El par perfecto o el trío Imperfecto... ahí el dilema - Privado-

por **Marko d'Epirro** Sáb Mayo 16, 2015 12:31 pm

Abrió la puerta con la mano derecha, tan solo tuvo que empujar un poco para que esta se abriera y con el pie derecho cruzo el umbral de aquel café, nunca entraba con el pie Izquierdo, la razón simplemente una pequeña superstición que decía que si cosas buenas querías con la derecha tenias... Con la vista el alto miro a su izquierda y luego a su derecha, tan solo le bastaba con hechar un ojo al lugar para saber que todo estaba mal acomodado, el orden era lo primordial a la hora de disponer las mesas en un lugar, hizo un gesto con sus labios común en el, avanzo con lentitud, observando ahora con mas detalle cada rincón,- Cuatro mesas ocupadas con un total de siete personas, cuatro mas siete once, uno mas uno dos - dijo suavemente mientras continuo y se sentó en la quinta meza a la derecha del umbral, una mesa redonda para con tan solo dos puestos, eligió aquella por que dos era el numero de ese día, aunque nunca había tenido gran afinidad por los números pares, hoy si seria un día extraño, pensó. Corrió la silla donde el tomaría asiento y desabrochando los botones de su saco se dispuso a tomar asiento con aquella elegancia que lo distinguía.

Ordeno de manera lógica, para el, los cubiertos que estaban sobre la mesa, dejando todo en su lugar, tal cual le habían enseñado desde pequeño, el orden siempre mostrara mas de una persona, solía escuchar aquello de su padre.

La joven camarera se acerco a el con una amplia sonrisa, Marko por su parte le dio otra sonrisa, amistosa típica de el, saludo y leyó el menú - Un café Vienés con una tartaleta de frambuesa y dos medias lunas, por favor - dijo en un perfecto francés, desde muy corta edad sus padres le habían enseñado dos idiomas aparte del natal así que el francés no era algo desconocido para el. La joven se retiro, Marko siempre provocaba lo mismo, era un hombre encantador y lo seguiría siendo - ¿Por que dos? - se pregunto a si mismo mientras pensaba conjuntamente sus manos ordenaban las servilletas que estaban posadas cerca de su mano derecha - Dos - se seguía repitiendo - seria mejor tres - rió para si mientras se acordaba de sus hermanos.

Mientras esperaba que la joven trajera su pedido saco del bolsillo derecho un pequeño cuadernillo y de su otro bolsillo un lápiz de carbón con la punta bien afilada, abrió el cuadernillo y se puso a escribir.

Dos no es mas que un numero, hoy dos es el numero y siento que aun cuando siempre han dicho que es la unión perfecta, creo que en mi vida el tres es mejor.

Su caligrafía era impecable, siempre había creído que tanto las palabras de las personas como su escritura decía mucho de ellas y no era extraño que el pudiera leer o mejor dicho describir a una persona según su forma de escribir. El conocía aquellas ciencias extrañas que le permitían saber mucho mas de una persona. Cerro el cuadernillo y lo dejo a su lado, perfectamente paralelo a su brazo. - Todo lo tenemos de a dos... con excepción de el corazón. - se quedo con aquella frase en su cabeza mientras seguía con la espera.

por **Esmeralda Nightleaf** Jue Mayo 28, 2015 11:29 am

Esmeralda sentía que algo no iba bien. Su cliente estaba esperando su respuesta, pero no sabía que decir.

Su cliente, una mujer de cabellos castaños, ojos color avellana y de bella tez color de leche le había propuesto “adoptarla” como su nueva creación, pero Esmeralda no sabía demasiado a lo que se refería. Siempre había sido corta de mente o simplemente con la capacidad de raciocinio justo. Su clienta estaba por querer presentarla en sociedad sin ni siquiera ella saber de Esmeralda o que reputación tenía la gitana. Su clienta tenía amistades de muchos caballeros. Aquello le dio temor. Era algo atrevida, sí, pero aún mantenía su virginidad intacta.

Esmeralda dijo –Esta bien, iré, pero no tengo que ponerme –La mujer le obsequió con un vestido blanco y verde claro, con decoraciones a cuadros, como un cuadro escoces. Unos pendientes discretos y un recogido en un moño bajo. Era demasiado verse tan “pura”. Seguramente era eso lo que quería su clienta que mostrara pero ella era diferente a lo que realmente mostraba a través de su apariencia exterior. Esmeralda complacía a su clienta, tanto en cama como en exterior. El resto del tiempo era una gitana libre respirando de las satisfacciones de los bosques, pero al parecer no quería pagarla con dinero, sino, con presentaciones con gente que sabe que jamás encajaría con ellos.

Solo le quedaba estar dispuesta a que ella misma estuviera dispuesta a todo. Tenía en cuenta lo mucho que deseaba el estar a solas consigo misma o con algún maromo o muchacha del campamento, ahora tenía que hacer algo como seguir a la mujer que iba hacia una cafetería, Esmeralda la seguía justo detrás de ella hasta que observó por delante a un conocido gitano el cual se le acercó, no evito el acercamiento entre ambos y le abrazó con bella armonía, permitiendo algún que otro metedura de mano a lo que no evito jadear. Toda diversión acabo cuando su clienta la separó de dicho muchacho, arrimándola a ella y recordando a Esmeralda lo mucho que le gustaba estar con ella y que ahora Esmeralda era de ella misma. La misma gitana observo al muchacho gitano sonreír y esta guiño un ojo a modo de “te veo después” y después finge asentimiento a quien tiene que complacer.

Su clienta, finalmente entra con ella en la cafetería, en donde es llevada hasta una de las mesas en las que hay un apuesto caballero con un cuaderno a su lado y al parecer, aun esperaba al café.

-Monsieur D’Epirro, espero que no le estemos molestando –Se hizo a un lado su clienta y mostró a Esmeralda como pieza de ganado – Vengo a usted con una nueva oportunidad –movió a Esmeralda hacia delante, solo unos pasos y la gitana hizo una pequeña reverencia, después tenía a su clienta detrás suya, metiéndola mano en el trasero mientras despotricaba palabras halagadoras sobre Esmeralda mientras parecía intentar venderla a aquel caballero que esperaba su café, como si a quien tenía que complacer en realidad era una buscadora de mujeres posibles para casarse con caballeros aun solteros, ya daba igual su procedencia, ella podría dar a Esmeralda si quisiera una vida inventada de la que se beneficiaría su clienta en su mayoría.

Esmeralda no le olía nada bien este plan.

VESTIDO

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Re: El par perfecto o el trío Imperfecto... ahí el dilema - Privado-