, pero con un aroma exquisito. Olisqueé el aire, con un profundo suspiro y me levanté de golpe, dejando que mis agudos sentidos me llevaran hasta esa criatura.

Y llegué hasta ella, mirándola desde la oscuridad, rodeando los árboles y los arbustos, camuflándome entre la mata oscura y verdosa. Y allí estaba ella, tendida en la hierba, con sus cabellos marrones alborotados y los párpados cerrados, sintiendo la naturaleza que la rodeaba, en su propio cuerpo. Una sonrisa maliciosa se dibujó en mis labios y con una rapidez imperceptible me abalancé sobre ella, sujetando sus brazos con mi mano y clavando la mirada en sus deleitantes ojos marrones. Con mi poder de persuasión hice que no se moviera, o si quiera lo intentase, pues llenar de miedo a alguien era algo que siempre me divertía y nunca dejaría de hacerlo, pues no olvidéis que soy la mano fiel del diablo.

-¿Qué eres, pequeña criatura?- pregunté en un susurro ladeando la cabeza, mientras en mi rostro se dibujaba una media sonrisa un tanto diabólica.

por **Iryn Steklov** Sáb Sep 11, 2010 2:01 pm

Me encantaba encontrarme en aquel lugar... tan relajante, tan tranquilo y tan escondido. No era precisamente lo que una muchacha de ciudad buscaría pero claro... yo no me podía considerar como el resto de las personas. No, yo era mucho más que un humano para bien o para mal.

Escuché un leve susurro... algo estaba cortando el aire que me rodeaba demasiado rápido y silencioso. Abrí los ojos repentinamente pero, ya era demasiado tarde para hacer ningún movimiento. Tenía a un tío apresándome y mirándome con cara de: te voy a hincar el diente ñamñam.

Sin embargo y sorprendiéndome incluso a mí, no le tenía ningún miedo. Supongo que aquello se encontraba en mis genes o que todavía seguía siendo medio león... no puedo explicarlo muy bien pero, lo que sí puedo garantizar, es que no temía a aquel loco.

-¿Qué es lo que eres tú? -Lo miré directamente a los ojos, amenazante.

Intenté moverme, pero no pude hacerlo. ¿Qué me había hecho? ¿Sería un brujo? Mira que... yo en un principio no había creído nunca en esas cosas pero esto de que no me pueda mover no creo que sea porque estoy impresionada por lo fuerte, valeroso, guapo y encantador que es el hombre que me tiene acorralada. Ojo, no estoy diciendo que lo sea ni que me lo parezca.

-Si me soltases a lo mejor... mmm... no sé, sería más agradable la charla... ¿No crees? -Sonreí.

Su cuerpo se encontraba tan cercano al mío que era incluso de percibir su olor. No, no era un humano cualquiera... era algo que había olido antes pero a lo que no le había dedicado tiempo. ¿Qué era aquel ser? ¿Me respondería? Lo dudaba, es más, lo más seguro es que se enfadase e intentase dañarme. La gente a veces es demasiado previsible... ¿Lo sería él también? Esperemos que no, porque si así era iba a ser una charla bastante aburrida.

-¿Haría el favor de apartarse un poco? Me está agobiando -Venga, venga, ahora me pegaría o algo por el estilo.

por Invitado Dom Sep 12, 2010 9:51 am

-¿Qué es lo que soy yo?, esa respuesta es muy obvia pequeña....- dije mostrando mis largos y afilados colmillos, en una sonrisa macabra, pero al ver que aquel ser desconocido para mi, pues no se trataba de una simple humana ni mucho menos, no se inmutaba si quiera en sentir el mínimo temor. Me aparté de ella y en un salto más rápido que el viento me encontré de nuevo de pie, mirándola desde arriba, con el semblante serio y ladeando levemente la cabeza.

-¿Qué clase de criatura posee una valentía tan estúpida?- pregunté con sarcasmo, mientras la rodeaba en pasos silenciosos y cuidadosos. -Y eso de agradable charla... lo dudo... alguien que huele a animal mojado no es muy agradable que digamos...- la ironía de mis palabras se hacían presente conforme seguía con la mirada a la muchacha, que empezaba a ponerse de pie lentamente, clavándome su mirada desagradable y reprochando mis actos y mis palabras.

Aquello siempre se me antojaba divertido, una niña sola en un bosque y aún por encima de naturaleza desconocida, presentándose valiente ante este sádico y endiablado vampiro. Pobre... aún no conoce con el tipo de demonio que se ha encontrado en esta fría y oscura noche.

por **Iryn Steklov** Dom Sep 12, 2010 10:08 am

Miré sus blancos colmillos y un instinto de arrancárselos me invadió... Anda que no estaría bien acabar con la arrogancia que me mostraba tratándome como si él fuese superior a mí de aquella manera.. pero después acabaría en un problema demasiado grande y ahora mismo no tenía muchas ganas de pelear ni luchar ni nada por el estilo.

Es decir, ¿que el chaval aquel era un vampiro super guay que venía para matarme? Pues vaya plan para aquella noche me acababa de montar. Creo incluso que preferiría encontrarme en un baile rodeada de ineptos riendo por estúpideces y comparando su fuerza. ¿Por qué la gente era tan absurda? No sé, supongo que yo soy una incomprendida.

-Bueno, yo al menos no le he dado unas vacaciones a mi cuerpo y llevo sin bañarme siglos. ¿Tantos como años tiene, caballero? -Pregunté con una media sonrisita. Si él iba a venir a insultarme por lo que era yo también tenía derecho a hacerlo aunque en la sociedad se viese bastante mal. Debería de aprender a controlarme o acabaríamos mal muy mal.

-Y permítame saber, ¿Cuál es el nombre de mi "futuro asesino"? -Pregunté con curiosidad.

por Invitado Dom Sep 12, 2010 12:00 pm

-Bueno, yo al menos no le he dado unas vacaciones a mi cuerpo y llevo sin bañarme siglos. ¿Tantos como años tiene, caballero?. Y permítame saber, ¿Cuál es el nombre de mi "futuro asesino"?- Preguntó irónicamente, yo reí ante sus palabras y me puse de cuclillas, para poder observar mejor su rostro y bufarme de sus palabras, pues me hacía gracia su manera de contestarme. Una media sonrisa apareció en mis labios y juntando mis manos sobre mis piernas, la volví a mirar sin recelo por lo que dijo.

-Al diablo no se le conoce por el nombre si no por la maldad... pero a mi podéis llamarme Threishan, pues no desciendo de los infiernos... de momento...- concluí, aún con esa media sonrisa tan característica mía y con la mirada fija en los oscuros ojos de aquella joven de lisos cabellos de color chocolate. Y escudriñando sus pensamientos descubrí de qué tipo de ser se trataba, pues desde lejos podía notar que ella no era una persona normal. La imagen de un león blanco llegó hasta mi, se trataba de una cambiaformas, ¡qué inusual! nunca antes me había topado con uno y este descubrimiento era realmente exquisito para mi.

-Decirme Gatita, ¿con quién tengo el desagrado de hablar?- pregunté irónicamente, pues ver como entornaba los ojos cada vez que mis palabras intentaban molestarla, ésta ponía los ojos en blanco, como si estuviese tratando con un chiquillo cualquiera. Y eso a mi me divertía completamente, pues las personas así eran siempre mi punto más débil para sacar mi mal genio cambiante.

por **Iryn Steklov** Dom Sep 12, 2010 12:29 pm

-Vaya honor, estoy hablando con el mismísimo diablo y yo sin saberlo. ¿Quiere algo de mí, caballero? Que descortesía la mía, la próxima le juro que le besaré los pies y le pediré clemencia -Sonreí de medio lado acomodándome mejor en la piedra, cruzando una de mis piernas por detrás de la otra. Parecía que aquel vampiro era difícil de hacer enfadar, algo que jugaba a mi favor. Si la situación llegaba a plantearse tensa prefería salir corriendo a tener que luchar contra él principalmente porque la lucha cuerpo a cuerpo no era una de mis mayores cualidades. Nota mental: la próxima vez que tenga la capacidad para transformarme en un animal, quiero ser un animal venenoso.

-Mi nombre es Iryn y si tan desagradable soy creo que nada le impide el irse -Sonreí ampliamente, no pensaba dejarme enfadar por cualquier chorradica de aquellas. Además, me había percatado de que estaba bastante interesado en que fuese un cambiaformas o al menos, eso parecía. Pero... las apariencias engañan, ¿No? Al menos eso es lo que dicen todos.

-¿Ha tenido una buena cena, señor? Si no fuese así le ofrecería mi sangre como diablo que es usted, pero creo que la sangre de un "animal mojado" no le será muy agradable -Reí un poco, tenía que admitirlo, al final de todo me lo estaba pasando hasta bien.

por Invitado Lun Sep 13, 2010 5:26 am

Reí sonoramente cuando sus palabras sarcásticas surcaron mis oídos, estaba a la defensiva ante mi irónica broma, bajé la cabeza aún entre risas y negando levemente.

-Lástima y no traiga conmigo un ovillo de lana, para que la gatita se divierta- dije con tristeza fingida. Me puse de pie de nuevo y miré a la joven desde lo alto e hice el amago de marcharme, pero a decir verdad aquel encuentro me estaba quitando mi enfado y eso era algo... ¿bueno?, en cierta forma, creo...

-Tienes razón pequeña, la sangre animal no es de mi agrado, así que podemos decir que está usted de suerte...- guiñé un ojo a la joven, y me giré para observar la oscuridad del bosque. -...Bien Iryn, ¿qué te trajo a esta oscura soledad?- pregunté, metiendo mi mano en los bolsillos y volviendo el rostro para mirarla.

Para seros sincero no entendía mi actitud, ¡dichosa bipolaridad!, deseaba estar solo toda la noche, romper mi ira en la naturaleza, pero ahí estaba yo, intentado una tonta conversación con el primer ser que me encontraba por el camino y aún por encima una cambia formas, otro enemigo natural de los vampiros... pero yo no era un vampiro común y corriente, yo no era enemigo natural de cualquier ser, yo era enemigo del que yo quisiera y no del que la naturaleza me imponía....

por **Iryn Steklov** Mar Sep 14, 2010 6:15 am

No me ponían furiosa sus comentarios. No me molestaban. No me importaban. Estaba demasiado acostumbrada a bromas que acababan siempre torciéndose para aquel lado. No es que hubiese mucha gente que supiese cuál era mi real naturaleza y aunque los que lo sabían solían ser de mi círculo más cerrado… ¿A quién no se le había escapado alguna vez lo del ovillo? Era demasiado típico, demasiado nombrado y demasiado previsible. Consideraba que, a día de hoy, era una estupidez enfadarse por aquello.

-Oh… que bueno es usted conmigo permitiendo que no me quede seca –Tapé mis labios como si me encontrase sorprendida aunque aquello no fue más que una absurda forma de imitar a las muchachas de la nobleza.

Sonreí un poco cuando dijo que mi sangre no le atraía para nada. Supongo que aquello era lo mejor… pero, un momento, ¿Cómo sería que me mordiesen a mí? ¿Y mi sabor? ¿Me transformaría en vampiro también? Qué raro sería aquello si se diese el caso. Creo que tenía la intuición de que mi sangre sería demasiado suave y dulce. Aunque claro, tampoco lo sabía porque jamás me había parado a probarla.

-Supongo que al gran Threishan no le importará absolutamente mi vida… ¿Me equivoco? –Sonreí entre dientes –Aunque para ser sincera le diré que vine a relajarme y a correr durante un rato. ¿Y usted? ¿Se encontraba hambriento? –Pregunté alzando una ceja. Seguramente la respuesta fuese afirmativa… ¿Qué otra razón tenía si no de sumergirse en la densidad del bosque?

-¿Sabe? Me han dicho que la están donando sangre últimamente para los pobres enfermos… podría aprovecharse –Me lo imaginé tirado en una cama haciéndose el profundamente herido y dando pequeños gritos de dolor. La sola idea de que un vampiro pudiese encontrarse en una situación como aquella me hacía sonreír aunque… yo tampoco es que supiese mucho de vampiros y era posible que sí que llegasen en algún momento a aquella situación.

Podría saciar mi curiosidad con mi recién acompañante pero me daba vergüenza el parecer demasiado cotilla metiéndome en asuntos que no tenían nada que ver con mi persona. ¿Qué hacer? ¿Preguntar o no? Por el momento mantendría el pico cerrado, sí, sería lo más correcto.

por Invitado Miér Sep 15, 2010 8:49 pm

Puse los ojos en blanco ante las ironías de la chiquilla y torné el rostro serio, pero sin apartar la mirada de sus oscuros ojos, coraje le sobraba y bromas sin gracia también, pero una absurda pelea no se me antojaba a esas horas, preferiría pasar de largo y olvidar las impertinencias de aquella niña, sin embargo me quedé allí, de pié clavando la mirada en ella, esperando que nada sucediera.

-La sangre no es un problema para mi.. ¡no me abruméis con vuestra preocupación por favor!, apenas os conozco como para que se tome la libertad de velar por mi bien estar, pero aún así os lo agradezco, y lamento no llevar conmigo un cascabel para que penda de vuestro cuello... y así poder oír cuando maullará de nuevo- dije con fingida gracia, intentando no caer en el mismo juego que ella, pero cuando menos me lo imaginaba, me estaba comportando de la misma manera infantil que ella. Reí para mi, clavando mis afilados colmillos en mi labio inferior y mordisqueándolo levemente mientras entrecerraba los ojos para darme cuenta que la actuación con aquella chiquilla me resultaba peno hasta a mi.

Sacudí la cabeza y empecé a caminar, rodeando a la chica que aún estaba sentada, tendida en el cesped verdoso del lugar. La miré de soslayo y apoyé mi espalda y uno de mis pies en el árbol, mirándola por encima de mis hombros, esperando otro ataque irónico en sus palabras o alguna otra tonta imagen de mi en un hospital mendigando sangre, como la que su mente me relataba en aquellos momentos.

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