Montando guardia [Eric]

por **Ulrich Scott** Mar Sep 14, 2010 9:24 am

Ulrich estaba sólo aquella noche. En contadas ocasiones se había separado de su hermana una vez había caído el sol, pero esa era una de ellas. Claire quería ir a dormir a casa de una amiga que había hecho en el colegio recientemente, y él no había sabido esquivar a tiempo sus miradas suplicantes y sus incesantes "por favores", así que acabó accediendo. Ella no lo sabía, pero Ulrich se había ocupado de visitar a la susodicha amiga con el fin de comprobar que nada en aquella casa apestaba aunque fuese ligeramente a vampiro. El exámen concluyó favorablemente, por lo que se quedó más tranquilo.

Aún así, las viejas costumbres siempre permanecen, por lo que una vez la noche ennegreció el cielo, el chico se transformó en gato y salió a la calle para montar guardia como siempre. Solía hacerlo con el único fin de protejer a su hermana, pero después de cuatro años de rutina, no sabía irse a la cama sin asegurarse antes de que ningún chupasangres se asomaba por las afueras de la ciudad, donde ellos residían.

Así, el ahora gato de pelaje manchado se sentó en una esquina cercana a la casa y empezó a acicalarse como si se tratase de un felino sin hogar como otro cualquiera. De ese modo era más fácil pasar desapercibido y ver sin ser visto, lo cual era una gran ventaja. Podía olisquear a sus objetivos a una distancia considerable y actuar con tiempo, si se diese el caso. Claro que...nunca se daba el caso. Había podido percibir el aroma de los vampiros desde el mismo momento en que puso un pie en París, pero nunca llegó a encontrarse con uno cara a cara.

Pero cuando eso ocurriera, estaría preparado, se dijo.

por Invitado Jue Sep 16, 2010 11:21 am

La desorientación propia de aquellos sueños que parecían visiones me había llevado casi sin darme cuenta, a las cercanías de la ciudad. Aturdido y sin saber ni por donde andaba, vi frente a mi un gran grupo de casas. Me imaginé pues que estaba en las afueras, ya que las casas no estaban en mal estado ni mucho menos.
Frotándome la frente dolorido, me acerqué a ellas con intención de encontrar a algún humano al que poder arrebatarle su más preciado bien, pero ni siquiera sabía si podría encontrar a alguien tal y como estaba.

-Ni que estuvieras borracho....- murmuré para mi mismo tapándome los ojos y agitando la cabeza para olvidarme de aquel aturdimiento.

En mi búsqueda, llegué a la esquina de un callejón, donde un gato de pelaje moteado parecía hacer guardia. ¿Un gato haciendo guardia?

-Gatito... .- susurré. -¿Estás esperando a que alguien te dé de comer?.- continué acariciando suavemente su cabeza.

Pero mi mano se separó lentamente al ver que el gato no dejaba de mirarme fijamente, como si estuviera amenzándome. Por alguna razón, su mirada me devolvió a los sueños que había tenido durante el día, y casi de forma automática me senté frente a él, en el suelo, olvidando que mis ropas se mancharían, y saqué mi cuardernillo y caja de carboncillos para comenzar a pintar a aquel gato que parecía sacado de una de mis visiones. ¿Podía el mundo llegar a ser tan pequeño?

por **Ulrich Scott** Jue Sep 16, 2010 11:57 am

El pequeño gato siguió lamiéndose las patas con pereza, sin mirar la calle siquiera. Nunca se acercaba nadie sospechoso al lugar, ni siquiera algún tipo borracho al que perseguir bajo la amenaza de un buen mordisco si se aproximaba a la casa. Nadie. Sólo ellos y algún que otro vecino de los alrededores. Las noches así eran largas y aburridas, pero lo prefería antes que verse en un problema estando su hermana tan cerca.

Así, Ulrich se tumbó sobre el suelo frío de la calle y sus ojos se fueron entrecerrando poco a poco, permitiéndose el lujo de abandonar su guardia por unos pocos minutos. No había razón por la que levantar las defensas aquella noche, así que no veía cómo una cabezadita podría dañarle. Con eso en mente, el gato se enroscó para darse calor y soltó un suspiro muy humano mientras cerraba los ojos.

Sin embargo, la tranquilidad no le duró mucho. Presintiendo el peligro, Ulrich se irguió hasta quedar sentado y clavó sus ojos verdes en el hombre que acababa de aparecer por final de la calle. Parecía borracho o afectado por algún tipo de malestar psicológico, porque se había frotado la frente con expresión adolorida. El chico ahora transformado en gato le evaluó, y sólo le hizo falta que una suave brisa trajera consigo el olor a vampiro que despedía el hombre para que todas las alarmas saltasen en su mente.

Quería hacer algo, lo que fuese. Quería recordar todo lo que había ensayado por si alguna vez se encontraba con un vampiro, pero todo había huído de su mente, y para cuando quiso darse cuenta, el vampiro ya le estaba acariciando la cabeza con suavidad. Ulrich se quedó rígido y le dirigió una mirada fría de amenaza, porque aún le quedaba su orgullo. No obstante, el hombre hizo algo que él jamás habría esperado. Empezó a dibujarle.

Tenía ganas de huír y dejar atrás a su enemigo, pero desobedeciendo (como de costumbre) esa orden directa de su cordura, Ulrich apoyó ambas patas delanteras en las piernas del hombre y asomó la cabeza por el borde del cuadernillo, observando el dibujo. Nunca se había visto de aquella manera y el gato sintió una pizca de vanidad al ver como su imagen iba tomando forma sobre el lienzo. Pero entonces recordó quien era, y Ulrich se separó del vampiro y retrocedió algunos pasos, maullándole con lo que él suponía que era ferocidad.

por Invitado Vie Sep 17, 2010 6:29 pm

Sumido en aquel dibujo, noté como el gatito apoyaba sus patas en mis piernas y asomaba la cabeza para ver mi cuadernillo y el dibujo que allí estaba plasmando.
Pero tras observar unos segundos se apartó de mi precipitamente. Dejé de pintar por un momento y le observé arqueando una ceja.

-¿Eres un gato caprichoso y no te gusta como dibujo?.- me reí friamente. -Ya sé que eres un cambiaformas y que sabes qué soy, pero no tengo ganas de pelear esta noche.- dije sin más y con toda la tranquilidad del mundo.

Seguí dibujando sin mostrar ni el más mínimo cambio en mi rostro, seguía con aquella fría sonrisa en los labios y continuaba dibujando a aquel gatito, ¿o debía llamarle ya cambiaformas?
-¿Esperas cazar algo aquí?.- dije divertido sin apartar la vista del dibujo. -Imagino que no esperas ratones....- continué en el mismo tono, apurando un poco más los movimientos de mi mano izquierda para poder terminar el dibujo y enseñarselo.

Resultaban tan divertidas aquellas pequeñas coincidencias de la vida cuando mi humor podía apreciarlas... claro, eso apenas sucedía con una mente como la mía.

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