Vil espejismo [Privado]

por **Alyssia Donovan** Vie Mar 06, 2015 3:11 pm

La cambiaformas huía. Entre los bosques no era más que una sombra que a paso torpe corría, buscando un escondite donde rehacerse. Por una vez un grupo de cazadores la habían tomado por sorpresa, y aunque hubiese ganado ella y hubiese asesinado dos de los tres mortales, el superviviente le había herido de gravedad con un nuevo artilugio de fuego, el cual desconocía. Había sido una arma de fuego porque aún recordaba la pólvora, lo que no había visto era aquello que había impactado contra su lomo y la había desgarrado profundamente, quedándose clavado. Lo que impedía que pudiera sanar las heridas y recomponerse.

Por ello buscaba un refugio, cada vez se encontraba más débil y agotada.

Rápidamente la loba blanca se volvió un maltrecho collie en tanto salía de lo profundo del bosque. Su objetivo era claro, si no podía alimentarse, cazar para alimentarse e intentar sobreponerse a lo que fuera que le hubieran inyectado, la única solución que le quedaba era buscar alguien que la acogiese. Ahora aún que podía mantenerse en pie, intentar recuperarse y salir en tanto sus heridas fueran sanadas nuevamente.

Pero nada de ello parecía salir como era su deseo.

Su estado era inestable. Lo que fuera que tuviera pegado a su lomo y flanco derecho, había desgarrado gran parte de su carne, provocándole un intenso dolor que apenas conseguía olvidar. Sin embargo lo peor era no saber que podían tener aquellos instrumentos que en tan poco tiempo la habían afectado tanto. ¿Qué podía ser lo que corría por sus venas? Los cazadores iban evolucionando y con ellos desgraciadamente, los venenos. Que aún escapaban a la mente y los conocimientos de la joven y terca cambiante.

La canina gimoteó al caer de bruces contra el suelo, una vez más. Una de sus patas traseras ya no aguantaba más su peso, caía irremediablemente y no podía hacer mucho. Sacó la lengua afuera y con la respiración acelerada, intentó centrarse en olisquear el ambiente en busca de un riachuelo donde poder saciar su sed. Tras unos minutos de descanso volvió a levantarse temblorosamente y siguiendo su instinto fue acercándose a un pequeño riachuelo. Cada paso le quemaba, le dolía. Era una tortura el alejarse, solo que si no se movía el cazador que la andaría buscando daría con ella y terminaría su faena y aquello no iba a permitirlo.

Tras un buen rato, pareció llegar al lugar donde refrescándose, encontrándose con una complicación de última hora. En el riachuelo ya había alguien. Una figura masculina que a sus ojos se veía borrosa se encontraba en aquel claro, en una de las orillas del riachuelo. Quedándose estática al observar como no era la única en aquel claro de luz. Sin saber cómo reaccionar intentó retroceder lentamente provocando en su huida que una piedra se moviera e hiciera crujir las ramas secas del suelo, lo que atrajo la atención del humano a ella.