Alfil y Torre || Libre

por **Tarja & Stephen Hauks** Sáb Ago 01, 2015 11:35 pm

La noche había empezado, y aunque por el día ambos hermanos trabajan en el hospital mental ayudando a las pobres almas atormentadas y encerradas, de noche también trabajaban de forma privada, en un consultorio que habían puesto en ayuda con uno de sus mayores clientes, un hombre que al parecer tenía muchos fantasmas de su pasado en su cabeza. Stephen había comenzado a hacer los diagnósticos médicos, aun habiéndose especializado en psicología, había él estudiado medicina sin que su familia lo supiera, así que él se encargaba de los perfiles y su hermana de las sesiones para luego por medio de los dibujos de él, hacían juntos un diagnostico perfecto, eso era trabajar en equipo.

Al llegar, abrieron el lugar, un establecimiento muy modesto, había una sala de espera, unas revistas y una música clásica para calmar los ánimos, había un pequeño bar, para la persona que deseara tomar algo, y tras puertas, dos eran los consultorios de los hermanos y la otra era un pequeño salón donde hacían charlas, sobre ciertos problemas de las personas y sus traumas, tenían pinos y muchas flores blancas y tulipanes, girasoles y una que otra orquídea., los ventanales eran de colores, azules, amarillos, violetas, rosados, con imágenes abstractas que mostraban la felicidad ¿cómo algo abstracto muestra una felicidad? Porque cada uno ve lo que desea ver, lo que hay en su alma y lo refleja sus ojos –eso pensaba Tarja– mientras que Stephen pensaba que –El ser humano puede siempre trasgiversar lo que ve por lo que siente en su estado físico, olvidando el dolor emocional por el de su cuerpo-. La alfombra de la sala de espera era roja con bordes dorados y una imagen de flores, el piso era todo de madera oscura bien pulida. ¿Por qué tantos lujos? Porque quien les había dado aquel lugar, no solo quería algo a su altura si no que todo aquel que entrara ahí no piense que entraba para tratarse de la mente sino era solo una charla con gente que iba a conocer y ser quizás ¿amigos?.

La noche va avanzando, y los clientes en aquel momento van siendo pocos, unos tres, aunque uno de ellos solo vino a hacerse un diagnostico físico ¿Qué usaban los Hauks para hacer sus diagnósticos? A parte de la ciencia metódica que los dos conocían, habían desarrollado algo con hierbas y con el estado de ánimo de las personas, algo más natural y homeopático, basándose en la observación, el escuchar atentamente y sobre todo el análisis científico metódico que realizaban y por ello algunos médicos solían referirse a ellos como “brujos” “hechiceros” “cuentistas” y un sinfín de sobrenombres para desprestigiar su trabajo, sobre todo a la hermana que no la veían con buenos ojos en el campo de la medicina.

Al cabo de una hora, Stephen salió a tomar algo de aire, parado en la puerta del consultorio, con el cigarro en mano, hasta que vio alguien que ingresaba como una sombra al lugar, una sombra que era perseguida por alguien, aparentemente muy atormentada, irrumpió en el lugar abruptamente dejándolo confundido y a su hermana en shock por la manera del ingreso a su pequeño negocio.

por **Sophia D'Luca** Sáb Sep 19, 2015 10:50 am

ALFIL Y TORRE

Comercio

TARJA & STEPHEN HAUKS

Tarde en Paris

Existen mil formas de escapar de la muche dumbre, existen mil maneras de transformar el corazón oprimido, de salir de las sombras de respirar aire fresco, de quitarse el peso del mundo de la espalda, de tan solo poder ser libre. Aquella palabra ahora parecía tan falsa, una que solo un animal salvaje podía poseer, libertad… y yo encerrada por la cena que había convocado cierto rey en París, con varios aliados, algo que sencillamente detestaba, hombres hablando de lo glorioso de sus reinos, llenándose la boca, de comida y de estupideces, la mayoría sabía que mi esposo había muerto prematuramente, pocos se acercaban a entablar conversación con mi persona, y de verdad lo agradecia, prefería llenar mis oídos de las falsedades que hablaban y mirar, estudiar, algo que me había enseñado Zarek, muy bien, algo que solo el sabia hacer, aliados y en conjunto enemigos, realmente yo no sabía qué reino era amigo de Italia ni mucho menos enemigos, eso se lo dejaba a mi general de armas, él y sus asuntos de guerra, me explicaba de los mapas, de las alianzas y tratados, lo retenía en mi cabeza así textual, pero no conocía a ninguno así que sencillamente era una extraña en ese palacio.

Media hora más tarde…

Me encontraba transitando por la bella París, seguida de cerca de mi escolta y de dos escoltas de Francia, lamentablemente sabian que tenian que protegerme… a simple vista era solo una mujer indefensa.

Dos horas más tarde…

Me aferre de la capa que cubría mi cuerpo, aun cuando conocía los callejones de memoria sabía que no me perdería, había dado la orden de dejarme sola, y aunque sabía que no la obedecerían, poseer la naturaleza que corría por mis venas era algo asi mucho mas facil… en un abrir y cerrar de ojos detrás de unos tachos de basura mi cuerpo humano había cambiado y el felino doméstico perdía de vista a los guardias, quién no tenían otra cosa que hacer que ponerse a buscar a la Reina de Italia. Corrí en libertad sintiéndome llena de vida mientras mis pulmones se inflaban y botaban el aire contenido, mi corazón latía con fuerzas queriendo escapar por mi pecho, hacía mucho tiempo que no corría libre, que no era aquello que mis instintos pedían a gritos, y ahí fue cuando supe porque no me convertía muy seguido, los recuerdos inundaron mi cabeza, y sentí esa extraña sensación de dolor desde la punta de mi cola hasta el tope de mis orejas, y maulle con fuerzas, claro la fuerza de un gato nada más, no aguantaba el dolor en mi corazón, como humana parecía bloquear eso pero así con los instintos a flor de piel era difícil… corrí de vuelta pasando entre los guardias que aún estaban desorientados, y ahí mismo donde había dejado mi ropaje botado volví a ser yo misma, una humana indefensa, sentí los pasos acercarse hacia mi y no quería nada, unas calles mas alla habia visto un lugar abierto, tome la capa y así desnuda cubierta solo por la gran capucha corrí silenciosamente y entre por la puerta a ese lugar algo exaltada pero solo por la adrenalina que corría en mi cuerpo, mis sentidos seguían aumentados, por que eso pasa cuando reprimes una parte de tu propio cuerpo cuando vuelve… viene en creces…

Mire en todas direcciones, el lugar era elegante pero no podía decir que era exactamente mire a la mujer y había visto al hombre afuera… no entendía… cerré los ojos con fuerzas y me aferre de la capa, no asustada sino más bien llena de energía, de dolor, de emociones y sentimientos…- Sono posto sbagliato - dije en Italiano y moví la cabeza y volví hablar - Lo siento, me equivoque de lugar - dije casi sin aliento de alguna forma u otra esperaba que no me reconocieran, no tenian porque o si, pero algo estaba claro, mi capucha poseía el escudo de realiza de Italia y eso no lo podía ocultar… la sangre corría con gran velocidad por mis venas y recien ahi comence a sentir la baja de la adrenalina… moví la cabeza de un lado a otro… simplemente.

CODE BY SIRENIA VON LUNIRAE

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