Le plaisir de sang II [Privado-Dasha Smirnova] +18

Los acontecimientos esa noche estaban siendo sumamente… extraños, dado que aquello parecía una montaña rusa para el joven humano que no sabía que estaba haciendo en realidad. Repasemos los hechos;

1- Se había marchado de su trabajo sin ser su hora cosa que le podría costar o la paga o el trabajo
2- No conocía de nada a esa mujer de la que iba de la mano, solo tenía claro que no era del todo humana y que su corazón no paraba de golpear su pecho con fuerza… pero no era nerviosismo, no conseguía descubrir que pasaba.

Y para terminar…
     
3- Nada de lo anterior le importaba absolutamente nada.

Tau no hablaba, solamente caminaba notando la mano de aquella mujer entre sus dedos. “Que fría está”, pensó mientras su pulgar rozaba la piel de ella probando si así su temperatura corporal, normalmente elevada, la hacía entrar en calor pero al ver que aquello no funcionaba se dedicó a pensar en cada detalle, tenía buena memoria por lo que empezó a fijarse en sus recuerdos en pequeños detalles… sus ojos, su piel fría y al estar cerca de ella no noto nada que hiciera referencia a que su corazón estuviera acelerado como por ejemplo le pasó a él cuándo la vena de su cuello golpeaba ruidosamente contra su piel.-Dasha.-Murmuro en un tono muy bajo queriendo comprobar lo que sus libros y las leyendas aseguraban. ¿Iba a ser esta la confirmación definitiva de todo lo que creía Tau? ¿lo sobrenatural existía?.

Aquellas preguntas resonaban en su cabeza pero… sorprendentemente, y de nuevo,  le daba igual lo que ella fuera o dejara de ser solo le importaba una cosa… ¿Por qué tenía la sensación de que aquella mujer le cambiaría la vida?

¿Sabes? Todo ese numerito en el burdel ha sido impresionante-Por fin después de unos minutos en silencio habló girando la cara para observarla de nuevo, la estatura de Tau la sobrepasaba en casi 20 centímetros y eso le gustaba, tenía una pequeña debilidad por las mujeres de una altura media/baja. Pero aquello no era suficiente, no podía observarla como él quería por lo que paró en medio de la calle dándole igual donde y se quedó observándola, deslizando sus ojos verdes por todo su ser analizando cada parte. Sus ojos azules, que antes parecían más oscuros, eran demasiado bonitos… su nariz era pequeña y tenía nos labios…unos labios creados para ser mordidos y besados. No dijo nada el siguió analizándola fijándose en su busto y en su pequeña cintura bien definida por aquel corsé, ladeó la cabeza y suspiro notando que en sus labios empezaba a aparecer la sonrisa de siempre.-Realmente impresionante.-enlazó este último comentario con el primero para que ella pudiera pensar libremente lo que significaba aquello.

Dasha-La volvió a llamar esta vez con volumen normal, agachando su cabeza para centrarse de nuevo en sus ojos.-Soy pobre, apenas tengo para comer por lo que no podré llevarte a un restaurante de tu clase y no quiero que pagues nada, llámalo orgullo estúpido de hombre… y mi casa-se despeina su ya de por si despeinado pelo-Deja mucho que desear por lo que quiero que pienses si de verdad valgo la pena para ti… o exactamente para lo que me quieres.- dejo el frente abierto dando la opción de que fuera directa con todo aquello o que diera un rodeo e intentase encandilarle hasta estar preparada.-Me gustas, no sé porque aparte de tu obviada hermosura… eres la criatura más bonita que he visto en mi vida y no pretendo alimentar tu ego, sino decirte la verdad… nunca miento.-Sentencia comenzando a caminar de nuevo con ella al lado.-París está llena de aventuras Dasha… tú eliges cual prefieres solo te pediré una cosa.-Se quedó en silencio unos instantes.-Dime siempre la verdad, sé que nos acabamos de conocer y sé que no ha sido muy normal… pero ya estás aquí.-Se señala la sien refiriéndose a su mente.-No sé porque ni qué clase de sentimiento despiertas solo se… que eres tu.-Tau no se andaba con rodeos respecto a las cosas… era muy directo y a veces quizás era demasiado para las personas.

Sé que escondes cosas, igual que todo el mundo… no quiero que soy un hombre común, porque cada dia que quieras pasar a mi lado te demostrare que no es así… y si solo quieres pasar esta noche.-Suspiro de nuevo no gustándole aquella idea pero tenía que aceptarla en el caso de que fuera la mentalidad de Dasha.-Será la mejor noche que te hayan dado nunca… te abriré París a cada paso que des.-Tiró del cuerpo de Dasha y le pego a el de forma algo brusca pero ya se había contenido bastante.- Dasha Smirnova-susurra su nombre muy cerca de su boca sin ningún tipo de problema no como había hecho en el burdel a propósito.

Su boca se entreabrió y dejo que su respiración cálida pegase contra los labios de ella, no la besó, se quedo quieto esperando por ella mientras su nariz rozaba la de ella y su mano libre subía a su mentón dejando que el dedo pulgar acariciase su labio inferior, tensando la mandíbula para controlar el instinto de morderlo.- ¿Necesitas tiempo para pensarlo?

No hizo falta más, no más palabras, no más actos simplemente el de sus labios que se juntaron y parecía como si una onda expansiva hubiera salido de ambos. Tau sintió como su cuerpo se quedaba en blanco, como de una manera extraña flotase, no como se describen en los cuentos, no era que se hubiera enamorado instantáneo y proclamase el amor eterno. Era más… la sensación de paz, de algo deseado y encontrado.

Los labios de Tau disfrutaron de cada contacto, notaba como sus bocas encajaban y como los labios fríos de Dasha se volvían tibios. No dudó en bajar sus manos agarrándola por la cintura y hacer algo de fuerza para levantarla del suelo. No pudo evitar el sonreír contra aquella boca que ya era suya, era de su propiedad igual que él era de ella. Y allí en medio de una calle parisina, se sellaba una unión  entre inmortales y humanos, entre un hombre y una mujer… era el comienzo de una historia donde un humano traerá de vuelta el corazón de una inmortal y donde ella… sacaría del humano el sentimiento más puro de amor que pueda existir.

5 meses después…

No quiero conocer París. Quiero conocerte a ti. Y no solo una noche… no podría dejarte escapar de ser así.-Murmuró en alto aquella frase que hacia exactamente 5 meses que la mujer que tenía pegada a su pecho había pronunciado por esos labios carnosos y tentadores. Habían pasado 5 meses desde que ambos comenzaron aquella aventura juntos, y aunque pareciera lo contrario… aquella noche no se produjo ningún encuentro apasionado e inolvidable, aquella noche se conocieron, se abrieron el uno al otro y Tau comprendió que no podía dejarse llevar por un arrebato, quería que Dasha estuviera segura de él, de sus sentimientos y de lo que harían juntos por lo que no le importó esperar.

Dasha se había abierto a el de una manera que le parecía increíble, después de que ella día a día le fuera contando su historia y lo que ella era, además de como llego a ese punto en la vida. Tau le explicaba cada aventura que había tenido en su vida, su infancia y por supuesto su madre, era su mayor tesoro junto a Dasha.
Tau se estaba encargando de las labores de cierta parte de aquella enorme casa, los establos, los muebles y todas esas secciones eran lo suyo, además sabía que a Dasha le gustaba verle sudoroso y trabajando junto a los demás, había conseguido que ella se volviera más humana. Todo esto les había llevado a un punto en común… la convivencia día a día, y aunque Tau aún se negaba en vivir en casa de Dasha a tiempo completo, la mayoría de las horas se las pasaba con ella, como en ese momento… ambos en la cama acostados escuchando simplemente el sonido de la respiración de Tau, incluso escuchaba los propios latidos de su corazón, a su lado la inmortal… y estaba seguro que escuchaba ese sonido siendo este su favorito.

-Eso es lo que dijiste hace 5 meses antes de que te besase por primera vez-Murmuró de nuevo el humano girando la cabeza para observar el pelo revuelto negro de Dasha cubriendo parte de su pecho y de la almohada. Se había acostumbrado al frio y le encantaba notarla cercana, se sentía más seguro, no por la fuerza o porque pudiera protegerle… sino al contrario, el la acogería entre sus brazos y todo estaría bien.

-Aun me pregunto cómo es que te gustan las mujeres, y en parte doy gracias por ello… aunque mi trabajo en el burdel era divertido, pensar en ti con gente… en alguna habitación me pone de los nervios, aunque tu besando a una mujer…-Se movió con rapidez y agarro las manos de Dasha imaginándose que le intentaría pellizcar o pegar y dependiendo de su enfado podía hacerle bastante daño, pero le daba igual aquello ya era normal entre ambos y se sabía el truco para calmarla.- Ven aquí…-Aun riendo la besó primero lento y tierno, disfrutando de aquello, mordiendo su labio inferior y jugando con su control.

Control que poco le duro y como venía pasando desde el primer día que “durmieron” juntos, ambos se activaron… Tau intensificó el beso, ya sin rastro aparente de ternura, simplemente quería sentir aquella parte salvaje de Dasha. Rozó su lengua con la de ella y su cuerpo al instante se sacudió en un éxtasis de placer al notar su sabor de nuevo. Sus manos se dedicaron a acariciar cada parte que podían de aquel perfecto cuerpo, su cadera, su espalda y lo que perdía el nombre al final de aquello… En definitiva, ya se conocía el cuerpo de Dasha prácticamente aunque nunca habían llegado al final, ya que necesitaba que Dasha lo desease de verdad.

Ya no podía pensar, su cuerpo se perdía con el de ella, su torso desnudo rozaba el de la mujer y le parecía su piel más suave que la propia seda de aquellas sabanas negras. Se separó de sus labios y noto los propios palpitantes.-Dash…-Murmuró  y colocó su cuerpo sobre el de ella dejando sus brazos a cada lado de su cabeza. Notaba su pecho moviéndose con rapidez, agitado y excitado, una excitación que dejo que Dasha notase al mover su cadera contra ella, dejando que un mínimo roce provocase que un leve gemido saliera de su boca.-Parame…-Una primera capa de sudor hizo aparición por su nuca, notando como la gota se deslizaba por su cuerpo. El contenerse, el movimiento más la excitación hicieron algo de mella en el humano. Sintió una especie de vacío en el que solo escuchaba a los suspiros y pequeños gemidos de Dasha, lo demás le daba igual. Sus labios surcaron su cuello, el cual besó y mordió a sus anchas, el pecho de Dasha pronto fue conquistado por la boca de Tau, el que acarició con su lengua sus pezones antes de morderlos, deslizando sus dientes hasta darla unos segundos de tregua.-Tienes que pararme, o ni tú con tus fuerza y rapidez podrás escapar…-Salió casi en suplica sabiendo que llevaba mucho tiempo conteniéndose y aquello siempre le dejaba un buen rato despierto hasta que conseguía calmar cada rincón de su cuerpo.

Sus labios subieron de nuevo a su boca y los dejó quietos, intentando calmar sus ansias de aquella mujer que representaba la tentación en persona.